-Dime- era todo lo que pronunciaba, era todo lo que le importaba saber, pero la única persona que podía responderle a esa pregunta estaba muerta.
-Crees que se recupere- preguntaba Sakura a Tsunade, no porque le importará verlo bien, sencillamente por costumbre, ya no lo quería, pero se había acostumbrado a preocuparse por él.
-No lo sé, fue un trauma muy grande... sea como sea, recuperarse depende de él enteramente... dime Sakura si él se recupera, ¿tú estarás a su lado?... ¿lo perdonarás?- la pregunta no era porque ella sintiera compasión por él, sino sencillamente porque no quería que el sacrificio de su pequeño rubio hubiese sido en vano.
-No... nunca podría perdonarlo, al igual que nunca podré perdonarme a mi misma, pero tampoco lo dejaría solo, a Naruto no le hubiese gustado eso...- quiso seguir pero raudas lagrimas se lo impedían, no era la misma kunoichi desde que su mejor amigo había muerto, ya casi no sonreía y las lagrimas emanaban de ella con excesiva facilidad.
-Pues yo creó que deberían haber dejado que este idiota se pudriese junto a Orochimaru, después de todo si no fuera por él... si no fuera por él Naruto estaría vivo...- La Godaime no dijo nada para reprenderlo, en el fondo sentía un rencor similar hacía el menor de los Uchihas, pero aún así le hizo una seña a Sai para que abandonase la habitación, donde Sasuke se hallaba confinado.
Sasuke estaba con vida, pero "no vivía", no desde que eso paso, él realmente había querido salvar al kitsune, pero no pudo, Naruto dio su vida por salvar la de un traidor, el rubio murió porque Sasuke Uchiha decidió abandonar la aldea y unirse a Orochimaru, porque el Uchiha decidió luego traicionar a Orochimaru y utilizar al único amigo que le quedaba para atraer a su hermano, pero no contó con atraer también a su ex maestro, y una alianza efímera de estos dos seres para atacar a Sasuke fue todo lo que se necesito para arrebatar la vida de Naruto Uzumaki, en pocas palabras había sido Sasuke Uchiha quien mato a Naruto Uzumaki. La mayoría de la aldea estaba feliz de que el pequeño rubio, que acababa de cumplir sus 15 años, hubiese muerto, por eso la traición de Uchiha fue perdonada, aunque los ancianos del consejo dijeron que se debía a que Sasuke ya no representaba ninguna amenaza, debido a su "frágil estado mental".
Los únicos que de verdad sintieron la perdida fueron sus amigos, aquellos cuyas vidas habían cambiado, gracias al ninja más escandaloso de Konoha, todos ellos asistieron a su funeral, casi todos ellos lloraron, algunos de ellos, quedaron tan destrozados como el propio Sasuke, en especial Iruka, Tsunade e Hinata, quienes amaban profundamente al chico de los ojos azules; claro que Sakura y Kakashi, también se sentían terriblemente mal, pero ambos sentían la culpa de haber preferido en incontables ocasiones al frío y calculador Uchiha, antes que al ingenuo y confiable Naruto.
Algunos prefirieron ocultar la profundidad de su dolor, como Sai y Gaara, ambos querían a Naruto a su manera, como amigo, como hermano... quizás como algo más. Pero ellos eran los duros, ellos eran los que jamás mostraban sus sentimientos así que solo se dedicaron a observar por última vez el ataúd y se marcharon, no lloraron, las lagrimas no podían apaciguar su dolor, solo una cosa calmaría aunque fuese un poco su pena y eso sería acabar con el menor de los Uchihas, pero ninguno de los dos lo haría, eso sería liberarlo de su culpa, enviarlo a donde estaba Naruto y eso no lo podían permitir. Ese día sin duda fue muy gris, para todos ellos, y para todos los demás que también eran sus amigos y se encontraban allí.
Aunque hubo alguien, una sola persona, que amaba al rubio como todos ellos, quizás... solo quizás más que todos ellos, pero él no podía estar allí, él "no merecía" estar allí, porque él había sido el responsable de su muerte, y él lloro por eso, si Sasuke Uchiha lloro por alguien, por alguien que verdaderamente amaba, pero a quien jamás había valorado, por alguien que pensó que siempre iba a estar allí, por alguien a quien siempre deseo tener a su lado, aunque él mismo lo hubiese alejado, alguien que sabía que le iba a perdonar todo, aunque el resto del mundo lo odiase, porque sabía que su corazón era puro y diferente al de los demás, y era esa cualidad la que enamoraba a todos aquellos que le daban una oportunidad a Naruto de mostrar lo que era en realidad.
Y fue un día de invierno en el cual Naruto Uzumaki, dejo de existir, y se llevo a su paso a Sasuke Uchiha, porque sin Naruto, Sasuke no era más que un simple cascarón vacío, su alma no era nada, y su mente solo vagaba en los recuerdos, y así era todo, cada día, un joven de ojos tan negros como la noche e igual de vacíos que no podía olvidar al joven que había sido como el cielo y el sol; sencillamente porque lo había amado, como jamás amó, y solo cuando estaba a punto de perderlo, por su propia culpa, solo entonces se atrevió a decírselo, pero Naruto no pudo contestar, solo sonrío con dulzura y sus últimas palabras murieron en sus labios -Sasu...ke... yo... te...-
Y Sasuke estaba vivo, pero no vivía, respiraba, comía, dormía, pero estaba muerto, y su alma estaba en el infierno, lejos de Naruto, porque por mucho que un demonio ame a un ángel, jamás va a merecer estar a su lado, y sus labios se abrían nuevamente para pedirle a su amor que le dijera esas últimas palabras que no había podido decir - dime... Naruto... dimelo... - pero nunca obtuvo respuesta.