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La Noria por Eiri_Shuichi

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Notas del fanfic:

No se nada de la serie, a lo sumo 2 o 3 fics y el opening... en español!!! asi q quien lea lo hara bajo su propio riesgo de q sea pesimo

Dedicado a YUKI_RYU (si, al final lo hice)

Notas del capitulo:

El autor es Takehiko Inoue y yo escribo esto porq se lo prometi a una amiga...

Ah si... y ya van 2 veces q no sube! debi desistir

 

Miraban el inmenso arco frente a sus ojos mientras la fila se iba acortando rápidamente, el pelirrojo cerro sus ojos y puños intentando controlar su furia notando como se apoderaba de su mente una idea que jamás creyó llegar a tener: odiaba a Haruko, sí, aquella a la que creía amar desde hacía ya una buena temporada era la única causante de su tan penosa situación y es que solo ella había podido tener una idea tan ridícula, ¿motivación para el equipo?, ¡pero si aquello era lo peor de toda su vida!, hubiera hecho cualquier cosa por evitarse no el estar ahí, sino la molesta presencia a su lado.

Era el peor día de su vida...

Todo había comenzado un mes atrás, el campeonato se aproximaba mas todo iba de maravilla en el equipo, todo excepto el animo de los jugadores; era como si una epidemia depresiva se hubiese apoderado de cada uno y, si bien ya tenían sus problemas ahora las cosas se volvían realmente amargas al grado de que el más ínfimo detalle desataba una catástrofe existencia. Era difícil darle una explicación detallada a lo que ocurría aunque, en términos generales la respuesta era obvia: como cualquier ser humano, particularmente en esa etapa de la vida, tenían problemas simples y cotidianos que acababan con su tolerancia.

En uno de los muchos entrenamientos la castaña había sugerido un "juego" para animar a los miembros del equipo, las reglas aunque extrañas eran básicamente y al final, aunque solo dos podían ganar el premio el ambiente parecía haber amenizado; al final los problemas terminaban por irse o uno se daba cuenta de que al final no eran la gran cosa. Lo que el pelirrojo nunca contemplo como posibilidad fue el hecho de que su plan se le fuera de las manos, había confiado en que Takenori ganaría uno de los dos puestos y que no dejaría sola a su hermana así que lo único que tenía que hacer era obtener el segundo lugar.

Todo hubiera salido a pedir de boca excepto porque al final se entero que este no participaba y había escuchado la voz de su amor platónico pronunciar su nombre... y el del Zorro.

Y ahí estaba en ese momento, entrando al gran parque de atracciones junto con su rival que no solo mostraba indiferencia ante todo sino que además se iba quedando dormido mientras caminaba y él, sentía como se volvía loco, ¡al demonio todo su amor por Haruko, iba a matarla aunque le costara una dolorosa agonía a manos del Gorila de su hermano!, antes muerto que sin vengar lo que estaba padeciendo. Solo el olor de la comida le hizo olvidar por unos instantes la desagradable situación y corriendo fue hasta uno de los puestos y compro un bocadillo para empezar a comer con singular alegría; regreso al lado de su compañero y abrió enormemente los ojos al descubrir que este yacía dormido y de pie a medio camino, sin pensarlo dos veces le propino un golpe certero para despertarlo y de paso desahogarse provocando que este despertara un tanto aturdido pero sin perder su gesto de somnolencia.

 

-¡Zorro estúpido!, solo a ti se te ocurre venir a dormir en un lugar como este, no me importa lo que diga todo el mundo sobre el espíritu de equipo, no voy a dejar que me eches a perder la tarde

-Hummm... como si me importara- esas habían sido muchas palabras para su comunicación acostumbrada, pero el que fueran indiferentes para el otro no tenía nada de novedad -da'ho- y claro, no podía dejar de llamarlo de aquella manera antes de dejar que el sueño volviera a apoderarse lentamente de su cuerpo.

 

Hanamichi ya no soportaba más esa situación y pensando en como darle un buen escarmiento lo cogió de la muñeca llevándolo como podía hasta una de las atracciones, la que al parecer era más rápida, empinada y aterradora de todas; eso, según él, sería más que suficiente para espabilar al otro. Se formo y en poco tiempo ya estaba colocándose en su lugar, espero unos minutos y entonces el vehículo comenzó a moverse, primero lento y en subida para después dejarse caer abruptamente a una velocidad impresionante, su cuerpo comenzaba a producir grandes cantidades de adrenalina, escalofríos por toda su espina dorsal y una sensación que subía y bajaba; al terminar giro su rostro para ver como Rukawa apenas parecía despertar de un profundo y dulce sueño, en cualquier otra situación se hubiera lanzado para pelear con él pero cuando se dio cuenta ya estaba sobre un bote de basura repitiendo toda la comida en su estomago lo cual, sumado a la sensación del juego le arrebato todas sus energías; se sentó en una banca y se acomodo cerrando los parpados para evitar la molesta luz y reacciono solo cuando sintió un frío húmedo y repentino en su frente encontrándose con la imagen de Kaede apoyando una lata de fresca soda en su rostro como si con aquello esperase calmar el malestar que padecía Sakuragi, tomo la bebida y la abrió como el otro se sentaba a su lado ingiriendo la propia.

 

-¿Por qué lo hiciste?- preguntó intrigado y muy sorprendido por el gesto, sobre todo cuando sabía que Rukawa odiaba que le despertaran y él, en menos de una hora lo había hecho ya dos veces

-Da'ho...- nuevamente hacía gala de su elocuente sentido de la comunicación, aparentemente le era más interesante ingerir el líquido que responder a la pregunta

-Zorro- respondió con molestia por su actitud -gracias

 

Tras unos minutos ambos se levantaron y recorrieron prácticamente todo el parque entreteniéndose en cuanto juego se encontraban, en muy pocos participaba el pelinegro y no mostraba entusiasmo a diferencia del pelirrojo que comenzaba a alardear en cuanta actividad conseguía un buen resultado elogiándose a sí mismo. Así pasaron varias horas, subieron a otras atracciones ya con ambos en buen estado, despiertos y sin comida mientras la tarde se iba acabando, cansados del ir y venir se detuvieron a comer en un local de comida occidental que, si bien no era saludable, tenía buen sabor... acabando con sus alimentos Kaede diviso a lo lejos algo que le llamo la atención, se levanto y sin decir nada a su compañero comenzó a andar rumbo a un puesto en específico seguido por un confundido Hanamichi.

Llegaron y vieron las canastas tan bajas y cercas que no les representaría ningún problema, Rukawa pago por tres tiros y sin dificultad encesto despertando el espíritu competitivo del pelirrojo que sin esperar dio dinero al dueño y repitió la proeza; pasaron veinte minutos y no paraban de lanzar anotar puntos ante el asombro del vendedor y una pequeña multitud que se había acercado a ellos; temiendo quedar en la ruina el dueño tomo un par de muñecos de felpa y se los entregó como premió corriéndolos con una falsa sonrisa. Rukawa fue al primer basurero y boto el suyo dejando atónito a Sakuragi por su acción antes de quedarse observando el propio.

 

-¿Qué?, ¿no piensas dárselo a Haruko?- la voz del zorro le hizo reaccionar y sin saber por qué la imagen de si mismo asfixiando a la susodicha con el felpo en venganza por su genial idea, aquello le impresiono un poco y, a la vez, le causo gracia, era como si en algún momento, sin que se diera cuenta, el sentimiento por la joven se hubiera desvanecido en el aire. Una sonrisa se dibujo en su rostro y sin miramientos dejo el gran oso junto con su similar dando media vuelta y dejándolo atrás. De repente se sentía mucho más tranquilo que en mucho tiempo, libre y, por sobre todo aquello, feliz, miro el rostro de su rival y recordó como después del incidente en la montaña rusa no habían discutido ni una sola vez, las presiones de los entrenamientos y la rivalidad nacida de su atracción por la castaña ya no estaban y daban pie a un trato muy apacible que le llenaba de satisfacción.

-Bien, es mi turno de elegir- dijo sonriente ante la mirada confundida del otro y con gesto teatral señalo la gran noria que desfilaba en el centro del parque de atracciones -¿qué?, no se puede venir aquí y no subir a la noria, es antinatural

 

Rukawa no se negó, solo camino a su lado cavilando silencioso algo muy similar a su compañero, él también se sentía a gusto con aquel día, incluso si al principió había sido difícil ahora le parecía que se conocían de toda la vida y que siempre se habían llevado bien, como amigos.

Entraron a la cabina y se sentaron cada uno en un extremo admirando el paisaje nocturno de la ciudad bajo el manto oscuro del cielo que hacía resaltar las luces blancas y amarillas.

 

-¿Por qué lo hiciste?

-¿Qué cosa?

-¿Por qué botaste el muñeco?

-No me gustaba, no soy de coleccionar felpos y me di cuenta que no me gusta Haruko así que no tenía sentido

-¿No te gusta?

-No, era costumbre pero hace tiempo que dejo de interesarme, es buena amiga pero solo eso, ¡ah!, supongo que deberé buscar a alguien más y con suerte pasará algo- se estiró cuando un golpe en seco le hizo dar hasta donde yacía sentado el pelinegro, la noria había parado y seguramente tomaría tiempo antes de que volviera a funcionar -lo siento, perdí el equilibrio

 

No obtuvo respuesta, ambos se acercaron al cristal para intentar ver algo pero estaban a varios metros del piso y la noche les dificultaron distinguir algo.

 

-Da'ho

-¡Zorro!, ¿con qué derecho me insultas?

-Fue tu idea venir aquí

-¿Y cómo iba a adivinar yo que dejaría de funcionar con nosotros dentro?- dejaron de hablar en ese momento, esperaron en vano mientras los minutos transcurrían sin que la situación cambiara o diera señales de hacerlo.

-Hay alguien que me gusta- fue Rukawa quién interrumpió el silencio y obtuvo la completa atención del pelirrojo

-¿Ya se lo has dicho?

-No vale la pena

-En ese caso no te interesa suficiente

-Tú insististe y ahora dices que no te interesa ella

-¡Es distinto!, yo me esforcé y solo no funciono, además, si lo que tienes es miedo al rechazo te diré que no es tan terrible como parece

-No sabes lo que dices

-¿Ah no?, con cincuenta rechazos creo que se de lo que hablo- apenas termino de decir esto sintió unos labios ejerciendo presión sobre los suyos, una mano le sostenía firme por la nuca y otra se asía a su cintura; por primera reacción intento separarlo pero conforme el contacto se iba prolongando le producía una sensación agradable, su naturaleza no le cuestiono el hecho de que ambos fueran hombres y en cuanto su conciencia intentaba objetar su rivalidad la voz del deseo le acalló justificando que el origen de la misma y que ese día había convivido con el otro muy amenamente. Se separaban a cortos plazos para intentar llenar sus pulmones y retomar el beso con gusto y placer, hasta que finalmente fue imposible prolongar el acto y dejaron sus rostros a centímetros sintiendo como el juego reanudaba su movimiento; bajaron finalmente y sin decir nada se dirigieron hasta un muelle cercano apreciando el mismo paisaje desde otro ángulo.

 

-¿Por qué hiciste eso?

-Es obvio, te dije que alguien me gustaba

-No creí ser yo

-¿Te molesta?

-No...- respondió con cierto nerviosismo de solo recordar lo que había hecho minutos atrás cuando Rukawa lo abrazó sin aviso y acerco su rostro a su oído, podía sentir su respiración y su voz le producía exquisitos escalofríos en todo el cuerpo

-Me alegra, ¿quieres volver la próxima semana?

 

Era una circunstancia extraña para Hanamichi pero, sin poder reprimir una nueva sonrisa asintió con la cabeza y sin necesidad de decirse nada más terminaron la noche con un segundo beso.

Al siguiente día todo el equipo estaba entrenando, las cosas había vuelto casi a la normalidad, todos daban lo mejor de sí y estaban ansiosos por el partido que se acercaba, lo único inusual para todos fue que dos de los mejores jugadores y eternos rivales no discutían, incluso parecían llevarse bien.

 

 

 

FIN

Notas finales: Dije q no sabia nada (a lo mucho 2 o 3 fics leidos y el opening... en español x-x) si sirve d consuelo, no vuelvo a escribir de Slam Dunk

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