Hacía frío... mucho frío cuando el padre de Takashi Morinozuka lo sacó de su tibia cama muy temprano, y lo obligó a colocarse el traje de entrenamiento que era muy liviano... Salieron al jardín y Takashi sintió que no había sentido en su vida el verdadero frío como el de esa nevada mañana.
- Aquel... es el joven Mitsukini - dijo su padre señalando a un niño de su edad, un poco más pequeño que él, que llevaba también puesto la yukata y estaba de pie en la nieve frente al enorme maestro del Dojo
Ese pequeño niño temblaba de frío bajo la nieve, pero no podía descuidarse ya que estaba en posición defensiva. Estaban siendo observados por otros alumnos del Dojo, cuando sin motivo aparente el líder del Dojo lo atacó.
Takashi se sobresaltó al ver el golpe que hizo que la nieve se elevara mucho, pero para su sorpresa, el pequeño ya no estaba ahí.
Con un ágil movimiento el pequeño se había colocado detrás del enorme hombre y le había dado un puntapié con todas sus fuerzas, haciendo que este casi perdiera el equilibrio. Sin embargo el otro contestó el ataque haciendo que el pequeño Mitsukuni volara hacia un lado y se enterrara en la nieve... Algunos alumnos ahogaron un grito preocupados de lo que el maestro había hecho a su propio hijo... pero el maestro dio una carcajada divertida.
- JA JA JA, bien hecho Mitsukuni!, para ser tan pequeño, los resultados y avances han sido muy buenos, levántate y ve a tomar un baño...
De entre la nieve, el pequeño niño rubio emergió limpiándose la nariz, con una mirada impasible - si padre - se levantó y dando media vuelta fue hacia la parte trasera del Dojo, donde estaban preparando los baños de vapor...
- Takashi-kun... - dijo su padre al pequeño que había observado todo, y que estaba sorprendido por el temple y aguante del otro pequeño - Ese niño pronto se convertirá en el heredero de este dojo y su linaje... y tu, como los anteriores miembros de nuestra familia... tendrás la obligación de protegerlo - el padre tomo a Takashi de los hombros y lo giró para poder verlo a los ojos - Takashi... tu tienes que ser tan fuerte o tal vez más fuerte que ese niño para poder protegerlo... entiendes?
Takashi afirmó con la cabeza
- bien, entonces ahora ve con él, preséntate por que es hora de que lo conozcas, ya que desde hoy, serás su compañero y guardián - dijo dándole una ligera nalgada.
Takashi se dirigió a la parte trasera del jardín, donde había una entrada para el baño de vapor, pero ahí vio sentado al pequeño Mitsukuni, con la yukata empapada y temblando de frío... miraba fijamente sus pies y deditos, que estaban rojos y a punto del congelamiento...
Takashi se acercó y amablemente se presentó...
- Hola... - silencio incómodo - ¿te encuentras bien? -
Mitsukuni tardó un poco en reaccionar, pero lentamente volteó a ver a Takashi, con unos enormes ojos castaños y brillantes, llenos de lágrimas, se veía mucho mas pequeño e indefenso, y entendió que había esperado hasta entonces para llorar sin que lo viera su padre...
- ah!... estas lastimado!! - dijo Takashi quien sin saber muy bien que hacer, tomo la parte superior de su propia yukata (que no estaba tan mojada por la nieve) y con cuidado envolvió los piecitos de Mistukuni. Este lo miraba sorprendido aún con ojos llenos de lágrimas. Luego Takashi tomó sus manitas entre las suyas y comenzó a trata de calentarlas con su aliento.
Mitsukuni miró a aquel niño, de piel morena y cabello oscuro, que sin saber por que, lo estaba ayudando de esa manera, como si hubieran sido amigos desde siempre.
Cuando Mitsukuni recuperó la movilidad en sus deditos, Takashi lo miró con una sonrisa.
- no es tan malo, ves?, ya podrás moverte, será mejor que tomes ese baño antes de que nos congelemos los dos...
- Mitsukuni ...
- Eh?
- Me llamo Mitsukuni... - dijo tímidamente
- Um! yo soy Takashi Morinozuka... y voy a protegerte de ahora en adelante...
- Mori-san...
- puedes decirme Takashi - dijo levantándolo rápidamente en brazos y llevándolo dentro hacia los baños...
- Takashi... kun ... arigatou...
********************************************