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Zanguango por Aphrodita

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Notas del capitulo:

¡Por fin! Era de hora de aplastar el culo en la silla para que salga este ponnygarto... Justo el día del cumpleaños de Shiryu, si lo hubiese querido hacer a propósito, no me salía.

Es un songfic, con una canción titulada igual que el fic, autoría de Leo Masliah y va dedicado pura y exclusivamente a Eleniel que es una ponnygartera ¡¿?!, Porque la admiro y porque la estimo, gracias por toda tu ayuda ¡ains!.

No es comedia a pesar de que la canción se presta a ello, avisados, no se ilusionen ¿? No confío plenamente en la letra de la canción, me costó hallarla en la red y la leí y me parece que tiene errores, no es fiel, quiero decir.

No, no me pidan el audio porque si me costó encontrar la letra no me quiero imaginar lo que debe ser el audio, después lo busco capaz tengo mas suerte, capaz está en algún blog.

Zanguango

 

 

Aphrodita

 

 

 

One Shot / Song Fic:



Soy un imbécil, soy medio tarado
soy nulo, soy un retardado
nunca pase la edad de la bobera
en el mate yo tengo madera

 

Algunos osaban decir que Seiya era un poco corto de entendimiento; para no herir sus sentimientos lo decían así aunque pensaban en otras connotaciones un poco más duras, y aunque Shiryu se rehusaba a caer en las mismas, con dolor tuvo que aceptarlo, reconocerlo y tragarlo. ¡Es que no podía ser que no se diese cuenta de las cosas! ¿Mas claro que el agua?, Échale lavandina ¿?

Es que ya para esas alturas el Dragón no sabía que más hacer para que el ponny captase las indirectas muy directas. Tampoco podía arrojarse a la pileta, era invierno o.O No porque no estaba cien por cien seguro de que el moreno lo aceptase y perder su amistad por prejuicios no lo toleraba, la simple idea de perderlo al menor no la toleraba. Se las ingeniaba, en cambio, para que el mensaje llegase de alguna forma.



Ya no sé si se me nota
la cara de idiota
o el aire de nabo
aunque también soy un ganso
y si un día me canso
me convierto en pavo

 

Concentrado se encontraba el pequeño Kido, no tan pequeño. Con el aparato en sus manos y media lengua afuera, no notó la invasión de alguien en su cuarto, que estupefacto lo observaba jugar animadamente, ajeno a la realidad.

—Sei... ¡Seiya!

—¡Shun!... –Exclamó el aludido algo asustado por ese grito, no era manera de ingresar al cuarto; señalando el aparato acotó —¿Quieres jugar?

—¡¿No me digas que gastaste tus ahorros de la fundación en esa maquina?!. —Se horrorizó Andrómeda como si el dinero hubiese sido empleado en drogas y/o prostitución.

—Yo no. –Se defendió —Shiryu me lo regaló

—¡¿Shiryu gastó SUS ahorros para comprarte una consola a ti?!

El rostro de Seiya varió notablemente, de desconcierto a profunda culpa.

—Pues... Así parece... ¡Je!

El peliverde exhaló el aire de sus pulmones y negó con su cabeza. Era el colmo; encima no se trataba de cualquier consola, sino de la ultima en el mercado, seguramente el Dragón había empeñado un riñón para conseguir el dinero, dinero que pensaba emplear para sus estudios.

—¿Cómo puedes permitir que Shiryu haga eso?

—Yo le dije... ¡Pero él insistió!–Bajó su vista al suelo, derrotado por la mirada inquisidora de su amigo, que de pie en su cuarto se limitó a callar, soltar un bufido y retirarse.



Zanguango

Pero no tuvo mucho tiempo para lamentarse por ello, porque esa tarde Shiryu llegó invitándolo al cine sabiendo el Dragón que esa era una de las actividades favoritas del ponny y que no se rehusaría. Mejor, una excusa mas que perfecta para estar a solas con él en la obscuridad de una sala.

Lo cierto es que no hay peor lugar para una cita que el cine... No sé puede hacer nada, mas que mirar la película, salvo que sea otro tipo de cine, pero aun era muy pronto para llevarlo a su castaño a uno de esos antros y antes se lo pensaría muy bien.

En la penumbra de aquel lugar, antes de que comenzase la película, Seiya intentó entablar un dialogo, para ver si podía convencer a su pelilargo amigo ya que le había entrado la culpa luego del reproche de Shun.

—Shiryu... ¿No hay posibilidades de devolver la consola?

—¿Por qué? ¿No te gusta?. –Inquirió Shiryu aparentemente dolido ¿Había errado con su regalo?

—¡No es eso! Me encanta, era lo que quería, pero tu... Has gastado dinero ahorrado, no es justo...

—Sh... –Lo silenció el Dragón –Te lo compré porque quise, y no se habla mas de ese tema.

La película dio comienzo y en ese momento Seiya notó que no tenían nada para comer y beber. El pobre pelilargo se perdió los diez primero minutos comprándole a su amigo tres baldes de palomitas de maíz, dos gaseosas y caramelos, porque si algo era Seiya además de terco, era goloso.

Cuando Shiryu volvió a la sala se comió un par de abucheadas de los que allí se encontraban porque aparentemente no querían ver a un joven que se "caía" de bueno que estaba, sino la película en pantalla. El Pegasus le relató lo ocurrido de esos diez minutos perdidos en diez segundos, para ponerlo al tanto... Pero al Dragón lo que menos le importaba era esa película, sí en cambio la compañía, y hacer dichosa a esa compañía.

Media hora transcurrida, compenetrado en la película, el castaño volteó su vista para exclamar un "¡¿Viste eso?!" Y se encontró con la tierna mirada y la sonrisa de su amigo... ¿Qué hacia Shiryu que no miraba la película?

—Shiryu... te estás perdiendo... –Señaló Seiya la pantalla pero el Dragón no quito su mirada, al contrario rió apenas motivado por el rostro de su amigo.

Notando que lo estaba poniendo nervioso, intentó prestar atención a la película, pero la verdad era que le resultaba más interesante observar las diversas reacciones del ponny con cada escena de acción... Era como un crío, aun... y que nadie se lo cambiase.

Cuando volvieron del cine, luego de comer y pasear por allí, Saori le preguntó a un animado Seiya como lo había pasado y le dio pie al Pegasus de soltar lengua. Una pequeña punzada de celos invadió el corazón del pelilargo ¿Podía ser posible? Una pregunta por parte de la Diosa y Seiya ya se olvidaba de su existencia. Bueno, no era tan así, pero de esa forma lo vivió Shiryu.

Es que acaso, el Pegasus ¿No se daba cuenta de todo eso? Hasta Saori pareció enterarse de la situación, quizás porque era mujer, quizás porque era Diosa... Pero la pelimorado mandaba a mudar al ponny cuando se encontraba muy pegado a ella, que tampoco quiso ser la bruja de la historia.


Soy un zapato, un estúpido, un bobo
no sé ni donde estoy parado
no me doy cuenta de nada
soy tonto y re tonto
soy un abombado

 

Pero no eran los únicos caminos que hallaba Shiryu para confesar a medias su creciente interés, en un dejo de estupidez le pagaba absolutamente todo a Seiya... Sí, todo. Eso incluía no solo el bus o transporte elegido ese día, sino cada salida que compartían como buenos amigos.

¿Quién lo había nombrado "novio" al Dragón? Ocupando un lugar que no le correspondía, al menos por el momento.

Buscaba la forma de estar cerca del Pegasus y no le importaba pagar un boleto de bus o una cajita feliz en la hamburguesería. Se conformaba con poder disfrutar de las pequeñas alegrías que ocasionaba en el menor.

—¿No estas un poco grande para la cajita feliz? Seiya. —Investigó el pelilargo soltando una sutil risa.

—Esh que en shealidad esh mash rica la hamburguesha de la cashita geliz. —Respondió este jugando con su nuevo Power Ranger recién adquirido, solo le faltaba el rojo y ya los tenía a todos.

—Primero come y luego habla. —Volvió a reír Shiryu.

Salir con Seiya era prácticamente igual a salir con un hijo pequeño. Retiró de la pequeña maquina de servilletas un papel, lo dobló y acercó su mano para limpiar el rostro sucio del castaño, la comisura de sus labios.

—¿Qué?... ¿Tengo... ?

—Mayonesa. —Aclaró el Dragón notando el ligero rubor de su amigo y retiró su mano.

¡Es que estaban en un lugar publico! La gente pensaría, sin temor a equivocarse, que eran una pareja gay. Pero estaban en Japón, no aparecería ninguna patota dispuestos a golpearlos, violarlos y asesinarlos mediante empalamiento, además eran Santos de Athena, nada... Ni la homofobia, podría con ellos ¿cierto?.



Tengo un helado aplastado en la frente
en mi mente tengo detergente
soy medio sonso y tres cuartos boludo
soy necio, soy un pelotudo.

 

Shiryu disfrutaba mucho de la compañía de su amigo, y aunque ni él mismo quiso reconocerlo había adoptado los mismos gustos que Seiya... Que si no quizás nunca hubiese estudiado castellano. Porque de todos los idiomas habidos y por haber en el mundo ese era uno que no había contemplado. ¿Por qué no estudiar ingles? Que era más común, o cualquier otro idioma ¿Porque tuvo que ser castellano?.

Al Pegasus le gustaban los desafíos y no quiso estudiar un idioma común, además el castellano siempre le había llamado la atención y si tenían el dinero para hacerlo ¿por qué no? Así fue, que un día le pidió al Dragón que lo acompañase a inscribirse y terminaron siendo compañeros de curso.

La verdad que al pelilargo terminó por gustarle estudiar aquello, de mas no estaba, siempre era bueno aprender algo nuevo y mejor si era con la compañía del castaño. Lo que le llamó la atención, por decirlo de algún modo, era que el menor siempre, pero siempre, sacaba mas notas que él.

No creyó nunca que Seiya no estaba capacitado para ello, pero en su espíritu competitivo no toleraba demasiado este "golpe". Ambas notas siempre eran buenas, pero si Shiryu sacaba 92, Seiya sacaba un 96, si el Dragón sacaba un 96, su amigo un 99. Quizás lo distraía mucho la presencia del Pegasus ¿quién sabe?

Pero aprovechaba esa nueva excusa para estar más cerca del castaño, "había que estudiar", aunque lo que menos hacían era eso ya que se divertían hablando en dicho idioma a media lengua. El castaño siempre le sacaba la risa fácil.

El pelilargo, así, se las ingeniaba para un acercamiento ¡Que ya iba un año y aun no pasaba nada! Cuando podía le acariciaba la mano con mil artilugios posibles "Que necesito el lápiz" "La goma" "El sacapuntas" Rozando apenas los dedos de Seiya que deseaba apropiárselos para acariciarlos, besarlos y no sé cuantas otras cosas más osadas quiso hacer con esas falanges... Tampoco era un puritano, 1 año y medio de abstinencia vuelve "lobo" a cualquier ser humano por correcto y medido que este fuese.

En esos pequeños acercamientos el mayor notaba que lograba poner incomodo a su amigo, y aunque esa no era la intención por lo menos sus actos generaban algo en el otro... No supo si de desagrado o agrado, pero una corriente eléctrica recorría el cuerpo de Seiya, y era tan visible esa "corriente" que el Pegasus se iluminaba como bicho fosforescente del agua. Aun así no era capaz de dar pie a nada, ni una un rechazo ni a un acercamiento y esa "neutralidad" comenzaba a desesperar a Shiryu.



Soy un vejiga, soy un banana
soy un zapallo y un tarambana
soy un zanguango, soy un imbécil
de rango

 

Pero la prueba de fuego llegó un día, en donde a las cuatro de la mañana el celular de Shiryu comenzó a timbrar. Era de tener sueño liviano, así que al primer llamado se levantó en busca del aparato. Le costó, dormido como se hallaba, encontrar la porquería esa, hasta que la halló en el bolsillo izquierdo de su campera de jean.

—Hola. —Dijo completamente dormido, aun con sus ojos cerrados para no desvelarse.

—Etto... ¿dormías?. —La inconfundible voz de Seiya, al otro lado.

—¿Sei?... Sí, son las... —Observó su reloj sobre la mesa de noche —Cuatro y veinte de la mañana.

—Bueno, te dejo seguir durmiendo.

—No, ahora no, dime...

Era muy evidente la situación, el Dragón no cortaría la llamada hasta no saber que sucedía con su amigo.

—Mejor sigue durmiendo. —Aconsejó el Pegasus.

—No Sei, ya estoy despierto... dime...

—Es que... me quedé solo.

—¿Eh?

—Mis compañeros se fueron.

—¿Y tu donde estas?

—Ese es el tema... No lo sé.

El pelilargo apartó el celular de su boca para que su suspiro no fuese oído por su amigo. Tuvo muchas preguntas por hacer, pero notando la situación, no era momento.

—Dime mas o menos donde estas, te paso a buscar.

—Pues... el bar se llama "Telonius" pero no sé... Disculpa. –Se interrumpió el castaño, aparentemente hablando con otra persona —¿Qué lugar es este?. —Volvió a su teléfono y le afirmó a su amigo —Yamaguchi.

—¡¿Yamaguchi?!

¡El taxi le iba a costar fortuna! Y no pensaba prostituirse (otra vez) para pagar el pasaje.

—Je... sí. —Fue lo único que pudo acotar el menor.

—Quédate en la puerta, iré... calculo que llego en media hora.

Un poco mal humorado, solo un poco, cortó... Que era bueno no tonto ¿Le habían visto la cara? Pero en fin, no podía dormir tranquilo sabiendo que dejaba a Seiya solo en un lugar donde no tenía ni la más remota idea de cómo volver.

El Pegasus siempre supo que con Shiryu se podía contar, al fin y al cabo para eso estaban los amigos ¿no? Para que nos paguen todo, la comida, las entradas, para que nos vayan a buscar a las cinco de la mañana, para que nos soporten borrachos, mal humorados.

Cuando finalmente el Dragón llegó al lugar y se encontró con el castaño, lo hizo subir al taxi. La cara de pocos amigos del pelilargo causó el mutismo de Seiya, pero por pocas cuadras, ya que necesitó saberlo:

—¿Estas enojado conmigo?. —Susurró bajando su vista al suelo –Lo siento, sé que estabas durmiendo pero...

—No es por eso Seiya. —Shiryu se frotó los ojos e intentó serenarse —No me molesta despertarme en media noche, tomar un taxi hasta el fin del mundo para venir a buscarte como cual niño de pre escolar.

Seiya observó por la ventanilla del auto reconociendo el mal mentiroso que era el Dragón. Pero bueno, ya basta de uso y abuso ponny.

—Entonces ¿por qué estas tan molesto?

—¡No estoy molesto!. —Gritó el pelilargo sobresaltando al otro.

—Me hablas y me miras como Ikki.

Ante esa verás acotación Shiryu se quedó observándolo y recién entonces se serenó de verdad.

—Es que... —Lanzó un suspiro sonoro —Si vienes con tus compañeros ¿por qué no estas con ellos?

—Cada uno se fue a su casa y bueno... —El castaño elevó su hombro —Ninguno iba para el mismo lado que yo.

—Si no sabias como volver ¿Por qué no les dijiste?

—Les dije pero no son mis padres.

Shiryu se le quedó mirándolo fijo diciéndole con los ojos: "Y yo sí ¿no?"

—Si sales con ellos y son tus amigos... ¡Bah! Déjalo así. —Chistó el Dragón.

—Perdón. —Se disculpó el Pegasus sinceramente, con un desgarro en la voz, tomándolo del brazo desesperadamente —Perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón...

—¡Esta bien! ¡Basta!

Guardaron silencio todo lo que quedó del viaje. Ambos sintiéndose culpables. No fue la intención de Seiya molestarlo a su amigo de esa forma, y tampoco fue la intención de Shiryu de hacerle creer al otro que estaba molesto por ir a buscarlo, fue por eso que cuando llegaron a la Mansión, bajaron del taxi y llegaron a la puerta, el Dragón frenó el paso de su amigo.

Soy medio choto,

soy un bobito, soy lo mas tito
soy un vejerto, un buenas
noches que nunca me despierto

—Seiya, déjame aclararte algo. —Se tomó un segundo para arreglar sus ideas —No me molesta ir a buscarte, no me molesta ayudarte, de hecho me halaga que me hayas llamado a mí... Eso significa que confías...

Es que si lo llamaba a Ikki seguramente este le cortaba la llamada, Hyoga solía apagar su celular y Shun era hermano de Ikki así que las reacciones a veces solían ser similares por raro que pareciese. Aunque Andrómeda no le cortaría el teléfono, lo iría a buscar pero lo asesinaría por interrumpir su sueño. Aparte ¿por qué negarlo? Shiryu no iba a decirle que no.

—Pero mírate, estas todo desabrigado. —Acotó el otro cual padre y completamente incoherente –Eres todo un caso Seiya, no sabes viajar a ningún lado, no eres prudente con el dinero y encima ni siquiera tienes la precaución de vestirte acorde al clima, hace un frío que ni Hyoga andaría con remera.

—Perdón. —Repitió Seiya bajando su vista al suelo, por primera vez en su vida llego a sentirse tan estúpido que le daba vergüenza.

No solía importarle lo que pensaban de él, pero influía mucho cuando eso provenía del hombre frente a sus ojos.

—Y te quiero así. —Agregó Shiryu con una sonrisa en sus labios, quitándose su campera de jean para colocársela sobre los hombros a su amigo.

Un poco al pedo la campera ya que estaban en la puerta, pero Seiya agradeció el gesto con una sonrisa. Intentó ingresar a la Mansión pero su amigo no estaba dispuesto a dejarlo ingresar. ¿Por qué su pasividad? ¿Por qué su mutismo? ¿Por qué ese extraño brillo en sus ojos? ¿Por qué se estaba bajando los pantalones?... Ah... No... No se estaba bajando los pantalones.

—¿En—entramos?... —Consultó el ponny señalando la puerta.

Sin tener los huevos suficientes para hacerlo en ese momento, Shiryu se hizo a un lado y lo dejó pasar, siguiendo detrás. Subieron las escaleras y en la puerta del cuarto del Dragón el Pegasus le devolvió su campera.

—Gracias por irme a buscar. —Susurró el castaño para que su voz no retumbase en los pasillos, el sol apenas comenzaba a despuntar.

El menor de los Kido dio la vuelta para ir a su cuarto, pero la potente llamada de su amigo lo hizo voltear.

—Seiya...

—¿Qué?

—¿Sabes?... —Caminó hasta su compañero sintiendo la furia de su corazón latiendo con prisa y sin pausa —¿Sabes porque fui a buscarte?

—Si, porque eres mi amigo —Rió nervioso, supo en su interior que la cosa comenzaba a írsele de las manos.

—¿Sabes porque estudio castellano contigo?. —Antes de que el otro respondiese lo mismo siguió hablando —¿Sabes porque te invito a comer solo a ti? ¿O porque te llevo al cine solo a ti?. —Lo tomó de los brazos con firmeza.

En ese momento Seiya pensó "¡Voy a gritar!" Sin embargo no lo hizo; aunque realmente lo hubiese querido hacer, su voz no le salía, sintió la garganta seca.

—Y no me respondas "Porque eres mi amigo"...

—¿Por qué me quieres?. —Intuyó el Pegasus intentando escapar de ese agarre.

—Si, porque te quiero... —Lo tomó entre sus brazos.

El Pegasus nada pudo hacer, era muy cruel separarlo de su cuerpo, además se sintió bien el abrazo.

—Y ya no lo soporto más. —Confesó el pelilargo en su oído.

—¿Quién? ¿A mí?

—No Sei, a la situación... Ya no lo soporto más.

—Shiryu... Yo también te quiero, somos amigos. —Sonrió el castaño

En ese momento, algo en el Dragón hizo "Track".

—Será mejor que me vaya a dormir. —Acotó el menor destruyendo del todo las pocas ilusiones de Shiryu.

Este se quedó de piedra, en medio del pasillo, viéndolo al castaño partir hacia su cuarto sin siquiera voltear una mísera vez a ver como lo dejaba, cual trapo de piso usado, a su mejor amigo.

¿Había sido precipitado? ¿Muy desesperado? ¿Rápido? Shiryu negó con su cabeza, ahora ya estaba liquidado el asunto. Podía considerar perdida la amistad con el menor.


Soy un peligro, soy un inútil
soy medio lelo, soy como
un castigo del cielo o un verdadero
flagelo

Ese día, cuando se cruzaron a la tarde en la sala de la Mansión, prácticamente no se dirigieron la palabra. Shiryu se sintió espantosamente mal por haberlo estropeado todo mientras que por su lado Seiya llegaba a la conclusión de que era suficiente.

Sí, ya era suficiente, el dragón había demostrado con pruebas sólidas que realmente iba en serio. Desde ya que el Pegasus no estaba dispuesto a sacrificar una amistad labrada desde la infancia por algo superficial. A Shiryu lo quería, al borde del sadismo ¿? No toleraba la idea de perderlo todo por algo tan trivial.

Suficiente tortura por un día, para los dos... Y mientras esa misma noche el pelilargo pensaba en mil formas para suicidarse lenta y tortuosamente el castaño lo buscó.

—Primero tuve que haber preguntado sobre sus gustos sexuales... —Analizó el pelilargo consigo mismo —Asegurarme de que realmente le gustan los hombres... Luego...

Primer síntoma de la loquera: Soliloquio obsesivo. Estaban perdiendo a Shiryu, eso sintió Seiya cuando lo halló recostado en la alfombra de la sala de juego, boca arriba, mirando el techo y balbuceando en voz alta. Negó con su cabeza.

—Creí que era el único que hablaba solo... Veo que es un mal que aqueja a varios.

Al escuchar esa voz el Dragón se sobresaltó, buscó acomodarse en el suelo al mismo tiempo que el Pegasus se sentó a su lado.

—Sei, creo que me mal interpretaste. —Shiryu tosió algo nervioso —Te quiero, porque es lógico que voy a quererte, ¿estamos?... Te quiero como quiero a Shun, por ejemplo... Un poco más porque contigo tengo otra relación.

—Eres un mal mentiroso, como yo. —El castaño entrecerró sus ojos, perspicaz. —Pero bueno, si te vas a retractar. —Dijo con aires de autosuficiencia, aparentando estar ofendido se puso de pie para irse –Me ahorro mis palabras.

Una mano tomó su brazo y evitó su partida.

—¡Espera!. —Exclamó el pelilargo —Entiéndeme, no quiero perder la amistad que tenemos Sei.

—¿De que amistad me hablas?

Ok... eso había sido duro, cruel e innecesario por parte de ese chizito de supermercado ¿Qué se pensaba?.

—Si tu no me considerabas tu amigo... hubieses sido sincero —Ahora el ofendido era el Dragón, se cruzó de brazos perdiendo su mirada en la nada.

—Me refiero a que las cosas deben hacerse por amistad, no por otro tipo de interés.

Notando que no iban a llegar a nada ofendiéndose mutuamente por tontos malentendido, Seiya se arrodilló en el suelo, tomó entre sus manos el rostro del pelilargo y con esa seguridad propia del Pegasus le robó un beso superficial, apenas un contacto de bocas.

Shiryu no entendía nada, cada vez entendía menos, pero no le importaba, ese beso solo significaba una cosa... Así que tomó la cintura del menor y acostándolo sobre la alfombra lo besó como si la vida se le fuese en ello, con tanta pasión y tan alejados de la realidad que no notaron la invasión en aquel salón hasta que la inconfundible voz del Phoenix se hizo oír con un:

—"Vamos tortolitos, vayan a otro lado que le tengo que romper el culo al pato, y no de la forma en la que ustedes se lo harán, sino jugando al pool"

Rojos como tomate de fábrica, se pusieron de pie y siguieron con sus demostraciones en otro lado, mas alejado de la gentuza, en donde pudiesen aclara las cosas y sin hablar precisamente. Igual... no había nada que aclarar.


Soy un desastre, soy un estorbo
soy mucho peor que un cero a la izquierda,

soy una plaga
soy un imbécil de mierda

 

Que Seiya de tonto tenia lo mismo que yo de escritora... Absolutamente nada ¿?. Necesitó un año para comprobar y asegurarse de que Shiryu era capaz de perder la amistad para pasar a ser otra cosa, además... era divertido para el castaño, en ese tiempo pudo disfrutar de su soltería teniendo a medias una pareja, que aunque no lo fuese se comportaba como tal.

Eso sí, Shiryu le siguió pagando el transporte, siguió estudiando con él castellano, siguió llevándolo a cenar... Y muchas otras cosas más, pero en cambio ahora Seiya le devolvía todo, con "intereses", y de la mejor manera.

Fin

 

 

Notas finales:

¿Quién era el zanguango? ¡¿Eh?! ¿Quién era el estúpido? ¬¬

Fic de mierrrRRrrda que me salió, Perdón Elen, prometo para tu cumple, hacer uno diez veces mejor y con lemon ¿?. Fic inspirado en la vida real o.O

Mi "Shiryu" personal: ¡Feliz cumpleaños! A pesar de que me odies... Yo aun no te perdono que hayas usado nuestra amistad para tener algo conmigo ¬w¬. ¡Interesado! ¡Falso! ¡Hipócrita! Hubieses sido sincero desde el inicio ¡Y me hubieses esperado! Me dolió perder nuestra amistad así. En fin, me tranquilizo ._.

Feliz cumpleaños Shiryu n.n

Perdón Seiya, menos mal que te quiero u_u

Seiya no es tonto, es atolondrado según Eleniel, y los buenos argumentos me convencen.

Pido perdón, pero por falta de tiempo no puedo subir todos mis fics aquí ni responder comentarios debidamente, es por eso que les digo que si quieren saber de mi (aun vivo y respiro) pueden ir a mi foro --> www.pegasusfantasy.creatuforo.com

 

4 de octubre de 2007 – Argentina.


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