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Historia corta de una familia por Lunatica

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Notas del fanfic:

Demmo...etto...mmhh...no se que poner, ya saben que me encanta el GaaLee y esta historia salió de la nada mientras veia el anime de Naruto con mi carnalita Synn
Black (quien por cierto ama a Gaara y ya me lo ganó ¬.¬, pero no importa, x q yo me quedé con Lee !!^o^).

En esta historia Lee es uke, por q en vdd, Casi (y digo casi, por que a vees tiene imágenes bonitas) aborrezco el LeeGaa, adoro a Gaara de seme. ^///^. Bueno, pasando a otro tema...no va a haber Lemon, ya dentro sabrán porque....

Notas del capitulo: ¿Porque encuentro inicial?? '.'? mmhh...no estoy segura...mejor lean y ya sabran bien porque. Ahh..antes de que se me olvide tal vez ponga como advertencia q en este fic Gaara muestra varias emociones...es, bueno, mucho más abierto con su lindo Lee. X3 <3

     “HISTORIA CORTA DE UNA FAMILIA”            

 

Tenía un gesto de enojo…pero no cualquier gesto de enojo, uno de aquellos que le duraban durante días.  

Lee sonrió con nerviosismos…¡Ahora si estaba en problemas! Cuando Kazuyo manifestaba que tenía una duda, casi siempre eran preguntas que ni siquiera Gaara era capaz de responder sin tartamudear o sin ir a buscar a una biblioteca durante días.

 Siempre pensaron que el momento llegaría y lo habían planificado durante varias noches, pero finalmente ahí estaba, el tiempo de la verdad.

 Lo tenía todo completamente preparado pero…solo pudo tartamudear incoherencias que aumentaron el gesto de fastidio en la infantil cara de Kazuyo y de curiosidad en el pequeño Kouryu, que los miraba fascinado desde los brazos de Lee. 

 ¿Por qué Gaara no estaba ahí?? Por lo menos el prometía explicaciones más adelante…pero cuando le tocaba a él los nervios le ganaban y terminaba sin explicar nada y con más dudas en las mentes de los dos pequeños.

  Estaba conciente de que podía responder esa pregunta, bueno, así seria si Kazuyo no tuviera tres años y contando, si su mente no fuera tan despierta y si tuviera facilidad para creerse uno que otro cuento de hadas.

  Pero Kazuyo era una niña, si bien no idéntica a Gaara,  bastante parecida. Era sencilla y serena, tranquila y pacífica hasta donde cupiera la palabra, pero al igual que su padre Kage, podía aplicar daño sin sentir remordimiento.         

  -Kazuyo…no molestes a mami…- oyeron desde fuera de la habitación una fuerte voz que le permitió a Lee sacar todo el aire que había estado reteniendo.-

 Gaara entró momentos después, con una mano sostenía una especie de cobertor doblado y con un poco de arena cargaba una bandejita con leche y galletas.

 Lee le sonrió tan agradecido como le fue posible ¡Al fin aparecía!!  

Kazuyo miró a Gaara como solo ella podía, casi desafiante.

Se bajo de la cama donde momentos antes había estado prácticamente “acosando” a Lee, y se acercó al pelirrojo, entonces estiró sus bracitos en una muda petición de que le pasara el cobertor.

 Regresó a la cama y pasó el susodicho sobre las piernas de Lee, luego ella se acomodó también al lado del pelinegro y metió sus piecitos debajo de la tela.

           -No la molestaba…- dijo en un pucherito inocente, el cual solo Gaara se creía, y en contadas ocasiones.-

         Gaara se acercó a la mesita de noche que estaba al lado de la cama y depositó la bandejita en ella, miró a Kazuyo, luego la cara sudorosa de Lee y a Kouryu, que no entendía nada de lo que pasaba, en realidad parecía tener sueño.         

  -¿A no…?- preguntó finalmente, acercándose a la hermosa bestia verde de Konoha y tomando a Kouryu de sus brazos.-          

 -Nope…Mami Lee estaba a punto de contarnos como nacimos Kouryu y yo….- finalizó con una enorme sonrisa.-

  Gaara, que para ese momento ya había terminado de dormir al pequeño Kouryu, no pudo evitar toser incontrolablemente. ¡¿Qué había dicho Kazuyo?! ¿En verdad Lee había dicho eso?? Volteó a verlo pero solo encontró una negativa tatuada en la frente del pelinegro.

Ahora todo estaba claro…desde el sudor incontrolable hasta el hecho de que no había abierto la boca en todo ese tiempo.         

  -Pero…Kazuyo…tu…quieres saber la historia…verdad??- preguntó Lee pidiendo, no, más bien, rogando que fuera así…-  

Kazuyo le miró con una sonrisa que ahora si en verdad era sincera.          

 -Si…-

 Y el mundo volvió a sonreír para Gaara y Lee… 

Gaara tomó asiento a los pies del pelinegro, aún con Kouryu en brazos.          

-Bien…¿por donde quieres que empecemos??-  

Kazuyo pensó detenidamente, ella, lógicamente, ya sabía de donde venían los bebés, ese no era el tema complicado ni el que la tenía tan interesada, no, lo que en verdad quería conocer era un poco más de la vida de sus padres.  

Papa Gaara era silencioso, siempre analizaba y encontraba mayor disfrute en la simple compañía que en una plática ruidosa, le gustaba pasar  horas viendo las estrellas y la luna.  

En cambio mami Lee era…bueno, era todo lo contrario a papi Gaara, el era ruidoso, risueño y siempre decía “juventud, juventud…” por todos los rincones de la casa. En resumen, lo único que sus padres tenían en común era una familia y que se amaban.

 Para ella, la incógnita más grande de todas era la duda sobre como dos personas tan diferente habían terminado juntas.          

-Ya se!! ¿Cómo se te declaro mami, papa Gaara??-

 Lee y Gaara se miraron y automáticamente se sonrojaron, no era algo que se pudiera clasificar como “perfecto recuerdo”.          

-bueno…en realidad…- exclamó Gaara, dudoso por primera vez desde que Kazuyo había llegado al mundo, incluso pudieron notar un levísimo sonrojo.-          

 -Fue…tu padre…quien se declaro…- finalizó Lee, dividido entre la satisfacción que le causaba recordar a Gaara cuando dijo esas dos palabras mágicas y la vergüenza de pensar que había sucedido después (je…little sluths kukuku *¬*).-        

  -¿En verdad papá??!!-  Kazuyo había prácticamente saltado de la cama de la impresión, no se imaginaban ni remotamente a alguien como su papi Gaara declarándose, no se le figuraba el tipo de persona que se lanza a la carga en algo tan complicado como los sentimientos. 

           -Valla…debías de haber estado muy loco por mami Lee, papa…- dijo la infante agregándole un pequeño toque de picardia a su frase…-          

  -¡Kazuyo!!- le llamó la atención Gaara, completamente rojo. Ahora hasta su propia hija se burlaba de él, ¿Qué acaso ya nadie lo respetaba en esa casa?-         

  -Je je je.-          

 -Tu también Lee??…-

 Lee y Kazuyo se miraron cómplices mientras reían. Esa era la principal diferencia entre Kazuyo y Gaara, la pequeña tenía la sonrisa de Lee y el mismo tono en la forma de reírse.          

-La verdad es que tu papá era una persona…sumamente celosa…- puntualizó Lee, recalcando lo obvio, por lo menos para Kazuyo.-  

Gaara ni siquiera se digno a negar este hecho, no estaba enojado, solo un poco avergonzado, pero lo aceptaba. Si en verdad iban a contarle la historia a Kazuyo de cómo había empezado todo entonces era inevitable hablar de los celos.          

-demmo…como te enamoraste de Lee-mama, papi Gaara?...-          

 Preguntó Kazuyo inclinando su atención a Gaara, el pelirrojo la miró confuso unos segundos, antes de sonreír levemente, aunque claro, esto era lo más que sus frías facciones le permitían.                  

 ¿Cómo se había enamorado de su pelinegro? Bueno, esa era una historia triste, jamás se lo había contado a nadie, ya fuera por vergüenza de su momento de debilidad o solo porque nadie se lo había preguntado.          

Sin embargo levantó la vista y se encontró con la cara de Lee, dividida entre la curiosidad y un sonrojo interminable. Ahora que lo analizaba, tampoco se lo había contado a Lee…  

 

 

   “Desearía estar…                                      

                          Muerto” 

   Era una tarde triste, sumamente solitaria.  

La lluvia escurría entre su cabello, por su rostro y finalmente quedaba en su ropa.

 El agua helaba, el ambiente húmedo y el fango bajo sus pies le dificultaba el caminar.  

Pero el no sentía nada, absolutamente nada. Todo sentimiento o sensación era tragada por un hoyo negro dentro de su ser.  J

amás sintió nada, y tampoco se preocupó por sentirlo.  

Por ende, era considerado un demonio.  

Pero el estaba cansado, hastiado de vivir una vida sin emociones, sin algo que le obligara a continuar.  

Su pecho estaba solo y su mente divagaba siempre en la nada, era una oscuridad interminable, la existencia se recortaba a no dormir para impedirle a Shukaku tomar posesión de su cuerpo.

           ¿Cuál era el propósito de que el estuviera en el mundo?

  Entonces, el sentimiento que mejor conocía volvió a hacer acto de presencia: el odio.  

Ahora lo entendía, odiaba vivir, vivir era...era peor que estar muerto, sea lo que fuere que estuviera del otro lado, seguro que sería mil veces mejor que estar en un mundo tan monótono y miserable.  

Si, tal vez morir era lo mejor para él.  

Sus hermanos y la gente de Suna estarían tranquilos sin el miedo a morir cada vez que lo miraban. Y el, por su parte, también encontraría paz.

 Así la muerte significara simplemente la oscuridad, la “nada”, seguro congeniarían muy bien, de todas formas, el mismo siempre había sido “nada”.

 Si alguna vez fue importante, se debía a la presencia de Shukaku dentro de él, pero para nadie fue importante “Gaara”.

   Ser un arma para una nación en decadencia…

 Ser un demonio que protegiera a la gente… 

Ser el shinobi definitivo… 

Ser…algo...inhumano que hiciera sentir a los demás fuertes y poderosos…  

Estiró los brazos y colocó las manos de tal forma que el agua de la lluvia se fue acumulando en ellas.  

Miró su propio reflejo en las cuencas cristalinas de sus manos. Su cabello rojo, el kanji en la frente y las ojeras tan profundas.

  ¡Ja!! Ni siquiera el vulgar placer de dormir se le tenía permitido. Apretó las manos deshaciéndose del agua. Odiaba tanto todo a tal costo que incluso se odiaba a si mismo!!.

  Quería destruirse a si mismo!!... 

Y había escogido precisamente ese día para cumplirlo… 

Sabía que gracias a la lluvia la arena se había vuelto tan lenta que no sería capaz de detenerlo, y durante la tarde encontró la forma de silenciar a Shukaku en su cabeza.

 No sabía si estaba llorando o no, sus lágrimas era tan frías como el agua y se confundían con facilidad.

 

 

          -Papaaa!!!-  

Kazuyo se lanzó en ese momento sobre uno de los brazos de Gaara. Lo había notado, el gesto triste en la mirada de su papi. No le gustaba verlo así, para nada.

 Se abrazo a su brazo con tanta fuerza y le miró con tanta tristeza que Gaara temió que fuera a llorar.

           -Tranquila, Kazuyo…-  Y en un gesto tan impropio de su parte, besó tiernamente la frente de la pelirroja.

Kazuyo volteó a verlo casi alarmada.  

Gaara le sonreía.     

 

 

Miró el cielo nuevamente, pero sin ningún aviso el cielo se había vuelto azul… 

Un momento…ese no era el cielo.           

-Gaara-kun!!…va a pescar un resfriado!!…-  

Gaara volteó de repente, era…era el imbécil cejón con el que había peleado en los exámenes chunnin…el que había salvado de Kimimaro… 

Le sonreía tan acentuado que llegaba a fastidiarle, con el estúpido mono verde, los calentadores llenos de lodo y el cabello negro igual que antes, pero un poco más largo.  

¿Por qué había tenido que aparecer justo en ese momento? Era como si el imbécil hubiera esperado hasta ese punto exacto para hacer acto de presencia. 

          -No podrá disfrutar de su juventud si está enfermo…- finalizó con una nota de ternura en la voz.  

Veía que movía los labios pero no entendía que era lo que decía, solo escuchaba el pitido de coraje en los oídos que lo asaltaba cuando estaba lo suficientemente enojado.

          -¿¿¡¡Y A TI ESO QUE TE INTERESA???!!!- gritó Gaara, saliéndose automáticamente de la protección que ofrecía el paraguas azul que llevaba Lee ese día, no estaba de humor para soportar la proximidad de la gente, ese tonto lo había detenido, y jamás le iba a perdonar tal importunismo.- ¡Aléjate de mi!!

 Lee bajó la mirada, claramente dolido.

          -Gaara-kun…yo…yo solo quería ayudarlo…-

           -Pues ayúdame alejándote de Mi!! O te mataré…- le gritó Gaara por última vez antes de alejarse.

 Intentó pensar en algún otro lugar donde no fuera interrumpido pero otra vez la molesta sombra del paraguas se interpuso en su camino.

          -¡Qué no te dije que te largaras?! ¿Acaso quieres morir…?-  Lo encaró pero Lee no lo miraba, tenía los ojos fijos en otra parte, con las mejillas rojas y avergonzadas pero sosteniendo firmemente el paraguas.

          -…-  

         -¿Me estás oyendo, insecto?!-  

Lee cerró los ojos con fuerza, decir que las palabras de Gaara le dolían era poco, pero sin embargo estaba decidido a protegerlo de la lluvia.  

Desde hacía un tiempo que el pelirrojo se le figuraba como una persona admirable, digna de respeto como un shinobi de altura. Pero al verlo ahí, como un niño berrinchudo que no quiere la ayuda de los demás y oculta sus lágrimas, extrañamente no reducía la estima que le guardaba.

           -Gaara-kun…¿Acaso quiere morir de pulmonía??- exclamó Lee finalmente, viéndolo a los ojos.

 El pelirrojo soltó un bufido exasperado. ¡Otro inútil que fingía estar preocupado por el!! ¡Justo lo que necesitaba! Más falsedad para reafirmar la idea que tenía del mundo cruel e injusto.

           -No…la pulmonía tarda demasiado…-

 Y Gaara continuó caminando, ignorando olímpicamente el gesto de Lee de completo asombro.

          -Por favor…no diga eso…- susurró el pelinegro tan bajo que Gaara apenas y pudo escucharlo, se detuvo nuevamente y fijó su vista en Lee, momento que el de la hoja aprovechó para colocarle otra vez el paraguas.

          -Eres un fastidio…¿Por qué te empecinas en ayudarme??!!- dijo Gaara en voz neutra, ya cansado de darle a Lee las suficientes razones como para dejarlo solo.  Pero en verdad así era, la actitud de Lee lo molestaba, ¿Cómo era posible que siguiera dándole cobijo?? ¿Qué acaso no lo había insultado lo suficiente?

          -Porque…ust…no!- Lee negó, moviendo su cabello negro en un gracioso vaivén. Estaba harto de tratar a Gaara de “usted”- Tú…eres una persona importante para mi…- 

El golpe que le siguió a su declaración no lo dañó físicamente pero lanzó el paraguas lejos por lo menos tres metros. Apenas y pudo entender que era lo que sucedía cuando ya estaba empapado de pies a cabeza.

  Gaara le había soltado un manotazo para arrebatarle el paraguas azul, harto de su palabrería mentirosa y sin sentido. ¿Una persona importante?? Lee no sabía de lo que hablaba y era lo que más le molestaba. Solo un demonio podía estimar a otro demonio…y Lee no era un demonio, eso Gaara lo tenía claro en su cabeza.  

Se dio la media vuelta y aceleró el paso, libre al fin del molesto insecto verde. Pero no paso ni un minuto de tranquilidad cuando el chapoteo de los charcos y el lodo le indicó que Lee corría tras el.  

¡No importaba que tan pesada fuera ahora la arena!!! Estaba dispuesto a gastar todo su chakra con tal de aplicarle un funeral del desierto a Lee. No aguantaba su presencia, ni su “ayuda”, nada de el.  

Antes de que pudiera siquiera reunir el chackra necesario, Lee le había colocado el paraguas en la espalda, atorándolo con su camisa.

           -¡Si no quieres mi ayuda…entonces…entonces por lo menos quédate con el!!-

 Y así como llegó se fue corriendo en dirección contraria, hacia la de Aldea de la hoja.

  Gaara estuvo estático por tortuosos minutos, el paraguas seguía en su espalda, impidiendo que el agua lo tocara…  

 

 

           -No podía creer que alguien se preocupara por mi…pero, por extraño que fuera, aquel día llegue a mi casa en Konoha con el paraguas azul.- dijo el pelirrojo, haciendo una pequeña pausa para mecer nuevamente a Kouryu que amenazaba con despertarse.- Al principio no me di cuenta, o tal vez lo ignore, pero cada vez que iba a Konoha buscaba a tu mami de forma inconciente, esperando que volviera por el paraguas, o simplemente verlo con su mono verde. Me di cuenta de la persona que era, de sus pequeños defectos que solo me hacían quererlo mas…me enamoré sin enterarme…-cerró los ojos, recordando ese tiempo de su vida cuando espiaba a Lee en las noches, los días que se dio cuenta de que a su pelinegro le gustaba mirar las estrellas.- Y en ese momento…tuve una razón para vivir…- finalizó Gaara, volteando a ver nuevamente a Kazuyo. La niña sonreía mientras veía a Lee, como agradeciéndole internamente que salvara a su padre en ese día de lluvia.-

  Lee estaba rojo hasta las orejas, una sonrisita tímida dividía su rostro pero sus ojos estaban tristes y derramaban lágrimas pesadas.

          -Yo…-cerró los puños.- siempre creí que ese día…-  

Y comenzó a llorar con fuerza, las lágrimas no paraban aunque el hacía todo lo que podía para detenerlas.

           -Mami…-  

         -Lee, no…no llores…-  Intentaron calmarlo pero las lágrimas no se detuvieron.

          -…que ese día, habías comenzado a odiarme…-

 Gaara abrió los ojos de la impresión ¿Odiarlo? El no podría siquiera pensar en eso. Rápidamente acomodó a Kouryu en la cuna que tenían en la habitación y se acercó a su pareja.  

Lentamente unió su frente con la de Lee, y este volteó a verlo. Besó los párpados, secando las lágrimas.

           -Yo nunca podría odiarte…-

          -Papaa!!!!-

 Los dos voltearon al mismo tiempo, Kazuyo estaba con un gesto indignado mientras con las dos manos se tapaba los ojos.

          -No hagan eso!! Estoy aquí, recuerdan???-  

Gaara no dijo nada pero Lee soltó una risita fresca. Kazuyo era tan divertida a su manera, podía tener un coeficiente intelectual alto pero su espíritu era como el de cualquier otro niño: Inocente y hermoso…

 

 

Notas finales: Grax por lee y esperen el sig capi pronto, ya lo tengo casi terminado pero tengo algunas dudas con el ultimo capi, asi que...bueno, como sea, ya saben...un comentariecito al año no hace daño, chaito!!

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