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Agapē por Helsic

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Notas del fanfic:

Notas de la autora:
“Agapē (en griego αγάπη) es el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado y no el propio.”

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Para quienes no conozcan el Fandom, aquí tienen a KangIn y a LeeTeuk en un programa de TV Koreana llamado Mnet. Sie.. fueron sorprendidos por el photografo XDKangTeuk

 

Notas del capitulo: Notas de la autora:
“Agapē (en griego αγάπη) es el término griego para describir un tipo de amor incondicional y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólo el bien del ser amado y no el propio.”
Título: Agapē
Autor: Helsic
Género: Bishounen Ai
Categoría: +13
Tipo: Angst, KangIn POV (Perspectiva en primera persona), Un poquito de comedia, algo de Pluff.


La fatídica noche en la que llegaron a mi tan nefastas noticias yo estaba acostado en mi cama viendo tranquilamente televisión, hacía frío por eso había cerrado las ventanas, el susurro del viento inclusive parecía triste cuando me asomé por una de ellas y divisé el manto oscuro tachonado de luces multicolores que era Seoul. Suspiré deseando algún día poder compartir aquella visión en su compañía, disfrutar con tranquilidad de una noche fría como aquella, pero esa no sería la noche en la que aquello pasaría, porqué esa noche me enteré de lo que quizás fue la peor noticia que jamás me habían dado.

El teléfono había sonado con insistencia en mi bolsillo, contesté con tranquilidad y entonces escuché la voz frenética de EunHyuk, casi no pude entenderle, en medio de la confusión no parecía poder decir cosas muy coherentes, pero no tardé en darme cuenta de la terrible tragedia. Del accidente que habían tenido al salir del Kiss the Radio. Me quedé estático, inerte con el auricular aún entre mis dedos, totalmente estupefacto, tratando de asimilar las palabras de EunHyuk. Estaban en medio de una calle desierta, esperaban la ambulancia, ShinDong y Eunhyuk estaban bien, pero KyuHyun no reaccionaba, yacía tirado en el suelo inconciente y LeeTeuk tenía la cara manchada de sangre. La voz de EunHyuk se quebró entre los gritos y comenzó a llorar como un niño pequeño.

- Tengo miedo KangIn… – Me había dicho entre sollozos, tragué saliva intentando darle la fortaleza que necesitaba aunque yo estuviera inclusive más asustado, intenté decirle que todo iba a estar bien, pero mi corazón latía demasiado rápido y las palabras se abultaban en mi garganta y lo único que pude articular fue un murmuro inteligible y luego un “Voy para allá” apresurado.

Mientras seguía hablando con él, tratando de calmarlo, me ponía cualquier pantalón que descuidadamente había dejado alguna noche anterior desperdigado por la habitación, también me puse una camiseta negra y cuando estaba poniéndome la chaqueta, EunHyuk me anunció que la ambulancia acababa de llegar. Me dijo que de repente habían muchas cámaras a su alrededor y muchas personas curiosas observando la escena, dijo que estaban poniendo a KyuHyun y a LeeTeuk en camillas separadas y que los estaban subiendo al auto. Me apresuré a preguntarle a que hospital serían llevados, pero la llamada se cortó en esos momentos y me quedé observando el teléfono con frustración.

En medio de mi cólera tiré el teléfono lejos y este calló sobre los cojines del sofá. Me dejé caer de rodillas y finalmente quedé recostado a la pared recogiendo mis piernas como un niño pequeño, sintiendo que la impotencia me destrozaba por dentro. Cerré los ojos tratando de calmarme, de pensar con claridad, de tener paciencia, hasta que EunHyuk volviera a llamar, pues era lo único que podía hacer.

Entonces pensé en LeeTeuk, mi mente divagó en el tiempo y recordé el día en que nos habíamos conocido cuando recién había aprobado la audición para pertenecer a SM. Aquella mañana soleada de mayo, estábamos en plena primavera, los árboles habían florecido en las calles y el viento traía los susurros de las parejas enamoradas de transeúntes. Ese día entré emocionado en la sala de espera del edificio, iba a cumplir mi sueño, había sido seleccionado y comenzaría a entrenar para convertirme en un excelente cantante, una persona que pudiera ser amada por todos y ahí estaba él, recostado al lado de la ventana en una silla, el sol se filtraba por ella y bañaba su cabello castaño oscuro, lo hacía brillar con visos multicolores, parecía haberse quedado dormido allí sentado, sonreí, probablemente era algún aspirante también. Me senté a su lado y me percaté de que era un chico atractivo, vestía un pantalón muy ancho de color verde militar y una simple camiseta blanca.

Le toqué el hombro suavemente y pareció reaccionar, cuando sus ojos se abrieron descubrí que eran negros como la misma noche, negros pero transparentes, unos ojos que reflejaban todo el contenido de su alma, ciertamente los espejos de su alma. Pero eso lo descubrí mucho después. Él se giró y una luminosa sonrisa se dibujó en sus labios entre abiertos, una sonrisa que más bien pareció el despuntar del primer rayo de sol entre las montañas, destruyendo la oscuridad de la noche, una sonrisa que inmediatamente amé.

- ¡Hola! – Me dijo, luego me hizo una venia para continuar – Lo siento creo que me quedé dormido… siempre me pasa… en realidad amo dormir… - Comentó dejando escapar una ligera risita. - ¿Quién eres? ¿También pertenecerás a SM? – Me preguntó llevando sus manos a sus rodillas, asentí orgulloso y emocionado.

- ¡Si! Fui escogido en la audición – Exclamé extasiado – Me llamo Kim Young woon ¿Y tú, también fuiste escogido? – Le devolví la pregunta con curiosidad. Él sonrió ampliamente, pero parecía más tranquilo que yo.

- Si, también fui escogido, hace dos años en una audición – Me explicó y me sorprendió que hubiese sido dos años antes que yo, probablemente sería mi Hyung. – Me llamo Park Jung Su, encantado de conocerte, Kim –

- Puedes llamarme Young Woon – Le dije casi inmediatamente, sorprendido de poder entrar en confianza tan fácilmente con un extraño.

- Entonces tu llámame LeeTeuk – Exclamó estirando sus brazos un poco adormilado.

- ¿LeeTeuk? – Pregunté interesado - ¿Es tu apodo o algo? – Sugerí.

- Será mi nombre artístico – Me explicó con un suspiro – Soy un chico especial, por eso quiero llevar un nombre especial… - Comenzó a decir y me percaté de que ‘LeeTeuk’ significaba ‘especial’ precisamente – Tengo muchos sueños, pero el más grande de todos es hacer sentir bien a los demás… - Me sorprendí un poco con aquellas palabras, pues pensé que diría que su sueño era convertirse en un cantante famoso o algo por el estilo.

- ¿En serio? – Pregunté de nuevo sin saber como lo lograría siendo parte de SM - ¿Y cómo piensas lograrlo? – Agregué en mi inocencia de adolescente. Él rió como si la respuesta fuera demasiado obvia.

- Arrancándoles una sonrisa, por supuesto – Me explicó aún entre risas – Haciéndolos reír… - Concluyó mirando algún punto infinito en la sala.

- ¡Entonces vas a ser comediante! – Afirmé comprendiendo sus palabras, el se giró y volvió a reír, comenzaba sentirme algo tonto.

- No necesito ser comediante para eso – Musitó y se levantó de la silla, se llevó las manos a la cintura y con aire solemne continuó – Aún no se en que me convertiré, pero sea lo que sea daré mi mejor esfuerzo, para hacerlo bien – No pude evitar sonreír al escuchar esas palabras, esa determinación, era como si acariciara un sueño invisible con esas palabras, cuidándolo delicadamente como si aquello fuera lo más importante. Escucharlo hablar así me hizo sentir como un pequeño niño que no sabía lo que realmente quería, me hizo pensar en si realmente quería ser simplemente un cantante más.

- ¿Vez? – Volvió a decir él sacándome de mis pensamientos – A esa sonrisa me refiero – Agregó poniendo su dedo índice en mi nariz, señalando mi sonrisa. Fruncí el ceño de inmediato.

- No fue por ti, me acordé de algo divertido – Le dije en broma, el rió con ganas antes de revolcarme el cabello con la mano como lo haría un hermano mayor.

- Entonces, me esforzaré más – Comentó con una sonrisa paciente y tierna – Y lograré arrancarte una sonrisa – Concluyó. Aquella vez sus palabras me sonaron como una especie de juego, como una broma o un pequeño reto tonto que había dicho simplemente por decir, pero nunca imaginé que él estuviera hablando en serio y que efectivamente me hubiera arrancado tantas sonrisas siendo simplemente ‘Especial’ tal y como había dicho que sería.

A los pocos días me di cuenta de que estaríamos en el mismo grupo y por ende compartimos mucho tiempo juntos, ensayos, clases de baile, clases de canto y demás actividades de nuestra formación artística, lentamente LeeTeuk se convirtió en una persona a la que secretamente envidiaba y admiraba con igual intensidad. Una especie de hermano mayor al cual siempre podía acudir si me sentía perdido o desorientado, un amigo en el que siempre iba a encontrar la disposición de atender mis tonterías o caprichos. Y efectivamente así fue, en medio de un ensayo tuve bastantes dificultades para concentrarme, me frustré, grité y me enojé actuando como un verdadero idiota, como el chiquillo que era.

Estábamos con los otros chicos practicando una coreografía especialmente complicada, no lograba hacerlo bien, estábamos cansados y un poco hambrientos pues esa había sido una dura sesión, entonces choqué con HeeChul y me caí inevitablemente lastimándome el tobillo, exploté en cólera y le grité cosas absurdas fruto de la frustración y el dolor momentáneo. Por supuesto HeeChul no se quedó callado y ante mi tonta actitud, me gritó y se molestó también. Ese día huí del lugar como un niño pequeño, dejé el ensayo tirado y me fui sin importarme nada más. Sin darme cuenta terminé sentado en una banca del solitario parque cercano al edificio donde vivíamos, un parquecito acogedor en el día, pero tétrico y deprimente en la noche. Solía ir mucho allí, cuando quería tranquilizarme y pensar, siempre acudía a ese lugar, quizás el susurro de las hojas que caían moribundas en ese otoño mortecino, me ayudaba a encontrar las respuestas que buscaba.

Suspiré sintiendo el frío de la noche, en mi huída había salido abrigado simplemente con un saco gris de manga larga, demasiado delgado para una noche tan fría como aquella, pero no quería regresar, no quería encontrarme con los ojos acusadores de HeeChul o con las expresiones de reproche de mis demás compañeros, al fin y al cabo había sido mi culpa, no lograba hacerlo bien, no lo lograría si continuaba perdiendo mi tiempo de aquella forma, sentía que me hundía en una profunda depresión, que no encontraba salida a ese terrible tormento que me agobiada. Entonces un algo que cayó sobre mi cabeza me asustó y me sacó de mis cavilaciones, lo tomé con las manos y me di cuenta de que una chaqueta había caído sobre mi cabeza, me giré rápidamente y encontré a LeeTeuk parado a unos pocos metros de mi.

- ¿Has venido a regañarme también? - Le dije con tono altanero. El dejó escapar un bufido inconforme y se sentó a mi lado. Tomó la chaqueta y la pasó por mis hombros, me abrazó.

- Si, por supuesto que vengo a regañarte – Afirmó descaradamente, lo miré con reproche, frunciendo el ceño, deseando alejarlo con mis brazos pero extrañamente el calorcito de ese improvisado abrazo me gustaba.

- No quiero tus regaños – Le contesté. Girando mi rostro hacía otro lado.

- ¿Sabes porqué voy a regañarte? – Me preguntó, giré mi rostro de nuevo y lo miré a los ojos, aquello era el colmo ¿Y se atrevía a preguntarme?.

- ¿Por qué me equivoqué? ¿Por qué le grité a HeeChul Hyung? ¿Por qué dejé el estúpido ensayo tirado? – Respondí enojado, el bajó la cabeza unos instantes antes de responder.

- No… vengo a regañarte porque no confías en ti mismo – Dijo con firmeza, luego se giró y me sonrió, con esa sonrisa devastadora que tenía la capacidad de desnudarte por dentro, comprendí inmediatamente de lo tonto que había sido. – Yo confío en ti, tu también deberías hacerlo, veras como todo te saldrá bien a su debido tiempo – Concluyó, me dio la impresión de no estar hablado con un chico un par de años mayor que yo, sino con alguien que había tenido muchas experiencias en la vida.

- Creo que tienes razón – Suspiré derrotado, ¿Cómo iba a contradecir aquellas palabras? Estaba totalmente indefenso allí sentado a su lado, mi valor y mi autoestima prácticamente dependían de sus palabras, no tenía el derecho para refutarle nada.

- Este lugar es muy agradable – Dijo de repente estirando los brazos – Tienes un buen gusto – Puntualizó.

- ¿Cómo sabías que estaría aquí? – Le pregunté frotándome las manos para calentarlas.

- Un buen Hyung, se preocupa por conocer a sus amigos – Explicó él – Una vez lo mencionaste, dijiste algo sobre este lugar –

- ¿Estabas escuchando? – Le pregunté intrigado, recordaba por supuesto aquella vez que descuidadamente había hablado sobre el parqué, pero había sido un comentario somero y a la ligera, simplemente hablaba con EunHyuk de cualquier otra tontería, pero LeeTeuk había guardado ese detalle en su memoria y ahora había llegado hasta este lugar para buscarme.

- Por supuesto que estaba escuchando – Replicó él con tono ofendido – Eres mi amigo… somos un equipo, por eso estoy aquí ahora – Murmuró bajando la cabeza, parecía un poco molesto. Me sentí nuevamente como un chiquillo insolente que le hace reclamos absurdos a su hermano mayor. Darle las gracias estaría bien, pedirle disculpas también sería una buena idea.

- ¿Sabes? – Dije con inseguridad, el no se giró, continuó mirando algún punto infinito, quizás el árbol moribundo al cual se le caían las últimas hojas escarlata frente a nosotros. – Ya lo has logrado – Finalicé.

- ¿Lograr qué? – Preguntó él, finalmente girándose para mirarme. Le sonreí, con una sonrisa pura y sincera, de esas que hacía tanto tiempo no esbozaba con tanta intensidad.

– Arrancarme una sonrisa – Dije, las mejillas de LeeTeuk se pusieron levemente carmesí – Esa tontería de hacer sentir bien a la gente… - Dije un tanto avergonzado – Lo estás logrando… - Iba a agregar ‘Cuando estoy a tu lado, me siento bien’ pero las palabras ya no fluyeron más. La vergüenza no lo permitió.

- Así que tu también estabas escuchando – Comentó divertido, volvía a sonreír, me pasó el brazo por el hombro y me atrajo contra su cuerpo, con su otra mano me revolvió el cabello con ternura, volví a sentirme como el niño indefenso que busca protección en su hermano mayor – Entonces, lentamente vamos alcanzando nuestros sueños juntos – Concluyó y simplemente cerré los ojos y aspiré el aire frío otoñal mezclado con la suave colonia que siempre solía llevar.

El recuerdo del olor de aquella colonia me trajo de regreso al apartamento donde ahora me encontraba, sentado aún en el piso, esperando la llamada de EunHyuk que no llegaba, ya le había marcado varias veces pero no contestaba, al igual que Shindong, parecían tener el móvil apagado. Pensé en LeeTeuk y tuve demasiado miedo. Miedo a perderlo.

Cuando esta nefasta idea se cruzó por mi mente me levanté de un salto para coger el directorio telefónico que había al lado del teléfono, busqué con afán los números de todas las posibles clínicas donde podrían haber sido llevados y llamé a todas y cada una de ellas, preguntando por unos pacientes recién llegados por emergencias, hasta que finalmente di con el sitio. Con el corazón desbocado en mi pecho, corrí hacía la calle y tomé un taxi, tenía que verlo, tenía que saber que estaba bien o sería carcomido por esa terrible y angustiante sensación de miedo. El taxista pareció oler mi frustración pues en un tiempo record me llevó a mi destino, salí del auto tropezando ligeramente al correr y pronto estuve frente a la recepcionista de la clínica que me reconoció, quizás me vio alguna vez por televisión, no tuve ni siquiera que preguntar por los chicos.

- Lo siento, pero no puede pasar a verlos ahora – Me explicó con voz nerviosa, a lo mejor era fan de Super Junior – Los médicos no han dado ningún diagnóstico y por lo pronto serán atendidos, no hay nada que pueda hacer ahora más que esperar –

Dejé a la chica hablando sola en el mostrador y corrí como alma que lleva el diablo, esquivando enfermeras y me metí en la sala de urgencias sin autorización, en medio de la confusión las enfermeras y médicos no se percataron de mi presencia, hasta que ShinDong y EunHyuk gritaron mi nombre al verme. Corrí hacía ellos y los abracé con fuerza a ambos, estaban sentados en unas camillas blancas, ambos lloraban consternados mientras me explicaban lo sucedido, no tardé en preguntar por KyuHyun y por LeeTeuk, mi corazón parecía querérseme salir por la boca, EunHyuk señaló las camillas débilmente, me giré y mi corazón se detuvo por unos instantes, cuando divisé el rostro ensangrentado de LeeTeuk y su cuerpo desmadejado tendido en aquella camilla manchada de rojo, gemía, parecía debatirse con los médicos que intentaban calmarlo sin mucho éxito, ShinDong me explicó que KyuHyun había sido llevado a otro cuarto para hacerle una Encefalograma pues había perdido el conocimiento en el accidente y que también pretendían hacérselo a LeeTeuk, pero que este no lo permitía. Angustiado quité de mi camino a un par de enfermeras y llegué hasta la camilla donde estaba mi Hyung. Él abrió sus ojos levemente y me reconoció, estaba tan asustado como nunca lo había visto en todo el tiempo que llevaba de conocerlo, parecía perdido e indefenso. Me atreví a tomar su mano derecha entre las mías y la apreté con fuerza.

- Hwaiting (ánimo)– Le susurré cerca del rostro, haciendo un gran esfuerzo para no sentarme a llorar con él, las lágrimas rodaron por sus ojos angustiados, en realidad sólo por su ojo izquierdo pues por el otro no había más que un río de sangre. Iba a decirle algo más cuando un par de médicos me tomaron por los brazos, estaban furiosos por mi imprudencia y al poco tiempo estaba de nuevo en la sala de espera sin poder hacer absolutamente nada, hundiéndome en esa terrible desesperación que me comía vivo.

Esa noche no dormí nada, tuve que regresar al apartamento, pues la chica del mostrador me anunció que así me quedara todo el día allí, no me dejarían pasar, pues las visitas solo se permitían cuando los pacientes estaban estables y el diagnóstico podría tardar. Entonces lo único que podía hacer ahora era mantenerme al tanto de las noticias a través de Internet, ser un simple espectador de aquella terrible tragedia como si la angustia no me estuviera matando vivo. Los días pasaron y al igual que el resto de los miembros de Super Junior, me sumía en una terrible depresión, recuerdo que tuve que consolar a SungMin para darle fuerzas en el Kiss the Radio que temporalmente realizó con Ryeowook. Aquello parecía una pesadilla, la condición de KyuHyun era terrible y aunque intentaba parecer fuerte, como siempre he sido, no podía evitar que en las noches las lágrimas se escaparan involuntarias de mis ojos cuando menos me lo esperaba.

Y finalmente llegó el día en que pude visitar a LeeTeuk. Aquella tarde corrí al hospital añorando ver su rostro de nuevo, saber que estaba bien, que no iba a dejarme sólo, porque en esos pocos días en los que no lo tuve a mi lado, me di cuenta de lo mucho que lo necesitaba, me di cuenta de que aparte de ser un compañero de trabajo, aparte de ser nuestro líder, LeeTeuk era más que mi amigo, lo quería demasiado, lo necesitaba demasiado y el sólo hecho de imaginarme que no estaría a mi lado, me frustraba, me hacía sentir tan débil como el hielo que comienza a descongelarse en primavera, volátil e inseguro.

Ese día entré en la habitación y cuando lo vi acostado en la cama, sentí que el alma me volvía al cuerpo. LeeTeuk dormía apaciblemente entre las blancas sábanas, tenía gasas y espadarapos cubriendo la mitad de su rostro, también en parte de su espalda y pecho, me acerqué al borde de la cama y caí de rodillas apoyando mi cabeza en el colchón, hundiéndola ahí como si de esta forma escapara de la realidad. Podía escuchar su respiración tranquila y ver como su pecho subía y bajaba con lentitud. Tomé su mano entre las mías, estaba ahí, era real, seguía con vida. El horror que había vivido al imaginarme lo peor aún me hacía temblar las piernas. Hubiese deseado escuchar su voz, que él mismo me dijera que estaba bien, pero no quería despertarlo, así que me quedé simplemente contemplando su rostro arañado por los recientes golpes, sus labios entre abiertos pálidos y resecos.

Inesperadamente una lágrima rodó por mi mejilla, inesperadamente llegó otra más y en poco tiempo me encontré llorando desconsoladamente como un niño, como el niño grande que siempre había sido. Agradecí a los cielos que LeeTeuk continuaba dormido para que no viera mis estúpidas lágrimas, no quería que viera mi debilidad, no sería capaz de soportar tal vergüenza. Sobre todo porque él me importaba, todo lo que él pensara o dijera era importante ¿Qué pensaría entonces de mí si me viera llorando?

- Ya vez… estoy llorando… como un idiota – Murmuré entre sollozos, siendo conciente de que mi verdadero temor era aceptar que no sólo lloraba por el accidente, sino por el hecho de perderlo, de que saliera de mi vida. En realidad tenía miedo de darme cuenta de que aquel sentimiento naciente, era algo más que una amistad. – No sabes… cuanto miedo… tenía – Agregué sabiendo que no me escuchaba, pero tenía que poner mi frustración en palabras. Aún sostenía su mano derecha entre las mías, la apretaba con fuerza, como aferrándome a ella para no caer a un abismo oscuro e infinito.

- Disculpe – Dijo la voz suave de una enfermera que acababa de asomarse por la puerta – Las visitas terminan en 15 minutos – No le respondí, ni siquiera me giré para verla, ella volvió a dejarnos solos y no pude más que suspirar con mi mirada fija en su rostro. El silencio en la habitación era solamente interrumpido por un lejano tic toc del reloj en la pared.

- ¿En que momento… te volviste alguien tan importante para mi Hyung? – Susurré llevando su mano a mi frente, dejando que sus lánguidos dedos se filtraran dentro de mi cabello oscuro. Ya no podía oler el suave aroma de su colonia que tanto me gustaba, ahora sólo olía a alcohol antiséptico y a límpido. El olor que tanto odiaba de los hospitales.


***


Los días pasaron, una semana quizás, las actividades del grupo se vieron suspendidas por la tragedia, sin embargo la cantidad de dinero que nuestra compañía perdía con la inactividad de los trece, era demasiada y los ejecutivos no tardaron en ponernos a trabajar de nuevo. No se como pretendían que simplemente hiciéramos como si nada hubiera pasado y continuáramos nuestras vidas laborales, odié al manager cuando nos dio la noticia, pero no había nada que yo pudiera hacer, era mi trabajo yo tenía que responder por él como los demás. SungMin y Ryeowook presentaron el “Kiss the Radio” aquella semana y escucharlos me resultó infinitamente más doloroso que haber ido a verlo al hospital. Las palabras de Yesung en “M.i.r.a.c.l.e for you” me rompieron el alma, porque yo más que nadie sabía la sinceridad con la que él hablaba, sabía más que nadie lo importante que era LeeTeuk para todos.

El fin de semana, más específicamente el sábado, tuve tiempo de ir a visitarlo otra vez, habíamos tenido bastante trabajo durante esa semana, por lo que solamente después de las seis de la tarde pude ir al hospital. Afortunadamente y debido a las explicaciones que nuestro Manager le dio a los administrativos del hospital, a los miembros de Super Junior y a sus familiares nos permitieron visitarlos en horas no estipuladas para las visitas normales, por lo que pude ir entrada la noche. Llegué al hospital sólo, entré en la habitación y me encontré a SungMin allí, estaba sentado al lado de la cama de LeeTeuk, cuando me vio se acercó a él y le deposito un beso tierno y fugaz en la frente. Arquee una ceja con esta acción, pero así era SungMin, siempre comportándose de esa manera hubieran o no cámaras frente a él.

- Hola KangIn y chao – Dijo y lo miré sin comprender – Ya me tenía que ir, que bueno que llegaste – Agregó con una sonrisita, alcé mi mano y el la tomó con un apretón cariñoso antes de salir. La habitación se quedó en silencio y me acerqué a mi Hyung con pasos temblorosos, era la primera vez que hablaríamos luego del accidente, me senté en donde previamente se había sentado SungMin.

- Hola – Murmuré, de repente mi garganta se había quedado seca, el me sonrió con sus mejillas pálidas y con ojos adormilados.

- Me alegra volver a verte – Dijo sentado en la cama, recostado en cojines blancos. – Una semana… sin vernos ¿verdad? – Agregó – Tenía muchas ganas de… -

Lo abracé en un impulso irrefrenable, el se quedó con las palabras a medio decir en la boca, lo estreché contra mi cuerpo con fuerza, como si pudiera perderlo en cualquier momento, lo sentí más delgado y más frágil cuando lo atraje contra mi. Su rostro se hundió en el ángulo de mi cuello, sentí su cálida respiración allí.

- De verte… - Terminó él sin retirar su cabeza de allí, cerré los ojos con fuerza haciendo un gran esfuerzo por contener mis incipientes lágrimas. – Auch… - Se quejó y lo solté inmediatamente.

- Perdón…- Me disculpé apenado, el volvió a sonreír débilmente.

- No puedes evitar ser… brusco – Exclamó medio en broma, intenté sonreír también aunque no me salió como hubiera querido.

- ¿Cómo te sientes? – Le pregunté finalmente, volviéndome a sentar, LeeTeuk suspiró y se quedó unos segundos pensativo antes de responder.

- Agradecido de estar vivo – Exclamó con expresión seria – Tuve demasiado miedo a morir… y al ver a KyuHyun… no puedo más que sentirme agradecido – Finalizó, recordé la condición de KyuHyun y un nuevo taco se arremolinó en mi garganta, aunque Kyu no fuera muy cercano a mi, le tenía bastante aprecio, igual que a los demás. Me dolía mucho saber que estaba en peligro.

- Yo también tuve mucho miedo… ¿Sabes? – Comencé a decir, aunque sintiera esa maldita timidez que amenazaba con no dejarme hablar – Estaba preocupado por mi hermanito… - Agregué y puse mi mano sobre su cabeza para revolver un poco su cabello tal y como él solía hacer conmigo. LeeTeuk sonrió para mi, pero su mirada era triste y oscura. – Pero… ahora todo va a estar bien ¿no? – Agregué tratando de subirle los ánimos – Estas recuperándote y KyuHyun también –

Él se quedó en silencio mirando hacía al frente, parecía pensar en lo que acababa de decirle o quizás se perdía en cosas más profundas. Ese silencio me mataba lentamente, quería volver a escuchar su risa, sus palabras alegres, quería ver ese ánimo feliz que siempre tenía, pero en vez de eso parecía estar presenciando un estuche vacío, como si su alma se hubiera muerto el día del accidente.

- No… no quiero que vuelvas a llorar – Dijo él muy serio, no me miraba parecía no poder hacerlo. De repente me percaté de que él nunca me había visto llorar – No quiero ser el culpable de esas lágrimas – Finalizó. Entonces comprendí que aquella vez, él no estaba del todo dormido, que había escuchado mis palabras y presenciado mis lágrimas, me ruborice instantáneamente, mis mejillas tomaron un carmesí encendido cuando el se giró para observarme. Bajé mi rostro avergonzado.

- Estaba preocupado por ti… tonto – Murmuré justificando mis lágrimas. LeeTeuk sonrió y con su mano tomó mi mentón para levantarlo con suavidad.

- No merezco esas lágrimas – Dijo con una sonrisa triste – No merezco seguir vivo – Finalizó, sentí que sus palabras se enterraban en mi pecho como un cuchillo afilado. - ¿Porqué KyuHyun está tan mal y yo no? – Continuó con una extraña entonación en su voz. Yo no tenía ninguna respuesta para aquello y me debatía tratando de encontrarle una – Supongo que soy un chico con suerte –

- Y deberías estar feliz por eso – Le reclamé con algo de reproche en mi voz.

- ¿Feliz? – Musitó él con una sonrisa irónica - ¿Feliz porque estoy mejor que KyuHyun ahora? ¡Yo debería estar allá en esa sala de cuidados intensivos! KyuHyun debería estar aquí – Dijo con frustración.

- ¿Pero que estás diciendo? ¡El destino quiso que así sucedieran las cosas! - Exclamé algo enojado frente a la actitud de mi Hyung.

- Aquella vez… no pude hacer nada – Murmuró y noté sus ojos brillar con más intensidad, como si estuvieran a punto de derramar ríos de lágrimas. Me acerqué un poco más a él con la intensión de abrazarlo de nuevo - Todo pasó frente a mis ojos sin que pudiera… protegerlos –

- Pero no había nada que pudieras hacer en ese momento – Dije pasando mis brazos por su espalda y sentándome en el borde de la cama para abrazarlo mejor. El dejó caer su cabeza ligeramente sobre mi hombro, de repente sus lágrimas bajaron silenciosas por sus mejillas.
– Eres nuestro líder, nuestro hermano mayor… y se que de haber estado en tus manos, hubieras hecho lo que fuera por protegerlos –

- Pero no lo hice… debería estar en la situación de KyuHyun… el es una buena persona y no se merece esto – Exclamó entre sollozos, me giré un poco y tomé su mentón para alzar el rostro húmedo por las lágrimas.

- ¿Y es que acaso tu si te lo mereces? – Le pregunté mirándolo con paciencia mientras limpiaba sus lágrimas con el dorso de mi mano con suavidad. – No… no seas tonto Hyung – Agregué abrazándolo fuertemente – Estás cosas pasan… porqué simplemente pasan… pero tu eres importante… no digas tonterías – Finalicé.

- ¿Importante para ti? – Murmuró él con su rostro escondido en mi regazo, mi corazón comenzó a latir con fuerza, ¿A que se debía esa pregunta? No supe que debía responder.

- Para todos… - Musité sintiendo que explotaría por dentro. Se quedó un rato en silencio con su rostro pegado a mi camiseta negra. Paseé mi mano por su cabeza y le acaricie el sedoso cabello con lentitud.

- Gracias – Dijo finalmente luego de un largo silencio, se separó del abrazo y se quedó mirándome con una sonrisa transparente, la pálida luz de neón del cuarto hacían ver su rostro más pálido de lo normal y su sonrisa demasiado blanca y pura. – Saber que… soy importante… me hace feliz – Concluyó. Con timidez su mano se acercó a la mía y la tomó con suavidad, la estrechó amigablemente. Se sintió bien entrelazar nuestros dedos como lo hacían los amantes que caminaban por las calles de Seoul.

- Hyung… yo… - De nuevo ese maldito nudo en la garganta y esa sensación de incertidumbre que se arremolinaba en mi estómago, pero tenía que decirlo, él tenía que saberlo – Yo siempre estaré aquí – Susurré avergonzado – Siempre estaré para ti – Finalicé, quería decirle que sería tan incondicional como me lo permitiera la vida, que quería ser esa persona en la que él siempre pudiera confiar, el hombro donde pudiera llorar si lo necesitaba, el amigo que siempre lo apoyaría en todo. – Siempre… serás lo más importante – Finalicé atragantándome con mis propias palabras.

Y entonces sucedió algo que me dejó sin palabras, quedé totalmente absorto, cuando él se acercó a mi y sus labios rozaron los míos. Me quedé muy quieto, con los ojos muy cerrados ante tan inesperada acción. Me besó suavemente y de repente todo a nuestro alrededor dejó de ser, no había habitación de hospital ni olor a alcohol, estábamos en medio de la nada oscura, la sensación embargándome por completo. Mi corazón explotando y esparciéndose por todas partes, salpicándonos ambos con los pedazos, sintiendo que aquel pequeño roce me arrancaba el alma con gentileza, con la gentileza que sólo un beso puede otorgar.

Cuando retiró su rostro, tenía las mejillas sonrojadas y quise besar esas mejillas aún húmedas por las lágrimas, quise continuar aquel beso, más profundo quizás, pero no podía moverme ni siquiera podía hablar, de repente era como si me hubiera muerto por dentro. Él se quedó en silencio también quizás esperando que yo gritara como loco y saliera corriendo de la habitación, cosa que nunca pasó, me quedé ahí mirándolo, sintiendo mis mejillas arder con furia.

- Pensé que me pegarías – Dijo finalmente él, había nerviosismo en su voz, le sonreí.

- Dije que estaría siempre aquí… - Exclamé, aunque me moría de los nervios por dentro, quería seguir ahí, quería saber que pasaría si las cosas continuaban con aquel rumbo.

- Quería comprobarlo – Dijo él y dejó escapar una risita. – ¡Quería saber si era cierto! – Agregó.

- ¿Me estabas retando? – Le pregunté llevándome las manos a la cintura con reproche, él comenzó a reír con más ganas - ¿Quien crees que soy? – Agregué haciéndome el enojado, exagerando mis gestos y manoteando. Él rió con más ganas y pronto tuvo que detenerse porque le dolía la espalda por el movimiento. Nos quedamos en silencio nuevamente, yo mantenía mi mirada en el interesante piso pulcro y blanco, tenía miedo de encontrarme nuevamente con la mirada de mi Hyung.

- Tu también lo estás logrando – Dijo de pronto él, me giré y encontré en su rostro una sonrisa amplia y segura, el hoyuelito se le hacía evidente en una de sus mejillas, me miraba con cariño, con esa sobreprotección que siempre había en su mirada hacía mi.

- ¿Él que? – Pregunté sin entender.

- Arrancarme una sonrisa – Musitó y de inmediato recordé cuando él me consoló en aquel parque años atrás. Con un poco más de confianza y con la certeza de que nada malo pasaría. Tomé su cachete con una de misma manos y lo halé de un lado para otro, se veía realmente gracioso con las mejillas estiradas.

- Tonto… eso es sólo porqué me gusta verte sonreír – Exclamé refunfuñando – Sólo por eso – LeeTeuk se quedó mirándome, aún sostenía su mejilla con mi mano, entonces acerqué mi frente a la suya, lo miré a los ojos unos instantes – No vuelvas a decir tonterías… Hyung…-

- Sólo si, me das un beso… - Dijo él, sus mejillas habían tomado un color durazno, en medio de su palidez se veían encendidas a pesar de todo. Sonreí, los nervios volvían a comerme vivo, pero era mi Hyung, era mi hermanito, era mi LeeTeuk. Y yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que él estuviera feliz.

Entonces lo besé una vez más con suavidad. Disfruté de sus labios tranquilamente, olvidándome del tiempo y del lugar en donde estábamos, preocupándome solamente por transmitirle toda la seguridad que sabía que él necesitaba, confesándole a través de ese beso, todo lo que yo sentía sin necesidad de palabras.

La verdad es que no se que piense LeeTeuk sobre mi, no se si yo le gusto o si soy simplemente un juego temporal y aunque confieso que tengo un poco de miedo de enterarme al significado de aquel beso, también muero de la curiosidad por saber, porqué quiero disfrutar de lo que sea que se avecine, quiero aprovechar cada uno de los momentos en los que pueda tener a LeeTeuk a mi lado. Porqué haberme imaginado mi vida sin él me hizo dar cuenta de muchas cosas, de lo mucho que lo necesito.

Por esa razón, no me importó besarlo una y otra vez aquella esa noche en el hospital, no me importó el significado de lo que seriamos de ahí en adelante, lo único que sabía era que cumpliría mi promesa, estaría ahí para él, siempre para él, sin importar de que manera, ya fuera como un amigo, como un hermano o como algo más. Eso lo definiría el tiempo. Por lo pronto sólo quería disfrutar de esa ambrosia dulce que brotaba de sus labios entre abiertos, quería estrecharlo contra mi pecho con todas mis fuerzas, sentir el aroma suave de su piel que tanto me embriagaba y el calorcito de su cuerpo que me hacía sentir tan seguro. Como si estando a su lado nada malo pudiera pasar, quería protegerlo, quería arrancarle siempre una sonrisa.


Fin
Owari



Notas finales: Comentarios:
Diox… que fanfic más Pluff, creo que llega con la edad Hahaha, pero sinceramente me gustó mucho el resultado, siempre me ha gustado escribir angst con un poquito de romance. Y como siempre el toqué de comedia que nunca falta en mis fics, en fin, este es de ese tipo de escenitas que uno siente que debe escribir algún día y como amo el KangTeuk, pues entonces por supuesto tenía que escribirlo.

No queda más que decir que… VOTEN POR MI!! Les prometo que si gano me consagro al servicio del KangTeuk y los llenaré de Fanfics, fanarts y Doujinshis! xD *se va a cruzar los dedos*

PD: Este fic lo presenté a un concurso de fanfics... y no ganeeeee .___. *se va a llorar a un rincón* ¿Ustedes que opinan?

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