La casa de los gritos siempre había sido como su segundo hogar, claro que de hogareño no tenia mucho... pero a el le gustaba, siempre había pasado gratos momentos ahí dentro... pese a que también había pasado por momentos dolorosos.
Casi era el término de aquella noche de luna llena, casi al alba cuando su consciencia humana ya comenzaba a dominar su ser y solo se quedaba ahí, hecho bolita en una esquina esperando los primero rayos del sol.
En esa ocasión el resto de los merodeadores no habían podido estar con el, alguna broma de James que había sido descubierta por Severus les había dado tres hermosos días enteros de castigo...
Así que le había tenido que tocar pasar por toda aquella larga luna llena solo... Estaba dormitando cuando escucho pequeñas pisadas, entre abrió los ojos y vio a Padfoot acercándose lentamente a el, sosteniendo algo en su hocico que no supo precisar que era.
Terminó por acercarse a el dejando el objeto en el suelo y acercándoselo a el con la nariz, después se echo junto a el y por fin esa noche Moony logro conciliar el sueño durmiendo lo poco que quedaba antes de que realmente amaneciera..
Cuando en el rostro sintió la calidez de los rayos del sol despertó, Padfoot aun seguía en forma canina a su lado y era lo que ahora le daba calor a su cuerpo desnudo. En cuanto estuvo completamente despierto de nuevo noto esa cosa pequeña que le había llevado por la madrugada
Era peluda, así que su primer pensamiento fue que quizás y se le había ocurrido llevarle algo de “cenar”... paso saliva y estiro un pie, moviendo aquella cosa peluda... pero no... no era ningún animal muerto... era una especie de muñeco de felpa.
Con cuidado se alejo de Sirius y se arrodillo, tomando entre sus manos aquel pequeño juguete, parecía bastante viejo, y en realidad ya no se reconocía que animal de peluche fue en sus años de oro... Acaricio una de las orejitas semi mordidas...
-¿tu juguete, Padfoot?- preguntó bajito, claro que sin intención de recibir respuesta, mas si recibió una.
-De pequeño... era mi favorito... pero Regulus lo odiaba... y lo “torturo”... nunca logre con ningún hechizo que volviera a parecer un oso de felpa... pero Skippy sigue siendo lindo ¿verdad?- le contestó, con voz algo ronca por apenas estar despertando.
-¿Por qué lo trajiste?-
El moreno solo se encogió de hombros –pensé que te gustaría algo de compañía... – luego le sonrió, estirándose un poco casi igual que lo haría si aun estuviera en su forma canina. –creo que es hora de volver al colegio... hace falta desayunar... .-
Para cuando había terminado de hablar Remus ya estaba a su lado, aun arrodillado. Le dio un rápido beso en la mejilla –Gracias... Skippy fue muy buena compañía... y Padfoot fue muy buena manta... – el otro se sonrió así como también se sonrojo levemente.
-Skippy puede hacerte compañía cuando quieras... y yo te puedo servir de manta también cuando quieras- lo tomo entre sus brazos algo posesivo –y también cuando no quieras...-
Era por eso... que siempre guardaría bellos recuerdos de aquella casa...