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Mousai por Karychan

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-¡Bip! ¡bip! ¡bip!-        

 

Dios, de nuevo el maldito e incesante sonido del despertador. Saco una mano fuera del calor de las mantas para tantear hacia la mesita de noche, donde mas o menos se que estará el despertador mas al no dar con el sólo doy un manotazo hasta que escucho el sonido del aparato del infierno chocar contra el suelo.

 

Tengo que admitirlo, ese reloj despertador ha durado bastante, debe tener más vidas que  un gato... si es que tuviera vida claro esta.

 

Ojala sólo fuera ese sonido el que me despierta por la mañana, pero no. Tengo que soportar esa vocecita femenina y bastante chillante que todas las mañana me alega que llegaré tarde. No, no se trata de mi madre.

 

Se trata de ella... Ahora ustedes preguntaran ¿ella? ¿Quién changos es ella? Y ahí yo les contesto: es una larga historia....

 

-Kali, Kali!! Apúrate o llegaras tarde a la escuela!- me repite esa voz. Yo sólo me limito a contestarle con un chasquido de lengua.

 

-No me vayas a ver...- le digo mientras me desabrocho la camisa del pijama.

 

-ppff... como si nunca te hubiera visto desnudo- contesta ella con un tono divertido de voz.

 

-Que no me veas!! Te lo he repetido miles de veces!!! Suficiente tengo con que me crean loco por hablar contigo..-

 

-Es que.. querido, el que me regañes en mitad de la calle si es extraño- contesta ella sin dejar ese tono de que se esta divirtiendo al ver el  sonrojo de mi rostro que es reflejado en el espejo.

 

Mis ojos verdes la miran por el reflejo con resentimiento  –tu eres la que decidió hablar conmigo al cumplir catorce años, TÚ me volviste loco!!!-

 

-No estas loco..-

 

-Claaaro- ironizo –no es de locos que escuche una voz, y encima femenina dentro de mi cabeza. No es de locos que esta vocecita, desde que entre en la pubertad me este pidiendo que encuentre a su ‘prometido’... nada de eso es de locos, Calíope- le contesto, aparentemente al aire si alguien me viera desde la ventana.

 

Quitándome toda la ropa y metiéndome a la ducha sigo renegando –soy el chico mas normal...- contesto mientras el agua hace que mi cabello tape mis ojos -...del mendigo baño- agrego ante la risita de ella, no amanezco de muy buen humor por las mañanas, pero al parecer a ella le divierte hacerme enojar.

 

Les contaré también, que sólo le pido que cierre los ojos cuando estoy frente a un espejo, es obvio que solo así ella me puede ver. En esas ocasiones que me veo frente al espejo me da miedo mi propio reflejo, o mejor dicho mis ojos que en verdad no parecen los míos son los que me dan miedo, por que la mirada que me devuelve la imagen es la de ella.

 

Siguen preguntándose quien es ella, ¿verdad? Bien, es una historia larga, pero se las contare.

 

Todo empezó, como ya se menciono antes, cuando cumplí catorce años. Esa madrugada la voz que me llamaba una y otra vez y que era de una mujer fue la me despertó. Quede atontado por el sueño al sentarme en la cama y mirar de un lado a otro buscando a esa mujer pero no encontré nada...  era curioso puesto que la escuchaba casi susurrándome en el oído.

 

-Encuéntralo.... encuéntralo..- me susurraba casi como una suplica la mujer.

 

En ese momento no tenia miedo, la voz se escuchaba tan triste, tan melancólica que lo menos que producía era miedo. –¿a quien?- me atreví a preguntar levantándome de la cama

 

-a mi amado Vidar...- casi sollozó al decir ese nombre.

 

            Cuando ya no habló más, fue cuando repare en algo, al querer encontrar a la mujer (o fantasma, lo que fuera) había recorrido la habitación pero en ese momento me tope con el espejo y con lo que debería ser mi reflejo...

 

Mas no era mi reflejo... lo único que la imagen que me devolvía el espejo tenia de parecido a mi eran el color de ojos. De ahí en más era una mujer, casi de mi estatura, pelo negro largo entrelazado con un listón y un vestido blanco demasiado ligero.

 

Ahora comprenderán por que de mis labios salio un – ¡¡¡puta madre!!!- ¿¿¿que diablos estaba pasando???... ¿estaba teniendo alucinaciones? ¿La cena de papá había estado TAN mal para provocarme tales efectos?

 

Sacudí la cabeza y volví a mirar el espejo, suspire al ver de nuevo mi reflejo, mi cabello lacio negro cayéndome casi sobre los ojos, mi pijama (unas dos tallas mas grandes para que me durara mas años, ideas de mi padre, cúlpenlo a el).

 

Una duda quedó en mi mente ¿Quién era ella?.

 

-yo soy tú- contestó ella a la pregunta que ni siquiera había hecho. – o mejor dicho, tú antes eras yo-

 

-¿Qué?- ahora agradezco que en ese momento estaba a solas en mi recamara, por que parecía idiota mirando alrededor al seguir buscando a la mentada mujer.

 

-Deja te muestro, Kali- me dijo con esa voz tan calmada que a veces hace y que en verdad saca de quicio.

 

De un momento a otro mi cuerpo cayó sobre la cama y sentí que me hundía. Esa misma sensación que tienes cuando apenas te estas quedando dormido. Todos me dirán o pensarán seguramente , por que yo mismo lo llegué a pensar al día siguiente, que lo que a continuación vi, sólo había sido un sueño.

 

Al salir de ese sentimiento de hundimiento abrí los ojos sobresaltado, para mirar casi al instante a la misma chica que había visto en el espejo correr hacia un pueblo cercano. Al llegar casi a la vereda un joven le esperaba. Aunque no le pude ver el rostro al joven que le recibió en sus brazos pues casi de inmediato fue como si estuviera dentro del cuerpo de la chica.

 

Solo recuerdo algo bastante claro. La sensación del calor que emanaba ese joven, la sensación de seguridad que le daba a Calíope. Estaba dentro de ella, podía sentir todas las sensaciones que recorrían a la chica. Apenas había levantado mi cabeza para ver a la cara del chico cuando otro sentimiento, mas cruel y mas profundo que la seguridad antes sentida me hizo llevar la mano al pecho.

 

Dolía demasiado!... miré mi mano al sentir algo húmedo en ella, estaba manchada de rojo, sangre.. caí al piso y créanme, por ese dolor es que aun me niego a creer que fue un sueño... fue como revivir todo, no en verdad fue revivirlo..

 

Caliope me mostraba el profundo dolor que sintió al saber que habían matado a Vidar. Pues después de que caí al suelo vi el cuerpo del joven sobre un charco de sangre... el dolor en mi corazón no era físico... era emocional. La sangre no era de Caliope (o mía considerando que estaba viviendo todo aquello en primera persona) sino de su amado...

 

-lo mataron... para evitar perder una musa..- escuche que Caliope me hablaba tranquila. –desafié a Zeus y ese fue mi castigo... ver morir a mi persona querida...-

 

Hasta ahí yo solo comprendía que habían asesinado a su amante, no vi como, ni en que circunstancias, tal vez la misma Caliope me sello esas memorias...

 

-pero yo también me vengue de Zeus... me convertí en mortal... y entonces, en verdad que perdió a una musa- dijo con voz llena de melancolía.

 

Mientras la escuchaba, mis ojos seguían mirando la mano cubierta de sangre. –Al convertirme en mortal pude morir... para volverlo a ver, y eso fue gracias al hechizo que hice antes de dejar este mundo..- susurró, cerré los ojos algo mareado no se si por la rapidez que toda la información del pasado de Calíope entraba en mi cerebro o por la sangre en mi mano.

 

Al abrir los ojos nuevamente estaba en la oscuridad de mi recamara. –me ayudaras ¿verdad Kali?-

 

-Por que?- pregunté de inmediato –por que precisamente yo te tengo que ayudar?-

 

-tu eres yo!!-

 

-No!!- respondí negando con la cabeza llevándome ambas manos a la sien –yo no soy tu... ni siquiera sé qué eres...-

 

-No soy un fantasma, si eso temes. Soy una parte dormida de nuestra alma, que por el mismo hechizo que hice permanece de ese modo, hasta que llega el momento de buscar a Vidar..-

 

-¿Lo has encontrado alguna vez?- pregunte secamente, si era así, ella buscaba en cada reencarnación a ese sujeto?...

 

-No...- contestó poniendo un tono triste a la voz –en todos estos años, jamás me he vuelto a reencontrar con su alma, por mas que buscamos...-

 

-¿Has vuelto locos a todas tus otras reencarnaciones?- es extraño... de alguna forma estoy teniendo un estúpido monólogo... ¡con nadie de espectador gracias a Dios!.

 

-no... normalmente aceptan el hecho de que soy un recuerdo de otra vida, y algunos como juego intentaron ayudarme a encontrar a Vidar... pero llegado un momento... vuelvo a quedar dormida dentro de su mente... y ellos prosiguen con su vida...-

 

-Ah ok, entonces si te ignoro por ese tiempo estará todo bien- contesté acostándome en la cama y tapándome con las mantas.

 

-Eh Kali!! No me puedes simplemente ignorar-

 

-Como de que no… Lo estaba haciendo y lo seguiré haciendo desde este momento… hasta nunca mi otra personalidad- dije muy solemnemente mientras cerré los ojos para quedarme dormido, o al menos esa era mi intención.

 

-Kaaaaliiii-

 

-…- ignorar es la mejor técnica, o eso me funcionaba con medio mundo. Aparentemente conmigo mismo no...

 

-Kaliiiiiii-

 

-…- bueno, no soy tan paciente... y su voz es bastante molesta (odio el pensar que de haber nacido mujer mi voz sonaría tan... ¡ardillosa!)

 

-Ka...-

 

-VALE!!- grité sin abrir los ojos –te ayudare, te ayudare. Ahora cállate para que pueda dormir!!!.. si se me hace tarde mañana para ir al colegio olvídate de que te ayude a encontrar al billar...-

 

-Es Vidar...- me corrigió con voz algo bajita.

 

-Como sea...- murmuré mas dormido que despierto.

 

Y esa es la “linda” historia de cómo Calíope surgió una noche. Aunque a veces se le olvida que solo es una parte de mi alma, y no es yo, queriendo tomar decisiones que solo me incluyen a mi.

 

Pero aun así, es agradable tener ‘compañía’, por lo menos es agradable hasta que alguien más me ve hablando solo y me tachan de loco...

 

O que tengo doble personalidad. ojalá alguna de esas dos teorías fuera cierta... por que a veces la realidad supera a la fantasía.

 

+-+-+-+-+-+-+-+

 

 

El molesto sonido del reloj despertador era el sonido con el que siempre despertaba, no el sonido de los pájaros, que ni siquiera ellos se dignaban a estar despiertos a esa hora de la mañana, ni el sonido típico de una casa donde el desayuno se sirve cada mañana.

 

A el lo despertaba ese viejo despertador, mas sumado a la voz de Calíope, esas eran sus ‘divinas’ mañanas. Aunque esa mañana fue en verdad diferente a todas, empezando por el despertar, que ese día fue: cayéndose de la cama.

 

Lo cual resulto sumamente curioso por que no era que se hubiera caído solo de la cama... fue como si alguien lo jalara de la cama.. por un milisegundo estuvo tentado a culpar a Calíope, como siempre la culpaba de todo lo malo que le pasaba pero eso había sido absurdo considerando que Calíope solo existía, literalmente, en su cabeza.

 

Maldiciendo todo a su paso se arrodillo en el suelo, sobándose la cabeza que era donde mas fuertese había pegado al caer de la suave cama al duro suelo alfombrado –este no va a ser un buen día- se quejo dejando descansar la cara en la cama aun estando arrodillado en el suelo.

 

-eso dolió verdad?- pregunto Calíope un tanto divertida de como había comenzado la mañana Kali.

 

-uy sí..- contestó Kali en tono sarcástico sin abrir los ojos, si no fuera día de escuela el regresaba a la cama y se olvidaría del enojo de haberse caído de la cama durmiendo.  Justo eso estaba pensando cuando de nuevo se volvió a caer al suelo, no por que estuviera quedándose dormido y hubiera perdido el equilibrio, no... ahora si que había sentido que algo lo jalaba.

 

-ARRGH!!- se quejo levantadose y jalando la mano que justo había sentido que alguien lo tomaba de ahí. Cual seria su sorpresa al encontrarse con un hilo rojo, que hasta le dio la impresión de que brillaba, en su muñeca derecha. –y esto?- preguntó al aire mirando el hilo al momento de sentarse en el suelo, con cara de adormilado y todo el pelo revuelto... quien le había puesto un hilo que... y ahí se dio cuenta en donde diablos terminaba el mentado hilo: cruzaba la pared.

 

-Te han llamado!- anunció Calíope bastante emocionada.

 

-que?-

 

-Alguien te ha llamado como musa!-

 

Por una fracción de segundo Kali puso una cara de que estaba realmente sacado de onda, para después soltar una bufada claramente diciendo que eso el no se lo creía, o no lo aceptaría. –yo no soy la musa de nadie...- dijo parándose y sentándose en la cama, mirando atentamente el hilo en su mano derecha.

 

-Tu eres yo... eso te hacer ser una musa- contestó calmada Calíope.

 

-Que no soy la musa de nadie..- repitió mientras ahora se dedicaba a subir y bajar la mano, para después darle un jalón. –por que esta cosa me jalo?!..- preguntó impaciente –y por que changos apareció de un día a otro!!!- si, esa era la verdadera pregunta!.

 

-No apareció así de repente, Kali. Yo me había fijado que se estaba haciendo mas fuerte... eso quiere decir que alguien hizo un hechizo para invocar a su musa... y al parecer tu eras la mas cercana..-

 

-QUE NO SOY MUSAA- gritó con los dientes apretados y ya un tanto exasperado –si esta cosa se estaba formando debiste de decirme..- se quejo por enésima vez volviendo a jalar el el hilo.

 

-No pasara nada si tu lo jalas... el te jala para guiarte hacia la persona que te llamó...-

 

Kali volvió a mirar el hilo, casi deseando que desapareciera con solo dedicarle su verde y penetrante mirada, pero nada de eso paso claro esta. Con un suspiro que mas de resignación fue de fastidio se levanto dispuesto a cambiarse para irse al colegio, mas ese hilito tuvo otros planes por que de nuevo lo jalo.

 

-....- ya se estaba hartando, jalo el hilo de nuevo pero este parecía que crecía con cada jalón que Kali daba. Al final ya restaba con varios centímetros del hilo enredados en su mano izquierda, y una linda venita adornando su frente –esto tiene que ser una broma...- si, ahí era Kali volviéndose a quejar.

 

-Te digo que nada ganas con enojarte.. ese hilo te llevara hasta esa persona, quieras o no..- sentenció Calíope.

 

-ja.. ya veremos..- contestó Kali, enredando la madeja de hilo que traía en el pomo de la puerta. –ves? Ahí se atorará y..- no pudo terminar de hablar por que su enojada humanidad se había estampado contra la puerta cuando el mentado hilo fue jalado una vez mas.

 

Calíope se aguanto la carcajada al saber que a Kali más que risa le estaba dando una rabia tremenda. –no se detendrá de estar jalando hasta que vayas con esa persona..-

 

-yo no voy con nadie... como puedo ir sin saber que clase de persona es la que hizo el mentado hechizo.. y si es un viejo, una mocosa, una señora pervertida??.. jamás iré!!- y se veía muy decidido al dejarse caer al suelo, cruzando piernas y brazos acompañando a esos gestos una cara de determinación pura.

 

Cara que también tenia cuando se hallaba frente a un edificio, donde el mentado hilo lo jalo desde que había salido de su hogar. –odio mi maldita vida...- murmuro entrando al edificio o mas bien dicho siendo arrastrado por el hilo.

 

El hilito rojo (del demonio según Kali) se detuvo frente a la puerta de un apartamento.

 

-ahora que?...-

 

-tocas?- preguntó Calíope.

 

-Aja, toco y que digo “servicio de musa a su orden”?!... esto no es un juego Calíope!! La gente me puede considerar un trastornado!!-

 

-y no lo piensa ahorita que estas gritando como loco a una puerta?-

 

-... cállate..- farfulló  recargándose en la pared, pensando si tocar o no, para luego pensar en que podía decir... bueno, si la o el  sujeto en cuestión había realizado ese sortilegio para llamarle era por que si creía en esas cosas... ¿verdad?

 

-precisamente... ¿Qué hace una musa?- preguntó con voz bajita, ya había tenido experiencias antes al hablar en voz un tanto alta.

 

-inspirar?...-

 

-ya se eso.. pero.. ¿Cómo?-

 

-pues... todo depende de la persona, y de que tanta inspiración necesite... a veces basta con la compañía... a veces un abrazo y a veces...-

 

-DE NINGUNA MANERA!!- gritó Kali con la cara demás roja levantándose de un salto del suelo.

 

-ni me dejaste terminar....- contestó Calíope casi en un susurro.

 

-no necesito que termines para saber que sigue... es que..- se estremeció –es que enserio... ni siquiera se que tipo de persona será la que nos encontremos y tu ya quieres que le de abrazos y...-

 

-te perdiste?- lo interrumpió una voz desde sus espaldas, se giró pensando el por que toda la gente lo tenia que agarrar cuando estaba ‘hablando’ en voz alta con Calíope, enserio que su suerte no podía ser mas mala.... y por lo que sabía de su pasado no solo en esa vida tenia esa suerte...¿seria algún tipo de karma?

 

Por mas que trataba de pensar lo mas rápido que podía no lograba inventar una buena excusa de por que estaba ahí paradote enfrente de la puerta de un completo extraño. Y es que, qué podía decirle? “hola, soy tu musa personal, buenas tardes?”

 

-no.. no me perdí- contestó al darse cuenta que ya había tardado bastante tiempo en dar una respuesta y sabiendo que por mas que se tardara no iba a encontrar una respuesta buena aunque eso ya no fue lo verdaderamente importante cuando se fijo que el hilo de su muñeca terminaba precisamente en la muñeca del sujeto que le acababa de hablar.

 

Fue ahí donde se fijo mas en el, quien iba a pensar que un chico como el andaría creyendo en esas cosas de musas y demáses... es decir, se veía bastante serio (o mejor seria decir medio molesto por como sus ojos azules lo miraban, con el ceño levemente fruncido) y pues no se veía como una persona rara, pero bien sabia el que las apariencias engañaban.

 

-Si vienes de la agencia aun no tengo listo todos los jingles, tengo algunos por si te los quieres llevar- dijo mientras abría la puerta del apartamento.

 

Kali arqueó una ceja “jingles?” pensó, ahora lo tenia todo claro, era un músico de cuarta que requería inspiración para unos jingles. “Al menos si tengo suerte esto será rápido” sentencio mientras suspiraba y seguía al chico dentro del departamento.


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