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Un Dulce Amargo por Alia

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Notas del fanfic:

Este fic se escribio para un concurso de fanfics en un foro de royxed, pero como ya paso el concurso lo publico aqui, espero q les gute n_n

Notas del capitulo: Lo que hace bello el día de san valentin, pero hay veces q no es tan hermoso como te lo pintan pero al final lo recuerdas todo con una sonrisa XD
 

Un Dulce Amargo

 

-¡Nii-san!-gritaba Al desde la entrada del departamento -Iré a comprar las cosas para mañana- Al esperaba alguna respuesta de su hermano pero fue en vano, estaba debajo de las sabanas y no tenía intenciones de salir de ahí -Ah... volveré después, pero levántate ya Nii-san, el coronel seguramente quiere verte- al escuchar eso Ed se  quito la cobija de encima y examinó con cuidado el cuarto.

-¡¡Ese Bastardo!!- gritó el rubio a todo pulmón -¡¡Debería de darle vergüenza!!-  exclamó pero nadie lo escucho -En mi vida vuelvo a celebrar el día de San Valentín- sentenció con cierto enojo. La verdad había sido de los peores días de su vida... o eso quería creer.

 

El joven alquimista se vistió con su ropa de siempre y de inmediato se dirigió a la milicia. En el camino veía a muchas parejas abrazadas o sujetas de las manos, esto en verdad le comenzaba a desagradar un poco.

-¿Se podría ser tan meloso? Esas parejas, sólo están juntas porque a lo mejor recibieron un regalo, estás son las consecuencias de los estúpidos días de San Valentín- pensó Ed fastidiado de tanto demostración amorosa en las calles

-¡Edward-san!- gritaba Fury al mismo tiempo que trataba de alcanzarlo, la verdad Ed no tenía ánimos de esperarlo así que hizo caso omiso al llamado y siguió avanzando pero Fury logro alcanzarlo

-Por poco y no lo alcanzo- exclamó exhausto Fury

-Si... sería una lástima- dijo Ed con fastidio

-Eh... es cierto- Fury sintió un silencio algo incomodo así que busco la manera de romper el hielo con el joven alquimista- Ah... ¿Por qué ayer no fue al festejo de San Valentín?, casi toda la milicia estuvo ahí-

-Lo acaba de mencionar, casi pero yo no, no había nada que celebrar-

-Pero hubiera ido, todos estaban tan felices, e hicimos juegos y...-

-Mira- dijo el rubio señalando el reloj -Voy tarde con el Coronel, luego hablamos- acelero el paso y se fue lo más rápido que pudo. No era que no soportará a Fury sino que en verdad no quería recordar lo que paso el día de ayer, el día de San Valentín.

 

Al llegar a la milicia, se dirigió directamente a la oficina de Mustang, tenía interés por hablar con él, varios temas que tratar al respecto. Tocó a su puerta y nada, no recibió respuesta alguna así que decidió entrar y al momento pudo notar que no había nadie en la oficina

-A lo mejor siguen bajos los efectos de la noche de ayer- Ed entró a la oficina y se acerco al asiento del coronel, tocó suavemente su respaldo, después se dejó caer en el asiento, se recargo en la silla y subió los pies al escritorio

-Trabajar así todo los días no es tan pesado, el coronel exagera- pensó Ed en voz alta -sólo dar órdenes y holgazanear todo el día- Ed estaba tan metido en sus pensamientos que no se había dado cuenta que una persona había entrado en la oficina -(imitando a Mustang) Hagaren, debes de ir a checar el Monte Fuji para ver cuantas veces es más grande que tú, quiero un informe detallado. Ah, pero antes ve por mi ropa a la lavandería, barre mi casa, saca a Black Hayate a pasear y no se te olvide sacar la basura de la oficina-

-No creo que llegue a ese extremo- alcanzo a escuchar Ed y un escalofrío recorrió su espalda, de inmediato se dio la vuelta para ver quien estaba en la oficina

-¡Teniente Coronel Hughes!- exclamó Ed sorprendido -¿Qué esta haciendo aquí? Pensé que usted estaría...-

-¿Durmiendo por la desvelada de ayer?- preguntó Hughes de forma graciosa -No, ayer no fui a ese evento, me la pase con mi familia aunque... -miró a Ed de forma dudosa -Me contaron algo interesante que paso la noche de ayer- dijo con un poco de picardía

-Ah si... ¿Y qué fue lo que le contaron?- pregunto un poco nervioso Ed

-Que... ¡¡Mi hija Eliza aprendió a decir papá!!- decía Hughes al momento en que sacaba algunas fotos de sus bolsillos -¡¡Oh es un amor!! ¡¡Y lo tengo todo fotografiado!! ¡¡Sólo mira lo bella que se ve!!- Ed suspiró aliviado, al parecer Hughes no sabía nada importante

-Que bien- respondió Ed- Tengo que irme, volveré cuando este el Coronel- Ed ya estaba por salir

-¿Para hablar del día de ayer?, por cierto, ¿cómo te fue con tu admirador secreto? Me enteré que resulto ser un fraude total- decía Hughes sentándose en la silla de Mustang y observando al rubio con una mirada que reflejaba una cierta seguridad, Hughes lo sabía o al menos tenía una idea de lo que Ed trataba de ocultar

-Ah... ¿Cómo supo usted eso?- pregunto el ojidorado tratando de ocultar algún signo de nerviosismo

-Soy el encargado de comunicación, es mi trabajo saber todo lo que sucede dentro y fuera de la milicia- sonrió con triunfo Hughes -Vamos Ed, toma asiento, puedes platicar conmigo todo lo que haya pasado, de mi no saldrá ni una palabra- Ed lo dudo por unos momentos, pero en verdad quería hablar con alguien respecto al día de ayer y sabía de antemano que Al no era la mejor opción para hacerlo pero, ¿Hughes?, ¿Podría confiarle algo tan importante a Hughes? -¿Y bien?-

-... Se que me arrepentiré- soltó con molestia- pero si alguna palabra sale de esta oficina le juro que no vivirá para el siguiente cumpleaños de Eliza- amenazó Ed al mismo tiempo que tomaba asiento delante del escritorio de Mustang.

-Juro que de aquí no sale nada, es una promesa- le sonrió Hughes de forma cariñosa, Ed lo sintió paternal, como si él fuera el hijo que le platicaba a su padre las experiencias que tuvo

-Vera... todo empezó desde el 12 de febrero...

 

Llevaba dos días desde que había llegado de mi última misión, esos días anduve mucho por la milicia porque debía entregar los informes en la oficina de Coronel, fue en ese entonces cuando comencé a recibir regalos que al parecer eran de un admirador secreto dentro de la milicia.

 

El primero que recibí fue dejado en la puerta de mi cuarto, era una rosa roja con un listón blanco, pregunte al guardia de la entrada quien había dejado tal cosa pero fue en vano, el guardia no se percató de ello.

 

Fui a la milicia como siempre, aunque aun estaba intrigado por lo de la rosa, lo único que se me ocurrió era que se habían equivocado, ya que nunca hallé una razón lógica para que alguien me hubiera regalado una. Llegue a la oficina de Mustang pero antes de tocar la puerta escuche una plática interesante entre Mustang y Havoc.

-Hoy comenzó todo- declaró Mustang -Ya mande el detalle, el único inconveniente es que le guste y que no haya percance-

-¿En verdad cree que esa simple rosa le guste?, a veces puede ser de gustos algo sofisticados- dijo Havoc algo preocupado, con este comentario atrajo mi atención de inmediato así que pegue mi oído a la puerta

- Ah - suspiro Mustang con algo de impaciencia -No se como es que desconfías tanto, no hay motivo para que falle-

-Si usted dice eso... -ante esto escuche como Mustang se levantaba bruscamente de su asiento, a lo mejor ese último comentario afecto su ego

-¡¡Nunca falló!! Este día de San Valentín será especial, ¿Entiendes?, todo está preparado, las cosas marcharan de forma correcta y no te atrevas a repelarme-dijo Mustang percatándose de que Havoc hiba a interrumpirlo

-Edward-san, Buenos días- me dijo Fury felizmente, esto hizo que me sorprendiera igualmente había hecho que Mustang y Havoc se dieran cuenta de mi presencia provocando que dejarán el tema del que estaba conversando.

-Buenos días Fury-san-  dije entre dientes, me había arruinado el momento clave -¿Qué esta haciendo aquí tan temprano?-

-Vine a entregar unos papeles al Coronel y ahora que me acuerdo -Fury buscó entre sus cosas y saco un papel- El 14 de febrero se va a celebrar una fiesta en honor al día de los enamorados, estaría bien que tu y tu hermano asistieran, será en el centro cívico a partir de las nueve de la noche, al parecer toda la milicia va a ir- Tome la invitación tratando de hacer una sonrisa pero la verdad todavía seguía enfadado con él -Bien, con su permiso- Fury entro y yo le seguí, tenía que entregar ese reporte.

-Hagaren, que milagro que te tengamos de visita- decía Mustang con tono sarcástico

 -Vine a entregar mi informe- dije entre dientes, me encontraba enojado en ese momento y lo último que quisiera soportar sería el comportamiento altanero de Mustang

-Havoc, Fury, déjenme a solas con Acero, tenemos cosas que discutir- de inmediato acataron sus ordenes retirándose de la habitación, ahora me encontraba solo con él y por alguna razón me sentía algo nervioso, en especial porque Mustang tenía su mirada fijamente en mi.

-¿Y bien?- preguntó

-¿Y bien qué?- dije algo nervioso pero trate de ocultarlo, a lo mejor el sabia que estaba escuchando detrás de la puerta y quería disfrutar de este momento lo más que pudiera.

-Habla- lo mire algo confundido, ante esto él rió por lo bajo, al parecer se divierte con mis caras -Di tu reporte oralmente-

-¿Para qué quiere que lo haga? Ahí lo tiene todo escrito además-

-Quiero escucharlo con tus propias palabras- Mustang recargo su cara en su mano izquierda, todavía seguía con su mirada fija en mi, llegué a pensar que me estaba examinando de pies a cabeza

-Ah... pues fui a una región al Sur de Ishbal, allá ...- me la pase hablando pero por la cara de Mustang se que no ponía atención alguna a mis palabras, estaba buscando mi mirada pero yo la desviaba, al hacer esto me ponía demasiado nervioso y se me llegaba a trabar la lengua

-¿Te gusta más salir a cenar o a comer?- me preguntó de repente

-¡¿Y eso qué tiene que ver con mi reporte?!- pregunte algo sonrojado

-Contesta, ¿día o noche?-

-Ah... pues no se... a lo mejor la noche, prefiero las cosas en la noche- dije rápidamente

-Bien, es todo, puedes retirarte- dijo levantándose de su asiento, me golpeó ligeramente en el hombro en señal de despedida y se fue del cuarto dejándome totalmente confundido, ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTABA PLANEANDO?!

 

-Así que Mustang te confundió con su actitud- comentó Hughes con gracia -Así es él, le gusta jugar al gato y al ratón, le gusta tentar a su presa- Hughes soltó una risa ante ese comentario

-Pero para mi no es nada gracioso- dijo Ed entre dientes -Mustang es un bastardo, juega y luego se va- dijo con algo de resentimiento el joven alquimista

-¿A que se debe tu comentario?, ¿Te hizo algo?-

-"Algo" no es suficiente- Hughes lo miro algo intrigado -Bien, después del encuentro con Mustang en la oficina...

 

El día paso normal, aunque la duda me siguió agobiando, ¿Por qué Mustang me había preguntado eso? Llegue al cuarto, en donde se encontraba Al y al parecer estaba haciendo detalles para regalarlos el 14 de febrero.

-Al, no pierdas el tiempo en esto, hay cosas más importantes y-

-Pero Nii-san- me reprocho Al -Me están quedando muy bonitos, sólo mira- Al me mostró un broche en forma de corazón -¿Crees que le guste a Winly?-

-¿A Winly?- pregunte intrigado -¿Para qué le mandarías algo a Winly?-

-Ella es nuestra amiga Nii-san, es bueno dar regalos a tus amigos y seres queridos-

-Y si alguien te manda una rosa, ¿Qué significa?- pregunte sin pensarlo dos veces, grave error

-¿UNA ROSA!- Al se levanto de su asiento y de inmediato me abrazó -¡¡Nii-san!! ¡Tienes a una admiradora!!- me dijo muy feliz al momento en el que me abrazaba, creo que él estaba más emocionado que yo -¿Y ya le contestaste?, ¿Ya sabes quien es?-

-Pues... en eso estoy, aunque a lo mejor la rosa llego a mis manos por alguna razón equivocada, puede ser que fuera para otra persona y se equivocaron de domicilio- dije restándole importancia

-Pero Nii-san...-

-Nada Al, sólo ponte a analizar. ¿Quién le mandaría una rosa a un niño que está a la mitad?, soy un remedo de ser humano, quien querría amar a un fenómeno como yo- dije incómodo, no se de donde salieron esas palabras, pero eran ciertas. Al trato de repelar lo que había dicho pero no le di la oportunidad, me fui a mi cama inmediatamente y me recosté, tratando de dormir. No debía de hacerme ilusiones falsas, duele mucho subir a la séptima nube y para terminar en el más profundo abismo de una sola vez.

 

Al día siguiente, 13 de febrero, mi hermano me levantó muy emocionado, me jalo de la cama y me llevó al comedor, inmediatamente me enseño una rosa esculpida en vidrio con algunas lágrimas de roció las cuales eran de oro, era hermosa.

-¡Es para ti Nii-san!- grito emocionado Al

-Al, esta vez te excediste- dije algo apenado

-Nii-san, no la hice yo, la dejaron en la puerta. Cuando salí a comprar el desayuno la vi y venía con esto- Al saco una nota y me la entrego -Claramente dice que es para ti- examine la nota, la cual decía lo siguiente:

 

"Un pequeño detalle para una gran persona"

 

Con eso se me subió el color a la cara, no sabia como reaccionar

-¿Quién te lo pudo haber mandado?- me preguntó Al

-No se... me tengo que ir a la molina... milicia, ¿está bien?, te veré luego- de inmediato me fui a mi cuarto, me puse lo primero que vi y salí de forma rápida, necesitaba que me diera el aire.

 

Me encontraba muy nervioso, la rosa de cristal en verdad era hermosa y una parte de mi quería que esa rosa fuera de Roy pero, ¿Y si me ilusiono en falso? Ademas porque de ese idiota habiendo tantas personas en el mundo, tenía que pensar en él.

 

En fin, opte por ir a la oficina de Mustang con el pretexto de... bueno, en ese momento no tenía pretexto pero ya pensaría uno. Pronto me encontré frente a la puerta de la oficina, lógicamente no podía preguntarle acerca de los regalos ya que si no eran de parte de él se reiría de mi y la burla no cedería o sencillamente me molestaría hasta saber de quien eran realmente, así que tenía que estructurar bien mis ideas para no caer en uno de sus juegos mentales

-¿Qué haces aquí?- me preguntaron, yo estaba tan metido en mis pensamientos buscando el pretexto para entrar que conteste muy automáticamente

-Nada, buscando la manera de hablar con el Coronel-

-¿Acerca?-

-De las rosas, la manera de decirle si él-

-Si me gustan Acero, en especial las rojas- me corrió un escalofrío y di la vuelta muy despacio, ¡¡QUÉ %&#$ SUERTE ME CARGO!!

-Coronel yo...-

-¿Quieres pasar?- me dijo al momento en que entraba a su oficina, yo seguía sin moverme, él entró a su oficina y se acomodo en su silla -Si deseas quédate ahí no hay problema sólo no estorbes la entrada- dijo el Coronel, el comentario me hizo enojar y entre inmediatamente

-No es necesario que se exprese de esa manera- dije entre dientes

-¿Y que asunto te trae por aquí, Acero?-

-Nada, venía a preguntarle algo- dije tratando de pensar algo, cuando vi que en el escritorio del Coronel había algunas fotos de la rosa de cristal que me había llegado en la mañana, me quede mudo por andar viendo las imágenes, eran tanto fotos como planos de ella

-¿Algo interesante?- dijo el Coronel mientras guardaba las imágenes en una carpeta, al parecer no quería que viera eso -Necesito que me detalles más tu informe en la parte de investigación de campo, así que-

-Coronel, ¡Ya está todo preparado para-!- dijo Havoc entrando de improviso y deteniéndose cuando me vio en la habitación

-Acero, retirate- finalizo Mustang de forma severa, no trate de reprochar la decisión y me retire de la oficina.

 

Comencé a caminar por la ciudad para tratar de analizar las cosas. Había recibido una rosa roja y ese mismo día me enteré que Mustang tenía relación con ella. Al día siguiente me llego otra rosa pero de cristal y también tenía una conexión con él, tomando en cuenta que él y Havoc han estado actuando extraño y todo esto girando alrededor del día de San Valentín, así que sacando algunas conclusiones había un 80% de que el Coronel sea el dichoso admirador secreto, pero ahora que deduje eso, ¿Qué tenía que hacer?

 

-... Y así, no se que hacer con mi problema- le dije a una señora en el parque, la cual tenía alrededor de 50 ó 60 años, se que suena extraño pero mi caminata termino ahí y esa señora se sentó a un lado de mi preocupada porque según ella me veía muy afligido, le conte mi problemita omitiendo que era un hombre el que me estaba cortejando... no quería que la señora me juzgara de raro.

-Mi querido niño, el que una persona te de detalles como esos es para que tu le contestes de la misma forma- dijo en tono amable la señora

-Pero ¿Cómo?, no puedo mandarle rosas, ni chocolates porque se de buena fuente que no le gustan y no me atrevo a invitarlo... invitarla a algún lugar-

-Dale un pequeño obsequio, ya verás que la persona a la que aprecias lo valorará mucho- me dijo con una sonrisa -Algo que le sea de utilidad y que en verdad le guste, debes de pensar en la persona a la que va el detalle, además la intención siempre es la que cuenta- lo que me dijo la señora lo estuve analizando por mucho tiempo, escoger regalo es la cosa más difícil. Le agradecí a la señora sus atenciones y comencé mi caminata de nuevo, pensaba con cuidado que le podía regalar. Había mucho de donde escoger, desde sacos, ropa, chocolates, arreglos, globos, etc. Pero nada lograba atraer tanto mi atención hasta que en una estantería lo vi, el obsequio que valdría la pena, era un hermoso reloj de pulsera el cual tenía la correa de cuero, con detalles en oro y había una flama dibujada en el fondo de las manecillas, lo compre de inmediato y lo personalice justamente para Mustang. Ya lo había decidido, el 14 de Febrero le daría el obsequio y esa idea en verdad me emocionaba. Tengo que admitir que es la primera vez que siento este cosquilleo en la boca del estomago eso agregando los constantes sonrojos que suceden con solo pensar en el momento de la entrega del regalo, ¿Cómo es que puedo derrotar a los malditos homúnculos rápidamente pero un regalo tardo años en entregarlo?

 

-Te comprendo- dijo Hughes de forma bonachona -Yo cuando trate de pedirle una cita a Gracia, mis manos temblaban y no sabia que hacer exactamente pero eso Ed es lo que se llama amor-

-... Ah... como sea- soltó el rubio molesto rascándose la cabeza -Esas emociones son muy molestas, prefiero evitarlas y vivir mi vida lo más normal que se pueda, alejado de todo eso-

-¿Y si conocieras lo que es el amor seguirás pensado así?-

-Que molesto eres con eso Hughes... Ya me voy- Ed trato de levantarse pero Hughes se lo impidió

-¡No huyas cobarde!- dijo en forma de broma -Todavía tienes que contarme lo que te paso ayer... No te me vas a escapar- dijo con una sonrisa picara Maes

-Bien- dijo Ed fastidiado -Pero no me interrumpas... además no creo que me dejes ir hasta que no termine el relato- esto último lo dijo Ed entre dientes

 

Llegó el 14 de Febrero, talle ligeramente mis ojos y trate de disipar toda flojera para poderme levantar, cuando observe bien mi habitación me di cuenta que estaba rodeado de pétalos de rosas, estaban esparcidos por toda mi cama, estos hacían que un dulce olor impregnara la habitación. La primera idea que se me vino a la cabeza fue la imagen del coronel, al aspirar suavemente este hedor recorde su figura, su porte, las rosas me hipnotizaron, me sacaron de la realidad para disfrutar de mi momento imaginario con el coronel, teniéndolo conmigo, abrazándome tiernamente, acariciando mi cara mientras yo me dejaba llevar por sus caricias, él buscando delicadamente un beso y yo acariciando su hermoso cabello y...

-¡Nii-san!, ¡Levántate!- me grito Al sacándome del trance

-Si, Al- dije con un poco de desdén. Porque tengo la maldita suerte de que me interrumpen en el momento menos pensado. Estaba por levantarme cuando encontré una nota en mi cabecera

 

Se mi San Valentín.

Te espero en el parque central a las 5 de la tarde, cerca de la fuente de los enamorados.

 

Eso decía la nota, me puse nervioso, ¿era eso acaso una cita o que? ¿A las cinco? A lo mejor quería que lo acompañara a la fiesta de la milicia, eso fue lo primero que pensé.

 

En fin, me levante, me arregle y me fui de inmediato a la milicia. Salude a media gente que me encontraba en la calle, hasta platique con Fury en el camino, si es increíble pero hasta ese punto llegaba mi felicidad. El problema es que esta felicidad se fue convirtiendo en miedo cuando estuve frente a la oficina del Coronel.

 

Aquí estaba, otra vez, intentando agarrar el valor suficiente para entrar y darle el presente que le había traído. El plan era tan sencillo, entrar, dar e irse. ¿Qué tal difícil era?... Creo que la parte de entrar era la difícil. En ese momento me rendí, lo mejor era dejarle el obsequio en el escritorio con una nota y ya. Así que entre cautelosamente, para poder ver si había alguien adentro y para mi sorpresa si lo había, era el coronel y al parecer estaba "coqueteando" con una señorita, creo que es la que atiende en recepción. Él estaba sentado en su silla y la tipa esa estaba sentada sobre el escritorio

-Tienes una manchita- le decía la tipa esa limpiando algo del rostro de Roy, él sostuvo su mano por unos momentos y la miro directamente a la cara

-No es necesario que manches tus bellas manos- dijo besándole la muñeca- No quiero desaprovechar el momento- dijo ahora acariciando su cara

-¿Algún compromiso Coronel que le evite estar conmigo hoy?- preguntaba coquetamente la señorita

-Quien no quisiera estar contigo Alice, para poder sentir cada parte de tu cuerpo y a la vez admirar esos ojos- contesto el coronel cortejando a la dama, yo me quede por leves momentos observando la escena, me quede estupefacto hasta solté el paquete que tenía en mis manos, el ruido de la caída fue lo que me delato

-¿Acero?- pregunto el coronel extrañado de verme ahí parado como idiota

- Perdona... no quería interrumpir...- pude apenas articular, tenía que controlarme y no demostrar nada. El coronel trato de explicar pero no le di oportunidad. Me fui inmediatamente de ahí. En esos momentos me sentí fatal, ¿Cómo pude haber fantaseado con esa idea tan cursi con el Coronel? Él no era mi admirador secreto, eso ya era un hecho.

 

Vague un rato por la ciudad, tenía que alejarme esa idea de la cabeza, ¿El coronel mi admirador secreto? Que estúpido... la verdad me engañe, aunque por un momento se sintió bien que alguien a quien tu le tienes el mínimo aprecio te quiere... si es hermoso cuando alguien te quiere...

 

Ed bajo la mirada, una nostalgia lo contagió por unos momentos, Hughes lo observo detenidamente

-Edward, ¿estás bien?- le pregunto preocupado Hughes -Mira, aunque no haya sido Roy debes de-

-Lo que sigue es lo doloroso- dijo Ed en un hilo de voz pero el buen oído de Hughes alcanzó a escuchar perfectamente

-¿Doloroso?, ¿te hicieron algo Ed?- pregunto preocupado Hughes

-Trataron de... abusar de mi- apretó los puños al momento que dijo eso, manifestando la ira que tenía tan sólo recordar eso.

-¡Qué?- Se levanto Maes efusivamente, el haber escuchado eso le había molestado demasiado, ya que como se sabe, Hughes le tiene un cariño especial a Ed -¡Pero qué ocurrió o qué?, Tenemos que reportar esto inmediatamente y-

-No... quiero hablar contigo primero- la mirada de Ed mostraba un deseo de superación, el rubio sabía que esta iba a ser su única oportunidad de hablar con alguien, Maes no pudo negarse a esa mirada llena de determinación, Al parecer ese chico no se quería quedar en esa brecha de dolor.

-Bien- dijo Hughes tratando de calmarse -Pero después reportamos eso-

-No creo que sirva de algo, pero aún así te contaré...-

 

Acudí a la cita de la nota, la verdad no quería ir pero mi conciencia me decía que debía de agradecer el detalle a la persona que me había mandado esos detalles. Llegue exactamente a la hora indicada, a los diez minutos llegó una chica de cabellera castaña, la cual tenía unos ojos verdes muy bellos, era de piel morena clara y traía un vestido amarillo muy sencillo, la verdad yo no se de eso, sólo se que era un estúpido vestido

-Hola Ed- me dijo la chica tímidamente

-Hola- dije tratando de ser cortés

-Eh... la verdad me siento feliz de que hayas venido y...-

-Debería yo de agradecerte los detalles, eran muy hermosos- trate de darle un cumplido pero lo que me había pasado hace rato con el coronel me seguía incomodando -Eh... se que me pediste ser tu Valentín pero...-

-¿Pero?- pregunto la chica en el tono más inocente que pudo, que buena actriz en ese momento

-No puedo corresponder- dije mirándola directamente a los ojos -No tengo interés en tener alguna pareja así que no lo tomes personal- la chica bajo la mirada al parecer con un sentimiento de tristeza

-Al menos... ¿me acompañarías a dar una vuelta?- me dijo tratando de fingir una sonrisa -

-Como amigos- le dije inmediatamente, ella sólo afirmó con la cabeza.

 

Empezamos a caminar por la ciudad, tratamos de hacer plática, al menos de mi parte sí lo intente, trate de que se sintiera cómoda pero le aclare que entre nosotros no había nada. La tarde pasó, era alrededor de las siete y media de la noche, amenazaba con llover así que opte por llevarla a su casa.

 

La cosa empeoro cuando pasamos cerca de un callejón, escuche como los botes de basura eran pateados hacia nosotros; mi primer instinto fue el de proteger a la chica pero al momento que la sujete ella me golpeo en el estomago sacándome casi todo el aire.

-Que caballeroso por protegerme o-chibi-san, pero puedo cuidarme solo- en ese momento la linda chica de ojos verdes se transformo en el horrible de Envy

-Envy, tardaste mucho- dijo Ira saliendo de su escondite

-Pero lo traje y fue muy fácil, ¿O no chibi?- Envy me sujetó el mentón de forma brusca, yo trate de juntar mis manos para trasmutar mi automail y propiciarle un fuerte golpe a ese estúpido homúnculo pero Wrath capto mis intenciones así que me dio un fuerte golpe en la espalda dejándome totalmente en el suelo.

-No trates de jugar con nosotros- dijo Wrath con una sonrisa sádica, Envy se sentó en mi espalda y sujetó mi brazo izquierdo (humano) torciéndomelo totalmente, por suerte no se me rompió.

-chibi, es hora de jugar- sentía la helada respiración de Envy cerca de mi oído -Todos mis detalles tenían un precio... y pienso cobrarlo- Envy metió su helada mano en mi playera, pasándola por mi espalda provocándome un escalofrío pero trate de ocultarlo, él al ver que no hice ningún ruido encajo sus dedos en mi espalda, senti sus fríos dedos como unas garras a través de mi espalda sacándome ligeramente sangre

-Me divertiré mucho- me dijo lleno de lujuria. Me volteó de un golpetazo y de inmediato se volvió a sentar arriba de mi. Sus brazos se fueron a mi cuello, trataba de estrangularme. Iba a utilizar mis brazos para quitármelo pero Ira los atrapo contra el suelo, usando su "alquimia" -Bien hecho Wrath, así no molestara-

 

Con su intento se estrangularme, lo único que consiguió es marearme por la falta de oxigeno. Envy aprovecho esto y rompió la ropa del pecho;comenzó a morderlo de forma muy agresiva, luego paso sus dedos sobre él ocasionándome heridas

-¿Te causo placer chibi?- me dijo burlonamente, yo le escupí en la cara, el homúnculo solo se limpio la saliva cuidadosamente y me miro enfadado. En ese momento pensé que la clave de todo eso sería tratar de suprimir mis emociones, creí que era lo más conveniente -Al parecer te aburres rápido- me golpeo de nuevo en el estomago, después golpeo mi cara rompiéndome el labio, de inmediato se abalanzó a mis labios y me besó frenéticamente, tratando de morderme y deleitarse con mi sangre

-Envy, ya empezó a llover, podrías apresurarte, ya quiero lo que me corresponde- comentó Wrath el cual estaba arriba de un bote de basura

-Ya te dije que primero probare este cuerpo y después podrás quedarte con él, tomar lo que te pertenece- Envy metió su mano en mi pantalón y comenzó a masajearme mi parte, me mordí el labio para no ocasionar ningún ruido, no le iba a dar el placer a ese maldito. -¿Así que te haces el difícil?- me preguntó ironico; me golpeo de nuevo en la cara ocasionando que saliera más sangre, Envy lamió la sangre y su masaje sobre mi parte aumento, mi cuerpo comenzaba a sentirse extraño, la sangre me fluía muy rápido a la cabeza, sentía como raros escalofríos en todo mi cuerpo y agregando lo frío del cuerpo de Envy al igual que estar al intemperie en medio de la lluvia al igual que el mareo que me acosaba me estaban afectando por completo, sentía que me iba a desmayar en cualquier momento -Hasta aquí llegaste Acero- lo último que alcancé a ver fueron los ojos llenos de lujuria de Envy...

 

Tiempo después sentí que alguien me estaba cargando en su espalda, todavía estábamos bajo la lluvia. Yo estaba cubierto por una capa, la verdad no se, lo único que me importo en ese momento fue que estaba vivo. Me volví a desmayar, sentía mi cuerpo muy pesado y adolorido, no sabía y no quería saber el porque.

 

Comencé a recobrar el conocimiento, observe el lugar en donde me encontraba y me percate que era mi habitación; me encontraba recostado en mi cama, también me encontraba vendado y tenía un trapo sobre mi frente. Trate de poner mis ideas en orden, lo último que recordaba era la mirada de Envy después todo era confuso, no recuerdo nada... o puede ser que no quisiera recordar

-Es bueno verte conciente- me dijo el coronel desde el marco de la puerta

-¿Qué hace usted aquí?- fue lo único que pude articular

-¿A si me agradeces que te haya ayudado?- pregunto con su tono altanero de siempre

-En primer lugar no le pedí ayuda alguna- exclame enojado, trate de levantarme pero mi cuerpo me dolía, así que desistí de la idea

-Es mejor que no te muevas, puedes lastimarte más- dijo Mustang sentándose en la cama a un lado mío, de inmediato me toco la frente -Al parecer tu temperatura está normal-

-¿Qué esta haciendo usted aquí?- reitere mi pregunta

-No desistes, ¿cierto?- me preguntó con un poco de ironía -Tenía que ayudarte con un problema que tenías con los homúnculos-

-Usted no tenía nada que hacer ahí... ¿Cómo me encontró?-

-Vine a tu residencia y Al me comentó acerca de una nota que venía con ese arreglo- dijo señalando la rosa de cristal -Esa es una escultura que fue robada hace poco- me sentí como un gran estúpido al recordar que yo había pensado que ese arreglo lo habían fabricado para mi

-Entonces es robado- susurre de forma casi audible

-Las fotografías de este caso me llegaron el 13 de febrero-

-Fue el día que me llego- musite de forma automática

-Nunca creí que fuera a dar contigo, vaya ironía- decía con gracia Mustang

-Debería de irse a su cita, esa chica la está esperando, yo estaré bien- dije tratando de fingir que nada había pasado, que mi vida seguía tan tranquila como siempre

-¿Con una chica?, ¿Hablas de Alice?- preguntó con ironía -Havoc quería con esa chica el día de San Valentín, así que le ayude con algunos detalles como rosas y cosas por el estilo para que ella saliera con Havoc pero la chica se fijo en mi, era inadvertirble mi sensacional encanto- dijo Mustang con un toque de ego

-Es decir... ¿Qué usted no tenía nada que hacer este día?- pregunte asombrado

-Si tenía algo que hacer, tenía que traer esto- Mustang saco una pequeña cajita la cual depositó en mis manos -Ábrelo- dijo suavemente. La abrí con cuidado, era una cadena de plata con un coligue con al forma de la cruz de Flamel. (La cruz que trae en su espalda) Lo mire con cuidado, nunca espere que el me diera algo como eso -Gracias por el presente- dijo rompiendo el silencio y enseñándome el reloj que había comprado para él. De inmediato sentí que el color regreso a mi mejillas

-No era para ti- dije tratando de sonar enojado

-Aún así me lo voy a quedar- me dijo coquetamente, me sujeto suavemente el rostro y lo acerco al suyo, dándome un sutil beso en mis labios, no sabia que hacer al respecto, ¡¡QUE JODIDOS HACES CUANDO OTRA PERSONA TE BESA DE ESA =%$· MANERA!!

-Ah... coronel... yo...- el me rodeo con sus brazos atrayéndome a su pecho, suavemente percibí su aroma, era tan sutil y a la vez tan deseable

-No vuelvas a preocuparme de esa manera Edward- me susurró al oído -La próxima vez no vayas solo a ese tipo de citas- me regaño de forma cariñosa, yo iba a repelar por el comentario pero logro callarme besándome suavemente, pero esta vez intensifico el beso, yo al principio trate de negarme pero al final termine cediendo. El beso culmino de forma suave, su mirada y la mía se conectaron por breves momentos, ahora yo sentí la necesidad de besarlo, mi cuerpo se movió solo ya que lo sujete de la cara y comencé a besarlo en la frente, pase por su boca y fui bajando hacia su cuello. Él comenzó a besarme de igual manera mientras sus manos estaban en mi espalda. Como mis heridas eran recientes me lastimo un poco y ante esto solté un ligero quejido, Mustang se percató de ello y me quito la playera con cuidado, examino las heridas con cuidado -Creo que debo de cuidar eso- me recostó suavemente en la cama, paso suavemente sus manos en mi pecho, acariciando suavemente mis pezones, sus labios se postraron en mi ombligo, besándolo suavemente, sus manos seguían recorriendo mi cuerpo, haciendo un ligero masaje, supongo que para evitarme algún daño a mis recientes heridas. Después sus manos se fueron hacia mi pantalón, desatando suavemente mi cinturón y...

 

-¿Te acostaste con Roy? - interrumpió Hughes en un susurró

-Etto...- Ed se sonrojo demasiado y bajo la mirada apenado

-Edward... ¡te acostaste con él!- dijo Maes con un ligero asombro

-¿Está enojado?- fue lo único que pudo articular el rubio

-No, tenía la corazonada de que eso iba a pasar- declaró Hughes en forma bonachona -¿Y cómo te sentiste?-

-Bien... creo- respondía el joven alquimista más apenado que nunca

-Vaya, pues te felicito Ed, ya era hora que dieras el paso de niño a hombre -esto último lo soltó de forma graciosa

-¡¡Pero señor Hughes!!, ¿Cómo puede decir eso! ¡Ese desgraciado se aprovecho de mi!- dijo Ed enfadado

-¿Qué?, ¿Porqué lo mencionas?- pregunto Hughes

-Sí, el me tocó, me beso todo el cuerpo, incluso me cogió pero todo eso fue porque andaba calenturiento, ya que a la mañana siguiente se fue, cuando me levante hoy de mi cama él ya no estaba, se había largado y para agregar no vino hoy a la milicia, ¡¡no tuvo los huevos para darme la cara!!! - expreso Ed enojado

-Tranquilo Ed- Hughes se levantó de su asiento y se acerco al rubio -Ya veras que todo se solucionara- dijo al momento que le daba una palmada en el hombro al ojidorado en forma de consuelo

-Gracias Hughes-san- declaró el rubio más tranquilo

-Ya debes de irte, ya es algo tarde y no creo que vengan a trabajar esos flojos-

-Sí, me voy- Ed se levantó de la silla y se dirigió a la salida de la oficina -Gracias por escucharme- declaró con una sonrisa

-No, gracias por confiarme esto Ed- finalizó Hughes. El rubio se despidió de Hughes y se fue del lugar.

 

En el trayecto reflexiono todo lo que le había contado a Hughes. Analizando todo su día había pasado del sentimiento más dulce a la sensación más amarga y todo eso giraba alrededor del día de San Valentín.

-Sigo odiando ese estúpido día- Ed entró a su residencia, la verdad todavía le dolía el cuerpo, lo único que quería era descansar un momento -¡Al!, ¡Ya llegue!- pero no recibió respuesta alguna, toda la residencia se encontraba en silencio, busco a su hermano en la cocina pero nada así que se dirigió al cuarto en donde estaba, sentando en el marco de la puerta, la persona menos pensada por él

-¿Pero que hace usted aquí!- exclamó energético Ed

-Como das lata con eso- contesto Roy en forma de burla. El coronel sujeto un pequeño ramo de gardenias y se lo ofreció a Ed -Se mi San Valentín- el joven alquimista se quedo anonadado por unos momentos, sujetó el ramo del cual logro percibir un sutil aroma agradable al sentido

-Estúpido Coronel- dijo Ed con una sonrisa, el coronel le sujeto el rostro y lo beso suavemente, acariciando su cabello suavemente -Feliz día Roy-

 

El día de San Valentín representa muchas cosas, no todo es de color de rosa, pero a pesar de ello ese día es especial, ya que lo importante no es el festejarlo, si no el disfrutarlo.

 

 

 

Notas finales: Comente q a mi me paso algo asi, claro q sin el intento de violacion, pero de q subes a la novena nube feliz y te bajan xq la persona q tu amas no te dio nada relevante es una sensacion algo agria, pero al final todo quedo en un final feliz nOn

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