-Hola, hermano-decía un niño pequeño saltando por las escaleras abajo-¿Te vas ya?-le dio un beso.
-Sí, no me queda otra, pero sabes que te traeré un recuerdo de España, siempre te ha gustado mucho ese país-el menor se sonrojó-estudia mucho para convencer a todos tus amigos de que eres un Kaiba hecho y derecho.
-Claro hermano-dijo fingiendo una sonrisa-Vuelve pronto y no te enamores de ninguna chica-dijo lo último en un susurro pero su hermano lo oyó.
-Sabes que prefiero mil veces cortarme los intestinos y freírlos que enamorarme de alguna rubia tonta que se pasa el día insinuándoseme.
-Parece que hables de May, ¿me equivoco?
-En efecto...Me voy hermano, y recuerda: no hagas nada que yo no haría.
-Eso está hecho.
En una casa muy lejana a esta...
-Hermano, apenas te veo, pero me alegra que estés aquí.
-Hola pequeña, sabes que tengo que trabajar después de clase, sino también te llevaría a dar un paseo, puedes ir a casa de Moki a jugar, hoy se va el gruñón de su hermano y puede que se encuentre triste.
-Está bien...Adiós.
-Adiós.
Horas más tarde.
-Volví hermano, estoy muy cansada y no tengo hambre porque ya cené con Mokuba. Me voy a dormir, buenas noches.
-Buenas noches.
Una semana más tarde...
-Joey, llegarás tarde-susurraba un enano de circo...ejem, un chaval bajito sentado en su sitio del aula, justo entró la profesora y diez minutos más tarde llegaba el rubio sudando y ojeroso; hacía unos días que estaba llegando tarde por eso no era de extrañar que lo castigaran.
Joseph Wheeler se encontraba sentado en una silla de su aula; las clases habían acabado, pero debido a su retraso lo habían castigado una hora solo o hasta que llegara el delegado. En cuanto le dijeron eso al rubio, sintió como su alma se retorcía de terror, el delegado del curso era nada más y nada menos que...
-Kaiba, ¿qué castigo me ofreces hoy?-dijo con burla cuando el moreno entró en la clase-¿Limpiar los cuartos de baño o abanicarle?
-Mira Wheeler no estoy de humor, te quedarás callado ahí mismo y me dejarás en paz, necesito pensar. Ahora si me disculpas-pasó por su lado y se sentó en el asiento del profesor mientras el rubio se recostaba en su silla, después de dos minutos-...
-Oye, ¿qué tal va la búsqueda de tu hermano?-el ceo le mandó una mirada fulminante-No me lo tomes a mal...el chibi es mi amigo sólo quiero saber-dijo un tanto apenado y bajando la cabeza.
-No...No sabemos nada, ni si lo secuestraron o si se fue por propia voluntad-miró hacia una ventana-intento hacer lo posible pero ni con todo mi dinero puedo encontrarlo...Daría toda mi fortuna por verle-en sus ojos había un deje de miedo mal disimulado-gracias por preguntar, nadie lo ha hecho; aún viniendo de ti...Gracias.
-Sé el dolor que estás pasando por eso te he preguntado...
-¡No! Tú nunca has sentido este dolor-dijo con rabia el moreno-Es algo horrible que mi única familia ya no esté conmigo, estoy sufriendo mucho y tú no lo sabes porque nunca lo has pod...
-Cállate-susurró-¿Qué sabes tú si me ha pasado a mí algo parecido?-dijo alzando la voz a cada palabra dicha-Para que lo sepas, imbécil, mi hermana también ha desaparecido, sin embargo yo no tengo el dinero suficiente para buscarla-tenía los ojos cerrados-así que no digas que no siento nada parecido a lo tuyo, porque lo estoy viviendo cien veces peor.
-...No lo sabía-murmuró Kaiba-no hubiera dicho eso...-dijo mirándolo con ¿pena?
-Ya, ya-se miraron un rato-Cabe la posibilidad de que se marcharan juntos.
-No lo creo, ¿qué día pasó?
-Hace una semana-el ojiazul blanqueó-¿Estás bien?-dijo acercándosele y poniendo una mano en su hombro.
-Sí, es que mi hermano desapareció también hace una semana, ¿sabes si dejaron una nota o algo?-dijo mientras se quitaba la mano del rubio de encima.
-Sí, decía algo así: Hermana olvidada te será arrebatada. Amigo tuyo te herirá en el orgullo, antiguo enemigo será siempre tu amigo, llamaremos cuando os halláis enamorado... ¿Tiene sentido?-dijo confuso.
-La nota que me dejaron a mí era parecida, pero lo mío es más raro, no tengo amigos...-bajó su cabeza-te tengo a ti como enemigo, pero nunca olvido a mi hermano.
-¿Sabes cómo le va al chibi en el colegio?-preguntó Joey.
-Claro, saca las mejores notas-dijo con notorio orgullo.
-No me refiero a eso, me refiero a si sabes si tiene algún amigo o si tiene problemas.
-Pues nunca me dijo nada...
-¿Cómo te podía decir algo? Nunca estabas en casa...No sabes que no tiene amigos en clase porque todos se alejan de él por tenerte de hermano-Seto abrió los ojos sorprendido-no sabes si le gusta alguna chica.
-Pero tengo que trabajar para poder darle lo que nunca pude tener yo.
-Pero él quiere a un hermano, ¿sabes por qué siempre estoy en tu casa?
-No por mi gusto-dijo con un deje de enfadoen su voz que significaba que su hermano no le pedía permiso para llevarlo a casa.
-Porque el peque me llama para que hable con él; deberías agradecerme de que me preocupe por tu hermano, más de una vez lo han amenazado y he tenido yo que pelear por él, debido a que su querido hermanito estaba ocupado en su empresa.
-No sabía...-dijo apenado.
-No te culpo-el castaño lo miró confuso como diciendo `` ¿Para eso me echas la bronca? ´´ -Yo no sé nada sobre mi hermana, pocas veces hablo con ella. Sigo pensando que se fueron juntos, o los raptaron los mismos tíos.
-Es muy probable, oye...-Joey lo miró y vio que Seto tenía la cabeza gacha-podrías vivir en mi casa hasta que aparezcan-el ojimiel abrió tanto sus ojos que pensó que se le salían de las cuencas-así yo te ayudaría a ti y tú me ayudarías a mí.
-Pero es muy precipitado...-el moreno seguía con la cabeza baja y Joey le puso un dedo en la barbilla y subió la cara del otro para mirarlo directo a lo ojos, lo que nunca se esperó fue encontrar a Seto Kaiba...