Los seres humanos somos regidos por algo, un ente absoluto que decide todo lo que ocurre, ocurrió y ocurrirá en nuestras vidas, una "divinidad" a la que, consciente o inconscientemente, obedecemos... un destino.
Ella no lo creía, vivía en la bella ilusión de ser autosuficiente, independiente, de decidir por su cuenta lo que ocurría en su vida. Siempre quiso decidir su futuro, ser su propio destino, por eso no se dio cuenta de la gran mentira en la que estuvo viviendo.
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Miró por unos segundos a su novia, la quería mucho, la adoraba, la amaba... y nunca se lo había dicho. Fueron obvias las palabras que siguieron a esa miradas.
"Tenemos que terminar -dijo su novia con un firme tono de voz y mirándola a los ojos"
"Lo sé -respondió. Por un momento tuvo intenciones de llorar, pero al verla tan firme prefirió contener las lágrimas- Espero que sigamos siendo amigas -agregó con una débil sonrisa"
"Eso no te lo prometo Li, pero haré lo que pueda -dijo para después levantarse y, dirigiendo una rápida mirada a la joven que permanecía sentada, agregó- Nos vemos linda.
"Nos vemos -susurró"
Su ahora ex-novia comenzó a caminar con paso lento y poco a poco fue desapareciendo de su vista. Fue entonces que lloró, las lágrimas bordearon sus ojos y encontraron el medio de escapar, saliendo sin poder controlarlas.
"Te amo tanto Ali -sollozó"
Sin razón, sin motivo, sin saber por qué, recordó que la chica que estuvo en vida de Ali antes que ella era muy guapa. Ali un día le había mostrado una foto y ella se había sorprendido mucho. Pero tan grande como su belleza era el sufrimiento de Li cuando, meses atrás, Ali la había dejado por la chica guapa.
Se secó las lágrimas reprochándose su distracción y se levantó. Comenzó a caminar en dirección contraria a la que había partido Ali. Caminaba tan distraídamente que apenas fue consciente de que se había topado con alguien de frente.
"Pídeme disculpas cuando me lastimes -dijo una voz llamando la atención de Li"
Pertenecía a una jovencita menor que ella. Su piel era blanca y su rostro armonioso, con un par de ojos sensuales y labios rojos.
"No me digas que hacer niña, no te he lastimado -respondió tratando de ocultar lo mucho que le había atraído la menor"
La jovencita la observó por unos minutos con su coqueta mirada y después dijo:
"De acuerdo, me has dejado sin palabras -murmuró- Me llamo Kitty, mucho gusto"
"¿Eh? Ah, si. Yo me llamo Li, mucho gusto."
"Me pregunto si quieres venir a tomar un helado conmigo -dijo con tono cordial y sonriendo"
"S-Si, claro -respondió con un poco de duda"
La jovencita era linda, muy linda, pero algo raro había en ella. Sin lugar a dudas lo raro no le gustaba. Suspiró resignada y caminó a su lado en silencio por unos minutos, hasta que ella le contó todo sobre su vida: tenía quince años y le gustaba escribir; recientemente su vida amorosa había pasado a ser un caos...
"Lo mismo que la mía -pensó Li ante estas declaraciones"
Con las horas de plática fue concentrándose más en Kitty, sentía que nada más le faltaba cuando estaba con ella. Se detuvieron en una fuente de sodas y cada una pidió un helado, hasta ese punto las cosas no parecían fuera de control.
"Oye Li, tal vez sea muy pronto, hemos hablado poco, pero me gustas... -declaro Kitty haciendo que Li casi se ahogara con el helado que estaba tomando- Disculpa... Me encantaría que pudieras corresponderme, siento que contigo en mi vida nada más va a faltarme"
"¿Sabes? Hay algo en ti que me atrae mucho, demasiado... casi una enfermiza obsesión."
"¿Entonces...? -cuestionó la menor con una expresión de felicidad e incertidumbre"
"Mmm... no lo sé -canturreó Li juguetonamente"
"¡Ay Li, ya! -gritó al notar que su compañera se reía por la expresión que había aparecido en su rostro al escuchar el no lo sé- ¡No te rías!- exclamó acercándose a ella, colocando ambas manos en sus hombros- ¿Quieres ser mi novia?"
"¿Eh?- respondió Li parando de reír, mirando los coquetos ojos que estaban frente a ella"
"Digo que si quieres ser mi novia -pero no le dio tiempo de responder ya que en ese momento posó sus labios sobre los de Li, besándola dulcemente por unos cuantos segundos"
El beso terminó con las mejillas de ambas chicas sonrojadas y con un leve si por parte de Li.
"Te quiero mucho -susurró Kitty extendiendo la mano para que Li se levantara."
"Yo también... -respondió la joven tomando la mano que le era ofrecida y levantándose con un poco de dificultad"
Era definitivo, algo raro había en todo eso. Eran demasiadas emociones en un solo día: había terminado con Ali, había conocido a Kitty y, momentos después, había entablado una nueva relación con ella sabiendo que aún le dolía lo de Ali. No estaba lista, sin embargo aceptó... tal vez ese había sido el efecto de las palabras que, antes, le había dicho Kitty:
"Yo creo mucho en el destino, si algo malo pasa es porque no me conviene, y dejo que la otra persona siga su vida y yo sigo la mía. Todo está destinado a ser..."
Tal vez era cierto, tal vez todo está regido por el destino. Movió la cabeza a ambos lados apartando esa idea de su mente, ella siempre se había distinguido por no creer en esas cosas, solo en ella...
"Ya llegamos -anunció Kitty. Li estuvo a punto de preguntar ¿a dónde?, pero se dio cuenta de que cometería un grave error- Nos vemos mañana, ¿si?"
"Claro cariño -aún no se explicaba como había llegado a casa de Kitty, iba perdida en sus pensamientos- Este es mi número -añadió entregándole una tarjeta con su nombre, teléfono y correo electrónico."
"Te llamaré para que salgamos. Hasta mañana"
Hizo un ademán de despedida y se alejó un poco aturdida. Otra vez caminó lento, otra vez iba pensando... a veces odiaba ser tan conformista.
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"¡Li! -gritó la chica al otro lado de la línea"
"¿Ali? -cuestionó incrédula apenas reconociendo la voz"
"Si yo -rió- ¡Felicidades!"
"¿Por qué? -tenía el leve presentimiento de que se había perdido de algo, no tenía ni la menor idea del motivo de la felicitación"
"Por Kitty -respondió"
"Ah, si... gracias"
"Espero que sea mejor que conmigo, a mi me tocó mala suerte. Pero supongo que a ti te irá de maravilla, la veo más ilusionada que cuando éramos novias"
"Casi me matas de un infarto, no sabía que ella era la misma Kitty que fue tu novia..."
"No le digas, ella cuenta con que no lo sabes"
"De acuerdo, solo porque tú me lo pides"
"¿Y como la ves? Supongo que muy bien por lo que ahora son... -y comenzó a reír"
"Pues si, es muy agradable y me gusta su ideología -respondió ignorando la risa"
"Ella fue la chica que me dejó deprimida terriblemente..."
"Y por la que me dejaste una vez -interrumpió Li con un poco de resentimiento en su voz"
"Ahora es solo una amiga, me costó mucho darle mi amistad, pero esa fue una de las cosas que me enseñaste -añadió ignorando el comentario anterior de su ex-novia"
"Si, ya lo veo -respondió un poco seria"
"Y bueno... simplemente me alegra mucho... está muy ilusionada... felicidades"
"Gracias Ali, haré lo mejor que pueda con Kitty"
"Bien Li, me tengo que ir, voy a salir"
"Si claro. Nos vemos Ali..."
"Adiós, Li"
Colocó el auricular en su lugar y una sonrisa cargada de burla e ironía apareció.
"¿Acaso sólo somos marionetas? ¿Somos sólo actores que interpretan su papel en una gran obra de teatro llamada vida? ¿Qué somos en realidad...? -murmuró dejando se caer en un sillón con los ojos llenos de lágrimas."
Ali, su ex-novia y Kitty, su novia. Ellas ya se conocían, ya habían sido novias. Kitty le había arrebatado a Ali en una ocasión y la había hecho sufrir en exceso, ganándose su profundo odio. Entonces, ¿por qué la habían puesto en el camino? ¿Por qué le había gustado tanto? Eso no era simple coincidencia, detrás de todo había algo más...
¿Pero cómo? ¿Será que todo el teatro y la obra ya estaban escritos? ¿Somos simples actores que representan fielmente su papel? No, somos menos que eso...
Somos simples marionetas que representan su acto, dejando que extrañas manos muevan nuestros hilos. Somos víctimas de un cruel titiritero, nos dejamos hacer y deshacer...
"Entonces la vida es como una obra de teatro y nosotros sólo somos sus actores.-susurró llorando desesperadamente- ¿Para qué estamos aquí? ¡No es justo, no quiero ser controlada!"
"Estamos aquí, para cambiar... -murmuró aquella voz que siempre es algo más de lo que aparenta"
"Pero yo... no quiero cambiar -concluyó tomando aquel cuchillo colocado cuidadosamente sobre aquella mesa, y terminando con aquello que muchos llaman vida.