...::: Cuando eres Gaara :::...
Cuando eres Gaara nadie se encarga de enseñarte lo que es el amor. Nadie se preocupa por brindarte algo de cariño. Cuando eres un pequeño niño disfrutan de tu dolor y de tu soledad, te condenan diariamente a vivir un eterno tormento; pero nadie se pone de tu parte.
Nadie te preguntó si querías encerrar en tu interior a un demonio mapache sediento de sangre. Nunca nadie intentó comprender que, cuando te acercabas a alguien, era porque te sentías triste, dolido en lo más profundo, y no porque quisieras matarles... Nadie vio al niño que realmente eras, aquella criatura que únicamente buscaba algo de compañía, algo más que una sombra hecha de arena.
Cuando eres ese niño al que todos odian y todos temen no queda más remedio que ser fuerte, porque nadie se preocupará por sanar las heridas de tu maltrecho corazón. Cuando tu padre te da la espalda y la única personas en la que confías te traiciona, ¿por qué se sorprenden todos de que les odiaras? ¿Quién podría amar el desprecio que sienten por ti? ¿Y las humillaciones? No eres una aberración, eres un ser humano como todos los demás, tú tienes un... corazón.
Pero nadie piensa en eso. Nadie se pone en el lugar de Gaara y dice: "esto duele".
Absolutamente nadie puede entender el negro sentimiento que se anida en el pequeño pecho. Nadie es capaz de comprender que tú también puedes llorar, tú no eres un monstruo.
¿Y luego no pueden creer que te hayas transformado en eso? ¿Cómo no habían previsto que te convertirías en un asesino frío y despiadado? Pero nadie entiende a Gaara, ¿no es verdad? No es fácil ser el débil de corazón, el débil de pensamiento, no es fácil ser el único monstruo. Pero, de entre todos esos monstruos, el menos monstruoso eres tú, Gaara.
Pero claro, ¿quién sabe lo difícil que es ser tú?
Aquel de allá no ha perdido a su madre, no se ha ganado el odio de su padre, él no ha tenido al mundo en su contra. ¿Y te culpan a ti, Gaara, porque quieras exterminar su dañina existencia? No es tu culpa ser como eres.
Nadie se preguntó nunca: "ese chico cruel y sanguinario, ¿por qué es así?". Nadie pudo ver la tristeza latente en tus ojos, nadie vio al pequeño niño que nunca creció. Nadie vio nunca al Gaara que extendió sus manos en busca del perdón. Nadie contempló la idea de que el monstruo tuviese un corazón, un corazón que sangraba, además.
Pero, de entre toda esa inconsciencia humana, sí hubo alguien que pareció mirar adentro, profundamente, a través de esa coraza de arena. Nadie entendió tampoco que sintieses esa posible amenaza y trataras de aniquilarla. Y definitivamente ni siquiera tú mismo pensaste que te enamorarías de ese inminente peligro. ¿Podía alguien culparte?
No es fácil ser tú.
No es fácil amar sin nunca haber sido amado. No es fácil entregar cuando lo deseas todo. Muchísimo más fácil es odiar y destruir. Pero, pequeño inocente, no puedes amar y odiar al mismo tiempo, ni siquiera en ese universo disfuncional llamado 'Sabaku no Gaara'. Por supuesto, tú tampoco pudiste evitar sorprenderte cuando ese sentimiento se vio correspondido.
¡Ese chico había sabido ver a través de la máscara!
¿No resulta desconcertante?
Esos enormes ojos negros habían servido para ver más allá. Esa radiante sonrisa había llevado sosiego a tu corazón. Esos fuertes brazos habían sostenido tu tambaleante alma. Y tú, increíblemente, habías sentido miedo.
Definitivamente no es fácil amar cuando se es Gaara.
No es fácil depender tanto de alguien ni es sencillo aceptar cada pequeña palabra como si fuese una orden directa a tu corazón, a pesar de que él jamás quiso ordenarte nada. No es fácil reponerse al dolor. No es fácil dejar de llorar cuando se ha estado llorando tanto internamente. Pero es tan increíble dejarse llevar estando seguro de que él te sostendrá. Y cuando descubres lo maravilloso que es amar, ¿no te sorprendes? Pero, nuevamente, él te ha sorprendido siempre.
Y, una vez más, nadie vio esos cambios tan importantes en ti. Nadie más que él creyó en la bondad capaz de crecer en tu corazón. Nadie fue capaz de aceptar que el monstruo pudiese ser amado, porque era algo nuevo, algo peligroso. Resultaba demasiado complicado abrir nuestros corazones y sentir un poco de pena por ese muchacho pelirrojo. Mucho más fácil era censurarlo, prohibirle cualquier sentimiento ajeno a la maldad. Después de todo, ¡el que nace monstruo así se muere!
Pero... ¡tú naciste siendo humano! Tú fuiste un bebé hermoso, de cortas hebras rojas y hermosos ojos azules. Tú tuviste una sonrisa cargada de inocencia pero nosotros, temerosos, te hicimos lo que eres. No es fácil tampoco ponerse en el lugar de nosotros. No es fácil ponerse del lado del egoísta.
Así que estaba bien tacharte de peligroso, ¿no? Estuvo bien separarlos. Pero, ¿qué le importaba a Gaara que Lee fuese otro hombre? Gaara sólo quería amar y ser amado, no hay ningún pecado en ello.
Aunque claro... eso nadie pudo entenderlo.
No es cosa sencilla aceptar el cambio.
¡Semejante cambio!
Tampoco es fácil ser tú.
Tú, el peligroso, y te pondrán cadenas ¿no?
No es fácil ser Gaara del Desierto. No es fácil vivir una vida como la suya y permanecer completamente cuerdo. Pero hagamos cuenta de que no existió, que ese joven nunca arrancó gemidos de nuestras gargantas y lágrimas de nuestros ojos. Finjamos que nunca nos dolió su dolor. Hagamos cuenta de que nunca lo comprendimos. Después de todo...
Mentir es mucho más fácil.
Muchísimo más fácil que intentar ser Gaara.
***OWARI***