Melodia melancolica por dead_moon613

- Tamaño del texto +

***Era medio día cuando llegue al palacio, ahora era un sirviente. El sirviente del conde, me llevaron con una mujer alta, iba vestida de sirvienta pero al parecer tenia un papel importante dentro del palacio, su nombre era Babeth, me dirigió a una gran habitación donde había por lo menos 6 camas, una seria mía, las demás de los otros sirvientes, me dio un uniforme, no me gustaba pero no tenia otra opción, acaso no era ahora un sirviente? - puedes dejar tus cosas aquí, no te preocupes nadie tomara nada.- me dijo sonriente, era una mujer muy amable, yo solo llevaba una maleta en la cual solo estaba mi violín, era lo único que recupere, como lo hice? Hasta yo estaba sorprendido. - gracias, señora – yo también fui amable, por que no serlo? - mi nombre es Babeth, te dejo para que prepares tus cosas y te vistas, te espero en la cocina… - Argenis, señora, mi nombre es Argenis. - muy bien Argenis, con permiso. Y se retiro, no se cuanto tiempo dure ahí parado, en esa habitación, abrí mi maleta, saque mi violín, un regalo de mi padre, pase los dedos ligeramente sobre sus cuerdas como si me despidiera de el, apenas hace unos días era un gran violinista y ahora un sirviente. Antes de comenzar a llorar, cerré la maleta, la coloque bajo mi ahora cama y me puse mi nuevo uniforme. En la cocina Babeth me ordeno limpiar uno de los cuartos del gran palacio, algo abandonado por cierto, no es que estuviera destruido, solo que estaba lleno de polvo, abrí las cortinas para que entrara luz ya que estaba muy oscuro, el cuarto era hermoso, según me dijo Babeth era el cuarto donde solían hacer reuniones familiares o grandes banquetes pero últimamente no había sido utilizad, de eso me pude dar cuenta en seguida. Comencé al sacudir el polvo de los muebles y los objetos que adornaban, en entre todo me encontré un hermoso piano cubierto de polvo, supuse que con el amenizaban las reuniones, me acerque a el pues al verlo me vinieron a la mente recuerdos de mi antiguo trabajo en el burdel, en el cual trabajaba como músico, claro. Mejor dicho violinista, yo no tocaba el piano pero Rumiko el pianista de la rosa negra, así se llamaba el burdel, me enseño a tocar una melodía. Y me puse a tocar el piano, mi mente me transporto a a la rosa negra, imagine que estaba ahí, tocando el piano en aquel hermoso lugar, que Rumiko estaba junto a mi. Sonriéndome como solía hacer cuando tocaba esa melodía. De repente algo me hizo volver a la realidad, una voz grave, realmente no supe que dijo, cuando lo vi, era un hombre alto algo mayor, pero fuerte, iba elegantemente vestido, no podía ser otro mas que el conde. - responde.- me ordeno, pero responder a que?, no lo había escuchado - lo siento señor,- dije haciendo una reverencia- me podía repetir la pregunta? – estaba sumamente nervioso - quien eres? Eres nuevo? – no parecía enojado, pero estaba muy serio. - si señor, hoy es mi primer día, lo siento - sentir? Por que te disculpas? - el haber tocado el piano, se supone que debí estar trabajando. -pero si tocas hermoso muchacho, como te llamas? No podía creer lo que me decía realmente era cierto? - Argenis señor, gracias, pero realmente lo mío no es el piano. - a no? Entonces que es? - yo soy violinista Lo dije con timidez, no esta presumiendo de eso, aunque eso pareciera. - en serio, me encantaría escucharte. Me lo dijo una expresión desafiante, como diciendo, pues demuéstralo. - puedo ir por mi violín? - claro. Se sentó en una elegante silla en el salón, mientras yo iba por mi violín, que pretendía con eso? Demostrar que no era un simple sirviente? No lose. Llegue al salón con mi violín, el cual estaba reluciente, lo cuidaba mucho era el único recuerdo de mi padre y maestro del cual aprendí todo lo que se acerca del violín. Comencé a tocar, una melodía que me encantaba, la primera que me enseño mi padre, no me deje intimidar por la presencia del conde, estaba mas que acostumbrado a tocar frente a las personas, es mas me encantaba ser escuchado, así que deje que las dulces notas llenaran el gran salón. Al terminar, hice una reverencia mientras el conde aplaudía, yo sonreía triunfal. - felicidades, tocas maravillosos, pero dime que hace un jovencito con tal habilidad de sirviente? No sabia que responder, no quería sonar, como decirlo, vanidoso? - te propongo algo - que señor? Ya no serás sirviente, ahora solo te dedicaras a tocar el violín en palacio, en las tardes y en las reuniones. Sentí una gran felicidad al escuchar eso, acepte de inmediato, el conde le informo a Babeth la cual me felicito y mando a otro a terminar mi trabajo en el salón, después me asignaron una habitación para mi solo no era muy grande pero era cómoda, además de que ya no tendría que usar uniforme. Así que decidí ir a comprar ropa parecida a la que usaba en el burdel, ropa formal y algo elegante. Ese día toque el violín en la tarde, en una terraza hermosa del palacio, donde se encontraba el conde, la condesa y su único hijo. Desde entonces siempre tocaba el violín a esa hora del día, aunque a veces lo hacia durante el desayuno o la cena, pero a la hora del te no podía fallar. Cuando no esta tocando lo cual era mi único trabajo, ayudaba a Babeth en sus labores, la cual se había convertido en una madre para mi, ya que nunca logre recordar a la mía, yo era muy pequeño cuando murió. Cuando terminaba de ayudar al Babeth y el conde no me necesitaba, vaga por el gran patio del palacio, el cual parecía un parque, con mi violín en mano buscando un lugar tranquilo y me dedicaba a ensayar y componer.

Notas finales: Notas finales Yo se, yo se, este capitulo esta muy… no se como decirlo, aburrido? Pero es que la historia esta comenzando, mas adelante se sabrá mas sobre el pasado del Argenis, además de que se irán integrando mas personajes, que irán haciendo de esta historia algo interesante, así que por favor denme una oportunidad y no se pierdan el siguiente capitulo, gracias…..

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).