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~Killing me softly~ por EvE

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Notas del fanfic:

Hola de nuevo ^_^.

Éste es otro de mis oneshots XD tenía que subir uno de mi pareja favorita T3T Shion x Dohko. Es un songfic con una canción que me encanta, y mas que nada lo hice para satisfacer una fantasía momentánea XD~ ojalá les guste ^w^.

Agradecimientos a Sady, como siempre... por que su Shion es inspiración T*T XDD.

Un beso *x*.

Patts.


~Killing me softly~

Otro día más había terminado, cada uno más agotador que otro; con tanto aprendíz y nuevos reclutas, el santuario era un lugar lleno de problemas que nunca acababan de solucionarse.

Shion de Aries regresaba de sus labores a sus dependencias, con el único ánimo de sentarse a descansar un poco y relajarse. Pero había algo que le tenía más molesto que cualquier otra cosa: Dohko no se había presentado a ninguno de sus llamados durante el día, parecía estar muy ocupado en otros asuntos y él pasaba a segundo plano.

Y si tenía que ser sincero consigo mismo, eso era lo que más coraje le daba, lo que le había tenido de mal humor todo el día.

Se adentró en su recámara, cuyas luces tenues de un sol mortecino se colaban por entre las rendijas que dejaban las gruesas y oscuras cortinas,  buscando como desesperado la ducha, le urgía un buen baño para lavar su cuerpo y refrescar su mente; alejar un poco las presiones y los malos pensamientos.

Pero simplemente no podía.

El sonido de la regadera al rebotar en su piel no lograba tranquilizarlo. Los azulejos estaban tan limpios y bien cuidados que casi podía reflejarse en ellos, más no era ese reflejo lo que quería ver... tampoco era el sonido que ansiaba escuchar. Golpeó con frustración la pared del baño y chasqueó los dientes.

Alcanzó un albornóz en un gesto visiblemente ofuscado y salió del baño más molesto que cuando entró, ya casi media noche y Dohko no se dignaba a presentarse ante él. Ni siquiera había ido a rendirle su informe del día.

-¿Qué se ha creído?-

Arrojó la toalla con la que se secaba al suelo la espesa cabllera verde al suelo, alfombrado en todos sus recovecos con hermosas alfombras de estilo europeo y colores sobrios.. Buscó de inmediato una bata de seda para ponerse cómodo y esperarlo, si es que venía...

-Estúpido...-

Masculló con coraje, reposando en su sillón favorito de la antesala de su recámara, un lugar que bien podría parecer la sala de un castillo Victoriano, con sus sillones en tapizados de terciopelo rojo y finas maderas labrdas con caprichosas formas; ordenó una taza de té, bebiédosela mientras esperaba al Caballero de Libra. Clavó la mirada casi obsesivamente en las puertas dobles que antecedían el sitio, exasperandose cada minuto más mientras sostenía la infusión de un reconfortante sabor a hierbas.

No tuvo que esperar mucho, apareció con una sonrisa radiante, que se desvaneció un poco al encontrarse con el gesto contraído de coraje del peliverde. Más sin embargo, mantuvo ese porte sereno que le acompañaba siempre.

La clámide de color olivo qeu traía puesta odeó suavemente a cada paso que daba. Su piel morena relucía un poco, sudoroza tras el esfuerzo de haber subido todas las escaleras desde su templo hasta el de Shion. Por mas agotado que estuviera, Dohko no perdía en ningún momento la elegancia felina de la que hacía gala.

Se acercó con unos papeles en las manos y pasos suaves, sonriendole tranquilamente.

Quiso darle un beso en la boca, pero Shion se cubrió y ladeó su rostro, evitando el contacto.

-Es un poco tarde para traer informes... Dohko.-

-Puedo irme si así lo deseas...- Contestó sin alterarse el de ojos verdes, jugando con los folders entre sus manos.

Shion se puso de pie de inmediato y avanzó hacia él, sujetándolo de un brazo con fuerza y atrayéndolo a él, mirándolo rabioso.

-¿Qué demonios te has creído? ¡Te mandé llamar durante todo el día y nunca acudiste!-

Dohko siguió impávido, conocía esos ataques de furia por parte del Patriarca y ya no le resultaban extraños, hasta le divertían.

-Yo también estuve ocupado, Shion, no es fácil lidar con adolecentes todo el día.-

-¡Nada debe ser más importante que yo!-

El moreno soltó un suspiro de hastío y le miró con reproche.

Movió su brazo de manera brusca, soltándose de su agarre. Recuperó su sonrisa, procediendo a acercarse hasta el rostro del Patriarca y acariciar sus contornos con sus manos. Shion se safó de la caricia, pero Dohko insistió hasta que logró tranquilizarse.

-Necesitas relajarte... Pondré algo de música...-

-No quiero nada de música...- Respondió secamente el Aries, sentándose de nuevo en el sillón.

-Pero yo si...-

Sonrió y sacó de entre los folders que llevaba una caja con un CD. Caminó con pasos tranquilos hasta dar con el equipo de sonido que rara vez se utilizaba. Lo encendió sin prisas, escuchando un poco la canción que tocaba antes de regresar al lado del peliverde, observandolo furtivamente por encima de sus hombros con una sonrisa maliciosa, apenas asomando la perfecta hilera de blancos dientes.

Avanzó momentos después hacia el.

Entonces, sus pasos se tornaron felinos. Dejó que la clámide larga que portaba le acariciara las piernas al caminar, como una sutil caricia, insitante y placentera. Pero no eran esas caricias las que deseaba en ese momento, le quería a él, a Shion... Por que el también le había estado extrañando todo el día y no veía la hora de estar a su lado para demostrárselo.

Posó sus manos en la recargadera del mueble, antes de rodear hasta quedar frente al peliverde. Clavó sus ojos verdes en los amatistas de Shion, observándolo con dedicación mientras éste bebía de su té en aparente disimulo.

Dohko se relamió los labios, entrecerrando sus ojos en un gesto seductor, esbozando una sonrisa apenas visible. Estiró una de sus manos, ladeando su rostro un poco sin dejar de sonreír... Le invitaba a bailar, le invitaba a compartir el calor de su piel, a sentir el sabor de sus labios.

Shion frunció el ceño, ingnorándolo por completo.

-¿Bailamos?-

-Sabes bien que nunca bailo...-

-Hoy podrías intentarlo...-

-No quiero...-

El moreno no se impacientó. Se acercó a él y le tomó de las manos, obligándolo a levantarse del sillón y avanzar hacia el centro de la sala.

A regañadientes aceptó, manteniéndose tan rígido como la estatua de Atena que adornaba el patio principal del santuario. Dohko le rodeó del cuello con suavidad, recargando su barbilla en su pecho, absorviendo su aroma como si fuera el último que respiraría. Adoraba el perfume natural del Patriarca. De hecho, no había algo en Shion que Dohko no hubiese aprendido a querer. Inclusive en su smalos ratos.

Lentamente, empezó a moverse al compás de las suaves notas musicales, sintiendo entonces las manos de Shion rodeando su cintura casi trémulo, sin abandonarse aún pero demostrando que empezaba a sentirse complacido con la música, la compañía y la cercanía de sus cuerpos.
Sonrió, levantó su rostro hacia él y volvió a relamerse los labios de manera sensual. Shion no pudo resistir la invitación, le besó casi impaciente, reconociendo su boca que tanto había deseado besar durante el día, saboreando con ansiedad su saliva mientras Dohko correspondía el contacto redoblando la pasión en el, mordiendo sus labios y respirando agitadamente contra éstos.

Pronto, las osadas caricias no se hicieron esperar; el calor aumentó entre ellos hasta hacerse casi insoportable. Y a pesar de que llevaban ropas ligeras, emergió rápidamente la necesidad de desnudarse.

 

I heard he sang a good song
I heard he had a style
And so I came to see him and listen for a while
...


Dohko Desató el nudo de la bata con facilidad nacida de la necesidad, dedicándose a recorrer con su boca la desnudéz de su pecho. Palpó ansioso con sus palmas ardientes en su piel blanca, adorando el contraste de ambas dermis y sonriendo,  complacido y con el deseo a flor de piel en cada toque erótico que sus manos dejaban en el bien formado torso del Patriarca.


Deslizó su lengua hasta el comienzo de su bajo vientre, sintiendo el estremecimiento del cuerpo de Shion, casi palpando su ansiedad... Igual o más grande que la suya. Y entonces, aún en contra de sus propios deseos, se separó de su piel, retrocediendo un par de pasos para que le observara por completo. Dejó caer la clámide por sus hombros hasta que ésta abandonó su cuerpo por completo y lo dejó desnudo ante él.

-Ven...-

Dijo en un leve murmullo, tomando sus manos de nuevo y empezando a caminar hacia la cama, mordiendose los labios sin dejar de sonreírle; cada sonrisa, cada caricia, cada mirada, estaba dotada de ese dejo de sensual complicidad qeu habían aprendido juntos a lo largo del tiempo. No había  reacción en Dohko qu eel de ojos amatistas no reconociera, y así mismo, Shion podía estar seguro de que el moreno buscaría siempre satisfacerlo, que cada entrega fuera nueva, llena de ese elemento sorpresa que ni el tiempo podía borrar entre ellos.

Lo amaba, lo amaba mas que a nada en el mundo. Shion lo sabía.

Cuando sus piernas tocaron la orilla de la cama, arrojó al peliverde para que se sentara en ésta, mientras él le miraba entre encantado y molesto... Ansioso de no retardar más el momento para hacerlo suyo.

Quería hacerlo arder.

Más el moreno parecía estar empeñado en lo contrario. Se colocó sobre sus piernas sin hacer contacto con él, posando una rodilla en la cama mientras le besaba lleno de pasión. Las manos de Shion no se detuvieron, empezaron a recorrerlo sin pausa, lleno de deseo por ese cuerpo fibroso y de candorosa
piel mulata que tanta pasión le despertaba. Nunca eran suficientes todas las caricias del mundo, el deseo parecía inagotable y mas en ese momento. El ojiverde contuvo sus jadeos, volvió a apartarse de él, esta vez empujándolo en la cama para que se recostara sobre la suave superficie.

-Quiero disfrutar de ti por completo...- Pronunció Dohko con la voz apagada, observando como el peliverde empezaba recorrerse hasta la cabecera.

Le contempló extaciado por sus movimientos felinos. El moreno se movió hacia la ducha y no salió de ahí sino con un frasco de aceite corporal.

-Necesitas un masaje... Estás... Tenso...- Sonrió con picardía, mirando el miembro de Shion a conciencia, disfrutando d la situación.

El Patriraca le devolvió una mirada de ofuscación, más se mantuvo en su sitio, haciendo acoplo de su paciencia que en esos momentos parecía querer diluírse.

Se subió a la cama gateando y no paró hasta llegar a su boca, donde le dejó un húmedo beso que acompañó con el contacto erótico de sus lenguas. Shion gruñó con molestia por lo debajo, Dohko estaba logrando someterlo a sus designios y eso le molestaba...


Pero a la vez, le excitaba aún más, le llenaba de ansiedad por él.

-Cierra los ojos...- Ordenó con voz suave el de Libra, notando el gesto de molestia en el rostro blanco de Shion. Al fin accedió y pareció relajarse.

Más el crujir de una tela al romperse le hizo abrirlos de nuevo. Dohko había arrancado un pedazo de sábana y se dirigía su rostro con ella.

-¿Qué pretendes?- Dijo Shion con la confusión en su rostro.

Pero el moreno no se detuvo, le ató la improvisada venda de tela a los ojos con relativa fuerza, mientras esbozaba una sonrisa.

-Pagarás esto... Dohko...-

-Cállate y disfruta...-

Ordenó tajante, haciendo que el Patriarca soltara un bufido de auténtico coraje.

-Más te vale que... Me guste...-

No pasó mucho tiempo antes de que sintiera las manos ardientes de Dohko recorrerle el pecho. El aceite que había ungido en sus palmas, hacía más placentero y quemante el masaje; Shion soltó un suspiro, dejándose hacer por esas manos expertas, que parecían conocer a la perfección cada lugar para tocar, para encenderlo de nuevo.

Sentir sus manos pasearse libremente por su cuerpo pronto empezó a excitarle de nuevo. Dohko palpaba ahora sus piernas, masajeando sus músculos con dedicación, inclinándose a lamer su sexo fugazmente, cosa que provocó un suave gemido por parte del peliverde, mismo que se reincorporó sobre sus codos.

El caballero de Libra adivinó lo que estaba haciendo y de inmediato gateó hasta quedar sobre sus caderas de nuevo, cubriendo con sus manos los ojos vendados del Patriarca.

-No se vale ver...-

Se sentó en sus caderas, cuidando que su miembro rozara contra sus gluteos, empezando a moverse sobre él de manera por demás incitante y sensual. Comenzó de nuevo a masajear sus brazos, sus costados, y más que masajes eran ya caricias, cuyas sensaciones ya estaban impacientando al peliverde.

Dohko admiró su cuerpo sudurozo y brillante por el aceite... Tremendamente hermoso y deseable. Se mordió los labios para acallar un gemido, y tan perdido estaba en la visión que se descudió y pronto Shion se reincorporó en la cama, sosteniéndolo de las caderas para besar su boca con ansias.

 

And there he was this young boy
stranger to my eyes,
Strumming my pain with his fingers
Singing my life with his words...


Sus caricias fueron mutuas ahora. Shion contagió de su deseo a Dohko en cuestión de segundos y sus manos se dedicaron también a recorrer su cuerpo por entero, aún con la venda en sus ojos. No necesitaba verlo para reconocer cada centimetro de su piel, lo había hecho en contadas ocaciones ya y lo sabía de memoria.


Era algo que nunca le aburría...

Paladear el sabor de su piel sudorosa... Degustar del sabor de su saliva.

-Mmmhh...- Gimió ahogado el moreno, mientras Shion giraba su cuerpo hasta hacerlo caer en la cama.

Entonces descubrió sus ojos, sonrió con malicia y tomó las manos de Dohko entre las suyas, llevándolas a la cabecera para atarlas a los barrotes de la cama con la misma venda de seda con que antes le había quitado la visión.

Dohko intentó safarse de inmediato, pero entendió el juego del Patriarca y decidió dejarlo "vengarse".
Más ahí no terminaron las cosas, Shion arrancó otro pedazo de sábana, usándolo para cubrir sus ojos. Notó su desesperación y eso le hizo sonreír ampliamente. No esperó más para comenzar a recorrerlo con su boca, prisionero a su cama, rendido a sus deseos... Como siempre quería tenerlo.

 

Killing me softly with his song
Killing me softly with his song...


Los gemidos de su amante no se hicieron esperar, y tampoco la respuesta de su cuerpo, que se revolvía ansioso bajo las caricias osadas del Patriaca. Jadeó alto cuando le sintió rodear su miembro con su boca, empezando entonces a mover sus caderas contra él, cada vez más emfebrecido y desesperado.

Luchaba instintivamente por deshacerse del atado que le mantenía preso, pero no podía... Estaba concentrado en las sensaciones electrizantes que recorrían su cuerpo y el intentar romper ese nudo en sus manos se le volvió algo imposible.

-Shion...-

-Lo sé.. Sé que me deseas...-

Y el también lo deseaba, desesperadamente. Por eso no lo hizo esperar más, levantó sus piernas temblorozas de excitación para colocarlas en sus hombros, penetrándolo de un solo y firme movimiento... Y siguieron más, cada vez más intensos y desbocados, hasta que los jadeos de ambos llenaron por completo la habitación y se unieron acompasados a las notas musicales que seguían tocando desde la antesala.

 

I felt all flushed with fever
Embarrassed by the crowd
I felt he found my letters and read each one out loud...


Sentía leves escoceduras en sus muñecas, la fricción de estar intentando soltarse de su agarre de tela era mucha... Pero le resultaba casi placentera, no se sentía el dolor en medio de aquel tumulto de sensaciones que Shion le hacía sentir con sus embestidas.  Sus besos fugaces e intensos le desesperaban, deseaba ahogarse en su boca, besarlo hasta que ya no pudiera respirar.

-¡Más! ¡Más! ¡Shion!-

Y no podía hacer nada, salvo rendirse ante sus designios y disfrutar... Cosa que no le resultaba en lo absoluto difícil.

El peliverde estaba encantado con el cuerpo moreno que poseía, era suyo, tan suyo que casi podía ver sus marcas en él; marcas de pasión que le hacía cada vez que se entregaban y se deboraban mutuamente.
Que se encargaba de dejar en cada encuentro desesperado que tenían.

-Dohko...-

 

I prayed that he would finish
But he just kept right on strumming my pain with his fingers
Singing my life with his words
Killing me softly with his song...


Ahogaba sus gemidos con mordidas salvajes en su pecho, extrañaba las uñas del moreno recorrerle ahora que lo tenía atado, pero la recompensa de verlo delirando bajo su mando era mucha. Podía pasarse toda la noche haciéndole el amor con su cuerpo atado a la cama.

Sonrió ante su pensamiento, acrecentando la fuerza de sus movimientos. Le tomó de las caderas y salió de él, haciendo que quedara a gatas sobre la cama; la respiración acelerada de Dohko rebotó contra su propio rostro, ardiendo de deseo que Shion se empeñaba en retrasar. Devoró su espalda con besos y mordidas apasionadas, entrando de nuevo en él para proseguir con sus movimientos febriles, sonriendo triunfal ante la visión de su cuerpo tembloroso de placer... Grabando en su mente los gemidos que Dohko dejaba escapar con cada embestida.

-¡AH!-

El moreno ya no pudo soportarlo más; tiró de la tela de seda violentamente, hasta safar sus manos de ella, provocando una cortada en sus muñecas, que hizo que corriera su sangre hasta sus brazos al momento en que se erguía para quedar hincado en la cama. Shion sonrió lleno de deseo, Dohko no se deshizo de la venda que cubría sus ojos, se dedicó a esparcir aruños y caricias esporádicas en sus piernas, en sus costados, en donde alcanzaba, donde el deseo le dictaba que lo hiciera aún sin ver su cuerpo.

No necesitaba hacerlo por que le también lo conocía.

-Mi tigre...-

Musitó ahogado el peliverde, mordiendo uno de sus hombros morenos, mientras sus manos se dedicaban a recorrer su pecho y su vientre hasta capturar su miembro entre sus manos y empezar a acariciarlo con el mismo ímpetu con que le embestía, logrando descontrolar a Dohko por completo.

 

Killing me softly with his song
Telling my whole life with his words
Killing me softly with his song...


-¡¡Shion!!-

-¡AHH!-

El clímax les llegó casi al mismo tiempo, la mano del peliverde continuó moviéndose sobre su sexo, igual que sus caderas contra él.

Dohko se desvaneció sobre la cama, cayendo con el rostro de lado y respirando agitadamente. Mientras Shion aún permanecía hincado, recuperándose del violento orgasmo que había tenido. Lentamente se recostó sobre su espalda tibia y húmeda, desprendiendo con ternura la venda que cubría sus ojos. Encontró
al moreno con sus ojos cerrados, pero los abrió sin prisas al momento.

-Te amo...-

Pronunció el Patriarca, dejando un beso suave en sus mejillas.

-Y yo a tí... Aunque seas un berrinchudo autoritario...- Se sonrió, girando su cuerpo para abrazarse a Shion sin ánimos de separarse de él, subió una de sus piernas a sus caderas, respirando su aroma que aún seguía embriágandole.

Shion le acarició la espalda hasta que se cansó, y dejó que su cuerpo se relajara al fin, mecido entre el sutil temblor que aún podía palpar en cada fibra de su piel morena.

No hubo más palabras esa noche... salían sobrando. Se miraron a los ojos por largo rato, admirando el brillo que poseían. Dohko sentía que podía pasar una eternidad viendo la belleza de esos ojos amatistas, con el hombre que amaba y que había elegido como dueño desde siglos atrás. Shion no podía estar mas complacido con su amante moreno, aspiró el aroma de sus cabellos rojizos, húmedos de sudor, grabándose una vez mas en su mente ese olor que tanto amaba y deseaba... siempre.

Entrecerró los ojos, contemplando al de Libra y como este iba rindiéndose lentamente al sueño, entre sus brazos, donde quería tenerlo siempre...

Le pertenecía, nadie podría negarlo jamás.

Suspiró con satisfacción, redoblando el empeño para apretar contra su cuerpo el del Dohko, cálido, enviciante...

Y la música se llevó pronto los sonidos de ambas respiraciones acompasadas, que emitían dos cuerpos desnudos al amparo único de una intimidad compartida.

 

Killing me softly with his song...

Notas finales: Un saludo a todos ^__^ Shion x Dohko wee! *w*

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