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Sentimientos de una marioneta roja por sue

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Notas del fanfic:

 

 

Notas del capitulo:

 

Los personajes de naruto no me pertenecen, pero en este caso voy a tomar "prestado" a Gaara y a Lee para expresar lo que siento.

Espero que sea de su agrado, lo tome de una experiencia personal, aunque les parezca un poco cursi y dramatico no duden en opinar que se los agradecere con todo el corazon.   

 

No temblaba, el chico pelirrojo simplemente pasaba el cuchillo por sus muñecas con un suave roce imaginando el corte, sería tan fácil y rápido, un sólo movimiento y terminaría el dolor, ya no habría más sufrimiento y no tendría que sentir tanto odio hacía el mundo; la habitación era amplia y estaba vacía, la única luz era la proveniente de afuera debido a la poca claridad del sol, estaba nublado y las gotas de lluvia tristemente golpeaban las ventanas tan débiles que no provocaban sonido alguno, Gaara se limitaba a observar sus venas mientras que con una mano colocaba el cuchillo en una mesa en el fondo del salón, su atención fue llamada por la lluvia y se apoyó en la ventana para mirarla caer, todo era tan silencioso y deprimente por lo que el pelirrojo cerró los ojos y se perdió en sus pensamientos.

  - “No tiene caso, este mundo esta perdido, cada día sólo aguarda crueldad e ira, no soporto más, no quiero volver a sentir las miradas de compasión y de miseria de las personas… las aborrezco tanto…odio esta maldita vida, como quisiera simplemente desaparecer…”  

Gaara abrió lentamente los ojos, sentía tanta ira en su corazón, no podía llorar, aunque hubiera querido no podía hacerlo sus sentimientos se habían muerto junto con su amor propio, ahora solo era un muñeco vacío.  

- Una ultima mirada…                     

 El chico tomó una chaqueta y salió de la casa, caminaba cabizbajo por las calles mojadas, sólo caminaba sin ningún destino, estaba perdido en la soledad de su mente, las personas pasaban sin notar  a ese chico triste vagando sin rumbo, su cabello completamente mojado ocultaba con sus mechones gran parte de sus ojos, con sus manos en los bolsillos seguía bajo la lluvia desconsolado, sólo buscaba una, sólo una razón para seguir viviendo, algo que al llegar a casa la impidiera tomar el cuchillo de nuevo.  Llegó a un puente, aún llovía, eso ya ni le importaba, no podía mojarse más, estaba empapado apoyado en las vigas del puente, de repente alguien lo cubrió con su sombrilla, al reaccionar levantó lentamente la mirada hasta encarar a un chico de cabello corto y negro.  

- No deberías estar bajo la lluvia, te podrías enfermar.             

- ¿?  

- Aunque por lo que veo no podrías mojarte más - sonreía.    

- …  

- Me llamo Rock Lee.   

El moreno giró su mirada al puente, se quedó pensativo, luego volvió a encarar al pelirrojo.   

- Sería una forma rápida y fácil de desaparecer de este mundo, imagínalo, sentir por un momento que tus pies dejan de tocar tierra alejándote de todos los problemas hasta no sentir nada más…          

El pelirrojo sólo observaba al moreno mientras hablaba, miró arriba de su cabeza la sombrilla, Lee la seguía manteniendo sobre él.  

- Soy Gaara… “es cierto, había olvidado que tenía un nombre, hace tanto que nadie se dirige a mí”         

- Gaara… me gusta, es un lindo nombre – miraba el paisaje que se divisaba desde el puente con una sonrisa aún más grande que la anterior.   

Gaara no evitaba verlo ¿Cómo que era un lindo nombre si él lo odiaba?, no quería llamarse de ninguna forma ya que él mismo no era nada ¿Por qué ese chico le hablaba si también lo odiaba?, acababa de conocerlo pero sabía que lo odiaba ¿Por qué no se iba?, ¿Por qué seguía con él?, ¿Por qué?, sin saberlo Gaara permanecía ahí parado junto a Lee, entonces comprendió, no quería que se fuera, no quería irse.   

- Oye será mejor que nos vayamos a otro lado.       

- Es cierto me voy a casa, ya miré suficiente.      

- A casa… - decía Lee con tono triste- Oye… ¿será que puedo acompañarte a tu casa? – un poco sonrojado.  

- Me da igual… después de todo hasta hoy será mi hogar.   

- ¿Es que piensas mudarte?   

Gaara no respondió, se limitaba a caminar lentamente junto a Lee, se le hacía un nudo en la garganta al pensar en llegar a su casa, sintió un enorme deseo de llegar para suicidarse, pero luego al mirar al chico a su lado, el deseo se desvaneció de su mente y fue remplazado por el de quedarse en ese momento eternamente, el chico de cabello corto lo miró y sonrió un poco, parecía estar muy feliz, aunque Gaara no sabia porque ¿Por qué estar tan feliz en un mundo en el que sólo hay muerte y desilusión?, él no lo sabía pero al igual que el resto de las personas lo ignoraba, el cuchillo volvió a su mente.      

- ¿En que piensas?... te siento tan distante.           

- Tengo un asunto pendiente en mi casa, cuando llegue lo terminaré y estaré más tranquilo.    

- ¿En serio?, si quieres podría ayudarte, así no tendrías que hacerlo todo tú solo.  

- ¿Ayudarme?  

- Si, las cosas se hacen mejor con ayuda, yo siempre estuve sólo y nadie estuvo conmigo– Lee parecía estar recordando algo muy triste, miró a Gaara – me gustaría serte útil ya que nunca he hecho nada bien.     

- No creo que puedas ayudarme, esto es algo que debo hacer solo.    

- ¿Solo?, pero si no estas solo.  Gaara se detuvo, la lluvia seguía cayendo.   

- ¿No estoy solo?  

- No, yo estoy contigo.   

Algo dentro de Gaara lo hizo sentirse desconcertado, era un sentimiento extraño para él, nunca lo había sentido ¿Qué era?, se sentía desesperado ¿En realidad no estaba solo?, ¿Lee en realidad quería estar con él?, ¿Lo decía en serio?, fácilmente pudo habérselo preguntado, ya que el moreno lo miraba como un niño esperando una respuesta a su expresión, pero los labios de Gaara no se abrieron más, odiaba preguntar, odiaba hablar, y lo que era peor, odiaba dirigirse hacía las personas.   

El cielo seguía nublado, las nubes negras impedían que cualquier rayo del sol pasara a través de ellas, no dejaban que éste entregara su tibieza a los corazones desconsolados, sin darse cuenta, Lee se aferro del brazo de Gaara, éste no tuvo ningún tipo de reacción, sólo seguía mirando el agua que se deslizaba por entre sus zapatos, como odiaba eso, pero en ese instante, por un momento su odio se distrajo al pasar por su mente otra sensación, el roce afilado de esta mañana.  

- Gaara.      

- ¿Mm?  

- ¿Qué sientes?  

- ¿Que qué siento?... – Gaara permaneció  pensativo – hace tanto tiempo que no siento nada…siento…frío, humedad, soledad…creo   

- ¿Qué piensas?  

- ¿Que qué pienso?... no lo sé…sólo cosas sin importancias.     

- ¿Qué cosas?  

- No sé, sólo cosas… - Gaara calló, el cuchillo en su mano volvió a invadir sus pensamientos.      

- ¿Cosas buenas?  

- Dime Lee, ¿Qué denominas tú cosas buenas?    

Lee miró a Gaara confuso, bajó la mirada pensativo.   

- No sé…familia, amigos, el sol, la risa, recuerdos alegres… - su corazón palpitó fuerte - …el amor     

Gaara se detuvo, Lee respiraba ansioso, esa palabra había salido dificultosamente de su boca, el pelirrojo frunció el ceño en señal de desagrado, se encontraba de espaldas de Lee.   

- Y dime… ¿Tú tienes algunas de esas cosas que denominas buenas?    

- ¿Eh?...pues yo…  

- ¿Tienes familia y amigos?  

- No, no tengo.  

- ¿Tienes recuerdos alegres por los cuales sonreír?  

- y…yo…   

- ¿Acaso tienes a alguien que te ame?   

- …  

Gaara había volteado, miraba fijamente al chico de cabello corto, quien miraba al suelo con un aspecto sumamente triste, no quería demostrarlo, pero tenía ganas de llorar, era cierto que él no tenia ninguna de esas cosas, ¡Pero si él no tenía nada!, se tenía a si mismo pero eso era lo que el se sentía… Nada   

- Lo ves, ¿Cómo puedes llamar a esas cosas buenas si ninguna de ellas te hace feliz porque se niegan a formar parte de ti?   

- …  

- Si hasta el sol se niega a alumbrar para ti, ¡sólo mira el cielo!, al sol no le interesas, a nadie le interesas, sólo a ti, pero eso no cuenta porque te odias.  

- ¡¡YO NO ME ODIO!!          

Se mantuvieron en silencio, Gaara seguía mirando a Lee, el pelirrojo de repente reaccionó, había lastimado a ese chico y él lo único que quería era hacerle compañía, se odió por eso ¿Por qué le había dicho aquello?, se acercó al pequeño y levantó ligeramente su mentón con una mano para mirarlo fijamente.  

- ¿Por qué lloras?                 

- Porque… creo que si me odio… no quiero… pero creo que así es…    

Gaara lo miraba, hacía tiempo que no veía a nadie llorar.  

- Vamos, mi casa está cerca de aquí.         

- … ¿Quieres aún que vaya?   

- Yo no he dicho que no quiero que vayas, además por lo que veo no tienes adonde ir ¿no es así?   

- Así es.    

- Como ya te dije hasta hoy estoy en esa casa, por lo tanto si quieres después puedes quedarte a vivir ahí.    

Lee lo miró asustado, él no quería que Gaara se fuera, quería estar con él aunque fuera tan duro y triste, él era la única persona que le había hecho reaccionar sobre sus falsas concesiones de la alegría, por alguna razón el moreno quería quedarse junto a él y tratar de averiguar que realmente tenía que hacer para ser feliz, pero con Gaara a su lado, mirándolo, gritándole, tocándolo, odiándolo; Gaara le mostró su brazo para que se volviera a aferrar a él, Lee lo tomó y dirigió su sombrilla sobre sus cabezas de nuevo, la lluvia no cesaba, pero ya no habían personas en las calles, todas odiaban la lluvia y amaban el sol entonces… ¿Si ellos dos odiaban el sol y la lluvia? ¿Qué amaban? ¿Qué los hacía seguir en este mundo tan oscuro y vacío?, Lee no lo sabía, pero al igual que Gaara lo ignoraba, sólo se limitaba a abrazar al pelirrojo buscando algo de tibieza en su cuerpo y al mirar su rostro constantemente, esos ojos verdes, tan hermosos pero tan perdidos y vacíos… Lee suspiró.  

Al cabo de unos minutos los dos chicos se encontraban en la puerta de la casa, Gaara apartó su cuerpo del de Lee y con un ligero empujón abrió la puerta de esta, no estaba cerrada, ya ni eso le importaba, no tenía nada de valor en esa casa, que caso tenía cerrarla con múltiples candados y cerrojos si nada de lo que había ahí le importaba, volteó a ver el moreno tras de él.  

- Ven, entra.                                                

-Si.   

Ambos entraron, Gaara se quitó la chaqueta mojada y la tiró en el suelo, no le importaba, se dirigió a una de las habitaciones, Lee se hincó y tomó la chaqueta y la extendió en una silla, admiró el lugar, estaba vacío, era deprimente, no había nada, de repente su atención fue llamada por una pequeña mesa en el fondo y lo que tenía ésta, el moreno se acercó y tomó el cuchillo reflejando su rostro en él, con uno de sus dedos rozó el mismo desde el mango hasta la punta, al llegar a éste sitio sintió un leve dolor, observó su dedo, se había cortado y unas pequeñas gotas de sangre comenzaron a brotar de la herida, llevó el dedo a su boca para eliminar la sangre, su lengua comenzó a degustarla.   

- “Hace tanto que no sangraba”                            

El pelirrojo apareció de nuevo y le ofreció a Lee una toalla para que se secara, el chico volteó con el dedo aún en su boca, Gaara miró el cuchillo, una pequeña gota de sangre podía observarse, volvió a ver  a Lee.  

- Como se ve que aún eres un niño, a ver, muéstrame que te hiciste.           

- No es nada, sentí curiosidad, eso es todo.   

Lee extendió su mano, la herida era pequeña casi imperceptible, Gaara tomó la mano del chico, aquel roce provocó una sensación muy placentera en Lee, nunca nadie le había tomado la mano ni se había preocupado por un pequeño corte, el pelirrojo se sorprendió al ver una cicatriz en la muñeca del chico, guiado por la curiosidad trazó esta con sus  dedos lentamente, el moreno no pudo evitar ver la expresión de Gaara.  

- Pensé que sería una buena forma.             

- ¿Una buena forma?  

- Si, ya no tenía nada, ni nadie que se preocupara por mí, así que tomé un cuchillo y lo pasé por mis muñecas, al principio tenía miedo, toda esa sangre corriendo por mis manos sin detenerse, pero luego recordé que no tenía nada y el temor se fue…“es cierto olvidaba que yo había intentado suicidarme hace poco”.        

- Y como es que…  

- Ah bueno, lo hice mientras estaba en la escuela, en el baño, supongo que quería que la gente me viera y se preocupara por mí, por eso me llevé el cuchillo ese día y lo hice – Lee miró a Gaara – pero unos chicos me encontraron casi desangrado y me llevaron al hospital. Me gané una expulsión y estas lindas cicatrices.          

Gaara miraba fijamente a Lee, éste parecía muy feliz ¿Si quería morir porque lo había intentado en un lugar donde podían salvarlo?, fácilmente pudo haberlo hecho como Gaara lo había pensado, solo en su casa y sin nadie que lo detuviera, después de todo nadie lo necesitaba con vida, sólo había una respuesta: No quería morir.  

- Lee… dime una cosa…           

- Si Gaara.   

- ¿Dime de nuevo por qué querías morir?  

- No lo sé, supongo porque no tenía a nadie conmigo.     

- ¿A nadie contigo?  

- Así es, siempre estuve solo, nunca tuve amigos, ni nadie con quien pasar el tiempo.      

Gaara comenzó a escucharse a él mismo de la voz de Lee ¿Era posible que él también quisiera que lo salvaran? ¿Por eso había salido a la calle no?, había salido a buscar la razón que le evitara suicidarse y había encontrado a Lee, el pelirrojo no aguantó más miró el cuchillo, quería llorar pero no pudo.  

- Lee…           

- Si…  

- ¿Tú… tú me odias?   

- ¿Eh?   

Lee sintió en su corazón una presión muy fuerte, él no lo odiaba ¿Por qué le preguntaba eso?, pero ¿Qué sentía?, algo, pero ¿Qué?  - Yo me odio y todos me odian, odio todo en este maldito mundo que nos rodea, por eso necesito que me digas que me odias, dímelo y no habrá nada más que me una a esta cruel vida.       

El corazón del moreno palpitaba aún más rápido, podía sentir como estaba de acelerado, entonces el chico dejó de mirar a Gaara para observar el cuchillo, ahora lo comprendía, el pelirrojo iba a suicidarse, por eso decía que era su último día en esa casa, por eso quería que le dijera que lo odiaba, pero el no podía… no quería.  

- Yo… yo… - Gaara miró al chico – YO… TE AMO… GAARA.         

- ¿Qué?   

- Yo te amo, no te odio, te amo, quiero estar a tu lado por siempre, quiero amarte y que me ames.   

Gaara estaba estático, no podía creerlo, Lee lo miraba, el pelirrojo se sorprendió al ver al chico de cabello corto llorar y correr hasta abrazarse a él, Lee metía su rostro en el pecho del chico.   

- Por favor Gaara, no me pidas que te odie, por favor.          

Los pensamientos del ojos verdes estaban confusos, no podía creer el hecho de que él lo amara si acababa de conocerlo, no sabía del amor a primera vista, esa clase de amor que él sentía, respondió a su gesto y lo abrazó fuertemente, su corazón comenzaba a latir nuevamente como si antes se hubiera detenido por sus sentimientos negros, tomó la siguiente respuesta como la esperanza a su destino.    

- ¿Tu me amas Lee? – Gaara miraba a Lee ansioso.      

- Con todo mi corazón.   

Aquello era lo que Gaara necesitaba, sus ojos comenzaron a brillar como nunca, comenzó a sentir en su cuerpo una sensación extraña, en deseo enorme de besar a Lee y así lo hizo, lo tomó entre sus brazos y lo besó apasionadamente, las mejillas de Lee reflejaban toda la excitación que sentía en ese momento, sus lenguas jugueteaban en sus bocas y se entrelazaban una con la otra, el pelirrojo se apartó de los labios del chico y colocó ambas manos en los hombros de éste.  

- Lee ahora voy a pedirte que me ames, pues no creo ser capaz de amarte como quieres.      

- Créeme Gaara, sabrás hacerlo, sólo déjate llevar por lo que sientes y veras que puedes hacerlo igual.  

Lee comenzó a quitar la ropa de su compañero, lo hacía lentamente, ambos se acostaron en el suelo, el moreno al descubrir el pecho de Gaara comenzó a besarlo con mucho cariño, con su lengua recorrió su hermoso abdomen hasta detenerse en el ombligo del chico, el pelirrojo comenzaba a sentir placer, poco pero lo sentía, no sabía como reaccionar, se había dedicado sólo a experimentar odio e ira por lo que no conocía nada más, el moreno bajó los pantalones del pelirrojo, tomó su pene y lo introdujo en su boca, Gaara abrió al máximo los ojos, Lee empezó a subir y bajar, el de ojos verdes comenzaba a disfrutarlo por lo que no evitaba gemir, arqueaba la espalda, estaba en el suelo sin nada en que apoyarse, respiraba con dificultad.   

- Ah… ah… ah… sigue… ah – alcanzaba a decir Gaara, quería seguir sintiendo esa sensación tan plena.       

El chico Lee aumento el ritmo hasta que el pelirrojo no aguantó más y eyaculó en su boca, tras haber pasado todo el líquido por su garganta el moreno se apartó un momento.   

- Aaah… Lee… aahh   

El chico de cabello corto introdujo unos dedos en la boca del pelirrojo quien comenzó a chuparlos con desespero, quería que el chico continuara, Lee le indicó a Gaara que se colocara en cuatro patas y éste lo hizo, se dedicaba a obedecer al moreno, éste introdujo un primer dedo en el ano del chico, el pelirrojo no evitó quejarse cuando Lee introdujo otros dos dedos en él, mientras los metía y los sacaba de aquella entrada con la otra mano masturbaba su pene, al estar la entrada bien lubricada y su miembro preparado se acercó al oído de Gaara y susurró dulcemente.   

- Gaara… soy tuyo… todo tuyo…         

Lee se volvió a colocar detrás de su pelirrojo e introdujo su miembro ya erecto en la entrada un poco o más bien muy estrecha, comenzó a embestirlo suavemente apoyándose o más bien impulsándose de las caderas del chico.  

- Aaah… más… más… rápido… ah – arrancaba Gaara de su garganta.      

Lee obedeció entrando y saliendo casi como desenfrenado, los fuertes gemidos de Gaara se expandían por toda la casa vacía, arañaba el suelo hasta el punto de desgarrar la madera de éste, el moreno se detuvo, sudaba como nunca, si que era estrecho, después de vaciar todo su semen en su interior salió del pelirrojo y se tiró en el suelo casi muerto, le costaba respirar.    

- Aaah… aahh… ahh…  

- Lee… - Gaara se había acercado al rostro del moreno – ahora es mi turno de amarte – dicho esto besó y mordió ligeramente los labios de Lee.    

Sin siquiera dejarlo reaccionar el de ojos verdes abrió bruscamente las piernas del chico y lo penetró sin ninguna delicadeza.   

- Aaaaaaarrhgg  

Lee sentía un enorme dolor, parecía que se iba a desgarrar, el pene era demasiado grueso para su angosta entrada, Gaara con desesperación y con fuerza descomunal lo embistió una y otra vez provocando que el chico chillara, era demasiado placer el que sentía, el pelirrojo no se detenía, iba y venía cada vez más fuerte hasta quedar bañado en sudor, el moreno sentía que se iba a desarmar, Gaara respiraba como un toro salvaje, en realidad se estaba divirtiendo.  

- Aaah… aah… Gaara, ya – pedía Lee con el poco aliento que a duras penas tenía.      

Gaara no lo escuchó quería más, quería seguir “amándolo”, sus ojos parecían idos, una sonrisa malévola salió de sus labios, tomó impulso y lo embistió con una fuerza tan brutal que el receptor de aquello casi se desmaya por el impacto. Los ojos de Gaara volvieron haciendo que éste reaccionara, sacó su miembro con dificultad de Lee, pero lo hizo, el moreno se arqueó al salir el pelirrojo de él, se tiró en el suelo chocando su pecho contra la madera, respiraba con tanta dificultad, un poco más a ese ritmo y no sabía que hubiera ocurrido, se encontraban uno al lado del otro intentando volver a su respiración normal, Lee se sorprendió al ver al pelirrojo.      

- Gaara… ¿Estas llorando?     

Los hermosos ojos verdes de Gaara derramaban enormes lágrimas, no sabía por qué lloraba, sólo lo hacía, pero mantenía una linda sonrisa, se sentía feliz, Lee pasó sus manos por las ruborizadas mejillas de su pelirrojo, delineó delicadamente el camino que habían recorrido aquellas lágrimas.  

- Hacía tanto que no lloraba – recordaba Gaara.     

- ¿De felicidad o de tristeza?  

- De ambos.   

- Y ahora ¿Por qué lloras? ¿De felicidad o de tristeza?    

Gaara acercó al chico a su cuerpo y lo abrazó fuertemente, las lágrimas aún surcaban por sus mejillas.   

- Lee tonto… por supuesto que de felicidad.   

El moreno se sintió el ser más feliz en el mundo que Gaara denominaba tan cruel, si ese mundo era tan malo ¿Por qué entonces él se sentía de esa manera? y ¿Por qué Gaara lloraba de felicidad?, no lo sabía, cerró los ojos, sólo quería esta junto a su pelirrojo, ambos entrelazaron más sus piernas intentando fundirse en el abrazo para luego intentar dormirse en el suelo, lentamente los ojos de los chicos comenzaron a cerrarse hasta ambos caer rendidos por el cansancio y el sueño; la lluvia no había cesado pero era tan poca que las gotas parecían hilillos de agua, en la habitación sólo se escuchaba la respiración de los dos chicos, en el suelo podía admirarse las marcas de rasguños hechas por Gaara durante la agotadora sesión de sexo, aquel muñeco que alguna vez estuvo vacío se había llenado de nuevos sentimientos, por primera vez desde hacía mucho tiempo el pelirrojo dormía placidamente y feliz de estar con vida, unos pequeños rayos del sol provenían de la ventana, la lluvia había terminado, los rayos se reflejaban en el cuchillo en la mesa, en el cuchillo olvidado.   

 

 *+*+*+*+*+*  

 

Al día siguiente los chicos se hallaban en la cocina, Gaara preparaba el desayuno, antes odiaba hacerlo, pero ahora lo deseaba con todo el corazón, ambos desayunaron tan agustamente, el café estaba quemado y los tostadas duras, pero estaban tan perdidos el uno con el otro que sintieron que comían el más exquisito manjar, el día estaba mejor que ayer, el sol parecía estar del mismo humor de los amantes porque hacía brillar las gotas de rocío en las hojas de los árboles, el mundo parecía haberse transformado por la unión del pelirrojo y el moreno, todo era diferente.     

Gaara se asomó a la sala en donde había amado al moreno, cerró los ojos e inhaló el aire del lugar, tenía el aroma de Lee, éste entraba en la habitación lentamente, le dolían sus caderas y su zona baja, y no era para menos, el pelirrojo volteó, tenía un expresión tan serena en su rostro propia de un ángel, colocó el bendito cuchillo en las manos del chico Lee y con sus propias manos guiándolas hizo que este realizara un ligero corte en su frente, el moreno miraba a Gaara dulcemente pero algo extrañado.    

- Gaara… ¿Para qué me has hecho hacerte esto?                   

- Quiero tener un recuerdo de este momento en el que dejé de odiar y comencé a amar.   

- Gaara…   

- Te amo Lee, quiero que te quedes a vivir conmigo eternamente en el mundo que tu y yo construimos.   

- Yo también te amo Gaara.   

Lee se acercó y besó la herida del pelirrojo, sus labios se pintaron con la sangre de esta, el moreno sonreía, ya tenía en su vida las cosas que necesitaba para ser feliz, los recuerdos de aquella unión que lo hacían sonreír y la persona que lo amaba, Gaara lo abrazó y lo besó tiernamente, lo amaba, amaba su cabello, sus ojos, su risa, su cuerpo, sus manos, sus cicatrices; por un momento se preguntó ¿Cómo pudo haber pensado en irse de este mundo? ¿En este mundo en el cual había conocido a Lee, su amigo, pareja, compañero, y amante, esa persona que lo hacía feliz al extremo, SU UNICA RAZON PARA SEGUIR VIVIENDO?, lo ignoró, al igual como el otro día ignoró aquel roce afilado en sus muñecas.      

- Gracias Lee por existir.        

- No, gracias a ti por seguir viviendo.   

Gaara sonrió levemente… lo amaba.     

 

FIN

Notas finales: Se que soy un poco dramatica, pero que se va a hacer, les agradezco mucho por leer esta historia que practicamente me ocurrio a mi, besos espero con ansias sus preciosos comentarios.

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