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Retomando viejos hábitos por Zeiriyu

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Notas del fanfic:

Dedicado a Asahi Ishikawa.. te amo

Notas del capitulo: POV en la Introducción
El invierno se acercaba, y mí mirada solo lograba encontrar un camino en la fría nieve que cubría mi país. Suspiros de añoranza venían a mi una y otra vez, y mi corazón no sabía que decir, palpitaba tantas veces que eran imposibles llevar un control, y aunque una persona sensata diría eso es absolutamente normal, una enamorada, simplemente sonreiría en comprensión. Y aquel caso era el mío, una persona enamorada, que simplemente no sabía que hacer con su amor… podría meterlo dentro de un cofre y ocultarlo, pero ahora se ah vuelto tan grande que simplemente no cabría en ninguno.

Y entonces… la idea vino a mi, la idea de sonreír y dejarlo ser, de dejarlo correr rienda suelta en un hermoso campo, como un fiero caballo salvaje, que no sabe más que vivir su vida, y hacer lo que tiene que hacer. No me pareció tan mala, y dejé que ese amor que sentía abriera paso a una nueva etapa de mi vida, que yo creí nunca volver a tomar. Las malas lenguas, dicen que los viejos hábitos son difíciles de dejar, y que la necesidad de una persona puede más que la razón… y quizás… esas malas lenguas tengan algo de razón. Los malos hábitos como esperarte y escuchar una risa tuya no son algo difíciles de dejar, y mucho menos mi necesidad de verte feliz. Ciertamente esas malas lenguas tienen toda la razón... por lo menos en mi caso.

Cuando te conocí no vi más q un ser reprimido y desechado, y me pareció que era la situación perfecta para aprovechar y sacar una buena noche de sexo… lamentablemente… este cazador… no solo fue cazado… sino domesticado. Con el paso del tiempo no pude más que admirar tu fortaleza y debilidad… tus muchas cualidades y los errores que cometías… y sin darme cuenta, caí en el hechizo que hacia mucho yo andaba evitando, el hechizo del amor. Al principio el tema de la frustración no era nada comparado con lo pésimamente mal que me sentía yo, pues yo jamás creí que alguien como tú precisamente fuese a agarrarme tan mal parado, de ahí la aceptación fue tan difícil como darme cuenta. Paso días y horas meditando en que había echo mal, y en que me había descuidado, otras noches pase solo en compañía nada más de una vieja canción y un par de botellas de cerveza.

Esas noches en especial, se me hicieron difíciles pues antiguos amores a los cuales yo traicione o decepciones me visitaron, recordándome una y otra vez lo pésimamente que me había ido en las relaciones de ese tipo, haciéndome yo mismo desmerecedor de tu presencia. Pensé en todos mis errores y me maldije a mi mismo; ¿Cuanto daño había echo yo con tan solo decir un “te amo”? ¿Cuanto dolor no había llevado junto con mis besos mal intencionados y mis palabras seductoras? Y en eso la iluminación vino a mí, un hábito que se me hizo costumbre hasta el día de hoy. Preguntarte que es lo que sentías por mí… podría sufrir un doloroso rechazo y librarme de lo que yo pensé alguna vez sería la venganza de mis fantasmas del pasado, o podría recibir una aceptación que me haría pasar varios momentos felices de mi vida, junto con otros no tan eufóricos.

Y fue ese preciso día que la confusión de un par de palabras, abrió paso al mayor tormento de toda mi existencia. Pues en medio de una declaración… en medio de un momento que se suponía tenía que ser eterno y perdurar en la memoria como unos gloriosos días… el pasado intervino… y marcó para siempre ese día en mi mente, con la dolorosa marca de la sangre correr…
Notas finales: Gracias por leer

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