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Sentimientos profundos por KyoYuy

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La noche se había echado encina mucho antes de lo previsto cundo de repente se dio cuenta de que sus ojos verde eléctrico estaban clavados en él. Apartó la mirada violentamente y decidió que sería mejor mantenerse ocupado en la calzada; la risilla floja de su compañero le distrajo y lo puso todavía más nervioso si cabía. La mano fría y blancuzca del muchacho agarraba fuertemente sus pantalones, estaba muy nervioso pero exactamente no sabía porqué. Nunca perdía los nervios y menos en situaciones como aquella, no podía verse indefenso delante de él o le perdería totalmente el poco respeto que había logrado alcanzar.
Tras aquel duro día de jornada lo que menos quería ahora era aguantar las estúpidas bromas de su compañero. Levantó la mirada lentamente casi con desganas para encontrarse con que él había adoptado su ya tan típica pose de observador paciente, cosa que le sacaba de quicio. Le miró amenazadoramente, como siempre solía contestar cuando estaba incómodo, y se dispuso a levantarse para ir a casa.

-¿Te marchas?- le preguntó sin perder la sonrisa mientras lo retenía por la muñeca.- ¿Te cansas tan pronto de esperar?
-Creo que no necesito darte explicaciones absurdas, esto no va conmigo por eso me marcho ¿te vale?- le contestó de mala gana mientras se soltaba de un tirón.
-¿Así que yo soy nada para ti?
-Si pretendes que me compadezca de ti con esa estúpida y mamada contestación es que no me conoces tanto como creía, ¡eres idiota!
-¡Que malo eres conmigo! ¿Es qué no te compadeces de mi aunque sea un poco?- le dijo mientras le miraba con cara de cachorrito abandonado.
-Para de hacer el imbécil – dijo algo colorado mientras miraba a los lados- todo el mundo nos está mirando. Dame una buena razón para quedarme.
-Bueno, vale vámonos. – le agarró de la mano y se marchó del lugar a grandes zancadas. -Yo también me cansé de esperar.

Llegaron a casa, Eros estaba algo confuso por la anterior reacción de su amigo, ¿qué le habría impulsado para cambiar tan rápido de aptitud? Mientras tanto Loren había encendido la cadena de música y comenzara desnudarse sonando de fondo “chico problemático” de Nach. Eros se dejó caer sobre el sofá del salón mientras escuchaba absorto la letra de la canción, en serio le recordaba un poco a Loren. Su amigo salió de la habitación en calzoncillos, miró hacia él, pero este no se dio cuenta, sonrió y se acercó a él. Se inclinó un poco hasta que sus labios rozaron el contorno de su oreja, el licántropo se sobresalto.

-La bañera es muy grande caben dos, ¿por qué no te vienes?- le susurró de forma sensual.
-¡Pero que dices!- gritó sobresaltado mientras se echaba todo lo que podía hacia atrás.
-Te prometo que será divertido.- concluyó con la mirada seria y fija en sus ojos dorados mientras agarraba su mentón.
-P…Pero, ¿qué dices?- sus intentos de huida hicieron que el sofá se tumbase del todo a sus espaldas provocándole una sonora y dolorosa caída.
-Ja , ja, ja. Tenias que haberte visto la cara de idiota que tenías. Bueno, voy a ducharme.

Loren se dio la vuelta y se marchó al baño mientras todavía se carcajeaba con ganas sobre lo ocurrido. Estaba de broma, se recordó Eros, pero no podía calmar con esas palabras los acelerados latidos de su corazón. Después de todo siempre habían sido amigos era imposible que Loren sintiese esa clase de cosas por él, y aunque lo sintiese era imposible que una persona como él los mereciese.
Al cabo de un rato Syco salió de la ducha, fue hacia la cocina abrió la nevera y cogió una cerveza. Miró sobre la mesa, la comida ya esta preparada, seguramente Raper intuyera que si no la preparaba se iría a la cama con cerveza en el estómago. Una vez terminada la cena se quedó con ganas de postre pero en la nevera no había más que dos triste plátanos y una manzana medio podrida. Subió a la habitación de su amigo para preguntarle si sabía dónde encontrar algo de postre en la casa, pero lo encontró dormido sobre las sábanas en ropa interior. Loren se acercó a su compañero, parecía que este no estaba teniendo un buen sueño. Decidió sentarse en un lado de la cama y sin casi darse cuenta comenzó a observarle atentamente. Su cabello rubio con tonos paja estaba revuelto y humedecido por el sudor, sus ojos se cerraban con expresiones fuertes de dolor mientras que al compás de su boca fina y ahora torcida en una mueca suplicante se deslizaban gotas que hacían todavía más deliciosa su inocente cara de niño. Un hilillo transparente pareció brotar de sus ojos, ¿estaría llorando?, y de ser así ¿por qué? Loren conocía muy bien y sabía que era muy difícil lograr esa reacción en él. Movido tal vez por la compasión o por la sensación del momento Syco acercó su lengua al rostro pálido del muchacho y lamió sus lágrimas. El muchacho de ojos dorados se sobresaltó y levantó la mano impulsivamente en señal de defensa pero su amigo se la paró y agarró con decisión mientras fijaba su tranquilizadora mirada verde en los asombrados y húmedos ojos del chiquillo. No pudo aguantar más sus impulsos tanto tiempo retenidos y le besó, a lo que Eros respondió con forcejeo débil e inútil que finalmente terminó por desaparecer mientras permitía que su compañero le tumbara sobre su cama y cerraba los ojos que de nuevo volvían a traicionarle. Notó como la lengua de Loren era tan juguetona y pícara como su dueño y no le importó abrirle paso hasta la suya, ¡le estaba devolviendo el beso! Pero eso no era lo peor, lo peor era que estaba engañando a la persona que ahora mismo más le importaba en el mundo. Syco apartó los labios de los de Raper para agacharse de nuevo como lo había hecho en el salón.

-Estas llorando- le susurró de nuevo y notó como el cuerpo semidesnudo que yacía bajo el suyo se estremecía.
-Buena observación.-contestó en un suspiro el más joven.
-Bromeando en estas condiciones ¿casi no te reconozco?
-Entonces es mejor.-dijo con una sombra de complacencia.
-¿Qué te pasa?- preguntó confuso mientras se erguía lo bastante como para ver con totalidad la cara de Eros.
-Nada.-en ese momento Raper abrazó con fuerza el torso desnudo de su amigo y cerrando de nuevo los ojos dijo casi suplicante.-Házmelo Loren, por favor.
-¿Lo dices en serio? Hoy de veras si que estás irreconocible.
-Si te lo explicara es posible que no lo entendieras.-continuó hablando de carrerilla mientras le apretaba con más fuerza.-Quiero que seas tú, ¡por favor! No quiero volver a recodar aquello.
Loren lo miró seriamente y luego le devolvió el abrazo.-Bien, como quieras, pero para de apretarme tan fuerte que me vas a romper una costilla- Eros le sonrió y esta vez fue el mismo quien se tumbó y quien invitó con los brazos a que su amigo le siguiese.-Espero que no olvides que fuiste tú quien me lo pidió.
-Tranquilízate y hazlo antes de que cambie de idea.-contestó con su típico tono.

El más mayor de los dos parecía no querer decir nada y ocupar su boca en otras cosas como por ejemplo volver a recoger las lágrimas y de paso recorrer con la punta de su lengua los contornos de la cara del chico de pelo claro hasta que decidiese bajar a pasear el resto del cuerpo. Su mano derecha agarró fuertemente la siniestra de su compañero mientras que con la otra acompasaba un vals al rededor de su pecho desnudo. Los gemidos disimulados de los dos se mezclaron con los pensamientos turbados y caóticos de ambos. ¿Era aquello lo correcto? , la pregunta inquisitoria devoraba incansablemente la mente de Loren, ¿era correcto echar a la basura una vida entera de dogmas inquebrantable por él? , cesó por un momento y le miró, nunca le había visto tan desvalido, tan necesitado ¿Qué demonios le había impulsado para que decidiese hacer aquello? Eros entre abrió sus ojos dorados para encontrarse con un confuso y pensativo Loren, seguramente había hecho algo mal, como siempre, de nuevo se estaba aprovechando de él para sentirse mejor, tal y como le habían hecho a él.

Las confusiones huyeron de la cabeza de Syco al chocar con la realidad, ¿qué importancia tenían esos estúpido dogmas en un momento como ese? ¿Era necesario comerse tanto el coco?, no, no lo era, y si lo era ahora no tenía importancia. Sus labios se tornaron en una fraternal sonrisa devolviéndole a Raper un poco de confianza en lo que ambos habían decidido hacer. Este se inclinó y besó tiernamente su cuello dejando que sus dientes jugasen a ser pinzas con su piel, a lo que el mayor respondió con un ahogado grito mientras fijaba su mirada sorprendida en la maliciosa media sonrisa de su amigo. Hizo un poco de fuerza mientras tomaba aire y apoyando toda la fuerza de su cuerpo en sus brazos consiguió tumbar a Loren y, deslizándose de manera felina por su cuerpo dejando que su mano danzase dibujando su figura hasta llegar a la boca donde acarició con sus dedos los labios entre abiertos del chico hasta que este le mordió el dedo. Eros se apartó impulsivamente y se sentó sobre las piernas de su compañero, luego arqueó su espalda para ir bajando de manera casi hipnotizante hasta que su boca tocó repentinamente contra “Chikola”, que en eses momentos comenzaba a aumentar su tamaño. Raper sonrió de nuevo mientras no le quitaba ojo de encima a su amigo, y tras despojar a Syco de sus calzones introdujo a la animada “Chikola” en su boca. Su lengua jugaba con su nueva amiga, y esta parecía haberle gustado conocerla; pero en el momento menos oportuno Raper dejo de implantar fuerza y su compañero aprovechó el momento para coronar la cima de la montaña.
El licántropo pareció sorprenderse por la rápida reacción y automáticamente estiró los brazos para detenerlo más como reflejo que por propia voluntad. Como siempre Loren fue más rápido y lo esquivó, ahora era el momento de que él se sonriera, la mirada entre súplica y miedo que se dibujó en los ojos dorados no hizo sino aumentar el ego de los ojos verdes. El chico que se encontraba ahora encima pensó que sería más divertido si su joven amigo estaba dándole las espaldas, una vez lo hubo conseguido introdujo los dedos índice y corazón en su boca mientras que con la siniestra tiró fuertemente de sus cabellos. Acercando su cara al oído de Eros, esta vez sin preocuparse de bajar la voz y con un talante tenebroso dijo: “Pide clemencia”, a lo que su compañero, con gran dificultad y tono cansado contestó una negativa poco creíble. Sacó los humedecidos dedos de la boca del chico y se los introdujo como el mismo diría, por la puerta de atrás. Notó como el cuerpo que estaba bajo el suyo se retorcía y contorsionaba en golpes nerviosos mientras que sus ojos grandes y abiertos en ese momento brillaban ¿quizás por lágrimas? “Llegó el momento”, la frase recorrió sus mentes como una flecha disparada por el arco del mismísimo Legolas, nunca estarían tan unidos, o por lo menos en lo referido al cuerpo. Syco liberó sus dos manos para quitar con suavidad la última prenda que protegía de la desnudez a Raper. El muchacho jadeó cansado y parecía querer decir algo pero su amigo hizo caso omiso de sus inútiles balbuceos y entró a matar. Eros sintió como la traviesa “Chikola” se introducía hasta lo más profundo de su ser, un fuerte escalofrío recorrió cada extremo de su cuerpo tensando inconscientemente todos sus músculos; quiso gritar pero se contuvo aunque no duró mucho tiempo y finalmente el sonido salió produciéndole un ensorrojamiento de sus mejillas, giró parcialmente su cabeza para observar que su amigo padecía el mismo tono rosado. La mano derecha del mayor se deslizó tambaleante para sujetar con fuerza la extremidad saliente y dura de su amigo que en ese instante reaccionó con una fuerte tensión de todo su cuerpo.
Caricias y roces por un lado, disimuladas por los gritos ahora ya no evitados con coros jadeantes de los dos muchachos, llenaron la habitación a oscuras. El último golpe y la sacudida final, un doble grito de placer rebotó por las paredes del cuarto hasta que ambos cayeron exhaustos sobre la cama dominados por un sopor adormecedor.
La mañana siguiente se levantó soleada con el sonido agudo del timbre del despertador. Eros abrió lentamente sus ojos dorados para encontrarse apoyado sobre el pecho de su amigo miró hacia arriba y los ojos verdes eléctricos del otro chico le saludaron amablemente.

-Esto es tuyo- le dijo mostrándole la mano manchada de blanco.
-Idiota.-le contestó con una cara de desilusión. Luego cerró los ojos y se levantó dándole la espalda.-Gracias.
-De nada.- le contestó mientras le abrazaba y le daba un dulce beso en el cuello.

El sol amanecía sobre el resto de la ciudad abandonando lo sucedido la noche anterior, ¿Después de todo no había estado mal?

De dos malas personas:

Esto en un principio era un encargo de una amiga, Damita, pero nos gustó tanto el resultado a mi y a Kamui que decidimos mandarlo, haber que les parecía.
Son unos personajes secundarios de una historia nuestra que, según Damita daban mucho morbillo. Ahí van unas notas para que la comprensión sea completa: Raper = Eros = Licántropo = ojos dorados ; Syco = Loren = Ojos verdes.
La historia de la que proceden no es yaoi pero como es propio de nuestro estudio siempre es un honor dar a entender algo entre algunos personajes.
Gracias por elegir nuestra historia, estamos seguras de que os hará pasar un buen rato. Para más información sobre este fan fic os recomendaríamos que nos mandaseis algún comentario. Arigato ^__^
Si os gustó , habrá más de estos muy pronto en la página ( el que busca encuentra)

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