Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El mendigo listo por Eiri_Shuichi

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La historia original se llama: La mendiga lista, es un viejo cuento Dalmata (Europa) q lei en un libro de Anna Guitart titulado "El libro de los cuentos de amor de todo el mundo" y como el nombre lo dice, es una recopilación de varios cuentos ^-^

Notas del capitulo: Como ya he mencionado la idea no es original, aunq es un cuento popular y hasta donde veo no posee un autor confirmado nadie tiene derechos sobre el cuento pero el libro donde lo lei es una recopilacion hecha por Anna Guitart y yo la he adaptado a los personajes de Gravitation q es una obra de Maki Murakami
 

Había una vez, hace mucho mucho tiempo, en una pequeña ciudad vivía un joven llamado Shuichi que, pese a su escasa estatura destacaba por sus cabellos rosas y sus grandes orbes violetas que ajustaban a la perfección son su dulzura; estaba al cuidado de Sakano-san, un hombre que lo había criado desde su más tierna infancia y aunque eran muy humildes todos los días salían a trabajar con gran entusiasmo; si Shuichi tenía un talento era sin duda el de cantar por lo que solía ir frecuentemente a la plaza donde se presentaba y aunque no ganaba mucho les ayudaba a sobrevivir y, sobre todo, había tenido la oportunidad de tratar con todo tipo de personas, algunos extranjeros, personas humildes y, en alguna que otra ocasión, con nobles o personas ricas de las cuales había aprendido para enseñárselas a Sakano.

Sus dos mejores amigos eran, sin duda alguna, Hiroshi el hijo de un panadero y Suguru que era nieto del viejo dueño de la librería.

Un día Sakano fue a la ciudad y trabajar, era ya casi el medio día cuando se apareció un hombre de gran porte, con ropas finas, piel clara y cabellos rubios combinados con sus felinos ojos miel lo cual entusiasmo a Sakano pues, supuso, podría conseguir algo de dinero. Muchos se acercaron a él y a todos los despacho sin miramientos, junto entonces valor y le ofreció sus servicios haciendo gala de lo aprendido con ayuda del pelirrosa y sus dos amigos lo cual asombro al joven lo suficiente como para aceptarle.

En medio de su labor estaba cuando una voz fría llamo su atención

 

-¿Quién te ha enseñado a hablar con tanta propiedad?

-Shuichi, mi ahijado al que he criado desde que sus padres fallecieran mi señor

-Pues no te ha enseñado bastante, entérate que soy el futuro emperador y quiero verlos a ambos en palacio al atardecer

 

Sakano, que por si solo era una persona increíblemente nerviosa fue por toda la ciudad como un remolino buscando al pequeño pero le resulto imposible de manera que, sintiéndose una masa amorfa fue hasta palacio el solo aún temiendo a la famosa irá que, según se rumoraba en todo el reino, era fácil hacer mostrar al rubio.

 

-Veo que no has traído a tu ahijado, pero de igual forma me sorprende que fuera capaz de aprender a diferencia de otros como tú así que te haré un encargo muy importante que espero cumplas- un hombre alto y de largo cabello rubio se acerco a Sakano que miraba con asombro como este le entregaba una pequeña caja en cuyo interior había un contenido que lo desconcertó -llevadle estos huevos, quiero que los empolle y en cuanto nazcan de ellos los correspondientes polluelos traedlos a palacio o de lo contrarió pagarán las consecuencias

 

Sakano se sintió morir en ese mismo instante y corrió desesperado hasta llegar a la pequeña choza donde vivía encontrándose con el menor que ponía la mesa y le miraba raro.

 

-¿Ocurre algo?

-¡Vamos a morir!, ¡te juro que vamos a morir!, ¡Kami-sama!, ¿por qué tenía que atender precisamente al príncipe!

-¿El príncipe?, Sakano, toma aire y explícame que tanto dices

-Hoy me he encontrado a un joven que lucía adinerado y le ofrecí trabajo, después me ha confesado ser el futuro emperador y me ha mandado llamar de palacio para decirme que debes empollar estos huevos

-¿Empollar huevos?, bueno, que estos nobles cada vez están más y más locos, mira que pedir una pavada para esto, tener tantos sirvientes y encargárnoslo a nosotros, no, si eso es por falta de algo mejor que hacer, ¿qué clase de idiota cree que soy?, si estos huevos están duros

-¡Nani!, ¿cómo que duros?, ¡no es posible, Shuichi, nos mandarán a la horca!

-Descuida, descuida, ve a dormir que algo se me ocurrirá

 

Shuichi se sentó mirando la caja y su contenido, en realidad aquello era totalmente ilógico y, con esa palabra en su cabeza a su mente llego una idea, fue hasta la cocina y, poniendo a calentar una olla con agua saco unas habas que puso a cocer. A la siguiente mañana y, tras preparar mucho, pero mucho té de tila para el mayor le entrego las habas y le dio las instrucciones exactas de lo que con ellas debía de hacer.

 

Cuando el príncipe iba cabalgando por los campos vio al mendigo haciendo un hoyo en el campo y se dirigió a él para ver lo que hacía.

 

-Dime, ¿qué se supone que haces?, ¿acaso crees que las habas cocidas pueden germinar?

-Mi ahijado ha dicho que eso es tan posible como que salgan polluelos de los huevos que me habéis entregado ayer

-En ese caso sígueme que tengo otro encargo para vosotros dos

 

Así se dirigieron al gran palacio donde Sakano estaba hecho un manojo de nervios, totalmente temeroso por haber enfurecido al monarca con la respuesta cuando lo vio acercarse y tenderle un paquete.

 

-Dile a ese ahijado tuyo que con esta hilaza de cáñamo debe hilar las velas de todas mis embarcaciones

 

Cuando Shuichi vio a su padrino casi moribundo por la presión comenzó a perder paciencia para con el supuesto príncipe así que tomo un trozo de madera le dijo firmemente su respuesta

 

-Dile a su majestad que en cuanto él fabrique con esta tela un huso, una lanzadera y un telar gustoso cumpliré con su mandato

 

Esta de más decir que cuando el pobre hombre fue a dar su respuesta se sentía desfallecer por completo y más al ver en el rostro del príncipe una expresión que, con franqueza, era imposible descifrar.

 

-Así que tu ahijado es muy listo, ¿no?; bien, tengo para él una última labor, dadle este vaso para que con el deseque el mar y lo convierta en tierra de cultivo

 

Se repitió entonces la historia de los últimos días, Shuichi ya estaba exasperado por las peticiones tan mal intencionadas del futuro emperador; tuvo que ayudar a su padrino para que pudiera conciliar el sueño mientras él pasaba la noche en vela intentando idear algo pasando así las horas hasta la tarde del otro día. Sacó de un cajón un trapo todo roído y se lo entregó al mayor diciéndole lo que ante el príncipe debía de responder.

El hombre fue y una vez en el salón del trono entrego la tela al mismo hombre rubio que le entregara los huevos, en cuanto el monarca vio de cerca el trapo miro fijamente al mendigo esperando una respuesta concreta.

 

-Me ha dicho mi ahijado que en cuanto su majestad tape con el todos los ríos, manantiales o desembocaduras que dan al mar el podrá cumplir su encargo

 

En ese momento el monarca, por primera vez en su vida se dio por vencido, nunca antes nadie había mostrado tanta habilidad para, sin ofenderle de manera alguna, acallar sus absurdas demandas; había sido vencido y no pensaba dejar las cosas así de modo que mando llamar en ese mismo instante al muchacho.

Pasaron un par de horas antes de que ante él, escoltado por el rubio alto llegara Shuichi que, aunque aquello iba contra el orgullo del rubio se sintió inevitablemente atraído por el menor.

 

-Bien, hasta ahora has sabido responder, ahora quiero que me digas de frente; ¿cuáles son las dos cosas que se escuchan a mayor distancia?

-El trueno y la mentira- respondió sagaz el pelirrosa mirando fijamente a los ojos del príncipe y surgiendo en su rostro un sonrojo por lo atractivo que le resultaba

-En ese caso, solo me queda una pregunta más por hacerte, ¿en cuanto estarías dispuesto a casarte conmigo?

 

Toda la corte quedo estupefacta por lo directo del futuro emperador que, a pesar de ser bien conocido por todos no dejaba de asombrarlos.

 

-Su majestad, me sentiría muy honrado y feliz que desposarme con usted, pero antes, quisiera pedirle que me prometa algo

-¿Qué deseas?

-Si algún día usted decidiera echarme de palacio, deberá darme el derecho a llevarme una cosa de tal siempre y cuando yo la desee

 

El príncipe acepto sin dudar y fue así que Eiri se convirtió en emperador y Shuichi vivió con él completamente enamorado; toda su vida parecía ir de maravilla pero, como era de esperarse, los consejeros comenzaron a dudar si el poner a una mendiga en el trono era una buena idea. El de mayor rango y confianza, un hombre rubio y de ojos verdes decidió entonces hablar con el emperador y, tras varios días de mencionar los múltiples problemas que aquella relación podría acarrear al reino pues Eiri yacía tan enamorado de su pareja y confiaba tanto en su lealtad que le consultaba todos los asuntos reales. Finalmente, alegando que las riquezas y el poder podían envenenarle para conspirar en contra del rey el consejero consiguió convencer a Eiri que, sintiéndose desdichado, pasó la que seguramente sería su última noche con su amado esposo que en ningún momento se quejó ni le culpo sino que fue comprensivo haciéndole sentir mucho peor.

Shuichi mando preparar la mejor cena de todo el mundo para disfrutarla con Eiri y, cuando le servía vino al monarca en el líquido vertió una pequeña dosis de somnífero para tendérselo al rubio que antes del postre ya había quedado profundamente dormido. El pelirrosa ordeno que lo subieran a una carroza y en ella, antes de que pudieran detenerlo entro a esta con el rey y Sakano echo a andar los potros.

 

-¿Dónde estoy?- preguntaba aún aturdido y somnoliento el emperador al comenzar a despertar mientras su cabeza reposaba en el regazo del menor que le acariciaba el rostro con verdadera devoción -pero, ¿qué me has hecho?, ¿a dónde nos dirigimos?

-¿Acaso has olvidado la condición que te puse antes de casarnos?; me prometiste que podría llevarme de palacio algo que yo deseara y no hay nada que quiera más en palacio, el reino o en el mundo que tú

 

Eiri se conmovió y abrazando a su esposo le hizo saber que le correspondía, entendía que el sentimiento que este le profesaba era sincero al igual que su nobleza y fidelidad; le pidió perdón y juntos volvieron a palacio donde el rubio se deshizo del consejero traidor que desde ese día, se dedico a pedir limosna por la ciudad.

Notas finales:

Se acabo! bueno, el original es mas largo y mejor escrito pero... la ultima prueba era preguntar el valor de la barba del emperador y... EIRI NO TIENE!!! ._.

=P Gracias por leer, ojala les guste (a mi m encanto!!! >w< mew) y es mi fic numero 30 ^///^ no quepo en shop jejeje

DEDICADO A: Tod@s aquell@s q han leido mis fics!!! a los q m apoyan con mis locas =P y a l@s autores/ras d los fics q he leido o leo o leere porq... m encanta!!! ^w^

AROGATO Y MATTA NE!!! (Un año y nunca supe si era: arigato, arigatou o arigatoo o.O???)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).