Hagi se sentó en una silla mirando el interminable océano que mecía la base principal del Red Shield. Tomó su chelo y comenzó a tocar. Los recuerdos de Riku pidiéndole que le enseñara a tocarlo le vinieron a la mente. Sonrió para sus adentros. Antes solo los recuerdos de Saya enseñandole aquello aparecían.
-¡Aquí estás Hagi!- Riku apareció por detrás del joven.
-¿Acaso le sucedió algo a Saya?- su única misión era protegerla. Riku negó con la cabeza.
-Mi hermanita está durmiendo ahora.- Sonrió.- ¿Recuerdas que me dijiste que me enseñarías a tocar¿qué te parece ahora?- preguntó animandamente.
Hagi lo pensó por unos segundos.
-De acerdo- contestó y a continuación se puso de pie y lo invitó a Riku a sentarse. El niño tomó asiento y Hagi le alcanzó ambos objetos. -Solo tienes que hacer que la música fluya.- Se colocó por detrás de él y le tomó ambas manos para guiarlo. Comenzó a moverlas lentamente haciendo que la música empezara a fluir nuevamente. Sintió las manos de Riku y un escalofrío le recorrió la espina dorsal. ¿Qué estaba pensando?.
-¿Acaso sucede algo Hagi?- Preguntó inocentemente Riku. Las manos del morocho habían soltado las de Riku súbitamente. Hagi negó con la cabeza. Más para sacarse aquellos pensamientos de la cabeza que para contestarle. Acercó nuevamente sus manos a las del pequeño y comenzó a surgir nuevamente la música.
-No me sale.- se dió por vencido Riku luego de un rato. -Mejor será que te observe ¿si?- dijo con una sonrisa poniéndose de pie.
Comenzaba a atardecer.
Hagi se sentó y empezó a tocar lentamenre para que Riku pudiera luego seguirlo. Levantó la vista un momento y pudo observar cómo Riku imitaba sus movimientos con un chelo imaginario. Al darse cuenta de que el morocho lo estaba observando, Riku levantó la vista y sonrió.
Hagi se sonrrojó levemente. -Creo que ya estoy listo...- Riku se acercó lentamente a Hagi- ...pero voy a necesitar un poco de ayuda igual.
Sin previo aviso Riku se sentó sobre las piernas de Hagi, quien se quedó atónito. Tomó ambas manos del joven y comenzó a imitar sus movimientos. -Ahora sí me sale!- Festejó sin dejar de tocar. Hagi podía sentir un calor que inundaba todo su ser. Cuando terminó la canción, Riku se puso de pie.
-Muchas gracias.- dijo depositándo un fugaz beso en su mejilla antes de echarse a correr.
Hagi se tocó la parte del rostro que Riku había besado. ¿Qué había sido todo aquello? se preguntó, sonriendo inconscientemente.