Primera parte
Ryu cerró los ojos mientras se sentía estrechado en los fuertes brazos de Bakura. Se había rendido. Se había cansado de ese tonto juego, de huir de quien siempre lo encontraría. Se había dejado atrapar por su amada y a la vez odiada contraparte, Bakura. Sintió el cuerpo de Bakura, ahora relajado después de la acción, arrimarse a él más cerca, ambos abrazados de tal forma que no se sabía dónde empezaba un peliblanco y dónde el otro. Bakura mordisqueó el lóbulo de Ryu con suavidad, antes de preguntarle.
- ¿Y ahora a dónde huirás, mi adorado Hikari?
- A ningún lado, Bakura.
Le prometió Ryu, cansado de jugar al gato y al ratón. Tanto él como Yugi y Malik ya se habían dado cuenta, de que si nunca pudieron huir cuando compartían cuerpo con Bakura, Marik y Yami, siendo supuestamente ellos tres (Ryu, Yugi y Malik) los más fuertes, mucho menos podían huir ahora que tenían nuevamente cuerpo propio. Prueba de eso era que los habían encontrado en ese pueblo perdido en la nada, cuando ellos trataban de ocultarse de sus contrapartes y era, como les había dicho Yami, antes de llevarse a Yugi arrastrado a quién sabía dónde:
- Ustedes son nuestros, nunca podrán escapar de nosotros.
No puedo huir nunca más
Caí antes que tú
Aquí estoy
No tengo nada más
Aunque he tratado de olvidarte
Tú eres todo lo que tengo
Llévame a casa
Estoy combatiéndolo
- Nunca me podrás dejar, Ryu, me necesitas como a una droga, acéptalo, mi adorado Hikari.
Ryu cerró los ojos ante las palabras de Bakura, sabía que eran ciertas, pero ¿tenía que restregárselas en la cara?
- Acéptalo, Ryu, quiero oír de tus propios labios que no tratarás de huir nuevamente de mí.
Ryu suspiró.
- Te lo prometo, Bakura, ya me cansé de huir, no lo intentaré más... llévame a casa, por favor.
Roto, muerto
Yo doy todo
Tú eres mi única fuerza
Sin ti yo
No puedo seguir
Nunca más nunca otra vez
- Te das cuenta de que no puedes vivir sin mí, ¿verdad, Ryu?
- Ya deja de atormentarme con preguntas de las que sabes las respuestas. Sabes bien que no puedo vivir sin ti, que no sé hacerlo, que estoy muerto, roto, incompleto cuando no estás conmigo, que tú eres la única fuerza de mi vida, ¿ya eres feliz? ¿Ya escuchaste todo lo que querías oír o me quieres humillar más, Bakura? ¿Quieres oír que sé que no importa cuánto huya? Tú me encontrarás porque te pertenezco.
Estalló Ryu con lágrimas. Bakura lo estrechó en sus brazos y lo besó con una sonrisa maliciosa.
- De acuerdo, Ryu, con eso me basta, pero sobre todo me basta con que te des cuenta de que nunca podrás escapar de mí.
Mi única esperanza
- Todo este tiempo he tratado de vivir sin ti, Bakura, pero mi única esperanza lo eres tú.
Le confesó Ryu a Bakura mientras este se daba el capricho de vestir a su Hikari.
Mi única paz
- Sé que la única paz la tendré a tu lado, y ya no trataré de escapar de nuevo, necesito que me creas, Bakura.
Bakura, que estaba por abrir la puerta de la habitación del motel donde los habían atrapado a él, a Yugi y a Malik, se dio la vuelta y lo miró.
- Te creo, Ryu, pero por tu bien no me hagas arrepentirme de creer en ti, porque si tratas de huir, Ryu, te encerraré hasta el último día de tu vida, tú eres mío y ni tus caprichos ni los de nadie te separarán de mi lado.
Le advirtió Bakura antes de inclinarse sobre él y reclamar nuevamente sus labios para sí.
Mi única alegría, mi única fuerza
Ryu asintió ante la advertencia de Bakura, sabedor de que este cumpliría su amenaza si intentaba escapar y él lo encontraba, y Bakura siempre lo encontraría.
Mi único poder, mi única vida
Además ¿para qué volver a tratar de escapar? Tanto él como Yugi y Malik se habían dado cuenta de que sin sus contrapartes no sabían vivir ninguno de ellos.
Mi único amor
Sí, eso era Bakura para él, Yami para Yugi y Marik para Malik: su único amor.
No puedo huir nunca más
Estamos nuevamente juntos en el auto que nos llevará de vuelta a Ciudad Dominó, antes de partir a Egipto y, al mirarnos, los tres lo sabemos: No podremos huir nunca más, somos de ellos en todos los aspectos y es porque nuestros débiles corazones así lo quieren.
Lo siento, lo siento
Con mucha amargura
Yo ignoré todo lo real y verdadero
Todo lo que necesito eres tú
Cuando la noche cae sobre mí
No cerraré mis ojos
Estoy vivo
Y tú estás tan decidido
No puedo mentir más
Caigo antes que tú
Lo siento, lo siento
Ahora, aquí, en Egipto, contigo mientras me haces el amor y dices mi nombre una y otra vez, lo acepto, estoy atrapado sin salida eternamente; lo siento, que los dioses me perdonen si lo que hago está mal, pero me cansé de pelear, te amo, Bakura, y soy tuyo.
Constantemente ignoro el dolor que me consume
Pero esta vez es demasiado profundo
Esta vez ante el solo pensamiento de huir, el dolor para los tres es demasiado profundo, ni siquiera lo intentaremos, nuestro lugar está con ellos. Ni ellos ni yo lo intentaremos más, estamos atrapados y es por nuestro amor, y como tal lo aceptamos. Y mientras estoy en tus brazos, Bakura, mientras me haces el amor, te confieso de frente y en un juramento:
No me perderé de vuelta
***FIN primera parte***