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First Love por Kuroda Inoue

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Había discutido con su madre porque sus notas no iban del todo bien. Poco le importaba por aquel entonces, dado que no tenía aspiraciones ni metas. Los estudios... carecían de sentido si marcaban un camino que no podía vislumbrar.

En su cabeza resonaban las palabras que aparecieron en su ñultimo sueño. Entre la multitud que abarrotaba las calles principales de Tokyo en las horas puntas de la noche, en plenas fiestas navideñas, aquella sensación volvía a él una y otra vez.
Aquellas palabras, aquel perfume indescriptible que lo sumía en una paz cálida y suave, aquel rostro indefinido que parecía querer acercársele para acariciarle las mejillas salpicadas de lágrimas. Todo lo sumergía de nuevo en aquel sueño que... debía tener un sentido, una explicación, pero ¿cual?

Entonces sintió como su tarareo resonó como un eco entre las voces desvocadas de la gente. Apenas hizo caso, pero pronto sintió aquella melodía mucho mas cerca. Levantó la vista de inmediato, sintiendo la presencia de aquel que apareció en su sueño, llegando a sentir incluso como aquellas manos volvían a estirarse para acariciarlo.
Seguro de que estaba escuchando la melodía de su sueño, comenzó a mirar de un lado a otro mientras subía la calle.
Las personas con quienes se cruzaba parecían no verlo, ni siquiera sentirlo.
Estaba tan cerca de los grandes almacenes y tiendas de importación que el gentío casi lo hizo perder la pista de aquel hermoso sonido, suave y delicado, como una canción de amor.

De pronto sintió como si una presencia divina lo invitase a mirar a su derecha y cegado por aquella sensación tan familiar, asi lo hizo.
Alli estaban los grandes almacenes Tohan, famosos por sus reclamos hacia el consumidor. Su edificio era enorme, pero en los portales albergaba a muchas personas que gritaban y reían. Sus ojos no repararon en aquellas personas, ni siquiera permitió que sus risas y gritos menguasen en su mente aquel sonido que... pronto sintió desgarrarse en sentimiento dentro de su pecho.

Tuvo que presionar una mano contra este para calmar los vuelcos de su corazón, el cual sentía latiendo sobre su estómago y retumbando en la plenitud de su pecho adolescente, ignorante y virgen.

Sintió como aquella voz que peinaba las notas le atravesaba la mano e irrumpía en sus latidos, dándoles un hermoso y romántico ritmo que seguir. Era como si por primera vez... un sentimiento desconocido posellera el aura que rodeaba su alma, su interior, aquella virginidad que comenzaba a deshacerse como granos de azúcar en el té caliente.

Sintió que la cara le ardía. El sonrojo era más que evidente pero... clavó sus ojos en él. Aquel que cantaba sobre aquella melodía, como si fuese la única forma de expresarse que hubiese conocido desde su nacimiento.

Le pareció un ser divino, quizás el mismo que llamó su atención hacia aquel lugar. Parecía estar brillando y Shuichi sintió como si aquella voz tratase de estirar sus brazos para tocarlo, pero el gentío lo consumieron de nuevo.

Su mirada desvelaba un alma salvajemente libre y limpia de sentimientos sucios o sufridos. Aun así denotaban una experiencia que bañaba de seguridad las notas, la letra, las palabras.....

El silencio de su voz se hizo y las otras voces rompieron por un segundo aquel maravilloso encuentro. Sus cabellos acariciaban sus mejillas y se veía tan... hermoso.
Entonces, superando la magia de la música, comenzó a cantar de nuevo.
En aquel instante, Shuichi sintió que los brazos que aquella voz estiraba para tratar de alcanzarlo, volvían a atravesarle el pecho. Sintió de nuevo calidez, emoción, amor...

Hizo un gesto de dolor, al creer que la voz no surgiría y al saber que su alma deseaba gritar, responder a aquel reclamo. ¿Pero como? Aquel hombre estaba introduciéndose dentro de su cuerpo y de todas sus emociones, mostrándole algo desconocido sin lo que no podría seguir, ahora que ya lo había experimentado.
Los gestos de sus manos, sus miradas perdidas por encima de la multitud, describiendo aquellos sentimientos a saber a quien. De seguro era algo más que una simple letra de canción. Era una declaración. Profunda, improvisada, nacida del deseo de conocer a quien le esperaba al final del camino y compartiría del mismo modo todas aquellas palabras con él.

Shuichi sintió involuntariamente que aquellas palabras iban dirigidas hacia él. Que le estaba cantando a él. Y abrió su corazón a estas como si las compartiese, dado que en cierto modo, acababa de enamorarse de aquellos versos y de la voz que pintaba aquellas palabras en su alma, con unos colores que jamás había visto y que eran tan hermosos como la reciente sensación de que su alma estaba viva... y enamorada.

Enamorada de la vida, de la música, de aquel hombre; no lo sabía con exactitud, pero acababa de descubrir que la palabra amor era mucho más profunda de lo que nunca hubiera imaginado.

El joven cantante bajó del pekeño escenario improvisado bajo los portales del Centro Comercial. Los gritos destrozaron literalmente el final de la melodía que continuaba sucediéndose nota a nota, pero los ojos de Shuichi perseguían al muchacho, sin perderlo de vista, sabiendo exactamente la expresión que regalaba a los espectadores incluso cuando la gente se ponía entre ellos.

Supo que aquel grupo se estaba promocionando y ahora vendrían las obligadas firmas de albums. Ni siquiera sabía como se llamaba el grupo, ni que estilo de música tocaban, dado que estaba bastante claro por su look que no eran un grupo de baladas, aunque hubiesen cerrado su presentación con una.

Sin saber como, estaba entre los que se agolpaban por un autógrafo y la idea no le disgustó. Además de que sospechaba que se había puesto allí a propósito.
Cuando alcanzó la altura en que sólo una mesa los separaría a él y aquel joven cantante, el resto de voces volvieron a apagarse.

-¿Me dejas el cd?- señaló el joven, ofreciéndole entregárselo en mano.

Shuichi lo miró a los ojos. Eran verdaderamente hermosos. ¿Como era posible que existiera un hombre asi? ¿Como podía sentir todo aquello por él? Por su voz... por sus gestos.... sus palabras.... Por consolarlo en sueños mientras susurraba aquella misma melodía.

El muchacho se dio cuenta de que Shuichi no tenía ningún cd en las manos, lo que molestaría a cualquiera porq eso significa que quería un autógrafo pero no gastarse el dinero. Seguramente... para revenderlo después. Pero aquella idea ni siquiera se le pasó por la cabeza. Simplemente le sonrió con dulzura, como si supiera que acababa de entrar a formar parte importante de su vida.

Shuichi compartió aquella mirada durante un segundo que pareció eterno. Un segundo en el cual, palabras sueltas de aquella canción de amor, volvieron a resonar por encima de todo y de todos.
Shuichi tan solo supo que daba rienda suelta a sus sentimientos, cuando sintió el suave contacto de ambas manos.
Acarició ligeramente la palma del cantante, sin dejar de mirarla.

Ningún gesto de rechazo, ningún sobresalto ni reacción. Shuichi posaba su mano sobre la del cantante cuando este cerró la suya, atrapándolo dulcemente. Entonces el niño lo miró a los ojos.

-No te preocupes....

Le sonrió de tal manera que Shuichi creyó que ambas almas habían sido destinadas desde tiempos tan lejanos que apenas la palabra alma estaba inventada.

-Siento que.....
-¿Te ha gustado?- preguntó amablemente.
-...te quiero.

Por primera vez, pudo ver como sería una expresión de sorpresa por parte del cantante. Aquellos ojos se almendraron de tal manera que pudo llegar a vislumbrar un pedazo de su alma, la cual... era tan virgen como la suya. Pero estaba al descubierto, estaba a su alcance. Había conseguido rescatarla de una profundidad tal que ya casi parecía que aquel era su verdadero destino.

-Si no compraste el cd, sal de la fila por favor- replicó un miembro de seguridad, que tomó al joven y lo desplazó entre la apretada masa de personas hasta que sus pulmones pudieron estirarse a todo lo ancho cuanto quisieron.

Había terminado bastante lejos de la mesa de firmas y todo transcurría como si aquella conversación, aquellas miradas y aquellas palabras, nunca hubiesen existido, aunque.... presentía haber percibido la última mirada del cantante mientras lo sumergían entre las voces y el ruido, sacándolo de alli.

Había sido una mirada realmente sorprendida. Tanto como para no reaccionar y preguntarse quién era aquel que se presentaba y rescataba su alma olvidada del fondo de su corazón.

Durante un segundo recordó aquella mirada, luego el ruido borro toda melodía de su mente y giró la vista a todos lados.

-Vaya follón de gente.... será mejor que vuelva a casa.

Casi sin recordar que aquello había pasado, dejándolo aparcado entre sueño y realidad, Shuichi regresó a casa. Pero aunque su apariencia no delatase cambio alguno, aquello había dejado una huella significativa dentro de él.
Su corazón ya no era virgen.... el amor lo había rozado, aunque por poco tiempo, ya que las voces lo borraron casi por completo.
Aun asi.... el color de su alma también era distinta. Al disiparse aquel amor, Shuichi no sabía decir si había sido producto de la canción o realidad, pero.... los bellos tonos de las alas, antes impolutas, de su alma.... habían recibido un cálido y hermoso tono rosado...

Tras la firma de todos los autógrafos, sus compañeros de grupo lo encontraron en el pasillo descubierto con la mirada perdida en la palma de su mano.

-¿Estás bien? ¿Ocurre algo, Ryuichi?
-Estoy bien....- susurró, sin apartar la mirada.

Estaban cerca de él, aunque decidieron dejarlo tranquilo, pero apenas los sentía. Era como si su mente estubiera en otro lugar, dentro de otro sueño mucho más profundo. Recordando aquel momento fugaz, aquellas caricias, la forma en que le dijo que lo amaba....
¿Cuantas veces le dijeron eso? Miles.
Entonces.... ¿que era diferente?

Supo que aquello tenía que significar algo importante, algo decidido desde hacía mucho.
Entonces sonrió, cerrando la mano, tratando de conservar aquel tono rosado que sentía teñir las alas de su alma.
Aquella sensación, aquel amor que había compratido incluso sin saberlo, en cuestión de un segundo. ¿Se podía alguien enamorar tan rápido? No lo sabía con certeza, pero durante aquel instante... él sintió que compartían el mismo sentimiento, que se habían estado buscando eternamente para complementarse, que tan solo aquel muchacho... sería capaz de despertar realmente los sentimientos de su alma tal y como había hecho hacía unos minutos.

Miró al cielo, sintiendo una paz tan increible que lo obligaba a sonreir dulcemente.

-Yo también te quiero.....


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Este fue el verdadero primer encuentro entre Shuichi y Ryuichi. A quien le parezca cursi no tiene ni idea de la verdad absoluta (ea!) Me pareció precioso y surgió como todo lo bueno y profundo (de casualidad) Inspirada por First Love de Hikaru Utada. Un pekeño fic que me gustaría conservar para recordarme siempre.... como es el amor verdadero, de donde surje, quien lo decidió..... Quiero creer que es el destino quien decide donde poner las almas gemelas y todo lo referente a ellas. Y en mi opinión.... Shuichi y Ryuichi son almas gemelas destinadas a encontrarse, pero como sería injusto que todo el mundo ame con el corazón y ellos fueran los únicos que amen con sus almas.... el destino rompió en pedazos el puente que unía sus caminos. Shuichi amará a Eiri (con el corazón) pero nunca con el alma, porque esta se ilumina y se viste de tonos suaves y rosados solo cuando consigue ver de nuevo.... las alas de Ryuichi.


Kuroda Inoue

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