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Piggyback [ChanChang] por erickkbaj

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Capítulo IV: Amantes.

“Mi corazón se está volviendo un poco gris

Mi corazón mira a otro lado”

—DPR IAN; So Beautiful

 

BangChan se había tomado un receso mientras Felix y MinHyuk regresaban a la oficina, no podía aguantar sus ganas de ir al baño así que, pensando en que no le tomaría mucho tiempo salió unos instantes, para su mala suerte los baños de ese piso estaban siendo lavados así que tuvo que bajar unos cuantos para ir. Aunque suene tonto no lograba encontrar unos y su desesperación estaba creciendo. Llegó hasta la planta baja donde encontró unos perfectamente ordenados y limpios, y es entonces cuando fue feliz sintiéndose aliviado.

Al lavarse las manos escucha un sollozo fuera del baño, se siente extraño y preocupado, mirando a su alrededor se da cuenta que ese piso no es exactamente igual a los demás. Había bajado hasta el área de servicio de limpieza, eso explicaba porque estaba vacío a esa hora del día, pues todos estaban cumpliendo sus jornadas, aunque no todos al parecer.

Se asustó cuando vio como aquel chico golpea su casillero y el metal hace eco por todo el sitio, el chico se percata de su presencia y lo observa sorprendido y comienza a vestirse. Hasta ese momento no había notado que aquel hombre no tenía puesta la parte superior de su uniforme y tenía su torso completamente descubierto.

BangChan se disculpa mientras trata de ignorar los gruesos bíceps del chico, acoplados perfectamente a sus pectorales y torso trabajado. —¿Todo está bien? —

ChangBin le da la espalda para colocarse una nueva camiseta del casillero de JooHeon y se termina de subir la parte superior del mono del uniforme, sonrojándose hasta las orejas por ser visto casi desnudo por ese chico.

—Eh, si- to-todo está bien. —Empieza a tartamudear y su respiración se detiene cuando BangChan le sostiene sus manos, trataba de abotonarse el último botón del uniforme, pero sus temblorosas manos se lo impedían, el más alto le ayudó con ello mientras compartían una tímida mirada entre ellos.

—Fingiré que te creeré, pero no lloras por nada. Quizá no deba de ser yo, pero hablarlo siempre ayudará al menos un poco. —ChangBin en aquel momento desvió la mirada, pues no sabía cómo responder y menos cómo reaccionar ahora que el mayor sostenía sus manos entre las propias.

—Gracias. —Le sonrió tenuemente, directo a los ojos haciendo que BangChan quedará prendado de ellos. —Tengo que regresar al trabajo. —De pronto la lejanía del tacto del mayor le hace sentir de nueva cuenta el malestar de sus manos lastimadas, deseando volver a sostener las manos ajenas para no sentir ese dolor.

Finalmente cierra el casillero de JooHeon y se retira con su carrito lleno de sus utensilios, BangChan lo ve irse y se queda ahí unos instantes tratando de memorizar aquel momento, le mantiene tranquilo en cierta parte, pero intrigado por lo que sea que estuviera pasando en la vida de ese chico, justamente él había roto en llorar anoche y ahora este chico lo hacía. Las palabras de su padre resuenan en su cabeza, aquellas en las que él sentía la carga sobre sus hombros de tener que hacer funcionar la empresa en ciertos parámetros para que todos los trabajadores pudieran mantener su empleo, todos aquellos dentro de su compañía son iguales, aunque tuvieran tareas distintas, todos en algún momento lloran, todos en algún momento son felices.

—Supongo es parte del trabajo… y la vida. —

***

—¿A dónde fue? —Murmura Felix buscando a BangChan por la oficina mientras todos los presentes estan en sus celulares perdiendo el tiempo.

—Al baño o que sé yo. —HyungWon habla mientras suelta un bostezo. —Aunque ya tardó un poco, quizá este mal de su estómago. —Bromeó un poco haciendo que los demás rieran un tanto.

—O se encontró a una linda secretaria y por eso es qe tarda tanto. —La risa de Felix se apaga y su humor cambia de inmediato tras el comentario de MinHyuk

—¿No se supone esta comprometido con otra chica con dinero? —HyungWon encuentra aquella conversación un poco más interesante que su feed.

—¿Y eso qué? Dime que pareja es fiel hoy en día. —Responde MinHyuk tomando asiento dándole un sorbo a su café. —Tan solo cuando yo entré a la empresa ya había rumores de infidelidad del CEO, aunque nunca se supo nada más y los rumores murieron con el tiempo. —

—En dado caso BangChan no engañaría a su prometida con una simple secretaria cualquiera. —Felix dijo con desdén haciendo que MinHo fruncia el ceño.

—¿Cuál es el problema con que se meta con una simple secretaria? ¿Se metería acaso con un simple empleado del departamento creativo? ¿Tan bien es que se conocen? —Todos callaron por el comentario de MinHo, Felix le devolvió la mala mirada mientras ambos chicos apretaban sus vasos de café.

—Tan bien como para saber los gustos que tiene, querido. —MinHo bufó mientras negaba y giraba su silla, aquellas insinuaciones venenosas calaron en su paciencia.

—¿De qué hablaban? —BangChan entró justo en ese momento, no había escuchado nada fuera de la oficina y nadie quiso hacer alguna mención de ese momento incomodo entre ellos.

***

La señora Kim, secretaria de años de HyunWoo, se adentraba a la oficina con numerosos papeles que su jefe debía de firmar. Su oficina era bastante bonita y siempre que podían solía remodelar el estilo, era bueno en ello, a veces se preguntaba que era lo que estaba haciendo llevando una vida tan desairada, engañando a su esposa con su imbécil amigo, lo detestaba y HoSeok lo sabía. Ella sabía sobre su relación clandestina y le molestaba de sobremanera ya que ella tan bien fue engañada en su viejo matrimonio, detestaba esa clase de hombres. Llegaba a pensar en renunciar, pero la paga y prestaciones eran muy buenas. La empresa, aunque con sede en Australia, daba muchas ayudas para los trabajadores extranjeros, más siendo de origen coreano, además su vida personal no era de su incumbencia, pero como todo buen ser humano nunca esta demás juzgar a los demás.

—¿Es todo? —Murmuró hacia la mujer quién guardó con cuidado cada hoja firmada para archivarla, mientras extendió el post it con algunas notas.

—Sería todo, la prometida de su hijo llamó molesta en varias ocasiones, no tenía indicaciones de pasarle la llamada así que lo negué, pero pidió reunirse con usted y su esposa esta noche. —Resaltó aquella palabra, esposa, al ver de reojo a HoSeok. —Al parecer llegó esta mañana a Sídney y el joven Christopher no fue por ella, permiso. —

HoSeok esperó a que la mujer saliera de la oficina mientras veía a HyunWoo sobarse la cabeza. —¿Quieres que te salve de esta? —

—¿Sería mucho pedir? —Suplicó con la mirada, no estaba de ánimos, para soportar las quejas de una chica contra su hijo y todo porque su esposa había armado tal unión.

Aunque estaban en Australia las viejas costumbres coreanas lo perseguían, tal como su matrimonio fue arreglado, su esposa planeaba hacer lo mismo con su hijo, al inicio quiso oponerse a esa unión que era más por interés económico de las familias, pero todos en ambas partes se pusieron en contra suya y tuvo que ceder a la presión, así como cuando cedió y aceptó su actual matrimonio. Las cosas siempre habían sido difíciles para él, pero afortunadamente tenía a HoSeok, no se merecían esto, pero no tuvo otra escapatoria, el hombre simplemente aceptó la única forma en la que podía seguir siendo algo, aunque en el fondo le dolía, soportaría cualquier cosa por HyunWoo.

***

Esa noche BangChan estaba cansado, había olvidado todo lo que no tenía que ver con su trabajo y se dejó absorber por este, de regreso a casa aquellos ojos invadieron su mente, se golpeó mentalmente pues estuvo a punto de provocar un accidente. Quizá un baño lo arreglaría todo, un sueño en donde pueda verlo.

—No puede ser. —Agachó su cabeza hasta chocar con el volante, afuera de su casa estaba el auto de su madre, no tenía ánimos de hablar o pelear, como siempre ocurría.

Avanzó dentro de su casa a paso lento, sin ganas de querer seguir, pero obligándose a fingir una sonrisa y ocultar su cansancio, al ver a su madre, ésta le saludó mientras volteaba a ver a Rosé a su lado. BangChan abrió sus ojos como platos y sintió su pecho detenerse. Estaba muerto.

—Iré al grano. —La casa que normalmente estaba llena de luz y color ahora parecía lúgubre y sin vida, con las dos mujeres sentadas una a lado de la otra con sus ropas y accesorios ostentosos, daban miedo. —No puedes tratar a tu futura esposa de esta manera Christopher. —Demonios, odiaba cuando lo llamaban por el nombre completo, estaba más que molesta su madre, pero a Rosé parecía no importarle.

Su madre siguió dando sus sermones sobre un buen matrimonio y las responsabilidades que tiene para con su prometida, pareciera que estuviera regañando a su padre, en ese momento frunce el ceño, no lo ve en ninguna parte y se pregunta que pretexto puso para evitar algo así, aunque en un inicio se había negado a este compromiso pronto fue persuadido por ambas familias y meter presión para que aceptara su hijo.

—¡Suficiente! Yo no te críe así. Es una falta de respeto que no me prestes atención. —Rosé y BangChan abrieron sus ojos sorprendidos, su madre le había abofeteado sin ningún motivo aparente.

La mujer sintió un poco de remordimiento, no había medido sus acciones, estaba tan malhumorada por los desplantes de su hijo hacia Rosé, tan parecido a su padre, a esas épocas donde hacía lo mismo con ella y que hoy no le acompañaba excusándose con una barata cuartada, su enojo culminó hablando mal de su padre y ver que su hijo no prestaba atención le hizo perder los estribos. Nunca había hecho algo como eso, pero ya no le importó, recogió su bolsa y dejó a la pareja.

—Lo siento, no sabía que haría esto. —Murmuró Rosé poniéndose de pie para ir por algo de hielo para la mejilla de BangChan.

—Ya habíamos acordado que no sabría la fecha de tu llegada. —Tomó asiento con mal genio, dejándose caer en su amplio sofá.

—¿Qué querías que hiciera? Me estuvo llamando y pidiendo videollamada para comprobar si estabas conmigo, tuve que decirle todo y fue a verme, me trajo obligada a quedarme aquí contigo. —Se defendió dándole un doypack de un jugo para que se lo pusiera en la cara. —Sutilmente me amenazó con decirle a mi madre de estos desaires tuyos, deberías esforzarte más en esta farsa. No planeo arriesgar mi futuro por tu culpa. —

—Mientras nosotros sigamos adelante con lo que quieren, podrás tener a las mujeres que quieras, no debes preocuparte por esto. —Dijo BangChan, abriendo el empaque para beber el jugo.

—¿No has pensado en conseguirte un amante? Extrañaba cuando tenías al tuyo, esto se sentía equilibrado, hasta me siento mal por ti. —Murmuró tomando algunas botanas de la cocina de su prometido guardando todo en un par de bolsas.

—Lleva tiempo. No es tan fácil tener a alguien que entienda esta situación. —Ambos se quedaron en silencio mientras pensaban en el pasado. —¿Jennie como lo lleva? —

—Vamos bien, me quedaré unos días en su casa, pero dejaré mis maletas aquí por si tu madre loca decide venir de sorpresa. —Se lleva al hombro su bolso y camina hasta la puerta, deteniéndose unos instantes antes de salir. —Lo que pasó con JaeBeom no tiene por qué privarte de poder ser feliz… aunque sea en la única manera que hemos encontrado para hacerlo. —

La chica salió de su hogar y nuevamente todo quedó en silencio, mirando hacia el techo pensando en nada, en que solo quería dormir y descansar, pero sabía que eso sería imposible.

 

Notas finales:

Gracias por leer


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