Un regalo muy especial por Terry

El sol choca contra mi rostro, no me creo que pese a que estamos bajo el mar el sol brille con tanta fuerza, no me gusta, detesto que me de directo en la cara, me coloco una almohada  sobre la cabeza, logrando así volver un poco a la oscuridad.

No tengo ni idea de que día es, pero realmente no me importa, sólo es un día más en esta existencia sin él…

Oigo que llaman a la puerta, no respondo, realmente no tengo deseos de salir de la cama el día de hoy.

-Vamos Kanon, abre la puerta, no seas malo-oigo la voz de Sorrento llamarme.

-Esta abierto, pasa si quieres-le digo, mientras me doy vuelta en la cama quedando boca abajo.

-Pero si eres un flojo-dice al estar ya al lado mío, se sienta en la maca y me quita la almohada de la cabeza-¿Qué no piensas levantarte?-inquiere el general de la sirena

-Así es, he decidido que no me levantare el día de hoy-afirmo con rotundidad dirigiendo mi mirada al chico que me ha descubierto la cabeza-¿Te afecta en algo?-inquiero un poco mal humorado

-Pues quería que me acompañaras… a dar un paseo-me dice un poco dubitativo, se ve inseguro, como que me oculta algo.

-¿Y por que yo? ¿Por qué no se lo pides a Julián?-le pregunto sabiendo que él se lleva muy bien con el joven Solo.

-Es que… él esta ocupado… además… de que me gustaría que fueras tú conmigo…-dice otra vez con inseguridad, ¿pero que se trae éste?- Ya tiene mucho que no salimos de paseo tú y yo, la ultima vez fue…

Veo como se ha sonrojado, aunque él mismo me lo confió, se apena cuando yo le digo lo de su relación con Julián

-Por favor Kanon, acompáñame-me pide otra vez, realmente no se que le ha picado al chico esta vez.

Sin responderle me pongo de pie dejando a la vista mi cuerpo, no me importa exhibirme, vaya, este crio si que me ha hecho levantarme, pues es muy extraño que me pida algo con tanta insistencia; con la mirada de Sorrento encima me meto al baño para tomar un baño.

-Me acompañaras ¿verdad?-inquiere entrando al cuarto de baño detrás de mí, hay ocasiones en que me sorprende su carácter.

-Esta bien, iré contigo-accedo, pues a fin de cuentas ya me he levantado, siento como la puerta corrediza de la bañera se abre y como el chico me abraza, sin importarle que se moje-Hey, te vas a empapar y terminaras enfermándote-le regaño pero Sorrendo sólo me mira con carita de ángel, demonios, ¿cómo puedo regañarlo?

-Muchas gracias Kanon-me dice antes de darme un suave beso en los labios

Meneo la cabeza, vaya que en ocasiones es un niño a más no poder, le quito la túnica y lo meto a bañara conmigo, logrando que las mejillas de éste se sonrojen.

-Si no te duchas cogerás un resfriado y no saldremos a pasear-le digo mientras le acaricio los cabellos.

-Eres muy amable Kanon, perdón por causarte molestias-se disculpa mientras que se me recarga en el pecho, sin duda algo le pasa al niño.

-Julián no te hace caso ¿o me equivoco?-le digo alzándole el rostro, vaya y pensar que antes él y yo… bueno que más da, es historia pasada, porque tanto él como yo ya estamos enamorados de otros; aunque claro, no me gusta verlo triste por culpa de las ausencias de Julián

-Es que… él esta ocupado-musita mientras baja la mirada

-Esta bien, no hablemos de Julián ahora ¿te parece?-le tranquilizo dándole un beso en los labios, mientras mis manos recorren su blanco cuerpo.

Sorrento me mira con la mejillas sonrojadas, me sonríe dulcemente, eso me hace parar, pues me demuestra que esta mucho mejor.

Así pues nos duchamos, le presto una de mis túnicas para que pueda ir a su habitación a cambiarse, él se va, yo me quedo vestido solo con una toalla tapando esa parte esencial… aunque con Sorrento no es necesario, ambos nos conocemos muy bien…

Amodorrado me hecho en la cama, por lo menos me tardare en vestirme. Después de un rato al fin he salido, en el pasillo me he encontrado con Isaac  y al verme ha puesto tal cara de susto que no comprendo.

-¿qué demonios te pasa? Ni que estuviera tan feo-le recrimino, pues me ofende su manera de actuar

-No, no, no es eso… yo creí que tú no estabas…-dijo este, lo miro con cara de confusión ¿esperaba que no estuviera? Que raro, si yo casi nunca salgo del templo

-¿Por qué creías tal cosa?-le pregunto pero antes de que me conteste Sorrento llega y me agarra del brazo alejándome del general de Kraken llevándome al comedor-¿Por qué has hecho eso?-le pregunto un poco irritado

-No te enojes… es sólo que te tardaste demasiado ene salir de tu cuarto-me dice Sorrento con carita de puchero mientras me pone el desayuno en la mesa, vaya ha cocinado para mi tenia mucho que no comía nada hecho por él

En verdad que no comprendo nada de lo que esta ocurriendo… primero Sorrento pidiendo que le acompañe a pasear… luego Isaac creyendo que no estaría y para terminar cuando me dirigía al salón principal Tetis me dijo que no podía pasar, que Julián tenia una junta o que se yo.

En fin , será mejor que disfrute el paseo… ¿mmh? ¿En que momento hemos llegado hasta los arrecifes? ¿Acaso he estado metido tanto tiempo en mis pensamientos?

 -¿Verdad que son muy hermosos?-me pregunta mientras ve un arrecife de coral, el cual esta lleno de pececitos.

Yo sólo asiento con la cabeza, no quiero romper el encanto con un comentario fuera de lugar, solo rodeo los hombros del general de la Sirena acercándolo un poco a mí.

Vaya, pero si el sol ya se esta ocultando el día se me ha ido de las manos y eso que yo dije que no me levantaría el día de hoy… Pero.. un momento si  ni siquiera hemos comido nada desde el desayuno… sin duda he estado completamente perdido…

Con el atardecer a nuestras espaldas regresamos al templo, pero… ¿qué sucede?  ¿No hay luz? ES raro que se vayan a dormir tan temprano, en fin ya pillare algo de la nevera para cenar.

Pero apenas hemos entrado Sorrento me lleva al salón principal caminando a oscuras, trastabillo con algo, detesto caminar a oscuras en los pasillos nunca se que dejan los demás tirado.

Siento como Sorrento me ha empujado levemente, dos un par de pasos y las luces se encienden junto con un “sorpresa”, cuando mis ojos se adaptan a la repentina luz miro a todos los generales y sirenas, a Julián incluso y sin poder tragármelo a los dorados y a los de bronce…

-¿Pe… pero que diablos es esto?-pregunto confundido entonces mi mirada se queda estática en otra igual a la mía… no lo había visto, creí que él no había venido-Saga…-siento que el corazón me late a mil por hora, que se escapara de mi pecho.

-¿Aun no te has dado cuenta?-inquiere mi gemelo caminando hacia mí-Vamos Kanon, no te creo tan ingenuo. ¿O acaso no te has dado cuenta que día es hoy?

¿Qué día es hoy? Hoy es un día cualquiera como otro ¿o no? ¿Acaso hay algo por lo que este día debe ser importante, por lo que deba tener algún valor? Miro confundido a mi hermano, él me señala algo en la pared, giro la vista hasta donde me ha señalado… un calendario… miro la hoja, miro el número… un gran y negro treinta…

¿Treinta? ¿Treinta de que? Alzo la mirada ahora leyendo… Mayo… ¿Mayo  treinta? Al fin he comprendido, abro mucho los ojos y luego volteo a ver a Saga

-Al fin te has dado cuenta hermanito-me dice sonreído Saga, acercándoseme y dando me un abrazo-Feliz cumpleaños Kanon-me susurra al odio… susurro que causa que me estremezca… que sienta una honda eléctrica recorrer mi espina vertebral.

-Feliz… cumpleaños…Saga-digo entrecortadamente controlando mis impulsos, mis deseos, no puedo hacer nada aquí, no puedo hacer lo que mi mente en verdad esta pensando… él sólo vino a  la fiesta…

Al separarme veo la gran pancarta que rezaba “Felicidades Kanon y Saga” Por lo visto también habían pensado en él.

-Sorrento hizo un buen trabajo llevándote de paseo ¿verdad?-oigo la voz de Julián mientras abraza a Sorrento por la cintura.

-Creo que hubiera sido lo mismo si me hubieran dejado quedarme en mi alcoba, pues no tenia planeado salir en ningún momento-digo un poco mal humorado, ya que el imaginarme a Sorrento fingiendo tristeza sólo para que saliera del templo…

-Ya deja de enojarte por todo y mejor disfrutemos de nuestra fiesta mi querido Kanon-me susurra Saga al oído, giro a verlo pero el ya va camino a la mesa de bocadillos donde están también Milo, Mu, Hyoga, otros caballeros y marinas.

Siento como me hierve la sangre al ver a Saga hablar con el Escorpión… él esta sonriendo ante las babosadas que dice ese detestable dorado de la octava casa; no lo trago, no me trago a Milo por anda del mundo… ¿acaso cree que no me he dado cuenta de cómo mira a mi hermano? ¿Qué no me doy cuenta que ése me quiere quitar a Saga?

Por los dioses, me estoy muriendo de celos y nadie se da cuenta… nadie puede saber que más que divertirme esta fiesta me esta matando…  ni siquiera tú te has dado cuenta… estas tan entretenido con  Milo… o con Shaka… con cualquiera que se te acerque… yo no soy así, yo no puedo hablar tan tranquilamente…

Desde donde estoy puedo ver todo el gran salón, como marinas, sirenas, dorados y de bronce se divierten, bailando bebiendo, charlando… esto debería ser una fiesta muy alegre para mí, peor no lo es… pese a que es mi cumpleaños… pese a que es de los dos… ¿Cuántos cumpleaños no he pasado solo? ¿Cuantas  veces no quise pasar la tarde con Saga?

De nuevo vuelvo a divagar, mis pensamientos se adelantan a mí… debería irme, nadie extrañara mi ausencia, seguro no la notaran, y los únicos capaces…  están ocupados; peor me alegra ver que Julián le pone más atención  a Sorrento, aunque no me agrada que acaparen a Saga.

Destapo la botella, ni siquiera me importa que es, sólo deseo ahogar mis penas en alcohol, ver si así son menos pesadas, menos dolorosas; seguramente ahora todos se están divirtiendo… con Saga ahí… el social de los dos…

Comienzo a sentirme mareado jajajajajajaja vaya pero seré patético, marearme con tan poco… me dejo caer en la cama mirando al techo, siento como un nudo se me hace en la garganta… como mi pecho comienza a vibrar… no, no es cierto, díganme que no son los síntomas de que me pondré a llorar…

Oigo la puerta abrirse ¿o solo es mi imaginación? No lo se, me incorporo para ver, por la penumbra del cuarto no distingo nada, le doy otro trago a la botella dispuesto a dejarme caer, pero es entonces cuando veo una silueta

-¿Quién es?-pregunto de mala gana, detesto que irrumpan de ese modo a mi habitación.

-¿Esa es la forma de hablarle a tu hermano?-oigo la inconfundible voz de Saga, siento como el corazón me late con violencia… ¿Saga? Pero… ¿qué hace aquí?-¿No me contestas? Yo creí que tenia un hermano que hablaba-me dijo este con un tono de entre sarcástico-bromista

-Ah ya cállate-le respondo con mi usual modo, si, se que con esta forma tan de fastidio no se enojara, sabe que no soy el más cortes del mundo o el más paciente-¿y que diablos haces aquí? Ay una fiesta allá abajo que te extrañara… abra un estúpido escorpión gimoteando si no te ve-escupo las palabras sin meditar en ellas.

Veo la expresión de sorpresa de Saga, si, seguramente no se esperaba tal respuesta, pero con una buena parte de alcohol en mi organismo… no me es fácil controlar lo que por mucho he ocultado… demonios, siento que echaré todo a perder…

Tan metido estoy en mi mundo que no me percaté en que momento se me acercó… hasta que siento algo aprisionar mis labios… no, un minuto, no es algo… sino son los labios de Saga… me ha tomado de la cintura, aferrándome con fuerza a él… siento como sus labios danzan en los míos, primero superficialmente… luego poco a poco haciéndome abrir los míos para darle paso a que su lengua explore dentro de mi boca…

¡Oh por los dioses! Esta es la sensación más dulce y excitante que he sentido… jamás creí poder llegar a sentirlo… jamás creí que algún día… pudiera sentir los labios de mi hermano sobre los míos…

Pero… ¿es real? ¿No es causado por el alcohol? Si así fuera no quisiera nunca estar sobrio, si es un sueño no quiero nunca despertar… si es real… que no sea pasajero… Demonios creo que pido demasiado, pero no quiero que sólo sea un beso y después se vaya para estar con Milo.

-Déjate de esos tontos celos Kanon, que Milo no me interesa en lo más mínimo-le oigo decir, no, esto es demasiado bueno para ser verdad… seguro y estoy soñando…-Deja de mirarme de ese modo, que no te estoy tomando el pelo, Kanon… no tienes porque ponerte así, pues el único que me interesa eres tú, mi querido y amado hermano-me ha dicho justo antes de volverme a besar, de envolverme con sus brazos acariciándome la espalda, los cabellos… bajando lentamente por mi cuerpo…

Yo lo abrazo, me  a ferro a él, siento algo liquido humedecer mis mejillas… al fin estoy llorando, pero no son las mismas lágrimas que acusaban salir hace rato, ahora no son de dolor, sino son de felicidad, de saber que Saga me corresponde… que también él me ama como yo lo he amado por muchos años…

Siento como me guía a la cama… me recuesta y se coloca sobre mí, nos miramos por un instante… estoy sonriendo… lo se, sonrió porque estoy con él…

-Ahora mi amado Kanon… te daré un regalo… muy especial…-me dice sensualmente justo antes de comenzar a besarme el cuello

-Saga… todo lo que me das es muy especial para mi-le digo mientras suelto un ligero gemido, siento mi cuerpo vibrar de sólo pensar que es lo que vendrá…