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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

Las cosas se tornan incómodas entre Massiel y Camila en sus primeros encuentros, ella no tiene intereés en él y a él le da un poco de miedo ella, pero cuando Camila escuché sobre el secreto que Massiel le confió a Luy, quizás algo cambie.

¿Adivina qué me pasó luego de salir en busca de Cabellos Rojos con César y Sasha? Pasó que… nos alejamos un poco de más en el bosque y terminamos por desorientarnos… sí, tu estúpido Massiel se perdió en el bosque, de noche, pero al menos no estaba solo y creo que eso ya es algo. Gracias a Alan, quien prendió una bengala, pudimos dirigirnos hacia la luz para encontrar el camino de vuelta… wow, eso sonó un poco… como sea. Fue una lástima, pero esa noche regresamos a casa sin haber visto la cara de Cabellos Rojos… aunque no es como que no te haya escrito sobre ella antes.

Para cuando logramos regresar a la casa del supervisor, ya todos habían terminado de cenar, incluyendo a Cabellos Rojos, quien tan pronto devoró lo que había en su plato, se fue a dormir a la habitación que compartía con Yannel. Verás, en la casa del supervisor, habían tres habitaciones sin incluir la cocina, comedor, sala y baño; la que antes estaba destinada al supervisor y Miriam, ahora era compartida con Alan; la antigua habitación de Alan era ocupada ahora por mi primo y Yanis; y la gran habitación que construyeron los hermanos Rowing cuando llegaron, la usaban Yannel, Cabellos Rojos y ahora la pequeña niña que cayó del cielo, la cual había permanecido inconsciente todo el día.

Varios días después, tras la insistencia del supervisor de que fuéramos a su casa, mamá Sandra terminó por darnos permiso de ir a César y a mí, y pudimos hacerles una visita de nuevo. César era el más entusiasta por ir ya que tenía muchas ganas de volver a ver a Yannel, me confesó que ella fue la primera chica que le gustó en serio, y por tanto, si se las arreglaba para hacerla su novia, aunque no fuera la primera, definitivamente haría de ella la última.

Llegamos a la casa del supervisor en nuestro día libre, con Alan dándonos la bienvenida, entramos y lo primero que vimos fue una montaña de libros sobre la mesa del comedor, y detrás de ella, algunos cabellos rojos se asomaban.

—¿Estás en una sesión de estudio? —le preguntó César a Alan.

Alan se acomodó los anteojos y sonrió—. Algo así, estoy tratando de transmitirle un poco de mis conocimientos a Sagnier.

César y yo nos miramos confusos—. ¿Sagnier?

—Cierto, ustedes no conocieron a Cabellos Rojos, así le dice mi papá. Sagnier, llegó aquí después de Miraini. —Nos miró con entusiasmo—. Hey, ¿quieren unirse a nosotros?

Yo bajé la cabeza.

César me echó un vistazo y suspiró, luego me dio un pequeño empujón—. Massiel solía ser intimidado en la escuela por su profesor y no tenía ningún amigo, así que no tiene buenos recuerdos de la escuela, sin embargo, él es muy listo, salió de la primaria con muy buen promedio. Pasaron varias cosas y dejó de ir a la escuela, así que pienso que le serán de ayuda tus enseñanzas.

—¿En qué año de secundaria te quedaste? —me preguntó Alan.

—En primero…

—Entonces, ¿tienes 12?

—13.

—Oh, entonces eres de la edad de Sagnier. ¿Y qué hay de ti…? Eh~… ¿cuál es tu apellido? —se dirigió a César.

Él se encogió de hombros—. Sé que debo tener apellido, pero nunca lo he necesitado, así que no tengo ni idea de cuál es, solo llámame César.

—Bien, ¿entonces a tu hermano también debería llamarlo por su nombre?

Sonrió feliz, tanto a él como a mí nos gustaba que nos llamaran hermanos—. Sí, dile Massiel.

Alan asintió—. Así que, César, ¿tú no piensas en unirte a nosotros?

Negó con la cabeza—. Mamá me enseñó a leer y a escribir, y Massiel me enseñó matemáticas básicas, sinceramente, no creo necesitar más que eso. Bueno, si me permiten, los dejo, iré a buscar a Yannel~.

Y así, César nos abandonó.

Alan acomodó una silla para mí y movió algunos libros de tal modo que las tres personas en la mesa pudiéramos vernos las caras, luego de eso, trató de organizarse para enseñarle a leer a Camila, mi futura mejor amiga, y explicarme a mí algunos temas de biología. De verdad compadezco al pobre de Alan, yo era jodidamente tímido, tenía poquísima autoestima y mi interacción con las personas era mínima, para empeorar las cosas, Camila parecía verme como una molestia, por ello el ambiente entre ella y yo era pésimo, de verdad que el que Alan haya tratado de dar clases en ese tipo de ambiente, fue bastante admirable.

César y yo íbamos a casa del supervisor más y más seguido, sin embargo, cada vez que íbamos era lo mismo, César desaparecía para buscar a Yannel y me dejaba a cargo de Alan. Yo empecé a notar que Alan comenzaba a ver con cansancio nuestra llegada, más bien, la mía, y eso me apenaba mucho, me daban ganas de irme y nunca más regresar para no molestarlo, pero estaba seguro de que si yo dejaba de ir, César también lo haría y no quería quitarle la oportunidad de ver a Yannel, y entonces, llegó un día en el que me levanté al baño, y al regresar, escuché a Alan hablar con Camila.

—Ustedes deberían hablar más —dijo Alan.

Camila lo miró por un momento y luego volvió a bajar la vista hacia su libreta—. ¿Qué?

—¿Cómo que qué? ¿Por qué es tan deprimente el ambiente entre ustedes dos? Es un problema serio estar atrapado entre Massiel y tú. Me gustaría enseñarles en un ambiente más feliz.

Ella chasqueó la lengua—. ¿Por qué me preguntas eso?

—Debería preguntártelo a ti, obvio.

—No hay necesidad de ser tan amigable. No me gusta él, no habla mucho y se ve que es pesimista.

Alan frunció el ceño—. ¿Cómo puedes hablar así de él? ¿Recuerdas cómo eras tú recién llegaste aquí…? Oye, ¿no crees que estamos hablando un poco alto? ¿Qué tal si puede escucharnos?

Ella se encogió de hombros—. Como sea, tú empezaste.

—… Es solo porque —, suspiró—… ustedes no parecen llevarse bien…

Después de eso, regresó el silencio y yo volví a mi lugar. Yo mismo era consciente de mi manera tan torpe de interactuar con las personas, pero Camila fue la primera en expresar que no gustaba de mí por mi forma de ser, y no sé, me sentí herido. Por lo que resto del día, por primera vez desde que la conocí, alcé la mirada para verle la cara.

En ese tiempo, ella tenía el pelo corto, como un chico, de hecho, sé que soy un idiota, pero yo pensaba que Camila era uno, y no ayudaba que Alan la llamara por su apellido, ni que ella usara la ropa de Alan, ni que fuera más alta que yo, ni tener manchas de tierra en la cara, parecía que le gustaba salir mucho a jugar afuera, se podía apreciar fácilmente su color de piel natural asomarse en sus hombros, y el color de piel que le pintó el Sol en sus brazos, piernas y cara, además de eso, vi que sus ojos son de color caramelo, y muy grandes, pero creo que definitivamente lo más llamativo en ella es el tono rojizo de su pelo, es muy bonito, desde que la conocí siempre me ha gustado un montón su cabello.

La siguiente vez que César y yo visitamos la casa del supervisor, César vio a Yannel con Sasha antes de que entráramos a la casa y corrió detrás de ellos, dándome la oportunidad de no ver las caras incómodas de Alan y Camila. La tentación de irme a esconder era muy grande, me quedé cerca de la puerta por bastante tiempo pensando si entrar o no, pero entonces vi a la que niña que había caído del cielo sentada en un árbol de ahí cerca y me acerqué a ella.

—… Hola —dije mientras me sentaba junto a ella e inmediatamente me puse nervioso, porque no sabía cómo iniciar una conversación y no quería molestarla.

La pequeña abrazó sus rodillas, ocultando su cara—… Vete —susurró.

Y yo sentí cómo mi pecho se apretó—… ¿Te molesta que esté aquí? —pregunté dolido y un poco molesto, ya que ni siquiera me había dado la oportunidad de intentar hablar con ella.

—… Me molesta.

Suspiré—. ¿Soy tan molesto? ¿En serio es tan incómodo estar conmigo? Además de mamá Sandra, César y el supervisor, nadie parece interesado en mí, sé que soy un poco tímido, pero que pongan esas caras de cansancio cada vez que me ven, me cohíbe más y las palabras no me salen, lamento no ser una buena compañía, lamento ser aburrido, y lamento lo pesimista que soy. A mí tampoco me gusto. —Escondí mi cara en mis rodillas del mismo modo que lo hizo la niña.

La pequeña me vio de reojo—. Bien… puedes quedarte.

—…  ¿En serio?

—Sí. —Volvió a esconder su rostro, pero no tardó en enderezarse y estirar las piernas—. ¿No tienes amigos en la escuela?

—Ya no voy a la escuela. Pero cuando iba, no tenía amigos…

Me miró con pena—. ¿Siempre estabas solo?

—El profesor solía tratarme mal, no había día que no fuera golpeado por él, todos se dieron cuenta de que yo era tratado así solo por ser yo, así que creo que los demás niños no quisieron acercarse a mí por temor a recibir el mismo trato.

—¿Qué demonios? —preguntó indigna y se inclinó hacia mí mientras alzaba ligeramente su puño—. ¿Y no les contaste a tus papás?

—El profesor solo seguía órdenes de ellos, ellos fueron los que le pidieron que me golpeara en cada oportunidad.

—¿Qué? Pero he escuchado que tu mamá es una buena persona.

—Ah —, me enderecé también y me giré para verla—, no, creo que tú te refieres a mamá Sandra. En realidad ella no es mi verdadera madre.

Yo quizás tenía pésimos conocimientos sociales, y sigo sin entender cómo fue que la conversación se desvió a mi familia de sangre y apariencia, pero gracias a eso, pude permanecer hablando sin parar durante casi dos horas. Le hablé sobre Griselda, Santiago y Román, especialmente de la primera, me quejé mucho sobre lo mucho que sufrí por ella, le conté mi dramática historia del cochecito y de cómo esa bruja lo despojó de mí, también me di el lujo de enseñarle las cicatrices de mi cuerpo y explicarle la historia detrás de cada una de ellas. Pero también le hablé de cuando conocí a mi familia de corazón, y por supuesto, también le hablé de ti. Llegué a la parte de la historia en la que tenía que hablarle del motivo por el que escapé de casa, y tuve que contarle sobre mi poder, no había hablado de él con nadie, ni siquiera con mi familia de corazón, pero había algo en esa pequeña que me hizo confiar en ella.

—Con que aquí estabas —dijo Alan con molestia cuando me vio y caminó hacia mí hasta pararse enfrente de nosotros—. Llevo esperándote a ti y a Sagnier desde hace horas y ninguno de los dos apareció. —Miró hacia las ramas del árbol en el que yo estaba recargado—. Si no querían estudiar hoy, pudieron haberme avisado.

—Lo siento, me acomodé muy bien en la rama y me dormí —explicó Camila desde encima del árbol.

Miré hacia arriba sorprendido.

Camila bajó de un salto y me observó por un momento, y tras sonreírme, pasó su brazo encima de los hombros de Alan y se lo llevó dentro de la casa.

Yo era demasiado tranquilo como para ponerme a gritar, pero estoy seguro de que mi pánico se vio reflejado en mi cara, puesto que sabía que había personas que querían encontrarme y matarme por tener el poder de conceder deseos, quería ser cuidadoso y mantener mi poder en secreto, entre menos personas supieran de él, mejor. Confiaba en la pequeña por alguna razón que no me sabría explicar, pero no confiaba en Camila, y la sonrisa que me dedicó antes de irse… yo no sabía qué podía significar, mi cabeza era un lío, pensaba en las posibles consecuencias que podrían ocurrir por abrir mi boca, y entonces, en medio de esa tormenta de inseguridad, la pequeña tomó mi mano.

—¿Qué ocurre? —preguntó preocupada.

—M-mi poder —farfullé—… nadie debe saberlo…

—No se lo diré a nadie.

—¿Pero qué hay de Sagnier? Seguro que lo escuchó.

Ella apretó más mi mano—… No dejaré que hable de tu poder, le daré un combo de golpes si lo hace, voy a proteger tu secreto.

No me sentí del todo mejor, pero sus palabras me conmovieron tanto que lograron calmarme un poco, por lo que le sonreí agradecido—. A todo esto, ¿cuál es tu nombre?

—Lucía Amser, todos me dicen Lucy, puedes llamarme así también.

Oh sí, eras tú, nena~. Aunque en ese momento, yo no tenía ni idea de que esa pequeña niña eras tú, mi primer amor, la chica que me obsequió mis atesorados guantes amarillos, color de las luces de las luciérnagas.

Luego de un rato, noté que tú aún seguías tomándome de la mano y eso me puso nervioso, nunca una niña me había agarrado de la mano, no, nunca nadie me había agarrado de la mano, me hiciste sentir bastante avergonzado, fue una suerte que no lo notaras porque estoy seguro que mi cara debió ponerse muy roja, todavía recuerdo lo caliente que la sentí. Quería preguntarte por cuánto tiempo planeabas seguir sosteniéndola, pero no quería ser grosero, así que dejé que permaneciéramos de ese modo hasta que César fue por mí para irnos.

Notas finales:

Hoy les traigo recomendación de un manhwa yuri uwu

Yo he leído un montón, pero neta un montón de mangas, manhwas y manhuas yaois, pero yuris casi no, y llevo un buen rato con esa espinita de leer más, pero el problema es que pasé tanto tiempo leyendo yaoi hard, que el hard me aburre si no me gusta la historia o los personajes, tipo, perdón si a alguno de ustedes les gusta, pero intenté leer Citrus y Netsuzou trap, pero ni la historia ni los personajes me convencieron, así que abandoné los mangas. Y sé que a muchos les gustan, de hecho yo los conocí porque mi roomie me los recomendó un montón, pero no son para mí.

Y saben, sí me gusta el hard, solo que necesito que me interesen los personajes para disfrutarlo, y hasta ahora, los únicos yuris que me han gustado son re soft, tipo, Tamen di gushi, Un shoujo no tan shoujo, Estoy enamorada de la villana, o, este no es yuri pero hay una pareja secundaria de dos chicas, My secret brother.

Weno, volví a encontrar otro yuri soft super slice of life y amo a las chicas, se llama Ring my bell o Ven a mi casa, la pareja protagónica es super linda, me gusta lo bien que funcionan juntas, pero también por separado, tienen una relación muy sana y espero que así continúe, por ahí quería aparecer una 3ra en discordia, pero creo que ella sola se está dando cuenta de que no es necesaria y se agradece. Jajaja, creo que lo que más me gusta de este manhwa, es la amistad entre Mai y la dueña de la cafetería, son super graciosas.

Ahí si tienen tiempo, denle un ojito.

Gracias por leer.


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