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La escultura por Dark Amini

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La escultura

 

Hoy ha sido el pero día de mi vida, jamás me había sentido tan decepcionado. Fui a ver al chico que me gusta, solo para verlo besar a otro. No me vieron, pero puedo decir que es lo único que agradezco. El estaba en la sala de cómputo de la universidad cerca de la ventana, cuando un chico que se notaba bastante atlético se acerco y el otro a escondidas abrió la ventana y lo beso.  Entupidamente llevaba un obsequio para declararle mi amor… mientras caminaba con el corazón despedazado, comenzó a llover como nunca y corría refugiarme en la cornisa de una librería que acaba de cerrar. Abrí la caja de chocolates que le llevaba a mi prospecto y comencé a comérmelos. Pero no podía tragar, tenia un nudo en la garganta que me asfixiaba. Al verme completamente solo no pude más y explote en llanto, deslizándome en el vidrio que fungía como aparador de la librería. “Que chocolates tan amargos” pensaba mientras trataba de serenarme, la lluvia se intensificaba y comencé a sentir frió. Me lastimaba pensar que él se encontraba en los calidos brazos de su amor y en cambio yo, me encontraba sumido en un frió sepulcral que yacía en mi alma. Entonces paso un auto a toda velocidad y apenas pude darme vuelta para evitar que me mojara de lleno y me impacte con el vidrio de la tienda. Mientras maldecía mi suerte vi una imagen que me paralizo. Era la portada de un libro de arte donde se mostraba la escultura de la criatura más hermosa imaginable. Su rostro era perfecto, pero lo que me encantaba era la expresión del aquel chico. Mostraba serenidad y la vez nostalgia, mientras era representado con el cabello elevado por el viento. Termino de llover y regrese a mi casa. Mi medre se infartaría si me viese empapado y sucio, pero estaba completamente solo desde que ella murió. Me fui  directamente a mi cuarto. Ahí me tumbe sobre la cama, llore como nunca y me quede dormido. Entre sueños veía al amor de mi vida sonriéndole a aquel muchacho mientras una barrera invisible me impedía moverme, y tenia que contemplar esa escena sin poder hacer nada, pero entonces una mano me toco y puede moverme, la mirar me di cuenta que era el chico de la escultura, su rostro mostraba una nostálgica sonrisa, mientras su cabello cobrizo se movía la viento. Pero lo que más me impresionaba eran sus hermosos ojos azules que me miraba con cierto destello de luz. Sin pensarlo, me abalance a él y lo abrace, sentía la calidez de su cuerpo mientras me correspondía. Entonces lo besaba con gran ansiedad y ese beso desencadenaba una enorme sensación de plenitud y placer. Cuando desperté me encontraba un poco resfriado, con el colchón empapado y al ir al baño a orinar, me di cuenta que también había tenido un orgasmo durante el sueño. Me bañe y me fui a trabajar a la tienda donde yo era gerente. Todo el día me la pase pensando en ese placido sueño, cuando entre a la bodega a hacer un inventario y repentinamente me di cuenta que no estaba solo, ahí se encontraba Julio, un joven empleado a que yo no l era indiferente. No le di importancia y me puse a trabajar, pero el se acerco por detrás mió y me dijo:

 

-         Hoy te pusiste tu loción especial… ¿ya tienes novio verdad?

-         ¡Ayyy!¡Julio!... me asustaste – una vez serenado, me percate de su pregunta y me desconcerté… ciertamente esa loción solo la usaba en ocasiones especiales.

-         Mmm… ¿o acaso pensaste en mi proposición? –decía mientras coquetamente se recargaba en unas cajas, luciendo su lindo trasero.

-         Julio, sabes perfectamente que en el trabajo no se puede tener ningún tipo de relación amorosa

-         ¿Y a quien se lo piensas contar?, por que yo si se guardar los secretos… - decía mientras se aproximaba más a mi y jugaba con mi nerviosismo

-         Esas cosas se notan… Julio, en verdad eres atractivo, pero me ha costado mucho llegar a este puesto… - le decía casi tartamudeando al sentirlo tan cerca

-         Solo te pido una oportunidad a escondidas… si es necesario renuncio para que lo hagas

-         Julio… -dije completamente halagado y después de pensarlo un rato le dije – no renuncies, esta bien, nos vemos en mi casa a las 10, no llegues tarde.

-         OK – dijo el chico gustoso y se fue.

 

Por fin termine mi trabajo y me fui a la casa a ordenarla, por que aunque era un encuentro informal, me daba vergüenza que viera desordenado mi casa. Exactamente a las 10 llego Julio con un ramo de rosas. Cuando abrí la puerta y lo vi sonriendo con las flores, no pude evitar sonrojarme. Lo invite a pasar y le ofrecí una copa, pero Julio quería ir al grano y tomo de la espalda mientras iba a servir un poco de vino, entonces mientras apretaba mi cadera contra la suya me dijo:

 

-         Te deseo más que a nada, necesito sentir tu cuerpo, tu calor… Darío hazme el amor.

 

Ante esas palabras me paralice y deje caer la copa, jamás nadie en este mundo me había pedido eso, si que solo voltee y lo mire sorprendido mientras el solo me abrazaba sonrojado. Entonces lo tome por los hombros y lo bese apasionadamente, sin dar tiempo a nada y olvidando respirar, mientras nuestras lenguas juntas se ahogaban, caímos en el sillón donde la ropa salio disparada, nuestras pieles tenían urgencia de sentirse, mis manos recorrían toda la belleza de su cuerpo, todo era firme y delicado, mientras el solo me rasguñaba desesperado, buscando besar mi cuello y mis labios. Entonces metí dos de mis dedos en su boca y el los chupo desesperado, no había un minuto que perder y en un delicioso beso, se los metí uno a uno en su entrada, mientras lo veía retorcerse de placer y arquear su espalda. Entonces fue tanta mi excitación que apenas lo sentí listo lo penetre de una solo embestida de forma lenta. Julio grito y me rasguño toda la espalda, entonces comencé a embestirlo y el chico solo gemía con la cara enrojecida por la excitación. Después lo cambien de posición y aprovechando el sillón me senté y lo puse cuclillas frente a mi mientras lo penetraba de nuevo. Entonces Julio tomo el control de la penetración y de las embestidas, mientras el se masturbaba dejando ver con plenitud toda su anatomía y su lasciva, de tal forma que me desboque en un orgasmo escandaloso mientras el llegaba al suyo con violentas embestidas. Ambos completamente agotados respirábamos con dificultad, entonces el se dejo caer sobre mi pecho, completamente bañado en sudor y con una amplia sonrisa. Nunca me había sentido tan pleno, tan satisfecho en mi vida.

 

Desde ese instante nos veíamos a escondidas en la bodega para besarnos y acariciarnos, para posteriormente ir a mi casa y dejarnos ir en un mar de placer. Pero en mi vida la desgracia siempre estaba presente, y un día sucedió un accidente que me marcaría para toda la vida. Mientras descargábamos una mercancía, Julio llegaba con su bicicleta a la bodega, entonces inexplicablemente el gancho que sostenía una gran caja se rompió y se impacto sobre Julio, dejándolo mal herido. Agobiado por el dolor, me lance sobre el maltrecho cuerpo de Julio, y el apenas me sonreía cuando me dijo:

 

-         Creo que será la última vez que llegue tarde al trabajo, ¿verdad?

-         No hable Julio – le decía llorando

 

Entonces Julio busco algo en su bolsillo, era un pequeño paquete envuelto como regalo, y en el momento que me lo daba me dijo:

 

-         Tenia que recogerlo… feliz cumpleaños mi amor…

-         Julio… resiste ya viene al ambulancia –decía en completa histeria mientras tomaba con brusquedad su regalo

-         Dímelo… quiero escucharlo por ultima vez – me decía suplicante y con los ojos nublados por el llanto

-         Tranquilo, ya viene la ayuda

-         Solo dímelo…

-         Te amo Julio… te amo como a nadie

 

En ese instante sonrió y falleció en mis brazos, mientras yo bañaba su rostro con mis lágrimas. Después del funeral renuncie y me fui vagando por toda la ciudad con el alma hecha pedazos, comenzó a llover, como si el cielo comprendiera mi dolor y se uniera en llanto conmigo, sin darme cuenta camine sin rumbo, solo para encontrarme nuevamente frente a la librería. Ahí me refugie de la lluvia y al voltear se encontraba el mismo libro con la foto de la escultura que tanto me gustaba. Entonces escuche una voz detrás de mí que me sobresalto:

 

-         Es realmente hermoso, ¿cierto?, podríamos decir que es perfecto

-         ¿Perdón? – dije y al voltear a ver quien era me di cuenta que se trataba de un apuesto caballero, vestido con un traje negro y una corbata rojo escarlata.

-         El chico de la escultura

-         ¿Usted sabe quien es el modelo? – pregunte sin pensar

-         Es curioso, la mayoría siempre pregunta por el escultor o el nombre de la escultura, pero usted pregunta por el modelo… que singular

-         ¿Y eso que? – pregunte desanimado y fastidiado… quería estar solo

-         ¿De verdad quieres estar solo? – me pregunto aquel sujeto y yo lo mire sorprendido – yo creo que no, siempre has buscado el amor y este se te va entre las manos

-         ¿Quién es usted?, ¿Qué desea? – pregunte exaltado

-         Yo podría regresarlo a la vida en el cuerpo que tanto te gusta, ¿te imaginas?, seria el ser perfecto, seria un amor eterno

-         ¿De que esta hablando? –dije retrocediendo con el presentimiento de que algo estaba mal

-         Exactamente lo que te dije, yo puedo regresarte a Julio con un cuerpo nuevo, con el cuerpo que te gusta tanto ver en ese libro –decía ese sujeto con aire siniestro

-         ¿Quién eres? – pregunte, aunque sabia la respuesta

-         El único que te presta atención cuando lloras por el amor perdido, Darío te ofrezco regresar a tus brazos a tu gran amor… ¿acaso no quisieras eso?, ¿a cuantos conoces que puedan tener esa oportunidad?

-         - A cambio de que – conteste con tono recio y con el corazón tentado a ver de nuevo a Julio - ¿de mi alma?

-         Veo que ya hablamos de lo mismo. No, me temo que tu alma no me es necesaria, lo que quiero son las almas de algunas personas

-         ¿Las almas de algunas personas?, ¿cuantas?, ¿como? –dije con frialdad y con el cerebro nublado por el deseo de tener de nuevo a Julio a mi lado

-         Básicamente tres. A una la vas a asesinar y le quitaras su corazón para que la escultura tenga uno, a otro lo mataras y tomaras de su sangre con el que escribirás el hechizo con el la escultura se volverá hueso y carne, y el tercero al que sacrificaras para unir el alma de Julio con el cuerpo de la escultura.

 

Escuche horrorizado la forma tan fría y brutal con la que me pedía que hiciera semejante cosa, no podía concebir que me pidiera asesinar de forma tan brutal a tres personas, no podía hacerlo… al verme dudoso y atemorizado, el demonio me dijo:

 

-         Piénsalo…  ¿o acaso la vida de Julio no te la arrebataron injustamente?, ¿acaso no merecerían otra oportunidad? Iré por tu respuesta en tres días.

 

No me dio tiempo de contestar cuando se fue y desapareció entre una gruesa cortina de lluvia. Me sentía confuso y aterrado… ¿Por qué me ofrece eso?, ¿Por qué a mi precisamente que soy incapaz de lastimar a alguien? Me senté en el piso y comencé a llorar. Entonces acabo la lluvia y me incorpore para ir corriendo directo a mi casa. Ahí me acosté y comencé a llorar de nuevo para quedarme dormido. Entre sueños veía a Julio tan dulce y bello, después veía el accidente y a Julio muerto en mis brazos. Eso me hizo despertar entre gritos de terror. Me levante y me fui a caminar a un parque que estaba cerca de donde vivía. Ahí los recuerdos me punzaban como espinas en la cabeza y el corazón. Camine sin rumbo mientras el cielo se nublaba otra vez. Ya avanzada la noche, me fui adormir sin comer nada, solo para soñar que me encontraba en un gran valle, rodeado de bellas flores… un paraíso, entonces nuevamente sentía que tocaban mi hombro, y para mi sorpresa era ese chico de la escultura, con su cabello cobrizo al aire y sus ojos nostálgicos, entonces comencé a llorar, para lo cual el chico me dijo con voz suave:

 

-         ¿Por qué lloras Darío?

-         Por qué perdí al ser que más he amado... y tú… ¿quién eres?

-         Soy yo Darío, Julio, estoy aquí, ¿acaso no me ves?

-         ¿Julio?

-         ¿Qué te pasa amor?, ¿estas jugando? –decía el chico con una dulce sonrisa

 

Sin darme tiempo de contestar el chico se lanza a mis brazos y me da un dulce beso… cierro mis ojos y lo único que puedo sentir es la presencia de Julio en mis brazos… ¡mi amado Julio! Entonces la pasión sube de tono y nos dejamos caer al pasto solo para desnudarnos y fundir nuestros cuerpos en un apasionado encuentro. Es tan bello y tan sensual como lo fue Julio… como siempre lo ha sido…

 

Desperté tras el orgasmo y una sensación de calidez en mi piel… no podía más con el dolor, de alguna forma tenia que ver de nuevo a Julio, entonces pensé detenidamente en la orilla de la cama, entonces voltee y vi en el buró el peque obsequio que me había dado julio el día que falleció. No lo había abierto desde ese día, entonces lo tome y lo abrí con delicadeza, solo para ver que era un pequeño relicario con nuestras fotos dentro. Comencé a llorar y empañe las fotos con mis lágrimas. Ya estaba decidido, tenía que regresar mi amado Julio.

 

Espere un día entero hasta ya entrada la media noche, donde tras un gran apagón y como única fuente de luz la luna llena, apareció ese demonio entre las sombras y me dijo:

 

-         ¿Ya decidiste?

-         Acepto con una sola condición

-         ¿Cuál?

-         Que el no recuerde nada de su pasado ni del accidente, que no recuerde su forma anterior, que solo recuerde los momentos que pasamos juntos.

-         Es un trato, entonces ven a mi y sellemos nuestro pacto

 

Me acerque titubeando, ya que una parte me decía que retrocediera, pero entonces apreté el relicario y lo metí a mi bolsillo, me dirigí a él y tras una siniestra sonrisa, tomo mi mano y con una daga la hirió para que sangrara. Lejos de lo que yo pensara, tomo mi mano y comenzó a beber de la sangre que emanaba. Después hirió su mano y me dio a beber su sangre. Accedí y con ello absorbí el conocimiento que necesitaba sobre a las personas que tenia que sacrificar y los momentos en que tenia que hacerlo. Y aunque el único detalle que me inquietaba era que tenia que sacrificarlos en el momento de su orgasmo, tuve que pensar como ingeniármelas.

 

Entonces entre en un profundo sueño y caí al suelo, escuchando solo el eco de la risa de ese demonio. Cuando desperté mi que en mi mano tenia un extraño tatuaje, donde triangulaban los vértices del símbolo de mis tres victimas. A una tenia que asesinarla esa misma noche, así que tome un afilado cuchillo de la cocina, me di prisa y lo busque donde ya sabia donde estaba, puesto que se trataba del chico de la universidad, que me decepciono esa vez que accedí a ver a Julio. Esa noche me escabullí entre los dormitorio de la universidad y entre sigilosamente a la habitación del chico, que se encontraba dormido y completamente solo. Sin embargo al verme se sorprendió y se levanto mientras prendía la luz, fue hasta ese momento que me di cuenta que mi aspecto había cambiado, a uno más siniestro, más sensual. Completamente exaltado me dijo:

 

-         ¿Qué haces aquí?

-         Me contrataron para consolarte –dije con voz ronca

-         ¿Para consolarme? – pregunto extrañado el chico

-         Así es… se que tu corazón ha sido lastimado por un desengaño… pero estoy aquí para que lo olvides – le dije mientras me acercaba a él completamente seductor

-         ¿Cómo sabes eso?

-         Ya te dije, me contrataron para consolarte

-         ¿Quién? – pregunto desconfiado

-         ¿Eso importa?, ¿o acaso no quieres sentirte amado una vez más?

 

El chico no me contesto, sus ojos mostraban gran tristeza y en el momento en que iba a replicar lo bese apasionadamente. Mi lengua exploraba su boca con audacia, mientras llevaba su mano a explorar mi pecho y mi entrepierna erguida. El se desconcertó,  pero rápidamente accedió a mis caricias. Mientras lo desnudaba y besaba su piel, el comenzó a gemir y apago la luz, para dar un poco más de intimidad al asunto. Fue ese instante en que aproveche para tomarlo por detrás y penetrarlo, mientras lo embestía y arqueaba su deliciosa espalda, satisfacía ese viejo deseo de poseer tan bello mancebo, fue hasta que tuvo su orgasmo, que  lo apuñale y lo asesina, solo para quitarle su calido corazón.

 

Rápidamente encontré un recipiente donde guarde su corazón y me lave tranquilamente las manos. Después Salí de los dormitorios tras un conveniente apagón y me deslice a mi casa de nuevo. Ahí congele el corazón para que no se descompusiera. Entonces me prepare para el siguiente sacrificio que seria cuando la luna estuviese media.

 

Pasaron los días y la policía no tenia ni idea de quien había cometido los crímenes, no había huellas ni testigos que pudieran esclarecer el caso. Por fin llego la noche con la luna media y Salí por mi próxima victima, que se trataba de un antiguo novio de Julio, el cual lo dejo por un sujeto ya bastante mayor y su dinero. A ese chico lo seduje cunado salio del colegio y lo lleve a un hotel de mala muerte donde lo desnude y explore para mi deleite. Después de besarlo y acariciarlo, baje lentamente hacia su entrepierna, donde comencé a lamerla y succionarla lentamente, entonces el comenzó a gemir y a jadear de placer. Sin esperármelo me detuvo para darse vuelta y exponer un lindo trasero, que se ofrecía como un dulce regalo. Sin atreverme a rechazar tan preciado ofrecimiento, lo penetre de una sola embestida y mientras lo hacia gozar, preparaba el cuchillo con el que lo degollaría y tomaría su sangre en le momento de su orgasmo. Después de tomar toda su sangre y dejarlo en ese perdido hotel, regrese a mi casa a refrigerar dicho envase y a esperar la siguiente luna: la luna nueva. Para esto tuve que desplazarme hacia donde estaba situada la escultura, que para mi felicidad, estaba en una exposición en una ciudad a unas horas de donde estaba. Mientras aguardaba con los ingredientes en una maleta, otro conveniente apagón me permitió entrar sin ser visto y esperar el momento justo para el próximo sacrifico, el cual tenia que ser el de un desconocido que pasara por el lugar.

 

Espere impacientemente hasta que pareció un joven guardia de seguridad que hacia tranquilamente su ronda. Sin dar mucho espacio de tiempo, lo tome de un brazo, mientras le tapaba la boca. Entre un algodón con éter para sedarlo y obligarlo a ingerir unas pastillas para excitarlo, prepare todo según el plan, por fin la luna nueva llego a la cumbre de la noche y desate al chico para masturbarlo con cierta rudeza. Afortunadamente estaba tan excitado y extasiado en mis brazos que tuvo su orgasmo rápidamente, y en ese instante lo apuñale por detrás dejando que su sangre cumpliera con el final del hechizo.

 

Tras un resplandor azul, la escultura comenzó a transformarse en un humano y cuando concluyo la transformación, una especia de rayo lo envolvió y lo dejo desmallado en el pedestal donde se encontraba. Completamente atónito y las manos llenas de sangre, lo tome entre mis brazos, en ese instante el demonio se aparecido detrás de mí y me dijo:

 

-         Haz cumplido satisfactoriamente con lo que se te ha pedido… disfruta a tu amorcito… jajajaja

 

Y así se fue riendo mientras me llevaba a cuestas a Julio hacia mi casa donde lo recosté suavemente en la cama. A la mañana siguiente despertó y me vio sorprendido, mientras lo vigilaba sin dormir siquiera. El dulce muchacho se incorporo y cuando termino de reconocer el lugar me dijo:

 

-         ¿Darío?, ¿Qué paso?

-         ¿Julio? – dije con gran emoción mientras lo abrazaba con fuerza

-         ¿Qué sucede? ¿Qué tienes? –decía extrañado

-         Nada, nada… ¿acaso no recuerdas nada? –dije mientras lo veía directamente a los ojos

-         No nada… solo recuerdo que fuimos a tomar un helado… se acercaba tu cumpleaños y no sabia que regalarte… -decía asustado, al verse completamente desorientado

-         No te preocupes, es que tuviste un accidente y te golpeaste fuertemente la cabeza, pero no es nada.

-         ¿Seguro?, por que casi no recuerdo nada – decía preocupado

-         Si, estoy seguro de ello – le dije sonriendo

 

Ambos bajamos a desayunar, era notable que Julio estaba desconcertado, puesto que su cuerpo se movía con lentitud y torpemente, sonriendo me dijo:

 

-         Me siento como si fuera de piedra… ¿Qué tonto no?

-         Si… que cosas se te ocurren –dije tratando de disimular

 

Julio desayuno como si no hubiese comido en años y una vez satisfechos le dije:

 

-         Julio, ¿recuerdas que te dije que íbamos a mudarnos a otra ciudad?

-         No… no lo recuerdo

-         Bueno, conseguí trabajo en otra ciudad y quedamos en irnos juntos

-         ¿En serio?

-         Si… ¿Por qué crees que te miento?

-         No por nada –dijo pensativo

 

Durante los preparativos para la mudanza, Julio andaba por la casa desorientado y poco desesperado por que no podía recordar nada referente a su pasado, familia y amigos. Entonces lo trataba con más dulzura y le hacia el amor con intensidad, tratando de ocupar su mente en nuestro amor. Una vez en otra ciudad, conseguí un departamento en un tercer piso y una noche mientras nos recostábamos después de una intensa sesión de sexo, Julio me dijo paralizando mi corazón:

 

-         Darío, me siento extraño, me siento como si yo fuera otra persona, y por si fuera poco, no puedo recordar nada, ni a mi familia ni a mis amigos…

-         Tranquilo, estoy seguro que solo es una sensación que adquiriste después del accidente

-         ¿Tú crees?

-         Así es –dije con confianza

 

Ya no me discutió nada, solo nos quedamos dormidos uno abrazado del otro, y aunque su nuevo  casi siempre estaba frió, me complacía tenerlo tan cerca. Desafortunadamente Julio tenía pesadillas con vagos recuerdos de su resurrección.

 

Pero de nuevo el destino cambio el rumbo de las cosas y mientras me bañaba, deje descuidadamente el relicario que me dio en el buró. Cuando Julio despertó y vio el relicario se extraño y lo tomo entre sus manos, cuidadosamente leyó la inscripción que estaba detrás:

 

-         “Con todo mi amor, feliz cumpleaños. Julio”

 

Julio sonrió enternecido, pero se desconcertó al ver la fecha… coincidía con su accidente y no recordaba haberme regalado nada, entonces tuvo un mal presentimiento y abrió el relicario. Cuando vio su foto, una cascada de sensaciones y recuerdos llegaban a su mente como un enjambre de abejas, unas gruesas lágrimas escurrían por sus ojos, y en ese instante entre a la habitación y me quede preedificado a ver que tenía el relicario en sus manos y oírlo decir:

 

-         No es posible… yo estoy muerto… recuerdo que te di esto al morir

 

Rápidamente le quite el relicario de las manos y le dije para tranquilizarlo:

 

-         No se de que me hablas, estas confundido, tu no estas muerto, solo tuviste un accidente…

-         Mientes y basta con ver la foto… siempre supe que este no era mi cuerpo… pero ¿Por qué? ¿Qué me sucedió? – decía en total pánico Julio mientras veía con horror sus manos

-         Julio yo… -dije estupidamente mientras bajaba la cabeza

-         ¿Qué hiciste?, ¡Dímelo! –gritaba desesperado Julio mientras se abalanzaba a mis brazos

-         Tenemos una nueva oportunidad, ¿no lo entiendes?

-         Entonces no ha sido una pesadilla, ¿cierto?... tu, la sangre… ese guardia muerto… ¿Por qué lo hiciste’ – decía Julio en medio del llanto

-         Por que te amo más que a nada Julio, y es por que te amo, que tuve que hacer ese sacrificio

-         ¿Mataste para darme vida? –decía horrorizado Julio mientras se alejaba de mi – entonces esos crímenes, donde te apresurabas a cambiar el canal de la noticias para que no los viera… ¿fuiste tu?

 

No conteste y solo me limite a bajar la cabeza. Me sentí avergonzado de admitir de cierta forma que había sido yo capaz de semejantes atrocidades e el nombre del amor. Julio se sentó en el borde de la cama y comenzó a llorar, yo lo consolé y trate de hacerle ver que teníamos una nueva vida, un nuevo comienzo. Por fin Julio se calmo y acepto lo que le decía.

 

Entonces un día mientras regresaba temprano del trabajo, lo sorprendí en la cama viendo fijamente un puñal, al verlo sentí terror y le grite mientras trataba de quitarle el arma:

 

-         ¿Qué haces con eso?

-         ¡Déjame!, ¿no lo ves?, ¡soy una abominación!, ¡soy un ente que no siente nada en su piel ni su cuerpo!

-         ¿Qué dijiste? –pregunte conmocionado

-         No te quise decir, pero desde que tengo este cuerpo no puedo sentir tu calor, ni tus caricias, tampoco percibo el aroma de tu piel, ni el sabor de tus labios… durante el sexo, trato de recrear en mi mente lo que sentía para llegar al orgasmo, pero ya no puedo más… tienes que dejarme morir

-         Es mentira… eso no es cierto –dije con total negación

-         Darío, yo te amo y eso no ha cambiado, pero este cuerpo me esta matando en vida, no puedo seguir fingiendo, cada vez es más difícil recordar el sabor de tu boca, la sensación de tu cuerpo embistiendo el mió…

-         No… no te dejare –dije mientras forcejeábamos el cuchillo

 

Y en la lucha intensa, jale con fuerza y caímos los dos por de la cama, en ese instante deje de luchar, un calor intenso comencé a sentir en las entrañas, solté el cuchillo y Julio se incorporo, solo para ver con horror que yo tenia encajado el puñal en el vientre.

 

-         ¡Darío! – grito con angustia Julio - ¡Voy a llamar a la ambulancia!

-         Espera Julio… tranquilízate… ayúdame a llegar a la cama

-         Pero Darío… te estas desangrando… -decía Julio mientras me trataba de ayudar para incorporarme

-         Mi bello Julio… daría mi vida por ti, por que fueras de nuevo feliz…

-         Fui feliz Darío… muy feliz –decía Julio entre lagrimas –perdóname…

-         No… tu perdóname a mi, perdóname por todos los pecados que cometí, jamás quise lastimarte Julio… te amo

 

Y con ese último te amo comencé a dejar este mundo, entonces esa siniestra figura apareció de nuevo y le dijo a Julio:

 

-         Parece que su hora le ha llegado, vengo a escoltarlo al infierno.

-         Espera… te ofrezco un trato –dijo Julio

-         ¿Un trato?, ¿Qué clase de trato? – pregunto el demonio interesado

-         Dentro de mí hay la esencia de tres vidas… ¿cierto?

-         Así es, pero con ninguna de ellas lo podrás revivir

-         Entonces funde nuestro cuerpo en la inmortalidad, haz que nunca nos separemos por la eternidad, y a cambio, te ofrezco mi vida y las que llevo dentro

-         ¡Entonces que así sea! –grito el demonio tras una horrible carcajada

 

Desde entonces ambos estamos uno al lado del otro, en un dulce abrazo por la eternidad, congeladas nuestras almas y nuestro amor, en una escultura que yace olvidada en un museo.

Fin

Dark Amini


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