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Seda por Alleine

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Notas del fanfic:

Un Shion x Mu demasiado breve xD hubiera querido hacerlo más largo, la idea me gusta... tal vez un día la desarrolle como me habría gustado... 

Dedicado a EVE de nuevo por ser un encanto y leerse todo lo que subo xD a Nin, por tener un Mu tan delicioso que me hizo escribir de esta pareja... a Cradle of Filth por inspirarme con Nymphetamine xD D y a todo el que quiera leerlo.

Saludos :3

Sady 

Seda 

 

Cierro los párpados y te miro, tan presente, grabado a fuego en el interior de mi cabeza. Mis manos tiemblan al recorrer el frío, único vestigio de ti... lo que ha quedado para mi después de haber soñado con tener tu vida, tu cuerpo y tu alma...

Sólo moscas y él la araña.

El rostro de serena belleza semi-infantil, esa sonrisa dulce y arrebatadora en contraste con su cuerpo desbordante de sensualidad, le convertían en el mayor objeto de deseo de quien lo mirara. Sus ojos verdes eran como una trampa de la que era imposible escapar una vez que se caía en ella y sus brazos representaban el paraíso prometido, tentador, único, inaccesible.

Para todos, excepto para él, el mismo que lo había forjado en las artes de la guerra, su maestro... el ser privilegiado que había logrado adueñarse del corazón del hermoso caballero.

Shion disfrutaba todas y cada una de las miradas que recorrían el cuerpo de Mu con voracidad mientras se abría paso elegantemente para llegar hasta él, mismas que bajaban hasta el suelo con humildad después de notar cómo le obsequiaba su sonrisa cándida mientras le dirigía una mirada de complicidad, indicándole con los ojos y el sutil movimiento de sus labios la forma en que le besaría cuando pudieran estar solos.

Era fascinante saber que era su dueño mientras los demás no podían sino mirar y aceptar el hecho sin chistar por respeto a su autoridad, temor o lo que fuera. Le hacía sentir especial... como si fuera un elegido, como si un ángel hubiese descendido del cielo sólo para él.

Moscas

No había diferencia entre los días y las noches, la pasión por él le consumía sin descanso, lo mantenía atrapado en un remolino que le borraba el correr del mundo. Pasaba el tiempo rápido o lento le tenía sin cuidado siempre que pudiera obtener aliento en sus labios, calor en su cuerpo, encerrarse en la prisión dulce de sus ojos... Le amaba tanto que resultaba doloroso, desesperante, era cómo una herida permanente en su corazón, siempre presente, siempre sangrante... un dolor continuo mitigado sólo por su cercanía y el arrullo melódico de su voz.

- ¡Atracción, simple deseo... no amor, nada cómo amor! -

La paciencia de Shion se agotaba a cada nueva palabra que se veía obligado a atender de parte de Dohko, que de pronto se había sentido con el deber de hablarle sobre la relación prácticamente pública que llevaba con Mu... si, era malo, sí, era inadecuado, perverso y todo lo demás... pero ¿Quién podría atreverse a reclamar algo? ¿A levantar la voz contra sus decisiones?

Nadie, excepto el necio que le hacía perder el tiempo en ese momento.

- Estás ciego, te tiene atado con las cadenas de tu propia lujuria... ningún poder es absoluto ¡Pierdes el respeto rápidamente! ¿Acaso vale la pena? -

Es sólo sexo

- ¿No me escuchas? ¿Vas a desdeñar las palabras del único que aún se preocupa por ti realmente?-

Nada tan fatuo, no... aire, todo, el impulso que hace correr mi sangre...

- ¡No lo entiendes y no te lo voy a explicar porque sencillamente... no me interesa tu opinión!-

- ¡Ciego! - Masculló el otro con rabia- ¡Te has convertido en su marioneta! ¡Bonita cosa! ¿Dónde quedó todo tu supuesto orgullo, Patriarca? ¡Que estúpido eres! Idiotizado por unas cuantas noches de placer ¿Acaso crees que a él le importas? -

La araña

- ¡Ya cállate! -

Se puso en pie de un movimiento rápido y se acercó al chino, para golpearlo con tanta ira que lo arrojó al suelo a distancia considerable, su labio roto provocó un pequeño reguero de sangre sobre el piso de mármol pulido

- ¿Quién te crees que eres para hablarme así? ¡Abre tu maldita boca de nuevo y te arranco la lengua! ¡Fuera de mi vista!-

El rencor y la desesperanza brillaron en los ojos del caído. Se puso en pie e hizo una reverencia forzada, rabiosa, hasta burlona antes de enfilar hacia la puerta. No había hecho más que perder el tiempo y arruinar un poco más la que ya era sólo la sombra de una gran amistad.

¡Ciego, ciego! ¿Hasta cuando te darás cuenta?

¿Qué harás cuando te des cuenta?

- Mmm... Dohko...-

El susurro sensual de su nombre le congeló la sangre en las venas. Permaneció como clavado en el suelo mientras el dueño de aquella voz acariciante se hacía visible de entre las sombras reinantes en el pasillo.

- Mu -

- Si - La sonrisa hechizante del joven le hizo pasar saliva, desplegaba su encanto cómo una cobra desplegaba su piel... cuando se preparaba para atacar - ¿Qué te ha ocurrido? -

Le pasó un dedo fino por la comisura de los labios, llevándose un rastro de su sangre recién derramada. El sudor frío resbaló por la mejilla morena de Dohko hasta su mandíbula. Aún no podía moverse.

- Shion -

- ¿Está enojado? - Interrogó con desinterés clavando su mirada magnética en los ojos felinos del pelirrojo mientras se llevaba el dedo ensangrentado a los labios -¿Pero qué le hiciste, Dohko?-

- Yo...- Se sentía estúpido, enraizado, atrapado por el encanto del hombre que tenía enfrente... el que se inclinaba un poco hasta su altura para lamer la sangre de sus labios.

- ¿Sabes que te he extrañado mucho ultimamente? -

Esa sóla frase le disparó el pulso y convirtió su sangre en lava. Cómo si los besos que le prodigara meses antes le hubieran dejado un veneno en el cuerpo que reaccionaría ante su voz para corroerlo y hacerlo sufrir, para hacer que volviera a necesitar sus caricias como si un bálsamo curativo se tratara.

Hiriente y sedativo... tóxico y curativo.

- ¡Maldita víbora!-

Mu sonrió con sorna y le acarició la mandíbula con las uñas, esparciendo la sangre hasta sus mejillas.

- Puedes decirme eso en la cama...-

Le acercó los labios a su boca herida mientras afianzaba su nuca con ls manos. Le besaría y Dohko volvería a caer a sus pies cómo había caído antes, cómo caía cada vez que Mu lo deseaba... cómo caía Shion... cómo caían todos.

Pecado de inocencia... la garantía del infierno en vida

Se había roto. No podía hacer oídos sordos, no podía ignorar las palabras porque no había tales. Esta vez lo había visto... su querido alumno seduciendo al caballero de Libra a unos pasos de donde él se encontraba... justo antes de entrar a verle pensando en que no lo sabría, sonriéndole con falsa inocencia, hipócrita, falso hasta los huesos...

- ¿Estás molesto hoy, maestro? - Su voz profunda y deliciosa enroscándose en sus oídos cómo sus brazos en su cuerpo- Deja que yo te relaje -

Estaba roto, no había más encanto dentro de esos ojos verdes, ahora le parecían los ojos fríos y muertos de una serpiente. Una que le mataba el corazón y le emponzoñaba el alma.

¡Me amabas... creí que me amabas!

- ¿Me relajarás cómo lo hiciste con Dohko?-

- Oh... - Una expresión de sorpresa, una chispa de vida en sus ojos de ciénaga, luego una sonrisa seductora y el frío hechizo de su hermosura- Así que estabas mirando... - Una risa seca- No, no será cómo a él... tú eres especial...-

Especial

- ¿Soy más estúpido, más iluso que la mayoría? -

Una nueva risotada, el peso del cuerpo de Mu sobre sus muslos, afianzándose a él.

- Más tierno -

La ira y la decepción se reflejaban en los ojos del mayor, tan intensos que parecía que le harían brotar lágrimas de sangre.

Estúpido

- ¿¡Cómo te atreviste a engañarme!?-

Un reclamo súbito, violento, Mu se vió alejado del cuerpo de su amante por un manotazo en el pecho. Se dolió un instante y volvió a levantarse, sin una muestra de azoro o congoja... sonriendo aún.

- No te engañé, no te pertenezco... No es culpa mía que seas tan viejo y pienses cómo un niño... que te endioses con cada nuevo juguete que obtienes -

- ¿Juguete? - Repitió entre dientes, la respiración se le convulsionó con la palabra- ¿Eso es lo que eres, lo que querías que te considerara? ¿Un juguete?-

- En el juego de la pasión... todos somos juguetes -

La sonrisa autosuficiente, le enredaba los brazos al cuello con una suavidad exquisita, sus labios buscaron los suyos seguro de que no podría oponerse, que anhelaba el ardor de su piel con la misma fuerza que antes a pesar de sus reclamos.

- Tú... yo... ¿Para qué te complicas la vida, maestro? -

Lo besó y Shion no pudo rechazar el contacto de quien le significaba tanto, se abrazó a su cuerpo cómo un náufrago al madero que le salvará la vida, buscando el torbellino, el remedio para el dolor de su corazón. Pero ya no había cura en él... sólo más dolor.

- Sólo toma lo que deseas - Se quitó la túnica delgada que lo cubría y se dejó sostener por sus manos, dándole todo el control sobre él, ofreciéndose entero de una forma que su maestro no podía resistir. Sabía cómo encenderlo... sabía cómo mantenerlo dentro de su juego... no podía fallar ahora.

Siempre había podido jalar los hilos...

Marioneta

Siempre había podido mantener las redes...

La araña

- ¿En alguna parte de tu hermoso pecho hay un corazón, Mu? -

- ¡Jajajaja! - La risa hizo enrojecer su cuello expuesto- Shion... Shion... Shion... ¿Para qué gastar el tiempo en preguntas tontas?- Se enderezó y tomó el rostro del peliverde entre las manos - Yo te gusto... tú me gustas, me gusta cómo me tocas... eres experimentado... diferente, delicioso... - Le besó el labio inferior con urgencia- ¡Nos deseamos, eso basta!-

- ¡No! -

Ninguna garantía, la herida en el corazón sin esperanza de ser sanada. Su modo, su juego, sus hilos... un juguete entre tantos cuando quería tenerlo todo, cuando necesitaba todo... El mundo se le había roto en minutos... ahora todo parecía tan diferente... las miradas, la codicia, su privilegio... meras ilusiones.

Bajaban la vista porque sabían que se encontraba fascinado, enredado en la misma seda que muchos de ellos, prisionero, una mosca en la tela de la araña... pero aún peor que ellos que lo veían desde sus prisiones...

Porque el estaba ciego, encantado en un mundo fantástico mientras lo envenenaban... perdía el respeto, perdía la cordura.

- Es sólo sexo -

La araña

El alma de Shion se rasgó en dos, se ahogó en el rojo... no había más, nada importaba más. Destruído, destruirle, destruirse más. Si Mu sólo podía darle dolor haría que le diera el máximo, aquel del que no podría escapar nunca, el que le llevaría cuesta abajo, que le haría buscarle debajo de la tierra tarde o temprano...

Donde recuerde tu bajeza con cariño, porque era el único remedio a mi soledad. Aún te ansio, te necesito cómo el vampiro a la sangre... aún eres mi vida. Pero ya no puedes nutrirme con tu aliento, ya no puedes encantarme con tu hechizo... a veces quisiera haber podido ser siempre la mosca, mantenerme en tu telaraña para haberme evitado esta situación que acaba con lo poco de valor que pudiera haber en mi...

Estoy enfermo, debilitado y consumido por el veneno que me dejaste, tan muerto cómo tú, enterrado en tu tumba y respirando aire viciosamente puro que marchita mis entrañas sedientas de decadencia... abrazo tu lápida con ansiedad cómo si se tratara de ti, puedo ver la seda enredada en mi cuerpo, aún tiras de ella y yo quiero acudir a tu llamado

Para recibir el premio a mis pecados y volverte a ver en el infierno.



Fin


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