Hyde no había dormido muy bien esos últimos días. De hecho, las veces que conciliaba el sueño, este era tan ligero que no servía más que para apenas descansar su cuerpo... no así su mente. Y fue por esto que pudo oír el auto estacionándose afuera de donde vivía y levantarse rápidamente.
Con prisa se vistió adecuadamente, lavó su cara, arregló su cabello y se detuvo unos segundos a observar su aspecto en el espejo. Trataba de convencerse a sí mismo de que no lucía demasiado mal cuando el alegre timbre de la puerta entró a sus oídos.
No preguntó quién era. Él sabía quién era (no podía equivocarse). Así que se encaminó a la puerta y la abrió sin dudas para encontrarse con la ya conocida figura de negro en una no tan conocida actitud. Y es que no todos los días se puede ver a Yasunori Sakurazawa con un arrepentimiento visible en cada movimiento que hace.
-Hola, Yatchan...
-Hola... -respondió Sakura, notando enseguida una palidez exagerada en la piel del vocalista y con causa añadiéndo-. ¿Cómo estás?
Definitivamente ambos habían tenido días mejores...
-Ah... bien. ¿Quieres pasar? -ofreció Hyde, tratando de alejar la sensación de incomodidad que ambos pasaban-. Te puedo invitar algo de café o si quieres puedes desayunar conmigo.
-El café está bien.
Con los dos en el interior del lugar, se cerró la puerta a cualquier ojo ajeno. Dentro, en la mesa que hacía de comedor, se hallaban ya dos tazas de humeante café negro y en las sillas alrededor de esta, dos personas que no hallaban la manera de expresar lo que pasaba por sus cabezas.
-Parece que no has dormido en días... -apuntó Sakura después de algún rato en silencio.
-Um. No creo que tu luzcas mejor que yo.
Hyde dió un sorbo a su café y depositó la taza sobre la mesa. Cruzó los brazos sobre esta y puso su atención en la persona frente a él.
-Pero tú necesitas esa energía... -argumentó el baterista evandiendo la mirada y guárdandose para sí un "no quiero que también lo pases mal".
-No te preocupes. Aquí no hay alguien que la esté pasando peor que tú -agregó Hyde, como si pudiese leer la mente de su compañero.
Volvieron al silencio. Un silencio en el cual Hyde no quitaba su mirada de Sakura y éste no dejaba de evadirla. Un silencio que a Hyde desesperaba y a Sakura angustiaba. Un silencio que no fue roto sino hasta varios minutos después, cuando la voz grave de Sakura se escuchó débilmente en la habitación.
-Hyde... yo... realmente no sé... no sé como decir esto...
Hyde no habló. Siguió esperando que Sakura no evadiera su mirada fingiendo interesarse el la horrenda decoración de su cocina. Esperando que continuara. Esperando que explicara...
-Lo... lo siento.
Y finalmente pasó. Sakura dejó de evadirlo y lo miró a los ojos por primera vez en el día. Y Hyde pudo ver que efectivamente, lo sentía. Que en esos profundos ojos oscuros había arrepentimiento. Y deseo no haberlo visto... porque le destrozaba tanto... tan profundo. Le destrozaba saber que esa persona a quién siempre vió tan fuerte se estuviera cayendo a pedazos delante suyo y no pudiera detenerlo.
-Es que... no lo entiendo... no sé... No entiendo -continúo hablando Sakura, tratando de organizar sus propias ideas. Tomaba aire al hablar y tenía cierta desesperación reprimida grabada en la voz-. Lo arruiné todo. ¡Lo arruiné! Todos eran tan felices... y... yo... yo... yo tuve la culpa de que... de que ya no fuera así.
Sakura tenía los ojos vidriosos y miraba a Hyde exigiendo que dijera algo; exigiendo que le gritara, que le dijera lo que pensaba, que se quejara. Necesitaba escuchar a Hyde, necesitaba sentir que pagaba por sus culpas... Pero Hyde no hablaba ni lo miraba con odio. Hyde estaba demasiado confundido como para decir algo útil.
-Yatchan... está bien...
-¡No! ¡No está bien! -dijo Sakura agresivamente mientras sostenía su cabeza con las manos y miraba al suelo; mordía su labio inferior y sus pupilas se ensanchaban. Hyde no iba a aguantar mucho más con esa imagen en la mente...
-A-a los chicos ya no les importa... -la voz del vocalista temblaba al salir de sus labios, pero se negaba a quebrarse completamente-. Vamos a estar bien. La banda va... va a estar bien...
-¿Y tú?... -Sakura retiró su mirada del suelo para regresarla a los grandes ojos castaños de su amigo, con un gesto de real preocupación-. Sé que es mi culpa que no puedas dormir... Mi culpa que te quedes aquí...
Al esucucharlo hablar así, con tanta sinceridad, Hyde supo que Sakura necesitaba de él, incluso si no lo decía con palabras. Y si él no era fuerte, seguramente ambos iba a caer.
-Y yo ya te dije que aquí no hay alguien que esté sufriendo más de lo que tú lo haces -reiteró entonces, eliminando cualquier rastro de debilidad en su voz.
-Hyde... es tan injusto... que ustedes paguen por un error mío... Pero ¿qué digo? ¿Un error? ¡Una estupidez! Por una completa estupidez que... que no tengo puta idea de la razón... que no entiendo... no entiendo como pasó.
Para entonces, Sakura se concentraba en ignorar el nudo en su propia garganta o la humedad en sus propios ojos. Ya no intentaba controlar sus palabras. Su voz se había convertido más en un lamento apenas audíble que en la profunda voz que Hyde tanto adoraba.
-Yatchan... calma... nadie te va a culpar...
Ser fuerte era muy difícil.
-¡Ese es el maldito problema, Hyde! Tengo la culpa... Nadie puede quitarmela.. Aunque no lo digas, sé que lo sientes. Sé que sientes que arruiné algo importante para ti.
Pero aún difícil, era necesario.
Así que con eso en la mente, Hyde tómo fuerzas de donde no las tenía y adelantó sus manos para entrelazarlas con las del baterista por encima de la mesa al tiempo en que le sonreía. Una sonrisa llena de anhelo... Llena de dolor.
-Sí, idiota, te arruinaste a ti... Pero yo ya te perdoné... así que deja tú eso y enfrenta tu estupidez entonces. Yo no conozco tus razones... así que no puedo juzgarte. Sólo... me gustaría... que dejaras todo esto atrás... y vieras hacia adelante. Incluso si Tetchan está a punto de ahorcarse por esto y Ken de ahorcarte a ti por Tetchan, yo sé que en el fondo ellos desean lo mejor para ti. Y aunque ellos no lo hicieran... tú ya lo sabes... que yo sí lo deseo.
La sonrisa de Hyde resultó ser la respuesta a tantas preguntas que Sakura ni siquiera sabía haberse formulado. Y bastó para que en algunos segundos después, Sakura recuperara un poco la compostura.
-Voy a extrañar la banda...
Las manos de Hyde aún sostenían las de Sakura, pero a este parecía no molestarle en lo mínimo.
-¿Sólo... la banda?
De hecho, Sakura ahora sonreía junto con Hyde... y deslizaba sus dedos sobre la piel del otro en una suave caricia. Un agradecimiento.
-Hyde... gracias...
Era una atmósfera que hubieran deseado nunca romper. Pero Sakura sabía que debía hacerlo.
-Sé que Tetsu te dijo que me voy hoy... Incluso si le pedí que no te dijera, tú eres demasiado insistente. No pensaba venir a verte hoy... pero necesitaba disculparme.
-Eres un desconsiderado...
-Lo sé... gracias por recordarmelo...
Una lástima que su felicidad estuviese tan desligada de la realidad... y que en el mundo existan las despedidas.
-Yatchan... yo... de verdad... te voy a extrañar...
Hyde no podía seguir conteniéndose. Las lágrimas son rebeldes y detestan el encierro, aun si la sonrisa prevalece.
-Tú no te imaginas como te voy a necesitar...
Y no necesitaba más para darse cuenta que la verdad no podía ser ignorada.
-Yatchan... Yo... Te... te... a-
Claro que, las interrupciones no son algo que se planee.
-No... no lo digas. Guárdalo para un día en el que sienta que lo merezco...
Y el contacto de las manos se perdió al terminar la frase. Era la hora ya. No había tiempo para hablar más.
-Entiendo...
El camino a la puerta fue más corto de lo acostumbrado.
-No sé cuanto tiempo sea.
Y la frustración se sentía en el aire al abrirla.
-Está bien...
Sakura no quería ver a Hyde triste. Hyde no quería ver a Sakura triste. Y ambos deseaban con el alma no separarse... Pero si una lección se aprende en la vida, es que el amor no es suficiente cuando más se le necesita.
-Cuídate mucho... por favor. Lo necesitas.
Y antes de que Hyde lo notara, Sakura salía por la puerta y se alejaba de él después de haberlo besado suavemente en la frente.
Esa noche y las siguientes, Hyde tampoco pudo dormir bien...
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