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Sueños rotos por Paz

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Notas del capitulo: No hay lemon, lo dejo a vuestra imaginación, últimamente quedo trabada en esa parte y por eso tengo medio de lado algunos de mis fics. Deseo que este que salió como de la nada sea de vuestro gusto.

  Sueños rotos

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo Único

 

Hanamichi sueña con declararse a Kaede cuando se descubre enamorado de él, sueña con vivir con él, crecer a su lado, verse reflejado en sus pupilas azules al despertar por las mañanas y así, entre sueños transcurre su juventud hasta que el destino se pone de su parte.

Una noche, coincide con él en un reconocido restaurante, tienen mesas contiguas y están solos, el camarero ante la gran afluencia de publico les pregunta por separado si les importa compartir mesa con otro hombre, Rukawa hace un gesto de indeferencia, aceptando. Hanamichi pregunta quien es y al ver que se trata de Rukawa accede encantado.

Sonríe divertido al ver la expresión de sorpresa al posar su mirada en él. El camarero queda satisfecho al darse cuenta que se conocen y que no les hará ningún perjuicio compartir una agradable velada. ,

Es la primera vez que están juntos sin que haya de por medio malas palabras o gestos agresivos.

Hanamichi descubre en él una faceta desconocida, sabe hablar, es divertido y sabe llevar a cabo conversaciones serias.

Por su parte Kaede ve en él un chico diferente, serio, capaz de sostener una charla sobre diferentes puntos de actualidad

A la salida del restaurante le preguntó si tenía intención de regresar a su casa y ante su negativa, le propuso ir a la suya.

-Podemos seguir hablando y bebiendo -propuso ilusionado Hanamichi.

-De acuerdo... -aceptó sabiendo que sus intenciones eran otras. No le importó porque él buscaba lo mismo. Esa noche había prometido acostarse con cualquiera y Sakuragi era una buena elección.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Fue una noche memorable. Kaede le hizo sentir que un ángel le había tocado, sin embargo, con las primeras luces del alba llego el desengaño y el dolor.

Rukawa rechaza el amor que le ofrece. Se ha entregado a él sin reservas, en cuerpo y alma y él con sus duras palabras destroza sus ilusiones.

Al quedar solo, comienza a beber sin tino. Queriendo ahogar en el alcohol el dolor de su pecho. Ante la amarga desilusión que recibió Hanamichi, sintiendo sus sueños rotos y un profundo dolor que le llenaba, tomo la única salida que creyó conveniente, si nunca podía tener el amor de Rukawa no tenía sentido seguir viviendo, su mente entorpecida por el alcohol ingerido le llevó a tomar una drástica decisión. Acabar con su vida.

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-Te has enterado? -preguntó Sendoh dos días después de la pelea con su pareja, al parecer Kaede le había perdonado una vez más. Le amaba, era una verdad innegable, pero ese sentimiento le hacia sentirse atado a una persona y él quería ser libre, por eso motivo, flirteaba con todo chico guapo con el que se cruzaba, eran relaciones esporádicas, nunca pasaban de una semana, en realidad se cansaba enseguida de sus conquistas, no era hombre de una sola noche, por ese motivo Kaede le montaba sus escenas de celos cuando faltaba de casa más de una noche.

Y aunque aquella tarde Kaede se marchó furioso, amenazándole con acostarse con el primero que se lo pidiera sabía que no era capaz de traicionarle. Kaede no, era demasiado leal a si mismo, nunca cometería una acción semejante, podía gritar, destrozar la casa entera, tirándole los objetos más variados, nunca lo hacia a dar, solo descargaba su ira, más nunca traicionaría el amor que sentía por él. De eso estaba seguro, Kaede era suyo y de nadie más.

Se dio cuenta que Kaede le miraba expectante.

-Ah si, Sakuragi ha intentado suicidarse. Nunca creí que fuera de esos. -Añadió a modo personal- ¡¡Que idiota!! La vida es demasiado hermosa para perderla por alguna tontería.

-¡¡¡¡¡Qué has dicho!!! -se levantó de un salto.

-Lo que has escuchado... al parecer le encontró un vecino desangrándose en su piso. Dicen que fue providencial, se dejo la puerta abierta y entró, pensando tal vez que había intrusos. Por lo visto es policía y se lo encontró. -echó una ojeada al periódico que sostenía en las manos- Le llevaron al Hospital Central... -levantó la mirada, se quedo perplejo al ver que estaba solo- ¡¡Kaede!!? -le llamó sin obtener respuesta. No pensó que podía impresionarle tanto, no después de todos los calificativos que salían de sus adorables labios cuando se refería a Sakuragi, la antigua rivalidad de adolescentes aún persistía.

Kaede se apersonó nervioso en el hospital donde habían llevado a Sakuragi, en el control le preguntaron si era pariente del paciente.

-No...

-Lo lamento no puedo darle información sobre su estado... solo a su familiar más cercano.

-Solo me tiene a mi... -sabía que no tenía parientes próximos en Kanagawa- Soy su prometido... -más tarde se preguntó como había sido capaz de decir algo así.

-Espere un instante... -le miró con curiosidad.

Asintió, se alejó unos pasos sin dejar de observarla. La vió tomar el teléfono y hablar durante unos minutos. Mientras lo posaba le hizo un gesto para que se acercara.

-Esta en la planta cuarta... habitación 420... si lo desea su médico se pasará a verle.

-Si, por favor... muchas gracias.

Le indicó donde estaban los ascensores.

No le fue difícil llegar hasta la puerta tras la que estaba Sakuragi, la encontró entornada, empujo despacio, cuidando que no golpeara al llegar a su tope. La habitación permanecía en penumbras aún cuando no pasaba del mediodía. Las cortinas estaban corridas, ocultando la claridad exterior.

Se aproximó al lecho donde descansaba Sakuragi, le vió tan pálido que creyó estar mirando un fantasma. Le estaban suministrando suero a través de un goteo, sus brazos estirados a lo largo del cuerpo por encima del cobertor mostraban sus muñecas vendadas.

Se ubicó en cuclillas a su izquierda, tomó con suavidad su mano.

-Por qué lo hiciste, Sakuragi? Yo no valgo el precio de una vida, ni siquiera la tuya. -susurró inclinándose hacia su rostro- No era consciente del daño que mi negativa te provocaba, perdóname -una lágrima rodó por su mejilla hasta la comisura de sus labios, su sabor era salado. Verle allí tan desvalido provocó en él un sentimiento compasivo- Si es lo que quieres, podemos vernos siempre que lo desees, estaré contigo siempre que me sea posible. -su mano acariciaba con ternura sus cabellos despeinados, acomodándoles con dulzura alrededor de su cabeza.

En ese momento sintió pasos se acercaban, se alzó al tiempo que pasaba el brazo por sus mejillas para secar sus lágrimas.

El médico no dejo de advertir el enrojecimiento de sus ojos.

-Me dijeron que es el prometido de Sakuragi Hanamichi.

-Si... -no dudo en contestar así- Cómo se encuentra, doctor?

-Ahora esta estabilizado..., tuvimos que suministrarle dos tomas de sangre, cosimos los cortes, afortunadamente no eran muy profundos y en pocos días podrá dejar el hospital, si bien es conveniente que reciba tratamiento psiquiátrico para cerciorarse que no volverá a intentarlo.

-Lo comprendo y seguro que él también.

-Sabe si le preocupaba alguna cosa?

-No estoy seguro... -como decirle que era su culpa, Hanamichi quiso matarse porque él le rechazó, le dijo que nunca llegaría a amarle porque ya vivía con otra persona que le era muy querida.

-Viven juntos? -inquirió.

-No... nuestra situación no lo permite... -improvisó sobre la marcha.

-Entiendo. -se fijo que la mirada preocupado del joven volvía hacia el paciente- Él esta fuera de peligro. En estos momentos le mantenemos sedado para que pueda recuperarse.

-Durante cuanto tiempo...

-Mañana se le retirará el suero y con él los sedantes, dejaremos que despierte por si mismo.

-Hay algún inconveniente si me quedo con él? -inquirió.

-Ninguno... puede acompañarle, tampoco le hará daño si le habla.

-Gracias.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Despertó en un cuarto de hospital y enseguida supo que no lo había conseguido, no pudo evitar llorar.

-No debe ponerse así... su prometido se sentirá mal si le encuentra con los ojos enrojecidos -dijo la enfermera al entrar para cambiarle los vendajes y encontrarle llorando con desconsuelo.

-Yo no tengo... -se interrumpió al fijarse que su habitación estaba luminosa y brillante. Sobre la mesilla un centro de flores llamó su atención y sobre el armario metálico, un florero con capullos de rosas amarillos y blancos quedaron ante sus ojos cuando la enfermera alzo el cabecero de su cama de hospital- Son preciosas.

-Su prometido hizo que las trajeran para que fuera la primero que viera al despertar. Lamento haberle estropeado ese placer -dijo con una tierna sonrisa- El tuvo que marcharse para cambiarse, ha estado a su lado durante mucho tiempo, prometió volver lo más pronto posible. -le explicaba mientras terminaba las curas de sus muñecas y volvía a vendarlas- Afortunadamente hizo un mal trabajo -golpeó suavemente la venda con el dedo- Un poco más de fuerza en el corte y nada salvaría su vida.

-Para que quiero vivir? -dijo dándole la espalda.

-Para mi, amor... -Rukawa tuvo que hacer un esfuerzo para no sonreír ante la expresión desorientada de Sakuragi. Como si fuera lo más natural se acercó hasta él, se inclinó y suavemente se apoderó de sus labios- Tienes que prometerme no volver a hacer esta tontería. Cualquier problema que tengas lo hablaremos y resolveremos juntos. -si él no era tonto comprendería lo que le estaba diciendo.

-De acuerdo... -murmuró aún sorprendido por su presencia- Que tontería es esta de que eres mi prometido? -preguntó apenas quedaron solos.

-Fue el único modo de poder verte...

-Y para que querrías verme... me dejaste bien claro que no significo nada para ti.

-He cambiado de idea.

-¡¡Ehhh!!!

-Soy voluble... un día no quiero algo y al siguiente me apetece. He tenido mucho tiempo para meditar y creo haber encontrado el modo de que no vuelvas a hacer tonterías... -su tono de voz era reprochable. Bajo el tono de voz porque la puerta estaba abierta y podían escuchar su propuesta a Sakuragi. Era mejor que continuaran creyendo que era su prometido- Por qué?

-Empecé a beber cuando te fuiste, pensé que solo era basura y por eso nadie me quería, en realidad solo quería tu amor, los demás no tenían sentido para mi, vivía de mis sueños, sueños en los que siempre estabas tú... y cuando tu los rompiste con tus palabras, se refugie en el alcohol, me convencí que no tenía sentido vivir sin mis sueños. -alzó sus brazos mirándoselos.

Kaede con suavidad tomó sus manos.

Hanamichi apartó su mirada de si mismo para fijarla en su acompañante.

-Si estas dispuesto a compartirme, podemos tener una relación.

-Compartirte? Quieres que sea tu amante?

-Peor es nada.., no puede decirte lo que esperas de mi.

-Tu no amas a tu pareja, por cierto, quien es? Le conozco?

-Si, Akira... -no tenia sentido ocultarlo.

-Vives con Sendoh? -abrió los ojos con incredulidad.

-Si.

-Pero... pero, si se esta tirando a medio Kanagawa. Hasta lo intento conmigo.. -al instante, se llevó la mano a la boca ante su desliz.

-Eso lo ignoraba... fue satisfactorio? -sintió una morbosa curiosidad por saberlo.

-Para él no, le rompí la nariz de un cabezazo.

-Fuiste tú quien lo hizo, él siempre insistió en que le golpearon con un balón.

-Eso paso hace mucho tiempo.

-Si. Me llevaron a vivir a su casa a los trece años, dos años después mantuvimos nuestra primera relación y desde entonces somos inseparables. Bueno, es un modo de decirlo -añadió ante su mirada.

-O sea que no hay amor entre vosotros.

-Creí amarle hasta el día que conocí su primera infidelidad, poco a poco comencé a verlo bajo otra perspectiva.

-Justificas sus actos... -sintió pena por Rukawa, era aun más infeliz que él, con el agravante que lo ignoraba.

-En gran parte le comprendo. Busca desesperadamente ser libre, cree serlo acostándose con otros hombres, yo puedo gritarle, desahogarme cada vez que es demasiado evidente su engaño, tampoco quiero hacer el papel de tonto. Él promete no reincidir, pero a las pocas horas lo ha olvidado todo y vuelve a las andadas.

-Por supuesto... y yo, donde entro en todos esos esquemas que te has planteado.

-Akira quiere ser libre, tú intentas matarte por amor y yo no quiero vivir con los remordimientos de tu muerte, así que podemos los tres tener lo que deseamos.

-O sea que te sacrificas por los dos, dándonos lo que buscamos, Akira su libertad, tú, tu tranquilidad de espíritu y yo realizo mis sueños. -no le dijo que no era lo que él buscaba, le amaba y le quería libre de trabas amorosas- Es eso lo que pretendes.

Asintió, no había porque darle más vueltas.

-Dame tiempo para pensarlo. Vuelve esta tarde y te contestaré.

-De acuerdo... -soltó sus manos que había sostenido durante todo aquel rato, antes de levantarse del asiento recordó lo que le dijo el médico- Vendrá a visitarte un psicólogo.

-Lo suponía.

-Volveré a las cinco... -era la hora de las visitas.

-Muy bien, para entonces tendrás mi respuesta.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-Kaede que pasa contigo? -inquirió una mañana al sentarse a la mesa y ver allí a su pareja, quien durante esas ultimas semanas se dejaba ver poco en la casa que compartían.

-Nada. Por qué?

-Es que te veo poco.... -replicó.

-Y de quién es la culpa? Eres tú quien empezó a serme infiel. No te quejes si te pago con la misma moneda.

-Tu no eres capaz...

-Ahhh... si eso te consuela allá tú. -dijo con indiferencia.

-Me engañas? -preguntó con una sonrisa.

-Si.

La mirada que sostenía con firmeza, borró la sonrisa de su rostro. Al instante, pensó que había descubierto su nueva conquista y esa era su revancha.

-Disfruta de tu libertad, por mi parte te libero de mi presencia -dijo levantándose y dirigiéndose la puerta, desde allí se volvió- Adiós..., sabes lo mejor de todo. Empecé a estar con él por compasión, me asustaba la idea de saber que era responsable de su intento de suicidio, no deseaba enterarme que un día finalmente lo había conseguido porque no había nadie a su lado para impedírselo.

-Sakuragi!! -no le fue difícil comprenderlo- Qué te importaba a ti que lo hiciera?

-Porque soy culpable de su acción, recuerdas nuestra última pelea? -vió su gesto asintiendo- Te dije que me acostaría con el primero que me lo pidiera. El destino me puso frente a Sakuragi. Coincidimos en un restaurante, hablamos mucho y descubrimos que teníamos cosas en común, él no era como yo imaginaba y supongo que él también me vió diferente, No tuvo necesidad de pedírmelo, supe que lo deseaba y sorprendentemente yo también, me lo dijeron sus ojos que no se apartaban de los míos y cuando por la mañana le rompí el corazón al decirle que yo no le amaba, él intento matarse, pensé que si seguía a su lado, no volvería a intentarlo..., pero sabes... me he enamorado de él. Por eso me marcho y esta vez definitivamente.

Con suavidad cerró la puerta, una nueva etapa en su vida quedaba atrás. Akira no había notado que poco a poco fue llevándose lo único que le pertenecía, lo que dejaba atrás podía remplazarse, ya nada le ataba a ese lugar. Él también se había liberado de las cadenas de la gratitud.

Solo tenía que mirar hacia delante, donde un futuro venturoso junto a Hanamichi, se le presentaba con todo esplendor, nunca más tenía que preocuparse por él, porque le diría tantas veces que le amaba que no tendría dudas sobre sus sentimientos, dándole un nuevo sentido a su vida en pareja, nunca más encuentros furtivos, ni llamadas susurradas, ni citas secretas en hoteles del amor.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Estaba recostado en un sofá, apretando un cojín sobre su pecho, al que rodeaba con sus brazos, como si se tratara de Kaede, sabía que él estaría con Sendoh y aunque le dolía se había resignado a ser el otro, el amante, el destroza hogares, un suspiro escapó de su pecho.

-Que haces abrazado a mi cojín? -preguntó suavemente al verle estirado cuan largo era, con sus ojos cerrados y sus brazos rodeando el almohadón que sobaba una y otra vez.

-Qué haces aquí? -se levantó de un salto, pareciéndole un maravilloso sueño verle allí.

-Vengo a quedarme contigo... -se le acercó despacio, quitándole de la mano el abultado cojín que le separaba de él y dejándolo caer a sus pies.

-Para siempre? -preguntó maravillado.

-Si. Te amo, Hanamichi. Perdón por no decírtelo antes.

La sonrisa de su rostro le deslumbró. Al momento, de un brinco, Hanamchi le echó los brazos al cuello colgándose de él, sus piernas rodearon sus caderas. Tuvo que echarle las manos a su cuerpo para ayudarle a sostenerse corrían el riesgo de caerse ambos al piso.

-Te amo..., te amo... -dijo exultante de felicidad mientras dejaba besos húmedos en su rostro.

-Yo también te amo... tanto que me sentiría desconsolado si tu me faltaras.

-Nunca... nunca te dejaré. Es una promesa. Mientras estés conmigo nunca volveré a hacer ninguna tontería. Te lo prometo.

-Y yo te prometo que nada ni nadie podrá apartarme de tu lado. -dijo con fervor.

-Ahora comprendo porque dejabas cosas tuyas aquí. Al principio, creía que era una forma de consolarme por tu ausencia.

-Nunca dejaría atrás los recuerdos que tengo de mi familia, fueron sus objetos personales y me son muy queridos, la única herencia que recibí cuando los perdí, por eso te pedí que me los guardarás. Has estado curioseando en ellos? -preguntó con tranquilidad.

-Un poquito... -reconoció- Lo lamento.

-Yo no... ahora sabes tanto de ellos como yo..., solo les conocí a través de su correspondencia.

-Es muy triste perder a tus padres tan niño... -murmuró.

-Crecí en diversos hogares, pero en ninguno me querían y me devolvían al orfanato, así fue hasta que llegue al hogar de Akira, sus padres me aceptaron aún cuando no aprobaban nuestra relación, yo nunca quise disgustarles, ahora se sentirán contentos porque su querido hijito se ha librado de mi mala influencia. Nunca supieron que él me sedujo. -murmuró con pesar.

-Te daré todo el cariño y el amor que necesitas -dijo apoyando su frente en su hombro.

-Qué te parece si empezamos esta noche?

-Nuestra primera noche juntos... Maravilloso... -su boca se acerco a su oído y le susurró- Nunca me cansare de sentirte dentro de mi. Tómame...

Kaede le complació, esa noche y todas las noches en las que sus vidas transcurrieron llenas de amor.

Fin

Empecé y terminé 15 de octubre de 2007, de 17:30 a 22:23 p.m.

Paz

Notas finales:  

Un saludo a todas/os mis maravillosas/os lectores, deseándoos que lo halláis disfrutado.

Hasta siempre.


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