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Floreciendo un amor prohibido por Wizard_of_the_light

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Notas del capitulo:

Bien este fanfic tenía planeado hacerlo despues de acabar todos los pendientes que tengo, pero la inspiración surgio y pues mejor hago lo que me acaba de florecer en la cabeza y solo espero les guste, pues trata de un amor surgido en la Segunda Guerra Mundial en Alemania, donde habrá mucha tortura y violación, pues despues de todo es lo que se veia en los campos de concentración, es el primer fic que hago asi de este genero asi que espero me disculpen si esta muy feo el fic.

 

 

Espero poder recibir sus criticas, que son las que me hacen crecer como escritora y ver si la historia va por el camino deseado, bueno espero lo disfruten.

 

Y bueno solo me queda recordar que los personajes de Gravitation no me pertenecen a mi,´solo son prestados y no son con uso de explotación si no de divertir con una historia mas.

Haciendo florecer un amor prohibido    

La historia se basa en Alemania, aquella Alemania de entre los años 1930 y 1940, a comienzo de lo que fue la Segunda Guerra Mundial, con todas las atrocidades a los judíos por parte de los alemanes, pero no por ello el amor no podía florecer, pro haciéndolo de esta manera prohibido.

 

 

 

  

-No puede ser, llegare tarde y apenas es mi primer día.- un chico de cabellos rosados se apresuraba a correr por las calles atiborradas de gente, sin tomarle importancia a las personas que se atravesaban en su camino, o si golpeaba a estos.

 

  

 

 

 

Pronto pudo divisar el punto de su destino, haciendo por último el spring que le hacía falta para llegar a tiempo, haciendo una entrada estrepitosa y aventando a puerta

 

 

 

 

 

-Siento llegar tarde, pero es que se me atravesaron algunas cosas por hacer.- el chico llegó saludando a su gran amigo.   

-No te preocupes por mí, pero donde el productor del concierto te vea a las horas que has llegado, todo va bien.- su amigo agarró del cuello, acariciando su cabello, en forma amistosa.

 

 

 

 

  

-Procuraré llegar mas temprano para la próxima Hiro, pero por ahora es mejor que no comentemos esto aquí, porque es capaz de aparecer y darme un buen regaño, porque aunque llegue puntual, el siempre ha sido de los que quieren que estés antes de lo acordado.- el chico pelirosado sonreía ante aquel comentario, cuando una voz los llamo.

 

  

 

 

 

-Dejen de holgazanear y vamos a ensayar las piezas que se darán en concierto esta noche.- el director de escena andaba histérico pues aún no se habían arreglado todos los pequeños detalles.- ey tu el nuevo, mas vale que te pongas al corriente o no volverás a conseguir trabajo en ningún otro concierto.- al pelirosado le había calado aquellas palabras, pues ahora más que nunca necesitaba ese dinero.

 

 

  

 

 

Su padre había llegado de visita de Polonia junto con su madre, y su hermana le había dado la noticia de que pronto contraería nupcias, por lo que le había pedido que fuera su padrino de bodas, por lo cual debía conseguir dinero para solventar ese gasto, además de que deseaba conseguir algo mejor para vivir, el estar rentando en un lugar de segunda no le estaba agradando, y más ahora que ya había podido conseguir un buen trabajo

 

 

 

 

 

 

Motivos por los cuáles ensayo más arduamente, logrando poder acoplarse a aquellos que llevaban tiempo, el concierto del que se hablaba en toda la ciudad era montado por el director Touma Seguchi, un japonés que desde pequeño había sentido atracción por la música instrumental, ahora en el país de Alemania montaba una orquesta para dar un concierto, pues en ese país eran muy famosos

 

 

 

 

 

 

Shuichi el chico de cabello rosado que había ingresado hasta ese momento a la orquesta, era la pieza principal, pues se encargaba de tocar el piano, y Hiro su gran amigo, fue el encargado de  haberlo contactado, por lo que ninguno de los 2 podía decepcionar aquel director, en especial Shuichi estaba contento pues su familia estaría ahí para poder escucharlo tocar por primera vez en un evento tan importante

 

 

 

 

 

 

La práctica no fue algo placentera, pues el director se molestaba al más mínimo desafino de algún instrumento que hubiera, pero al menos el ánimo seguía presente, Shuichi salió lo más aprisa que pudo de aquel lugar, pues necesitaba arreglarse para su debut.

Tan rápido como pudo se arreglo y alistó las cosas que necesitaba, se puso un smoking negro con una camisa blanca, y un moño blanco, dejando su cabello desordenado como siempre lo utilizaba dejando irradiar más la naturalidad que en el había, sus ojos no podían demostrar más aquella felicidad que sentía.

 

 

  

 

 

 

Salió del departamento en el que vivía y tomó un carruaje, notando que aún en la hora sobraba algo de tiempo, por lo que dejó de preocuparse, tomándose la libertad de poder admirar detenidamente por primera vez las calles, no eran muy distintas de su natal Polonia, pero Alemania siempre había sido su sueño, pues ahí habían florecido miles de músicos.

 

 

 

 

 

 

  

Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no sintió cuando el carruaje se detuvo y lo dejó frente al teatro, hasta que el chofer fue quien lo trajo de regreso al mundo real.

 

  

-Hemos llegado.- Shuichi se bajó de inmediato al escuchar la voz del chofer, depositando sobre sus manos el efectivo por el viaje

 

 

 

 

 

 

 

Caminó por las escaleras, y se percató de que gente de la alta sociedad alemana se encontraba esperando entrar, pues ya se estaban a escaso tiempo de permitirles la entrada. El pelirosado entró al teatro, encontrándose que todos ya estaban listos y con el director aun más histérico de lo que ya estaba en la tarde.   -         ¿Dónde demonios andabas?, el concierto esta por empezar, ve y date el último toque y ve preparándote para ponerte en tu lugar que la gente ya ha comenzado a entrar, estamos casi listos para empezar.- Shuichi hizo lo que le pidió el Director para no ponerlo más histérico de lo que ya estaba.   

De pronto aquel gran teatro se escuchó en un silencio tremendo, toda la gente estaba lista esperando escuchar el concierto que tanto se rumoró.

 

 

 

 

 

 

 

  El telón se fue abriendo lentamente dejando ver a la orquesta acomodada de una forma perfecta, en el centro se encontraba el piano y por ende Shuichi quién sin querer sería la estrella de la noche, pues se encontraba en el punto donde todos podrían admirarlo.   El concierto comenzó con algunas piezas de Mozart, seguidas por otras de Handel y finalizando con algunas de Vivaldi, ese había sido un gran concierto, toda la gente se encontraba de pie aplaudiendo y ovacionando el concierto, los músicos se pararon de sus lugares haciendo reverencia en agradecimiento por el elogio.   

 

 

 

 

 

Shuichi tenía la vista en todos los lugares pues quería ver donde se encontraba su familia, pero antes de que pudiera percatarse de algo más sintió una mirada demasiado persistente hacia su persona, no pudo mas que virar hacia aquel lugar y toparse con unos ojos tan dorados como el sol, pero su mirada no fue lo mas alentador que pudo sentir, pues sentía que con aquellos ojos lo dejaba al descubierto, como si atravesara todo lo que en el había, hasta llegar a su alma.

 

 

 

 

 

 

 

 Inmediatamente desvío la mirada de aquella persona, y por fin encontró tan anhelado objetivo, unos cuantos asientos más arriba de aquel sujeto estaba toda su familia, pero no podía mandarle un saludo desde donde se encontraba, pues el director lo castigaría.   

Volvió a girar su mirada hacia aquel sujeto quedando ensimismados el uno con el otro, pero mientras que la mirada de Shuichi era cálida como el color violeta de sus ojos, el resplandor de aquellos ojos dorados no podía decirse que fueran tan confortadores como los rayos del sol, pero lo último que había visto antes de que el telón se cerrara fueron aquellos ojos

 

 

 

 

 

 

-         Estuvieron maravillosos, simplemente me han dejado sin palabras para expresar esto.- por fin habían podido ver de buen humor al director, Shuichi se sentía demasiado feliz por aquel gran debut, y más porque su familia lo había acompañado, estuvo casi 20 minutos platicando con sus compañeros del gran concierto, pero esto debía repetirse por algunas noches más pues así estaba marcada al temporada, y esperaban que todas las veces fueran así de buenas

 

 

 

 

 

 -         Espero no te moleste Shuichi, pero un amigo mío esta interesado en conocer al poseedor de esas manos tan talentosas que tienes.- el director llevó a Shuichi a un cuarto aparte donde solo entraban los músicos para arreglarse, al entrar no pudo dar un paso mas después de que Touma cerrara la puerta, pues al parecer ningún músculo estaba dispuesto a responderle alguna reacción.  

 

 

  -         Viéndote ahí tocando te veías de una manera especial, pero ahora que te veo de cerca, me he equivocado, te encuentro aun mas espectacular así con tu presencia tan cercana a mi

 

Shuichi enmudeció aún más y no contestó nada ante aquel halago.   

 

 -         Lo siento pero le agradezco tanto halago, pero no es para tanto.- Shuichi apenas si pudo articular palabra alguna con el, no imagino que después de que hiciera contacto con aquellos ojos dorados, lo pudiera hacer de manera verbal.   

 

 -         Soy muy descortés al no presentarme, soy el barón Yuki Von Eschenbach, es un gusto conocerle, pero si no es mucha molestia podría darme su nombre.    

 

 

-         Me llamo Shuichi Splinzer, no soy alemán, provengo de un pueblo de Polonia, Barón Von Eschenbach.- Shuichi no sabía ni porque daba información de mas que ni se le había pedido que proporcionará.    

 

 

-         Muy interesante Sr. Splinzer, pero me agradaría más platicar en un lugar mas íntimo y poder conocerlo más.- Shuichi se había intimidado y sonrojado por esas palabras

 

 

 

 

 

 

 

-         Disculpe que rechace su invitación Barón, pero en este momento estoy ocupado en otro compromiso, si me disculpa, espero pueda entender.- Shuichi salió de ahí no sin antes hacer una reverencia, pues su familia en ese momento era más importante que aquel tipo que hasta Barón era, y por el título un noble muy destacado e importante en Alemania

 

 

 

 

 

 

 

Yuki no hizo mas que una mueca de enojo por aquel desplante que le habían hecho, pero ahora ese pelirosado conocería quien era el Barón Auki Von Eschenbach, salió después de un tiempo de aquel lugar como un toro encarnizado, y antes de salir vio por ultima vez a aquel chico de cabellos rosados con otro chico de un cabello como el fuego rojo, pero en un tono mas apagado, quien estaba abrazando a Shuichi y acariciando sus cabello como otras veces lo hacía, tomó su carruaje y se dirigió a su casa.    

 

 

 

 

Mientras tanto Shuichi recordó que su familia lo esperaba y salió lo más rápido que pudo después de haber escuchado algunas órdenes de Touma para las noches siguientes que esperaban

 

 

 

 

 

 

 

-         Siento mucho llegar tarde, pero estaba atendiendo algunos detalles.

 

 

   

 

 

-         No te preocupes, después de todo es tu trabajo te entendemos, porque no vamos a cenar para festejar el debut que tuviste.- su padre se adelantó al comentario, y antes de que alguien pudiera chistar ante la respuesta que dieran, paró un carruaje y lo dirigió a un restaurante de lujo.

 

 

 

 

 

  

Sentados ahí comenzaron a hablar de todo, pues Shuichi tenía mucho que había llegado a Alemania y no había visto a su familia, sus padres dijeron que no querían dar ninguna molestia por lo que decidieron ir a descansar en un hotel, y le habían dicho que se irían al amanecer

 

 

 

 

 

 

 

Shuichi llegó a su casa dejándose caer en su mullido colchón, pero ahora que se encontraba en total calma y relajamiento, se le vino a la mente la imagen de aquella persona que había conocido y parecía que no era una mala persona, pero si algo le había enseñado la vida era que las apariencias no siempre dicen la verdad de las cosas, pero al menos estaba seguro que talvez tardaría mucho en volver a verlo, pero a quien quería engañar en verdad deseaba poder verlo aunque sea una vez más

 

 

 

 

 

 

 

El sueño lo venció dejándolo en un pensamiento tentador pero placentero, no sabía porque pero ahora el rubio aquel comenzaba a hacerse presente en su mente antes de caer en el sueño profundo.       

 

 

 

 

 

La mañana llegó pronto y con ella los rayos del sol, haciendo que el pelirosado se desperezara y recordará aquellos ojos cual rayos del sol, decidió que esa mañana tomaría su desayuno en algún restaurante de afuera, por lo que se arregló con un pantalón negro, camisa blanca y un abrigo negro, pues el invierno comenzaba a tocar aquel país.    Comenzó a caminar por aquella calle que en la noche le había parecido interesante, pero ahora en la mañana no parecí que tuviera algo interesante pues la gente comenzaba a ir de un lado a otro, haciendo que Shuichi despegará sus ojos de el panorama tan monótono.    

 

 

 

Más al mirar hacia la avenida, notó un carro que venía a un velocidad considerable y en el una cabellera rubia, más no pudo evitar imaginarse al rubio de la noche anterior, unas cuadras delante de donde se encontraba, se había detenido aquel carro, Shuichi apresuró el paso para ver si se trataba de aquel Barón, y al acercarse comprobó que efectivamente en el venía bajando Yuki Von Eschenbach, pero este no venia solo, inmediatamente tomada de la mano del rubio bajo una chica de cabellos tan rubios como los de Yuki, pero sus ojos en un tono azul como el cielo en primavera

 

 

 

 

 

 

 

Pero no por eso Shuichi se sintió triste, decidió acercarse a Yuki para poder ver si el aún lo recordaba

 

 

 

 

 

 

-         Guten Morgen Barón Von Eschenbach.- Shuichi se acercó a Yuki y lo saludó como si de un amigo se tratase, más Yuki miró hacia donde había escuchado su nombre, y se topo con aquellos ojos violetas, pero esta vez los ojos dorados de aquel ser no mostraron cambio alguno ante la presencia del pelirosado.

 

 

 

 

 

 

-         Conoces a esta persona.- la chica estaba intrigada por ver que alguien que no tenía “clase” conociera a el Barón, unos minutos tardó en contestar a la pregunta de aquella chica.

 

 

 

 

 

-         No, y será mejor que nos apuremos a entrar o te congelaras con esta brisa.- Yuki le dio la espalda a Shuichi dejándolo congelado, pues aquella reacción había sido más helada que la ventisca que se sentía

 

 

 

Yuki caminaba tomando del brazo a aquella señorita mientras en su cabeza atravesaba algunas palabras  “ Dije que te acordarías de mi, y esto es solo el comienzo”  
Notas finales: Si les ha agradado el fic y quieren que lo continue no olviden dejar su mensaje y pronto tendrán el siguiente capitulo.

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