Capitulo 1
Inglaterra, Julio de 1783
El chico permanecía quieto delante de la tumba con las manos juntas y la cabeza baja. Su cabellera caoba y ondulada ondeaba enredándose con el viento glaciar de la noche. Su cuerpo, pequeño y esbelto, mas de un niño que el de un hombre, se contraía con el frío pero se mantenía rígido y quieto, como si quisiera formar parte de la quietud del cementerio. Llevaba un pijama largo que apenas le protegía del frío e iba descalzo. Sus ojos, oscuros como el chocolate, se abrieron tenuemente para soltar una lágrima que rodó por su mejilla.
- ¿Lloras niño?- Una voz que en un primer instante le pareció sobrenatural le hizo sobresaltarse, provocando que abandonara su silencio y se moviera hacia atrás.- No deberías.
Ante suyo un hombre reposaba encima de una de las lapidas con gesto insolente y semblante serio. Tenía un pelo largo y liso que brillaba con luz bajo la luna y sus ojos perecían tener un destello rojo pero su iris era azul y resplandeciente. El chico permaneció aturdido ante la visión de ese hombre tan bello por unos segundos, pero no tardo en echarse atrás percatándose de lo sobrenatural de esa presencia.
El mal disimulado asombre y miedo del chico hicieron sonreír discretamente al otro que se levanto mostrando una gran diferencia de estatura.
- Tú eres Dorian.- Afirmo acercándose a el tan rápido y abruptamente que el chico aun retrocedió mas.- Y yo soy Fox, eso es un echo. Ahora que conoces mi nombre quizás mi presencia no te sea tan lejana y quieras abrir esa boquita tan bonita al menos para gritar pidiendo ayuda, aunque no vengo para dañarte.
Dorian abrió los ojos e intento ponerse de pie temblando.
- Tienes 16 años. ¿Verdad?
- ¿Eso a usted que le importa?- Dijo Dorian aferrándose a si mismo sin perder de vista los ojos del otro.
- Tienes razón, me trae sin cuidado. Lo que si me importa es el porque de tus lagrimas. ¿Quién hay en esa tumba? ¿Y por que merece que un ser tan bello como tu derrame lagrimas en su corta existencia?
- Mi hermano, mi hermano.- Dijo Dorian apartando la mirada del ser y dirigiéndola a la tumba.
- ¿Tanto le amabas?
- No... no, no lo amaba y no lo hago ahora que ha muerto, mejor dicho, que se pudra en el infierno.
El otro estallo en una carcajada que retumbo por todas las piedras del lugar, luego y sin que Dorian tuviera tiempo de asimilarlo el ser se encontraba a su espalda abrazándole fuertemente contra su cuerpo.
- Niño, niño... El amor que profesas para tu hermano es digno de admiración. - Poso uno de sus dedos encima de la mejilla del otro y lo acaricio levemente.- Si te digo que tu hermano esta en un lugar peor que el infierno... y que muy pronto tu vas a seguirle... y allí ya no podrás hacer nada para librarte de el...
Dorian tembló al sentir las manos de ese ser tocándole, pues estaban heladas, igual que su aliento que susurraba aquellas frases mas como una advertencia que como una pregunta.
- Eres muy bello, tanto que deseo hacerte mío. Nos veremos muy pronto.- El hombre se esfumo y Dorian se giro de golpe intentando buscar en la oscuridad algún signo de que alguien había estado allí con el.
- ¡Señorito! ¡Señorito!- Unas voces a lo lejos del cementerio lo hicieron alarmarse y echar a correr escondiéndose entre las tumbas. Pero el ladrido de los perros y los gritos no tardaron en encontrarle. Unos hombres robustos lo cogieron mientras debatía por escaparse de sus garras hasta que uno de ellos exclamándose en una lengua desconocida para el le propino un golpe en la cabeza que lo dejo aturdido.
-------------------------------------------------------------
Cundo Dorian se despertó se encontraba en una habitación grande y lujosa, pero sus ventanas se encontraban selladas con barrotes y sus grandes puertas de madera seguro tenían mas de un cerrojo para impedir que el pudiera salir. Se sentó en la cama percatándose de su desnudez y no tardo en encontrar a un lado de la cama un pijama son el que cubrirse y así lo hizo, aun percatándose de la luz del exterior.
Se oyeron unos ruidos extraños y la puerta de madera se abrió con pesadez dando paso a un hombre de aspecto noble y viejo que se encamino hasta un lado de su cama.
- ¿Cómo te encuentras hijo?
- Bien padre.- Dorian suspiro con pesadez y se cubrió un poco más con las mantas.
- Pobrecito hijo mío, tan joven y ya tan enfermo como tu madre- Dorian frunció el ceño pero no replico nada, de nada servia.- Pero no sufras, niño mío, te cuidaremos bien hasta el final de tus días.
El mayor le acaricio suavemente la cabeza y permaneció en silencio observando ausente a su hijo.
- Papa... ¿No piensas preguntarme por que me escape?
- ¿Escaparte? ¿Cómo pudiste escaparte con lo enfermo que estas? Hijo mío, ni siquiera puedes moverte de la cama.
Dorian abrió los ojos y su labio inferior tembló por un momento pero cerro los ojos con resignación, y aun su miedo, se atrevió a preguntar.
- Claro padre. ¿Ni siquiera quieres preguntarme por que fui a la tumba de Russel?
La expresión serena de su padre pareció turbarse un momento pero sus ojos se clavaron con determinación sobre el menor.
- ¿Russel? Russel murió hace mucho tiempo y yo ya no le consideraba mi hijo, tu eres la única descendencia que tengo, pequeño. Y como te he dicho tu ni siquiera puedes moverte, no pudiste ir a ningún sitio.
Dorian se escondió aun mas entre las sabanas.
- Si, papa, tienes razón. Estoy enfermo, cansado y quiero dormir.
- Dejare que descanses, hijo.
El anciano se retiro de la habitación y el sonido de los cerrojos y las llaves cerrando de la puerta volvió a retumbar en la cabeza de Dorian que cerro fuertemente los ojos y se dispuso a dormir en una telaraña de sueños confusos.
-------------------------------------------------------
- Señorito Grey... despierte por favor.
La suave voz de una de las criadas, Elisa, le despertó y se apoyo en la cama para comprobad que ya era de noche nuevamente.
- ¿Qué quieres?
- Su comida señorito... El señor Grey nos dijo que usted le había dicho que no tenia hambre... pero pensé que un poco de comida no...
- ¿Esa es su forma de castigarme?- Dijo Dorian contemplando ansioso la comida que le había llevado la criada.
- Señorito... el señor esta muy preocupado por usted, además no llegan buenas noticias de América y...
- Si, si, no lo excuses.
- Señorito...- Dijo la chica con pena.- Yo... lo lamento mucho...
- Claro, dame la comida, me muero de hambre.- Dorian cogió el plato que le había llevado la chica y lo comió con avidez.- Gracias... eres muy valiente.
- Yo... es que yo...- La chica se sonrojo y con cariño acaricio la mejilla de Dorian.
- No seas tan atrevida.- El chico aparto su cara y fijo su vista en el plato.
- Es que yo señorito... yo... le quiero... yo...
- ¡Eso no me importa! Dime, que puedo hacer con el amor entre estas cuatro paredes, ¡Dímelo! En esta maldita habitación donde todos dicen admirar mi belleza y se lamentan de mi enfermedad y de que esta no me deje salir... ¡Cuando todos saben que estoy más sano que el loco de mi padre!
- ¡Señorito!- Exclamo la chica.
- ¡Largarte de aquí, ahora mismo! ¡No quiero amor! ¡Solo quiero salir de aquí!
- ¡Como quiera!- Exclamo la chica cogiendo el resto de la comida.- Pero usted de aquí no va a salir nunca, y soy la única que cuida de usted, me da lo mismo. ¡Es usted mío aunque no quiera!
Dorian se llevo una mano a la cabeza y se echo a la cama escondiendo su cara entre las almohadas.
--------------------------------------
Sentía frío, Elisa, en su enfado, no había encendido la chimenea y la habitación se estaba congelando por momentos y, a ese paso, el iba a enfermar de verdad. Tiritando de frío y cubriéndose con una de las mantas se dirigió a la chimenea e intento descubrir como prender fuego, pero no recordaba haberlo echo nunca.
- ¡Maldita sea!- Dorian corrió hacia una de las luces de óleo y la arrojo contra el fuego con fuerza. El fuego prendió la madera pero también la manta que el llevaba encima.- ¡Mierda!
Dorian se alejo de las llamas y busco con la mirada agua, pero no encontró nada que le sirviera, las llamas empezaron a prender fuego a los muebles de su habitación.
- ¡Ayuda!- Dorian se dirigió a la puerta y empezó a golpearla. - ¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude! ¡Fuego! ¡Maldita sea, fuego!- Empezó a toser con fuerza, y con una mano en la garganta se alejo de las llamas hasta el ventanal, lo abrió y sus pequeñas manos se aferraron con fuerza a los barrotes de hierro.
- ¡Ayuda!- Se llevo las manos a la boca en otro ataque de tos.
- ¡Dorian!- Una voz alarmada le llamo del otro lado de la ventana, levanto la vista y sus ojos se abrieron alarmados y cayo atrás en el suelo.- ¡Dorian! ¡No te muevas!
Detrás de la ventana se encontraba un hombre robusto y fuerte, de pelo rubio ondulado y ojos azules, aferrado a los barrotes que se empezaron a torcer bajo sus manos como si se tratara de simple papel. El hombre entro con urgencia dentro del cuarto en llamas y recogió a Dorian del suelo, el cual se encontraba con los ojos muy abiertos y tartamudeaba algo inentendible, mirándole con horror.
- Mi amor, tranquilo, yo te llevare a salvo. - Susurro el hombre en su oído. Luego, y con una rapidez sobrenatural, salto por la ventana.
---------------------------------------------------------
- No debería de haber llevado a ese chico aquí, aun no era el momento.
- Si lo llega a dejar en esa casa el momento no habría llegado nunca.
- Nos puede traer problemas con el Anciano, Russel es aun muy joven no debería de elegir a nadie siendo tan...
- Yo me ocupare de todo hermano, tú no hagas nada. Ve con Nikolai y cierra esa bocota antes de que me enfade.
- Esto te traerá problemas Fox.- Advirtió el otro antes de que su presencia se esfumara de la habitación como una ráfaga de viento.
- Si, Louis, por supuesto. ¡Oh! ¿Te has despertado?- Dijo Fox acercándose a Dorian que le miraba des del lecho en el que lo habían acostado.- Te toco pasar un mal rato bonito.- Alargo la mano para acariciar la frente del chico pero este se aparto bruscamente.
- ¡No me toques!- Su grito provoco el silencio de Fox que lo miro con ojos severos.- ¿Qué eres? ¿Quiénes sois?... ¿¡Por que Russel estaba vivo?!- Grito el chico llevándose las manos a la cabeza con sus ojos reflejando puro horror.
- Bueno, esta claro que es normal tu enojo, pero no la pagues conmigo.
- ¿Enojado? Estoy aterrorizado...- Susurro Dorian.- ¿Y que haces tu aquí? ¿Quién eres?
- Soy Fox, hola.- El pelinegro al comprobar la mirada de enojo que se llevo por la bromita callo y se aclaro la garganta.- Soy Fox, y soy un vampiro.
-------------------------------------------------------
- ¡Fox!- El hombre rubio interrumpió en la habitación con agresividad, casi llevándose la puerta por delante.
- Russel, tranquilo, respira y no destroces nada.
- ¡Dorian!- Russel se dirigió a la cama y se sentó al lado de Dorian que lo miraba apoyado de espalda a la pared.- ¡Dorian!- Se abrazo a el con fuerza, con la justa, pues no quería lastimar al chico que lo miraba con los ojos muy abiertos.
- Russel... - Dorian no respondió al abrazo pero si llamo a su hermano que sin romper el agarre se aparto un poco de el para mirarle a los ojos.- ¿Vampiro? Si, pareces un vampiro... Nunca tuviste la piel tan blanca, ni los ojos tan brillantes... y no eras tan fuerte como para romper los barrotes de mi cuarto...
- Shhht...- Russel lo urgió a callar volviendo a abrazarse a el.- Tranquilo, mi amor, la noche se acaba pero permaneceré a tu lado y te contare todo... Fox, vete.
- ¿Para que me quieres fuera? ¿Acaso quieres hacerle algo con lo abrumado que ya esta?
- ¡He dicho que fuera!
- Vale, vale.- Antes de salir Fox se acerco a la cama y con un susurro de dirigió a Dorian.- Si pasa algo solo llámame, te oiré por mas lejos que este.
- ¡Largo!- Grito Russel airado, Fox se fue sin mirar atrás como rato antes lo había echo el otro hombre.- Dorian... Pequeño, ya esta no sufras más, no tendrás que volver a esa casa, mi amor...
- No me llames así.- Dorian intento apartar a Russel de su cuerpo pero comprobó que la fuerza que este ejercía le hacia inamovible.
- Dorian...- Russel lo miro perplejo por un momento pero acto seguido volvió a abrazarse a el.- Si, somos vampiros, todos los que estamos aquí. El Anciano elige a sus hijos... yo fui uno de esos elegidos, ya conocerás a los demás, a mis nuevos hermanos, Fox es uno de ellos, hace un siglo o algo por el estilo que es vampiro ya, aunque no es uno de los mas antiguos...
- Para un momento Russel.
- ¿Qué pasa?- Russel se aparto de nuevo para mirarle a los ojos.
- Tú me dices que un anciano elige a sus hijos, de acuerdo, perfecto. ¿Que hago yo aquí?
- ... Los hijos del anciano tienen derecho a escoger a alguien... como... su pareja.
- ¿Qué? Y entonces...
- Yo te elegí a t...
- ¡Apártate de mi!- Dorian salio de un salto de la cama mirando a su hermano con horror y asco mezclados.- ¡Que crees que estas diciendo!
Russel se acerco a el tan rápido que no tuvo tiempo de verlo y se encontró en sus brazos que, sin ningún esfuerzo aun su oposición, le llevaron de nuevo a la cama.
- Se que tu también me amas... ¿Por qué sino irías a mi tumba a llorarme?
- ¿Qué dices, idiota? ¡No iba a llorarte! ¡Iba a que, aun muerto, cumplieses tu promesa! ¡Dijiste que me sacarías de esa casa!
- ¡Y lo he hecho!- Russel lo empujo con fuerza encima la cama y con una mano en su pecho lo mantuvo quieto estirado en ella.- ¡Pero sabes que hermanito! ¡Todo tiene un precio!
En un instante los labios de Russel apresaban los de su hermano con furia mientras este golpeaba su espalda. Russel obligo a Dorian a abrir la boca para recibirle y Dorian pudo sentir como sus afilados dientes se clavaban en su carne y no tardo en sentir el sabor metálico de la sangre y la lengua de un eufórico Russel que enloquecido por el contacto con la sangre se mostró aun mas violento.
- ¡Detente!- El grito desgarrador de Dorian resonó en toda la habitación. Dorian se llevo las manos a la boca cubriéndola y notando como la sangre manaba de sus labios, mientras su respiración agitada y su corazón acelerado no le dejaban pensar con claridad. Russel por otra parte se quedo contemplándolo ausente por un momento, pero enseguida bajo su boca hasta los pequeños caminos que la sangre formaba de la boca de Dorian hasta su cuello, y los resiguió con su lengua.
- ¡Para de tocarme, asqueroso! ¡Soy tu hermano!
- Eso ya lo se.- Dijo Russel en un jadeo, sus ojos brillaban extasiados.- Pero no me importo nunca y menos ahora que soy un vampiro. Puedes decir que es pecado, pero ya me convertir en un diablo en el mismo momento en que puse mis ojos en ti y transformando en un vampiro he entrado de lleno al infierno.
- ¡No me arrastres contigo!- Dorian dirigió su puño hasta el rostro de Russel, pero este solo ladeo un poco la cabeza para luego mirarle divertido.
- Lo siento pero ya es demasiado tarde, es tu culpa por provocarme. Por ser tan bello, por mirarme con esos ojos suplicantes, por hablarme en susurros...
- ¡Cállate! ¡Estas loco! ¡Fox!- El grito de Dorian enseguida fue escuchado y Fox apareció de repente al lado de los dos hermanos. Russel lo miro por un momento para luego apartarse de Dorian.
- ¡Russel! ¿Qué le has hecho?- Dijo mirando con preocupación en rostro sangrante de Dorian.- ¡Maldita sea, contrólate un poco hermano!
Russel se aparto aun más de los dos mientras que Fox se acerco al menor que se había refugiado en la cama.
- Eres demasiado impulsivo... ¿Y si llegas a lastimarle de verdad? ¡Si le hubieras desangrado quizás no pudiéramos haber echo nada!- Fox gritaba pero no parecía importarle a Russel que le miraba impasivo des de su rincón.- ¡Muy bien! ¡Haz lo que te venga en gana! Dorian ven conmigo.
El final Russel reacciono mostrándose enojado y agarro a Fox por el brazo mirándole amenazadoramente.
- No te atrevas.
- Hay unas normas querido hermano que hay que respetar, ya has roto unas cuantas, antes de que mates a nadie bajo este techo...
- ¡No voy a matarle!
- ¡No te controlas, todavía eres muy joven!
- ¡Cállense!- El grito de Dorian los dejo mudos y pararon la discusión para mirarle. Aun su notable terror el chico los miraba con determinación y enojo.- ¡Déjenme en paz! ¡Yo también tengo derecho...!
- No lo tienes. Desde que uno de nuestros hermanos elige a una pareja este pierde todo poder de decisión a nuestros ojos y...
- ¡Y quien fue el imbecil que invento estas normas!
De repente las caras de los dos vampiros se contrajeron en un rictus doloroso y Russel soltó una exclamación llevándose las manos a la cabeza. Dorian los miro sorprendido pero no dijo nada aguardando a que ellos mismos se explicaran.
Fox permaneció en un silencio incomodo hasta que lo rompió con voz levemente quebrada.
- Debemos irnos, uno de nuestros hermanos mayores nos llama pero... Dorian, prepárate para convertirte en uno de nosotros.
Antes de que Dorian pudiera contestar los dos vampiros habían desaparecido de su vista, quedo atónito por unos minutos mirando el punto en donde antes de encontraban su hermano y Fox y luego reacciono llevándose una mano a los labios que aun sangraban levemente. Giro sobre sus talones y corrió hacia la cama escondiéndose sollozando lastimeramente entre las sabanas.
-------------------------------------------------
Lo despertó una suave caricia en su mejilla, que luego se dirigió hasta su frente para apartar los cabellos de su cara, abrió los ojos y ante suyo vio a un hombre de no mas de 20 años de largo pelo liso y castaño que lo miraba entre interesado y asustado con sus ojos marrones.
- ¿Quién...?
- Me llamo Louis soy el consorte de Nikolai... pero seguramente no le conoces aun yo...
- ¿Dónde están Russel y Fox?
- Me encargaron cuidarte, están discutiendo con el Anciano si convertirte, la sangre de Russel no es fuerte aun.
- No se de que me hablas.- Dorian escondió su cara entre las almohadas.
- Ya lo se, pero... yo me encontré como tu, me llevaron de repente y ni siquiera sabia quien era que me reclamaba, en mi vida había visto a Nikolai...
- ¡No me importa! ¡Si tu sabes lo que es pasar por esto sácame de aquí!- Dorian se levanto y cogió a Louis por el cuello de la camisa.- ¡Es mi hermano! ¡Es asqueroso! ¡No es normal! ¡Va contar la ig...!
- Aquí lo que la iglesia quiera importa poco y... en realidad en tu vida mortal tampoco debería de haber importado, pero supongo que ahora esto no te sirve de nada... Estoy aquí para explicarte como funciona esto...
- ¿Eres tonto o que? No me importa saber como funciona esto... ¡Sácame de aquí! ¡Des de que era un niño me encerraron! ¡Ahora que he salido de esa casa no quiero continuar igual!
Louis lo miro en silencio por unos momentos y luego en un susurro le dijo.
- De... de acuerdo...
- ¡Gracias!- Dorian se lanzo encima para darle un abrazo que fue correspondido por el vampiro que le miraba con aprensión.
- Pero debemos darnos prisa, amanecerá pronto.
-------------------------------
Louis llevaba en brazos a Dorian mientras corrían por el bosque, habían dejado atrás las torres que servían de guarida a ese clan de vampiros, al llegar ya muy lejos, seguramente más allá del bosque, mucho más allá de las tierras de su padre Louis paro y depositó al chico en el suelo.
- A partir de ahora apañatelas tú solo, yo ya me he buscado demasiados problemas.- Dijo Louis nervioso.
- No se como agradecértelo.
- Yo habría dado cualquier cosa para que alguien hiciera esto por mí...- Louis hizo ademán de irse pero se detuvo nuevamente.- ¿Tienes dinero?
Dorian enarco una ceja.
- ¿Cómo quieres que tenga?
- Si, claro, bueno... ya... sabrás arreglártelas... mmh...
- No hace falta que te preocupes...- Se quedaron los dos en un extraño silencio que Dorian rompió.- ¿Cuánto hace que eres vampiro?
- Solo... solo un año... Nikolai es muy antiguo pero...- Louis lo miro y le sonrió.- Serias un vampiro magnifico Dorian.
Dorian no contesto a eso y haciendo un movimiento de cabeza a modo de despedida echo a andar sin rumbo ni destino.
Continuará