LA ESCENA
Tanto tiempo alejado de él lo ha vuelto loco, realmente lo necesita, necesita sentir su piel, sus caricias, sus besos, todo de él necesita, pero como dejar el orgullo aun lado e ir tras sus brazos, ¿como?. Como olvidar esa escena, ese momento del tiempo en que él esta en brazos de otro, que esos labios carnosos, esos besos posesivos, esa lengua que exploraba el interior de mi boca, sea de otra persona, otro, que ni siquiera el tiempo te a presentado, que no a vivido todo ese tiempo juntos, él no sabe que no te gusta el vegetal, las peleas, que la carne es lo único que te llega el estomago, que te gustan las noches de luna y que decir de los gatos, tu animal predilecto y favorito por naturaleza, se tantas cosas de ti como tu de mi, como es posible que todo esto se derrumbe en tan solo una escena.
Kyo que había permanecido por lo menos dos días dentro del cuarto no ha probado bocado, su cuerpo no ha tocado tan siquiera el agua cristalina del hotel y no se ha movido de la cama, siempre con la mirada hacia el balcón, fija y perdida. No ha querido salir por temor de encontrarse a ese chico, el sonido de la puerta lo a sacado de sus pensamientos.
“¿Quien será?” “¿Será él?, no estoy presentable para él….pero…que estoy pensando que me importa” una vez más el sonido de alguien tocando la puerta hace que reaccione, este se levanta pero repentinamente cae al suelo, pues no a caminado durante 48 horas no recuerda como caminar, pasan solamente 5 min., hasta que se levanta y se dirige al llamado, torpemente, por el orificio que existía en la puerta, ve hacia fuera y resulta ser que no era nadie más que un carrito “¿Qué será?” al abrir, en frente de él esta la mesa de cuatro ruedas y una charola tapada, al levantarla era comida, Surimi y un poco de Shushi para ser mas exactos, su estomago por reacción gruñe y en ese momento recuerda que no ha comido, sin pensarlo introduce el acto de generosidad al dejarlo abandona ahí. De lo que no se percata es de la persona de quien fue tan generosa de darle de comer, fue ese mismo joven quien tanto desea a su lado y necesita, simplemente se limitaba a observar no se atrevía acercarse ya que si lo hacia tal vez rechazara la comida, y eso es lo que menos quería.
“¿Porqué no salir?”...”¿Si me encuentro con él?.....simple lo ignoro” se dispuso a comer, al terminar se baño y por primera vez sintió que era libre de una jaula, a la cual él mismo se había encerrado por miedo.
Bajo, al lugar a donde fue una gran pista de baile ayer por la noche donde todo había empezado, ahí mismo algunas personas que conoció hace unos meses atrás. Llevaban ya siete meses viviendo en ese gran hotel no era muy lujoso pero si acogedor y lo mejor de todo discreto, ya que Kusanagi había tomado el valor para decir lo que siente después de tanto, en una de sus peleas ambos sin pensarlo llegaron a la conclusión que ya no peleaban por sus familias ni por el titulo del mas fuerte, solo lo hacían para ver se, para tocarse aun que fueran golpes, para mirarse aun que fuesen de odio, pero en lo más profundo esas miradas eran de pasión, deseo, lujuria, todo menos odio, él ya había aprendido a interpretar las candentes miras de su Némesis en las peleas, ahora solo faltaba él decirle lo, juntos tomaron la decisión de desaparecer, de sus amigos, familias y conocidos.
Pero todo eso fue destruido por la escena, esa imagen en su cabeza no ha podido salir.
No muy lejos de donde estaba sentado se encontraba el chico, el causante de todo acompañado de sus amigos, ya lo conocía su nombre Max Duval un joven de 20 años muy guapo, delgado, de cabellos revueltos color ceniza y ojos carmesí, peleando con uno de sus amigos por algo tal vez a él no me importaba
“!Dile!…” gritaba uno de sus amigos desesperada mente, “¿Decirle que?” como una bofetada, tan ruidosa como el sonido de un martillo golpeando la madera, Max al ver la impotente mirada de su amigo Robert no puedo más, y se dirigió nervioso a la mesa de Kyo, que solo esperaba que este tipo se burlara y lo golpearía hasta matarlo, “Disculpa” solo salieron de esos labios finos “Yo…Hice que te tomara y entre las bebidas le puse una pastilla para dormir, lo me tu a su recamara, y bueno solo lo estaba desnudando cuando tu entraste” las palabras que es chico había dicho eran ciertas, Yagami fue drogado “Las cosas no se arreglan así de sencillo” solo puede decir esas frias palabras y sale del hotel.
Caminando por la playa y marcando sus huellas en la tierra pensaba como serian las cosas de aquí en adelante, como haría para soportar tanto tiempo sin él, o como sobrevivir después de mucho que esperaron para estar juntos, ya que Kyo no se despidió de nadie más que de Benimaru su mejor amigo y claro esta, este comprendía la necesidad del castaño de tener al que amas a tu lado e Iori solo tenia que alejarse para él no era algo doloroso dejar todo eso atrás, tal vez alejarse de su familia era la mejor felicidad que tenia.
Tomando tan solo un poco de aire para despejar su mente, los recuerdos se dejan venir, “Tal vez es lo único que me queda, recuerdos”. Se detiene y comienza a desvestirse, pues había planeado ir a nadar, en ese inmenso mar para ver si encontraba la respuesta a todo, solo se queda puesto un short de color azul rey y las demás cosas simplemente las deja ahí, sira ¿porqué no pretendía volver?, la espuma toca sus pies, el agua salada comienza a llegarle un poco mas arriba de la cintura, y después desaparece.
~***~
“Que paso, donde estoy?” abría con pesar sus ojos y ahí a su lado la persona quien le había salvado la vida, pues había decidió seguirle desde que salio el hotel, el silencio del cuarto era algo incomodo para ambos como empezar que decir, que… “I…ori...” y con tan solo eso el pelirrojo exploto “QUE SE SUPONE QUE ESTABAS PENSANDO??!!”...grito y en su voz se dejaba oír la angustia, la desesperación y su mejilla fue invadida con una lagrima, “deseabas morir” se acerca y oculta su rostro en las sabanas que cubrían el cuerpo del castaño, “Lo…” le impide hablar al castaño para después seguir él “¿Dime? ¿Que hubiera pasado si no te sigo? O ¿si no te saco a tiempo? ¿Que haría sin ti? Solo puedo decir que te necesito, que deseo y que…” levanta la mira y ambos se ven a los ojos “ Te amo” y las mejillas de Kyo son inundadas por las lagrimas era imposible, ahí mismo Iori, su Iori le dijo que le ama, podía demostrarlo pero o no decirlo sabia que le costaba trabajo y aun así esperaría ese gran día y ahora…podía escucharlo. El pelirrojo se acerco para besarlo, pero se debo a centímetros de él, no estaba seguro si su gatito estaba de acuerdo de que le besara, pero el mismo castaño se apego, lo tomo del cuello y ambos cayeron en la cama, el poseedor de las flamas púrpura besaba el cuello de su amado, tanto tiempo sin besarlo, sin sentir el cuerpo temblar de bajo suyo realmente le extrañaba…sus manos tocaban cada parte del castaño lo estaba dibujando en su mente, él bajo hasta el ombligo dejando un camino de húmedo e introduciendo su lengua en esta, excitando cada vez mas al castaño.
Después de un rato tomados de las manos, llegaron al clímax pero estaba vez fue diferente de las demás, pues nadie en el mundo volvería a sepáralos.