Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estuve ahi por Marieth

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Se preguntarán por qué subo un fic nuevo si ni siquiera termino los que ya tengo, la razón es simple: quería una historia acorde con las festividades del dos de noviembre (se que me estoy adelantando, pero si no lo hago al rato no voy a tener tiempo).

Si, esto es un intento de historia de fantasmas, pero mejor ustedes lo juzgan.

Ya saben que Full Metal Alchemist no es mío y que solo utilizo sus personajes para intentar divertirlos.

Notas del capitulo:

Para los que no saben el dos de noviembre es el día de muertos en México, en lo personal no me gusta celebrar Halloween porque no es tradición de aquí.

No  le veo nada de malo a celebrarlo, simplemente me gusta conservar las tradiciones de mi gente para que no desaparezcan, ya que lamentablemente cada vez menos personas preparan un altar para sus difuntos y cada vez más niños van de casa en casa pidiendo dulces.

Pero mejor los dejo leyendo

 

Roy Mustang, un hombre  de unos veinticinco años (NA: Es más viejo, ya lo se, pero así me sirve), ojos y cabello negro, alto y apuesto caminaba hacia su casa. Venía de una fiesta que a penas había llegado a su fin; eran ya las tres y media, una hora poco segura para caminar por aquel sendero del parque, los árboles frondosos obstruían a momentos la poca luz que la luna proporcionaba a los insensatos que se atrevían a caminar por esa zona, incluso los policías no se acercaban a ese lugar solitario a tan altas horas de la madrugada pues proporcionaba escondites perfectos para los maleantes, era el lugar ideal para emboscar a alguien.

Aquel moreno caminaba a paso rápido, sabía muy bien que el lugar no era seguro, el viento soplaba suavemente haciendo que el ambiente se volviera en cierta manera espeluznante, comenzaba a hacer un frío impropio de las noches de verano, las ramas de los árboles se mecían con pesadez produciendo sonidos difíciles de identificar; Roy estaba muy nervioso, sentía como si alguien lo estuviera observando, su sensación de inseguridad desapareció casi de inmediato al ver a un jovencito sentado en una de las bancas del lugar, el viento mecía su cabello largo y rubio haciendo que éste resplandeciera con la poca luz que dejaban pasar las hojas de los árboles, esa trenza que llevaba era simplemente encantadora, el cuerpo delgado, pequeño y de apariencia frágil hacía que el moreno se sintiera con deseos de abrazarlo para protegerlo de cualquier cosa. Roy salió de su ensoñación para darse cuenta de que seguían en una zona problemática, por fin se atrevió a turbar la tranquilidad de aquella enigmática imagen.

-Oye, no deberías estar aquí a estas horas, el lugar es peligroso.

El muchacho no respondió, tan solo fijó su mirada en el hombre que le había hablado hace algunos segundos dejando ver unos hermosos ojos del color del sol, parecían oro líquido, un color que contrastaba con las ropas blancas que llevaba puestas; con todo aquello parecía brillar con luz propia, eran un bello ángel en la tierra, o al menos eso era lo que pensaba Mustang en esos momentos. El rubio se puso de pie y cambió la expresión serena que tenía hace unos momentos por una llena de temor, el otro trató de corregir eso.

-No tengas miedo, no pienso hacerte daño, me llamo Roy. ¿Quieres que te lleve a tu casa?

El pequeño guardó silencio unos momentos sin dejar de mantener ese semblante angustiado, después se giró hacia su izquierda y corrió a través de los matorrales espinosos que conducían a la parte más oscura y solitaria del parque, Roy corrió tras él, estaba algo preocupado por la seguridad de aquel chiquillo hermoso, no parecía tener más de dieciséis años, aún era muy niño como para que le ocurriera algo malo.

El joven rubio corría con rapidez por entre las ramas llenas de espinas que se encajaban en la piel que la ropa no alcanzaba a cubrir dejando arañazos poco profundos, pero muy dolorosos,  sus ropas se rasgaban y se iba manchando con su sangre borrando aquel blanco puro y brillante, Roy lo seguía con cuidado de no caerse, pues el terreno era algo irregular, estaba lleno de piedras y hoyos. Cuando el moreno le dio alcance al pequeño fue al alcanzar un claro frente a un enorme árbol lleno de marcas de cuchillos, sobraba decir que el lugar era tenebroso; el rubio estaba de espaldas, sacó algo de su bolsillo y lo dejó caer al suelo como si fuera un objeto sin importancia o algo de lo cual se quisiera deshacer, Roy rompió de nuevo el extraño silencio que intentaba prevalecer en ese momento, ni siquiera los sonidos de la noche se lograban escuchar en presencia de ese ser misterioso.

-¿Quién eres? ¿Por qué corres? Ya te dije que no te haré daño, nunca me atrevería.

El muchacho se dio la vuelta para ver de frente al que insistía en llamar su atención, la imagen que mostraba era una deplorable: sus ropas estaban destrozadas, su rostro lleno de rasguños, sangre resbalando por las heridas abiertas, esos hermosos ojos dorados demarraban lágrimas mientras que en su rostro se albergaba un semblante lleno de dolor.

-¿Por qué lloras? No quiero verte sufrir. Vamos, te llevaré a tu casa, tus padres deben estar preocupados por ti.

Aquello era verdad, el moreno no quería ver a tal belleza con lágrimas en sus ojos, al terminar de decir esas palabras llenas de sinceridad por fin consiguió ver lo que buscaba: una sonrisa en el rostro casi infantil, aunque era una sonrisa algo rara, llena de tristeza y nostalgia. Roy estaba a punto de acercarse al joven, pero se detuvo al verse rodeado de oscuridad, una nube estaba obstruyendo la luz de la luna dejándolos en la penumbra, al quitarse la nube la iluminación regresó, pero algo faltaba en el lugar, el rubio ya no estaba, en su lugar sólo estaba el objeto  que éste dejó caer de sus manos.

Roy se acercó al objeto que brillaba reflejando la luz que le llegaba, recogió un pequeño reloj que parecía estar hecho de plata, en la cubierta se encontraba un relieve que representaba a una especie de animal (NA: Es el reloj de alquimista nacional); abrió la cubierta para examinarlo mejor, ahí encontró una dirección y un nombre:

Edward Elric

Aurum Street #3044

El moreno supuso que ese era el nombre del chico rubio, pero había algunas cosas que no alcanzaba a comprender ¿Por qué había huido? ¿Qué hacía en el parque a esas horas de la madrugada?

Tal vez todo eso lo averiguaría si iba a la dirección escrita en el reloj, volvería a ver al chiquillo enigmático que había conocido esa extraña noche, además...

-Creo que tengo que devolverle su reloj, parece ser muy caro como para dejar que se pierda así como así.

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Aquella calle era una de las más tranquilas de la ciudad, conseguir una casa en ese vecindario era bastante difícil, por no mencionar que también era costoso. Las casas conservaban un estilo antiguo, pero igualmente hermoso, casi todas las familias que ahí vivían habían heredado su casa.

Mustang buscaba desde hacía un buen rato el #3044 de la Aurum Street, una señora de edad avanzada le indicó el lugar exacto. La casa era una de las más grandes de la zona, su fachada antigua la hacía ver como un portal al pasado, una reliquia que podía relatar las más asombrosas historias, el moreno se acercó a la puerta, vacilaba en esos momentos, ¿qué le hacía pensar que el chico rubio vivía ahí? El reloj de plata bien podría haber sido robado por el pequeño. No estaba completamente seguro de lo que hacía, pero de todas formas quería asegurarse, golpeó la puerta con firmeza, pero sin llegar a ser brusco, esperó unos minutos hasta que un joven como de unos veinte años, de ojos grises, casi plateados, de cabello rubio y corto le abrió la puerta.

-Buenas tardes ¿Qué desea?

-Buenas tardes, verá encontré esto en el parque -Le mostró el pequeño reloj de plata -Un joven rubio lo dejó caer, intenté devolvérselo pero lo perdí de vista, al abrirlo esta dirección estaba grabada dentro, por eso he venido a regresarlo.

El muchacho tenía un semblante lleno de confusión mientras observaba con cuidado a su interlocutor.

-Creo que se ha equivocado, de dirección, aquí solo vivimos mi padre y yo.

-No lo creo, ¿acaso no es este el 3044 de la Aurum Street?

-Si, aquí es. Pero ya se lo dije, aquí solo vivimos mi padre y yo. -El muchacho estaba a punto de cerrar la puerta, pero Roy le hizo una pregunta que lo obligó a desistir de sus acciones.

-¿Podrías decirme entonces si un tal Edward Elric vivió antes que ustedes en esta casa?

-¿¡Qué has dicho!? ¿¡De dónde sacaste ese nombre!? -La cara del joven se había deformado en un gesto de desesperación, tomó al moreno del cuello de la camisa hasta casi levantarlo, aunque la figura del muchacho era delgada también era increíblemente fuerte.

-¡Bájeme primero si no le molesta! -El otro no tuvo otra opción, bajo a un confundido Roy.

-Creo que tenemos asuntos que tratar, pase por favor, no creo que quiera seguir conversando en la calle. -Se volvió para entrar en la casa y mostrarle el camino a su visitante, pero éste le detuvo con su voz de nueva cuenta.

-No veo conveniente entrar en casa de un completo desconocido, aunque sea dime tu nombre.

-Tiene razón, yo tampoco puedo dejar entrar a un extraño en la casa. ¿Qué tal si me dice su nombre primero?

-Soy Roy Mustang, mucho gusto. -El moreno le tendió la mano para saludarlo, el otro la aceptó aún con el semblante serio. -Y no creo necesario que nos hablemos de usted

-El gusto es mío, soy Alphonse. Tampoco creo que sea necesario hablarnos de usted. Ahora pasa por favor.

-¿No piensas decirme tu apellido?

-Aún no, primero quiero que me digas cómo encontraste el reloj y sobre el chico que lo perdió.

Roy y Alphonse entraron en la casa, todo estaba en absoluto orden, pero de cierta manera el lugar daba la impresión de haber perdido el calor que tiene un hogar. Los dos se sentaron en la sala para así comenzar a responder las dudas que ambos poseían, Alphonse comenzó.

-Me dijiste que encontraste el reloj en el parque después de que un chico rubio lo hubiera tirado ¿cierto?

-Cierto.

-¿Me puedes decir de qué color tenía los ojos?

-Tenía los ojos de un hermoso e inusual color dorado.

-¿Tenía el cabello largo?

-Si, lo tenía recogido en una trenza.

-Como lo pensé, tiene que ser él. -Alphonse hablaba más para si mismo que para el moreno, por eso el otro no pudo evitar decirle aquello.

-Antes de seguir respondiendo hay cosas que quiero saber.

-Adelante, creo que es justo ya que me has dado algunas pistas.

-Primero que nada ¿qué es ese chico para ti?

-Muy sencillo, él es mi hermano.

-Ya veo -Ahora comprendía el repentino interés en su historia, pero aún había cabos sueltos. -Entonces tu apellido es Elric ¿cierto?

-Cierto.

-Me encontré al muchacho cuando regresaba de una fiesta que terminó entrada la madrugada ¿qué hacía tu hermano en ese lugar tan peligroso a esas horas?

-No tengo la menor idea.

-¿¡Cómo que no tienes idea!? ¿¡Qué acaso no sabes lo peligroso que es ese lugar!? ¡Pudo pasarle algo por tu irresponsabilidad! -No podía creer que tenía a una persona tan irresponsable, ese Alphonse debía de ser un gran estúpido si dejaba salir a su hermano pequeño de esa manera sin siquiera preguntarle o detenerlo de salir a tal hora.

-Tú no entiendes, si le digo que no tengo idea es porque tiene tiempo que mi hermano está desaparecido. -Ahora la cara del joven era de completo pesar.

-Lo siento mucho, no debí decirte esas cosas. -Ahora se arrepentía de haber pensado mal del joven frente a él, pero que podía haber hecho, él no sabía nada.

-No te preocupes, ¿hay algo más que quieras saber?

-¿Por qué se fue? No es seguro que alguien como él ande vagando por las calles.

-Te responderé si tú me respondes una simple pregunta.

-¿Cuál?

-¿Por qué te interesa saber tanto de mi hermano?

-Sinceramente no lo sé, hay algo en ese chico que me atrae, que me intriga, por eso tengo que saber.

-Muy bien, te diré la razón por la cual Ed se fue de la casa.

-Escucho.

-Mi hermano solía trabajar en una pastelería de un centro comercial después de clases, me dijo que un día vio pasar a un muchacho muy apuesto, a partir de ese día lo vio siempre desde la pastelería. Averiguó que el joven trabajaba en una tienda cercana, en el mismo centro comercial, no tardó mucho tiempo en averiguar otras cosas del tipo. Tiempo después me dijo con una enorme sonrisa que se había enamorado de él, a mi me pareció una soberana tontería, después de todo ni siquiera había hablado con él. El caso es que mi padre escuchó todo lo que me había dicho, papá es homofóbico y no aceptó las preferencias de Ed, le dijo que lo mandaría con un psiquiatra para ver si podía hacer algo con su monstruosa desviación, pero lo que mi hermano no soportó fue que le prohibiera volver a su trabajo y ver o acercarse a aquel joven. Esa misma noche salió de la casa, desde entonces no le hemos visto. Mi padre aún se arrepiente de lo que hizo, quiere encontrar a Ed para pedirle perdón de rodillas si es necesario.

-¿No se llevó nada: dinero, ropa...?

-Lo único que se llevó fue su diario, el reloj que tienes en las manos, su cartera y un medallón donde guardaba la foto de mi difunta madre y la del muchacho que amaba. Todo aquello lo metió en una mochilita negra y salió corriendo de la casa, intenté detenerlo, pero no pude, desde ese entonces no lo hemos vuelto a ver.

-¿Pero al menos han intentado averiguar con otros miembros de la familia o sus amigos? A lo mejor les pidió apoyo.

-Nuestros padres no tienen hermanos, nuestros abuelos murieron hace bastante, por eso... -Roy completó la frase rápidamente.

-No tienen otros familiares.

-No. Y los amigos de mi hermano niegan haberlo visto esa noche. Es como si la tierra se lo hubiera tragado.

-Entonces fue por eso que te comportaste de esa manera al escuchar su nombre de mí.

-Si, tal vez esta sea la única pista que tengamos de él. -Alphonse bajó la mirada un instante para luego subirla de nuevo, con ojos suplicantes le habló a Roy -¿Podría pedirte un gran favor?

-¿Cuál?

-Si lo vuelves a ver dile que lo extrañamos, que mi padre está arrepentido y que quiere pedirle perdón.

-¿Pero por qué no le dices tu? Ya sabes que está por aquí, sería mejor que sea su familia la que le dijera eso.

-Él es muy orgulloso, si nos ve es capaz de salir corriendo sin escuchar una sola palabra de lo que le digamos.

-De acuerdo, si lo veo se lo diré.

-Gracias.

El moreno salió  de la casa ya era bastante tarde cuando terminó su platica con Alphonse, caminó sin rumbo por algunas horas más, al fin y al cabo nadie lo esperaba en casa, desde que sus padres murieron no tenía a alguien que lo reconfortara cuando estaba triste o con quien compartir las alegrías, tal vez por eso buscaba desesperadamente a ese precioso rubio, tal vez necesitaba a alguien al cual proteger, alguien por el cual regresar a casa, alguien a quien amar.

De algún modo terminó de nuevo en el parque, todo estaba en completo silencio, otra vez tenía ese extraño sentimiento de no estar solo; se le ocurrió que, solo tal vez, el muchacho estaría en la misma banca. No lo pensó dos veces y corrió hacia aquel lugar.

Esa visión, esa enigmática y hermosa visión se mostraba de nuevo ante sus ojos. El rubio estaba sentado en la misma banca que la otra madrugada, con la misma ropa, la misma postura, se encontraba como si estuviera esperando a alguien o algo. Ahora Roy ya sabía el nombre de aquel bello chico, ya no estaba dispuesto a dejarlo ir,  además le había prometido a Alphonse que le diría sobre el arrepentimiento de su padre; trató de llamar la atención de el pequeño siendo lo más cuidadoso posible, no quería asustarlo de nuevo.

-Buenas noches, ¿te llamas Edward cierto? -Lo había logrado, el rubio volteó a verlo y se puso de pie, pero esta vez no huyó, tan solo asintió con la cabeza y le regaló una hermosa sonrisa, la más bella que Mustang hubiera visto. -¿Puedo platicar contigo?

-...- Edward no decía palabra alguna, tan solo se dedicaba a asentir con la cabeza, mientras tanto Roy se acercó al chico y ambos se sentaron en la banca, el moreno no podía escuchar otra cosa que no fuera su respiración.

-¿Sabes? Hoy conocí a tu hermano, me dijo que te extrañaba mucho, también me dijo que tu papá estaba arrepentido de su conducta, que si tu así lo quieres él te pedirá perdón de rodillas. -Esperó una respuesta por parte del chiquillo, pero éste solo bajó la cabeza mientras lloraba en silencio.

-¿No quieres hablar conmigo? -El pequeño levantó la cabeza y le hizo entender que no era que no quisiera -¿Entonces? ¿No puedes hablar? -El pequeño rubio ahora negó, era un hecho, no podía pronunciar palabra alguna.

-¿Por qué no regresas a casa? Tu familia se preocupa por tu seguridad, ellos te extrañan mucho, les duele que no estés a su lado. Se que piensas que esto no me importa, que me estoy metiendo en donde no me llaman, pero he visto el dolor en la cara de Alphonse, también he visto las lágrimas que salen de tus ojos y no me gusta, no me gusta ver a le gente sufrir. Por favor dime, dime la razón por la cual no regresas con los tuyos.

Edward le tomó de las manos con dulzura y asintió con la cabeza, aquello era un avance, Roy pensaba que el chico iría con él, que había comprendido sus palabras, pero no se esperó lo que pasó a continuación.

-¿¡Pero qué...!?

Todo pasaba rápidamente frente a sus ojos, la noche se convertía en día, las personas comenzaban a aparecer, pero caminaban hacia atrás, era como ver retroceder el tiempo con una enorme rapidez, las horas pasaban como segundos, los días como minutos; todo siguió así por unos momentos hasta que se detuvo, de nuevo estaba oscuro.

-¿Qué es todo esto? -Roy estaba con la boca seca, ahí frente a sus ojos estaba el rubio vestido completamente de negro y con una mochilita entre sus brazos, estaba sentado en la misma banca y lloraba mientras decía algunas cosas que no se escuchaban debido a la distancia entre ellos. Aquello no podía ser posible, no podía ser porque al lado del moreno todavía se encontraba Edward sosteniéndolo de las manos, con esas ropas de un blanco inmaculado.

Ambos se acercaron hasta el rubio que vestía de negro para escuchar mejor lo que decía.

-¿Por qué no lo entiende? Se supone que es mi padre, que me quiere por sobre todo, entonces ¿por qué me tiene tanto asco? -Roy intentó consolarlo, pero en cuanto lo tocó su mano traspasó a al pequeña figura.

-¿Eh? Ahora si no entiendo, ¿acaso me estas mostrando lo que pasó aquella noche que te escapaste? -Se dirigía al de blanco esperando una respuesta, la cual obtuvo de inmediato, un asentimiento, ya era un hecho, le estaba mostrando lo que había pasado aquella noche, la pregunta era ¿cómo? Decidió observar en silencio todo lo que Ed quería mostrarle, así podría comprender lo que le ocurría al chiquillo.

(NA: Desde aquí describiré las escenas que ve Roy y sólo eso)

El joven rubio seguía lamentando su suerte en la soledad de la media noche, no se dio cuenta del hombre que se acercaba acechante hasta que se escuchó su voz llena de falsa bondad.

-Oye, no deberías estar aquí a estas horas, el lugar es peligroso.

-¿Quién es usted? -Un hombre de cabello largo, oscuro y atado en una cola de caballo apareció frente a él.

-Tan solo alguien que pasaba por aquí, dime ¿cómo te llamas?

-Edward. -Contestaba lo que creía necesario, ese hombre le daba mala espina, eso sin contar que las miradas que le lanzaba lo estaban incomodando.

-Yo soy Kimbly. Pequeño, si no me crees entrometido, ¿podría preguntarte algo?

-¿Qué?

-¿Quién te hizo llorar?

-Nadie, no es necesario que se preocupe por mi, aunque gracias de todas formas, ya tengo que irme. -Aquel hombre se estaba comportando demasiado amable con él, además se había dado cuenta del lugar en donde había terminado, todo estaba en completa soledad, los únicos que se encontraban en ese parque eran ellos dos.

-¿Por qué te vas? No muerdo...mucho. -El tipo tomó el brazo del muchacho con fuerza lastimándolo y asustándolo, el chico trataba de zafarse pero no podía era obvia la diferencia de fuerza y tamaño.

-¡¡Suélteme!! -Con la mano que le quedaba libre golpeaba con toda la fuerza que sus nervios le permitían, aunque no era suficiente, con eso lo único que lograba era molestar  a su agresor.

-¡Quédate quieto maldito mocoso! -Kimbly golpeó a Ed en el estómago tan fuerte que lo dejó inconsciente. -Ahora si, nos podemos ir a un lugar más privado.

Aquel hombre  tomó el cuerpo del rubio en sus brazos y se lo llevó lejos, también tomó las pocas cosas que el chico tenía para no dejar pruebas de su presencia. Caminó por algunas calles hasta detenerse en un callejón, ahí había un coche negro esperando, Kimbly abrió la cajuela y depositó con cuidado el pequeño cuerpo, como la cajuela tenía un orificio no había peligro de que el rubio se asfixiara; después de esto subió al automóvil y arrancó.

Al cabo de unos cuarenta y cinco minutos el automóvil se detuvo cerca de una fábrica ruidosa, el tipo sacó a Edward de la cajuela junto con sus pertenencias, y lo llevó a una de las viejas bodegas que se encontraban por ahí. Ya dentro dejó caer al rubio en el frio suelo sin importarle si se golpeaba con fuerza, el muchacho poco a poco iba despertando sintiéndose adolorido y desorientado, el secuestrador fue el primero en hablar.

-Que bueno que despiertas.

-¿D-dónde estoy?

-No necesitas saber en dónde te encuentras, de todos modos no podrás salir de este lugar.

-¿Para qué me trajo? -Ed estaba claramente asustado, pero no pensaba demostrarlo , al menos no tan rápido.

-Muy simple, -Dijo con una expresión de demencia aterradora -pienso venderte al que me pague más. Fui muy afortunado al encontrarme a un niño tan lindo como tu, solito y en aquel parque, ¡y lo mejor de todo, fue que nadie nos vio! ¡Nadie sabe que estas aquí!

-D-déjeme ir, por favor... se lo suplico -El rubio estaba desesperado, ya no sabía que hacer, estaba al borde del llanto.

-Será mejor que ya me vaya, si no soy capaz de violarte ahora mismo, pero antes de eso tienes que estarte quietecito. -Tomó unas cuerdas que estaban en un rincón y ató las manos del chico dejándolas delante de su cuerpo para que se pudiera mover, pero sin darle la libertad de actuar con soltura. -Volveré mañana, así que se buen niño y espera pacientemente mientras les informo a los clientes y los traigo para que vean la mercancía.

Aquel hombre salió de ahí dejando a Ed solo en la oscuridad, llorando desconsoladamente mientras le rogaba al destino que lo ayudara a salir de aquella espantosa situación. Unos sollozos lastimeros salieron de su boca acompañados de unas palabras susurradas con desesperación.

-Papá...Al...sáquenme de aquí.

(NA: Comienzo con la narración normal)

Las imágenes desaparecían como si de niebla se tratará, de nuevo Roy se encontraba en aquel solitario parque, en compañía de aquel jovencito, o al menos eso creía.

-¿Cómo fue que pude ser capaz de ver eso? ¿¡Eh!? -Las palabras quedaron en el aire esperando a que alguien las recibiera, pero aquello era inútil, Ed ya no estaba en los alrededores. -¿Acaso quieres que vaya por ti?

El moreno se encaminó de regreso a su casa, ya no había motivos para seguir en ese lugar, ahora sabía la razón por la cual había conocido a Edward: el muchacho le estaba suplicando que lo encontrara, aunque aun había muchas cosas que no estaban claras, pero eso se resolvería tarde o temprano.

////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Roy ya se encontraba en la casa con el número 3044 de la Aurum Street contando a Alphonse todo lo que había visto la noche anterior, éste último se encontraba demasiado sorprendido, tanto que a penas si podía mantener la boca cerrada.

-¿¡Es cierto!? ¿¡Todo lo que dices es cierto!?

-No miento, no se si sea lo correcto, pero creo que quiere que lo encontremos, si nos damos prisa puede que no le haya pasado nada grave.

-Antes de ir quiero preguntarte algo. -En su mirada había algo raro, estaba cargada de tristeza, pero había algo más.

-¿Qué es?

-¿Por qué lo haces? ¿Por qué buscas a mi hermano con esa insistencia?

-Tal vez porque me da pena verlo sufrir, porque me he obsesionado, porque me he enamorado... la verdad ni yo mismo lo se.

-Gracias por todo lo que has hecho hasta ahora. -Su sonrisa seguía cargada de aquel extraño sentimiento, uno que el moreno no pudo descifrar.

-Será mejor que vayamos ya, Ed debe estar esperándote.

-Tienes razón, pero tengo que llamar a un amigo antes.

-¿Y eso?

-El es policía, podrá ayudarnos a encontrar el lugar que describes, además de que no hará tantas preguntas.

-Si, será de gran ayuda un agente, aunque por la localización del lugar no te preocupes, yo se donde queda.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque solía ir a pasear por esos lugares cuando era niño.

Alphonse ya no perdió más tiempo, llamó a su amigo y éste llegó a la casa a los veinte minutos de haber recibido el pedido.

Aquel joven rubio y corto, de ojos azules no parecía tener más de veinticinco años, pero aún así era un eficiente oficial de la policía, Russel Tringham éste acompañaba  a Roy y a Alphonse a la vieja bodega que resultó estar en las afueras de la ciudad, estaba junto a una fábrica claramente abandonada. Eso desconcertó bastante al moreno porque, si mal no recordaba, la fábrica estaba en funcionamiento al momento de que aquel desgraciado secuestrara a Ed.

-Aquí es, pero...

-¿Qué pasa? ¿Es o no el lugar donde viste a Edward? -Preguntó el policía.

-Si es, pero hay algo extraño, cuando Ed me mostró lo que pasó la fábrica estaba funcionando. ¿Por qué parece abandonada ahora?

-¿Acaso no lo sabes? ¿No sabes que...? -No pudo continuar porque Alphonse se lo impidió.

-Russel, no es necesario que lo sepa aun.

-Muy bien Al.

-¿Qué es lo que no debo saber?

-Ya te enterarás Roy.

-Está bien Al.

Dejaron las palabras de lado para por fin entrar en el desvencijado edificio, todo estaba cubierto de polvo y telarañas, parecía que estaba desocupado desde hacía años. Todo estaba gobernado por una escalofriante oscuridad, Roy y Alphonse caminaban guiados por la luz que desprendía la lámpara de mano de Russel. Se detuvieron súbitamente al sentir un hedor extraño.

-¿Perciben eso? -Roy ya estaba más que nervioso, el silencio que reinaba en el lugar no le daba buena espina ¿por qué no encontraban indicios del rubio?

-¿Qué será Russel? -Alphonse estaba igual de nervioso que el moreno, aunque no estaba tan esperanzado como éste.

-Ese olor...me recuerda a algo.

Siguieron su camino, pero algo los hizo detenerse nuevamente, esa vista era algo sumamente espantoso; Alphonse tan solo atinó a voltearse y comenzar a vomitar; Roy se encontraba asqueado, sorprendido y horrorizado; mientras que Russel tan solo podía sentir pena por su amigo. Frente a ellos se encontraba el cuerpo descompuesto del joven rubio: sus manitas atadas y claramente lastimadas, vestido con la misma ropa con la que desapareció, sus pertenencias seguían en la mochilita negra que ahora estaba toda sucia y raída, en su rostro desfigurado se podía apreciar una clara mueca de dolor y desesperación. A pesar de que parecía que tenía tiempo de haber fallecido su cuerpo se encontraba en mejor estado del que debería tener considerando el lugar en el que se encontraba.

Russel sacó su celular y marcó un número, estaba llamando a la estación de policía.

-¿Teniente Ross? Necesito que me mande a los de investigación, también mande a los de forense...A la bodega junto a la fábrica abandonada.

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

El equipo de investigación se encontraba levantando todo lo que les fuera de utilidad para averiguar de alguna manera lo que había ocurrido en aquel desolado lugar. Alphonse estaba muy alterado, por lo que fue llevado a su casa, no era necesario que se quedara a rendir declaraciones por lo ocurrido de momento. Por otra parte Roy le pedía explicaciones a Russel, como Al ya le había contado todo lo que había pasado hasta el momento fue mucho más fácil hablar con él.

-¿¡Cómo es posible!? ¡Cuándo Ed me mostró el lugar él todavía estaba vivo!

-Creo que Al se olvidó de decirte unas cuantas cosas.

-¿De qué hablas? -Las últimas palabras dichas por el rubio hicieron que el espanto se le fuera de inmediato, ahora se encontraba más confundido de lo que ya estaba.

-¿Sabes hace cuánto desapareció Ed?

-Nunca lo pregunté.

-Edward desapareció sin dejar rastro hace cuatro años.

-¿¡Q-qué has dicho!?

-Lo que oíste, la policía lo había dado por muerto después de un año sin saber de él, y eso ya es decir que lo buscamos bastante, la mayoría de las búsquedas se dan por terminadas a los cuatro meses de no encontrar nada.

-¿Sabes algo sobre el tipo que lo encerró aquí?

-De hecho el desgraciado está muerto. Tres días después de la desaparición de Ed lo atraparon, después de someterlo a juicio y encontrarlo culpable fue sentenciado a cadena perpetua, aunque no contábamos con que el imbécil se suicidaría. Como nunca supimos que Edward y ese tipo se encontraron...

-Nunca se supo que el chico estaba aquí.

-Así es, lo más probable es que haya muerto de frío, fue lo que me dijeron los del forense, también dijeron que el cuerpo tenía señas de haberse golpeado fuertemente en los brazos, sin duda trataba de salir o llamar la atención de alguien para que lo ayudara.

-Cosa que no logró.

-De ninguna manera lo hubieran escuchado, cuando estaba en funcionamiento la fabrica emitía mucho ruido, por lo que era imposible que alguien notara el alboroto aquí.

-¿Cuánto tiempo crees que estuvo atrapado aquí antes de morir?

-Por lo que se fueron ocho días.

-Que manera tan horrible de terminar tus días.

-Será mejor  que vayas a casa, ya no hay nada que hacer aquí.

-Tienes razón, ya hicimos lo que teníamos que hacer.

Russel acompañó a Roy hasta su casa, mientras iban en el auto el moreno pensaba en cosas imposibles, cosas que a lo mejor pudieron haber sido si el destino se lo hubiera permitido.

Me siento tonto, haciéndome ilusiones con algo ya inexistente, tal vez si nos hubiéramos conocido antes ahora estarías aquí, o tal vez todo hubiera sido como es ahora...no lo se, simplemente me hubiera gustado haberte conocido, saber que fui algo en tu vida, como ahora tu lo eres en la mía...aunque ya no estés.

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Tres personas estaban de pie frente a una hermosa tumba, los crisantemos llenaban el ambiente con su perfume, dando una atmósfera de perturbadora paz que llenaba los corazones de los ahí presentes. Esa escena era algo que no se veía a diario, tres personas llorando frente a la tumba de un muchacho muerto hace cuatro años.

-¿Por qué? ¿Por qué no te comprendí? ¿Por qué te dejé ir tan fácilmente? -Aquel hombre tendría unos cincuenta años (NA: No se cuántos años tenga, pero bueno), cabello largo y rubio que tenía sujeto en una coleta, ojos dorados ocultos tras unos lentes; lloraba por lo que no hizo y debió hacer para conservar uno de sus más grandes tesoros: la vida de su hijo.

-Ya no tiene caso lamentarse papá, a mi hermano no le hubiera gustado verte triste. -Al intentaba consolar a su destrozado padre, al mismo tiempo trataba de no llorar para verse fuerte con su progenitor, ahora lo necesitaba.

-Alphonse tiene razón, a Ed no le hubiera gustado verlo así. -Roy también trataba de darle alivio al pobre hombre, cosa que no consiguió en su totalidad, pero al menos le sacó una pequeña sonrisa, el padre de Al se fue a paso lento despidiéndose de Ed y diciéndole a Alphonse que lo esperaba en casa. El rubio y el moreno se quedaron un momento más.

-Gracias por todo Roy, al menos ya sabemos en dónde está mi hermano.

-Tan solo e hice un favor a Ed, él ya no quería sentirse solo, le hacía falta su hermano mayor.

-¿Perdón? Creo que te confundiste, Edward era mayor que yo.

-Lo siento, al parecer siempre estoy falto de información.

-No te preocupes, ahora se que lo que me dijo mi hermano sobre ti era verdad.

-¿¡Cómo dices!? - ¿Ahora que estaba pasando? Roy se lamentaba por nunca enterarse de los asuntos importantes.

-¿No te lo imaginas? De quien mi hermano estaba enamorado eras tú.

-N-no es posible -El moreno estaba muy pálido, ya no sabía si soportaría otra sorpresa más. -Yo no conocía a tu hermano.

-Pero él si. Siempre te vio de lejos, por eso nunca te lo cruzaste, nunca lo supiste, pero él siempre estuvo ahi.

-¿Por qué no me lo dijiste cuando nos conocimos? -¿Había escuchado bien?

-Porque Ed solo me había dicho el nombre de su amado, nunca me mostró una foto de él, siempre presumían que la tenía, pero que no me la mostraría, que era mejor que lo conociera cuando ya fuera su novio, en ese entonces estaba tan seguro de que lograría algo contigo, por eso no estaba seguro de que fueran la misma persona. -Al sonrió con melancolía.

-¿Entonces cómo es que ahora esta tan seguro que soy yo?

-Por esto -Le mostró la foto del pequeño relicario del rubio, ahí estaba él, al parecer la foto la habían tomado sin que se diera cuenta porque se encontraba comiendo una paleta en la imagen -Cuando me entregaron las cosas de mi hermano no me pude resistir a ver al famoso Roy.

-Ya veo, si nos hubiéramos conocido creo que lo hubiera invitado a salir.

-Antes de que se me olvide, toma, quiero que tengas esto. -El rubio le entregó un sobre, en él venía escrito "Roy Mustang" con tinta verde -Lo más seguro es que quería dártelo pero no se atrevió. Ya tengo que irme, papá me espera. -Y sin más dejó a Roy solo.

-La voy a leer de inmediato, creo que ya fue mucho el tiempo que estuvo guardada -El moreno leía cada palabra con asombro, nunca pensó que alguien pudiera dedicarle palabras tan cargadas de sentimientos, no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas. -No merecía lo que le pasó, si tan solo...

Ya no pudo continuar, sintió algo cálido que le impidió continuar expresando palabras de dolor, unos brazos de tacto ligero que rodeaban su cintura por detrás, cuando sintió que el agarre se deshizo se dio la vuelta; ahí estaba de nuevo aquel rubio, solo que ya no lloraba, ahora sonreía ampliamente, Roy quería moverse, pero no podía, quería hablar pero las palabras se atoraban en su garganta, tan solo pudo escuchar las únicas palabras que salieron de esos labios rosados.

-Muchas gracias por todo.

El chico se dio la vuelta y se fue a paso lento, ya no tenía nada que lo atara en ese mundo, ya podría irse a descansar, la pequeña figura se desvaneció en el aire con suavidad. Roy habló por fin para simplemente decir...

-No hay por que, espero verte algún día, para decirte que te quiero.

 

FIN

 

 

Notas finales:

Espero que mi intento de historia de fantasmas les haya gustado, me inspiré en una pequeña leyenda urbana poco conocida de mi comunidad (más información favor de contactarme).

No sean malos y dejenme reviews para saber si lo hice bien, es mi primera historia de este tipo.

Gracias por gastar un poco de su tiempo conmigo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).