Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Me voy por Aphrodita

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Ufff! Hace años (Re exagerada la mina) que no escribía de mis niños *O*. Los tenia un poco olvidados, y la culpa por haber escrito muchos fics OdA's me dominó y me senté a escribir este para sublimar ese sentimiento :P. (Que conste que lo hice honor con este fic, parezco anti patoneja xD)

Va dedicado muy especialmente a una niña muy dulce, que sinceramente es todo un sol cuando la conoces... Roronoa_June, este fic es para ti, todo, todo, todo.

Aviso de antemano que aquí Hyoga está echo un hijo de puta, ya advertí xD. Así que si no te gusta ver esa faceta del Cisne, abstenete de leer si no te va a caer muy mal.

Song Fic, desde ya, el título es bastante sugestivo... La canción le pertenece a Julieta Venegas. Cuándo escuché este tema siempre quise hacer un fic, y pasó el tiempo y ya es muy trillado (Hay chorrocientos songfics con esta letra) pero... ¡Qué va! No podía ser menos. Lo que sí, deberán interpretar la canción por otro lado ¿?.

Espero que les guste y sino, todo bien.

Espero que te guste Roro.

(Sapphire, si lees este fic, verás que la idea que te comenté por msg cambió rotundamente)

Me voy

 

 

Aphrodita

 

 

 

One Shot / Song Fic...

 

Porque no supiste entender a mi corazón

lo que había en él,

porque no tuviste el valor

De ver quién soy.

 

Las lagrimas empañaron su visión, caminó con paso lento hasta el baño, colocó como pudo, con sus manos temblorosas el tapón, y abrió el grifo de agua caliente, temblando de pies a cabeza.

Lo hecho, hecho estaba, no podía deshacerse.

Se lavó aquellas lagrimas que empañaban su visión, y con suma turbación llegó hasta la sala, donde tomó el teléfono, marcando con dificultad el número de la Mansión Kido.

- Niisan... -Balbuceó con la voz cargada de desasosiego -Necesito... Necesito que vengas...

Y pensar que en un inicio todo había sido mágico junto a Hyoga, ahora esos recuerdos, casi olvidados, dormidos en su interior, difusos, habían quedado atrás, suplantados por el infierno que le tocaba vivir.

Y es que ya no daba mas... No, no pudo seguir adelante en esas condiciones, era él o el Cisne.

Cuando en la Mansión, sus demás hermanos se enteraron por boca de ellos mismos que eran pareja todo fue revuelo y conmoción, pero como sucede casi siempre en esas circunstancias, la tormenta pasó.

Hasta inclusive Ikki se lo tomó de una manera que ninguno llegó siquiera a osar sospechar, a simple vista era el más sereno de los tres, y es que para el Phoenix lo único que importaba era la felicidad de su otouto, y si ese pato venido del Averno era la llave, jamas se interpondría.

El que no pensaba tan así era Seiya, pero en ese momento ni Shun ni el ruso le prestaron demasiada atención a ese detalle.

 

  • ¿Has visto?... -Investigó el peliverde con emoción, de pie en los pasillos que conectaban los cuartos de la Mansión en la plata superior --¡Te lo dije! No lo iban a tomar tan mal.
  • Si... Pudo haber sido peor. -Concedió el rubio tomando por la fina pero masculina cintura a su niño, y así estrecharlo en un abrazo.

 

 

Era un sueño hecho realidad, que después de un año pudiesen dar a conocer su amor... Ya no más escapadas furtivas en plena noche, mentiras blancas, o artimañas para poder estar juntos.

Ya eran hombres, con sus 18 años Shun, y sus 19 el ruso... Sin embargo, como era de esperarse no tenían tanta carta libre en la Mansión, no vivían solos, esa era la realidad y no pasó mucho tiempo hasta que la decisión de marchar juntos fue tomada.

Para Andrómeda era una bendición contar con la compañía de Hyoga, alquilar entre los dos un pequeño departamento céntrico era un gran paso en la relación, ¿Y quien? Por favor le dijese al pequeño ¿Fue tan cruel de despertarlo de ese mágico sueño?

Quizás el mismo Hyoga... Con el tiempo.

Shun fue convirtiéndose paulatinamente en un "fantasma" para el Cisne, y quizás fue la culpa de Andrómeda reclamar un poco mas de atención, pues el rubio lo hizo, de la forma menos esperada para el peliverde.

 

Porque no escuchas lo que

está tan cerca de ti,

sólo el ruido de afuera

y yo, que estoy a un lado

desaparezco para ti

 

Seiya se lo había advertido a Shun, pero en ese entonces Andrómeda no quiso o no pudo verlo de esa forma.

Lo había tomado simplemente como intolerancia por parte del Pegasus, no debió haber sido fácil aceptar para él que su mejor amigo era homosexual.

Sin embargo las intenciones del Pegasus lejos eran las de boicotear la felicidad de su compañero, además quería a Hyoga y al peliverde por igual, solo que había algunas cosas que no le gustaban demasiado... Quizás la forma del Cisne de dirigirse hacia Shun, o su trato, o su mirada, pero había algo...

Y ese algo, con el tiempo, fue cada vez más notorio para el castaño, es que acaso ¿El solo lo notaba? O tal vez se estaba persiguiendo demasiado con aquel tema.

Es que siempre, le pareció que Shun era una persona muy frágil, nunca tan errado pues Andrómeda no dejaba de ser un Santo, y hasta se podría decir un Dios, aunque ya hacia años Hades había abandonado su cuerpo.

 

  • Shun... No deberías permitir que te trate así. -Pronunció Seiya con pesar.
  • ¿A que te refieres?. -Investigó el aludido con una tenue sonrisa nerviosa, en su interior, muy en su interior supo a que se refirió el otro.
  • No puede ponerse así simplemente porque te confundiste. -Refrescó la memoria de su compañero.
  • Oh... No te preocupes Sei-chan... Es que no estamos atravesando por un buen momento, es todo...

 

Tanto escándalo porque en vez de queso cremoso había comprado ricota, fue solo un descuido pero Hyoga se lo increpó muy mal.

Hasta el pequeño Shun le espeto un "No es para tanto". Pero lo cierto es que en ese ultimo tiempo, cualquier cosa que hacia mal, el Cisne se lo remarcaba aun más, y el carácter ameno y pacifico de Andrómeda no lograba defender con fuerza sus argumentos.

"Se me cayó"

"Fue sin querer"

"No lo hice a propósito"...

Eran las escuetas excusas del peliverde, que para en mal en peor se le sumaba al estado de su pareja unos celos sin sentido y sin razón.

 

  • ¡¿Crees que soy estúpido?!. -Cuestionó el rubio una vez que llegaron al departamento.
  • Hyoga... No empieces con eso. -Bufó el menor quitándose la gabardina marrón.
  • ¿Qué no empiece?.
  • Hyoga... -Censuró Shun ya en su pieza, volteó algo molesto con su ruso que lo había seguido con el fin de no dejar de lado la creciente discusión -Lo que me dices es... Estúpido.
  • ¡Encima me llamas estúpido!... -Hyoga frunció su frente furibundo, se cruzo de brazos observando firmemente a su pareja.
  • No te llamé estúpido a ti. -Ya no tenia sentido seguir discutiendo -Estúpido es que pienses que...
  • ¡Dilo!. -Alentó el Cisne apoyando su espalda en el marco de la puerta para evitar la huida del otro.
  • ¡Por Zeus! Seiya es heterosexual... Y aunque fuese al menos bisexual no te engañaría con él.
  • ¡Con él!... -Recalcó casi a los gritos --¡Pero sí con otro!.

 

Siempre era lo mismo, el rubio se las ingeniaba para terminar yéndose por la tangente en una discusión. Shun suspiró, hastiado con esa pelea sin sentido que había originado un insignificante momento porque ¡Era ilógico!

Los celos del Cisne eran ilógicos, Seiya no tenía ningún interés hacia Andrómeda.

 

  • ¡Para colmo ese idiota te llena la cabeza en contra mío!
  • ¡Hyoga por favor! ¡Es Seiya!... -Ahora el furioso era él, no podían estar hablando así de alguien a quien consideraban su hermano.
  • ¡¿Por qué lo defiendes?!
  • Basta.

 

Pasó a través de él y se dirigió a la cocina en busca de un poco de agua, en realidad de cualquier cosa que lo distrajese de ese tortuoso momento.

Celos... Varias veces el ruso se escudaba en ello...

"Celos" Una prueba fehaciente de amor.

¿Qué hubiese preferido Shun? ¿Qué no lo celase nunca? ¿Qué no le importase con quien estuviese?

Por ese lado, Andrómeda terminó entendiéndolo, aunque le costaba comprender del todo a su pareja... No solo hablaban de alguien heterosexual, que estaba en pareja con su Diosa, que esperaba un hijo, sino de un hermano, de un compañero de armas, no de un desconocido.

¿Por qué ese creciente odio hacia el Pegasus? Eso fue lo que mas le dolió al peliverde... Porque el castaño no buscaba mas que el bienestar de su mejor amigo, jamas tuvo la verdadera intención de "llenarle" la cabeza como solía espetar Hyoga.

 

No voy a llorar y decir,

que no merezco esto porque,

es probable que lo merezca

pero no lo quiero, por eso...

 

Aunque no lo habían querido ver así, hasta Shiryu terminó aceptándole a un eufórico Seiya de que las cosas no andaban muy bien pero ¿Quiénes eran ellos para meterse? Desde hacia dos años que sus amigos se habían ido a vivir juntos, no tenían derecho a inmiscuirse en sus vidas pero... La separación y la negación había sido dolorosa.

Una separación, porque ya no eran los cincos quienes se juntaban una tarde para compartir bebidas, comida y una amena charla, solo Ikki, Shiryu y Seiya... A veces Shun, cuando lograban convencerlo.

Es que Andrómeda prefería no darle motivos a su pareja, pues con el tiempo los celos se habían acrecentado, y "Seiya" era una palabra prohibida en sus diccionarios; ni hablar si el Cisne acababa de enterarse que su novio había estado en la Mansión, con tan mentado Santo de Bronce.

 

  • Shun... ¿Qué sucede?. -Fue lo que le preguntó el Dragón a su amigo, extrañado por la evidente distancia que con el tiempo se había instalado entre ellos.
  • Es que no puedo ir... Debo tener listo los planos para mañana.
  • Pues, entonces dinos cuando puedes... Nos juntaremos ese día.

 

El peliverde no tuvo escapatoria, y el pelilargo respiró tranquilo cuando este accedió finalmente, pues las cosas aun no se habían perdido entre ellos.

Pero lo peor para Shun vino luego, cuando regresó a su departamento; había querido irse de la Mansión temprano, para que Hyoga lo encontrase en casa, pero lo cierto es que estaba muy cómodo con sus dos amigos y hermanos como para volver tan rápido, y la hora se le pasó.

 

  • ¿Dónde estuviste?

 

Fue la pregunta del Cisne y eso fue suficiente para desencadenar una fuerte discusión que acabó un poco mal.

 

  • ¡Mientras que yo me rompo el alma trabajando, tu te la pasas de joda!
  • ¡Hyoga son nuestros amigos!
  • ¡Tus amigos! ¡Querrás decir!... -Espetó el rubio casi escupiendo las palabras en el rostro del menor, este se contrajo visiblemente asustado por el porte aterrador del otro. --¡Y no me digas! ¡Seguro que Seiya estaba ahí!

 

 

Shun le hubiese respondido que el Pegasus vivía ahí, pero comprendió que lo mejor era callar...

Callar, fue la nueva modalidad que adoptó Andrómeda para evitar los desplantes y las discusiones.

Callar supo que era sinónimo de salud, tanto mental como física.

Pero contrario a lo esperado, pareció ser que al ruso aquella inusual pasividad lograba sacarlo aun mas de sus casillas.

Y como siempre las cosas acababan muy mal, para luego terminar muy bien... Si, contradictorio, pero de una acalorada discusión, con crueles resultados, la pareja resolvía sus problemas con arrumacos, caricias y promesas de no pelear nunca mas de aquella forma.

Shun podía ver en los ojos de su hombre la culpa y el remordimiento, supo que el ruso no era una mala persona solo... Solo estaba atravesando por un mal momento.

 

  • Amor ¿Vamos a ir?
  • Shun... -Bufó Hyoga dejando de lado el periódico, de su cuello se encontraba colgado su niño que con cara de ternero degollado le suplicaba a gritos con sus ojos que aceptase -Tengo que trabajar, debo dormir...
  • ¿Puedo ir yo? Aunque sea solo.
  • ¡No lo puedo creer!... -Se fastidió el Cisne -Yo tengo que trabajar y tu piensas en...
  • Pero Hyoga... -Se quejó el peliverde parándose frente a él -Nació hace cuatro meses y no la conocemos.
  • Todo es por Seiya... -Pronunció apenas el rubio poniéndose de pie con una mirada furibunda en su rostro --Lo que quieres es ir a verlo a él.
  • ¡No Hyoga!... -Andrómeda dio un paso atrás, chocando contra una pequeña mesa de sala.
  • ¡Si! ¡Lo que quieres!...
  • No... -Interrumpió Shun observando la mano de su hombre que fuertemente sostuvo la suya ejerciendo presión -Ya nació su hija yo solo quiero...
  • ¡¡Excusas!! -Gritó sacudiéndolo --Lo que quieres es ir a revolcarte con él... -Exclamó entre dientes --¿Verdad? Como el puto asqueroso que eres...
  • Hyo-ga... -Comenzó a llorar el menor ante esas despectivas palabras.

 

 

Que luego le siguieron otras, aun mas ofensivas. ¿Tanto escándalo porque quería ver a sus amigos, hermanos y sobrina? ¿Tanto por una insignificante salida?.

Y aunque Shun intentó deshacerse de la obligación, no pudo, esta vez fue su niisan quien lo llamó preguntándole que demonios pasaba...

Vivían a veinte cuadras de diferencia, y en cuatro meses su otouto no había ido ni una sola vez. Andrómeda no pudo rechazar la invitación; lo esperaban a almorzar a los pocos días para que de una buena vez conociera a su sobrina.

Del errante, desarraigado y desamorado Hyoga lo esperaban... El siempre fue muy particular... Pero de Shun no, no podían concebir porque esa repentina frialdad en sus gestos, palabras y mirada.

 

Me voy, que lástima pero adiós

me despido de ti y

Me voy.

 

Cuando ese día llegó, cuando Shun pisó la Mansión Kido después de cuatro meses cargando en sus brazos con emoción y alegría a la pequeña Nike, Ikki creyó comprender un poco mejor.

Y no es que no quiso escuchar la palabrería de Seiya, o los consejos de Shiryu sobre hablar con su otouto, es que ya habían crecido...

Shun no dependía de él como cuando eran niños, era un hombre y como todo hombre debía trazar su camino solo. El Phoenix, como hermano, podía ayudarlo, aconsejarle, acompañarle, pero no inmiscuirse; hasta ese día, en él que Andrómeda se quitó sus gafas de sol dejando entrever una herida debajo de su ojo izquierdo muy mal disimulada con maquillaje barato.

No es que el peliverde comprase maquillaje por gusto, desde hacia un año había adoptado la costumbre de comprar una mascarilla color piel para evitar preguntas del estilo "¿Qué te paso?" "¿Quién te hizo eso?" "¿Te golpeaste?".

 

  • Ya te dije niisan... No es nada. -Reiteró el joven algo incomodo.
  • Dime otouto... -Susurró el peliazul -Si ese pato te hace algo, le arranco todas las plumas.

 

  • ¿Otra vez? Ya te dije que no es nada, discutimos... Pero, ya vez, somos hombres... A veces nos pasamos de la raya... El tampoco salió ileso. -Mintió a lo ultimo.

 

Aquello, supo Ikki, no era excusa, pero esa conversación fue la ante sala, de lo que iba a ocurrir.

Nuevamente al pequeño Shun se le hizo tarde, ¿Cómo no? Si estaba a gusto con su pequeña y adorable sobrina en brazos.

Cuando llegó al departamento, tuvo que soportar otra escena de celos con su consecuente amenaza: "Tú a mí, no me vas a dejar" aseguró Hyoga furibundo, observándolo desde arriba con desprecio.

Andrómeda se puso de pie con dificultad, y caminó hasta el lavabo para limpiarse los rastros de sangre y lagrimas de su rostro.

Las cosas se habían salido de control, aunque Shun no quiso verlo durante esos años... No es fácil soportar aquel trato de la persona que amas, pero tampoco es justo.

Pero lo peor vino después, una tarde, en la que Hyoga llegó con su labio partido, Shun solo atinó a balbucear un.

 

  • ¿Qué te sucedió?

 

Que recibió una fuerte trompada en su quijada cargada de furia; la misma mano que lo acariciaba con amor cuando estaban juntos en la cama, era la misma que ahora lo había herido.

Pero las heridas del cuerpo son efímeras, comparadas a las del alma... La cicatrices, tarde o temprano, justamente, cicatrizan, en cambio el daño sufrido en el corazón es una herida que jamas se cierra por su cuenta.

 

  • ¡El idiota de tu niisan!
  • Hyo-ga... -Pronunció Andrómeda poniéndose de pie.

 

  • ¡Le andas ventilando a todo el mundo nuestros problemas!... -Se señaló la herida --¡Esto me lo hizo ese animal!... -Lo tomó de un brazo sacudiéndolo fuertemente, como si en vez de ser Shun fuese Ikki a quien estaba golpeando.
  • Yo... No le dije nada... -Se defendió el peliverde derramando lagrimas de profundo pesar.

 

  • ¡NO LLORES! No tienes porque llorar... ¡Todo esto es por tu culpa! Así que no llores. -Acusó escupiendo las palabras en su rostro.

 

Desbordado de nervios, el Cisne soltó a su pareja y se quitó con furia la campera para dejarla sobre el sillón.

 

  • ¡Te aclaro algo!... -Espetó señalándolo con un dedo -Ese idiota vuelve a ponerme una mano encima o llenarte la cabeza... ¡Lo mato!
  • Hyoga estas hablando de mi niisan... -Sollozó Shun pegándose contra la pared.

 

  • ¡Me importa una mierda! ¡Lo mato a él y el estúpido de Seiya!... ¡Y también a ti si piensas dejarme!

 

Andrómeda se tomó la cabeza con ambas manos, dos años tolerando ese trato, era ya demasiado para él.

 

  • ¡Termínala de una vez! Deja de llorar. -Pidió el rubio a los gritos.
  • Es mi niisan. -Susurró el peliverde reiteradas veces, algo ido y confundido.

 

  • Claro que es tu niisan... ¡La misma mierda!... Es de familia. -Tomó un vaso y abrió la canilla para luego beber con ansias.
  • Basta Hyoga.

 

  • ¡¿Qué?! ¡¿Encima no puedo hablar?! ¡En mi propia casa, no puedo hablar!... -Dejó el vaso vacío sobre la mesada.
  • Basta, por favor... -Volvió a suplicar temblando de pies a cabeza.

 

  • ¡Y tu deja de llorar! ¡Me tienes harto!.... -Hyoga no dejaba de espetar palabras hirientes --¡Para colmo tuve un día de mierda en el trabajo! ¡Y no solo eso, tuve que soportar a tu hermano diciéndome idioteces!
  • ¡BASTA!... -Gritó Shun con una severa crisis de nervios.

 

 

Hyoga silenció un segundo, sorprendido por el arrebato del otro, siempre tan sereno y pacifico.

 

  • ¡BASTA! ¡TERMÍNALA!...

 

El Cisne abrió sus ojos, con una mirada de incredulidad; y aun más enojado, si eso era posible, caminó hasta su pareja con paso lento.

 

  • ¿Qué dijiste?... -Le tomó por sus verdes cabellos, para preguntarle nuevamente --¡Repite lo que dijiste pedazo de mierda!
  • ¡Suéltame!

 

  • ¡No te suelto un carajo!... -A pesar de sonar muy seguro, el rubio dejó con desprecio a su pareja para voltear.

 

Para voltear dispuesto a levantar su puño contra Shun y estamparle una trompada en un ojo para dejárselo morado, así el estúpido de Ikki tenia reales motivos para increparle su trato hacia Andrómeda.

 

Porque sé, que me espera algo mejor

alguien que sepa darme amor,

de ese que endulza la sal

Y hace que, salga el sol.

 

Tuvo pensado hacer eso, molerlo literalmente a golpes, dejarlo inconsciente en el suelo, descargar toda su furia contra el peliverde.

Era eso, antes que perderlo del todo, Hyoga no era nadie sin su pequeño Shun, nadie... Ni nada.

Si Andrómeda osaba dejarlo él ¿Qué le quedaba?...

Morir solo, y nunca soportó esa idea.

¿Por qué todos, a la corta o a la larga, lo dejaban solo? Su madre, su maestro, su Shunny... Hacía tiempo que lo había perdido, aunque hizo lo imposible por retenerlo a su lado, aunque fuese a los golpes... Pero ya Andrómeda en su interior lo había abandonado.

Sin embargo, antes de voltear, sintió un golpe en su espalda, que nubló todos sus sentidos.

Y es que el peliverde no era un muchacho cualquiera, era un Santo de Athena, con un poder sobre humano...

Shun no lo quiso así, no quiso emplear Cosmo en su impulsivo ataque, pero la situación lo sobrepasó, actuó sin pensarlo, y el golpe, su golpe impactó de lleno en la espalda de Hyoga, tumbándolo al suelo.

La sangre se hizo presente, Andrómeda guardó su puño, confundido, temblando contra la pared, observó el cuerpo inerte de quien supuestamente amaba.

 

El se juró no ser nunca como el Cisne, no tratarlo de aquella forma, y con un solo golpe había destruido todo aquello.

Sus piernas flaquearon y cayó de rodillas al suelo, turbado por la escena que le tocaba vivir:

 

  • Hyo--ga... -Levantó su mano e intentó posarla sobre el cuerpo del Cisne -Hyoga... -Pero no pudo --¡Hyoga!

 

El ruso no le respondió, no se movió, no se levantó.

Y cuanto hubiese querido el peliverde que su Hyoga se levantase, aunque sea para molerlo a golpes, pero que se levantase.

¡¿Qué había hecho?!

Shun permaneció dos horas junto al cadáver de quien había amado, a pesar de los golpes. Permaneció a su lado, hasta que su niisan llegó preocupado, luego de ese llamado telefónico que cambio para siempre sus vidas.

Andrómeda debió ser hospitalizado... Pues nunca mas volvió a ser el mismo desde entonces.

 

Yo que pensé, nunca me iría de ti,

que es amor del bueno, de toda la vida

pero hoy entendí, que no hay

Suficiente para los dos.

 

 

FIN

 

 

 

Notas finales:

Esto pasa cuando miras "Mujeres asesinas" xD

Les ruego perdón por la baja calidad del fic... Les juro que cuando lo empecé, lo empecé con ganas, no sé que pasó. Prometo reivindicarme con otro mucho mejor.

Gracias por leer n.n. Pero antes de irme, necesito consultarles algo. Sé que a muchos no les gusta Seiya, ¿Qué preferirían leer? (Aunque no lean el fic, no importa) Necesito que me digan porque no me decido yo.

 

Seiya x Esmeralda (0.0 les juró que tengo una idea)

Seiya x Eurídice ¿?

Seiya x Fleur

Seiya x Freya

Seiya x Hilda

Seiya x Miho

Seiya x Natassa (Sí, la mamá de Hyoga, al igual que con Esmeralda, la idea viene por el lado del Universo Alterno)

Seiya x Seika (Incesto xD)

Seiya x Shunrei

Seiya x Pandora.

 

Ya, díganme que prefieren, aunque no les guste Seiya, o el Hentai, ni aunque no lo lean, voten, que necesito decidirme... Eso sí, solo de estas parejas, no me den otras combinaciones porque no tengo ideas para otras.

Gracias por la ayuda.

¡Nos leemos!

11 de mayo de 2007 - Argentina.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).