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Vacío por yaoiana

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Notas del capitulo:

Nota: para este fic me basé de la canción Saika de Frederic, por eso la encontrarán en la lectura del texto. Recomiendo escucharla mientras se lee, nos vemos abajo¡¡

 

Saika

Anata kara mieru sono keshiki to/ Tu punto de vista

watashi kara mieru kono keshiki ga/ y mi punto de vista

majiriau koto de kagayaiteku kurayami no tobira wo tsuranuita / se mezclan cuando atraviesas esa puerta oscura hacia la luz.

 

A pesar de haber destruido el odio interno de Hiyakawa, sentía que las cosas no iban por buen camino.  En algunas ocasiones notaba su mirada perdida mientras susurraba al aire “ ¿ cómo puedo llenar este vacío?”.  Su primera respuesta había sido “ sólo tienes que llenar con algo más esa “ habitación vacía”, pero nunca le explicó al rubio con qué otro tipo de cosas, pues creía que era obvia la respuesta… vaya que se había equivocado.

No había dimensionado la dificultad que era para el mayor crear nuevos recuerdos o experiencias, sus perspectivas eran tan diferentes y él no se había percatado de este hecho.  Él siempre estuvo acompañado de su madre, de personas que lo apoyaron y hasta amigos en la Universidad; en cambio el rubio solo tuvo contacto con Hanzawa mientras crecía… siempre estuvo solo… solo rodeado de fantasmas internos y externos.

 

–       Kousuke, ¿ hijo, te encuentras bien?

 

–       Pensativo, madre…

 

–       ¿ Algo te molesta?– preguntó la mujer mientras servía la cena.

 

–       ¿ Cómo puedes llenar el vacío en otra persona?

 

–       Jaja, vaya, ¿ estás teniendo problemas amorosos?– dijo divertida la mujer.

 

–       ¿ Qué?– sonrojado– cla… claro que no, solo quisiera ayudar a alguien– mencionó desviando el rostro.

 

–       Es algo complejo hijo, pero la única respuesta, es con amor.  Existen personas que te pueden sostener emocionalmente y llenar esos vacíos que tengas.

 

–       Mm… supongo que es así… gracias por el consejo.

 

 

Anata kara mieru sono ishiki to/ Puedes ver gracias a tu percepción,

dareka ga warau kage ga mietemo/ la sombre de alguien riendo.

Omoi wo tomeru sube wa nai yo to negai ya sadame wo tsukanda no sa/ No hay modo en que logres detener tus pensamientos, tus deseos y tu destino.

 

–       Amor… – suspiraba Mikado en su cama. No conocía a alguien cercano que pudiera asumir ese rol en la vida del blondo.  Sus amistades eran limitadas y ninguna tenía la característica para asumir una gran responsabilidad como amarlo y hacerlo sonreír… solo… él.

 

–       ¿Pero qué cosas estoy pensando?– sonrojado. Ahora que lo reflexionaba más a fondo, el que Hiyakawa lo llamara “mi destino” no era una sentencia que se le pronunciara a cualquiera.  Aquella connotación era muy poderosa, dicha a alguien con la cual tendrías un fuerte vínculo o lazo– ¿ Hiyakawa me verá de forma especial?, sé que le dije que estaría a su lado para que juntos enfrentáramos los miedos, pero… no imaginé que pudiera tergiversar sus intenciones.

 

Kanjou mo/ Tus emociones

unmei mo/ tu destino

issai no aijou sae mo/ y todo el amor que sientes

kokoro no oku wo tomose/ iluminarán el fondo de tu corazón.

 

Tomó su móvil y buscó el contacto del mayor, tecleando el siguiente mensaje: “ Estoy pensando en ti y quisiera saber, si me ves de forma especial”.  ¿ Y si la respuesta era afirmativa, qué haría?, un tanto asustado, intentó frenar el envío del mensaje pero era tarde, el rubio ya lo había recibido y hasta visto.

Suspiró hondamente esperando la respuesta. ¿Él sentía algo por Hiyakawa?, no podía negar que el hombre le había cambiado la vida, le había brindado seguridad, confianza y le había ayudado a revelar un gran misterio en su vida… su padre. Pero de ahí a pensar en el mayor como algo romántico… le hacía tener demasiadas dudas.

Dio un pequeño brinco al sentir vibrar su móvil, un tanto alterado y con sus manos temblorosas, leyó la respuesta:

 

–       “Es obvio que observe de manera especial a mi destino”.

 

–       “No me refiero a eso… ¿ me ves como algo romántico?”– se aventuró a preguntar.

 

–       “Es obvio que observe de manera especial a mi destino”–obtuvo la misma respuesta y eso lo confundió.

 

–       “ ¿ Es un sí o un no?”– indagó algo molesto, a veces entender al mayor era tan complejo…

 

–       “ Tal vez, todo depende de ti”.

 

–       “ Odio cuando dejas las cosas sin definirlas”–respondió enojado, la forma de expresarse del rubio era tan complicada y eso que era quien lo entendía con más frecuencia.

 

–       “ Ven a mi apartamento y hablemos, tendrás mi respuesta.  Nos vemos en un rato”

 

Odiaba cuando terminaba haciendo la voluntad del otro, pero quería tener claridad en este asunto lo más pronto posible.  Se organizó, comunicó que amanecería donde un amigo y luego tomó un transporte por medio de una app.

Mentiría si decía que no estaba nervioso, había una posibilidad de que su relación con el mayor cambiara y no sabía cómo reaccionar ante eso.

 

Dakara sansan to yoru ga aketara/ Por eso cuando llegue el amanecer iluminará

aimai na kanjou mo junjou mo /los sentimientos ambiguos, las emociones puras,

aishiatte yo omoide mo/ el deseo y los recuerdos.

Sansan to yoru ga aketara/ Cuando llegue el amanecer brillará intensamente,

mou ikkai saigo made waraiaou yo / reiremos de nuevo hasta el final

futari de yume wo mirun da/ y seguiremos soñando juntos.

 

Mientras observaba por la ventana, remembró cuando se conocieron, también la primera vez que utilizó su cuerpo para exorcizar aquellos fantasmas.  Las “ limpiezas” encargadas que llevaron a cabo, los casos policiales y hasta el encuentro y desenlace con Erika Hiura. En definitiva, Hiyakawa había dado un giro de 360 grados a su vida y no estaba dispuesto a perderlo.

Bajó del auto y vio la luz del departamento del otro encendida, iban siendo ya las diez de la noche; agradecía internamente que no hubieran espíritus rondando en aquel momento.  Subió las escaleras entre ansioso y asustado, su mente estaba tan desconectada de su cuerpo, que no notó cuando estaba al frente del cuarto 44.

Respiró hondo y tocó tres veces la puerta, escuchó el pasador ser arrastrado y luego una cabellera dorada y húmeda.

 

–       Oh, Mikado-kun, llegaste más pronto de lo que creí– manifestó mientras secaba su cabello con la toalla– adelante.

 

–       Gracias… – pronunció un tanto nervioso.

 

–       ¿Quieres té?– ofreció el mayor mientras lo invitaba a sentarse.

 

–       Sino es mucha molestia– respondió mientras tomaba asiento en el mullido sofá.  Sus manos transpiraban, por lo cual, las limpiaba contra su pantalón.

 

Anata kara mieru sono hikari to/ Esa luz que vez tú

watashi kara mieru kono hikari ga/ y esa luz que veo yo

kageriyuku hibi wo terasu koto de/ iluminaron nuestros opacos días,

azayaka na hana ga mebukidashita/ haciéndolos brotar como brillantes flores.

 

Desde su posición, podía escuchar la suave tonalidad que salía del equipo de sonido.  No sabía que al mayor le gustaba la música de Frederic, para ser sincero, creía que esa canción describía un poco su situación con Rihito. 

Respingó cuando sintió el calor del recipiente en su mejilla, al parecer, el blondo lo había llamado hace rato y él no lo había percibido.

 

–       Gracias– recibiendo la bebida.

 

–       ¿Comiste?– preguntó el mayor sentándose a su lado.

 

–       Ehh… si– bebiendo– ¿y tú? 

 

–       Antes de que llegaras, aunque aún tengo hambre– pronunció mientras observaba fijamente al menor.

 

 

–       Cof.. cof…– tosió ante el comentario de Hiyakawa.

 

–       Bebe despacio– comentó el ojidorado mientras le daba golpecitos en la espalda.

 

Con parsimonia ingirió la bebida y luego ubicó la taza en la mesita frente al sofá.  Un silencio prolongado se adueñó de la estancia, no sabía como romperlo y tampoco quería. No obstante, fue el mayor quien dio pie a la conversación.

 

–       ¿Por qué me hiciste esa pregunta?

 

–       Es algo que rondaba hace tiempo por mi cabeza.

 

–       ¿Cambiarían las cosas entre nosotros de ser afirmativa mi respuesta?

 

–       No lo sé– respondió con sinceridad.

 

–       Yo te necesito a mi lado, creo que ya te lo había mencionado.

 

–       Lo… sé– desviando el rostro.

 

–       ¿ Tú me necesitas?– indagó con un deje de tristeza en sus ojos.

 

–       No… lo sé… – agachando la cabeza.

 

Kantan ni kizutsukeatte/ Resulta tan fácil herirnos mutuamente

tanjun ni omowaretatte/ que lo hacemos inconscientemente

senmei na kokoro de yoru wo fukashiteku/ y así pasamos la noche con  el corazón latente.

 

–       Comprendo… – comentó levantándose del sillón– entonces no hay nada más por discutir, Mikado-kun.

 

–        ¿Eh?– sorprendido– espera…

 

–       Mikado-kun, necesito que de ti salga querer ser mío– sonrió levemente– por el momento, esto es unilateral, piénsalo así.

 

–       Pero…

 

–       Solo me acercaré a ti para cosas netamente laborales.

 

–       Espera Hiyakawa– agarrándolo del brazo– no tomes decisiones por ti solo ni concluyas las cosas– mirándolo fijamente.

 

–       ¿ Y de qué más podríamos hablar?, creo que dejaste claro tus sentimientos– espetó enojado.

 

–       Pero…

 

–       Yo te necesito, eres mi destino y como tal, no quiero verte con nadie más, para mí sólo estás tú, pero para ti no es así– tomándolo del mentón.

 

Junsui na anata ni totte sensai na anata ni totte/ Tu pureza, tu fragilidad

hateshi nai masayume wo egaite/ ayudan a pintar este sueño eterno.

kattou mo shinsou mo/ Los problemas, las verdades,

isshun no hyoujou sae mo kono hanashi no tsuzuki wo koete / y hasta los pequeños gestos puede ir más allá de esta historia.

 

Hiyakawa era tan directo que lo abrumaba.  Tanto Erika Hiura como Keita Mukae le habían comentado lo posesivo que era el blondo, pero el pasó de largo esos comentarios, creyendo que eran simples celos por algo laboral y competitivo. Él no temía que Hiyakawa estuviera con alguien, a lo que temía realmente, era a que se marchara.   Temía a que un día todo lo relacionado con él se borrara de su vida, al igual que hizo su padre con la nefasta maldición del olvido.  ¿ El mayor podía hacer eso si lo rechazaba?... no lo dudaba, era tan radical e inesperado, que por eso se mantenía pendiente de él… quería… quería atarlo.

Abrió sus ojos ampliamente, ahora lo entendía… comprendía a cabalidad porque su compañero lo había amarrado antes sin su consentimiento; Hiyakawa también temía que desapareciera de su vida.

 

–       Hiyakawa… quiero ser tuyo…– susurró.

 

Saigo made waraiaeru hibi wo tsunagitomete/ Aferrémonos… aferrémonos a estos días en que reímos sin parar…

Dakara sansan to yoru ga aketara/ Por eso cuando llegue el amanecer iluminará

aimai na kanjou mo junjou mo /los sentimientos ambiguos, las emociones puras,

aishiatte yo omoide mo/ el deseo y los recuerdos.

sansan to yoru ga aketara/ Cuando llegue el amanecer brillará intensamente,

mou ikkai saigo made waraiaou yo / reiremos de nuevo hasta el final

futari de yume wo mirun da/ y seguiremos soñando juntos.

 

–       ¡¿ Qué?!, ¿ qué dijiste Mikado-kun?– preguntó sorprendido.

 

–       Hiyakawa… quiero ser tuyo…– expresó con firmeza y decisión– comprendo tus sentimientos y por qué me ataste, no quieres levantarte un día y que ya no haga parte de tu vida.  Yo tampoco quiero despertar y olvidarte o no tenerte a mi lado.

 

–       Mi… Mikado-kun, mi destino– comentó abrumado por el regocijo y luego lo abrazó con fuerza– desde que te vi, me juré jamás abandonarte. Déjame cumplir esa promesa.

 

–       Si… – respondió mientras hundía su cabeza en el amplio pecho del mayor. El rubio siempre lo calmaba y hacía ir sus miedos, era como un expulsor de males. Levantó su rostro y sus labios fueron tomados en un corto beso. 

 

–       Entonces… vamos a la cama y déjame hacerte mío, Mikado-kun.

 

El tiempo pareció detenerse para contemplarlos. Si bien sus besos habían iniciado lentos y con el fin de reconocerse, mientras se acariciaban sobre la ropa se habían tornado más intensos. Cuando el mayor pasó a besar y lamer su cuello, fue consciente que desde hace mucho anhelaba que el otro lo tocara de esa forma sexual. Hiyakawa no solo tendría el privilegio de penetrarlo espiritualmente, de ahora en adelante lo haría física y mentalmente… aquel hombre se había apoderado por completo de su ser.

Ambos se retiraron la prenda superior y no pudo evitar apreciar aquella nívea piel; aquella dermis que no recibió luz solar en su infancia, era tan pálida que no dudaba que quedaría marcada por las caricias que le perpetuara. Sus pensamientos fueron hechos a un lado, cuando sintió la húmeda lengua de su compañero rodear sus pezones.  Nadie jamás se había aventurado en su cuerpo, había rechazado toda propuesta y contacto por miedo al rechazo por ver fantasmas… pero justo llegó aquel hombre para protegerlo, creerle, amarlo y poseerlo.

 

–       Hiyakawa… es mi primera vez…

 

–       También la mía… pero no te preocupes, sé lo que se debe hacer– comentó mientras le acariciaba el rostro.

 

Asintió y se dejó desnudar por completo, observando con atención como luego Hiyakawa se retiraba toda la ropa.  Aquel hombre era físicamente tan llamativo y emocionalmente tan posesivo y caprichoso como un niño… lo quería tal cual era.

Jadeó al sentir el peso del rubio sobre su cuerpo, sintiendo como sus penes se reconocían con timidez. Sus siluetas se palpaban con lentitud y ese placer, era parecido como cuando el mayor tocaba su alma.

Cerró sus ojos con fuerza al sentir los besos descendiendo por su vientre y la lengua posarse en su ombligo.  Hiyakawa acariciaba su pelvis y muslos internos, como una solicitud a que lo dejara continuar.  Tan solo asintió para luego sentir su virilidad ser envuelto por una cálida humedad.

 

–       Ahhh… Hi…yakawa– jadeó y luego posó sus dedos en el sedoso cabello dorado. Sentía un poco de torpeza por parte de su compañero, pero ese hecho le dio ternura… era tan magnífico ver como aquel hombre ponía tanto empeño por hacerlo sentir bien, por hacerlo feliz.

Los dientes, la lengua, sus labios, todas esas partes se confabulaban para poco a poco hacerle perder la cordura, sabía que estaba próximo al orgasmo, porque ese mismo placer lo invadía espiritualmente al ser tocado su núcleo.

 

–       Me… me voy a venir… –su placer terminó al sentir que su miembro salía de la boca del otro, lo miró recriminadamente pero obtuvo una leve sonrisa.

 

–       Lo siento por eso, pero quiero que sientas un placer diferente y compartido conmigo.

 

Antes de protestar, volvió a cerrar los ojos cuando una fuerte vibra recorrió su cuerpo.  Hiyakawa había tocado su núcleo espiritual y no sólo eso, había ingresado un dedo en su interior.

 

–       No creo poder aguantar si haces… eso de nuevo Hiyakawa...

 

–       Te haré venir de diferentes formas…– sonrió con altivez-  y creo que desde ahora no es necesario que me llames por mi apellido, creo que somos lo suficiente cercanos, ¿no lo crees, Kousuke?

 

–       Si tú lo permites, Rihito– sonrió.

 

–       Dilo de nuevo…– pidió con ahínco mientras le acariciaba los labios.

 

–       Rihito…

 

Notó que aquellos orbes amatistas tomaban un brillo especial al llamarlo por su nombre y de inmediato las palabras de su madre tornaron a su mente: “para llevar un vacío, la única respuesta, es con amor”… con que a esto se refería.

Mordió sus labios al sentir nuevamente algo ingresando en su interior, los dedos de su amante se incrustaban con impaciencia en su cuerpo, buscando prepararlo para poder unir su carne. Se abrazó del cuello del otro, para darle un profundo beso, quería expresarle a Rihito que de ahora en adelante, estarían juntos llenando sus vacíos.  El mayor pareció entender y con calidez correspondió sin dejar de prepararlo.

 

–       Kousuke… voy a entrar… ¿ te sientes listo?

 

–       Si… hazme tuyo– sonriendo.

 

Recibió otro beso y después observó como el rubio tomaba su miembro con una mano y empezaba a empujar dentro de su cuerpo.  Al parecer en su rostro se expresó el dolor, porque luego sintió una energía placentera invadirle el cuerpo… Rihito había tocado nuevamente su núcleo y mientras disfrutaba de ese placer, logró entrar por completo en su interior.  Su amante tomó una de sus manos y la llevó a su pecho ante su mirada indagatoria.

 

–       Quiero que toquemos nuestro núcleo mientras te penetro.

 

–       ¿ No hay peligro si lo hacemos?

 

–       No lo habrá, te dije que quiero hacerte venir de muchas formas– sonriendo.

 

–       Está bien…– asintió y agradeció la pausa para poder acostumbrarse a la virilidad que estaba incrustada en su cuerpo.

 

El vaivén fue lento al inicio, sintiendo como ese falo se abría paso e invadía su entrada.  Se sentía doloroso pero a medida que su carne cedía, el goce lo dominaba. Sumado a eso, Rihito tocaba su alma, duplicando la sensación de deleite tanto en su cuerpo como en su espíritu… de seguir así, perdería su cordura.

Cuando las embestidas subieron de nivel, tanto en fuerza como en velocidad, ya no fue consciente del espacio ni el tiempo; ahora tan solo estaba concentrado en sentir, disfrutar y gemir sonoramente lo dichoso que se sentía al ser embestido.

 

–       Mhmg… Rihito… sigue así… se siente tan bien…

 

–       Mmgm… también lo estoy disfrutando, Kousuke…– gruñía de placer el mayor.

 

Cuando el blondo lo acomodó en cuatro, su mente se desconectó de su cuerpo.  Solamente podía sentir el duro pene tocando lo más hondo de su interior, las gónadas golpeando sus glúteos, las fuertes manos aferradas a su cintura y cómo también, las palabras seducían sus oídos.

Una fuerte sensación eléctrica pasó de la punta de sus pies hasta su cabeza y volvió a recorrer ese camino, se vino una, dos, tres veces continuas ante el infinito placer de su cuerpo y alma. Pero no solo él, sentía a su amante verterse con intensidad, dejando su orificio e interior totalmente empapado.

 

–       Ri…hito…– hablaba pesadamente.

 

–       Shh… estás agotado, duerme, yo te cuido.

 

–       Te… quiero…– pronunció adormecido.

 

 

–       Yo también, mi destino.

 

Sonna kanjou mo hyoujou mo/ Si entendiéramos los sentimientos, expresiones

sainou mo wakariaetara kono saki no mirai mo / y los talentos del otro podríamos en un futuro seguir

saigo made waraiaeru yo/ riéndonos sin descanso.

Kono mama yoru ga aketara/ Y si esta noche continúa así….

futari de yume wo mirun da/ podremos seguir soñando juntos.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, si alguien se anima a escribir sobre esta historia, cuenten conmigo como lectora.

Un abrazo¡¡¡


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