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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

Lucy aparece una vez más frente a Massiel, ésta vez para rescatarlo.

(Universo 2, E10, 59 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Recuerdo que estaba por llegar mayo otra vez, mi cumpleaños número 11 se acercaba, y yo veía cómo César, quien ya tenía 13 años, comenzaba a sufrir el cambio de su voz, por lo que yo, como su buen hermano menor, me vi en la obligación de encargarme de la importante tarea de burlarme de César cada vez que él tenía que aclararse la garganta cuando se le salían un par de gallos al hablar.

Fue por ese tiempo que el supervisor comenzó a hacernos invitaciones a su casa, nos contó que  él llevaba un tiempo dándole vivienda a varios jóvenes, y que recientemente había llegado una niña, él estaba preocupado por ella ya que parecía menos animada con el paso de los días, y creyó que César y yo, al parecer más o menos de su edad, podríamos ser sus amigos y alegrarla un poco. César y yo siempre nos negamos, es decir, sentíamos sobre nuestros hombros la responsabilidad de hacer sonreír a una niña, y éramos tan inexpertos sobre las personas del sexo opuesto, que preferimos librarnos de ello no sabiendo nada de ella. Quién hubiera pensado que tiempo después terminaríamos siendo tan cercanos a esa niña.

(Universo 2, E10, 60 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Un año más tarde, un mes después de haber ingresado a la secundaria, llegó a mi casa una visita que cambiaría mi vida, y de verdad no estoy exagerando. Ese día, mi tío Paúl atravesó la puerta acompañado de mi prima Matilde de 9 años, ella le entregó el libro que sostenía en sus manos y luego mis padres de sangre y apariencia nos pidieron a Román y a mí que saliéramos al patio para jugar con nuestra prima.

Teníamos un columpio ahí en el jardín, Román ayudó a Matilde subirse en él y comenzó a empujarla, mientras que yo me senté a un lado de ellos sobre el pasto.

—¿Es cierto que ustedes también tienen poderes? —nos preguntó Matilde.

Román y yo cruzamos miradas—. ¿También?

Ella asintió—. Yo puedo anular sus poderes.

Arqueé una ceja—. ¿Ese es tu poder? ¿Qué clase de poder es ese? Me parece ridículo —opiné, pero en seguida me arrepentí de la rudeza de mis palabras—. Lo siento, no quise decir eso…

—Está bien. —Se encogió de hombros—. Sé que puede parecer un poder inútil, pero yo no lo veo así. Estoy segura que allá afuera hay toda clase de personas con poderes extraordinarios, habrá algunos que los usen para hacer el bien, habrá otros que lo esconderán, y también estarán aquellos que los usen para hacer cosas perversas, en aquellos casos, pienso que mi poder será de utilidad para detenerlos.

Me rasqué la cabeza—. Ya veo… tienes razón.

—Aún soy muy pequeña para hacerlo, pero algún día, pienso reunir a personas que me ayuden a detener a los malos, como una organización de súper héroes.

—Pareces muy determinada, seguro lo conseguirás —aseguró Román con una sonrisa.

Esos dos comenzaron a hablar mientras que yo me ensimismé totalmente, mi mundo seguía siendo muy pequeño, tengo que confesarte que yo nunca había pensado en lo que acababa de escuchar de mi prima, porque seguro las había, personas malas con poderes peligrosos, y me asustó la idea de llegar a toparme con alguien así, así que cerré los ojos esperando nunca encontrarme con esas personas, sin imaginarme que años más tarde, yo los enfrentaría por mi propia voluntad.

—…el… Massiel, ¿no me escuchas?

La voz de Román me hizo volver a la realidad

—Clara acaba de decirte que nuestros padres te llaman.

«¿Santiago y Griselda me llaman cuando hay visitas?», pensé con sorpresa. Estaba un poco bastante confundido, pero igual me puse de pie y seguí a Clara hasta la sala en la que esos dos y mi tío Paul se encontraban sentados. Cuando llegué, mi tío caminó hacia mí y puso en mis manos el libro con el que vi llegar a Matilde.

—Léelo —me pidió.

—¿Ahora mismo?

Él asintió.

Lo obedecí. Luego de pasar mis dedos por la portada, abrí el libro y posé mis ojos sobre las letras pintadas con tinta que había sobre la primera página. El libro parecía más como un cuento para niños, tenía pocas oraciones en cada página, y el espacio restante lo ocupaban dibujos que parecían estar hechos a mano, no contaba una historia interesante, pero esa fue la primera vez que escuché, más bien, leí, sobre mi bisabuela Junuem.

Iniciaba contando muy brevemente la vida llena de guerras de Junuem, y cómo perdió a su hermano mayor y su amado en una de ellas, pero la historia se centraba más en su encuentro con un Dios de nombre Krymtheo, no me parecía una historia con nada especial, pero el penúltimo párrafo realmente me intrigó, hablaba de los dos pequeños que tuvo mi bisabuela, uno de ellos, tenía los ojos del Dios Krymtheo, capaces de ver lo mismo que eran capaces los de Román, y el otro…

«M, el hermano menor, quien tenía una luz blanca rodeándolo», me detuve por un momento al leer eso, porque mi aura era de ese mismo color, «… nunca mostró algún signo de tener un poder, pero Junuem tuvo un presentimiento, uno malo…», «… M tenía el poder más peligroso…», «… él tenía el poder de conceder deseos…».

—¿¡Qué!? ¿¡El poder de conceder deseos!? ¿¡Massiel, tú tienes ese poder!? —quizás te estarás preguntando con sorpresa o tal vez con escepticismo.

Y la respuesta es sí, ese es mi poder. Bueno, uno de mis poderes, porque en realidad tengo dos.

«¿Pero cómo esa clase de poder nunca se manifestó?», leí que se preguntaba Junuem, y yo me pregunté lo mismo… pero en seguida leí la respuesta, «Es porque para utilizar ese poder, el portador debe morir…». Mi cuerpo se estremeció de miedo y levanté la vista hacia mi tío—. Entonces… ¿yo puedo conceder deseos a cambio de mi vida?

Mi tío Paul bajó la mirada y me palmeó el hombro mientras tomaba el libro de vuelta—. Así es. Este libro… lo escribió mi abuela Junuem, yo hice todos los dibujos incluyendo la portada. Está en mi posesión porque es un recuerdo de mi abuela, pero si tú lo quieres, puedes quedártelo.

—No lo quiero —respondí cortante.

—… Sí… es normal. El poder que tú tienes es muy especial, yo me atrevería a decir que es el más especial de todos los que existen, pero también es el más peligroso, si llegases a morir y le concedieras deseos a la persona incorrecta… incluso la destrucción del mundo no sería imposible. Me lo pensé mucho para venir, tanto mi abuela como yo, pensamos que lo mejor era callar qué tipo de poder posees, así no habría riesgo de que se difundiera información sobre él y te buscaran personas malas para adueñarse de tu poder, sin embargo… he escuchado rumores sobre la existencia de un grupo de personas con habilidades inhumanas que destrozas ciudades enteras y arrasan con las vidas de todos en ellas, para buscar a un niño con tu poder, creo que se hacen llamar «REVENISH» o algo así, es por eso que he venido a contártelo a ti y a tus padres, para que tomen precauciones, estoy seguro que mi hermano y mi cuñada harán todo lo posible por protegerte.

Cuando alcé la mirada, mis ojos se cruzaron con los de mi tío, pude ver a través de ellos el enorme corazón que tenía, supe que sus palabras eran sinceras, él sentía preocupación genuina por mí y de verdad quería lo mejor para su pobre sobrino… pero sus acciones sin un pisca de mala intención, provocarían que la llama de avaricia en mis padres de sangre se avivara más. En el momento en que mi tío y mi prima cruzaron la puerta para irse, la piel se me puso de gallina por la increíble sed de sangre que sentí atravesar mi espalda, y es que, ya no era solo Griselda.

—¿No estás feliz, Massiel? —preguntó Santiago—. Tu existencia será de utilidad después de todo. Si mueres ahora, podrás hacer feliz a mamá y a papá, concediéndonos el deseo de aumentar nuestra riqueza, por fin podrás pagar el precio de estar vivo.

Alguien chasqueó la lengua—. ¿Acaso eres estúpido?

Sentí dos cálidas manos sobre mis hombros y una agradable voz sonando arriba de mi cabeza. ¿De quién crees que era? Oh, sí, linda, estás pensando bien. Eras tú, mi dulce y tierna Lucy. ¡Ja! Esos imbéciles nunca te vieron venir.

—¿¡Quién eres tú!? ¿¡Cómo fue que entraste!? —te gritó Griselda en completo pánico.

—¿Acaso eso importa, estúpida? —mascullaste mientras los  mirabas con desprecio—. Miren perros, yo no me entré a vergazos con un millón de espermatozoides para escuchar la mierda que sale de sus bocas. Ahora que saben que Massiel puede conceder deseos, ahora sí se hacen llamar sus padres. ¡Ja! Y esa estupidez de: «por fin podrás pagar el precio de estar vivo». Enróllense sus palabras y métaselas por donde no les da el Sol, basuras.

El rostro de Santiago se puso rojo de ira—. ¡Insolente!

—¡Cierra el hocico, cabrón! ¡Aún no termino de hablar! Escuchen, idiotas, no van a matar a Massiel, en primera, porque si lo llegasen a hacer, yo me encargaría de torturarlos y hacer que quieran morir antes que seguir viviendo sus patéticas vidas, y en segunda, porque Massiel no les va a conceder ningún puto deseo. El libro no lo específica, pero en realidad Massiel tiene la facultad de elegir a quién le va a conceder deseos. ¿Acaso son tan estúpidos como para creer que él los va a elegir a ustedes? No se hagan ilusiones, pendejos.

Román entró a la sala luego de escuchar tu voz defendiéndome, entonces cruzó miradas contigo y recibió por primera vez en su vida una mirada despectiva, justo como la mirada que yo estaba tan acostumbrado a recibir por parte de Griselda y Santiago.

Soltaste mis hombros, tomaste mi muñeca derecha y me jalaste para que te siguiera. Pasaste al lado de mis padres de sangre, ignorando sus gritos, y luego de tomar la muñeca de Román con tu otra mano, subiste con nosotros las escaleras para ir al segundo piso, luego al tercero, y entraste a mi habitación luego de preguntarme cuál era—. Bien~, ¿por dónde debería empezar a explicar? —dijiste mientras cerrabas la puerta con seguro. Miraste de nuevo a Román con desprecio—. Tú, siéntate en la esquinita y no te muevas.

Él obedeció sin resistirse.

—Massiel, tú siéntate en la cama —me pediste con mucha más amabilidad.

Yo también te obedecí.

Te sentaste en el suelo frente a mí con las piernas cruzadas y me miraste con una sonrisa—. Camila tenía razón, insultar a las personas que odias se siente tan genial… ah~… bueno, tú no tienes idea de quién soy yo, ¿verdad?

—… Eres… la señorita de los guantes, ¿no?

Ladeaste la cabeza y frunciste el ceño ligeramente—. ¿La señorita de los guantes…? Creo que me estás confundiendo.

—No, estoy seguro. —Fui a mi armario por los guantes amarillos que me regalaste la primera vez que te vi y te los di—. Tú me diste estos guantes hace 4 años.

—¿Hace 4 años…? Ya veo… debes referirte a ese día. Te los di una tarde de invierno mientras buscabas a la señora Sandra y a César, ¿no?

Asentí.

Sonreíste y me devolviste los guantes—. Esa fui yo, pero no fui yo, pero seré yo. —Hiciste una mueca por no saberte explicarte bien—. Hey, ¿no crees que luzco un poco diferente de la chica de ese día? ¿No te parezco ligeramente más joven?

Intenté examinarte y luego compararte con la Lucy de mis recuerdos—… No sabría decirte.

Suspiraste—. Lo que pasa es que yo tengo el poder de viajar en el tiempo, es un poder problemático que no puedo usar como quisiera. La chica que tienes frente a ti —, te señalaste a ti misma—, tiene 20 años, la que te dio esos guantes seré yo a los 24, pero en sí, yo te conoceré por primera vez en el verano del siguiente año, espero… que me trates amablemente, hoy planeo ayudarte a salir de aquí, así que hazlo como agradecimiento.

—¿Me vas a ayudar a irme? —Caminé hacia mi ventana y vi que varios guardias de seguridad rodeaban la casa—. Imposible, ¿cómo vas a ayudarme?

—Bueno, en sí, yo no seré quien te ayude.

—¿Entonces quién?

—Ya verás —respondiste con una sonrisa. Miraste tu muñeca, traías mi reloj de bolsillo atado con una cinta de cuero en ella, aunque en ese momento no lo noté—. 2:33, 2:33, 2:33, 2:33, 2:33… ok, no debo olvidarlo. Solo espero que sea puntual…

Mientras te miraba extrañado, escuché los vidrios de mi ventana quebrarse y luego vi a César aterrizando torpemente en mi habitación. Él te miró por un momento y después asintió con la cabeza, tú hiciste lo mismo, luego César me jaló hacia él, me subió a su espalda y tras correr hacia mi ventana, saltó al otro lado. Me sujeté fuertemente a César y mientras veía el suelo cada vez más próximo a nosotros, solo pude gritar:

—¡Vamos a morir~!

Notas finales:

El libro con el que Massiel descubrió cuál era su poder, se llama: "La guardiana del escondite de un Dios", aquí no va aparecer mucho más sobre ese libro porque ya cumplió su papel, pero en la historia que publicaré después de esta, "Ojos Colos Violeta", va a volver a aparecer e incluo ahí aparece el libro completo, y también, el título del libro será el título de la última historia que publicaré, que va de la vida de Junuem.

No sé si se los había comentado, pero las 4 historias que subiré, todas se relacionan, por ejemplo, la prota de OCV se llama Dalila Eisenhide y es la nieta de Ignacio, uno de los primos de Massiel, y ahí, Alan (el hijo del supervisor) e Ignacio son como un matrimonio, aunque aquí ni siquiera se conocen, solo se ven una vez. Ahora que lo pienso, Alan aparece en tres de mis historias.

¿Esto significa que, por ejemplo, no le van a antender a OCV si no se leen ésta? La verdad es que da igual que solo lean una o el orden en que las lean, cada historia es autoconclusiva y pasan en momentos y, en algunos casos, lugares distintos, por lo que cada una se entiende sin necesidad de leer las demás, pero obvio mi recomendación es leer todas.

Poniendo sobre la mesa a Alan, él no es el protagonista de ninguna historia, pero ustedes pueden conocerlo en sus diferentes etapas a través de tres historias, sabrán de la versión infantil y joven de Alan aquí, de una pequeña parte de su adultez en "Las voces del Sol", y de su vejez y sus peleas matrimoniales con Ignacio en OCV.

Y otra, el orden en que iré subiendo las historias es el orden en que las fui escribiendo, y es el orden en que recomiendo leerlas, pero no es orden cronológico, igual en algún momento pondré en mi perfil esto cuando ya tenga más historias publicadas.

Por último, aún no les he hecho ninguna recomendación de nada, no he tenido itempo de ver o leer por la Uni, pero creo que les recomendaré las cosas que recomendé en fanfic.es, al menos las que recuerdo porque todas mis recomendaciones se perdieron, pero eso lo empezaré a hacer desde el siguiente capítulo.

Gracias por leer.


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