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El hado, el árbol, la campesina y el ángel por samaxaka

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Notas del fanfic:

Mi primer fic en la pagina, q emoción. ^.^

No sean malos, y diganme que les parecio ¿si?

Espero que les guste 

 

 

 

"Esto no me puede estar pasando" se dijo Severus mientras se miraba en el espejo de cuerpo entero que había en su habitación.

 

El elfo domestico que le acompañaba no dejaba de mirarlo con una sonrisa amable en el rostro. Eso lo ponía aun más nervioso. Él no estaba acostumbrado atraer la mirada de otras personas hacia si, y estaba seguro de que esta noche nadie le quitaría la vista de encima. Lo único que le consolaba, aunque muy poquito, era saber que no estaba solo en esto. Otras tres personitas, harían el ridículo con él.

 

Con un suspiro dejo de autocompadecerse y se hecho la gruesa capa por encima, tapando de esa manera todo el disfraz.

 

No había hecho más que cruzar el umbral de la puerta cuando sintió un par de brazos rodeando su para nada estrecha cintura.

 

"Estoy deseando ver lo que escondes tras la capa" y no pudo evitar acalorarse al escuchar esas palabras, porque el tono había sido el mismo que ponía siempre su esposo cuando quería seducirle.

 

"Ya sabes lo que hay debajo" dijo con fastidio "Pero te juro que como alguien se ría de mi, a partir de esta noche dormirás en el cuarto de invitados" a lo que Sirius respondió con una sonrisa burlona "El cuarto de invitados de la casa de Remus, claro" la expresión de Sirius cambio a una de puro terror. Como no quería seguir provocando a su esposo, por temor a las consecuencias, opto por callarse y ofrecer su brazo a su marido en un gesto muy cortes. Y sin más salieron de la habitación para dirigirse al gran salón donde esa noche se celebraba la fiesta de Halloween.

 

 

EL HADO, EL ÁRBOL, LA CAMPESINA Y EL ÁNGEL         

 

 

Cuando la guerra fue declarada abiertamente, más de uno se llevo una sorpresa al descubrir que tres de los perfectos hijos de mortifagos se habían revelado contra su destino.

 

 Draco Malfoy, Pansy Parkinson y Blaise Zabini, se habían tragado toda su arrogancia y orgullo slytherin (que no era poca), y habían pedido ayuda al viejo director de Howgarts. La orden les había protegido y ellos habían correspondido informando sobre lo poco que sabían acerca de las actividades de sus padres. Los tres fueron desheredados y repudiados por sus familias, por no hablar de las miradas asesinas de algunos compañeros de casa, aunque ahí había quedado todo. Nadie nunca se atrevió a nada por varias razones: una era el hecho de que todos sabían del conocimiento de los tres magos en la magia negra, otra la protección del profesor de pociones, y la última la ‘sobreprotección' de cuatro leones: el trío dorado y el esposo de Severus, Sirius Black.

 

Así es que cuando los habitantes de Howgarts descubrieron que las parejas de esos cuatros slytherin para el baile de Halloween, iban a ser esos cuatro griffindor, nadie se sorprendió. Estaban ya en el último curso, y aquel año había sido imposible ver al trío dorado sin los tres slytherins. Además circulaba el rumor de que por culpa de una apuesta los slytherin habían tenido que disfrazarse al gusto de los leones.

 

¡O si, aquella iba a ser una noche muy especial!

 

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Draco se hecho la capucha por la cabeza y cerro la capa. Lo único visible de su cuerpo era la punta de sus pies, los cuales llevaba calzados en unas deportivas blancas. No es que le pegasen mucho con el resto del disfraz, pero Potter le había dejado bien claro que el único color que podía llevar esa noche era el blanco, y no tenia ni un solo zapato de ese color.

Corrió escaleras abajo, hasta la sala común donde, seguro, ya le esperaban Blaise y Pansy. Llegaba tarde, pero es que el dichoso hechizo le había costado mucho y Dobby y él habían tenido más de un problema con el maquillaje. Llego por fin, y después de un extenso sermón por parte de Pansy, acerca de la importancia de la puntualidad (indudablemente copiado de Hermione), salieron hacia el gran salón.

 

 Los tres llevaban unas pesadas capas negras que cubrían sus cuerpos por entero, y la capucha bien echada de tal modo que ni el rostro se les veía.

Esa era una de las condiciones de la apuesta perdida.

 

Volvió a maldecirse por dentro. ¡Quién le mandaba a él meterse en discusiones tontas sobre películas muggles! Gracias a eso, ahora sus dos amigos, su padrino y él estaban en esta situación.

 

¡Merlín! ¿Qué había hecho él para merecer esto?  

 

>>> FLASHBACK<<<

 

"Si claro. Lo que tú digas"

 

"En serio. El barco se hunde"

 

"Si, si. Y seguro que la pareja también acaba mal, ¿no?"

 

"Pues si, el prota se muere, ¿sabes?"

 

"Venga, Ron. Es un producto muggle, seguro que al final se casan y comen... ummm... ¿que era lo que comían los de los cuentos?"

 

"Perdices, Blaise. Y te lo digo en serio. Es un drama"

 

"Queréis callaros. Quiero ver la película no que me la cuenten" Pansy estaba empezando a cabrearse. Su Hermi (como ella la llamaba, claro), le había hablado mucho de esta película, y por esta razón, habían ido a casa de Ron a verla.

 

Para ser sinceros, los únicos que estaban viendo la peli realmente eran Sirius, Blaise y ella. Ron y Draco estaban jugando al ajedrez, Harry estaba intentando dormir la siesta, y Hermione estaba enseñándole a Sev a utilizar el microondas.

 

"¿A qué vienen esos gritos?" Dijo Hermione, mientras entraba en la sala acompañada de Severus, quien miraba con suspicacia el paquete de palomitas que traía entre las manos.

 

"Tu novia" fue toda la contestación que le dio Harry, que acababa de despertarse.

 

"Bueno, también el mío" contesto Ron "Es que no se creen que la película acabe mal"

 

"¿Y te sorprende?" le replico Draco mientras alzaba una ceja "Después de esa cosa que nos llevaron a ver anoche me espero de todo"

 

"La ‘cosa' era una obra de teatro. La bella durmiente. Y además estaba basado en un cuento para niños"

 

"¿Nos llevasteis a ver una obra infantil?" pregunto Pansy toda indignada.

 

"Bueno, pensamos que lo mejor era que empezasen a conocer cosas muggle básicas" se excuso el pelirrojo.

 

"¿Tan básicas como un cuento de crios?" El tono de Draco era bastante amenazador.

 

"Y luego esperas que te crea con lo de la película, ¿no?" sentencio Blaise.

 

"Estoy harto de la peliculita" y en verdad Harry ya no lo aguantaba más, ni la discusión tan tonta, ni las caras de burla de su padrino mientras les veía discutir "¿Qué les parece si hacemos una apuesta?" y se gano la atención de toda la sala "Si el dichoso barco se hunde ganamos los griffindor, si llega a puerto vosotros"

 

"¿Y qué vamos a apostarnos?" quiso saber Sirius, muy interesado de repente. Su esposo le miro mal. Todo esto le daba mala espina, y no quería verse involucrado él también. "¿Dinero?"

 

"No. Mucho mejor. El que gane podrá elegir el disfraz del perdedor para el baile de Halloween"

 

"¿De qué clase de disfraces estamos hablando?" a Draco no le gustaba nada la expresión traviesa de su chico. Algo le decía que había gato encerrado.

 

"No tendremos que ir de vampiros como vosotros ¿verdad?"

Sirius y el trío de oro habían decidido (Merlín sabrá porque), vestirse como vampiros. Una idea muy poco original para los slytherin.

 

"Pansy, cariño, estas pensando como si ya hubieras perdido" dijo Hermione.

 

"Aceptáis si o no" les dijo Harry.

 

"Esto no me gusta" y es que la sonrisa de Harry le parecía a Draco demasiado sospechosa. Pansy también tenia sus dudas, además se suponía que esos tres ya habían visto la película, ¿no?. El rubio y ella se miraron, pero antes de que alguno de los dos pudiera abrir la boca para rechazar la más que sospechosa apuesta, Blaise se les adelanto.

 

"Esta bien, aceptamos. Pero el barco deberá hundirse y el protagonista morir"

 

>>> FIN FLASHBACK<<<

 

Pansy y él querían a Blaise como a un hermano, pero cuando el barco se hundió, y aquel chico rubio murió congelado, lo único que pasaba por sus cabezas eran mil y una maneras de torturar al moreno.

 

Y así habían llegado a esta situación.

 

La pareja de cada uno de ellos había elegido su disfraz, y les habían puesto las condiciones. Debían prepararse con la única ayuda de un elfo domestico, usar un hechizo, y no dejar ver el resultado hasta llegar al gran salón.

De ahí las capas negras que les tapaban por entero.

 

Al llegar a la fiesta ya les esperaban sus parejas.

 

Draco bendijo la capucha que le cubría, pues no había podido evitar la cara de sorpresa al verlos, y estaba más que seguro que a sus amigos les pasaba lo mismo.

 

Nunca el negro le había sentado tan bien a nadie, de eso estaba seguro. Tanto las camisas, pegadas al cuerpo, como los pantalones, bien ceñidos, eran de un negro intenso. Los zapatos, muy elegantes, del mismo color, y una capa que llegaba hasta el suelo negra en el dorso, pero con el interior de un fuerte rojo. Los colmillos de pega parecían verdaderos, por lo que Draco supuso que habrían usado un hechizo. La piel expuesta, lucia de un blanco mortecino, y unos pequeños hilos de ‘sangre' les bajaban por las comisuras de los labios. No era muy original, pero aquellos cuatro así vestidos parecían auténticos vampiros.

 

"Ya que estamos todos aquí, podríamos ir empezando, no creen"

 

"Cuanto antes empecemos antes acabaremos" contesto Severus a su esposo.

 

"Si estas tan ansioso, creo que deberías ser tú el primero. Además, eres su mentor y creo que deberías de dar ejemplo" dijo Sirius muy divertido.

 

Después de una mirada casi asesina, Sev suspiro resignado, desabrocho la capa y se la quito con cuidado. Su pelo negro caía sobre sus hombros y tenia un brillo especial. La piel también le brillaba, como si hubiese usado purpurina por todo el cuerpo, solo que en vez de eso un pequeño hechizo era lo que había causado el efecto. Se veía radiante y parecía como si todo él desprendiera un aura de un verde tan puro como el del campo. La túnica que vestía también era de color verde y estaba fruncida en la parte superior para después caer con suavidad hasta los pies. Era muy sencilla, pero dejaba más que claro sus seis meses de embarazo. El color elegido, el porte, y sobre todo el aura que emanaba dejaban muy claro su disfraz. Un hado.

 

Si para Sirius su profesor de pociones siempre había sido perfecto, aquella noche se veía sublime.

Recordaba la expresión de horror que había puesto cuando le dijo de que debía ir disfrazado, sus intentos de desentenderse de la apuesta (al fin y al cabo, él no había tenido nada que ver), y la amenaza de hacia sólo un rato. Pero había valido la pena. El hombre que tenia delante se veía hermoso como pocas veces, tanto, que la mayoría del salón los miraba sin intentar siquiera un poco de discreción.

Y luego estaba ese embarazo que tan bien le sentaba, y el orgullo de saber que era su hijo el que llevaba en su vientre.

 

Se acerco a su esposo y le paso un brazo por la cintura en un gesto posesivo, y luego le susurro al oído lo bien que se veía y lo acertado del disfraz.

 

"Nunca imagine llegar a ver esto" Dijo Ron cuando por fin pudo cerrar la boca, que se le había quedado abierta al ver a su profesor de pociones, "Y encima le sienta bien"

 

"Es verdad. Lo cual me lleva a preguntarme como le quedará su disfraz a mi princesita" el comentario le valió a Hermione un fuerte codazo en el costado por parte de ‘su princesa', (ya que al llevar aun puesta la capa no podía fulminar a su novia con una de ‘esas' miradas slytherin)

 

Y es que, si había algo que obsesionaba a Pansy Parkinson, eso era la ropa. Siempre a la moda, y siempre vestida con lo mejor. Le encantaban los bailes y las celebraciones, pero por encima de todo, lo que realmente disfrutaba, era poder lucirse con un buen modelito estilo princesa de cuento (como en la obra que les habían llevado a ver justo antes de la apuesta); por eso cuando su chica le eligió el disfraz, lloro, pataleo, y maldijo como nunca (siempre podía ser peor y tener que ir de hado, jiji).

 

"A tu princesita no se, al fin y al cabo a mi me a tocado ir de lo contrario" y es que aunque se le cayese la baba viendo el disfraz de su Hermi, ella tenia su dignidad, y aquel disfraz arruinaba años de impecable elegancia.

 

"No te pongas así. Ya te dije que tu traje complementa al mío. Todo buen vampiro necesita de una victima"

 

"Pero en las películas que me pusiste, la prota siempre era una noble, los campesinos no eran más que secundarios que morían al primer bocado"

 

"En esas películas los vampiros eran todos hombres, y ya ves, yo soy mujer y no me quejo"

 

"No es justo. Además no me gusta el algodón" se quejo la slytherin haciendo un puchero, pero aun así fue desabrochando la capa para luego retirarla por completo de su cuerpo.

 

Vestía una camisa blanca de algodón, de mangas abombadas que se ataban en las muñecas. El escote, en barco, era amplio y dejaba al descubierto sus hombros. Llevaba un corpiño que iba por debajo del pecho hasta la cadera, y que se ataba con cintas de cuero. Lo tenia bastante apretado lo que provocaba que le elevase el busto (para suerte de Hermione). La falda también era de algodón, pero de color marrón. Llegaba hasta media pierna y dejaba ver un poco del forro blanco que llevaba por debajo. A sus pies una zapatillas de tiras que tenia atadas a los tobillos.

Teniendo en cuenta que los únicos campesinos que Pansy había visto en su vida eran los de las películas que veían juntas, se podía decir que el disfraz estaba muy bien hecho.

 

La vampira se acerco hasta su chica y le sonrió muy sensual "¿Y el hechizo?"

 

Pansy se aparto unos mechones que caían del moño en el cual traía recogido el pelo, y le dejo ver su cuello. Tenia dos pequeñas marcas circulares paralelas, de las que salía un poquito de ‘sangre'. Era como si acabasen de morderla.

 

"Así quedará bien claro que voy de tu victima" No pudo añadir nada más porque la boca de su chica atacaba la suya propia.

 

"Es que no podéis esperar. Tenemos a todo el salón mirando para acá."

 

"Relájate Sevy, y disfruta" El brazo de Sirius, que no le había soltado en todo el rato, se apretó aún más entorno a él.

 

"¿Vestido de hado?" dijo entre dientes pero su esposo le escucho "Si lo prefieres puedes quitarte el traje, a mi no me importaría" Le respondió muy sensual.

 

Draco, que hasta entonces se había mantenido en silencio, ojeando a su chico y siendo ojeado por este, se hecho a reír.

 

"No te burles, blanquito" le dijo su padrino burlonamente. Draco se callo de golpe, y como era una perdida de tiempo malgastar miradas asesinas con la capucha tapándole por entero, opto por girar la cabeza y cruzarse de brazos.

 

"Me encanta tener a las serpientes a nuestra merced" pero la sonrisa de autosuficiencia se le borro a Sirius del rostro, cuando su maridito le susurro: ‘Remus'

 

Harry se les quedo mirando a los dos, pero supuso que aquello era cosa del matrimonio, y volvió hacer lo que más le gustaba: mirar a  Draco. Se preguntaba como iría su chico. Le había impuesto como condición que el único color que podía vestir era el blanco, precisamente el que más odiaba Draco y se moría de ganas de ver como le sentaba. Antes de que pudiese decir que ahora era su turno y que quería ver a ‘su blanquito', Ron se le adelanto.

 

"Tenemos al hado y a la campesina. Ahora quiero a mi árbol" Si, el pelirrojo le había pedido a su chico que se disfrazase de planta, pero cuando iban a preguntar el porque, notaron el sonrojo de Blaise y prefirieron seguir viviendo en la ignorancia. Allá cada uno con sus perversiones, había dicho Draco (lo que le gano un codazo de su novio y un sonrojo aun mayor de su amigo)

 

Blaise no dijo nada, se limito a quitarse la capa y mirar muy cohibido a sus amigos. Acababa de quedar demostrado que un hado o una campesina podían llegar a ser muy sexys, pero dudaba que eso fuese a pasar en su caso. Para ser sinceros, toda duda se disipo cuando vio la expresión de su chico. Y es que cuando Ron fue capaz de dejar de babear, tuvo que recurrir a todo su autocontrol, para no tomar la capa que acababa de quitarse, y taparle de nuevo con ella. No es que fuese celoso, (bueno un poquito) pero tenia más que motivos viendo la cara de alguno de los alumnos de la fiesta.

El traje de Blaise se componía de una muy ajustada túnica, marrón a la altura de las piernas, la cadera y la cintura, como si fuese el tronco del árbol, y verde el resto. La parte baja estaba cortada de manera desigual y los picos más largos se extendían por el suelo a sus pies como si fuesen raíces. El cuello era bastante abierto,  llegando casi hasta los hombros. Toda la parte verde del disfraz, la que representaba la copa, tenia hojas bordadas en toda su extensión pero también había hojas naturales, al igual que en las mangas, o en sus dedos, o por todo su pelo. Tenia las manos, el cuello y la cara maquilladas en un gama de colores verdes.

 

"Es como tener delante un árbol autentico" le piropeo Ron, aunque acto seguido le tiro de una de las hojas que llevaba en la cabeza.

 

"Auuuuu. No hagas eso. Las puse con un hechizo. Si tiras de ellas es como si me tiraras del pelo"

 

"Lo siento" y le beso castamente en la mejilla para mostrarle su arrepentimiento.

 

"Vaya, vaya. Definitivamente tu color es el verde" a lo que Blaise le contesto "Como buen Slytherin, Draco"

 

"Entonces lo único que nos queda por ver es si el tuyo es el blanco" y es que el único que aun no había podido ver el resultado de la apuesta era él, y Harry estaba más que impaciente.

 

"Te odio Potter. Casi tanto como odio el blanco"

 

"No digas eso ‘blanquito', que sabes que no es verdad" Si no hubiese sido por su dignidad y educación Malfoy, le hubiese gritado y mostrado exactamente por donde podía ese pelirrojo meterse el apodo. Sencillamente opto por dirigirse a su chico "Si tantas ganas tienes de humillarme, lo mínimo que puedes hacer es quitarme tú la capa. Se un caballero Potter, pero cuidado que a lo mejor te llevas una sorpresa"

 

Harry acepto el reto, se acerco a su rubio, y le susurro al oído "Siendo tú, no hay humillación posible. Se que al final nadie podrá dejar de admirarte"

 

Y aunque su moreno no podía verle, Draco sonrió. Si alguna vez tuvo algo claro en esta vida, eso era su amor por Harry. Su chico merecía todo, incluso vestirse de blanco. Nunca jamás había llevado ese color. Lo odiaba. La razón era bien sencilla. Sus rasgos pálidos, su pelo rubio, y sus ojos grises, hacían que vestirse de blanco resultase igual que disfrazarse de un cadáver. Pero Harry, quería verlo así, y así lo haría.

 

Lo primero que hizo el moreno fue bajar la capucha. Draco miraba al suelo, por lo que lo único visible era su pelo aun húmedo, una cabellera que llegaba hasta media espalda. Espero un momento, pero como Draco no levantaba la cabeza, decidió seguir. Desabrocho la capa y la deslizo por los delgados hombros hasta retirarla por completo. Ante sus ojos y los de toda la sala quedo un Draco vestido con una sencillez como nunca antes. Una túnica blanca, sin ningún bordado o adorno, que caía hasta sus rodillas y que se ceñía a su cintura con un cordón plateado. Las mangas eran muy largas y caían tapando sus manos casi hasta los dedos. También vestía un pantalón blanco igual de sencillo, y unas deportivas del mismo color que hicieron sonreír a Harry. Seguía siendo su hermoso ángel. Pero faltaba algo...

 

"¿Dónde has dejado tus alas?" Con el pelo cayendo a ambos lados de la cara, pues seguía mirando al suelo, Harry no pudo verle la sonrisilla sarcástica que tanto utilizaba, pero si que pudo oír un susurro, el de un hechizo, y seguido el murmullo de admiración del resto de la sala.

 

De la espalda del rubio, habían aparecido por arte de magia (nunca mejor dicho) dos enormes alas. Estaban medio extendidas, exhibiéndose de una manera discreta. Toda su extensión era de plumas, blancas en su punta pero que se oscurecían ligeramente al llegar a la raíz. Como un ángel bajado del mismísimo cielo. Harry no podía quitarle los ojos de encima. Bueno, ni él ni el resto del salón.

 

Sirius se encargo de romper el momento.

 

"Vaya con el angelito. Quien diría que el príncipe de Slytherin pasaría a ser un adorable querubín. Esto va a arruinar tu reputación, Draco"

 

"No lo creo" contesto el aludido y acto seguido levanto la cabeza para dejarles ver su rostro. Una exclamación se extendió por toda la sala, mientras Draco se erguía con la cabeza bien alta para que todos viesen la totalidad de su disfraz.

 

Harry sonrió. Lo hizo no solo por la muestra de orgullo que acaba de dar su novio, sino también como aprobación ante lo que veían sus ojos.

 

El rostro de Draco tenia una palidez mucho más marcada de lo normal. No era enfermiza, sino etérea, como de un mármol blanco. Los ojos estaban enmarcados en negro, lo que provocaba que pareciesen más grandes e intensos. Todo el contorno de los ojos, párpados incluidos, estaban maquillados de un rojo sangre. Por sus mejillas caía un rastro negro de ‘lagrimas'. Los labios también estaban pálidos, aunque se podía apreciar aun algo de color.

 

"Yo diría que más que un ser celestial, parece un ángel caído, padrino" sus ojos verdes no habían dejado de mirar los grises así como tampoco su sonrisa de satisfacción se había borrado de su rostro.

 

Draco se acerco a Harry y le tomo la mano para sacarlo a bailar. No le importaba que tuviesen a todo el colegio mirándoles. Harry estaba impresionante y el quería exhibirse ante todos los cretinos que habían ido allí solamente para poder burlarse de su disfraz. Acababa de demostrar quien era Draco Malfoy, y que aun vestido de angelito blanco seguía siendo el frío príncipe de las serpientes.

 

Harry se dejo llevar y cuando la música comenzo una nueva canción tomo a su chico por la cintura y bailo. No se le daba bien, pero parecía que esa noche todo era posible.

 

No tardaron mucho en seguir su ejemplo otras dos parejas, mientras que cierto matrimonio se conformaba con mirarlos mientras se hacían arrumacos.

 

Y es que al final, la noche no había sido tan mala.

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