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Dolor por Lis Malfoy

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Notas del capitulo: Este es totalmente distinto... ¡A ver qué os parece! Quizá no guste, pero es bueno cambiar! Es algo más cortito, pero me salió así, y no quería añadir nada más, me gustaba tal y como había quedado. Sobre todo el final...

 

Dolor. Mucho dolor. Los mortífagos se habían cebado con él. Dolor en la espalda, la fría pared de la mazmorra rozaba su piel y le arañaba las cicatrices, que sangraban de nuevo. Dolor en su pierna, un maleficio había impactado en ella y le había roto un par de huesos. Dolor en su brazo, los golpes habían sido duros y él había intentado protegerse. En vano. Dolor en su pecho, los crucio habían sido demasiados, incluso para un mago tan fuerte como él. Dolor en su rostro, no entendía qué hacía allí, encadenado y maltratado, delante de su, hasta pocas horas antes, amante.

- ¿Por qué? – la voz resonó por toda la mazmorra.
- ¿Y aún lo preguntas? – dijo Lucius Malfoy levantando una ceja -. ¿No eres capaz de adivinarlo? - sonrió burlándose.
- ¿Por qué…? – más que una pregunta, era una súplica.
- El Lord necesitaba capturarte y qué mejor que ayudarle con esta misión…
- ¡Bastardo! – gritó con todas sus fuerzas.
- Harry… - intentó acercarse un poco hasta él.
- ¡No te atrevas a llamarme por mi nombre y no me toques! – estaba furioso, odiaba a ese hombre que tanto había amado. Estaba dolido.
- Harry, Harry… cálmate – susurró en tono conciliador -. Pronto todo terminará.
- Supongo que tendrás un buen premio…
- Supones bien – afirmó satisfecho. Estaba orgulloso de lo que iba a recibir por su trabajo -. Cuando el Lord gobierne a sus anchas el mundo mágico y el muggle, yo tendré el control económico de todo el país. Y más, mucho más.
- Nunca debí creerte… - se lamentó, pero ya era demasiado tarde.
- Pero lo hiciste, y más rápido de lo que pensábamos. Te costó poco dejarme entrar… – Harry le escupió, pero Lucius no se echó para atrás. Se limpió y se acercó un poco más.
- Nada era verdad… - miró fijamente esos ojos que tanto adoraba, pero ya no eran los mismos.
- Nada – respondió Lucius con total sinceridad.
- Entonces, ¿qué esperas para matarme? – no quería vivir, sin él no valía la pena.
- Tu muerte está reservada. Será todo un honor para ti…
- La Orden vendrá – afirmó el moreno, mirándolo desafiante.
- Querido, Harry, ya no existe ninguna Orden – se acercó, le acarició una mejilla, Harry intentó apartarse pero no pudo -. Verás, todos están – sonrió y continuó – muertos.
- ¿Muertos? – exclamó. No podía ser. No debía ser.
- Sí, ayer mismo acabamos con ellos, fue una bonita batalla, debo añadir a su favor…
- Muertos… - susurró. Sus esperanzas de escapar de allí con vida se habían acabado.
- Ya basta de tanto cuchicheo – una voz inundó la sala y se acercó hasta los dos -. Potter, te veo algo… demacrado… - Voldemort esbozó una sonrisa, que en su rostro daba auténtico miedo.
- ¡Maldito! – gritó sin fuerzas.
- Shhtt, quieto. Muy pronto acabará – le rozó la cara con un dedo que hizo estremecer a Harry.
- Pues mátame ya – no era una orden, era una petición, ya no podía más -. No quiero seguir viviendo, ahora ya no…
- Muy enternecedor. El héroe no quiere vivir sin sus amigos ni sin su… amor – Lucius y Voldemort rieron y el chico terminó por derrumbarse -. ¿Sabes? Nunca creí que Lucius lo consiguiera, pero lo hizo. Te engañó, te sedujo y te entregaste a él. Eso facilitó mucho mis avances…
- ¡Mátame! – ahora sí, lo deseaba con todas sus fuerzas.
- Será un placer, si así lo quieres… - decidido, sin ápice de duda, cogió su varita y apuntó -. ¡Avada kedavra!

El cuerpo de Harry recibió de pleno el rayo, que impactó en su pecho, destrozando cuanto encontraba en su camino. Voldemort no falló esta vez. Harry Potter había dejado de existir.

- Recoged su cadáver y haced con él lo que queráis – se dirigió a Lucius y a un par de mortífagos más con una enorme sonrisa en sus labios.
- Sí, mi Lord – asintieron los tres.
- Por cierto, Lucius – el rubio paró atención -. ¿Puedes creer que el mocoso estaba embarazado? – Voldemort rió como no había hecho en su vida, era una risa maléfica, sin pizca de compasión -. Aún más enternecedor.
- ¿Emba… embarazado? – el rubio cambió su expresión. No era posible. Eso no entraba en sus planes. Si lo hubiera sabido…
- Sí, imagínate… El bastardo habría dado a luz a un hijo tuyo, una deshonra y una aberración. Mejor así, ¿verdad? – el Lord analizó la reacción de su fiel sirviente y sonrió al poder captar arrepentimiento. Nadie lo traicionaba. Y si alguien lo hacía, lo pagaba muy caro.
- Sí… claro, mejor así – respondió Lucius abatido.

Dolor. Lucius Malfoy sintió dolor. No en la espalda, ni en la pierna, ni en el brazo, ni en el pecho, ni en el rostro. Sintió dolor. Mucho dolor. Dolor en el corazón.


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