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Vivir contigo por Asato Hikaru

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Varios años han transcurrido y aquellos días de cruel tortura y dolor se habían quedado ahí en el pasado. El sol en el cielo en todo su esplendor indicaba que el medio día estaba cerca, el día pintaba de lo más hermoso, el cielo de un azul claro adornado por blancas y esponjosas nubecitas, sobre los verdes y frondosos árboles se escuchaba el dulce trinar de las aves matutinas que festejaban el buen día. Aquellos que una vez niños fueron ahora se habían convertido en galantes y apuestos jovencitos que vivían una vida normal y tranquila junto a aquellas personas que siendo niños los acogieron en la candidez de su hogar. Ambos chicos eran muy populares en la escuela, un centenar de chicas les perseguían y asediaban, pero no por eso dejaban de ser los chicos bien portados y amables que siempre les ha caracterizado.

Una mañana de sábado, rápidamente un joven de unos 16 años, cabellos rubios casi castaños subía las escaleras para ir en dirección hacia su habitación, sus hermosos ojos color esmeralda irradiaban felicidad al igual que la sonrisa dibujada en sus labios, no había clase y ese era un día especial que celebrar. De improvisto irrumpió en la habitación.

 

- Asato levántate holgazán que ya amaneció! –anunció alegre mientras se acercaba a la cama para tirar de un bulto de sabanas- are? no esta… jhm… donde podrá haber ido? Conociéndolo de seguro ya esta en la cocina –seguro de ello se dirigió hacia la cocina pero tampoco lo encontró- eh? Tampoco está aquí –escuchó unos pasos tras de si y volteo iba a reprender a ese chico pero se topo con otra persona, un pelicastaño de mirada azulada- etto… Tatsumi-san ¿ha visto a Asato?

 

- Hisoka ¿Qué te he dicho de llamarme por mi nombre? es Seii-chi-rou –deletreo- ¿tan difícil es decirlo? –reprendió con el ceño fruncido.

 

- Gomen Seiichirou-san es la costumbre –se disculpó apenado.

 

- Llevamos ocho años viviendo bajo el mismo techo ya deberías dejar de tratarme con tanta formalidad pero en fin –suspiró con fastidio- y no, no he visto a Asato.

 

- Ah, bueno gracias lo seguiré buscando –se dio la media vuelta para seguir buscando dentro de la casa.

 

- Jhm siempre ha sido un chico muy respetuoso, no debería enojarme –se sonrió.

 

-*-*-*-*-*-

 

- Ne… Watari-san ¿has visto a Asato? –interrogó al rubio ojiambar que encerrado en su pequeño laboratorio trabajaba forzoso en uno de sus tantos inventos.

 

- Asato-kun? –alzó la mirada en pensamiento- no, no lo he visto –se encogió de hombros- lo más seguro es que ande por allí ¿por qué?

 

- Porque lo estoy buscando y en la casa no está –sus esperanzas de hallarlo comenzaron a menguar.

 

- Le buscas para algo? –inquirió curioso.

 

- Pues… -bajo la voz a un murmullo- hoy es un día especial y quería pasarlo con él.

 

- Qué dijiste? –preguntó el rubio al no escucharlo.

 

- No, nada –su alegría en ese momento se apagó- gracias de cualquier forma, seguiré buscándolo.

 

- Esta bien, espero que lo encuentres –una misteriosa sonrisa se dibujó en los labios del rubio- “Qué es lo que vi… a caso es una señal de amor? Que emoción, tengo que hacer algo! ” –un pícaro pensamiento cruzó por su mente- jo, jo, jo, si es así ya tengo el plan perfecto para que entre esos dos el amor se de.

 

- “Asato, donde estas?” –pensó Hisoka preocupado de no encontrarlo.

 

-*-*-*-*-*-

 

- Ahhh… es un día hermoso y digno de disfrutar –murmuró un chico de 18 años, cabellos color chocolate, piel morena clara y ojos color amatista quien con el paso del tiempo de nuevo halló su voz. Se hallaba en las orillas de un riachuelo viendo el agua transitar- demo… -su mirada entristeció- si es un día feliz… por qué yo no lo siento así… -con cuidado tomó una rosa que una de sus tantas admiradoras tímidamente le regaló al encontrárselo en el camino esa mañana- Itte! –se quejó al clavarse una espina escondida, rápido su dedo comenzó a sangrar y de pronto unos recuerdos acudieron a su mente.

 

“Nunca podrás escapar de mi…”

 

- No puede ser –se sorprendió al visualizar la imagen de un hombre de cabellos platinos se dibujo en su mente.

 

“Eres mío...”

 

- Urusai! –se tapó los oídos queriendo acallar esa voz que lo atormentaba y golpeó a puño cerrado el pasto.

 

“No puedes escapar… eres mío… eres mío” Repitió aquella voz.

 

- Urusai! –gritó asiendo con fuerza su cabeza- Tu estás muerto… yo mismo te maté… te maté, no existes solo eres la voz de mi imaginación –se dijo para tranquilizarse- temee, ni aun muerto me dejas en paz –volvió a tomar la rosa y la apretó con fuerza clavándose otro espino para mitigar su dolor.

 

- Asato!!!! –de pronto escuchó una conocida voz llamarle a lo lejos- Asato… -Hisoka finalmente lo había encontrado pero se sorprendió al verle llorando y con la mano ensangrentada- por kami Asato… que has hecho? –se apresuró a tomarle la mano para quitarle algunos espinos clavados- Por qué lo hiciste? –lo miro evidentemente preocupado mientras rasgaba una parte de su ropa para poder vendar su mano.

 

- Yo… -intentó excusarse pero nada se le ocurrió- gomen.

 

- No me lo vas a decir ¿cierto?... no confías en mi –su voz se quebró en dolor.

 

- Hisoka –se entristeció al ver las orbes esmeraldas se inundaban en lágrimas- por qué lloras?

 

- Lo hago por ti –respondió en un murmuro.

Dime porque lloras?

De felicidad

Y porque te ahogas?

Por la soledad

 

Di porque me tomas

Fuerte así, mis manos

Y tus pensamientos

Te van llevando

 

- Lloras por mi? –se sorprendió y le miró interrogante.

 

- Hai, lloro porque sé que estas sufriendo y porque no soy lo suficientemente fiable para que me digas qué es lo que causa tu dolor –tomo entre sus manos las del mayor y no pudo retener las saladas lágrimas que resbalaban por sus blancas mejillas.

 

- Soka –Tsuzuki se sintió culpable al verlo llorar- No es que no confíe en ti, es solo que no sé como decírtelo, no me siento preparado para poder hacerlo.

 

- Entiendo –sutilmente comenzó a soltó de las manos.

- Soka –le llamó preocupado.

 

- Si?

 

- Perdóname, te e hecho llorar –se disculpó secando el mojado camino que las lágrimas había dejado al bajar.

 

- No tengo nada que perdonarte –lentamente movió su cabeza en negación.

 

- Suki desu –le acarició la mejilla tiernamente.

 

- Saa Koishiteru –dijo en un triste suspiró- “todavía no se da cuenta de que su Te quiero para mi significa algo más, ah si tan solo pudiera decirle que…”

 

- Ikou –le interrumpió- supongo que Tatsumi-san y Watari-san deben estar preocupados por mi ausencia.

 

- Hai –simplemente le respondió.

 

- “Gomen ne Soka-kun… no merezco tu compasión porque tengo miedo a lastimarte si te digo cual es la causa de mi dolor”

 

Yo te quiero tanto

Y porque será?

Loco testarudo

No lo dudes más

Aunque en el futuro

Haya un muro enorme

Yo no tengo miedo

Quiero enamorarme

 

-*-*-*-*-*-

 

Todo el camino de regreso resultó silencioso y ninguno hizo más nada por romper esa frialdad cada quien estaba sumido en sus propios pensamientos. Llegaron a casa con un semblante abatido, situación que un rubio inventor enseguida percibió.

 

- Qué paso? –se escuchó preocupado al ver la tela que cubría una mano de Asato.

 

- Nada –suspiró Hisoka.

 

- Estoy cansado, me voy a mi habitación –resolvió Asato para evitar el interrogatorio.

- Yo me voy a leer un libro –secundó el ojiesmeralda dirigiéndose al cuarto que hacia de biblioteca.

 

- Are? –parpadeó confundido- pero que les paso a esos dos? –caminó hacia donde se había ido el rubio castaño y abrió la puerta con sigilo.

 

- Ahhh Asato, qué puedo hacer… cómo puedo decirte lo que siento, si tu aún mantienes cerrado tu corazón? –suspiró acongojado.

 

- “Yosh esto es perfecto” –pensó el rubio muy alegre.

 

- Yutaka ¿qué estas haciendo? –le reprendió Tatsumi, el rubio pego un respingo del susto y le hizo una señal para que guardara silencio y lo alejó de ahí.

 

- Seii acabo de descubrir algo emocionante –el aludido arqueó una ceja en incomprensión- descubrí que Soka-kun está enamorado de Asato-kun –le dijo en un susurro.

- Estas bromeando? –enarcó mas su ceja.

 

- Iie escuché cuando Hisoka lo decía en la biblioteca –confesó sonriente- y algo me dice que Asato también siente lo mismo por él.

 

- Así que eso era lo que hacías, espiabas al chico –le miró severo pasando por alto el último comentario.

 

- Me confieso culpable demo ¿no te gustaría ser mi cómplice para lo que tengo planeado hacer?

 

- Oh no conozco tus ocurrencias, así que es mejor que no hagas nada y si como dices ambos sienten algo más que una simple amistad, entonces deja que ellos mismos sean los que hagan lo que tengan que hacer –le aconsejó tranquilo.

 

- Tienes razón –se le cuelga al cuello en un efusivo abrazo- ne… ne… pero si no se dicen nada ¿entonces si puedo intervenir? –el par de orbes ambarinas brilló en la ilusión.

 

- No aceptarás un no como respuesta ¿cierto? –la gran sonrisa en los labios del rubio se lo confirmó- jhm sabías que cuando sonríes así me dan deseos de poseer tu cuerpo.

 

- Por qué crees que lo hago –amplió más su sonrisa- anda hazme tuyo de una vez –le susurró al oído lamiéndole con lujuria el lóbulo de su oreja.

 

- Mmmm el uke quiere superar a su seme ¿ne? Ya veremos –lo cargó en sus brazos y se encaminó hacia el cuarto que ambos compartían.

 

-*-*-*-*-*-

 

- Asato baka, lo has herido sabes? –se reprendió el chico girándose sobre la cama para quedar boca abajo- pero… es algo que no puedo evitar… kjjj si tan solo no estuviera manchado y el recuerdo de ese maldito me dejara de atormentar –apretó con fuerza la almohada que poco a poco comenzó a mojar con lágrimas salinas.

 

No me ames, porque pienses

Que parezco diferente.

 

- Se acabó –bufó Hisoka cerrando con fuerza el libro que intentaba leer- no lo aguanto más, ahora mismo iré a hablar con él –se levantó de su asiento decidido, salió de la biblioteca y subió hacia la estancia de su compañero- es ahora o nunca –sin cuidado abrió la puerta.

Tú no piensas que es lo justo

Ver pasar el tiempo juntos.

 

- Vengo a hablar contigo –anunció muy serio al irrumpir en el recinto.

 

- Hisoka –rápidamente secó sus lágrimas y se enderezó sobre la cama y miró al chico con una falsa sonrisa- ¿de que quieres hablar?

 

- Yo creo que sabes bien de que se trata –respondió fríamente.

 

- Soka… yo… entiendo tu enojo…-bajó la mirada fijándola en un punto inexistente del piso- demo… ¿puedes perdonarme?

 

- No puedo perdonarte de algo que ni si quiera se qué fue… dime a caso te he hecho algo? –preguntó dolido.

 

- No -respondió escuetamente.

 

- Entonces ¿¡por qué no confías en mí y me dices de una vez qué es lo que te pasa!? –le espetó severo, la actitud de Asato le había hecho perder la paciencia.

 

- … -Asato cerró con fuerza los ojos cual niño regañado- por que… -balbuceó temeroso- porque temo lastimarte –confesó.

 

No me ames, que comprendo

La mentira que seria.

Si tu amor no merezco

No me ames, más quédate otro día

 

No me ames, porque estoy perdido

Porque cambie el mundo, porque es el destino

Porque no se puede, somos un espejo

Y tú así serias lo que yo de mi reflejo

 

- Por si no te has dado cuenta ya lo has hecho –soltó resopló tratando de controlar su enojo.

 

- Sumimasen! –inclinó mas su cabeza permitiendo que un par de mechones color chocolate resguardaran su compungido rostro.

 

- Asato mírame –le pidió con suavidad- no conocemos desde que éramos niños ¿no es así? –por respuesta solo obtuvo un asentimiento ya que el ojiamatista aun no se atrevía a mirarlo- entonces debes saber que te conozco a la perfección –otro asentimiento- y como tal, se perfectamente que estas sufriendo y sé que la causa es el tormento de tu pasado –el chico levantó el rostro para mirarlo sorprendido.

 

- Así de transparente soy? –inquirió con un dejo de tristeza. Hisoka movió la cabeza en afirmación y lentamente se le acercó.

 

- Me vas a decir lo que te pasa? –se sinceró hincándose frente a él para darle una tierna caricia en su mejilla.

 

- Ya lo sabes –respondió escuetamente.

 

- Si lo sé, pero quiero escucharlo de ti… onegai confía en mí y te aseguro que no me burlaré y mucho menos me alejaré de ti –dijo conciliador.

 

- Lo prometes? –inquirió por seguridad recibiendo una afirmación- bueno… pero no me odies –suspiró.

 

- Te aseguro que no lo haré –tomo asiento junto a él tomándole de las manos para brindarle mayor seguridad.

 

- Es Muraki –soltó repentinamente a lo que el rubio castaño palideció y sus ojos se abrieron en impresión- el… aun sigue atormentadome.

 

- Pe… pero cómo… eso no puede ser posible, si el está… -exclamó horrorizado.

 

- Muerto –acotó Asato y Hisoka parpadeó en la confusión- si, podrá estar muerto pero su recuerdo y las huellas de lo que hizo en mi… siguen presentes –su cuerpo se estremeció de solo recordar.

 

- Asato –alzó sus manos para mirarlo directo a los ojos y se perdió en ese par de amatistas- yo… -no encontraba palabras para expresarle lo que sentía- Demonios! –soltó sus manos y se reprendió frunciendo el ceño en molestia.

 

- Por favor no me odies! –se espantó mal interpretando la expresión del chico.

 

No me ames, para estar muriendo

Dentro de una guerra llena de arrepentimientos

No me ames, para estar en tierra, quiero alzar el vuelvo

Con tu gran amor por el azul del cielo

 

No se que decirte, esa la verdad

Si la gente quiere, sabe lastimar

 

- Iie –volvió a tomarle de las manos- No te odio –le aseguró.

 

- Entonces… ¿por qué te enojaste? –preguntó inocente.

 

- Estoy molesto conmigo –Asato le miró perplejo y le incitó a continuar- Es que… no encuentro las palabras adecuadas para lo que te quiero decir.

 

Tú y yo partiremos

Ellos no se mueven

Pero en este cielo sola no me dejes

 

No me dejes, no me dejes

No me escuches, si te digo "no me ames"

No me dejes, no desarmes

Mi corazón con ese "no me ames"

 

- Solo dilo, te aseguro no te morderé –dijo para incitarlo a continuar.

 

- Ahh, esta bien… -se revolvió los cabellos en frustración- de cualquier forma tarde o temprano lo tienes que saber y…. si después de que te lo diga seas tu quien me odie, créeme que sabré entender.

 

- Y… qué es? –Asato sintió su corazón latir acelerado temiendo lo que vendría- “kami-sama si es lo que pienso… dame fuerzas para no herirlo” –suplicó mentalmente al cielo.

 

No me ames, te lo ruego

Mi amargura déjame

Sabes bien, que no puedo

Que es inútil, que siempre te amare

 

No me ames, pues te haré sufrir

Con este corazón que se lleno de mil inviernos

No me ames para así olvidarte de tus días grises

Quiero que me ames solo por amarme

 

- Lo que quiero decirte es que… -comenzó a decir.

 

- Onegai no! –le cortó repentinamente- se… se lo que intentas decirme… demo… demo… -de nuevo tembló.

 

No me ames, tú y yo volaremos

Uno con el otro y seguiremos siempre juntos

Este amor es como el sol que sale tras de la tormenta

Como dos cometas en la misma estela

 

No me ames

No, no me ames

No me ames...

 

- Por qué no? –Hisoka le miró visiblemente compungido.

 

- Es que yo… yo… -apretó con fuerza la tela de su pantalón.

 

- Asato comprendo el miedo que tienes y como te sientes pero… no crees que es tiempo de darte una oportunidad? –le planteó intentando persuadirlo.

 

- No la merezco… porque… porque… no soportaría manchar a alguien más –sentenció sintiendo una fuerte opresión en su corazón que le hizo llevarse una mano sobre él mientras nuevas lágrimas corrían libremente por sus mejillas. Rápidamente Hisoka lo acogió en sus brazos y acunó su cuerpo sobre su pecho en gesto afable.

 

- Ni si quiera a mi me darás la oportunidad? –inquirió temeroso recibiendo una mirada asustada- Asato lo que yo siento por ti es más que una simple amistad –finalmente se lo confesó.

 

- Que! –se sorprendió- quieres decir… quieres decir que… ¿tú estás enamorado de mi? –al no escuchar respuesta alguna supo era verdad y su temor creció aun más a nadie menos que él es a quien quería lastimar- demo… demo…

 

- Onegai dame una oportunidad… –le suplicó- quiero ayudarte a olvidar… quiero borrar de tu mente el recuerdo de aquel que te hirió y curar las huellas que en ti dejó… -con suavidad acarició su espalda sin un indicio morboso- eso es todo lo que te pido.

 

- Soka –sintió su corazón sobrecogerse pero la caricia brindada su temor se apaciguó- eres tan bueno conmigo… siempre lo has sido –por primera vez se permitió sonreír feliz. Ahora sabía que si le daba la oportunidad que le pedía podría ser feliz.

 

- Entonces… ¿Qué me dices? –inquirió con ansiedad mal disimulada.

 

- Lo que digo es… que habiendo tantas chicas lindas y muy bonitas en la escuela, muchas de ellas son tus admiradoras y mueren por ti… Como es que te gusto? Digo que tengo yo que una chica no?

 

- Esa es una buena pregunta –respondió sin pensar- bueno… la verdad es…que las chicas para mi todas me parecen tontas y superficiales, he tratado con ellas y ninguna ha logrado captar mi atención y en cambio tu… pues te conozco desde niño, se como eres, se por todo lo que has pasado y porque eres especial… por eso desde niño me has gustado –confesó sonrojado.

 

- Soka –pronunció en un murmullo- por qué nunca me lo dijiste? –preguntó enternecido.

 

- Porque… no sabía como ibas a reaccionar, tenía miedo de que me rechazaras si te lo confesaba.

 

- Nunca te rechazaría –se acercó a abrazarlo- tu igual has sido muy especial para mi, gracias por quererme así… acepto darnos una oportunidad –suspiró con un ligero rubor tiñendo sus mejillas.

 

- Hontou ni? –parpadeó incrédulo al separar sutilmente de abrazo para mirarlo directamente a los ojos y así saber que no se trataba de una alucinación o una mentira.

 

- Hai… hounto ni –le sonrió.

 

- Hounto no hounto ni? –insistió en la incredulidad.

 

- Haaaaiiiii –volvió a repetirle con la misma sonrisa.

 

- Hon… -su pregunta fue interrumpida cuando unos suaves y carnosos labios se posaron sobre los suyos para silenciarlo- de acuerdo… ahora te creo –agregó en un suspiro para recuperar el aire que dejo de respirar al recibir el beso- pero lo que no puedo creer es… que me hallas besado! –exclamó azorado!

 

- Gomen nasai –su rostro se tiño de un furioso sonrojo.

 

- Waa… ureshi!!! –exclamó completamente emocionado.

 

- Oe… soka… oe… OE!!! -gritó para llamar su atención y lo consiguió- qué pasará con Tatsumi-san y Watari-san… crees… crees que cuando se enteren estén de acuerdo?

 

- Asato no es Tatsumi-san ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? –dijo simulando un regaño imitando al ojiazul- dile Seii-chi-rou –y soltó la carcajada.

 

- Nani? –Asato ladeó la cabeza en incomprensión.

 

- Ja ja ja ja… lo que quiero decir es que Tatsumi-san ya no quiere que le llamemos de esa forma y que le llamemos simplemente por su nombre y sin formalismos –se explicó con una divertida sonrisa.

 

- Ah wakatta… jijiji tiene razón ¿no? Y Watari ¿qué dice él? –curioso quiso saber.

 

- Con el no hay problema, creo que le da lo mismo –respondió resuelto.

 

- Entonces… que crees que digan?

 

- Mmmm –se llevó una mano a sobre su barbilla en meditación- su primer reacción sería de sorpresa y  antes de asimilar el asunto es seguro que Tat… digo Seiichirou –se corrigió- pegaría un grito al cielo, Yutaka gritaría pero de la emoción pero creo que al final los dos terminarían aceptando –fue su deducción- digo, después de todo ellos llevan una relación así ¿no? –se encogió de hombros.

 

- En eso tienes razón –Tsuzuki aceptó la razón.

 

- Además podemos echarles la culpa –murmuró perverso.

 

- Por que? –parpadeó confundido.

 

- Por lo mismo… digamos que su relación nos influyó –sonrió maldito

 

- Siiii echémosles la culpa! –secundó Asato en complicidad.

 

- Perfecto, entonces así lo haremos ¿es un trato? –le extendió la mano.

 

- Trato hecho –apretó su mano.

 

Se tomaron de la mano y abandonaron el recinto decididos a confesar con los adultos su nueva relación.

 

- Muy bien, aquí estamos –resopló Hisoka estando frente a la puerta de la habitación del adulto mayor sacudió su mano libre para espantar los nervios y la levantó con la intención de darle unos suaves golpecitos más sin embargo un extraño sonido le hizo desistir.

 

- Etto… -una gotita resbalo por la nuca de ambos chicos- creo que están ocupados –Asato rió con un tic nervioso en sus labios de solo imaginarse lo que pudiera estar pasando tras esa puerta.

 

- Ha… hai… mejor les decimos en otra ocasión –Asato asintió en mutuo acuerdo y corrieron espavoridos de regreso a su propia habitación- ah ah ah… por kami  es que esos dos nunca están satisfechos! –exclamó un azorado Hisoka.

 

- Al parecer no –Asato frunció el ceño incómodo.

 

- Bueno, aunque eso es normal en una pareja que se ama. Es una forma natural de demostrarse cuanto se aman ¿no? –razonó el ojiesmeralda.

 

- Si, pero ellos exageran –Asato sacudió su cabeza de solo imaginar la hiperactividad sexual de sus protectores.

 

- Déjalos así son. Vamos –le invitó.

 

- Dónde?

 

- A cualquier otro lado, estoy aburrido –bostezó fastidiado- además hoy es un buen día salgamos a disfrutarlo –adelantó el paso.

 

- Espérame! -Asato se apresuró a seguirlo.

 

 

*Canción: No me ames/J-Lo. Ft Marc Antoni

Notas finales:

Hola!!! bienvenidas al inicio de esta nueva aventura... que tal, les ha gustado? espero que si ^^... se imaginan, si asi es el comienzo... como sera lo demás? ahhh ya lo iran descubriendo mientras tanto gracias por continuar leyendome ^^

Jessi: respondiendo a tu pregunta el significado de Suki desu puede tomarse de dos formas una es como Te quiero y la otra como un Te amo... asi que ya te imaginarás que interpretacion es la que toma el lindo Hisoka... bueno te envio un fuerte abrazo, un besote y muchos saludos... ja ne!!!

Mijaru: hola linda, claro que puedes llamarme Hi-chan es mas facil y practico que Hikaru XD... bueno pues que te ha parecido eh? se ve buena la historia no? jijiji muchas gracias por tus buenos deseos y por los bonitos afectos, eres una niña muy cariñosa... espero leerte pronto, cuidate, besotes babosos y abrazotes de oso... ja ne!!


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