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~Ava Adore~ por EvE

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Notas del fanfic:

Este es el primer fic de los gemelos que hago. La pareja es de mis favoritas, me encanta y me obsesiona XD espero que les guste. Lo hice para mi querida amiga Sady como abono por el regalo de navidad que aún no le entrego -.-U y pago de una apuesta que ya no recuerdo como perdí XDUu.

Lemon fuerte, Songfic. Canción: Ava adore, de los Smashing pumpkins.

Notas del capitulo:

 

~Ava Adore~

 It’s you that I adore
You’ll always be my whore...

...Una pregunta se va formulando en mi mente, cientos de respuestas que ninguna me complace, muchas emociones perversas y la certeza de que no estarás cuando yo te llame... Por que siempre haces lo que se te da la gana, por que siempre me ignoras, por que te empeñas en hacerme las cosas más difíciles aún. Aunque a fin de cuentas conoces bien el resultado de todo; sabes que eres mío aunque lo niegues, sabes que tu cuerpo, tu mente y todo tu me pertenecen. Nacimos juntos, naciste para mi... querido hermano...

La hermosa y brillante melena del geminiano, de un refulgiente azul que contrastaba con la sombra que cubría sus ojos verdes, se mecía libre por el viento mientras avanzaba hacia su casa luego de terminar sus deberes. ¿Qué más daba servir por enésima vez a la orden de Athena? La resurección había llegado una vez más y ahora tenía que cuidar la casa que una vez juró proteger. La casa de los Dioscuros, la siempre gris casa de Géminis...

Como él.

Su mirada taciturna y ojeroza, llena de sublime melancolía y alteración, vislumbró cada pared marmolada con hastío palpable, aburrido de la monotonía que reinaba pero complacido de estar de vuelta. Le hartaba la precencia falsa y la hipócrita amistad que todos parecían ofrecerle, la fastidiaba en demasía tener que corresponder sonrisas que no le apetecía esbozar por la simple razón de mostrarse cordial y amable, algo a lo que realmente no estaba acostumbrado.

Saga era introvertido, era solitario. Le encantaba disfrutar de sus horas libres lejos del bullicio imperturbaple que había en el santuario... adoraba entrar a su recámara, encontrar la misma gris melancolía y esa absurda paz que reinaba ahí.

Le hacía sonreír... le invitaba a pensar en el...

Irónico, por que extrañamente, nunca dejaba de pensar en el.

...Mismo reflejo, misma apariencia... mismos deseos...

-Kanon...¿Dónde demonios estás?-



You’ll be the mother to my child
And a child to my heart
We must never be apart...


La túnica resvaló por su cuerpo de Dios griego (lo que era), liberándolo de su peso y ese asfixiante calor.

¡Cuanto odiaba Saga la suciedad!

Le escocía la piel de sentirse sudoroso, le ardía, le era intolerante. En esos momentos solo había dos cosas que le apetecían: la frescura de un baño y la calidéz del cuerpo de Kanon retorciendose enfebrecido mientras el le poseía. Esa sensación enloquecedora, el recuerdo de sus encuentros rápidamente se expandió por su piel. Quemaba, se descubrió excitado de solo pensar en el y eso le caló el orgullo.

¿Acaso es inútil bueno para nada no sentía lo que su cuerpo llamaba?

¿Podría ser que no estuviera tan ansioso como él?

-No te lo perdono... tienes que desearme...-

Las puntas de sus pies tocaron el agua con parsimonía, pero solo fué un preámbulo; pronto todo su cuerpo estuvo cubierto totalmente. Se recostó en la terma como si estuviese recostado sobre la arena, completamente sumergido, mirando através del movimiento del agua la supercie acuosa de esta, una visión similar a la que su gemelo menor debería ver desde el templo marino, ese sitio donde estaba preso... donde lo tenían cautivo y lejos de él.

...Kanon, ven a mi... ahora...

We must never be apart
Lovely girl you’re the beauty in my world
Without you there aren’t reasons left to find...

-Aunque siempre se pueden buscar otras alternativas, ¿Qué te parece si colocamos esta columna aquí? Resultaría mas conveniente y mas seguro...-

-¿Kanon? ¡Kanon! ¡Despierta!-

La voz de Isaac y de Eo le trajo de regreso al templo marino. Por segundos interminables, su mente se había trasladado hasta la casa de Géminis y sus ojos habían permanecido clavados en la bóveda marina, acuosa e irreal, observando en la distancia de otra dimensión unos ojos verdes que le llamaban, una silueta masculina perfecta y un calor corporal desquiciante, que casi le invadió por completo... casi.

Kanon cerró toda posibilidad de comunicación con su hermano, antes de volver a centrar su atención en los generales que tenía frente a sí. Los miró confundido un instante, como si no recordara aquel asunto que trataran. Parpadeó un par de veces con insistencia y luego negó con la cabeza, moviendo de su frente los mechones lacios y azul gris que la poblaban.

Trató de sonreír pero solo le salió una mueca nerviosa, que hizo que sus amigos le miraran con cierto reproche e incredulidad.

-Disculpen... Ehh, si, las columnas estarán bien ahí... si.- Repitió de manera mecánica, incapaz de articular algo más coherente. -Deberíamos ir a cenar, ya tengo hambre.- El General del Atlántico Norte pareció recuperar su mirada jovial y esa sonrisa divertida qe le caracterizaba.

Rodeó a ambos marinas con sus brazos y los acercó a él por los hombros, caminando tranquilamente entre charla amena de cosas cotidianas, cualquier cosa, solo buscaba alejar de su mente esa mirada perversa y la voz ronca llena de sensualidad del gemelo mayor.

Ya no quería caer... ya no lo haría.

...No, déjame ya Saga...

And I’ll pull your crooked teeth
You’ll be perfect just like me...

-¡AGhh!-

Uno, dos, tres, aprendices y un cuarto más fueron arrojados sin concideración hacia las gradas del coliseo donde Saga entrenaba, o mejor dicho, desquitaba su ira que parecía no tener fin. Los aprendices eran excelentes para eso. Los usaba de saco de box y le ayudaban a pulir sus ya perfectas técnicas, le ayudaban también a exfoliar su corazón de la furia malsana que ese cretino inepto que tenía por hermano gemelo le dejaba tras sus constantes negativas.

Saga negó con la cabeza, sonriendo desquiciado a los aprendices en la distancia, que se levantaban de entre los escombros tambaleanes y temerosos de él.

-Es un imbécil... ¿Cómo se atreve a ignorarme!?- Lanzó una bola de energía hacia las ruinas del coliseo que apenas pudieron esquivar los ya maltrechos aprendices. -Maldito Kanon idiota... ¡Mil veces estúpido!-

Otra explosión de energía y Saga estaba a punto de convertir las ruinas en polvo. Aioros le observaba en la distancia con visible preocupación. Se acercó cautelozo como un felino, mientras veía a los aprendices escabullirse del geminano, que apenas parecía estar ahí; divagaba como si estuviese completamente solo, como si la arena del coliseo fuera una extención de su recámara. La mímica que ejecutaba hacían pensar a cualquiera que le viera que estaba charlando (o discutiendo) con alguien frente a él.

Sagitario tragó saliva, acercandose por un costado a Saga no sin antes llamarlo por su nombre.

-¿Te... sientes bien?-

-¡Me siento perfectamente! ¡Jajaja! ¿Que no lo ves querido Aioros?- La respuesta inmediata, elocuentemente divertida le dejó estático. -¿Luzco mal acaso? ¿Crees que estoy loco?-

-No no no, yo no he dicho eso...- Se apresuró a decir el ateniense, tragando saliva para disimular su asombro. -Es solo que luces... alterado, si... ¿Tienes algún problema?-

-¡No lo dices pero lo piensas! Yo lo sé perfectamente...- Musitó finalmente, mas para si mismo que para Aioros, dándole la espalda como si no estuviera mas presente. Lo encaró de nuevo con un movimiento rápido que se alternó con un acercamiento y el toque de su mano sudorosa y sucia en la suave tez bronceada de Aioros.

Saga lo miró consternado, acariciando su cara como si fuera una pieza de cristal fino... que quisiera quebrar casi al instante. Le apretó el mentón y crispó los dientes, observándolo furioso, claramente amanezante.

-¡Él es el maldito problema! ¡Un dia de estos voy a matarlo! Y no quiero hacerlo...- Parecía como si quisiera llorar. Aioros estaba atónito, inmóvil, como si tuviera de miedo de moverse y sentenciar su muerte. -¡Yo no quiero hacerlo!- Sujetó sus hombros fuertemente y lo sacudió sin concideración.

-¡Saga, cálmate!-

-¿¡Qué me ves!?- Preguntó de repente Saga, apartándose de él, mirándolo desencajado. -¡Fuera de mi vista!-

Y el que se alejó fué él, dejando atrás a un Aioros con los ojos abiertos como platos y la respiración acelerada.

You’ll be a lover in my bed
And a gun to my head
We must never be apart...

Cabo Sunión era un lugar apartado bajo los simientos del santuario, donde las olas reventaban con fuerza contra las rocas y producían un rugido furioso, bello, como solo el mar podía producir. El y venir constante del agua espumosa tenía casi en trance a Saga, que observaba todo desde una alta roca, justo por encima de la celda milenaria donde tuviera cautivo a Kanon hace ya muchos años. Su mirada se perdía en el azul turbulento del oceáno, como si sus ojos pudiera traspasar más allá de las prufundidades, ahí donde Kanon estaba, donde seguramente disfrutaba de una tranquilidad que el ya no tenía.

Le odió en esos momentos, le odió más allá de sus fuerzas y deseó tenerlo frente a él para desgarrarle el cuello, apretarlo hasta que escuchar el sonido delicioso de su traquea crujir bajo su agarre, hasta que un hilo de roja sangre corriera por sus labios perfectos hacia sus mejillas. Deseó probar su sangre... probar su piel que era la suya, ver en sus ojos esa expresión de placer demencial, de dolor gozoso.

Quiso hacerlo suyo con locura...

-Kanon...-

Los mechones siempre alborotados de sus cabellos azules, se movían desesperados contra su rostro, mecidos por el viento fuerte que llevaba en sus rachas el olor del mar... salado, fresco.

... Tu piel... Quiero tocar...

Casi sin darse cuenta, se hincó sobre la enorme roca donde estaba parado, permitiendo así que el viento le golpeara fuerte la piel desnuda de su torso, que se llevara la tierra del coliseo y le impregnara con sutiles gotas de agua salada, que volaban entre las rachas de viento cada que una ola reventaba.

Era como sentir su caricia.

-Sea dragon...-

... Tu piel quiero... besar...

Abrió los ojos y observó el horizonte interminable. El agua resplandecía con los rayos de la puesta de sol como si miles de diamantes fueran regados sobre esta. La tarde iba callendo y el cielo matizaba de rojo, de fuego intenso... fuego.

...Te deseo...

Cerró los ojos, dejando que su cuerpo reposara sobre sus pantorrillas, abandonandose al recuerdo la sensación maravillosa de sentir a Kanon suyo... completamente fundidos en un solo cuerpo.

We must never be apart
Lovely girl you’re the murder in my world
Dressing coffins for the souls I’ve left behind...

Entrar en su recinto generalmente le resultaba tranquilizador. Era como si se desconectara completamente del mundo y apartara su mente de cualquier otro pensamiento, era relajante y al mismo tiempo envolvene, una sensación de completa pertenencia y dominio que no experimentaba en ningún otro lugar. Sin embargo esa tarde-noche se sentía distinto. El pilar le transmitía inexplicable sensación de claustrofobia, le resultaba impropio, casi extraño. Sentía como si en ese sitio no estuviera su lugar. Kanon levantó su mirada hacia el blanco techo y casi pudo ver a Saga en la superficie.

De nuevo... sus pensamientos estaban íntimamente conectados; el gemelo mayor transmitía con fervor ese deseo incipiente y necio que sentía, haciendo estremecer el cuerpo de Kanon hasta sus fibras más recónditas. Negó con la cabeza, ignorando por enésima vez las reacciones de su cuerpo que casi pedían a gritos la cercanía completa de su gemelo.

Avanzó decididamente hacia sus dependencias, dejando sobre la amplia sala de piel blanca el casco del dragón marino en un tono azul obscuro que formaba parte de su traje de entrenamiento. Era un General, especificamente el General en Jefe; y si bien su uniforme era casi similar al de un tritón cualquiera, el casco, la capa blanca que prendía de uno de sus hombros y el broche dorado que la sostenía con la forma mitológica de su escama lo distinguían totalmente de los demás.

Kanon entró con pasos dignos en su recámara, empujando las puertas dobles de esta para recibir de inmediato la fresca brisa que se colaba por el inmenso ventanal en el fondo de la elegante y sobria estancia. Pisó la alfombra azul marino que la cubría, reconociendo el sitio, adueñándose una vez mas de él hasta llegar a los pies de la cama. Movió levemente las cortinas transparentes que la cubrían y se quitó los guantes y las protecciones de los brazos, dejándolos caer sobre la colcha blanca como una mancha obscura.

Su cuarto estaba iluminado únicamente por la luz tenue y difusa que entraba através de las blancas cortinas, blanco... el blanco reinaba por en todo el lugar, haciéndole sentir a Kanon por momentos relajado. El rojo ligero de la luz solar mortecina pegaba directamente contra un gran espejo que tenía frente a la cama, revotando el techo para producir un destello brillante, que le hizo entrecerrar los ojos al verlo.

-Saga...-

La mirada esmeralda del gemelo menor volteó casi por inercia hacia dicho espejo. El reflejo de su cuerpo aún cubierto en su totalidad por el traje de tritón le invitaba a acercarse más, a acariciar su figura con lentitud, como si fuera a su gemelo a quien tocara. Perdió su vista en sus propios ojos... anhelando verlo a él, por más que lo negara, aunque no quisiera aceptarlo..

Era su necesidad.

Drinking mercury
To the mystery of all that you should ever seek to find
In time...

-Kanon...-

Era la correspondencia de su voz y sus pensamientos, al fin se dignaba a dejarle entrar en su mente una vez mas para acariciar sus sentidos y deleitarse al mismo tiempo con el sonido de su voz llamándole. Pero no, eso no era ni cercanamente suficiente. Las manos de Saga se apoyaron sobre la roca, observando fijamente hacia abajo de donde estaba.

Los remolinos mortales que el agua formaba al reventar violamente en las piedras le embrujaban. Si, el oceáno y su violencia natural se lo recordaban completamente. Kanon pertenecía a las profundidades y el tendría que aceptar su lugar en la tierra, custodiando una estúpida y vacía casa del zodiaco para la buenaventura de la pelmaza Diosa de la Sabiduría, que le negaba la oportunidad de tener preso a su querido hermano para toda la eternidad... como tenía que ser.

<<Por que hemos nacido juntos...>>

...Eres mío, Kanon...

Totalmente suyo.

-Nadie te puede separar de mi... ni los Dioses...-

Estiró una mano hacia al agua, que aún estaba completamente fuera de su alcance como si quisiera entrar en el mar furioso y cerró los ojos, buscando en las dimensiones los de Kanon, capturando su mirada como se captura a un indefenso conejo en una trampa mortal.

...Por que yo soy tu único Dios...

In you I see dirty
In you I count stars...

-Dilo hermano, di que soy tu único Dios...-

Kanon abrió los ojos al instante y su respiración se disparó violentamente. Saga presionaba su cuello con fuerza inhumana, empujandolo lejos del espejo mientras el lo atravezaba, usándolo como portal dimensional para adentrarse en el templo marino, en su habitación, para descontrolarlo con su precencia y romper su calma... si es que alguna vez la tuvo.

Ni siquiera le dió tiempo de reaccionar. Con su mano libre le arrancó la capa de un solo movimiento, haciendo volar el bello broche del dragón marino y producir un sonido debil contra el piso alfombrado. Los labios de Saga actuaron con la misma rapidéz, sellando las palabras de Kanon con un beso desesperado y ansioso, que transmitía toda la furia contenida y el deseo excervado de sentirlo suyo una vez más.

-Sa...ga...- Musitó entre sus labios el gemelo menor, rindiendose al contacto lujurioso y experto de esa lengua que ya reconocía con soberbia cada parte de su boca.

Las manos de Kanon palparon ansiedad el pecho perfectamente esculpido de su gemelo, presionando entre sus dedos la carne desnuda casi dolorosamente, devorando su boca lleno de pasión. Su cuerpo pegó finalmente con la mesita de noche junto a su cama, justo donde Saga le había dejado empotrado al hacerlo retroceder sin detenerse. Lo sentó de un solo y firme movimiento, tumbando los adornos y la fina lámpara con sus manos. Su propio peso hizo reclinar la espalda de Kanon; su parte superior tocaba la pared mientras su cuerpo permanecía en declive hacia el de Saga, perfectamente acomodado entre sus piernas, entretenido en arrancarle las protecciones del pecho, de los hombros, hasta descubir por completo su pecho, bronceado y delicioso, al alcance de su boca que no perdió tiempo en lamer y morder cada parte de su piel.

-¡Ugh! Saga...- Un jadeo malcontenido escapó de la boca de Kanon, que se transformó en grito cuando el gemelo mayor rasgó el inicio de sus pantalones para dejar al descubierto su entrepierna y proceder a torturarlo con el roce erótico y húmedo de su lengua inquieta.

Le deseó con tal fuerza que casi pudo implorar que le tomara, pero el placer que su boca le proporcionaba solo le dejaba espacio para jadear cada vez más fuerte, sosteniendolo de los caballos y marcando el ritmo preciso de aquella ardiente caricia.

In you I feel so pretty
In you I taste god...

-¡Agh!-

Una delgada mancha de sangre había salpicado la pulcritud blanca de la pared. Saga había dejado una soberbia bofetada en el rostro de Kanon, que le miraba con una furia incierta, casi pulverizandolo con sus hermosos ojos verdes.

-Eso es por todo el tiempo que me ignoraste, estúpido hermano...- Sonrió sacarrón y excitado, admirando la figura deliciosa del gemelo menor, salpicada de sangre y de ira.

Pero su sonrisa no duró mucho tiempo, un golpe tremendo en el estómago le obligó a doblarse y a retroceder, solo para después sentir el peso de Kanon sobre el suyo y la superficie levemente áspera de la alfombra en su espalda.

-Eso fué por molestarme cuando menos necesitaba de tus estúpidos delirios...-

Kanon calló sus quejas con besos asfixiantes en su boca, con el contacto intenso de su lengua que se debatía en una pelea lujuriosa por el control del momento, al mismo tiempo que las manos de Saga recorrían cada contorno del cuerpo del SeaDragon, ese cuerpo bronceado que no se cansaba de tocar, que era su total adicción. Intercambiaron miradas llenas de maliciosa complicidad antes de que Kanon comenzara a deslizar su lengua en roces llenos de deseo por su pecho amplio, paladeando ese exquisito sabor salado que tenía impregando, buscando la manera de que sus manos abarcaran su cuerpo y le acariciaran de la misma manera.

Saga sonrió.

Por noches incontables había anhelado ese encuentro con su hermano; lo había llamado en las noche sin resultado, había urgado entre los recovecos de su mente buscando sus recuerdos para consolarse, descubriendose aún mas ansioso por su precencia. Le tenía entre las piernas devorando su miembro y le parecía otro mas de sus delirios... su boca le hacía delirar, le hacía crispar en la alfombra sus dedos con ánimos de desgarrarla.

-Hermano...- Expresó con un jadeo ronco, arqueando su espalda levemente, antes de comenzar a elevar sus caderas contra su boca, impulsado con sus piernas en un movimiento fuerte, que le hacía sentir el filo de los dientes de Kanon en su piel ardiente, enloqueciendolo de placer...

Transformando su deseo en una necesidad impetuosa, desatada.

Lo tomó de los cabellos, marcando el ritmo exacto de la caricia, un ritmo acelerado y rudo, levantando su mirada esmeralda para contemplar a Kanon con total lujuria.

-Ven aquí...-

Se levantó de un solo movimiento y lo levantó a él al mismo tiempo sin soltarlo de los cabellos, arrojándolo atravezado a la cama mientras sonreía perversamente. Sus manos se movieron rápidas, deliberadamente ansiosas, arrancando a girones el mayón que le impedía deleitarse con la calidéz de sus piernas y de la visión maravillosa de sus músculos esculpidos. Acelerado, acarició sus piernas con total ansiedad, antes de girarlo de boca contra la cama, incliandose a morder sus hombros y luego vagar hasta su oído, mordiendo su lóbulo al mismo tiempo que le dejaba escuchar el sonido de su respiración acelarada.

-Ya no puedo esperar más...-

Sujetó sus caderas con ambas manos, buscando abrirse paso hacia él lleno de urgencia.

Haciéndolo suyo de un solo y brusco movimiento.

In you I feel so hungry
In you I crash cars
We must never be apart...

Su aliento rebotaba contra sus mejillas enrojecidas, violento y ardiente, como las embestidas de su hermano contra su cuerpo. El placer se expandió como llama en el heno, calcinando cada centimientro de su piel a cada instante que pasaba y Saga aumentaba la fuerza con la que le poseía, casi haciendole caer de bruces sobre la blanca superficie de la cama, ahora manchada con pequeñas gotas de sangre que manaban de sus labios por la anterior bofetada de su hermano.

Los cabellos de Kanon sirvieron como agarre al mayor, tirando de estos a cada movimiento salvaje que le brindaba.

El cuerpo del General del Atlántico norte se cimbraba apasionadamente, notándose perlado de sudor que su hermano no tardó en lamer, recogiéndolo con su lengua solo para llenarlo de su saliva. La sensación exquisita de sentirse unido a él era incomparable. Los ojos verdes del gemelo menor lo observaban de reojo, sonriente, abandonado a sus deseos e impulsando su cuerpo contra sus embestidas para hacer el movimiento sincronizado, desquiciantemente placentero, que le robaba la respiración casi por completo.

Saga no se limitaba con mover sus caderas desesperado hacia Kanon, sostenía su cintura con una fuerza que marcaba de rojo las áreas donde tocaba, atrayendolo a sus movimientos lleno de lujuria y pasión desenfrenada... justo como había desearlo tenerlo por muchos dias, por horas que se le antojaron eternas.

-¡No...pares! ¡Ah!-

-Mi Kanon...-

La habitación se lleno de eróticos gemidos por parte de ambos, en sus voces excitadas y roncas, que compartían ambos gemelos con la misma fuerza, con la misma entrega.

Entrega total.

Y sus gemidos se transformaron en jadeos profundos, cada vez más cortos y acelerados cuando Saga salió de improvisto de el y lo giró boca arriba, tomando ambas piernas del gemelo menor para ponerlas sobre sus hombros, deleitarse con su temblor por el placer interrumpido y mordisquear sus rodillas, antes de penetrarlo una vez mas y reanudar el movimiento con nuevos brios.

La piel de ambos al chocar producía un sonido delicioso, que deleitaba los sentidos de Saga casi tanto como los jadeos desesperados que su querido gemelo producía, que solo le hacían enervarse más y embestir casi salvaje contra su cuerpo, reclinando sus piernas hacia su pecho para alcanzar su boca cuando la sentía reseca; beber de su saliva y beber de su respiración agitada era algo completamente delicioso.

Las expresiones de Kanon mientras lo poseía, sus gemidos, el temblor involuntario de su cuerpo febril retorciendose bajo el suyo le pertenecían,todo en el le pertenecía por derecho.

-Dilo hermano... di... que eres mío.-

Kanon entreabrió sus ojos nublados de excitación y sonrió en total complicidad, relamiendose sus labios resecos cuando los jadeos se agalopaban en su garganta, dejándole sin voz y sin palabras.

-Tu sabes que... si ¡Ah!-

Y el portador de Géminis no necesitaba de nada más.

Drinking mercury
To the mystery of all that you should ever seek to find...

Cada palabra de Kanon, cada jadeo le volvían loco. Lo levantó de la cama sosteniendolo del cuello para arrojarlo sin concideraciones al suelo, provocando en su hermano una expresión de dolor que de inmediato se transformó en placer furioso, mientras Saga lo tomaba de nuevo y arremetía contra su cuerpo totalmente desatado, mancillando su piel con violentos aruños, marcando sus piernas con las huellas rojas de sus dedos hasta casi provocarle dolor.

Las piernas del Seadragon se enredaron en la cintura de su hermano, apremiando sus salvajes movimientos con la presión sublime de estas en sus costados, llenándolo de mas calor y de más lujuria.

-¡Sigue! ¡Sigue!-

-Kanon... ¡Agh!-

Sofocó sus jadeos en la piel sudorosa de su cuello, impulsandose contra su cuerpo frenéticamente al mismo tiempo que estimulaba el miembro de Kanon entre sus vientres, envolviendolo en la marea de sensaciones explosivas que antecedían al orgasmo, alcanzandolo casi al mismo tiempo ambos. Kanon se revolvió bajo el cuerpo de su hermano violentamente, alzando su torso para friccionarse con el mientras el clímax le abatía y le hacía soltar un grito ronco, erótico, liberando su escencia entre sus cuerpos.

Dejó caer su espalda de nuevo en la alfombra, estremecido por los últimos movimientos de Saga hasta que estos cesaron y sintió el peso muerto de su gemelo, compartiendo su respiración completamente desbocada y el movimiento errático de su pecho al llevar aire a sus pulmones.

Kanon se sintió dichoso, satisfecho.

Eran hermanos y se pertenecían mutuamente; gozaba deliberadamente de la unión carnal y de trasgredir los límites que tenía que haber en ambos, dando rienda suelta a sus instintos con él... por que era el único capaz de hacerlo sentir de esa manera.

-Mi querido... hermano...-

-Kanon...-

Saga se movió hacia un costado, saliendo de el lentamente para dejarlo reposar en su cuerpo tras el momento de pasión loca y salvaje, llenandose los pulmones de aire fresco, de ese aire ahora lleno de su olor que tanto amaba, que tan bien conocía.

Lovely girl you’re the murder in my wrold
Dressing coffins for the souls I’ve left behind
In time
We must never be apart...

La calma llegó a sus cuerpos finalmente. Ahora solo descansaban amparados en la azulosa obscuridad que ya había entrado completamente en la habitación. Saga abrió los ojos lentamente cuando sintió que Kanon se removía de su cuerpo y se ponía de pie, caminando hasta la pared de frente a ellos, presionando el switch que hizo encender una lámpara de luz blanca en el techo. Seadragon contempló el cuerpo desnudo de su hermano como si siguiera deseándolo. Se acercó a él lentamente, sin prisas, dejando que le admirara con un aire de vanidad muy caracterísitico de él.

Se hincó a su lado, estirando una mano para remover los mechones húmedos de Saga que le impedían admirar la belleza de sus ojos en todo su esplendor. Descubrió la mirada del mayor endurecida y Kanon alzó una ceja, quitando su mano de su frente casi por instinto.

-¿Por qué no acudiste a mi cuando te llamé?- Cuestionó con voz dura, mirándolo friamente mientras se iba reincorporando.

Kanon suspiró caso con hastío, poniendose de pie al mismo tiempo que le daba la espalda y caminaba hasta la orilla de la cama, sentándose ahí con toda la tranquilidad del mundo.

-Tengo muchos asuntos que atender aquí, no puedo estar a tu disposición.-

-Deberías... yo soy tu hermano...-

-Tengo un Dios a quien servir... y el deber es primero.- Contestó tajante el Seadragon, poniendose de pie nuevamente para caminar hacia la mesa junto a la cama, abriendo el pequeño cajón y sacando una cajetilla de cigarros y un encendedor.

Prendió uno y le dió una calada, volviendose a Saga, emitiendo una ligera sonrisa al mismo tiempo que soltaba el humo del tabaco.

Saga arrugó el ceño, notando como su respiración se aceleraba sin que el pudiera controlarlo.

-Nada debe ser mas importante que yo... Yo soy tu único Dios-

-Claro que no, tengo obligaciones que cumplir...-

-¿¡Desde cuando!? ¿Tu cumpliendo obligaciones? ¡JA! No me hagas reír...- Le arrebató el cigarró, arrojándolo al piso alfombrado y pisándolo con su pie.

Ni siquiera se había desnudado para poseerlo y eso le hizo sonreír, aunque comenzaba a enojarse.

-Tu no eres precisamente una persona responsable Kanon y en todo caso, lo único que debería importante es cumplir conmigo, con tu hermano.-

-Estás alucinando, no tengo ninguna obligación que cumplir contigo. Es más, vete y déjame descansar, tengo muchas cosas que hacer mañana...- Espetó con vehemente ironía Kanon. Pasó a su lado y palmeó su hombro desnudo en un gesto sarcástico. -Gracias por el rato hermano jeje-

Saga se enfureció por completo. Entrecerró los ojos y lo vió pasar a su lado con desdén. Esbozó una sonrisa desquiciada mientras sus ojos se inyectaban de sangre en una mueca rabiosa, plena de un deseo distinto ahora...

<<Sangre... falta tu sangre para completar la unión, hermano...>>

Lo alcanzó de los cabellos sin que pudiera evitarlo y lo regresó a la mesita de noche, ahora de cabeza, golpeandolo contra esta tan fuerte que la madera cedió, destrozándose en el acto con un golpe seco.

And you’ll always be my whore
Cause you’re the one that I adore...

-¿De qué hablas Kanon? ¡Aún no termina!- Azotó su rostro de frente a la madera hasta que la mesa estuvo completamente destrozada.

Volvió a levantarlo del pelo para estamparlo ahora contra la pared, manchandola de su sangre ante sus ojos de la misma tonalidad, sonriendo con gozo, con perversión total. Kanon se sintió mareado por la fuerza de sus golpes y la sangre que cubría por completo sus párpados. Llevo una mano a sus ojos e intentó apartar la sangre que los bañaba. Lo enfocó con la respiración convulsionada, rodeandolo del cuello con sus manos para hacerlo retroceder lleno de fuerza abrumadora hasta el espejo, donde lo estampo de espaldas sin soltarlo hasta que estuvo quebrado y varios pedazos del vidrio calleron al piso.

Sus puños castigaron el vientre de Saga hasta el cansancio, rápido y constante, sin darle oportunidad de responderle.

-¡Sal de mi vida! ¡Piérdete para siempre y deja de molestarme!- Gritó lleno de furia Kanon, dispuesto a seguirlo golpeando sin compasión.

Pero Saga detuvo sus acciones tomó la mano con la que Kanon le golpeaba, doblándola dolorosamente hacia su espalda para inmovilizarlo y estamparlo contra los restos del espejo de cabeza. Un grito de dolor salió de la boca del gemelo menor. Se reincorporó con dificultad, maniobrando su cuerpo para levantar su cabeza contra saga y golpearlo fuertemente con la parte trasera de esta, haciendo que lo soltara.

-¡Eres un completo estúpido!- La nariz de saga y sus labios sangraban pero Kanon no le dió demasiada oportunidad de que pudiera atacarlo de nuevo, lo atrajo del cabello hacia la pared donde antes estuvo el espejo, dándole el mismo golpe que antes el le diera, rematándolo con un fuerte codazo en la espalda que hizo que Saga se doblara sobre sus rodillas por el dolor.

-¿Quien es el estúpido ahora?- La voz sacarrona de Kanon se perdió rápidamente.

Saga lo derrumbó sobre el suelo y montó su cuerpo, golpeandole el rostro en repetidas ocaciones hasta que estuvo casi inconciente.

-¡TU! ¡TU ERES EL ESTÚPIDO! ¡TU ERES EL INÚTIL! Siempre lo has sido y siempre lo serás... querido e inservible hermano...-

And I’ll pull your crooked teeth
You’ll be perfect just like me...

El deleite de verlo debilitado y bañado en su sangre no duró mucho para Saga. Kanon lo apartó de su cuerpo con un golpe seco en su garganta, que le hizo toser sangre hasta casi ahogarse.

La pelea entre ellos se estaba tornando encarnizada sin que ninguno de los dos pudiera detenerse. Al gemelo menor le provocaba tanto placer golpear a Saga como le provocaran sus caricias, y lo mismo ocurría con el portador de Géminis. Era tremendamente delicioso ver a Kanon jadeante y ensangrentado, desnudo... con los hilos escarlata recorriendo su torso.

Quería más... deseaba mas...

-¡Voy a matarte en este preciso momento!-

-¡Quiero ver que lo intentes!-

Ambos gemelos se prepararon para ejecutar la explosión de galaxias.

¿Quién iba e interrumpir la pelea?

Nadie lo haría, no era la primera vez que algo así se suscitaba... De sobra conocían el comportamiento demencial de los gemelos todo mundo en el templo marino o en el santuario.

Esa era la manera de demostrarse el amor que se tenían

Era casi una ironía, era una locura.

La colisión de las energías cimbró las paredes del pilar como si amanezaran con caer de un momento a otro. Sino fuera por que aquellas estructuras eran prácticamente inderrumbables los escombros los cubrirían a ambos. El impacto los impulso a ambos hacia lasparedes paralelas, casi dejándolos inconcientes.

In you I feel so dirty
In you I crash cars...

Saga fué el primero en abrir los ojos. Contempló la figura dormida de Kanon, como un muñeco sin hilos sentado en el suelo; su rostro yacía languidecido hacia un lado, lo mismo que sus brazos. Y entre la obscuridad, Saga no podia distinguir si respìraba aún... el pánico le invadió, pensar muerto a su gemelo le hizo gatear con dificultad hacia el, desesperado por la sola idea de haberlo asesinado.

-¡Kanon!-

Tomó su rostro flácido entre sus manos, moviendolo desesperadamente, preso del miedo y la total agonía por no verlo abrir los ojos, por no sentir claramente el latido de su corazón. Lo apretó contra su cuerpo, hundiendo sus dedos entre su espasa melena azulosa, mojada de sangre caliente por las recientes heridas que tenía abiertas en muchas partes de su cuerpo.

Kanon no podía estar muerto... por que esa sería su propia muerte.

-Hermano... mi Kanon...- Musitó con la voz ligeramente quebrada. -¡Basta de juegos!-

El tacto suave de unos dedos trémulos en sus costados le hizo estremecer. Su gemelo menor abría los ojos lentamente, y se atrevía a enfocarlo con una descarada sonrisa en sus labios ensangrentados... burlándose de él y de su desesperación. Saga lo apretó del cuello, ahora si dispuesto a matarlo de verdad, pero Kanon estiró sus manos rojizas y húmedas de escarlata, acariciando sus mejillas mientras sonreía con un dejo de ternura.

-No... puedes vivir... sin... mi...-

-¡Idiota!-

-Ni yo sin... tí-

In you I feel so pretty
In you I taste god...

Las manos de Saga temblaron, como si el contacto violento con el cuello de Kanon le lastimara a él también; lo soltó inesperadamente, haciendo que el cuerpo casi sin fuerzas de su gemelo callera de lado. La mirada verde del seadragon enfocó en la obscuridad y através de sus mechones enrojecidos el rostro deformado de ira que tenía Saga.

Se fué reincorporando lentamente, casi mareado por el dolor de su cuerpo, pero negándose a dejarlo ir. Se acercó gateando a él, exudando sensualidad que para su gemelo mayor no pasó desapercibida.

... ¿Crees que puedes controlarme?...

... No, tu me tienes a tus pies... querido Saga...

Lamió desde su vientre hasta su mentón con parsimoniosa lentitud, enfocándolo de nuevo con la mirada cargada de lujuria una vez más. Saga lo atrajo de la cintura a su pecho, besando como si tuviera años sin hacerlo, con fervor, con deseo... con total necesidad. Las caricias se prolongaron, se fueron haciendo cada vez mas fuertes, mas lujuriosas.

-No puedo dejar de desearte, Kanon...-

-No lo hagas, Saga... Deseame siempre, como yo te deseo a ti...-

Sonrió débilmente, antes de abandonarse de nuevo a las caricias desquiciantes de su gemelo mayor, dejando que le recostara en el suelo, que volviera a colonizar su cuerpo con manos locas y besos mordaces... que le tomara hasta que ambos quedaran desmayados de cansancio...

Por que simplemente...

-No debemos separarnos... nunca, hermano...-

-Nunca, nunca Saga...-

... No podía ser de otra manera.

We must never be apart...

Fin.

Notas finales:

~Idia Sarka, idio aima, idia psuqé. Atanaklasé... Dídoma~

Saga x Kanon for eva! *w* Espero que les guste, un saludito a todos ^__^

Patts.


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