Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cassis por Etsuyah_Kitazawa

[Reviews - 112]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¿Escrito en un momento de crisis existencial? No, en uno de multipolaridad absoluta xD

Notas del capitulo:

Hola...

Bien, esto lo hice en clases... Me ha tomado un tiempo traspasarlo, pero aquí está. Espero no hayan errores ortográficos.

No sabía si publicarlo o no, sólo espero que sea de su agrado y si pueden me dejen review. Se agradecen comentarios de todos tipo y críticas constructivas.

Sin más preámbulo... ¡Les dejo con el fic!

Era un día tranquilo, hacía frío y Aoi descansaba cómodamente en un sillón en la sala de estar del departamento de Reita. Tenía la cabeza reposando en una de las blandas almohadas que poseía el mismo sillón. Los pies sobre una pequeña mesa sobre la cual había cinco latas de cerveza, cuatro de las cuales se encontraban vacías, la restante se había salvado y sólo habían consumido el cincuenta por ciento de si contenido. Una hora había pasado ya, desde que había discutido con Uruha, y si no fuese por su amigo Reita, ya se hubiese lanzado por el balcón, o tal vez no… Si fuese por él ya estaría borracho en un bar, o con alguna prostituta con un buen trasero en el desorden de su departamento. No pudo tomar más de la cerveza con la que tanto le gustaba ahogar sus malestares y penas, Reita ya estaba indagando en la alacena de su cocina, para darle algo caliente para beber, dicen que esto ayuda a volver en sí a las personas. Aunque a veces el agua fría tiene un mejor efecto, te trae de vuelta a la realidad al momento exacto del contacto con tu piel.

-¿Quieres un café?- Le preguntó desde la cocina el rubio, quien se encontraba calentando el agua en el hervidor, no entendía por qué parecía no ocurrir nada, quizás debía conectar el aparato, se dijo a sí mismo como mofándose de su nulo conocimiento en electrodomésticos. Y… ahora de seguro debía presionar el botoncito rojo que tanta gracia le hacía. Sin duda alguna, la tecnología le había dejado atrás, estaba a millones de años luz de poder entender el funcionamiento de todas las cosas que habían allí. Y estaba en un país tan desarrollado.

Aoi simplemente se limitó a guardar un profundo silencio, no tenía ganas de responder. Lo único que deseaba en ese momento era golpear a Uruha en su cara de niñita… su cara, tan hermosa… Pero… Incluso si estaban enojados o peleados a muerte, no podía y nunca podría hacerlo. Siempre era así, siempre lo mismo. Una y otra vez… ¿Por qué incluso si era una estrella musical que podía tener a cuantos hombres y mujeres quisiera, solamente necesitaba y quería estar con ese “desaliñado gay”?

-Aoi…- El rubio bajista se encontraba a su lado derecho, extendiéndole una taza de café sin azúcar. El de cabello negro sólo le miraba, fijándose en sus rasgos faciales y corporales. Sin duda alguna, Reita poseía una figura escultural. ¿Por qué no se había fijado en él? Aunque fuese su amigo… No era mucho mejor, ni peor que Uruha. Rápidamente despejo su mente de aquello. Disipando los pensamientos de su cabeza, aceptó de mala gana la taza de café que le ofrecía el rubio. Tomándola estúpidamente con la mano contraria a su ubicación.

¿Me vas a contar?... O al menos háblame, di algo para saber que aún vives…- le dijo como rogándole Reita, sentándose junto al pelinegro. El aludido asintió con la cabeza, a modo de respuesta. Acomodándose en su sitio perezosamente.- ¿Discutiste con Uruha, verdad?- Aoi afirmó nuevamente, al parecer su amigo le conocía como a la palma de su mano. Eso a ratos le hartaba. Lo miró por unos momentos, luego suspiró.

-Le dije que era un imbécil… gay…- Agachó su cabeza en señal de arrepentimiento, como un niño regañado. Luego alzó la vista para encontrarse con un Reita expectante, como tratando de comunicarle con la mirada que decía seguir, instándolo a hablar- …y también que… era un travesti de cuarta…

-¡Ouh!- Articuló el más joven colocándose una mano en la cabeza, como diciendo: “Eso debió doler”- ¿Y por qué?- Recalcó poniéndose mucho más serio que antes.


-¿Por qué…? Porque…- Aoi se quedó pensativo, había hecho las cosas. Esas palabras habían salido de su boca disparadas. No importa cuánto pudieran quemar, cuán a fondo pudieron haber llegado. No lo pensó, realmente.- Uruha no es una blanca paloma, hay veces en que me saca de quicio.- Bufó. Tal y como lo hacen todas las personas en algún momento de su vida, queriendo justificar lo injustificable. “La justificación agrava la falta.” Al percatarse de que su amigo iba a tomar la palabra, tomo aire y prosiguió.- Y por si fuera poco, llegaba tarde todas las noches y le coqueteaba a Kai a menudo… demasiado… ¡Le coqueteaba a todo el mundo!... No es que yo sea celoso, sé que lo hacía y que Kai no se dignaba a detenerlo. Seguía su juego…

-Pero Aoi… ¿Qué es eso? ¿En qué te has convertido? No te lo tomes a mal… antes eras un tipo liberal, ¿No eras free? ¡Coqueteo, por Dios!... Ahora vas a decirme que lo de Uruha era Flirteo- Rió el bajista burlón.- ¡Te falta decir que le mueve la cola!

-Ya cállate, quieres…- El pelinegro se cruzó de brazos.- Sé de lo que hablo Reita, es en serio… Uruha andaba en algo turbio y yo no voy a dejar que en las sesiones de fotos, truquen éstas para poner: “EL NUEVO VISUALERO CORNUDO”, “LOS CUERNOS DE AOI”- Hizo ademanes con las manos imitando los cuernos en su cabeza, luego Reita le colocó un gorro navideño, riendo ahora los dos.

-¡Jojojo! Ahora te ríes de mi, Reita. ¡Pero cuida a tu Ruki!- Comenzaron a lanzarse cojines, terminando en una guerra de manotones.

-¡¿Yo?! ¿A Ruki? ¡Cómo crees!... Tienes mal gusto tú, niño bonito.- Seguía jalando de los cabellos a Aoi. Cuando de pronto la voz de un tercero se dejó oír en la habitación.

-¿Ah sí?... ¿Y tú te crees un sex symbol, sin-nariz?- Los dos amigos se quedaron perplejos en el suelo viendo al recién llegado, quien de pronto comenzó a cambiar de colores.- Creo que llegué en mal momento…- Ruki se tapó los ojos, cual niña puritana al ver la desnudez del torso de un hombre en su noche de bodas.

Reita y Aoi, al darse cuenta de su estado: Reita sobre el moreno, jalando de sus cabellos como una chica que practica técnicas sadomasoquistas con su amante (O sea Aoi). El “amante” dio un respingo, haciendo que el bajista cayera de bruces en el suelo.

-Ruki, n-no es lo que parece…- Tartamudeó el guitarrista, mientras el rubio se levantaba sobándose la nariz que no tenía, con una cara de querer estirarse un rato en el sofá y pegarse una siestecita. Para recuperarse del “accidente”.

-De todos modos…- Ruki tomó una expresión algo más seria- …Creo que le debes una muy buena explicación, una disculpa y un besito a alguien.

-¿Cómo?- El guitarrista miró a Reita desentendido y confuso.- ¿Ya se han enterado Ruki y Kai?

El bajista negó con cansancio (¿De qué? Nadie sabe…)- Sólo Ruki.

-Pero… aún así… ¡¿Por qué todos saben y creen que tienen derecho a meterse en esto?!

-No somos todos, Yuu… Somos tus amigos.

Aoi le miró algo avergonzado. Alzando un poco la vista inquirió.- ¿Esta en tu casa, verdad Ruki?

El vocalista de Gazette desvió la mirada, encontrándose con la de Reita, que al parecer disfrutaba de verlo en apuros, discutiendo o sufriendo. El rubio se encogió de hombros.- Yo no dije nada.

-Hm… Bueno sí, está en mi casa.- Ruki hizo un ademán con las manos y la cabeza, tomando una de las latas de cerveza de la mesa de centro, la cual por cierto, estaba abierta, añadió.- Pero no quiere verte, no todavía…

Hubo un corto pero incómodo silencio, Aoi se dejó caer en un sofá con resignación, Reita que le observaba, ahora respaldado en una pared cercana, suspiró.- ¿Tan fácilmente te darás por vencido?... Vaya, pensé que en verdad él te importaba.- Junto con citar esto, le hizo un gesto a Ruki, retirándose del lugar.

-Tú decides, Aoi…- El de cabello rojizo se dirigió a la puerta para seguir a su “amigo”.- ¡Ah, lo olvidaba!... La cerveza es mía, now.- Agregó cerrando la puerta tras de sí.

¡Oye, Ruki!- Gritó alguien desde el exterior.- ¿Le dijiste a Aoi lo que tenías que decirle?... Apuesto a que no, tonto.- Reprochaba Reita a toda voz, de seguro que los vecinos estaban acostumbrados.

-Ah… sí…- Ruki se devolvió a la habitación,- casi lo olvido, de no ser por Reitita que me lo recuerda amablemente… de todos modos…- Se da la vuelta abrazando (gaymente) al aludido.- ¡Gracias Reitita lindo! ¡Te quiero!

-Ya, para… Lárgala ya, idiota. Esto es incómodo… Dile luego ‘eso’ y nos vamos…

-Sí, claro…- Dijo tomando distancia del mayor con falso enojo.- Que a las seis tenemos que irnos a… no-sé-dónde en Europa.- Miró a Reita, quien moduló lentamente algo, sin sonido alguno proveniente de su boca.- Aus-…tria… ¡Austria! Tenemos gira por allí… Y también grabaremos el video de Cassis… ¡No, Aoi, no me golpees!- Se cubre la cabeza con los brazos.- Yo lo supe recién… Fue algo fugaz… No me dejaron reclamar, ni nada.

-No mientas Ruki.- Reita lo miraba con fastidio y desaprobación, al igual que cierto pelinegro quien estaba en posición de ataque.- Lo sabías desde hace mucho tiempo antes que yo… semanas, creo. Pero tienes una memoria del orto.

-Perdóname, Ao~i…- Se disculpó con una sonrisa nerviosa, saliendo rápido del cuarto antes de que la furia del guitarrista cayera sobre ellos, desatando antes de tiempo el Apocalipsis.

-Da igual… En seguida ordeno todo, gracias Ruki… Reita…

De ese modo, había quedado todo dicho. Las dos R’s, salieron del edificio, dejando al pelinegro en la soledad de su hogar.

-Rayos… No quiero irme a Europa… No quiero grabar ninguna canción, no quiero ver a Uruha.- Pronunció estas palabras con un de de tristeza reflejada en sus oscuros ojos. Buscando una maleta, empacando sus cosas con desgana.- Si llevo ropa de menos, tendré que turistear un rato, ¿no?- Se rió ante la idea de verse comprando y comprando como en sus salidas de shopping con Uru-… con los chicos… Hm… será mejor que llame a Uruha.






Un chico de cabellos castaños estaba enroscado en su cama, sobre las blancas sábanas aterciopeladas; nada iluminaba la habitación, salvo un haz luminoso que se colaba por entre las cortinas. En la penumbra no se distinguía bien lo que acontecía. Pero en el silencio que antes reinaba en el lugar, bien se podía distinguir los ligeros y ahogados sollozos de aquel que se encontraba en el cuarto.

-¿Uru?- Unos pasos se oyeron de pronto. Era Kai, quien venía a recogerlo para irse al aeropuerto.- Uru… ¿Otra vez llorando?- Le dijo con un tono de voz suave, cuidando de que sus palabras no tuviesen gusto a reprimenda. Se sentó a su lado acariciando su cabello.- ¿Aún estás dolido con Aoi-kun?- Al no recibir respuesta alguna, insistió.- Pues, no vale la pena llorar así… ¡Anda! ¡Ni que hubieses terminado con una novia!- Uruha, al oír esto se largó a llorar con más fuerza. Kai no sabía qué decirle.- Uru, si Aoi-kun te ve, diría que le gustas más con una de tus lindas sonrisas.

Uruha contuvo el llanto unos segundos, pero el nombre de Aoi resonaba una y otra vez en su mente, provocando que las lágrimas cayeran con mayor intensidad. Tan solo el oír su nombre le deprimía, era como si estuvieran cavando un agujero en su pecho. Haciendo un esfuerzo sobrehumano, tomó aire y pronunció con lentitud.- No quiero salir de aquí, Kai…

El otro chico le miró tiernamente, para luego acogerle en su regazo.- Vamos, Uruha-kun… Eres un chico fuerte. Demuéstrales que tú puedes ignorarlo. Apuesto a que en este momento él debe estar sumamente arrepentido. Tú sólo espera.- Kai, pese a desconocer mayormente el conflicto que existía entre estas dos partes, pudo percatarse de su error; para no hacer llorar más al menos de los guitarristas, nombraría a Aoi como un ‘x’, algo así como el innombrable. Le guiñó un ojo con picardía.- Luego te diviertes un poco al ver sus súplicas.

Al castaño pareció divertirle la siniestra idea del baterista, Kai siempre conseguía, de una u otra manera subirle el ánimo. Limpiándose las lágrimas, corrió a empacar su maleta. Al observar esto, Kai rió con disimulo. Cuánto adoraba poder ayudar a Uruha.

Pero, aún quedaba sembrada una duda en él…
¿Qué cosa tan grave podría haber pasado entre ellos dos?



Continuará...

Notas finales: Gracias por leer...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).