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Dulce amanecer por Silent Magician

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Notas del fanfic:

Este es mi segundo one-shot y el segundo fic de esta pareja de YuGiOh GX. Sé que muchos no conocen la serie pero espero lo disfruten de cualquiera manera... y a quien conoce la serie, pues con más razón

Notas del capitulo:

YuGiOh GX en general no me pertenece, solo he tomado prestados algunos de sus personajes para realizar un escrito de género yaoi libre de cualquier tipo de lucro.
Este es un one-shot con contenido lemon, por lo cual quien no guste de este tipo de lectura por favor abstengase de leer las partes indicadas, los que si les guste el lemon pues les invito a leerlo y juzguenlo ustedes mismos.
¡Disfruten el fic!

[Este fic esta narrado en primera persona por Zane Truesdale. De cualquier manera indicare si hay algún cambio en esta narrativa a lo largo del capitulo]

 

Me refugio entre el nuevo anochecer, aún no me atrevo a enfrentar esta infame realidad. A cada momento me pregunto "¿Cómo me enamore de ti?". " ¿Sientes lo mismo que yo por ti? "

 

- Tonterías... mi primer y único amor siempre han sido y serán los duelos... -Siempre es la misma respuesta, pero ya no me  llena, ya no puedo creer tan firmemente en tan vacía idea.

 

Agotado me recuesto ya en mi suave lecho, es de las pocas cosas que disfruto en la vida, aparte de la victoria usual de cada duelo... aparte de este, mi amor secreto...

 

- ¿Qué cosas digo? - niego con la cabeza, reprochándome a mi mismo por lo que pienso - Tan sólo es mi amigo... tan sólo eso -

 

Y día a día me convenzo menos de ello, pues ha sido tan reiterativas las noches en las que sueño con la visión de tu frágil cuerpo, con beber el dulce elixir emanante de tus tersos labios, sueño con la posesión de tu cuerpo... que dulce es esa sensación que parece insaciable, aditiva... ¡Y eso que solamente es un sueño!...

 

Mi mente me juega trucos, pues de entre la oscuridad aprecio tu cuerpo... anhelante, listo, esperando deseoso por mi... tallo presurosamente mis ojos, y la imagen de ti parece negarse a abandonar la negrura de la noche... pronto veo con sorpresa como te aproximas, subes a la cama... tu mirada despide fuego y en parte eso me asusta... aunque no negare que también me gusta...me encuentro paralizado, a tu merced, ¿Desde cuando el kaiser se doblega ante una simple mirada?... siento ya tus manos sobre mi cuerpo, acariciando libremente cada rincón del mismo... pecho, brazos, piernas, incluso mi intimidad, aprisionándose entre esas hábiles manos con las que tanto tiempo he soñado... pero un singular ruido rompe el silencio del ambiente, haciéndome recobrar la conciencia y verme en una no muy cómoda postura... mis manos situadas en donde antes había creído ver las tuyas.. En verdad que me siento apenado y a la vez aliviado de que no hubiese nadie más observando...

 

- Tanto tiempo que haz vivido negándote a ti mismo Kaiser, y ya alucinas... - esta vez mi regaño fue en voz alta, cualquiera que me viera en este estado pensaría que al fin he enloquecido.

 

Me acurruco en la cama que ya me había recibido, recargando mi cabeza en la cabecera de esta. En esa posición me es posible apreciar cada una de las estrellas del firmamento al igual que la bella luna que es la única vidente de cada uno de mis desvelos... todo por culpa tuya... si, es tu culpa.. Desde el día en que te conocí... sonreí un poco para mí, jamás olvidaría la primera vez que te vi.. Con la visión de aquella dulce selena mi mente empieza a trasladarme a aquel día que, sin saberlo en ese instante, cambiaria mi vida...

 

.: Flash Back - En esta parte del fic no hay narración en primera persona :.

 

Transcurría un hermoso día de Agosto en las instalaciones de prueba de la academia, aquel recinto donde los estudiantes estaban a prueba para ingresar a la apartada isla donde estarían en un periodo igual a 3 años. El bullicio no se hacia esperar, pues eran jóvenes de apenas 15 años que enfrentarían la aventura de su vida para ver realizado su sueño. Cada cual parecía estar emocionado por las audiciones de duelo, excepto un joven peliverde cuyo temple, pese a toda la emoción irradiada en el ambiente, permanecía tan frió que no parecían las facciones de un ser humano. Su nombre era Zane Truesdale y a su edad ya era un prodigio en el duelo de monstruos. Los murmullos no se hicieron esperar cuando una retumbante pero amanerada voz hizo mención a su nombre, avisándole que era su turno de pasar a confrontar a uno de los jueces de duelo.

 

- ¡Zane Truesdale, se le solicita en el campo numero 4. Su duelo será contra Atticus Rhodes! - menciono la ya descrita voz amanerada del Dr. Crowler.

 

En medio de los cuchicheos a su persona, el adolescente empezó a bajar por las gradas, sin prestar atención siquiera a los envidiosos jóvenes que a su alrededor se cernían, ni a las muchachas embelesadas por su exótica belleza que dictaban elogios a diestra y siniestra. En ese momento, para él, tan solo existía una cosa, ganar aquel duelo...

Finalmente el quinceañero llego a donde le habían encomendado, tomando posición en uno de los extremos de aquel amplio campo, mientras tanto su contrincante aparecía, en medio de aun más vítores, al menos por parte del público femenino

 

- ¡Atticus! ¡Atticus! ¡Atticus! - aclamaban las damiselas que veían con brillantes ojos al castaño que con elegancia se aproximaba hacia el campo numero 4

- ¡Muchas gracias por su apoyo mis bellas damiselas! - inquiere afablemente, a la par que hace un ademán de mandar un beso a cada una, sonriendo galantemente después del acto y volviendo a dirigirse al lugar citado

- ¡Oh Atticus! ¡¡¡Kawaii nee!!! -

 

Dejando atrás todo ello, el castaño se posiciono en el extremo contrario al campo, quedando de frente al aspirante a duelista.

 

- ¡Es un placer conocerte! ¡Mi nombre es Atticus Rhodes! ¡¿Cuál es el tuyo?! -

- ¡Zane Truesdale! - En ese momento no supo ni porque había respondido su pregunta, normalmente contestaba ásperamente, pero esta vez algo le había incitado... Algo desconocido en ese momento

- ¡¿Zane Truesdale?!... ¡Jaja! ¡Un placer! Bueno, ¡Empecemos! -

- Hai... -

 

Y ambos sacaron las cartas correspondientes, aquel duelo fue largo... parecía un desafío de estrategias sumamente parejo,  pero al final la unión poderosa de los 3 cyber dragons le garantizó a Zane la absoluta victoria de aquella contienda... los aplausos no se hicieron esperar en aquella ocasión, retumbando en el estadio, entusiasmando aun más a la comunidad estudiantil en ese momento.

 

- ¡Muchas felicidades Zane! No sé que opine Crowler, pero diré lo obvio, ¡Estás dentro de esta academia! -

- ¡Ah si, si!... el examen escrito lo paso con 100% y el examen práctico bueno... sin palabras... ¡¡Obelisco Azul!! -

- Pero yo... -

- ¡Jajaja, no respingues! - el castaño abraza al peliverde después de haber escuchado la noticia - ¡Seremos compañeros! ¿No te parece genial? -

- Bueno yo... si, me parece perfecto -

- ¡Sugoi!... – sonrió de forma franca.

 

Un día después ambos embarcaron en la academia de duelos, y a partir de ese día pasaron sus aventuras juntos... nadie entendía como podían estar tan juntos, pues mientras uno era un exhibicionista a más no poder, luciéndose ante el publico con poses, acrobacias y ocurrencias, el otro era ampliamente serio, dedicado, y en ocasiones frió. Y para quien menos lo esperaba, lo que empezó con una amistad bizarra germino hasta formalizar un amor incontrolable en su corazón...

 

.: Fin flash back - Nuevamente narración en primera persona :.

 

Y aun no comprendo como empecé a quererte de a poco, si bien es cierto que éramos adversos una voz en mi cabeza me murmura siempre que los polos opuestos se atraen. En fin, deje de observar a la dulce luna llena para concentrarme en los duelos, el más cercano escape a mis problemas emocionales, aunque al final del día mis sueños evidencian mis propios errores al no enfrentar el temor de su rechazo...

 

- Atticus... - Murmure casi sin pensarlo, el motivo de mis desvelos, el protagonista de mis más eróticos sueños... y jamás serías mío... Jamás...

 

Empecé a entrecerrar los ojos, el cansancio me dominaba de a poco, no quería dormir esta noche... quizás eso me ayudaría a no pensar más en tu ausencia... pero, como si el destino jugara una de sus más peligrosas cartas, la puerta de mis habitaciones se abrió con facilidad, dejando entrar a una masculina figura encubierta por el misterio de las sombras nocturnas.

 

- Zane... Zane... ¿Estás aquí? -

 

Me levanto al escuchar que mi nombre es mencionado por aquel recién llegado, a quien reconocí inmediatamente como mi amor secreto y tortuoso... voy en su auxilio, guiándole hacia la comodidad de mis habitaciones... ambos nos sentamos en mí

lecho.

 

- ¿Qué pasó Atticus?... te veo desmejorado - digo con la frialdad de siempre, si tan solo pudieses ver debajo de esta capa de hielo que impongo yo mismo

- No me sucede nada - ríes como te es habitual, me pregunto si te reirás de mis sentimientos, me pregunto si los sabrás – es solo que me sentía solo... - dices de forma nostálgica, extrañándome un poco esa manera de hablar de ti...

- Que raro, siempre tan acompañado de gente...es raro oír eso de ti Atticus -

- Si, dirás que es raro de mi... pero, hoy estuve pensando seriamente las cosas... hoy vi a mi onee-san junto a Judai-kun...la verdad me pareció lo más normal del mundo y me hizo pensar que justamente me falta eso... muy aparte de la compañía que me brindan mis fans, me falta la compañía de alguien que me ame tal cual soy... Y a quien ame tal cual es...-

 

Me quede petrificado, mi corazón empezó a latir presuroso en contra de mi voluntad... maldita sea, por suerte mi temple frió ahora me era mucho más útil... pues ocultaba las evidencias de mi nerviosismo

 

- Entonces me imagino que iniciaras la búsqueda de esa persona, ¿No es verdad? -

- De hecho, ya tengo a alguien en mente -

 

Eso fue como una puñalada a mi corazón, ya tenías a alguien más en mente.. ni siquiera me habías dado la más mínima oportunidad de aproximarme a tu corazón... seguramente seria una de las chicas que tanto te aclama, si, no podía ser alguien más... simplemente suspire aunque muy suavemente para que se confundiera con un sonoro respiro

 

- ¿Y quién es el o la afortunada entonces? - trate de no mostrar mayor interés al normal

- ¿De verdad quieres saberlo? - me miras fijamente, jamás había visto semejante profundidad en tus ojos... jamás... me turbo demasiado descubrir esa dulce mirada tan tuya y a la vez tan ajena a ti

- Pues... somos amigos ¿no?... Con gusto escuchare quien es la persona que ahonda tu corazón y si quieres te ayudare a conquistarla...-

- Jajaj... si, si que me ayudarás -

 

No estaba entendiendo lo que me querías decir, era insinuante... pero no lograba descifrar tus palabras... dude un poco en seguir hablando... pero antes que todo era tu amigo, así que no podía ignorarte

 

- Ja, pues tú solo dime como ayudarte y con mucho gusto lo haré... -

- Acepta esto... -

 

Y, sin que pudiera hacer algo, tomaste mi rostro y con un rápido movimiento te apoderaste de mis labios, aprisionándolos en un beso algo forzado debido a la sorpresa con la que fue realizado... no podía creerlo, de mis sueños parecía haber salido tan bella

imagen anhelante de mis fantasías... pero ahora era real.. ese sabor tan característico, tu aliento, tu saliva, era una odisea aquel beso que nos unía... con algo de torpeza respondí al acto, ahondando en tus labios... la misma necesidad de aire nos hizo separarnos de golpe, todo había sucedido tan rápido que apenas y podía procesarlo...

 

- Atticus... -

- No empieces con tu discurso... estoy seguro de mis sentimientos, estoy seguro de que te quiero... desde el primer día en  que te vi supe que serias especial para mí... y lo fuiste a lo largo de tanto tiempo... pero no podía decírtelo porque sabia que tenias una imagen errada de mí... -

- Pero... jamás tuve una mala imagen de ti -

- No mientas, cada quien tiene una imagen diferente de mí, tú igual tenias otra percepción de mí... pero bueno... lo que me ha traído hasta aquí es el amor que en este momento siento por ti... -

- Atticus yo... -

- No es necesario que me respondas en este momento -

- Deseo hacerlo... -

- Bien, te escucho... -

 

Pusiste una cara de resignación, también estabas emitiendo un juicio antes de que siquiera pudiera hablar.. así eras, Atticus, así lo serias siempre.. así te amaría siempre...

 

- Te amo... -

- Kaiser... tú... -

- Sí... aunque no lo creas el kaiser puede amar... -

 

Reíste un poco ante lo que dije, esa era mi intención después de todo... tantas noches soñando, imaginando, deseando, buscando… y al final tú mismo viniste a mí... sin decir nada más nos miramos un rato, hubiera sido hermoso descubrir el sonrojo de tus mejillas, pero la ausencia de luz dejaba tantas cosas a la imaginación que prefería no indagar más... o talvez si quería buscar respuestas... acerque mi rostro al tuyo, entrecerrando mis ojos, nuevamente tu aliento golpeaba contra mi rostro... me perdí ante aquella mirada castaña, eres tan bello ante mis ojos... solo ante mis ojos...

 

- Zane... -

- Hm?... -

- Te puedo pedir algo? - En ese momento te aferraste a mi, simplemente te correspondí, ofreciéndote refugio entre mis brazos

- Lo que quieras Atticus... -

- Quiero pertenecerte... - alzas la mirada, encontrándote con la mía... veo lujuria y pasión al mismo tiempo en la transparencia de sus ojos castaños. Sin poder evitarlo me ruborizo enteramente, no me esperaba esa petición, al menos no tan de repente...

- Bueno yo... -

- ¿No quieres?... - Uno de tus dones más natos, la manipulación. Aunque, como resistirme a aquel meloso tono de voz y a la cristalina y tierna mirada que pones cuando te propones a alcanzar algo...

- Si, si quiero... - acaricio tus cabellos con cariño... un momento, ¿Desde cuando soy tan cariñoso?, ni siquiera lo soy conmigo mismo.

 

Puedo apreciar tu victoriosa sonrisa, nuevamente siento que vivo otro de mis sueños.. y espero a que resuene algún otro ruido para despertar de todo esto... pero nada sucede, nada pasa, ¿Será que al fin se fusionan mis fantasías con la cruenta realidad?... no, de ser así ya no seria cruenta.

Respiro hondo, aunque con gran disimulo. Nuevamente eres prisionero de mis brazos, mientras que yo lo soy de tu sola presencia, de cada una de tus sonrisas.

Y sin más vuelvo a beber de tus labios, la dulce ambrosia de tu cuerpo, el elixir que estimula mi deseo. Ahondas el acto sin mayor pudor, y de a poco nos sumimos ante nuestra propia pasión. Nos recostamos sobre la mullida cama de mis aposentos, uno al lado del otro, contemplándonos de momento. Te noto nervioso, pero no me atrevo a cuestionarte por ello.

 

- Zane... -

- Hn, ¿Qué pasa Atticus?... -

- ¡Te amo! -

- Yo también, como no tienes idea... -

 

[N/S: Aquí empieza el lemon, si no eres fan de este tipo de lecturas abstente de leer por favor, después os avisare cuando termine esta parte. A quienes si gusten de este tipo de lecturas, disfruten y espero sea de vuestro agrado.

Esta parte será narrada en 3era persona, para ampliar un poco el acto. Enjoy. ]

 

La pasión guiaba sus pensamientos, cada uno de sus actos. El peliverde impasible eligió iniciar con todo aquello que sus  sentimientos desatarían, exigiendo los labios del castaño quien sin pensarlo junto ambos en un beso desenfrenado... como el beso de cualquier adolescente cuyas hormonas adoptan un ritmo un tanto más acelerado. El castaño parecía encantado con todo aquello, por lo cual opto por terminar con aquella tortuosa espera y recostarse en la cama, llevando consigo el cuerpo del kaiser. Se miraron tan solo un momento, el fuego en sus ojos se encendía al paso del efímero tiempo, transmitiendo cada sentimiento, cada pensamiento, y en cada uno de ellos se veían a si mismo juntos por la eternidad... toda la eternidad.

Aventuradas eran ya las caricias impartidas por ambos amantes, pues aparte de palparse mutuamente sus cuerpos también empezaban a quitar de a poco las ropas que encubrían los misterios de los mismos... el primero en ser expuesto ante todo ello fue el albino, cuyo pecho blanquecino era toda una odisea, era demasiado perfecto...

 

- Zane... - Murmuro encantado el exjinete sombrío

 

Relamió sus labios lascivamente para después guiar los mismos a los sonrosados pezones del kaiser... y con amplia maestría, increíble para el peliverde, la ávida lengua del ojimarron empezó a juguetear con aquella sensible zona de su cuerpo. No se hicieron esperar los semiahogados gemidos del kaiser, que solo estaba atinando en intentar remover el resto de los ropajes superiores del exjinete sombrío. Atticus mordisqueó, succiono, lamió y beso uno a uno los pezones del blue obelisk, hasta que estos terminaron endureciéndose en su totalidad, indicándole al castaño el grado de excitación que experimentaba el kaiser debido a todos aquellos incentivos. Comprendiendo las intenciones del peliverde, el castaño opta por dejar de lado su tarea permitiendo entonces la salida de su estorbosa prenda superior... la vista del kaiser se deleito al apreciar el bronceado y muy bien formado pecho del exjinete sombrío, con la diestra palpo el contorno de cada músculo apreciable del mismo, lo cual erizó la piel del moreno.

 

- ¿Basta con un toque para hacerte estremecer? creí que tenias más experiencia -

- La experiencia la tengo, y tu mismo lo comprobaste - dictamina, haciendo sonrojar un tanto más al albino

- Dejemos eso de lado... -

- Como quieras, amor -

 

Una sonrisa se esbozó en los labios del ojimarron, sonrisa que fue correspondida de la misma manera por el ahora pasional kaiser.

Ahora él se permitía degustar de la piel del exjinete sombrío, recorría con la punta de la lengua el contorno de cada uno de los músculos abdominales del moreno, naturalmente extasiándose al toquetear los expuestos pezones del pelicastaño de cuyos labios emergieron repetidos gemidos de placer, repetitivos pero significativos, pues entre los mismos se oía el nombre de su ahora amante. Inquietos y curiosos eran al seguir explorándose el uno al otro mediante caricias ávidas y a su vez tímidas, pues sobre todas las cosas era la primera vez que tenían intimidad juntos. Los labios del kaiser siguieron su travesía en el fornido abdomen del moreno, jugueteando con el semi profundo ombligo del mismo al usar su ya tibia lengua que exigía seguir probando aquel deleitante sabor que ofrecía la piel del ojimarron, mientras que éste, sin querer quedarse de lado, jugaba con las verdes hebras del ojiverde. En un acto un poco más desesperado, pues para ese entonces el nivel de pasión entre ambos había ascendido drásticamente sobre todo en el inexperto kaiser, él mismo quito las ataduras del semi ajustado pantalón del moreno que parecía ya inútil al intentar recubrir la excitación del mismo. Las mejillas del moreno se tiñeron de un endulzante tono rosado al encontrarse prácticamente desnudo ante el ojiverde, pues por más que faltase aun por remover la holgada prenda intima que aun conservaba, igual ésta no cumplía con la labor de encubrir su ya erecto sexo... misma situación que provocó que el peliverde sonriese para si mismo.

 

- Perdona que te lo diga... pero pareces bastante ansioso, mi querido Zane -

- Jm - volvió a su aspecto serio, con el cual era reconocido e incluso temido - ¿Te ofende que sea así?... Que no sea yo quien este quieto -

- Ay Kaiser... jajaja, ¡No lo decía por eso! - en su rostro aparece una singular sonrisa, algo juguetona - Solamente lo decía en tono de broma Zane... sabes que no me molesta en lo absoluto como estás obrando, al contrario... creo que es muy evidente que me está gustando... - de sus labios emergen unas risitas, cuales amenizan con su gesto afable...

- Bueno... - Sentencia con la misma frialdad, aunque al final se formaliza una sonrisa a medias...

 

Continuó con sus acciones, bajando con algo de timidez aquella última prenda que recubría el embelesador cuerpo del exjinete, evidenciando entonces la totalidad de su cuerpo. No se hizo esperar el usual y notorio sonrojo en las suaves mejillas del castaño, condición que hizo al peliverde olvidar por unos momentos su objetivo, para regalarle una dulce caricia al ruborizado rostro del moreno... una mirada enternecedora escapó de aquellas brillantes orbes cafés, colisionando con el temple gélido de las esmeraldas que Zane poseía como ojos.

 

“Es tan exquisito como lo imagine entre mis sueños... y pareciera que esta visión salió de mi mente y se convirtió en realidad..." Añadió entre sus propios pensamientos, contemplando de principio a fin la belleza del cuerpo del moreno, que no desmeritaría las expectativas de absolutamente nadie... era prácticamente un adonis, aunque un tanto más bronceado.

 

Sus manos, con amplias libertades, empezaron a hurgar entre las maravillas de su anatomía, deleitándose con cada palpitante músculo, con cada pedazo de tersa piel bronceada... su lengua volvió a sus labores, prácticamente violando el espacio que el ombligo del castaño cedía, a la par que sus manos se entretenían ahora con las fornidas y largas piernas del castaño. Harto de simplemente limitarse a saborear el ofrecido ombligo del moreno, el kaiser optó por aventurarse un tanto más en el cuerpo del mismo, encontrándose con la ya exigente y palpitante intimidad del exjinete de las sombras. Observó tan sólo unos momentos a su amante, encontrando una implícita suplica en su mirada marrón. Haciendo caso a ello, con la punta de su lengua toca muy apenas la punta del sexo del moreno, haciendo que éste liberase un ahogado gemido de sus tersos labios. El peliverde, convencido del deleite causado por aquel movimiento, sonríe para si mismo al tiempo que para acabar con el tortuoso proceder de sus acciones introduce de lleno el sexo del castaño en su cavidad bucal, resintiéndose un poco debido a la calidez del mismo.

 

- ¡Zane!...Dios… Dios mío… - inquirió el castaño entre sus propios gemidos de éxtasis, un poco suplicante, un poco exigente.

 

De forma casi inmediata el ojiverde empezó a mover su cabeza de tal manera que se permitía recorrer la totalidad de la longitud del miembro del exjinete sombrío, inclusive acariciando el mismo con su hábil lengua. Una singular presión invadió el sexo del ahora dominado castaño, cuyos jadeos amenizaban en la habitación como único sonido en la misma. De forma instintiva posiciona una de sus manos en la nuca del albino, marcándole un ritmo adecuado a sus exigencias… Pronto lamentaría aquel acto, pues la presión a su miembro se volvió cada vez más punzante, y a la vez cada vez más deliciosa.

 

- Zane… ya no… puedo contenerme más… - empuño su mano libre, aferrándose a las sabanas, ambos ojos los cerro de golpe en un fugaz tiempo - ¡Kaiser! – exclamó finalmente llegando a su dificultoso orgasmo.

 

Finalmente la semilla del castaño inundó la cavidad bucal del kaiser, siendo emitido entonces un ligero gemido de alivio por parte del castaño. Acto seguido el peliverde se apartó momentáneamente de su amante, para degustar de aquel raro líquido que ahora ocupaba la mayor parte del espacio en los adentros de su boca. Pasó el mismo completamente, asimilando el indescriptible sabor que tenía.

 

- Hm… no tiene un sabor común… pero tampoco sabe mal… -

- Zane yo… -

- No te preocupes… -

 

Sabiendo lo que diría el exjinete sombrío, Zane aproximo su rostro al suyo, para entonces sumirse en un profundo beso. El mismo Atticus pudo probar los restos de su semen que habían quedado albergados tanto en la comisura de los labios de su amante como en los adentros de su boca, concordando en el sabor raro pero a la vez agradable que tenía su esencia en si. Como crepitante fuego aquel beso fue avanzando de a poco, ya ambas lenguas pugnaban por tocarse las unas a las otras, realizando una bella danza mientras que ambos amantes degustaban del elixir ofrecido por el otro, sustancia que conforme el paso del tiempo quizás se volvería adictiva para ambos. De forma algo abrupta el moreno eligió terminar con la magia de aquel beso, contrayendo al kaiser hacía si mismo y postrándolo por debajo suyo… En seguida, se hizo notar la sonrisa victoriosa del famoso surfista.

 

- Espero no te moleste…-

- En lo absoluto… de hecho, quería pedirte un favor –

- ¿Y de qué se trata? – Cuestionó mientras acariciaba la mejilla del albino

- Quiero que me poseas… -

- Zane… -

- Muchas noches soñé con este momento, con este preciso instante… quiero corroborar, definitivamente, que es real… que todo esto ha sido real… que no es otro sueño engañoso más… Atticus, por favor… -

- Es raro en ti pedir algo así… -

- Olvídate de los malditos prejuicios, dijiste que no querías que la gente tuviera una imagen errada de ti… igual yo no quiero que la tengas de mí…-

- Está bien Zane… prometo que te haré ver que esto no es para nada un sueño…-

 

Con maestría, las ávidas manos del castaño empezaron a despojar las últimas prendas del kaiser… Poco a poco el pantalón del mismo cedió ante el exjinete sombrío, hasta ir abandonando lentamente el cuerpo del kaiser, lo cual permitía al moreno palpar con la yema de los dedos la tersa y albina piel de las piernas del duelista elite, lo cual incitó a que la piel se erizara en su totalidad. Finalmente tan sólo quedaba una intima prenda que igual era inútil ya, pues no recubría demasiado el ya erecto miembro del kaiser. Con la misma delicadeza aquella prenda se sumió ante la habilidad del castaño, para después abandonar el cuerpo de su dueño y quedar olvidada de momento en el suelo, junto con las demás prendas… junto a todos los prejuicios. La vista del castaño se fija de inicio a fin en el cuerpo del duelista elite, era la perfección encarnada… piel albina y delicada al tacto, piernas largas y fornidas, abdomen muy bien formado… en fin, era el sueño de cualquiera, y mucho más del exjinete de las sombras. Recuesta ligeramente su cuerpo sobre el del kaiser, de tal manera que ambos rostros quedan uno al alcance del otro, no pasaron más que fugaces momentos para que ambos volvieran a besarse con pasión y amplio deseo… deseo que se hacia más fuerte, más evidente… deseo que alimentaba su ser y su amor. De forma paralela, la ávida diestra del castaño explora entre los rincones más inhóspitos y privados del kaiser, topándose con el objeto de su actual deseo… una minúscula entrada, tan calida como el resto de su cuerpo. Sus miradas se encuentran, una dándole seguridad a la otra de que todo estaría bien… es entonces que uno de los dedos del experimentado exjinete se abre paso en la entrada del kaiser, palpando las entrañas del mismo.

 

- ¡Atticus…! – Replica el peliverde al sentir la abrupta intrusión.

- Prometo que no será doloroso… no te haré daño kaiser… sabes que esa no es mi intención –

 

Zane asiente ante las palabras del castaño, quien retoma su labor al introducir un segundo dedo en aquella mínima entrada. Un quejido es emitido de forma instantánea al arribo de aquel dedo, siendo acallado por los labios del ojimarron que vuelven a rogarle al kaiser por el contacto más intimo entre ambas bocas. Para mitigar un poco más el dolor percibido en aquel instante por el albino, la siniestra se encarga de masajear el sexo del peliverde, una sensación placentera invade la mentalidad del kaiser al sentir los incentivos besos y el lascivo masaje a su miembro, olvidándose del dolor percibido en primera instancia por las abruptas intrusiones a sus entrañas. Habiendo logrado su objetivo, ambos dedos prosiguen con su labor, toqueteando las calidas entrañas del hasta ahora rey de la academia de duelos, y dilatando por consecuencia aquel reducido espacio. De a poco la parcialmente dolorosa sensación causada por lo anterior se difuminó, dando lugar a un deleitante placer que nublaba la razón del duelista de elite. Nuevamente ambas miradas se encontraron, en medio de todo aquello, esta vez las orbes verdes rogaban a aquellos ojos castaños. El exjinete asiente a sus adentros, dejando que ambos dedos abandonen aquella íntima cavidad. Con la misma diestra separa ambas piernas del kaiser, sitiándose en aquel espacio. Para ese momento su sexo volvía a estar erecto, por lo cual pudo postrarlo a la altura de la entrada del rey  de obelisco azul… y nuevamente haciendo gala de su experiencia, adentra su miembro en la previamente dilatada abertura, separando las entrañas de aquel espacio a su paso. Por ser la primera vez aquel acto termino por propiciar más dolor que placer…

 

- ¡Ah!... Maldita sea… -

- Está bien… tranquilo… no te haré más daño… -

- No, no te preocupes… pienso que… es normal… me iré acostumbrando… -

- Pero Zane… prometí no lastimarte –

- Y sé que lo cumplirás… -

 

Ambos se sonríen el uno al otro, cediéndose la confianza usual de pareja. Con sumo cuidado el moreno termina de introducir su ya calido sexo en la aun estrecha abertura del kaiser, resintiéndose un poco por la angostura ofrecida por aquel espacio; de igual manera la espalda del kaiser se arquea un poco ante aquella intrusión. Ambos se quedan quietos un momento, sabiendo que lo mejor sería que se acostumbraran a ser uno mismo, pues sería doloroso para el peliverde empezar ya en si con el acto y preocupante para el moreno. Las caderas del albino empezaron a moverse, dándole a entender al castaño que ya podía empezar con sus estocadas. Ni lento ni perezoso el mayor entre los dos empezó a movilizar igualmente sus caderas, sumiéndose al movimiento de rítmico pero lento vaivén de adentro hacía afuera… las reacciones del kaiser fueron diversas y cambiantes conforme el paso de los segundos, su espalda ancha empezó a deshacer aquel prematuro arco, relajándose, aunque el dolor causado por la naturaleza de aquellas embestidas hacía que gesticulase ciertos designios de incomodidad; con el paso del tiempo, y con los toques correctos del moreno, todo aquello se esfumó para darle lugar a una sensación agradable, placentera… adictiva. Ambos pares de labios se volvieron a unir en un ávido beso que acalló los gemidos y diálogos impensados de cada uno, probando el elixir salivoso ofrecido por el otro en algo que quizás jamás terminaría de gustar a la pareja. Las piernas del kaiser se sitiaron en torno a la cintura del castaño, como si desease más de aquel dolor placentero causado por sus embestidas, cediendo a la petición sin dictar del kaiser el exjinete empezó a aumentar la velocidad de aquel cadencioso vaivén de movimientos. De a poco una nueva presión se apoderó de su sexo, haciendo un tanto más tortuoso el acto. Nuevamente ocupó su diestra al masajear el latente miembro del kaiser que se daba lugar entre los calidos cuerpos de ambos, asemejando en aquel dulce agarre el ritmo que él mismo imponía al penetrar al peliverde. Los besos continuaron arrebatando cada vez más oxigeno de ambos cuerpos, aunque ninguno deseaba deshacer la unión de ambos labios, era un deseo creciente de sentirse el uno al otro que no parecía ceder siquiera a la necesidad molesta de tomar un poco de aire. Dándose una pequeña pausa, sus labios se deshicieron dificultosamente, siendo roto el silencio por los constantes jadeos y audibles gemidos de ambos amantes, cuyos labios citaban el nombre del otro, deseosos del avance del tiempo en conjunto.

 

- Zane… mi Zane… ¿Crees ahora que esto es real?... –

- Gracias… Atticus… por hacer cada una de mis fantasías verdad… por estar aquí, en este instante… por dejarme ocupar el espacio en tu corazón… -

- Si me lo permites, eso sonó algo cursi… pero no tienes nada que agradecerme Zane… -

 

Y acallando demás diálogos un nuevo beso sea apoderó de ambas bocas, y era tanta la pasión derrochada que incluso la propia saliva escapaba de la comisura de sus labios. De forma contigua, incluso casi mecanizada, las embestidas se hicieron más salvajes… y un tanto más erráticas. La mente del moreno era invadida por aquella dolorosa pero excitante sensación de punzación en su miembro… de forma coordinada los masajes al miembro del kaiser se había convertido en una precipitada masturbación, cosa que el duelista de elite disfrutaba. Los momentos pasaron tan lentos y tortuosos que parecía que el mismo tiempo se había detenido, entre besos, caricias y penetraciones… cada momento se consumía en el tiempo de forma lenta, como a fuego lento… el padre tiempo estaba consintiendo a ambos amantes al congelar aquel instante de amorío.  Ambos labios volvieron a permitirse una separación oportuna, para contemplar los ojos del otro… la mirada frívola esmeralda chocaba constantemente con las orbes marrón tan candentes como el fuego que ofrecía el moreno.

 

- Zane… ya no puedo más…-

- Ni yo… -

- Entiendo… - una sonrisa se dibuja en el rostro del castaño, cosa que extraña un tanto al peliverde - ¿Y si nos corremos juntos? – comentó el moreno, haciendo ruborizar ligeramente al kaiser

- ¿Es eso posible…? –

- ¡Claro!... Es normal que suceda… te  puedo asegurar que no es imposible… -

- Está bien entonces… -

 

Y entre una ultima embestida y un maestro toque por parte del moreno… el tan anhelado clímax llegó a ambos cuerpos…

 

- ¡Ai Shiteru Kaiser! –

- Ai Shiteru… Atticus… -

 

Siendo así que mientras la semilla del peliverde mancillo ambos cuerpos con su calidez y blancura, la esencia del moreno invadió los adentros del kaiser… causando cierta reacción de escozor debido a las heridas causadas por las constantes intrusiones del castaño. Muy delicadamente Atticus termina de abandonar los adentros de su ahora amado, riéndose un poco debido a la mancha de sangre que había sido fabricada en las blancas sabanas de la cama de Zane.

 

- Me pregunto como explicarás esto a quien lava las camas… - una sonrisa irónica se dibuja en el moreno

- Muy simple, le diré que tuve una pequeña visita femenina en mis habitaciones… -

- ¡Oye! –

- Sabes que no es cierto… es asunto que no le incumbe, ¿No crees? – Esta vez la sonrisa irónica adorna el rostro del kaiser

- En eso tienes razón… -

 

Atticus deposita sus manos en los restos de semen que quedaban en los cuerpos de ambos amantes… embarrando la esencia del peliverde en todo el pecho del mismo. Con esmero su lengua recorre cada rincón permisible de su abdomen, degustando de aquel aun calido liquido que lubrica el cuerpo albino del kaiser.

 

- Tienes razón, tiene un sabor raro… pero opino que sabe bien, mejor que el mío. Jajaja –

- Si tú lo dices –

 

De todas maneras el moreno continúa con su labor, removiendo ya los vestigios de su amorío. Vuelve a postrar su rostro a la altura del propio del kaiser, besando ya de forma delicada los labios de éste cuales responden de igual manera… y en medio de algunas caricias algo más inocentes, fueron sumiéndose a los brazos del siempre cariñoso Morfeo. Y en medio de una última mirada ambos decidieron terminar con aquello, al menos por esta noche…

 

[N/S: Aquí termina la parte lemon. Algo larga pero bueno, espero la hayan disfrutado quienes si la hayan leído. Vuelve la narración en primera persona.]

 

Me refugiaba otra vez en mis sueños, me sentía cansado… pronto mi letargo fue interrumpido por el arribo de los incandescentes rayos del sol, que me obligaron entonces a abrir mis ojos. En mi mente ya me había hecho un poco a la idea de que quizás todo aquello pudo haber sido el sueño más real que haya vivido… ¿O tal vez si fue real todo aquello? Mayúscula fue mi sorpresa al evidenciar tú cuerpo abrazado al mío, tan bello como lo había visto en la noche… dormías placidamente, como si fueses inmune al molesto sol de la mañana, o quizás era porque estabas más agotado que yo. Recordé lo sucedido entre nosotros, y sin poder evitarlo mis mejillas se tiñeron de un rosado tenue. Atino en acariciar tu mejilla, reflexionando…

 

- Hn… - respondes con apatía, al parecer tu sueño se ha agotado – Aún es temprano… -

- Perdona… no quise despertarte… -

 

Al escuchar mi voz pareces despabilarte finalmente, mostrándome la belleza de tus hermosas orbes de color marrón intenso.

 

- Kaiser… -

- ¿Si? –

- Te amo… -

- Yo también Atticus… con toda mi alma… -

 

Y entre aquella promesa de amor que nos damos ambos, sucede el más dulce de mis amaneceres, no porque sea un amanecer diferente a los otros en cuanto a belleza, si no que lo disfruto al lado de la persona a quien de verdad amo… a quien le dejo el más significativo espacio dentro de este corazón que jamás pensó rendirse al amor…

 

- Fin -

Notas finales:

Espero les haya gustado y si no pues de todas maneras haganmelo saber mediante reviews. Se aceptan criticas constructivas o destructivas, todas ayudan siempre a mejorar. De cualquier manera muchas gracias por el valor de su atención y aprecio.

Silent Magician


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