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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

Massiel obtiene una marca en el dorso de su mano en forma de pluma de pájaro, es algo que le salvará la vida, pero, ¿por qué a Massiel le asustó tanto obtenerla?

Por alguna razón que no supe entender en su momento, la siguiente vez que César y yo fuimos a casa del supervisor, Camila me sorprendió con un cambió total de actitud, era mucho más alegre y amigable conmigo, tanto que me sentí abrumado. Recuerdo que a veces ella era un poco muy entusiasta y se me acercaba demasiado, sentí numerosas veces como mi espacio personal era violado, incontables veces me puse nervioso y solía farfullar cuando hablaba, pero a ella le daba gracia verme ponerme tímido y se reía cada vez que yo lo hacía.

—Lucy, Sagnier me da miedo —te confesé luego de huir de Camila y toparme contigo caminando cerca de la cocina.

Tú eras muy pequeña para palmearme el hombro, así que me palmeaste el brazo—. Ya, ya, ¿quieres hablar de eso?

—Sí.

—Ven, vamos a mi cuarto.

Tú y yo habíamos tenido un par de conversaciones más, y en la mayoría, tratabas de ayudarme a superar mis traumas. Un día, mientras trabajábamos en el mercado, el supervisor me contó muy feliz que, aunque al principio tú eras bastante cerrada con ellos, no hablabas mucho, y ni siquiera habías querido decirles tu nombre, eso cambió desde que yo comencé a hablar contigo, ya que desde entonces comenzaste a abrirte a él y los demás. Ah~, ¿tienes idea de lo especial que me hiciste sentir? Por eso siempre iba directo hacia a ti cuando los visitaba.

Obviamente, tú y yo no siempre hablamos de mí, llegó el momento de tocar el tema de tu vida, fue entonces que descubrí que mi pequeña psicóloga tenía solo 9 años, que la ropa tan rara con la que llegaste del cielo, era un uniforme que era obligatorio usar en tu escuela, que eras hija única, tus papás te querían y eran buenos contigo, tenías muchas amigas, vivías en un lugar con muchas casas y era común ver edificios de más de 10 pisos.

Te veías muy feliz cuando me hablaste de tu vida, tenías un montón de anécdotas graciosas, y en tu pacífica vida, lo más triste que habías vivido fue la muerte de tu perrito, pero wow, primero me contaste maravillas de él y me hiciste desear conocerlo, para luego contarme sobre su muerte, llorar, y hacerme llorar a mí también, te pasas, Lucy, te pasas. Todo era risas y diversión hasta que te pregunté:

—¿Y cómo fue que apareciste del cielo?

Agachaste la cabeza—… No lo sé.

Hice un mohín—… Entonces… ¿qué fue lo último que recuerdas antes de llegar aquí?

—¿Por qué no tratas de enfrentar a Sagnier? —preguntaste forzando una sonrisa.

—¿Qué…? Uhm… trataré…

Era bastante evidente que habías cambiado de tema porque no querías hablar de eso, así que no te quise insistir más, aunque me moría de curiosidad, porque, o sea, tú me contabas con tanto cariño sobre tu familia y amigos, me pareció extraño que no quisieras regresar, por lo que de hecho, esa no sería la última vez que te preguntaría por ello, ya que pensé que solo necesitabas tiempo. Sin embargo, más tarde descubriría que no era que no quisieras regresar, sino que no podías hacerlo.

Por cierto, no me he tomado la molestia de explicar cuál es el poder de Alan y los demás, ¿cierto? Voy a hacerlo para que los conozcas más, empezaré por el primero que descubrí, el de Yanis.

Voy a darte un poco de contexto. César decidió confesarse de una vez por todas a Yannel, cosa que yo no creo que haya sido necesaria porque él era demasiado obvio, pero bueno, él planeó usar la navidad como pretexto para regalarle un anillo y entonces decirle lo que sentía, pero para ello, nos pidió ayuda a Camila, a ti y a mí para que nos ocupáramos de distraer a Yanis, al menos el suficiente tiempo como para que César pudiera estar a solas con Yannel y hacer su movimiento.

Cuando llegó el día, mamá Sandra también fue a casa del supervisor luego de que él nos invitara a los tres a la cena de navidad. Ellos dos y Sasha fueron los encargados de hacer la cena, por lo que no salieron de la cocina en todo el día, los hermanos Rowing estaban en la habitación de Yanis, y Alan se unió a la misión cuando nos vio rondando muy misteriosos por ahí. Luego de esperar pacientemente una hora y media, Yannel salió en dirección al baño, César la siguió y todos los demás entramos a la habitación para tener una charla con Yanis.

—¿Ah? ¿Por qué quieren saber sobre mi poder? —nos preguntó irritado.

—Mera curiosidad —respondió Camila encogiéndose de hombros.

—Hasta ahora, el único que sabe sobre tu poder y el de tu hermana es mi papá —se quejó Alan—, puesto que compartimos vivienda y somos compañeros, me parece razonable la existencia de interés en ti. Y no es como que tengas algo que esconder, ¿o sí?

Camila asintió—. Eso, ¿qué más te da decirnos sobre tu estúpido poder?

Yanis frunció el ceño—. ¿Quieres que use mi estúpido poder en ti, niña tarada?

Yo di un paso hacia atrás impresionado, luego volteé a ver a Camila—. ¿¡Eres una niña!? ¡Creí que eras un chico!

La habitación se inundó de silencio hasta que fue interrumpido por las carcajadas de Yanis—. ¡Ese niño me agrada, jaja! —Me señaló mientras trataba de ahogar su risa…

Hey~… dijo que yo le agradaba, ya no me acordaba de eso.

Yanis se sostuvo el estómago con ambas manos y trató de calmarse—. Bien, bien, les diré sobre mi poder ya que el mocoso princesito me hizo reír. —Extendió su mano derecha hacia nosotros, mostrándonos su palma—. Yo puedo maldecirlos con solo tocarlos.

Todos, excepto Camila, dimos un paso hacia atrás, estremeciéndonos del miedo ante la mirada tan intensa de Yanis.

Él me miró y me hizo una seña con la mano para que yo me acercara a él.

Tragué saliva e hice lo posible por disimular lo tembloroso de mis piernas.

—Dame tu mano —me pidió.

Y tratando de no gritar y salir corriendo, yo lo obedecí.

La tomó por un segundo y luego la soltó—. Mira el dorso.

Lo miré. Había una marca en él en forma de pluma de pájaro de color blanco.

—Eso que tienes ahí en la semilla de una maldición.

—Oh. —Sentí como si la presión se me hubiera bajado. «¡Ah! ¡Voy a morir!», pensé, e imágenes de mi corta vida comenzaron a pasar enfrente de mis ojos.

Yanis me echó un vistazo y reprimió una risa—. Vale, ahora golpéame.

—¿Qué?

—Vamos, dame un golpe. —Giró la cara levemente hacia la izquierda.

Yanis siempre me había dado un montón de miedo, golpearlo me resultaba casi tan aterrador como lo era enfrentarme a Griselda, sin embargo, él había puesto una semilla de maldición en mi mano, tenía motivos de sobra para golpearlo, así que, en un impulso de valentía, contuve la respiración y le di una bofetada.

Él me miró con seriedad y luego soltó un suspiro—... Revisa tu mano.

Volví a mirar el dorso de mi mano. Esta vez no solo había una pluma blanca, había también una de color negro, y una delgadísima línea marrón que conectaba ambas plumas.

—La pluma blanca es la semilla de la maldición, se nota que es la semilla porque es más grande—explicó mientras se cruzaba de brazos—, y la pluma negra es el fruto de la maldición. En realidad, las semillas y frutos pueden tener cualquier forma, la del princesito la hice en forma de pluma, porque apuesto a que corre como una gallina. —Soltó una sonrisa burlona—. Las frutas crecerán con cada acción que haga el princesito, y con crecer no me refiero a que crezca de tamaño, sino de número, una fruta aparecerá por cada acción, si hace algo bueno, crecerá una fruta de color… cualquiera en realidad, menos negro, ese color está destinado a las frutas que crezcan cuando se hace una mala acción. Si quiero que el princesito pagué por haberme acariciado la mejilla, entonces activaré la maldición…

La ventana de la habitación se abrió con el aire y de ella entró una ramita que me golpeó la cara.

—Revisa otra vez tu mano —me pidió Yanis una vez cerré la ventana de nuevo.

Ya no estaba la pluma negra, de nuevo había vuelto a ser solo la pluma blanca.

—Recibiste tu castigo, se consumió la fruta de tu mala acción, por ello desapareció. —Tomó de nuevo mi mano—. He hecho que la maldición no crezca, si la dejo, la maldición hará que todo tu cuerpo se llené de frutas, sería gracioso verte cubierto de plumas, pero Yannel se enfadará. Antes de que pregunten, no, no puedo quitar la maldición, pero estará inactiva, se ve que lo está porque el contorno de la semilla tiene una apariencia grisácea, y bueno, tendrás que vivir con esa pluma en tu mano para toda tu vida.

—… B-bien…

En ese momento, solo podía pensar en lo mucho que me desagradaba la idea de tener una semilla de una maldición en mi mano por siempre, pero, ¿sabes?, más tarde, eso sería lo que salvaría mi vida. Igual me terminé muriendo después, pero, pues… viví un poco más y eso se agradece.

—Es un poder genial, ¿no creen? —nos preguntó Yannel, quien apareció con una sonrisa desde la puerta de la habitación—. En una batalla, ese poder puede ser de lo más útil, habiendo plantado semillas de su maldición en todas las personas que participen en la batalla, puede activar las frutas de buena suerte en sus aliado, y las frutas de mala suerte en los enemigos. Con su poder, puede hacer que una hormiga suertuda mate a un elefante desafortunado, en definitiva, mi hermano es como el Dios del Karma.

Yanis frunció el ceño y de inmediato bajó la mirada al suelo.

—Yo siempre me he preguntado por las lunas que tienes en tu cuello —comentó Camila mientras señalaba las 5 lunas menguantes de color blanco en el cuello de Yannel—. Pensé que era un tatuaje, pero, ¿no son también frutas de la maldición de Yanis? Aunque, si no mal recuerdo, todas son del mismo tamaño y no están conectadas, entonces, ¿las 5 son semillas?, ¿Yanis puede poner más de una semilla?

Yannel acarició su cuello—. No puede, yo soy un caso especial, mis lunas son una maldición de otro nivel.

—¿Otro nivel?

—Disculpa —interrumpí, dirigiéndome a Yannel—… ¿dónde está mi hermano?

—Ah, César… me abordó cuando salí del baño, comenzó a hablarme de cuán duro trabajó para comprar un anillo para la chica que le gusta, entonces me entregó una cajita con un anillo realmente lindo, y cuando estaba por ponerlo en mi dedo, él me dijo: «A ver qué día vamos por ahí, a comernos unos tacos, una torta, a casarnos, no sé», entonces le regresé el anillo y me vine hacia acá.

Camila y yo intercambiamos miradas y salimos disparados en busca de César, tú corriste detrás de nosotros y Alan terminó siguiéndonos también. No tardamos nada en encontrarlo, él aún permanecía cerca del baño, estaba sentado en el suelo, hecho bolita, abrazando sus rodillas, con la vista perdida en el vacío y un anillo dentro de su puño.

Toqué su hombro cuando me le acerqué—. César… ¿eres idiota?

Creo haberlo mencionado antes, pero en serio, César era un asco cuando trataba de ser romántico, recuerdo claramente que la primera vez que lo escuché tratando de conquistar una chica, jamás podré sacarme de la cabeza su frase de conquista: «Espero ver la llegada del día en que vea mis bóxers y tus tangas secándose en el mismo tendedero, mi amor». Nunca volví a ver a esa chica.

Por cierto, antes de que olvide escribirte sobre ello, para ese momento, Camila ya se había convertido en una buena amiga para mí. ¿Qué cómo? Bueno… yo no me había cortado el pelo en más de un año, mi flequillo se encontraba tan largo que comenzaba a estorbar mi visión, así que fui a la peluquería, pero… ¿te ha pasado alguna vez que le dices al peluquero que te corte un poquito el pelo y piensa que su deber es raparte? Pues eso es lo que literalmente me pasó a mí, no sé si es porque estábamos en la época en la que todos los chicos que habían cumplido sus 18 años iban a cortar su pelo para su fotografía de la cartilla militar, pero… a mí aún me faltaban 5 años para eso.

Sentía tanta vergüenza de que las personas me vieran, que me compré una gorra y solo la sacaba de mi cabeza cuando tenía que bañarme o dormir, sin embargo, luego de no haber ido a la casa del supervisor por 3 semanas, Camila fue a buscarme al mercado en mi hora de descanso.

—Hey, prometo ya no molestarte, pero no dejes de ir a la casa del señor Guilmer —me pidió—. Alan piensa que quizás te hizo sentir mal y se siente culpable, y Lucía no deja de suspirar todo el día porque te extraña, es un poco molesto ver a esos dos deprimidos.

Agaché ligeramente la cabeza—… No dejé de ir por ti, solo tuve… un pequeño problema, volveré a ir cuando ese problema pase.

Ella arqueó una ceja—. Hey, deja de mentir, y quítate la gorra que no puedo verte los ojos. —Y antes de que pudiera evitarlo, ella tomó mi gorra y dejó descubierta mi cabeza—… Oh… tu cabeza está totalmente afeitada… que feo. —No pudo aguantarse más y se echó a reír.

Apreté los puños avergonzado—. ¿Quieres callarte, cerdo? —mascullé, tratando de ofenderla.

Pero ella siguió riendo—. ¿Qué eres? ¿Un mono?

—Grrr… hablando de ti, mírate, qué gorda, te convertiste en un cerdo de verdad, ¡un cerdo de verdad!

Nos mal miramos e inmediatamente nos pusimos en posición de ataque.

Ella saltó sobre mí—. ¡Ha de ser molesto cortar tu cabello a cada rato, así que en vez de eso arranquémoslo! —gritó mientras tiraba de mi muy corto cabello.

—¡Agh! ¡Eso duele…! ¡Ataque del estómago gordo! —exclamé y la golpeé justo en su llantita.

—¡Wa! ¿¡Quieres morir!?

Sin importarnos el ridículo que estábamos haciendo enfrente de las personas, continuamos pellizcándonos las mejillas, sacándonos la lengua y haciéndonos nariz de cerdo mientras nos gritábamos. Sin duda, un hermoso momento que hay que recordar.

Tuve que volver a ir a la casa del supervisor por temor a que Camila fuera en mi busca una vez más, no quería tener problemas de nuevo, pero tras eso, dejé de evitarla y salir corriendo para en su lugar enfrentarla, luego de eso no nos tomó mucho tiempo volvernos cercanos, y como César notó mi cercanía con ella, él comenzó a tratarla más también, y era genial, entre los tres había una muy bella amistad masculina, sí, masculina, Camila era prácticamente un chico. Gracias a ella, César y yo pudimos conseguir dinero extra poniendo un puesto en el mercado, con él que ganamos más dinero que con el puesto que teníamos para vender lo que encontrábamos en el basurero, pero no dejamos de vender esas cosas, solo que ahora manejábamos dos puestos.

(Universo 2, E10, 62 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Cuando llegó la primavera y el pasto comenzó a crecer, Camila nos llevó al bosque y nos enseñó cómo cazar tarántulas, primero debíamos atrapar una mosca viva y tras quitarle las alas con cuidado de no matarla, buscábamos telarañas entre las hierba, o en hoyos dentro de los troncos de los árboles, esperábamos pacientemente a que la tarántula notara a la mosca moviéndose en su telaraña, y una vez salía de su escondite, nosotros ya estábamos listos para atraparla en un frasco.

Al principio los tres comenzamos a competir para ver quién podía atrapar la tarántula más grande y fea, Camila siempre nos ganó, pero luego nos aburrimos y comenzamos a poner juntas a las tarántulas que atrapábamos para que se pelearan y ver quién ganaba. Poco después, César y yo pusimos nuestro puesto de peleas de tarántulas e increíblemente nos fue muy bien.

Por aquella época, casi al inicio del verano, descubrimos que Camila tenía un poder que ella misma desconocía, y fue gracias a ti que ese poder fue descubierto.

Verás, tu estúpido Massiel se estaba divirtiendo tanto con César y Camila, que sin querer te fue dejando a un lado, no fue mi intención, pero te hice sentir triste y sola, hablaba menos contigo, o de lo poco de lo que te hablaba era de lo mucho que me había divertido cazando tarántulas, y siempre que me pedías ir con nosotros me negaba, porque me asustaba al pensar que una podría picarte, yo te miraba como mi hermana menor, así que creí que de esa forma te estaba cuidando, ahora lamento mucho no haber pasado más tiempo contigo en aquellos días.

La casa del supervisor no estaba lejos del bosque, por lo que los insectos no faltaban en la casa, quizás no había tantos como en la casa de mamá Sandra, pero sí había bastantes, sin embargo, ya que a Yannel le desagradaban, Yanis se convirtió en un sensor de insectos y se encargaba de ellos rápida y eficazmente. Tú rara vez veías insectos gracias a Yanis, los pocos que conocías eran aquellas arañas chiquitas y patonas que se encuentran en las esquinas de todas las casas, y hormigas, pero un día, mientras te columpiabas en un columpio que Camila, César y yo habíamos hecho con una llanta y una cuerda unas semanas atrás, identificaste la presencia de un arácnido de gran tamaño subiendo la pared de la casa del supervisor en dirección al techo.

No tengo idea de cómo, pero te las arreglaste para treparte de la ventana al alero del techo, el problema fue que no contaste con la inclinación de éste, para empeorar las cosas, había estado lloviendo esos días, así que el techo estaba resbaloso, y tú lo comprobaste luego de dar un paso. Habías subido para atrapar una tarántula y dármela, tenías la tarántula tan cerca, pero… no tenías con qué atraparla, te sentiste muy tonta y abortaste las misión, sin embargo, cuando te diste la vuelta y viste hacia el piso, lo sentiste muy lejos y te dio miedo, no sabías cómo bajar de ahí y querías llorar.

Como mencioné antes, había estado lloviendo esos días, entonces se nos hizo más difícil buscar insectos porque nos resbalábamos con el lodo, yo me caí al menos unas cinco veces sobre mi trasero y los demás no se quedaron atrás, por ello decidimos no adentramos mucho al bosque y regresamos rápido. Pasó un poco más de una hora desde que te habías subido al techo cuando nosotros regresamos y te vimos sollozando allá arriba.

—¡Lucy! ¿¡Qué haces ahí…!? ¡Lucía!

Cuando escuchaste mi voz, te alegraste un montón y el alivio te inundo, por lo que, sin pensarlo, diste un paso hacia adelante y entonces tu pie resbaló, sentí que mi corazón se salía por mi boca y hasta sudé frío, corrí como loco para atraparte… pero a medio camino, vi que tú no caías hacia el suelo… tú… ¿caías hacia mí?

Notas finales:

El karma está mal entendido, está el karma budista, hinduista, y el karma occidental, el primero significa que tu karma va a ser lo que va a definir cómo va a ser tu renacimiento, o sea, que tú vienes cargando karma de tus vidas anteriores.

Pero llega la cultura occidental y se caga en el concepto original y lo tratan casi cómo justicia divina. El karma implica que el universo entiende de moral, que existe una propiedad universal en donde el universo con sus bracitos llenos de estrellas, lleva la contabilidad de los puntos buenos y malos de los individuos para después retribuírselos equitativamente.

La moral es arbitraria a su tiempo, espacio y cultura, no hay un concepto universal de moral y por tanto el universo no podría tener un concepto universal de moral. (Todo esto lo saqué de "El karma no existe" del canal Tecito de calzón).

Las frutas de buena o mala suerte que aparecen con el poder de Yanis, aparecen según las malas o buenas acciones del individuo afectado por el poder, sin embargo, no es ningún dios o el universo quién juzga las acciones, las frutas aparecen según la moral de Yanis, lo cual está horrible porque el tipo no es la mejor persona para juzgar a otros.

Sin embargo es interesante, les explicaré un poco más de esto cuando aborde por qué él y Yannel se fueron de casa.

Ahora, ¿por qué chuchas cambié de cuenta? Hace un rato, me metí a mi cuenta de HikaSu y le piqué en Editar preferencias, y hay una opción que dice: "Mostrar lista de capítulos en los fanfics", y le piqué... weno, ahora tan pronto intento meterme a mi cuenta, me aparece "se ha producido un grave error en la base de datos" y no me deja hacer nada, ni siquiera borrar mi cuenta.

Pero hay algo bueno de esto, mientras superaba mi ataque de pánico y asumí que tendría que subir todo de nuevo en una nueva cuenta, la nostalgia me hizo meterme a fanfic.es, si quieren saber por qué ahora ando feliz, métanse a la página de fanfic.es :)

    Nota de Hik Son de 2 días en el futuro (19-May-22): Ya no aparece jajaja. Ah~. Al día de hoy, si te metes a la página solo viene info de la cultura del fanfic y eso, pero hace 2 días aparecía un mensaje en la parte superior de la página, decía que había un nuevo admi, que trabajaría para restaurar la página y haría de ella lo que siempre se deseó, porque pues la fanfic.es tenía algunos problemitas molestos como que se borraban un montón de historias sin explicación, nunca me pasó, pero sí sabía que existía ese problema. Si sí se restaura fanfic.es, lo más seguro es que regrese a ella, y dependiendo de cómo vea que me va por aquí, seguiré publicando en esta página o no, porque sigo sintiendo que los estoy invadiendo cuando sé que ustedes están aquí para leer yaoi y/o yuri.

Gracias por leer.


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