Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Just A Game por Fake Flower

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

I just LOVE this paiting... ♥ Y después de subir esto seguire con mi otro fanfic... <3 Adoro los One-Shot. LOL

 

X.X.X.X.X.X.X

Para él, hacerlo con cualquiera no era más que un simple juego. Algo de niños. Podía pasar la noche con cualquiera y a la mañana siguiente desecharlo como si nada hubiera pasado. Después de todo, nadie le creería al desechado si llegaba a decir algo. Al fin y al cabo, el que tenía poder era el que siempre ganaba. O al menos eso era lo que creía. Entre personas poderosas y famosas, era más fácil. Se dejaban llevar con facilidad, esto no era más que un juego también, una forma de deshacerse del estrés, de los problemas. Extraña forma, pero bastante eficaz.

Nuevamente se encontraban en el mismo bar, bebiendo como siempre solían hacer. De vez en cuando se les podía ver ahí, buscando presas para luego llevarlas a la cama. De vez en cuando lo hacían entre ellos, disfrutando del momento que al día siguiente olvidarían. “Sólo por esa noche”, solían pensar mientras se besaban apasionadamente en la cama. Todos eran iguales. O al menos la mayoría en ese negocio. Siempre preferían hacerlo con hombres, ya que había menos riesgos en cuanto a todo. Además, la mayoría eran homosexuales o bisexuales, así que no había problema. Y si salía un heterosexual, no había problema, un par de copas y estaba al otro lado. Era tan simple como eso. Tan simple.
Bebió de su vaso aquel líquido amarillento que olía tan mal. No tenía ni idea el porque le gustaba tanto beber alcohol, era asqueroso y siempre te dejaba con un mal sabor en la garganta… pero por una extraña razón, el alcohol le hacía olvidar todos sus problemas. Por ello siempre volvía cada noche. Ya había pasado esa etapa donde cada mañana despertaba con resaca. No, él ya no era así. Su cuerpo se había acostumbrado al alcohol, por ello no le afectaba en lo más mínimo. Pocas veces terminaba mal. Y estaba seguro que ésta noche, sería una de esas veces.
Una sonrisa altanera se dibujó en su rostro. Llevó el vaso, casi lleno, hasta su boca, dónde lo bebió sin dudar hasta el final. A su lado, el menor de los integrantes lo observaba curioso. Se preguntaba cómo podía gustarle tanto aquella bebida con mal olor. Llevó su oscura mirada hacia el pequeño, interrogándolo con la mirada el porqué lo miraba de esa forma. Éste sólo sonrió.

-Ne… ¿Por qué te gusta tanto si huele tan mal? –preguntó, recargando su cabeza en su mano.

Mirándolo con esos ojos que mostraban inocencia. A veces se preguntaba si en verdad tenía 22 años, ya que él era bastante inocente, en varios aspectos. Incluso creía que era virgen. Pero a esta esa edad era imposible. Sonrió ante aquel pensamiento.

-No lo sé, simplemente me gusta. –respondió, su voz un tanto rasposa.

Con la mano le hizo una seña al mesero para que le sirviera otro vaso con el mismo contenido. El chico sólo lo miró curioso. Nuevamente volteó a verlo, preguntándose qué hacía él en un lugar así si ni siquiera bebía.

-¿Qué haces aquí? –preguntó finalmente, curioso por saber la respuesta.
-Shou-kun me trajo. Dijo que sería bueno pasar tiempo juntos, como grupo. –respondió, mirando el techo. –Pero…

Volteó su mirada hacia el otro lado de la barra, dónde se encontraba el vocalista del grupo. A su lado, el bajista, quien reía de manera estruendosa por algo recién dicho. Suspiró.

-No esta Nao, ya que salió con no-sé-quién. Y él se fue con Saga. –cerró sus ojos, resignado.
-Él siempre es así. –rió el moreno. Pocas veces lo hacía. Lo miró con determinación.

¿Sería el efecto del alcohol?
Miró la bebida con algo de recelo, preguntándose si debía o no tomar su contenido. Al frente de él una taza de té, taza que le había costado bastante conseguir ya que difícilmente vendían ese tipo de cosas en un bar como éste.

-Digamos que no había conocido a Shou-kun en ese estado. –fue la simple respuesta del pequeño.
-Ah… claro… nunca vienes con nosotros… difícil que lo veas así. –sonrió, tomando un poco del contenido del vaso. –Ya lo veras mañana, quejándose por el dolor de cabeza que tendrá. –rió.

No sabía porque, pero… prefería al moreno cuando ingería alcohol que cuando estaba sobrio. Era más hablador. Dibujó una sonrisa en su rostro. El moreno tomó el vaso, entregándoselo al pequeño junto a él.

-¿Quieres probar? –sonrió, esa sonrisa un tanto altanera.
-¿No hay problema con ello? –preguntó dudoso. Miró el contenido del vaso como si éste fuera veneno.

¿No lo era en cierto modo?

-¿Qué problema puede haber? Puede que incluso te guste.
Dudaba que así fuera, pero no había nada malo con probar. Al menos una vez en su vida.
Tomó el vaso, dudoso. Le temblaba un poco la mano, pero no era nada grave. Llevó el vaso hasta su boca, para luego ingerir el líquido lentamente, frunciendo el seño mientras lo hacía. ¿Qué tenía de bueno? El sabor era asqueroso, su garganta ardía y, además de ello, la sentía rasposa.
¿Cómo iba a saber el moreno, que con ese simple vaso, el pequeño iba a quedar mal?

-¿Qué tiene de bueno esto? –preguntó, su cabeza daba vueltas y se sentía mareado. Un tanto acalorado.
-No lo sé. –sonrió el otro chico. –A veces te sabe bien.
-Era asquerosa. –musitó hastiado.

A pesar de ello, siguió bebiendo el líquido. El moreno no lo detuvo, de hecho, le parecía un tanto cómico. Sabía que al día siguiente lo lamentaría. Lamentaría el hecho de haber sido ÉL quien le diera al pequeño del grupo su primera bebida alcohólica. Más si era una tan fuerte como esa.
Pero ahora no pensaba. Éste era su momento. Su momento de buscar una presa, de buscar a alguien quien lo hiciera con él, para luego deshacerse de él y volver a su rutina diaria.

-Ne… Tora-kun… -volteó su rostro. -¿Es normal que me duela tanto la cabeza?

Se había equivocado. No lo lamentaría al día siguiente, más bien AHORA lo lamentaría. Su mirada, que antes se mostraba altanera, cambió por una de preocupación. El chico junto a él se levantó de su asiento, tambaleándose cuando lo hizo para luego caer sobre el moreno, quien lo sostuvo con sus fuertes brazos.

-Demonios. –pensó mientras lo sostenía. –Hiroto, ¿Estás bien? –preguntó preocupado.

Una risa nerviosa, o quizás un tanto estúpida fue la única respuesta que recibió. El chico en sus brazos se recargó más en él, cerrando sus ojos.

-Quiero vomitar. –murmuró. –No me siento bien.
-Maldición. –pensó, buscando con la mirada el baño.

Tantas veces que había ido… ¿Y nunca había visto el baño? Llegó a dudar que el lugar tuviera uno. Miró al chico en sus brazos, sin saber qué hacer. Si vomitaba aquí, Shou, aun estando ebrio lo maldeciría por el resto de su vida por haber dado alcohol a su “pequeño hermano”.

-Tora-kun… -murmuró, algo soñoliento. –No me siento bien.

Recordó la primera vez que había ingerido alcohol. ¡Ah! ¡Demonios! Maldijo su estupidez al beber, ¿Por qué tuvo que darle alcohol? Tomó al pequeño en sus brazos, quien seguía siendo bastante liviano a pesar de haber subido un poco de peso. Claro que era bastante bajo y delgado, así que no había problema.
El chico recargó su rostro en el hombro del moreno, cerrando sus ojos.
Tan sólo había sido un vaso. ¡¿Cómo demonios había quedado tan mal con sólo un vaso?! Caminó entre la multitud que bebía y bailaba, no sin antes dejar una buena suma de dinero al mesero por las bebidas, el té y la propina. Salió del lugar, respirando el aire “puro” de la ciudad. Claro que comparado con el aire del bar, éste era el más puro en todo el mundo.
Se encontraban en plena primavera, así que no hacía tanto frío y la noche era bastante refrescante. Supuso que algo de aire le haría bien, al menos hasta llegar hasta su apartamento…
Bendita realidad que golpeaba el rostro de Tora antes de caminar.
No podía llegar al apartamento de Hiroto en ese estado, no sabiendo que Hiroto no vivía solo. ¿Estaba dispuesto a arriesgarse llevándolo en ese estado y presentárselo a su madre? Negó con la cabeza, sabiendo perfectamente que la madre de Hiroto lo sacaría a patadas de su casa por llevar a su pequeño por el mal camino.

-Ah… ¿Qué fue lo que hice? –murmuró, mirando el cielo estrellado.

Escuchó la risa de Hiroto. Dirigió su mirada al pequeño en sus brazos.

-El cielo de noche es muy lindo. –sonrió, mirando a Tora.

Estando sobrio, Hiroto no diría estas cosas estando con él. De hecho, tampoco lo miraría por tanto tiempo a los ojos.
Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras comenzaba a caminar. No estaba dispuesto a arriesgarse con llevarlo a su apartamento, así que no tenía más opción que llevarlo a su propio departamento. Su noche de conquista tendría que quedar pospuesta para otra noche, ya que no podía llevar a alguien y hacerlo con esa persona estando Hiroto ahí. No quería causar más problemas.
Nuevamente escuchó esa risa un tanto estúpida.

-Tora-kun es genial. –musitó, escondiendo su rostro en el pecho del moreno.
-¿Eh?

¿Ahora venía el tipo de conversación incoherente que todo ebrio tenía de vez en cuando? Claro que el ebrio siempre dice la verdad, le sale por inercia. Eso quería decir que lo que Hiroto dijera… sería la simple verdad.
Se dibujó una sonrisa graciosa en sus labios mientras observaba al pequeño en sus brazos. Por muy extraño que sonase, le gustaba tener a Hiroto en sus brazos. Parecía chica, por lo delgado y bajo. Además de que tenía el cabello largo y el rostro oculto. Sip, definitivamente parecía una chica.
¿Su novia quizás?
Se sonrojó levemente al pensarlo.

-¿Por qué lo dices? –preguntó Tora, intentando desviar el tema. Claro que luego se dio cuenta que ello no serviría. Más bien, la pregunta no servía para desviar el tema.
-Porque eres muy lindo. Creo que de todos en el grupo, tú eres el más lindo. –sonrió Hiroto, su rostro aun escondido y sonrojado.

No estaba seguro si era obra del alcohol o por lo que había dicho. ¿No era vergüenza?

-¿Lindo? Estas hablando estupideces. –rió Tora, sujetando con más fuerza al pequeño.
-¡No lo son! –se quejó, mostrando su rostro.

Un puchero. Le estaba dedicando un puchero. Y no estaba muy seguro de cuánto duraría sin poner sus manos sobre el cuerpo de Hiroto. Era aun más inocente estando ebrio.

-Eres muy lindo, eres serio, tienes esa actitud fría y tranquila… -siguió hablando, su voz rasposa. –Me gustaría ser como tú… -murmuró, mirando el cielo, evitando la mirada.
-¿Por qué?

Se detuvo en el camino. En medio de un parque, a pocos metros de su edificio. No había nadie a su alrededor, todo estaba en silencio y lo único que se escuchaba era el viento al pasar por entremedio de las hojas.
Sus ojos buscaron el encuentro con la mirada del pequeño. Mirada que no encontró.

-Porque a veces siento que soy un estúpido…
-Me gustas de esa forma. –sonrió Tora.
-¿En serio? –preguntó, sonriente. -¿No lo dices para hacerme sentir mejor?
-Baka. –rió Tora.

Guardaron silencio. Nuevamente comenzó a caminar, sabiendo que quedaba poco para llegar. Al entrar al edificio, lo recibió el guardia, quien estaba más entretenido mirando el televisor. No lo saludó, nunca lo hacía. Ni tampoco el guardia lo hacía. Caminó hasta el ascensor, donde, con un poco de dificultad, presionó el botón para subir al séptimo piso.
Se recargó en la pared del ascensor, mirando como los números se prendían a cada piso que subían. Hiroto parecía mirar lo mismo, una sonrisa bastante estúpida en su rostro. ¿Efecto del alcohol? Recargó su cabeza en el hombro de Tora.

-¿Peso mucho? –preguntó. Su voz parecía ser la misma de siempre.
-Nah… ¿Te sientes mejor? –preguntó, su voz un tanto cansada.
-Supongo… al menos se fueron las ganas de vomitar. –sonrió el pequeño.

Era un avance. La primera vez que había tomado, había vomitado varias veces para después enterarse que tenía una infección estomacal. Hasta ahora, ese había sido su peor día. Al menos hasta ahora.
La puerta se abrió.
Salió del ascensor, caminando hasta la última puerta del pasillo. Única habitación de ese piso con vista al parque. Desde arriba, era uno bastante grande y lindo. Y era aun más lindo en otoño, con todas esas hojas amarillentas. Claro que en primavera también era hermoso el parque, pero prefería el otoño, pensaba que iba más con su actitud, con su forma de ser.
Nuevamente abrió la puerta de su departamento con dificultad. Al entrar, sintió como los brazos de Hiroto lo abrazaban con fuerza.

-¿Por qué tu departamento? –preguntó, su rostro escondido.
-¿Prefieres que te lleve al tuyo en ese estado? –sonrió a escondidas, sabiendo la respuesta.

Hiroto tan sólo negó con la cabeza, abrazando el cuello de Tora con más fuerza. Éste lo miró confundido, sin saber el porqué del abrazo. Se separó por escasos centímetros. Sus miradas se encontraron.
Una sonrisa tímida en el rostro del pequeño. Sus mejillas levemente sonrojadas.
Cuantas ganas tenía ahora de poner sus manos sobre el pequeño.

-Cuando despierte mañana… ¿No recordaré nada? –preguntó.
-Quizás… -fue lo único que respondió, no muy seguro de porqué Hiroto preguntaba eso.
-Entonces… ¿Puedo hacer lo que yo quiera sin sentirme mal por ello? –volvió a preguntar.
-No estoy muy seguro… -respondió con sinceridad.

Había veces en que recordaba perfectamente lo sucedido, y había muchas veces que sentía culpa, pero a su vez, satisfacción.

-Entonces… -sonrió, escondiendo su rostro mientras lo abrazaba más fuerte. –Puedo decir que me gustas, que desde hace mucho tiempo me gustas…

Abrió sus ojos, sorprendido. ESTO sin duda alguna, lo recordaría.

-Y no sentir vergüenza o miedo al decirlo. –murmuró. Se separó de Tora, para luego acercar su rostro al del moreno.

Uniendo sus labios en un simple beso. ¿O mejor dicho “topón”?
Se separó de Tora, una mirada triste en su rostro. Estaba al borde de las lágrimas, aun así, sonrió.

-No sé porque me siento tan triste… -su voz a punto de quebrarse.

Tora aun no reaccionaba. El “me gustas” aun sonaba en su cabeza y no tenía ni idea de porque estaba tan nervioso. No sabía porque el beso, siendo tan corto y simple, le había provocado una reacción bastante fuerte. Sus piernas temblaban, y el deseo de hacer de Hiroto suyo…
Había desaparecido.
Ya no se sentía capaz de aprovecharse del pequeño para satisfacer sus necesidades, sabiendo que el pequeño gustaba de él. No estaba seguro de si en verdad quería eso.
Llevó su mirada al pequeño, quien sólo recargaba su cabeza el su cuerpo. Su mirada perdida.
Miró a su alrededor, dándose cuenta que aun estaba en el recibidor. Inhaló un poco de aire, sin saber cómo actuar. Se sacó los zapatos y caminó hasta su habitación, recostando al pequeño en su cama.

-Dime… ¿Fue tu primer beso?

No sabía porqué lo preguntaba, pero necesitaba saberlo. Llevó una mano hacia su rostro, acariciando su mejilla con suavidad.
Hiroto sólo asintió con la cabeza.
Una sonrisa se dibujó en su rostro, una sonrisa sincera. Se acercó al chico recostado en su cama. Subió en ella, quedando sobre el menor. Éste lo miró sin comprender.

-Eres un idiota, ¿Lo sabías? –sonrió, sin saber que sus ojos estaban vidriosos.
-Lo sabía. –respondió Hiroto, sonriendo mientras acariciaba la mejilla de Tora.
-¿Por qué yo? –preguntó, su sonrisa esfumándose al instante.
-Yo no controlo mis sentimientos, Tora-kun…

Estaba por quebrarse. Él era un conquistador, jugaba con los sentimientos de la gente, jugaba con sus corazones hasta que se aburría de ellos y los dejaba. Eso generalmente duraba una noche y era pura suerte si duraba más de una. Tenía fama de ser un conquistador que jugaba con sus presas y luego las abandonaba. TODOS sabían de ello. Entonces… ¿Por qué?
Se recostó sobre el pequeño, teniendo en cuenta su peso. Por ello evitó el aplastarlo completamente.
Lo abrazó, abrazó su rostro, acariciándolo desesperadamente.

-¿Por qué me haces esto? –preguntó, el pequeño volteó su rostro para poder observarlo mejor.
-Lo siento. –musitó. –Haz como si nada hubiera pasado. Por favor… -pidió. Sus ojos cubiertos de lágrimas.
-¡Eres un idiota! –gritó, levantándose de la cama. -¡¿Cómo crees que voy a olvidar esto?!

Se mantuvo en silencio mirando el techo. Había esperado una reacción así, pero el alcohol en su sangre no le dejaba pensar, no le dejaba pensar en una respuesta. Simplemente calló.

-Eres el único que en verdad se interesa por mí… -murmuró Tora. Hiroto abrió sus ojos.
-¿Tora-kun? –se sentó en la cama.
-Eres el único idiota que me ha dicho aquellas palabras con sinceridad. El único idiota que se podría fijar en alguien como yo… -una sonrisa se dibujó en sus labios. –Además de ser el único idiota a quien no puedo tocar, por miedo…

¿Qué quería decir con ello? Simplemente lo miró, a luz de luna se veía frágil. Tan solo. Acercó su mano a su rostro, secando las lágrimas que caían, no se había percatado de ellas. Cerró sus ojos, sintiendo las manos de Hiroto en su rostro. Luego su cuerpo contra el suyo.

-¿Por qué?
-Porque no quiero ensuciarte. –sonrió, sintiéndose estúpido. –No quiero…

No terminó de hablar. Nuevamente sintió los labios del chico de 22 años sobre los suyos. Sus manos a su lado se movieron hasta la espalda del chico, acercándolo más hacia su cuerpo. Su boca se movía sobre la del pequeño, se movía desesperadamente. Su mente le decía que se detuviera, que no estaba bien. Pero su cuerpo no respondía a lo que su mente le decía.
Se dejó llevar.
Se dejó llevar porque ya sabía el porqué del no querer tocarlo.

Se separaron.

-Ne… Shinji… -había murmurado su nombre. Su voz entrecortada.

Que bien se había escuchado.

-Te amo… -sonrió, recargando su frente contra la del mayor.

Gentilmente lo recostó sobre la cama, quedando nuevamente Tora sobre Hiroto. Se miraron a los ojos, a pesar de que la luz no estaba encendida.
Acarició su rostro con tranquilidad.

-Porque no quiero perderte. –finalizó. Sonriendo acercó su rostro al pequeño, besando sus labios una vez más.

Sintió los brazos de Hiroto en su cuello, abrazándolo con fuerza.
Torpemente comenzó a desabrochar su camisa. Se separó del pequeño por breves segundos, sólo pasa sacarse su propia camisa, quedando sólo con su pantalón puesto, al igual que el pequeño.
Acarició su rostro.

-No me perderás. –respondió un tanto tarde. Tora sonrió.
-¿Estas seguro que quieres perder tu…?
-Lo estoy. –sonrió Hiroto, avergonzado. Su secreto había sido revelado

Nuevamente lo besó.
Los gemidos rompieron el silencio esa noche. Aunque nadie se percató de ello debido a la hora. Nunca antes habían gemido su verdadero nombre con tanta pasión, nunca antes había disfrutado tanto el hacerlo con alguien. Nunca antes lo había hecho por amor.
Entre besos y caricias, entre manos y abrazos…
Tora había gemido un “te amo”.
Ahora estaba seguro de ello, porque esta había sido la primera vez que había disfrutado tanto del sexo. Ahora estaba seguro de querer compartir todas las noches con el pequeño entre sus brazos. Ahora estaba seguro de que, cuando despertara, el ver el rostro de Hiroto a su lado lo haría feliz. Y quien sabe, quizás él sería capaz de llenar el vacío en su pecho y mantenerlo completo. Hiroto borraría esa fama de conquistador que tenía. O al menos eso creía.

De lo que estaba cien por ciento seguro era que… el juego que había comenzado…
Había terminado.

X.X.X.X.X.X.X

 

Notas finales:

Este fic es TAN viejo... *-*; Bueno, ni tanto... pero hace meses que lo escribí y no lo he vuelto a leer sino hasta hace poco... o,o

El final no me convence, pero no se me ocurre algo mejor... Si, soy pésima con los finales... D'x ¿Y qué? *se va a llorar al rincón*

Espero les haya gustado. ♥ Algún día escribire un fic explícito... LOL x'D
De hecho, ya lo tengo en mente... >_>; *se va*

Comentarios = AMOR ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).