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Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conticinio por Eira Baker

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Notas del fanfic:

¿Creyeron que me cayó un piano encima y me morí? Pues no, sigo viva para desgracia de ustedes :3 o alegría para algunas personas, no sé jajajaja dios mioooo, me puse a dar una vuelta por mis fics de Amor Yaoi y lo primero que pensé fue: "¿Pero que reverenda mierda escribí aquí? Dx" Enserio, joder, que horrible :'u pero para eso está Amor Yaoi, para que pueda subir cuánta tontería se me ocurra xD pero no sé preocupen que luego su versión bonita y con sentido va a estar en Fanfiction jajajaja y su versión presiosa, divina, increíble *sonido de beso* va a estar en wattpad :3 prometido jajajaja también prometo que voy a mejorar eweU pregunta seria, ¿les gustan los fics que detallen cosas banales cómo las habitaciones, de que tipo de material son las paredes, de que color es, etc? Esos fics que le meten mucha narración para detallar las cosas. Sinceramente a mí me aburre mucho ;-; a menos que sea Meronia, eso lo leo con mucho gusto jejejeje cualquier cosa de ellos es hermosa para mí uwu 

Una cosa importante, la razón por la cual estuve desaparecida fue porque... sinceramente en estos tiempos estuve con tantas ganas de renunciar a todo, ya no quise seguir escribiendo sobre el Meronia, y no porque lo dejara de amar, enserio lo sigo amando con todo mi corazón, y es precisamente por eso que quería irme ;-; 

Note que hay fans del Meronia del año 2014 póngale (yo recién empecé el año pasado), que ahora dicen que les interesa otros emparejamientos del anime y yo tipo "ah :'c", y se ponen a escribir sobre parejas crack y están apareciendo más escritoras de ese tipo de cosas y no veo ninguna escritora del Meronia (no sé cómo será en wattpad, esa zona es de mi huesitos, por lo tanto no revise ahí), y eso sinceramente me pone triste y me hace sentir sola en este desolado y horrible mundo *se tira dramáticamente al suelo, llorando como una Magdalena* (? No me sale ser seria, demonios! :'c Y realmente me gustaría ver a escritoras del Meronia pero enserio no hay... Y con todo esto, perdí mucho la motivación. 

Ademas que realmente me está doliendo ver cómo fans del Meronia se ponen a dibujar de otras parejas, es verdaderamente triste para mí y mi corazón no lo soporta, es peor que ver al novio abrazándose todo meloso con una chica a la cual detestan. Traten de pensar en eso, imaginen a su crush abrazando a la persona que más detestan, ¿lo tienen? Pues es el mismo sentimiento que yo siento y por eso, cómo me hace mal, yo quería borrar todo y alejarme de todo esto. Pero luego recordé que ¡Rocky no me enseñó a rendirme! y volvemos con el "pero"... Pero realmente me pondría muy feliz ver a más escritoras del Meronia :'c 

Una cosa que deben saber es que yo soy una persona altamente sensible (PAS), ¿y que carajos es eso? Pues alguien con un sistema nervioso central elevado que le hace más sensible física y emocionalmente a ciertos estímulos o cosas de su entorno. 

Así que pueden notar lo jodida que estoy, ¿verdad? :'3 en fiiin, para ustedes esas cosas no seran nada importantes y en realidad lo verían como una absoluta estupidez, pero a mí realmente me afecta y me duele porque me gusta mucho el Meronia (se volvió mi otp, y yo realmente no tengo muchas otps, parejas que realmente me suelen gustar un montón hasta el punto que son verdaderamente sagradas para mí, técnicamente ahora solo tengo tres: Ereriren, Meronia y AmayaxShun), por eso trato de alejarme de esas cosas, y como dije, pensé en borrar absolutamente todo ;-; pero luego desistí, aunque ciertamente me preocupa... porque si no lo gestionó bien (PAS) puedo terminar teniendo ansiedad, depresión o incluso llegar a tener trastornos límites de la personalidad. Por eso trato de evitar todo lo que me afecta porque percibo todo de una manera más profunda. 

Y pensé mucho sobre eso y llegué a una solución, que explicaré en otro momento porque no quiero hacer larga esta nota jajajaja dios mío, es la segunda vez que lo escribo porque cuando estaba subiendo el fic, se borró todo ewe incluso el resumen :c era completamente diferente y ahora no me gusta como está :'c en fiiin, será temporal y luego lo cambiaré u.u

Notas del capitulo:

Aca no diré nada jajajaja solamente pido perdón por las faltas de ortografía y por cosas que no concuerdan o notan extrañas :'3 hago lo que puedo ;w; 

Enjoy! 

Conticinio. 

 

Siempre estaré esperándote, yo sé que algún día tu regresarás.

 

Near miro por la ventana de su habitación, viendo desinteresado aquella oscura noche de lluvia. Las gotas de agua golpeaban fuertemente contra el vidrio una y otra vez, siendo llevadas hacia allí por las corrientes de viento; resbalando luego por los cristales.

 

Pitter-patter. Pitter-patter. Pitter-patter.

 

Una y otra vez. 

 

En un acto impulsivo, Near se arrodilló en su cama y abrió la ventana, provocando que una ráfaga de viento entrara de golpe en su habitación y destruyera las torres y los castillos de diez metros de altura que hizo con cartas, haciendo un completo desastre. 

 

No le molestó, más bien se sintió satisfecho, algo feliz de ver todo su trabajo derrumbado; de ver aquellas doscientas dieciocho mil setecientas noventa y dos cartas esparcidas en el suelo pulido. 

 

Pensaba que reflejaba cómo se sentía por dentro. Así de deshecho. 

 

Se asomó por la ventana, apoyando sus manos en el marco, y contempló la lluvia.

 

Caía a chorros del cielo pavimentado de nubes. Era una lluvia implacable que le generaba una extraña sensación de sosiego y a la vez calma. 

 

Era un tanto agradable y dulce ver las gotas cristalinas caer. 

 

Su cabello blanco le caía casi lacio y húmedo sobre su pálido rostro, con su ropa mojándose por las gotas de lluvia, quedando pegada a su piel. 

 

Lentamente se alejó de la ventana y fue a apagar la luz, quedando todo en penumbra; luego se acostó en su cama con la mirada puesta en la ventana sin cerrar. Giró su cuerpo hacia ese lugar, acercándose más, todavía sintiendo la lluvia mojarlo.   

 

Era relajante. 

 

Llovía a cántaros y no parecía que fuera a parar. Tocó con una mano su cama y la noto mojada. Bueno, no era lo único; su ropa ya se sentía pesada e incómoda, completamente empapada. 

 

Tenía que admitir que tenía frío. Sentía como su cuerpo se estremecía y temblaba, incluso sus dientes castañeaban. 

 

Si dormía ahora, en esas condiciones, ¿podría morir de pulmonía? 

 

Casi quería reírse de eso. Sobrevivió a un psicópata asesino que tenía una libreta sobrenatural con la cual podía matar a quien quisiera, pero iba a morir por un resfriado. 

 

Mello seguramente estaría riéndose en esos momentos, burlándose de él con esa sonrisa preciosa que tenía y con sus hipnotizantes ojos azules brillando de diversión. 

 

Near sintió sus ojos picar y al momento siguiente sintió unas tibias gotas bajar por los bordes de sus ojos, frunciendo las cejas con dolor. 

 

Miles de emociones llenaron su alma al recordar a Mello, aquel chico de cabellos rubios y ojos como el cielo; tan brillantes y hermosos que no había día en el cual no pensará en ellos. 

 

Lo extrañaba tanto. Era horrible despertar cada maldita mañana y saber que él ya no estaba.

 

Cuando se había ido de la casa de Wammy, por lo menos le quedaba el consuelo de saber que Mello seguía con vida, pero ahora… lo único que sentía era un gran vacío en su interior al ser consciente de la realidad… que Mello había…

 

Más lágrimas cayeron, otorgándole un poco de calor. Se hizo bolita en la cama y un gemido lastimero salió de su pequeña boca. 

 

Ya no le importaba nada. Ya no quería nada. Solo vivía por vivir. 

 

¿Era acaso eso estar vivo? 

 

Y la verdad es que a veces quería tanto gritar, romper todo y simplemente desaparecer. Sentía un dolor bastante profundo en el corazón, un dolor que se iba extendiendo y que solo podía expresarlo cuando estaba solo. En esos momentos su único alivio era comer una barra de chocolate, su sabor dulce y amargo le hacía recobrar la calma y no cometer locuras. Se preguntaba si los labios de Mello tendrían el mismo agradable sabor. 

 

Near acepta que fue descuidado, de por sí casi no comía, pero luego su único alimento fue el chocolate, negandose a comer algo más, no quería desprenderse de aquel sabor amargo con un punto de acidez y de dulzor al cual se volvió adicto. 

 

Recuerda que sus empleados tuvieron que llevarlo al hospital cuando se desmayó luego de pasar semanas solo consumiendo chocolate. 

 

Era increíble como ellos lucían preocupados por su salud cuando él solo se preocupó sobre si le iban a quitar el chocolate.

 

Para Near, solo el chocolate podía ayudarlo a calmarse, a no caer en ataques de pánico o llantos incontrolables; ni siquiera hacer una ciudad de cerillas lograba tranquilizarlo a esas alturas, solo el chocolate. 

 

Era desesperante.

 

Quería tanto poder ahuyentar el dolor que le agobiaba su corazón, pero no podía. Era un dolor profundo, cómo una herida sin posibilidad de cicatrizar; todavía sangrando y matandolo lentamente. 

 

Actualmente ni siquiera se preocupaba en cuidar su apariencia. Absolutamente todo le daba igual. Su cuarto era un auténtico desastre, no limpiaba, no ordenaba nada, no tenía la fuerza para hacerlo… No se sentía con la fuerza para hacerlo. 

 

Tampoco se esmeraba mucho en resolver casos, simplemente seguía adelante por respeto a L, aunque a veces eso no era suficiente motivación. 

 

Near luchó para mantener los ojos abiertos y no caer dormido. Una parte de él aún quería aferrarse a la vida. Porque si moría… no sería capaz de recordar a Mello. No quiera dejar de existir si con eso el recuerdo de Mello también moriría. 

 

No ser capaz de seguir viendo a Mello al menos en recuerdos… 

 

La idea le provocó una fuerte opresión en el pecho acompañado de un potente dolor que se iba extendiendo a cada parte de su cuerpo. 

 

No podía evitar culparse por lo que pasó. Estaba triste, muy triste. También estaba furioso, por todo lo que había sucedido. Reconocía que se equivocó, pero no fue el único que lo hizo. 

 

¿Por qué nadie detuvo a Mello? ¿Por qué nadie lo busco? Mello solo tenía catorce años… ¿Por qué permitieron que se fuera? 

 

De todas maneras pensar en eso, en buscar a un culpable, no le devolvería a Mello. Y aquel horrible dolor en su corazón sería eterno. 

 

Near se sentía tan mal, tan horrible, sentía como si le hubieran arrancado una parte de él. 

 

El mundo solo le parecía hermoso porque estaba Mello. Ahora sin él, solo era un mundo cruel y despiadado. Aterrador y espantoso. 

 

—Mi vida ya no tiene sentido… —susurró débilmente, casi sin fuerzas, con sus párpados pesando—. Estoy solo. Me siento solo. Sin un lugar a dónde ir. 

 

Near fue embargado por el deseo de desaparecer, de morir. Quería morirse.

 

Su mundo se vino cuesta abajo en un segundo, con solo aquellas palabras que le dijo Halle, informándole sobre la muerte de Mello. Intentó mantener la compostura y que ella no viera lo herido que estaba. Fue tan difícil. Incluso para él… fue difícil no tirarse al suelo y ponerse a llorar de forma desgarradora. 

 

¿Cómo fueron capaces de arrebatarle a la única persona que quería en el mundo? ¿Cómo pudieron? 

 

Sin Mello, se sentía tan solo, tan perdido en el mundo, tan vulnerable. Necesitaba a Mello. Lo quería devuelta. 

 

Ni siquiera pudo decirle bien lo que sentía por él. Ni siquiera fue capaz de decírselo…

 

Tenía que admitir que no se atrevió a decirle de sus sentimientos en ese momento que lo vio porque tuvo miedo de ser rechazado. Su corazón no hubiera podido lidiar con eso. 

 

Creía que su amor jamás sería correspondido, que Mello no lo haría jamás. Pero ahora vivía con el pensamiento de un tal vez.

 

Quería tanto tener una segunda oportunidad. Haría las cosas diferentes. Evitaría cometer los errores que cometió. No hubiera dejado que Mello se fuera, hubiera intentado acercarse a él para que no rechazara la idea de trabajar juntos. 

 

—¿Sabes, Mello? —movió sus labios lentamente con cada palabra, cerrando los ojos—. Mis sentimientos por ti no han cambiado… todavía sigo amándote. Mucho. 

 

Una característica que había que resaltar de Mello era que él era impredecible. Tal vez sí hubiera correspondido sus sentimientos, tal vez le hubiera dado una oportunidad. 

 

—Todavía me sigo preguntando qué era lo que realmente sentías por mí —susurró, frunciendo los labios con dolor. 

 

Mello creía en Dios, y a pesar de que él no era un creyente, realmente esperaba que Dios existiera, y que pudiera… que le diera la oportunidad de hacer bien las cosas. 

 

Dios, el que todo lo ve y todo lo escucha… que todo lo siente y todo lo entiende… ¿podría cumplirle su deseo? 

 

—Creo que… debería haberme atrevido a preguntártelo entonces. Mi amor hacia ti, ¿hubiera sido suficiente para que te quedaras? —se preguntó en voz alta, todavía llorando y finalmente cayendo dormido. 

 

[...]

 

Near se sentía extraño, era como si estuviera soñando pero a la vez no. Parado en medio de una niebla que le imposibilitaba ver en dónde se encontraba o si había algo más en ese lugar aparte de él.

 

Caminó hacia el frente y la bruma lo envolvió aún más. Se sintió como si estuviera en la nada. 

 

Ahí no sentía calor, ni frío. Estaba rodeado por una blancura lechosa y difuminada. 

 

Siguió caminando y pensó que aquello no era niebla, era más como la pálida nada. 

 

Era bastante extraño que pudiera verse así mismo con total nitidez, tan claramente… pero no podía ver nada más que eso. 

 

Algo inquieto siguió avanzando. 

 

¿Dónde estaba el color vivaz de las cosas? ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué clase de sueño era ese?

 

Vio una luz brillante y eso le generó cierto alivio, ya comenzaba a sentirse incómodo al estar rodeado por aquella borrosa niebla, o lo que sea que fuera eso. 

 

A medida que se acercaba hacia ese lugar, vio muchas otras luces que brillaban intensamente, como si fueran unas ventanas circulares flotando en el aire y formando un óvalo. 

 

Una de ellas le llamó la atención y se dirigió hacia allí. La tocó con sus manos y tuvo que tomarse unos momentos para dejar que su vista se acostumbrara a aquel brillo cegador.

 

Sus ojos tardaron unos instantes en fijar la mirada. Al principio sólo vio una imagen borrosa, pero luego esa imagen se fue aclarando.

 

Su respiración se entrecortó y sus ojos se dilataron. Lo que estaba viendo era una habitación familiar. Paredes blancas, una cama apoyada contra la ventana, una pequeña mesita de luz, una biblioteca alta llena de libros, un ropero, una repisa repleta de sus juguetes favoritos y un pequeño escritorio en la esquina. 

 

—P-pero… —titubeó, muy confundido. 

 

Era su antigua habitación en la casa de Wammy. 

 

—Puedes entrar si quieres —susurró una voz que no se sentía ni cerca ni lejos, calmada, tranquila, sin atisbo de maldad, pero que aún así logró sobresaltar a Near. 

 

Quiso mirar alrededor para ver quién estaba hablando, pero por otro lado no quería apartar la mirada de esa imagen. 

 

—¿Qué ocurrirá si entro? —preguntó lentamente. 

 

—Eso depende de ti, ¿qué es lo que deseas que ocurra? 

 

Near pestañeó, sin soltar aquel espejo que reflejaba su habitación, con el temor inexplicable de que desapareciera si lo soltaba. 

 

—Quiero que Mello viva —susurró, sintiendo que las lágrimas brotaban en su interior, con sus labios temblando—. No quiero perderlo… 

 

—¿Lo amas? —preguntó la voz amablemente y con dulzura, desprendiendo la misma calidez que un abuelo hacia su nieto. 

 

—Mucho —afirmó Near, sintiendo su corazón palpitar frenético. 

 

—Entonces ve —dijo suavemente, pero luego hizo un ruido dubitativo, como si quisiera decir algo más.

 

Hubo una ligera pausa y Near se quedó quieto en su lugar, en espera de que ese alguien que estaba con él terminara de hablar.

 

—Pero algunas cosas son imposibles de cambiar —suspiro—... a menos que estés dispuesto a hacer sacrificios. 

 

Near tragó saliva, pensando seriamente en eso. 

 

—Yo… —titubeó, pero sin moverse ni un poco y sin aflojar su agarre. 

 

—Tus decisiones serán importantes… Si decides entrar, debes tener en cuenta que las consecuencias de tus acciones serán reflejadas en el pasado, presente y futuro. Elige con cuidado. 

 

Near respiro profundamente, intentando controlar sus emociones. No tenía miedo. Lo que fuera a ocurrir, no sería peor que no tener a Mello. Eso era como el infierno mismo. 

 

Dió un breve vistazo a su alrededor, sin ver a nadie con él. 

 

—Estoy dispuesto a hacer lo que sea —habló con fría determinación, tocando aquel reflejo de su dormitorio sin ninguna vacilación. 

 

Al principio no pasó nada, pero luego la luz se fue haciendo cada vez más intensa, obligándolo a cerrar los ojos. 

 

—Entonces… suerte, chico —fue lo último que escuchó Near antes de ser atacado por unos ruidos espantosos en sus oídos que le provocaron dolor de cabeza. 

 

Gimió de dolor y malestar, apretando los dientes. Aquel ruido era bastante fuerte, un sonido muy agudo y doloroso, pero Near no se cubrió los oídos, manteniéndose aferrado a aquella figura circular. 

 

Luego de lo que a Near le pareció una eternidad, el ruido finalmente fue cesando hasta que de pronto todo se sintió más tranquilo, en un agradable silencio. 

 

Abrió sus ojos con calma y duda, y se encontró solo en su habitación. 

 

Por un momento pensó que todo había sido un sueño y que se encontraba en la misma alcoba que tenía en la sede del SPK, pero al enfocar su mirada en la mesita de luz se dió cuenta que esa lámpara era la misma que tenía cuando estaba en la casa de Wammy. 

 

Sin comprender bien, tocó con su pálida mano la cama y sintió que no estaba mojada, tampoco tenía frío. Estaba bien cobijado y era una sensación bastante cálida. Se sentía muy cómodo en aquella cama suave y acogedora. 

 

¿Qué era todo eso? ¿Dónde estaba? ¿Acaso sus empleados habían decidido cambiarle de habitación porque lo encontraron a él durmiendo en una cama mojada por la lluvia? 

 

Se sentó lentamente, quitándose las frazadas de encima, y se frotó los ojos con suavidad. 

 

La ventana de su habitación estaba abierta, dejando entrar un viento cálido y dulce. Near disfrutó de aquella brisa de primavera que alborotó sus cabellos nevados. 

 

Un momento… 

 

Se sentía más ligero y también sentía frío en la nuca, pero eso sería imposible porque él se dejó crecer el cabello porque de cierto modo le recordaba a los cabellos largos de Mello. 

 

Se miró las manos con algo de inquietud, y miró con asombro que volvían a ser pequeñas como cuando era un chiquillo. Se tocó el rostro y también lo sintió diferente. 

 

¿Esto era de verdad o había terminado por enloquecer? 

 

Miro a los pies de la cama y vio una caja llena de juguetes que conocía muy bien. 

 

Entre tropezones, corrió hacia la pequeña puerta que lo guiaba hacia su baño privado, encendió bruscamente la luz y se miró en el enorme espejo redondo. 

 

Un niño de doce años le devolvía la mirada. Un niño de facciones infantiles, cachetes redondos, ojos grandes sin ojeras, corto cabello rizado, y que apenas llegaba hasta los hombros en el espejo debido a su baja estatura, teniendo que pararse de puntitas para verse bien. 

 

Jadeó casi sin hacer ruido y se sintió mareado. Su cabeza dolía y sus piernas pequeñas temblaban. Se dejó caer al suelo y vomitó en el retrete, sufriendo de violentas arcadas. 

 

Le tomó veinte minutos calmarse, teniendo sus mejillas sonrojadas, ojos llorosos y con la comisura de sus labios manchada con algo de vómito. Apretó la válvula de descarga que estaba en la pared, levantándose tambaleante del suelo y agarrando un cepillo de dientes color rojo, con un dibujo infantil de un robot. 

 

Near se lavo la boca muy bien y luego salió del baño. 

 

Con su corazón latiendo, giró la perilla de la puerta que lo llevaba al pasillo. La abrió con lentitud y fue saliendo a pasos temblorosos. 

 

Vio a unos niños pequeños corriendo felices por el pasillo y se sintió aún más extraño, confundido, nervioso. Todo se veía tan real que le asustaba. 

 

Las risas, las quejas, los chillidos y las conversaciones ruidosas de los demás niños del orfanato era lo que más llegaba a sus oídos. 

 

Near contempló todo. Viendo con atención cada detalle de las cosas. Siguió caminando, apretando las mangas de su camisa blanca con sus delgados dedos pálidos. 

 

Dobló por un pasillo y ahí se detuvo abruptamente, abriendo su pequeña boca y sus ojos de par en par. 

 

El corazón de Near comenzó a latir cada vez con más fuerza, quedándose en silencio, como si el tiempo se hubiera detenido, viendo hipnotizado esa conocida figura elegante, hermosa y con ligeras curvas, apoyándose tranquilamente contra una pared, con una expresión pensativa. 

 

Near se sintió sordo; las risas cesaron, los ruidos se fueron. No podía escuchar nada. No podía pensar en nada. No podía ver nada más que no fuera la bellísima silueta de Mello. 

 

Apretó los labios, con el grito que quería soltar retenido en su garganta. 

 

¿Era real? ¿Realmente era real? ¿Qué estaba pasando? 

 

Sus ojos se llenaron de lágrimas y Near inhaló bruscamente, sin poder creer que frente a él estuviera Mello; tan hermoso como lo recordaba. 

 

Su mente se puso a trabajar a mil, pensando en las posibilidades de que esto fuera verdad y de que no había alcanzado un grado de locura sumamente preocupante.

 

El atractivo chico de ojos azules dejó la pared en donde estaba descansando, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón y avanzando a pasos perezosos hacia donde estaba él. 

 

—Mello —susurró su nombre, quedándose estático en su lugar, en espera, pensando que sería uno de los tantos sueños que tenía con el chico de cabellos rubios. 

 

Quería tanto abrazarlo. Deseaba locamente apoyar su cabeza contra su pecho y escuchar los latidos de su corazón simplemente para confirmar que lo que estaban viendo sus ojos era real. 

 

El aroma a flores frescas llegó a su nariz: rosas, azahar, lavanda, jazmines y muchas más. Frutas. Geosmina. Fragancias dulces y florales, típicas de la primavera. 

 

Era un aroma que se sentía fuerte en el aire, embriagante y adictivo, casi podía sentir la dulzura en la punta de la lengua. 

 

El olor a chocolate era igual de intenso, nublandole la razón. 

 

Pero era extraño, Mello no estaba comiendo una barra de chocolate en esos momentos. Entonces, ¿de dónde venía aquel olor? 

 

—Oye, idiota cabezón —se escuchó una voz baja, seductora y segura, haciendo que Near sintiera su pecho palpitar de emoción y felicidad—, estás en mi camino —dijo Mello, arqueando una ceja porque Near estaba en medio del pasillo, parado ahí como si fuera una estatua. 

 

Los enormes ojos grises de Near se llenaron aún más de lágrimas, siendo imposibles de retener. Estás terminaron cayendo por sus mejillas rosadas mientras unos pequeños ruidos salían de sus labios brillantes. 

 

Mello estaba frente a él. Aquel bello chico de cabellos rubios bien cuidados y suaves, ojos gatunos de color azul como el mar, tez blanca y figura delgada estaba a tan solo unos centímetros apartado de él. 

 

—¿Near? —preguntó confundido el rubio, mirando con sorpresa como unas gotas cristalinas caían del rostro de Near hacia el piso, sin parar. 

 

Si de por sí era extraño ver a Near con una expresión de genuino asombro y confusión, verlo llorando era aún más increíble. 

 

Near se mantuvo inmóvil en su lugar, sin decir absolutamente nada, solo manteniendo su mirada baja para que Mello no lo vea llorar, aunque fue algo tarde su acción. Los espasmos de su cuerpo lo dejaban en evidencia. Además sus pequeños hombros también se sacudían ligeramente, dando a entender que estaba llorando. 

 

—¿Por qué lloras? —preguntó Mello, quien lo miraba todavía con una ceja alzada, sin poder creer que su rival estuviera llorando de una forma bastante penosa delante de él— ¿Estás herido? 

 

—No, yo... —Near intentó limpiarse las lágrimas pero era inútil, no podía dejar de llorar y gimotear—, lo siento, lo siento —repitió con una voz baja y algo llorosa, lamentando hacer un espectáculo tan bochornoso, pero no podía evitarlo, se sentía tan feliz. 

 

Mello dudó, pero se acercó y acarició los cabellos albinos del niño más pequeño, alborotandolos suavemente. 

 

—Near, ¿alguien te hizo daño? —quiso saber, ligeramente preocupado por el estado del más bajito, recorriendo con su mirada de arriba a abajo a Near en busca de cualquier herida. 

 

Near negó con la cabeza y Mello suspiró.

 

—Mira, no es mi asunto pero… puedes hablar conmigo si quieres desahogarte —se lo dijo con total sinceridad, todavía acariciando los suaves rizos del menor—. Estoy aquí para ti —terminó diciendo con un pequeño sonrojo en sus mejillas, sin saber bien el motivo por el cual estaba siendo amable. 

 

Suponía que dentro de sí, no le gustaba ver a Near llorar. 

 

Near tembló al escuchar aquellas palabras y al fin logró limpiarse sus lágrimas entre pequeños hipidos, sin que terminaran cayendo más. Mello era más cálido de lo que imaginaba. Su mano en sus cabellos se sentía tan bien, tan relajante y agradable. Quería que siguiera haciéndolo, que no parara nunca de tocarlo. 

 

—¡A dormir! —gritó de pronto Roger, escuchandose su voz algo lejos de ellos. 

 

Mello miró sobre su hombro y vio como los demás niños hacían gestos de molestia pero terminaban recogiendo sus cosas para irse a sus habitaciones a descansar. Volvió a mirar al pequeño niño, que tenía los ojos rojizos por haber llorado, y lentamente dejó de acariciar su esponjoso cabello blanco. 

 

—Bien, Near… Estaré en la biblioteca por si quieres hablar conmigo —dijo algo incómodo, pero queriendo estar seguro de que Near contara con alguien por si necesitaba algo. 

 

Mello quiso avanzar pero Near rápidamente lo sujetó del brazo. 

 

—¿Podría Mello… venir conmigo a mi habitación? —preguntó suavemente Near, todavía sujetando a Mello con su pequeña y delicada mano. 

 

Mello ensanchó sus ojos, sintiéndose aún más extraño con toda esa situación. 

 

—Estás muy raro hoy, ¿qué te sucede? —preguntó bastante desconcertado y algo asustado. ¿Near pidiéndole que vaya a su habitación? ¡Se venía el fin del mundo! El pequeño genio odiaba que cualquiera entrara en su habitación, no quería por nada del mundo que se acercaran ahí porque tenía sus juguetes más importantes y además sus increíbles construcciones de los monumentos más conocidos por todos con piezas de lego.

 

—Solamente… —Near se relamió los labios, sintiendo los latidos de su corazón ir más rápido—, no quiero estar solo… —susurró despacio —. Tengo miedo. 

 

Una sonrisa maliciosa apareció en el rostro del rubio, pensando que se trataba de un miedo hacia los fantasmas o algo así. 

 

—¿Acaso el bebé Near tiene miedo de que el monstruo del armario salga y se lo coma? —preguntó burlonamente, pero al ver la expresión dolida y lastimada del pequeño niño quitó su sonrisa. Suspiró pesadamente y se liberó del agarre, notando enseguida como Near se alarmaba—. Escucha, lo haré, pero no quiero que hagas de esto una costumbre, ¿de acuerdo? —le dijo seriamente, tomándolo de su pequeña mano y tirando de él hacia su habitación. 

 

Near sintió sus mejillas enrojecer al sentir la mano suave y cálida de Mello sujetando la suya. 

 

—Mello —susurró su nombre con mucho cariño, haciendo que el chico rubio se detuviera y lo mirara—. Gracias —le agradeció, sonriendo con sus bellísimos ojos grises teniendo un encantador y singular brillo. 

 

Mello se sorprendió al ver esa sonrisa sincera en el rostro de Near. Y ciertamente le pareció una sonrisa muy bonita. Le quedaba bien a Near sonreír de esa manera, se veía más humano y más lindo con sus mejillas rojas. 

 

Sin saber que decir, simplemente le correspondió la sonrisa y siguió caminando mientras seguía tirando de él. 

 

Near sintió que se enamoraba más. La sonrisa de Mello fue tan hermosa, tan radiante y bella, sin nada de malicia, con su flequillo rubio cayendo sobre sus ojos azules como el cielo, viéndose más gatunos al sonreír. 

 

Mello todavía seguía sosteniendo su mano, y su calidez recorrió todo el camino hasta su corazón, haciéndole sentir bien y muy feliz, como hace mucho no lo estaba. 

 

No quería perder esa calidez. Ya sea un sueño o lo que fuera que estuviera pasando, no quería ni iba a permitir que Mello muriera. 

 

No, no, no, no. 

 

Protegería a Mello.

 

Jamás en la vida iba a volver a permitir que le hicieran daño a la persona que amaba. 

 

Haría las cosas diferentes. No perdería a Mello.  

 

No volveré a dejarte ir —pensó con seguridad, apretando la mano de Mello—. Te amo, mi querido Mello... y no puedo vivir sin tí, es doloroso... No me importa lo que tenga que hacer para conseguirlo.

 

Notas finales:

Okeeey, ¡noticias importantes! Primero, nuevamente perdón por desaparecer, pero creo que dije que solo puedo escribir por la noche, ¿verdad? Pues últimamente tengo mucho sueño o tengo más deseos de hacer otras cosas ;-; cosas que me hagan feliz y no me pongan mal (? perdón por eso u.u lo segundo: en vista de que por aquí no se puede enviar comentarios sin una cuenta, voy a subir todo lo de aquí a Fanfiction (de una forma más bonita y más entendible, por lo tanto tardaré un poco), mi hermosa beta (Huesitos) solo se encargará de subir la versión corregida a wattpad, entonces, por allá en Fanfiction podrán decirme que parte debería borrar, cambiar o lo que no les parezca del fic (en Fanfiction se puede comentar sin cuenta), enserio voy a leer cada una de sus recomendaciones y haré lo que pueda. Lo digo porque yo no tengo problemas en cambiarlo, pero necesitaré que hablen ya porque luego mi beta no va a querer hacerlo jejejeje así que ya saben u.u tercero: estoy pasando por momentos estresantes, y una de las cosas que más me ponen feliz es el Meronia, sinceramente siempre me pone de buen humor y demás, pero estoy sufriendo varias decepciones con respecto a eso y ya no me hace feliz (no por ellos, sino por el fandom), y como me dijo mi hermosa y gran Ilitia-chan, que si algo no me gusta o me hace mal, no debo seguir con ello... (? Algo así jajajaja Y la verdad pues si tiene razón ;-; y por eso tome la decisión de no contestar absolutamente ningún mensaje, si voy a leerlo y atesorare cada bella palabra que digan (me hace feliz y lo aprecio de verdad, me re motiva a seguir), pero no contestare nada ;-; no quiero relacionarme más de la cuenta, uno siempre puede salir lastimado en el proceso (? Y a partir de ahora, solo hay dos personas a las cuales admiro mucho... mi beta kamiyayoi (que es mi amada huesitos), con ella tenemos los mismos gustos carajo jajajajaja me gusta una pareja, a ella también (corazones) y odiamos lo mismo también jsjsjsjs en cuanto a parejas, y la otra persona es my lady (mi bella Karina~), quien es una persona increíble y hermosa, tenemos parejas diferentes en otros animes, pero la cuestión es que a ella le gusta dos de mis otps y eso para mí ya es suficiente jajajaja además que la conozco hace mucho y la adoro (corazones), y con ellas soy feliz jsjsjsjs no necesito más, porque sé que puedo confiar en ellas y en su amor hacia nuestras otps (más corazones)

Y a todas las personas que amen al Meronia como yo, no se preocupen conmigo porque jamás me gustará otra pareja, amare al Meronia hasta que sea una abuelita jajajajaja llevo amando hace años al Ereriren y jamás me gustó verlos con otros personajes, y créanme que eso nunca va a cambiar. Le soy fiel a mis otps~ por siempre y para siempre :3 

Gracias por leer. Abrazos y besos para todas/os.

 


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