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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

Las cosas se tornan cada vez peor para Guilmer, Massiel y el resto, lo suficiente como para que Massiel le pida a Lucy huir, y entonces, cuando Massiel pensó en rendirse, recuerda que César aún debería estar peleando.

¿Te imaginas estar en mi lugar? Saber que hay un traidor entre los tuyos y que sea justo tu primo, sangre de tu sangre. Yo estaba a punto de gritar despavorido porque no podía creer que Sasha fuera el traidor, pero sentí tu mano tomar la mía y logré mantener la calma, fue así como pude percatarme de algo, mientras más se acercaba Sasha, más visible era el mal estado en el que se encontraba, parecía débil y tenía la cara completamente roja, era obvio que él tenía muchísima fiebre, y con el sol de aquella tarde, estoy seguro de que él estaba a punto de desmayarse por insolación.

—Y-Ya —balbuceó. Dio unos torpes pasos más y luego se detuvo para tomar aire—… ¡Yannel!

Sentí un frío terrible en mis pies que enseguida subió por mis piernas, y cuando bajé la cabeza para ver lo que me ocurría, vi que mi cuerpo se había congelado hasta mi pecho, y yo no era el único, todos, incluyendo a Sasha, estaban del mismo modo.

—De verdad lo siento —dijo Yannel, aunque no había arrepentimiento o culpa reflejado en su rostro. Dirigió su mano hacia un cadáver y atrajo hacia su mano las agujas de hielo que había en él para formar con ellas un cuchillo, luego caminó hacia un aliado del supervisor y lo atravesó en el corazón, un chorro de sangre salió disparado, pero ni una sola gota alcanzó a Yannel, y luego de que ella retiró el cuchillo, hizo lo mismo con el hombre de al lado, y así se siguió con los demás.

—¿¡Por qué  haces esto, Yannel!? —cuestionó el supervisor.

—Ellos van a morir de todas formas, es porque me he encariñado con ustedes que les estoy dando una muerte rápida a estos sujetos —, se detuvo cuando llegó a mí—… oh, pequeño Massiel~.

—¡Detente! ¡No te atrevas a matarlo! —gritó César con una cara que jamás había visto, él estaba tan asustado como furioso.

Yannel sonrió—. No… no lo voy a matar, no mataré a ninguna de las personas con las que compartí buenos recuerdos en la casa del señor Guilmer. Los quiero mucho como para matarlos yo misma, eso se lo dejaré a mis nuevos compañeros. —Se giró hacia Yanis, quien parecía igual de sorprendido que nosotros—. Ven conmigo, vayamos al lado del señor Tahiel.

Yanis miró en silencio a Yannel por unos segundos y luego asintió con la cabeza, tras esos, ambos caminaron en dirección a la mansión, Yanis unos pasos detrás de ella, y sin poderlo evitar, durante el camino él miró un par de ocasiones hacia la dirección en la que se encontraba Camila con Frank.

—Así que Yannel lo logró, ya es capaz de copiar un poder con solo verlo —dijo César mientras usaba ventiscas de aire caliente para derretir el hielo que nos aprisionaba.

—O quizás siempre fue capaz y solo lo estaba ocultando —comentó Alan—. Pienso que su poder debe tener alguna debilidad o limitación, pero como nunca nos lo mostró debidamente, si peleáramos contra ella estaríamos en una gran desventaja.

—Sí, es una suerte que no nos vayamos a enfrentarnos a ella… porque de otro modo matarla me habría emocionado mucho. —Y de nuevo, una cara jamás vista apareció en el rostro de mi hermano, estaba hecho una furia por la traición de Yannel y Yanis, sus ansias de matar a alguien eran tan fuertes que hasta se podían sentir.

Quedábamos el supervisor, Alan, Eider, Camila, César, Sasha, tú y yo. Éramos ocho contra cinco, los superábamos en número, pero para ese punto, ya no sabía si lograríamos sobrevivir. Para empeorar las cosas, un nuevo enemigo salió de la mansión azul, era un hombre de unos 40 años, de pelo negro, ojos verdes y usaba ropa de militar.

—Mierda, ¿por qué tuvo que salir él? —musitó el supervisor y una gota de sudor frío recorrió su frente.

Aquel hombre era el famoso hombre rayo que protegía a la mujer que quería matarme, el supervisor se había enfrentado a él una vez en el pasado, mientras todavía intentaba recuperar a su esposa él solo, al hombre rayo se le habían dado órdenes de no matar al supervisor, pero era tan condenadamente fuerte que casi lo mata sin querer, luego de aquel enfrentamiento, el supervisor tuvo que pasar 3 meses pegado a una cama.

—La ropa-escudo también la hiciste contra rayos, ¿verdad, Alan? —preguntó el supervisor.

—Así que ese hombre es Jano Mintzberg, el famoso hombre rayo —comentó Alan—. Sí, la hice para protegernos de descargas eléctricas en caso de que nos enfrentáramos a él, pero no esperes que nos proteja totalmente si ese tipo se pone serio.

—¿Crees poder enfrentarlo?

—Oye, oye, ese tipo es peligroso, ¿no? —preguntó César—. Mejor déjamelo a mí.

El supervisor negó con la cabeza—. No… quiero que tú te enfrentes al par que provocó la lluvia de agujas, y a la chica que envenenó a Mireya.

—¿Harás que César peleé contra tres? —cuestionó Alan.

—¿Puedes hacerlo? —inquirió mirando a César a los ojos.

—¡Puedo hacerlo! —respondió él lleno de seguridad.

—Entonces~… César enfrentará al dúo lluvia de agujas, y la chica venenosa. Alan enfrentará a Jano, quiero que Eider lo ayude.

—Pero yo quiero proteger a Massiel —se quejó el pequeño.

—Si peleas contra el tipo más peligroso, asegurarás que no dañe a Massiel.

Eider lo pensó por un momento—. Entiendo, pelearé contra el hombre rayo.

—Bien. Lucía, aléjate de aquí junto con Sasha, quiero que lo protejas, cuentas con ropa-armadura y con un brazalete con mi poder, confío en que podrás mantener a salvo a ti y a Sasha.

—Lo haré —contestaste mientras te dirigías hacia mi primo, pusiste el brazo de Sasha sobre tus hombros y caminaste hacia una zona segura.

—Y por último, Massiel, tú y yo enfrentaremos al sujeto que pateó a Mireya —, frunció el ceño, era evidente que a él le tenía bastante más rencor que a los demás—, el de la chaqueta roja, él cuenta con una fuerza bestial a pesar de verse delgado y pequeño, fue el encargado de detenerme cada vez que venía a recuperar a Miriam, por lo que mi pelea con él es un poco personal, espero que puedas respaldarme.

—Haré lo mejor que pueda —respondí.

Y así, la verdadera batalla comenzó.

El primero en lanzarse al ataque fue César, realmente no fue una sorpresa, empezó usando ataques de primer nivel para separar a sus adversarios del resto de enemigos y así llevárselos a una zona en la que pudiera usar su poder tanto como se le antojase sin preocuparse por nosotros.

Noé, la chica veneno, fue la primera en responder, transformó sus dedos en garras, corrió hacia César y trató de arañarlo para envenenar su piel del mismo modo como lo había hecho con Mireya, mi hermano tomó una lanza de uno de los cadáveres y con ella evitó varios de los ataques de Noé, sin embargo, la lanza poco a poco comenzó a pudrirse y no tardó en inutilizarse. Durante los ataques posteriores de Noé, César se la pasó esquivándolos mientras juntaba aire en sus manos y lo comprimía, una vez reunió el suficiente, esperó a que Noé se acercara ella sola a él y entonces le disparó con la Pistola de aire junto en la frente.

—¡Noé! —gritó el anciano.

—… ¿Murió tan rápido? —preguntó Ilhan, el rubio en pijama—. Ni siquiera mostró sus mejores ataques, debió usar su humo venenoso, es difícil derrotar a un oponente que se especializa en larga distancia con ataques de corta distancia.

—¿Quieres callarte, mocoso idiota? —dijo el señor Hugo, el anciano, mientras derramaba algunas lágrimas—. Mi preciosa sobrina ha muerto, ella era lo único que me quedaba en la vida.

—Entonces véngate, viejo tarado, llama a las nubes de una vez para que yo pueda usar mi poder a su máxima…

César volvió a usar la pistola de aire, esta vez le disparó al anciano en la espalda, atravesando su corazón.

Ilhan silbó—. A eso le llamo puntería.

«El viejo era el que podía hacer llover, ¿eh? Entonces el rubio es el que controla el agua», dedujo César—. Lamento ir demasiado rápido y no permitir que usen sus mejores habilidades —se disculpó encogiéndose de hombros—, pero quiero terminar con esto rápido, mi mamá nos está esperando a mi hermano y a mí en casa, y conociéndola, no va a querer comer hasta que nosotros lleguemos.

—Oh vaya, pues estamos de acuerdo con algo, yo también quiero acabar con esto rápido, estaba a punto de irme a dormir —señaló su pantalón—, por si no habías notado mi pijama. Así que no me enojaré porque mataste a mis compañeros, eres un poquito fuerte, sé que si dejo de mantener la cabeza fría podría resultar un poco herido y eso sería una molestia, después de todo, tengo que verme bien para mañana, tengo una cita con mi asistente y no quiero que esa chica haga una cara de preocupación cuando me vea. Bueno, prometo matarte rápida y eficazmente. ¿Listo?

Mientras tanto, al otro lado del campo de batalla, el reencuentro de un par de amigos de la infancia se estaba llevando a cabo.

—Quiero una explicación a la mierda que estás expulsando por la boca —pidió Camila mientras miraba con furia a su antiguo amigo.

Frank la miró herido, no le gustaba mucho recibir miradas tan severas por parte de Camila, con lo feliz que él estaba de verla—. ¿Es tan malo haberme aliado con Tahiel? Él me dio un nuevo hogar y amigos en los que ahora puedo depositar mi confianza, ¿no es lo mismo contigo y los sujetos con los que vienes? Tú luchas por tus nuevos amigos, yo lucho por los míos.

—¡Pero Tahiel es una mala persona!

Él frunció el ceño—. ¡Ja! ¿Mala persona? No me hagas reír, ¿si quiera tienes el derecho de juzgar la moral de alguien? Te recuerdo que tú eras una niña con una lastimosa que solía robarle a cualquier estúpido descuidado.

—¡Tú hacías lo mismo!

—No estamos hablando de mí, además, si empezamos a compararnos, tú sales perdiendo, yo no maté a mi madre.

—Ah. —Ella apretó los puños y agachó la cabeza.

—¿A pesar de eso te consideras una buena persona? Yo pienso que tú perteneces al lado de los malos, Camila, tienes un poder interesante, si prometes lealtad, puedo convencer a Tahiel de que te deje unírtenos.

Camila volvió a levantar la cabeza y lo miró indignada—. Me rehúso… ¿cómo puedes siquiera preguntarme eso?

—Lo hago porque no quiero matarte, tú fuiste mi única familia cuando era niño, aún te considero como mi familia, estoy realmente feliz de que nos hayamos encontrado, porque de hecho yo pensé que tú estabas —, cerró los ojos por un momento—… por eso no quiero que este momento se convierta en un mal recuerdo al tener que asesinarte.

Ella soltó un suspiro—… Tú también eras mi familia… pero ahora mi familia es otra, y no pienso traicionarlos.

—No quiero pelear contigo.

—Entonces únete a mí.

Negó con la cabeza y la miró con seriedad—Imposible, jamás traicionaré a Tahiel.

—Por supuesto… eso significa que no nos podremos librar de pelear entre nosotros…

—¿Qué es lo que estás esperando, Frank? —preguntó un hombre de cabellos negros, ojos como la miel y tez blanca, aunque levemente bronceada, quien apareció ante ellos.

Frank retrocedió un paso—. ¿Tahiel? ¿Por qué has salido?

Camila se puso en posición de guardia y miró a Tahiel mientras fruncía el ceño.

Él la miró por un segundo—. Que hermoso cabello —dijo casi susurrando—. Frank, eres el único que no está peleando. Tengo curiosidad, ese cabello rojo tan bonito, ¿no se verá más hermoso si se mezcla con su sangre?

Frank y Camila lo miraron en silencio.

Tahiel ladeó la cabeza—. ¿Qué es esto? Parece que los dos dudan en pelear… bueno, supongo que bastará con que uno de ustedes se decida a hacerlo. Frank, ¿por qué dudas?

Él desvió la mirada—. Ella… es mi amiga.

—Ya decía yo que me parecía conocida —dijo mirándola y asintió—… sí, la recuerdo, es esa niña que estaba cubierta de sangre cuando te encontré. Pero, Frank, ahora ella es un aliado de Guilmer, y tú sabes que cualquiera que le ofrezca su ayuda a Guilmer para quitarme a Miri, merece la muerte —, le echó una mirada al rostro preocupado del chico—… supongo que debe doloroso para ti enfrentarte a ella... pero los demás están ocupados y yo no creo ser capaz de matarla a menos que use «ese» poder, pero no puedo usarlo ya que Miri, Vane y mi mamá se encuentran cerca, sería peligroso usarlo. Sé que tienes dudas, Frank, pero debes hacerlo tú, y yo te voy a ayudar a olvidarte de lo que te impide matarla.

Frank lo miró sorprendido—. Espera, Tahiel…

—Frank, olvídate de tus sentimientos y tu cariño por ella, porque… aunque te gustan más los gatos, tu sombra se transforma en perros.

—Entendido.

Tahiel sonrió—. Ahora puedes matarla. Bien, regresaré a la mansión. —Se dio la vuelta y caminó de regreso.

Camila estaba confundida, no entendía las absurdas palabras pronunciadas por el líder de nuestros enemigos, pero aún más extraño que sus palabras, era que ellas habían cambiado por completo la mirada de su antiguo amigo, aquellos ojos vacilantes y amables, se habían transformado en unos fríos que no dudaban en asesinarla. Camila lo supo de inmediato, el chico parado frente a ella, la quería matar.

Ella activó su poder en el instante en que supo que algo en su amigo había cambiado, Frank comenzó a elevarse, caía hacia el cielo hasta que su cuerpo chocó con una pequeña ave que iba pasando por ahí, la cual comenzó a volar en círculos, asustada y confundida ante la situación. Frank quedó en un gran aprieto, las bestias sombras las invocaba desde su propia sombra, pero el ave volaba lo suficientemente alto como para que ésta no se proyectara en el suelo, por lo que no tenía forma de atacar a Camila.

Ella sabía que no podía mantener a Frank de ese modo por siempre, el ave bien podría descender y darle la oportunidad a Frank de que usase su poder, pero mientras tenía tiempo de idear un plan para atacar a su amigo desde donde estaba, lo cual no era realmente un problema, ella podría dirigir una espada o una lanza hacia él usando su poder, pero ella no quería matarlo, por lo que lo único que le presentaba un problema, era atacarlo sin matarlo.

Mientras tanto, el supervisor y yo nos encontrábamos en una pelea que consideraba demasiado intensa para mí. Éramos 2 contra 1, y sin embargo yo sentía que era un 1 contra 1 y un espectador, el Tipo Fuerte parecía estar conteniéndose, supongo que por la orden de no matar al supervisor, pero cada vez que su puño tocaba el cuerpo del supervisor, se podían escuchar un par de huesos de él romperse, aunque él de inmediato se curaba, se ponía de pie, y le regresaba el golpe al Tipo Fuerte. Yo traté de hacer lo mismo, pero cuando llegué a estar cerca del Tipo Fuerte, fui fácilmente esquivado y de inmediato me mandó a volar, y aun teniendo el brazalete con el poder del supervisor con el que era capaz de sanarme, me tomaba un poco de tiempo moverme por el intenso dolor de mis heridas, era increíble la velocidad con la que el supervisor se ponía de pie luego de recibir las mismas, «¿Acaso no siente dolor?», recuerdo suponer.

A su vez, Alan y Eider trataban duramente de acercarse al hombre rayo, Eider era el que mejor lo estaba haciendo, luego de transformar sus brazos en unas monstruosas garras, y sus piernas en algo jamás visto, adquirió una agilidad, velocidad y fuerza que llevó a Jano a usar un poco más la mitad de su poder, pero era extraño, había recibido órdenes de no matar a Alan, pero, ¿por qué parecía contenerse también con Eider?

—Jano, es suficiente —dijo Tahiel mientras se acercaba a ellos. Entonces la lluvia de rayos cesó y él caminó sin miedo hacia el pequeño Eider—. ¿Cuál es tu nombre? —le preguntó.

Eider retrocedió un paso mientras lo miraba con desconfianza—… ¿Por qué debería decírtelo?

—Porque tengo hambre.

—Mi nombre es Eider.

Alan miró la escena con extrañeza. ¿Por qué Eider lo había obedecido tras esa respuesta tan absurda?

—Tú tienes  el mismo poder que yo —continuó Tahiel—. Pobrecito, debiste ser llamado monstruo muchas veces, ¿cierto? Hey, dime, ¿también mataste a tu familia?

Eider frunció el ceño.

—Lo hiciste, ¿cierto? Eres igual que yo… Ven conmigo, únete a mí, hazlo porque así… te daré algo del helado que compré hace rato en Kleidi.

—¿Qué demonios está diciendo este loco? —musitó Alan.

Pero por muy extraño que pareciera, Eider comenzó a caminar hacia Tahiel, hizo volver su cuerpo a la normalidad y se paró enfrente de él—. Está bien.

—¿¡Eider!? ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Regresa!

Tahiel palmeó la cabeza de Eider—. Entra a la mansión y espérame en la sala.

Eider asintió y obedeció las instrucciones de Tahiel.

—Jano, acaba de una vez con el pequeño bastardo —ordenó Tahiel sin molestarse en ver a Alan.

Jano asintió—. Bien.

Tahiel caminó detrás de Eider, pero en vez de entrar a la mansión, se quedó sentado fuera de la puerta para mirar las peleas que se estaban llevando a cabo. La pelea entre Alan y Jano continuó, pero sin Eider, Alan estaba en una grandísima desventaja, dio todo de sí para esquivar los rayos de Jano, corriendo de un lado a otro tratando de abrirse camino hacia su adversario, pero pronto fue alcanzado por un rayo, y aún con la ropa-armadura, su cuerpo se paralizó lo suficiente como para que otro rayo lo alcanzara, luego otro, y otro más, entonces Jano caminó hacia él, lo levantó sujetándolo del cuello con una mano, y recubrió el puño de la otra con electricidad para luego golpear a Alan y mandarlo a volar inconsciente unos metros.

El supervisor y yo logramos presenciar aquel momento en medio de nuestra pelea con el Tipo fuerte, fue un grave error distraernos, pero estábamos preocupados por el estado de Alan, y yo además tenía la angustia de no saber en dónde demonios se encontraba Eider porque no había visto cuando él entró por su voluntad a la mansión, «¿Lo mataron?», pensé y con la vista traté de buscarlo por los alrededores, vi entonces a Jano regresar tranquilamente hacia la mansión, cruzar un par de palabras con Tahiel, y luego entrar por la puerta mientras una mujer, que en ese momento yo desconocía que era la esposa del supervisor, salió a hablar un momento con Tahiel, pero él se puso de pie y comenzó a empujarla de regreso a la mansión, no sin antes darle un beso en la mejilla.

Justo un instante después vi al supervisor caer duramente contra el piso, esa vez no parecía poder levantarse de nuevo, sus ojos se hallaban cerrados y su cabeza no paraba de sangrar.

—Mierda, me pasé —farfulló el Tipo Fuerte un tanto nervioso. Volteó a verme con una expresión desesperada—. ¡Date prisa y cúralo!

—¡S-sí!

Activé mi brazalete y comencé a curar las heridas del supervisor, estaba demasiado concentrado en eso como para notar que el Tipo Fuerte miraba con interés y curiosidad mi brazalete. Cuando terminé, el enemigo tomó mi muñeca y me arrancó el brazalete rompiéndolo sin querer.

—… Joder, la he vuelto a cagar —musitó—. En fin. —Se encogió de hombros.

Yo apenas estaba procesando que mi brazalete se encontraba hecho mierda en la mano del Tipo Fuerte cuando de pronto sentí su puño en mi abdomen, el aire en mí irse, y todo el mundo dando vueltas mientras yo flotaba. Cuando caí al suelo, todo mi cuerpo se impactó con unas rocas no muy lejos de donde tú estabas cuidando de Sasha, cuando me viste te olvidaste de mi primo por un momento y corriste hasta donde yo estaba para tratar de ayudarme. Estoy seguro que yo debí haber muerto ese día, pero gracias a la ropa-armadura de Alan, solo salí con unas cuantas costillas rotas, que por suerte no me perforaron ningún órgano, lo que sí, el impacto contra las rocas me destrozó, por la forma en la que caí, mi brazo y pierna derechos se fracturaron, y parte de la piel de mi espalda se desprendió cuando mi cuerpo hizo fricción con las rocas.

—¡…el! ¡Massiel!

Vi tu imagen borrosa junto a mí y traté de esforzarme por enfocarte para verte con claridad, entonces empecé a sentir un dolor como ningún otro, grité y me mordí la lengua para soportarlo, tú activaste tu brazalete para curarme pero… tus manos comenzaron a temblar. El Tipo Fuerte, quien luego de mandarme a volar había ido en dirección de Camila, le dio una patada en el costado con tanta fuerza que terminó en el suelo, y al desconcentrarse por el dolor, Frank fue liberado del ave que volaba y cayó en los brazos del Tipo Fuerte, quien se retiró de ahí tan pronto los pies de Frank tocaron el suelo.

Desde donde estábamos, fuiste capaz de ver el cuerpo de Camila siendo destrozado por las bestias de sombra de Frank, vi lágrimas recorriendo tus mejillas por presenciar esa espantosa escena, por lo que con dolor me giré hacia la dirección que tú veías para saber qué estaba pasando, y entonces la vi, múltiples heridas en todo su cuerpo, toda su ropa se había pintado del mismo color que su pelo, y no había nada en ella que me recordara a la Camila que yo conocía.

Ese fue el día que conocí el infierno. El supervisor y Alan yacían tendidos inconscientes en el suelo, Camila estaba en tan mal estado que era imposible que siguiera con vida, Sasha se encontraba dormido con una fiebre peligrosamente alta, Eider había desaparecido a quién sabe dónde, yo tenía un brazo, una pierna y un par de costillas rotas que me hacían imposible moverme, además de una herida en la espalda que no dejaba de sangrar y me estaba haciendo sentir mareado.

Te miré, estabas completamente asustada, tu cara se veía tan pálida que parecía nieve, y tus lágrimas caían una detrás de otra como si no tuvieran fin. ¿Qué iba a pasar contigo? ¿Qué demonios iba a pasar contigo? ¿Quién iba a protegerte…? Mi temor comenzó a tomar forma cuando retrocediste ligeramente y escuché los pasos de alguien acercándose, pude reconocerlo, eran las fuertes pisadas del Tipo Fuerte.

—Corre —te pedí con dificultad—. Huye, Lucy, no dejes que te mate. —Te miré con desesperación, te miré con los mismos ojos con los que te vio tu madre la última vez que la viste, te pedían ponerte a salvo, y te obligaron a huir dejando a todos atrás.

Fue así que un portal te devoró y desapareciste nuevamente de mi vida.

Cerré mis ojos complacido, estaba por dejar de luchar por respirar, dormirme para que desapareciera el dolor que inundaba mi cuerpo, pero en un destello de lucidez, su cara apareció en mi mente en el instante antes de rendirme ante la muerte.

—César —susurré.

Volví a abrir mis ojos, las pisadas del Tipo Fuerte seguían escuchándose, pero ya no parecían dirigirse hacia mi dirección. Puse mi mano izquierda sobre la roca en la que me encontraba tendido y con su ayuda moví mi cuerpo, logrando que cayera boca abajo sobre la tierra, dolió tanto que quise gritar, pero temía que los enemigos notaran que aún seguía con vida y terminaran de rematarme, pero necesitaba verlo, ¿dónde estaba César?

Notas finales:

¿Onta César? ¿Sigue vivo? ¿Será que él se encargará de revertir la situación? ¿Massiel podrá ir a tomar su primer trago con César el día de su cumpleaños con su cuerpo todo magullado? Esto y más en el siguiente capítulo ;)

Gracias por leer.


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