Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rosa Pastel por Eiri_Shuichi

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hummm... idea muy vieja, no muy original y no muy bien escrito... pero igual me aburri de tenerlo arrumbado en la pc

ADVERTENCIA: La cancion no tiene un final feliz y si buscan un lindo y sencillo "Vivieron felices para siempre" mejor ahorren su tiempo, creanm, no les gustara

Notas del capitulo: Maki Murakami es la legitima y unica propietaria de todos los personajes de Gravitation y la cancion es de Belanova...
 

ROSA PASTEL

 

 

El pelirrosa corría a toda prisa para llegar cuanto antes al departamento que compartía con el rubio escritor completamente entusiasmado pues, justo aquel día, cumplían dos años juntos; recordaba con total alegría su primer encuentro en aquel parque cuando tan solo tenía diez y ocho años y, como poco a poco, consiguieron salir adelante con una relación que, aparentemente, llevaba todas las de perder.

Solo dos cuadras faltaban para llegar a su destino y, justo cuando se dispuso a cruzar la última avenida una luz lo cegó, era blanca, demasiado resplandeciente y, sin entender lo que pasaba, sintió todo su cuerpo paralizado mientras un profundo sopor se apoderaba de todo su ser.

 

*** *** *** *** ***

 

El pelirrosa caminaba a paso lento mirando detalladamente cada uno de los edificios departamentales bastante desubicado hasta que dio con la de la identificación, saco de su pantalón unas llaves y entro, espero pacientemente a que las puertas del ascensor se abrieran y una vez en él se arrepintió sintiendo como este arrancaba, acababa de comprobar que el más mínimo movimiento brusco o inesperado le mareaba, llego a la puerta indicada; introdujo el metal en la cerradura y giró la perillaa. Se encontró en una sala con pocos muebles, bastante sobria pero de buen gusto y totalmente envuelta en la negrura de la noche, encendió las luces y dio un segundo vistazo al lugar; llegó a la cocina y después al cuarto para terminar por dirigirse a la única habitación que parecía emanar una tenue luz, abrió la puerta y vio a un hombre rubio topeando en el computador portátil que parecía no percatarse de su presencia.

Cerro la puerta sin suficiente cuidado de no hacer ruido y al dirigirse una vez más en la sala sintió la mirada de aquel hombre.

 

-Baka, ¿se puede saber dónde estabas metido?

-Yo... bueno... etto...- bajo la mirada confundido aún por lo sucedido

-Deja de balbucear, lo mejor será que duermas; no quiero tener que aguantar al americano ese

-Eh... disculpa pero... ¿quién eres?

-Basta con esas tonterías Shuichi

-Por favor, ¿quién eres?

 

Aquellas palabras por parte del menor hicieron enfurecer al escritor que secretamente había pasado toda la noche angustiado por desconocer el paradero del cantante y, ahora, esa actitud de su parte como si no supiera de quien se trataba.

 

-¿Así que no me conoces?

-Yo... lo lamento pero...

-¡Cállate!, si no sabes quien soy entonces lárgate de una buena vez y mejor que no regreses

-Pero yo...

-¡Nada de peros!, ¡anda, vete con Nakano o con el loco del conejo que me da lo mismo!

-¡No eres quien para hablarme de esa manera!

-¿Insinúas que soy yo?, te recuerdo que fuiste tú quien se desapareció, seguramente andabas por ahí divirtiéndote de lo lindo

-¡Retractare ahora mismo!

-¿O sí no que?

-Definitivamente yo no puedo vivir aquí- estaba a punto de irse cuando el mayor lo detuvo por el brazo en un agarre brusco y provocando que sus miradas se cruzaran, las orbes violetas y las doradas se encontraban fijas, entonces el rubio notó en su pareja algo fuera de lo normal. -Suéltame

-Antes dime qué te pasó

-¿Ahora te interesa?

-¡Shuichi!- respiro hondo antes de hacer algo de lo cual seguramente se arrepentiría -¿por qué llegas hasta ahora?

-No es asunto tuyo- intento zafarse pero el otro lo acerco aún más hasta besarle de manera posesiva exigiendo con este acto una respuesta pero encontrándose con la sorpresa de ser rechazado al instante y sin titubeos.

-¿No me recuerdas?

-...- no dijo nada y se marcho

 

*** *** *** *** ***

 

Tras salir del departamento había caminado sin rumbo para descargar su enfado hasta llegar a un parque donde se sentó en una de las bancas y removió su ropa para buscar en su móvil algún nombre que le pareciera conocido pero fue inútil hasta hallas uno llamado "Casa"; hablo y una voz femenina le respondió al otro lado de la noche

 

-¿Quién habla?

-Eh... Shu... Shuichi

-¿Hermano?, ¿estas bien?, te escucho extraño

-Yo... necesito ayuda

-¿Ocurrió algo con Yuki-san?

-¿Yuki?

-Sí, ya sabes, ¿te ha hecho algo?

-¿Podría alguien venir?

-Pero...

-Por favor

-Claro, dime dónde estas

 

Veinte minutos después una castaña de ojos azules, casi violetas se acerco al joven cantante que yacía con la vista perdida en la nada, un gesto melancólico y el rostro gacho.

 

-¿Qué pasa Shuichi?- lo tomo por la barbilla y al levantarle la cara no pudo reprimir la sorpresa -Shuichi...

 

*** *** *** *** ***

 

El teléfono sonaba insistente como en las últimas tres semanas mas, a diferencia de las veces anteriores, lo cogió y simplemente se mantuvo en silencio

 

-¿Eiri-san?- una voz  matizada se oía al otro lado de la línea

-...

-Sí, eres tú; quería decirte que en cuanto deseen pueden venir por la incapacidad, ya he hablado con K-san y dice que...

-¿Incapacidad?

-Por supuesto, en el estado que se encuentra Shindou-kun lo mejor para él será un descanso

-¿A qué te refieres?

-¿Me crees capaz de obligar a un empleado a venir en su estado?

-¡De qué jodido estado me hablas Touma!

-¿No lo sabes?... no pensé... Eiri-san, Shindou sufrió un accidente apenas ayer en la noche

-¿Cómo?- en ese momento sintió como se le formaba en vació en la boca del estomago y sus ojos se ensancharon a la par que recordaba la noche anterior e intentaba unir las piezas a toda velocidad en su mente -no puede ser, ¡si él estuvo aquí hace unas horas!

-¿Estuvo?, ¿quieres decir que se ha ido?- el escritor no sabía que responder, se sentía demasiado confundido por las palabras de su cuñado -Eiri-san, tienes que escucharme, Shindou no puede estar solo, tiene amnesia.

 

En menos de cinco minutos ya estaba en su auto de camino a donde vivía Hiroshi Nakano, esa había sido la primera idea en su mente y esperaba que lo mismo hubiera pasado con su amante, pese al poco trafico sentía que cada minuto era un siglo y el miedo ya lo dominaba al entrar por la última calle antes de llegar. Llamo a la puerta y abrió la figura del pelirrojo cigarro en mano.

 

-¿Dónde esta?- los ojos grises le miraron sin comprender -¿dónde esta Shuichi?

-No lo he visto desde ayer- respondió fríamente al recordar la ilusión de su amigo y supuso que, como era costumbre, el mayor le habría hecho algún desplante, el sonido del teléfono lo saco de sus cavilaciones haciéndole entrar y permitir el paso al otro, cogió el auricular y sus facciones fueron cambiando conforme la breve conversación se desarrollaba -infeliz... ¡cómo pudiste hacerle esto a Shuichi!, ¡animal!, ¡acaso no tienes alma!- estaba tan furioso que tomo al rubio por la camisa y lo estrello contra la pared dejándolo de golpe para salir en su motocicleta rumbo a casa de la familia Shindou seguido por Eiri., vio como el menor bajaba del vehículo y entraba a una casa donde era recibido por una joven castaña a la que pudo reconocer como Maiko, la hermana menor del cantante.

 

-¿Cómo esta?

-Bien, mejor de lo que pareciera... aparentemente el golpe fue muy leve pero el shock le provoco amnesia, no se acuerda de nada

-Hola Shu- las orbes violeta le observaban como si intentara buscar en lo más profundo de su mente algún recuerdo de aquel joven que le hablaba con tanta familiaridad -cierto, no me recuerdas; soy Hiro, Hiroshi, tu amigo de toda la vida

-Yo... lo siento mucho pero no puedo recordarte

-Descuida, pronto vas a estar mucho mejor, te lo prometo

-Voy a traerles te- dijo Maiko dejándolos solos en la que tiempo atrás fuera la recamara de su hermano

-¿Sabes lo que te paso?

-Solo puedo recordar una luz muy brillante, cuando desperté estaba en un hospital y el medico me hacia muchas preguntas; fue él quien me dijo mi nombre y me dio mi dirección, lo encontró en mi billetera

-Al menos llevabas identificación, aunque igual creo que alguien te hubiera reconocido tarde o temprano

-¿Por qué?

-Bueno, tú eres... nosotros...- respiro hondo y tomo una decisión deseando que fuera la correcta -no importa ahora, pero debes tener cuidado o vas a terminar con una ola de adolescentes persiguiéndote por toda la ciudad

-No comprendo

-Si te digo todo ahora de un solo golpe te hará daño, dime, ¿qué paso después del hospital?

-Estaba muy confundido, muchas personas me rodearon y... empecé a correr hasta llegar a la dirección que decía la identificación

-¿Fuiste con Yuki-san?

-¿Yuki?, ¿así se llama aquel sujeto?, ¡fue lo peor de todo!, comenzó a gritarme y entonces me fui hasta un parque, entonces llame a un número de mi celular

-Ahora entiendo, menos mal que no te paso nada

-¿Por qué estaba ese sujeto en el departamento?, ¿acaso vivo con él?

-Este... sobre eso... ya es tarde, lo mejor es que descanses por ahora y te prometo que vendré a verte y te diré todo poco a poco

-Gracias...

-¡No puede entrar ahora!, ¡por favor Yuki-sensei, tenga un poco de consideración!, esta muy confundido, lo que necesita es descansar- la voz de la joven se escuchaba desde el pasillo justo antes de que al cuarto entrara un hombre alto, de tez muy clara y cabellos rubios -lo lamento, no pude detenerlo Hiro- se disculpo esta sintiendo como el ambiente se volvía tenso.

-Vamonos Shuichi

-No voy a ir con usted a ninguna parte

-No digas tonterías, tienes que ver a un médico y hace mucho que esta no es tu casa

-Pues no tengo intención de estar cerca de usted

-¿Ah sí?- enarco una ceja mientras se acercaba a la cama donde yacía sentado el pelirrosa -no pensabas eso cuando decidiste volverte mi amante

 

 

Si yo quería ser esa mujer
la madre de tus hijos
y juntos caminar hacia el altar
directo hacia la muerte
y al final ni hablar
los dos nos destruimos
y al final que tal
tu y yo ya no existimos

 

 

Los ojos del cantante se abrieron desmesuradamente al escuchar aquellas palabras; no podía ser cierto, no, ¿por qué él estaría relacionado sentimentalmente con un hombre? y, de todos los que había en el mundo, ¿por qué precisamente "ese"?.

 

-No... no, no es verdad... nosotros no somos nada, ¡deje de levantar falsos como si nada!

-¿Dudas de mí?, entonces pregúntales a ellos

-Hiroshi-kun... Maiko-chan, por favor... díganme que es mentira

-¿Acaso no te basto con lo que le hiciste en el departamento bastardo?- intervino el guitarrista, no era capaz de negarle a su amigo su relación con el rubio pero tampoco iba a quedarse cruzado de brazos cuando este no podía defenderse


No, No quiero ser esa mujer
ella se fue a un abismo
y tu
no eres aquel que prometió
seria mi superhéroe, y que
todo acabo, no queda mas
seremos dos extraños, yo
te olvidare, me olvidaras
hasta nunca.

 

 

Tras una larga y escandalosa discusión Eiri Uesugi finalmente había accedido a dejar la casa, Shuichi no hacía más que llorar desconsolado en los brazos de la castaña y Hiro intentaba comunicarse con Claude Winchester para dar a conocer la situación del vocalista e intentar encontrar alguna forma para que recuperara su salud; se sintió aliviado al saber que Seguchi había preparado todo para hacer parecer que el grupo se encontraba de viaje en América y evitar que la condición del pelirrosa se prestara a un escándalo, sin embargo, el mayor problema no era ese sino que la única solución, según el medico era esperar a que los recuerdos volvieran por si mismos.

 

-Se ha quedado dormido, no puedo creer que Yuki-sempai actúe de esa manera con mi hermano

-No creerías muchas cosas, no me malinterpretes, se que no puede ser tan terrible si Shu sigue a su lado pero a veces...

-Sí, mi hermano debe quererlo mucho

-Más de lo que te imaginas, solo espero que todo esto se solucione pronto

 

Al día siguiente Shuichi sintió los rayos del Sol dándole en total plenitud en su cara, se removió entre las sabanas pero el sueño se había ido por completo, espero a que el dolor en su cabeza se esfumara antes de bajar, su estomago pedía dolorosamente alimento; a cada escalón le parecía estar a punto de perder el equilibrio y comenzó a arrepentirse por abandonar el hospital de manera tan abrupta, al saberse en una superficie uniforme respiro con alivió y busco la cocina, abrió el frigorífico, cogió el cartón de leche y se sirvió cereal pues no tenía ánimos para intentar cocinar. Las horas pasaron tranquilas en lo que él esperaba la llegada de su amigo pelirrojo, Maiko intentaba hacerle recordar con lo poco que en la casa quedaba de él, fotografías, películas caseras, contándole anécdotas, hablándole de su familia y todo era en vano, incluso las muchas intervenciones de sus padre eran inútiles contra la enfermedad.

Poco después de que sonaran las tres de la tarde Nakano llego y comenzó a explicarle cuanto pudo a su amigo; que era Shindou Shiochi, compositor y vocalista de "Bad Luck", una de las más importantes bandas de Japón y que juntos la habían iniciado años atrás aunque con varias dificultades y todo salía con fluidez hasta que en la historia comenzaba la intervención del escritor, intentaba a toda costa evitar comentarlo para evitarle cualquier sobresalto a Shuichi y llego el momento en que intentar explicarle su vida cotidiana resultaba demasiado difícil.

 

-No entiendo

-¿Qué?, ¿voy muy rápido?

-No, no, para nada, es solo que... ¿por qué siempre estoy llorando?

-Bueno, no quise decir exactamente eso solo que eres muy... emocional

-¿Emocional?

-Sí, si quieres llorar lloras, si quieres reír ríes; nunca te ha importado lo que los demás puedan pensar de ti y siempre te dejas llevar por tus sentimientos sin intentar justificarlos

-Debo ser una persona muy tonta

-No, admito que haces muchas cosas raras, cómicas y sí, alguna... varias pavadas pero también eres muy decidido, sabes bien lo que quieres y luchas por lograrlo, aunque no lo parezca eres una persona muy fuerte y también muy noble

-Hiroshi-kun... ¿y ese sujeto?, Yuki-san

-Shuichi, no creo que sea un buen momento para hablar de él

-¿Por eso lo has estado evitando?, todo lo que dijo era cierto

-Eso es algo que debes tratar con él

-Después de lo que paso... quiero entender pero cuando comenzó a decir todas esas cosas me hizo sentir tan mal que cuando llego no pensé soportar verlo otra vez

-Descuida, pronto todo va a mejorar, lamento no poder ayudarte con ese tema

-Esta bien... Hiroshi, gracias

 

Los días se transformaron en semanas y, antes de que nadie pudiera acercarse al pelirrosa ya había transcurrido un mes en el que ningún medio había comentado irregularidad en la desaparición de la banda, Eiri fumaba la décima cajetilla, tenía todos sus nervios alterados y cada instante le parecía peor que el anterior, el departamento le parecía silencioso, muerto, apagado, la cama fría y ya no tenía ánimos de nada; frente a él en la computadora se veía una hoja en blanco y el pulsos palpitar, no tenía ideas o, mas bien, todas evocaban a lo mismo: su amante.

Muchas veces había sentido el deseo de ir a buscarlo pero siempre se detenía para terminar hablando por teléfono con la madre o la hermana de este, quienes les decían que aún no estaba listo y se tragaba sus ofensas pero sobre todo, se guardaba las ansias de volverlo a ver, el reloj caminaba pero no tenía nada que esperar y ya el simple hecho de respirar le resultaba tedioso; cavilaba su desgracia cuando escucho el timbre sonar, se levanto furioso, con la firme idea de desahogar en quien fuera que le llamaba toda su frustración hasta mirar al otro lado de la puerta la fina figura del pelirrosa.

 

-¿Puedo hablar con usted Yuki-san?- el rubio solo se hizo a un lado permitiéndole al menor pasar y vio como se sentaba en el amplio sofá de la sala -lamento lo de la vez anterior

-Creí que no querías volver a verme

-No quería, pero necesito que me explique muchas cosas; Hiroshi me ha ayudado a recordar pero hay partes que están en blanco y por lo que entiendo tiene que ver con usted... ¿cuándo empezó?, ¿cómo fue que terminamos juntos?

 

Eiri aspiro el tabaco y en segundos lo dejo escapar por su boca apenas abierta meditando sus próximas palabras, se sentó al lado del menor y comenzó a relatar desde aquella noche en que se vieran por primera vez, su insistencia, las muchas separaciones y así hasta llegar a aquella mañana en la que no pensaron la vida les jugaría una broma tan cruda.



Y donde quedo , ese botón
que lleva a la felicidad
luna de miel, rosa pastel
clichés y tonterías
y al final ni hablar
los dos nos destruimos
y al final que tal
tu y yo ya no existimos

 

 

Había escuchado atentamente todo el relato conteniendo la rabia, la humillación y el dolor que le imponía imaginarse padeciendo todo lo que el escritor le decía...

 

-Que idiota he sido... pero ya no importa, a la primera oportunidad mandare recoger mis cosas y no volveremos a vernos

-¿Piensas irte?

-Es más que obvio que usted y yo no podemos vivir bajo el mismo techo, lo mejor es que todo termine ahora- se levanto intentando contener el llanto cuando sintió una mano sostenerle por la muñeca y antes de que pudiera quejarse los labios del rubio yacían sobre los suyos besándole con devoción, una mano le tomaba por la cintura y otra lo asía firmemente por la nuca profundizando el contacto y acercando su cuerpo al del mayor; todo el aire de su cuerpo escapo y aunque se resistió a corresponder le fue imposible separar a su opresor. Se separaron con lentitud y sus miradas se cruzaron, su respiración era agitada y sin poder evitarlo Shuichi sintió como si de repente su corazón se hubiera fragmentado, agacho el rostro y se marcho en silencio.



No, No quiero ser esa mujer
ella se fue a un abismo
y tu
no eres aquel que prometió
seria mi superhéroe y que
todo acabo, no queda mas
seremos dos extraños, yo
te olvidare, me olvidaras
hasta nunca...

 

 

Pasaron seis meses, Bad Luck se encontraba en su auge y en cada periódico y revista se podía leer sobre la gira promocional del último libro del famoso Eiri Uesugi; medio año había transcurrido en el que en silencio, Shuichi se desviviera recordando su último encuentro y el dulce contacto de su boca con la del escritor y, en más de una ocasión, pasando por alguna librería había adquirido algunas de sus obras.

No podía apartar su recuerdo, cuando había tenido entre sus manos sus pertenencias recogidas del departamento del rubio cientos de objetos despertaron en su interior recuerdos amargos y también encantadores confundiéndole más allá de lo que se sentía capaz de soportar, pero nada se comparaba con el día que había leído su libro, ese que había terminado mientras él luchaba por recordar y muchas fueron las lágrimas que derramo mientras leía, intentaba separarse del pequeño objeto pero siempre algo le inducía a retomar la lectura hasta terminarlo.

No quería seguir llorando, tampoco quería volverse dependiente de Hiro ni de su familia y, en un intento de matar toda su tristeza salió a caminar mientras el ocaso se apoderaba de la ciudad, antes de darse cuenta estaba en un viejo parque que le resultaba familiar, lo recorrió con parcimonia y en medio de la oscuridad una figura mucho más alta que la suya se le acerco.

 

-¿Cómo estas?

-Bien, ¿usted?- no escucho respuesta, solo fue guiado por el camino hacía algún lugar bajo la Luna, tomaría demasiado reparar el daño hecho en dos años y recuperar todos los momentos perdidos en seis meses, incluso desvanecer los espacios en blanco de su memoria pero valía la pena intentar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

Notas finales: No se ustedes... pero a mi no m gusto

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).