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BLOQUEO MENTAL por gravi chan_reloaded

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Notas del capitulo: niaaaa no podemos creerlo, este es el primer one-shot que subimos como gravi chan_reloaded...Este fic jamas había sido publicado, por eso es especial, ademas de que lo hicimos en tiempo record, cuando decidimos que queriamos escribir esta idea... jajaja XDDDD ojala les guste y dejenos reviews onegai ^_^ dosdo...

 

 

BLOQUEO MENTAL

 

Ese día estaban por retirarse los miembros de Bad Luck después de varias horas de intenso trabajo. Se encontraban en un descanso que les había dado el manager, momento en el que el rostro del vocalista y el guitarrista reflejaban el cansancio de las grabaciones, hundidos en uno de los sofás, mientras que el tecladista sonreía ampliamente complacido. Sólo tenían que esperar a que el americano les autorizara el poder marcharse por ese día, pues incluso ya habían ordenado el estudio de grabaciones. Pero, en ese momento irrumpió el ojiazul con su arma en la mano apuntando a todos, para retenerles unos instantes más.

 

-Big news!!!- Un par de tiros se escucharon, después de ello silencio bajo la atónita mirada de todos -Por el día de hoy ya se pueden marchar-

 

Fue entonces hasta ese momento, que una expresión de felicidad se reflejó en el rostro de los dos amigos, mientras que en el rostro Fujisaki, su sonrisa se esfumó, al escuchar esas palabras, pues el ritmo de trabajo de esa ultimas semanas, sencillamente había sido muy profesional. Se incorporaron y tomaron sus cosas para salir del edificio de NG Records, para llegar hasta el estacionamiento en donde estaba la motocicleta del guitarrista, ya que esa noche él se había ofrecido para llevar al pelirosa hasta su departamento.

 

-Al fin podré ver a Yuki, después de un largo día- El pelirosa daba saltitos al no poder contener su emoción.

 

-Shuichi... yo, olvídalo... mejor préstame tu móvil ¿si?, necesito hacer una llamada- le dijo mientras le extendía el casco, intercambiándolo por el celular que en ese momento le dio el moreno -upss discúlpame Shuichi- Instante en el que accidentalmente había soltado el casco y este cayó al suelo.

 

-No te preocupes- Se inclinó para recogerlo, mientras se lo colocaba de espaldas al pelirrojo -Listo podemos irnos ya-

 

-Espérame un momento- Entonces, se giró y le dio el móvil, para después subir a su moto -¿Ya estas, listo?-

 

-Ya, podemos irnos- Guardó el móvil rápidamente, y sujetó con fuerza el torso del guitarrista para emprender el viaje.

 

Viajaban velozmente entre los carros de las transitadas calles de Tokio, mientras el viento parecía acompañarlos en su trayecto, hasta que llegaron al residencial del departamento. Entonces descendió de la moto, para quitarse el casco, se despidieron y el moreno aguardó a perderle de vista en la distancia, alejando el sonido característico de su vehiculo. Se giró, para entrar al edificio, subió al ascensor, deseando poder llegar al departamento, pues realmente ya se encontraba agotado, de esas semanas de grabación para el nuevo material del grupo.

 

-Ya estoy aquí Yuki- Exclamó, mientras se descalzaba en la entrada, para llegar con pasos lentos hasta el sofá de la sala, en donde se recostó por algunos momentos.

 

Algunos instantes después el escritor salió de su estudio, en donde había estado toda la tarde trabajando en su nueva novela, llevaba una taza en su mano, pues su intención era ir a la cocina por un poco más de café. Encontrando en su camino, al pelirosa, quien elevó su cabeza para verlo, dejándose caer de nuevo cuando él pasó frente a la sala.

 

-No te escuche llegar- Musitó unos pasos antes de llegar a la cocina -¿Quieres un poco de café?- Se escuchó la pregunta lejana

 

-Si, si quiero, ahora voy por el- Su cansancio era tal, que aguardó algunos momentos más antes de decidir incorporarse.

 

-Aquí tienes- Le extendió la taza con la humeante bebida para que la tomara

 

-Gra... gracias Yuki, ya iba a ir por ella- Se sentó en el sillón para recibir la bebida, dándole un pequeño soplido para enfriarla un poco, antes de darle un sorbo -Está muy rico, gracias-

 

-Es lo menos que podía hacer por un moribundo- Esbozó una divertida sonrisa ante su comentario, mientras sacaba un cigarrillo.

 

-Yuki... eres muy malo conmigo- Su rostro reflejó sus habituales muecas de niño pequeño

 

-Sólo era una broma, ¿quieres comer algo?- Dejó salir de sus labios el humo de su cigarrillo

 

-No, con el café estoy bien, tomare una ducha y creo que me iré a dormir- Dio un nuevo sorbo a esa deliciosa bebida

 

Momentos más tarde el moreno se incorporó para llevar las dos tazas vacías hasta la cocina, mientras que el novelista anunció que regresaría a trabajar a su estudio en lo que él se duchaba, para alcanzarlo en la alcoba. El moreno salió del cuarto de baño, caminando lentamente hasta la orilla de la cama, pues sólo deseaba poder descansar, ya que verdaderamente se sentía agotado, se metió entre las mantas tratando de esperar a que su amante llegara, pero los ojos lentamente comenzaban a cerrarse.

 

-¿Ya te dormiste Shuichi?- Preguntó después de cerrar la puerta tras de si

 

-Créeme que estoy a dos segundos de dormirme- Susurró pesadamente, al abrir sus amatistas

 

-Duerme Shu, duerme...- Se acercó hasta él, para depositar un tierno beso en sus labios -Que descanses- Revolvió cariñosamente su cabello rosado

 

Sin embargo, el ojivioleta quiso responder a esas extrañas actitudes del rubio, pero sus fuerzas parecieron abandonarle pues sus ojos se cerraron, invadido por el cansancio que en ese momento se apoderó de él, para sumergirlo en un profundo sueño, mientras era observado tiernamente por esas pupilas doradas, en quien se dibujó una sutil sonrisa al verle dormir tranquilamente.   

 

La noche transcurrió llegando rápidamente la mañana, mientras los rayos de sol comenzaban a filtrarse por la ventana, que mantenía las cortinas abiertas. Instante en el que lentamente comenzó a despertar, frotando sus parpados con el dorso de sus manos, para después incorporarse sobre la cama, estirándose un poco, sensación que le reconfortó. Entonces, giró su rostro para buscar al rubio a su lado, pero al no hallarlo durmiendo, la confusión se reflejó en su rostro al arrugar un poco sus ojos.  

 

Se levantó para ir a buscarle a su estudio, en donde se imaginó lo encontraría trabajando en su portátil, caminó por el pasillo hasta llegar a la puerta, la cual abrió lentamente para sorprenderlo, pero su intención se vino abajo cuando la habitación estaba con las luces apagadas y sin rastro del novelista. Salió de allí para ir a ver a la cocina, después a los cuartos de baño, en la terraza, obteniendo el mismo resultado, el rubio había salido del departamento sin avisarle o al menos eso suponía.

 

Sin embargo, sintiéndose desanimado regresó a su alcoba, tomó su móvil para llamarle a su amante, pero sólo obtuvo la respuesta del contestador automático, dejó el celular en la mesita de noche, para después incorporarse de la orilla de la cama y dirigirse a tomar del armario la ropa que ese día vestiría; esperando poder más tarde ver al ojiambar. Cerró las puertas, para dejar sus prendas sobre la cama, entonces se dio cuenta de algo, rápidamente volvió a abrirlas, observando con terror que la ropa del rubio, no estaba. Revisó el estudio y su portátil tampoco estaba, caminó desolado hasta el sillón de la sala, en donde se dejó caer completamente abatido, hundiendo su rostro entre sus manos.

 

-Yuki... se ha ido... se ha ido- Elevó su rostro, con el reflejo sombrío de su interior conmocionado -Pe... pero ¿Por qué?-

 

Su mirada la dirigió hacia algún punto perdido frente a él, cuando se recargó en el sillón, abriendo sus ojos cuando el asombro se apoderó de él, al observar que en una de las repisas, ya no estaban las fotografías que recordaban algunos momentos junto al escritor. Sintiendo el terror recorrer su cuerpo, cuando se dio cuenta que en el departamento no había ni el menor rastro del rubio, ya que parecía que su vida junto a él se había esfumado en una noche. 

 

No obstante, sabía que tenía que hablar con él urgentemente, por lo que decidió no perder más tiempo para salir de su departamento y dirigirse a NG Records, en donde estaba seguro su mejor amigo le ayudaría a dar con su paradero o en el peor de los casos el Presidente de hermosos ojos verdes, sabría en donde podría hallarlo, por lo que todo el camino lo hizo sintiendo un hueco en el estomago, mientras las manos se le enfriaron a consecuencia de la enorme ansiedad que se apoderó de él.

 

Descendió rápidamente del taxi, que lo había llevado esa mañana, echando a correr para llegar velozmente a la estudio de grabaciones, escuchándose el rechinar de sus tenis en cada una de la esquinas en las que daba vuelta, lo mismo que al llegar y abrir la puerta violentamente en busca del guitarrista.

 

-Hiro!!!- Se acercó hasta él con sus ojos amatista cristalizados -Yuki... Yuki se marchó... se fue, me abandonó-

 

-... Cálmate Shuichi-  Situó una de sus manos sobre el hombro del vocalista -El doctor dijo que esto pasaría-

 

-¿El doctor?...- Dudó por un momento, no sabía a que se refería el ojigris -No comprendo de que me hablas-

 

-¿Sucede algo? - En ese momento, se acercó a ellos su rubio manager, quien había observado la escena desde la distancia

 

-Lo que sucede Mr K... es que... bueno Shuichi salió de su "bloqueo mental"- Explicó tristemente el pelirrojo al ojiazul, quien en ese momento comprendió lo que ocurría

 

-¿Bloqueo mental? De ¿Qué están hablando?- El moreno palideció ante esas actitudes, llevándose una mano a la frente, cuando sintió como la fuerza de sus piernas se iba

 

-Yo te explicaré Shindou- El americano lo tomó de los hombros para ayudarle a caminar hasta un sofá, en donde le indicó que tomara asiento

 

-No entiendo qué es lo qué esta pasando- Sus manos temblaban, mientras un escalofrió recorrió su espalda

 

-Hace seis meses a Mr Yuki le dio una fuerte crisis, que lo llevó a ser hospitalizado de urgencia- Comenzó lentamente a explicarle -El médico que lo atendió hizo todo lo que pudo por detener la hemorragia, a causa de la ulcera pero... todo resultó inútil-

 

-Eso no puede ser... ayer Yuki estaba conmigo, me dio una taza con café- Sus ojos parecía que se desorbitaban ante lo que escuchaba

 

-Después de su muerte, tú... sufriste una fuerte crisis emocional en la que decidiste bloquear el hecho de su pérdida- Se llevó una mano a su barbilla en una expresión reflexiva -El doctor nos dijo que en algún momento ese falso mundo en el que tú seguías viviendo con Mr Yuki se vendría abajo-

 

-Y parece que ese momento llegó Shu- El pelirrojo se inclinó enfrente de él hasta quedar a su altura, para poner una de sus manos en la rodilla del moreno

 

En ese momento, el de ojos amatistas simplemente quedó imposibilitado de responder a lo que le acaban de contar, pues parecía haberse ausentado mentalmente, hasta que de pronto rompió en un amargo llanto, momento en el que el guitarrista  se incorporó para tomar asiento junto a él, envolviéndolo con sus brazos para tratar de calmarlo ante esa cruel realidad.

 

-Pero no lo entiendo... hoy se supone que comería con Yuki... él acepto ir conmigo a comer y luego salir en la noche conmigo- Decía entre sollozos al recordar los planes que tenían para esa noche

 

-Llora Shu... no lo guardes como la última vez- Suavemente acariciaba la espalda del moreno para reconfortarlo

 

-Entonces quieres decir ¿Qué fue producto de mi imaginación? ¿Qué Yuki, me haya invitado a comer juntos y qué me llevara café anoche?- El pelirosa se resistía a creer que esas actitudes tan condescendientes por parte del novelista hubiesen sido parte de una realidad inexistente, creada por su mente cuando él se negó la muerte del rubio- ¿Por eso Yuki era tan tierno conmigo?- nuevas lagrimas comenzaron a escapar de sus pupilas.     

 

-No sé que decirte Shuichi- El pelirrojo comenzaba a sentirse desesperado ante la devastada reacción del vocalista

 

-Eso no puede ser cierto, me niego a creer que Yuki esté muerto- Entonces, violentamente se incorporó para salir corriendo en busca del Presidente de ojos verdes, pues tenía esperanzas de que él le dijera lo contrario.

 

Llegó a la oficina del tecladista de Nittle Grasper, completamente exhausto, se detuvo en frente de la puerta para llamar, esperando le autorizara poder entrar. No obstante, el ojivioleta se sentía temeroso, por lo que se adentro con pasos lentos, hallándolo sentado en la salita de la oficina bebiendo un poco de café, con Sakano sentado enfrente de él, mientras el rubio ojiverde le hizo una señal, en lo que terminaba de responder una llamada.

 

-...Si, comprendo perfectamente... gracias por avisarme-  El ojiverde finalizó la llamada, girando su rostro con su habitual sonrisa en sus labios -Shindou-san ¿Qué ocurre?-  

 

-Seguchi-san, dígame que es mentira que Yuki está muerto y que sólo decidió dejarme e irse y... - Sus ojos estaba completamente enrojecido y su voz se cortaba aún más conforme intentaba hablar - que usted sabe en dónde se encuentra-

 

-Shindou-san, ¿Por qué si has salido del bloqueo mental no te han llevado el médico para que te revise?- Se incorporó para acercarse a él, al verle en ese estado tan deprimido.

 

-Eso no es cierto Yuki, no puede estar muerto... yo no recuerdo que él fuera hospitalizado... él no murió estoy seguro- Entonces, dio un par de pasos hacía atrás, pues lo cierto era que el pelirosa no recordaba los hechos que le habían dicho.

 

-Shindou-san... espera...- El ojiverde trató de detenerlo cuando le vio salir de su oficina. -Me preguntó que diría Eiri-san si hubiese podido verle en ese estado-

 

Sin embargo, el vocalista de BL, sentía una fuerte opresión en el pecho mientras corría por el pasillo para llegar al ascensor, bajo su único deseo de poder salir de ese edificio, dobló en la esquina y justo frente a sus ojos vislumbró la inconfundible silueta del escritor adentrándose, pero en el instante en el que intentó llegar a tiempo, quedó paralizado unos segundos al ver esa fría mirada dorada y esa irónica sonrisa en sus pálidos labios, en el momento en el que las puertas del ascensor se cerraron.

 

-¿Yu.., Yuki?- Se abalanzó sobre las puertas, dando un fuerte golpe al no haber podido evitar que se cerraran -Yuki... ¿Qué es lo que está sucediendo?...Yuki!!- La cabeza comenzaba a dolerle, se sentía mal, por lo que en ese momento le fue imposible evitar caer de rodillas, para después apoyarse sobre sus manos.

 

No obstante, reuniendo todas las fuerzas que le quedaban rápidamente se incorporó, para emprender una veloz carrera por las escaleras, intentando llegar a la planta baja del edificio, pues según la dirección del ascensor debía abrir sus puertas en ese nivel. Llegó, echo un vistazo dentro del el, pero ya no había rastro de la persona que acaba de usarlo, entonces miró en todas la direcciones, logrando vislumbrar en la puerta de salida a una silueta que reconoció.

 

-Yuki...¿Qué esta...- Quedó en silencio, cuando observó el rostro del rubio al que había creído reconocer como el escritor -Yo... lo siento me equivoque- Era la más que podía soportar, esa desilusión era demasiado para su confundida mente, momento en el que se inclinó para quedar abatido casi en el piso, abrazándose así mismo, tratando de recordar lo sucedido hacía seis meses. 

 

No obstante, de uno de los pasillos salieron apresurados el guitarrista de BL y el manager en busca del pelirosa, a quien hallaron, echo bolita recargado en una de las paredes, en una crisis emocional. Por lo que sin perder tiempo el rubio americano lo tomó entre sus brazos para llevarlo hasta su camioneta, en donde lo recostó delicadamente en el asiento de atrás, subiendo del otro lado el pelirrojo para reconfortarlo en su camino hacía el departamento, mientras el ojiazul conducía velozmente entre el trancito de la tarde de las calles de Tokio.  

 

En poco tiempo llegaron al departamento, ayudando al pelirosa a caminar, pues se había negado a que Mr. K, lo subiera del mismo modo en el que lo hizo a la camioneta. Entonces, se adentraron los tres en el recinto, observando la mirada vacía en esas apagadas pupilas amatista, quien se dejó caer en el sofá de la sala, observando a través de la ventana el paisaje que se dejaba ver. Momento en el que el manager abrió la puerta para recibir a uno de los doctores que atendería al vocalista de BL, pues en su estado era necesario que descansara al menos un poco.

 

-¿Cómo se encuentra Shindou-san?- El médico abrió su maletín para poder revisarlo, tomándole la presión y posteriormente con una pequeña luz observar sus ojos -Debe tomar este medicamento, le ayudará a dormir por algunas horas Shindou-san-

 

-No, no quiero tomar nada... yo sólo quiero encontrar a Yuki- En ese momento se exaltó, ante todos esos sucesos, ocasionando que el médico, optara por suministrarle una pequeña dosis de un sedante, que tendría los mismo efectos que el medicamento.

 

El pelirosa sintió el pequeño pinchazo en su abrazo, después de que con ayuda del rubio americano y el pelirrojo, habían logrado inmovilizarlo, para que el doctor pudiese aplicar el medicamento. Entonces, algunos momentos después el sedante comenzó a hacer sus efectos, sumergiendo en un profundo sueño al moreno, quien fue llevado en brazos por el rubio hasta su alcoba, para dejarlo dormir, cobijándolo cariñosamente con una manta.  

 

-Esto es demasiado... Shuichi está muy mal- El ojigris estaba desesperado al ver a su amigo en ese estado -¿Qué no piensan hacer nada?-  pero se sintió frustrado al no poder hacer nada por él y al no obtener respuestas de los que se encontraban presentes. Momento en el que violentamente cerró la puerta cuando salió del departamento.

 

Sin embargo, lo cierto era que comenzaba a preocuparles el estado de salud del de cabellos rosados, por lo que decidieron dejarlo descansar y regresar más tarde para saber como se encontraba. Mientras tanto en la alcoba en donde aún dormía el ojivioleta bajo los efectos del sedante, una silenciosa lágrima escapó de sus ojos, para después escucharse suavemente el triste murmullo en donde llamaba al escritor. 

 

Algunas horas pasaron, en las que lentamente el efecto del medicamento comenzaba a desaparecer, instante en el que el sonido de su móvil lo despertó, abriendo suavemente sus ojos amatistas para buscar en su mesita de noche el aparato y poder apagarlo, pero al no hallarlo allí, se incorporó un poco para buscar de donde provenía el sonido, encontrándolo del otro lado de la cama. Se apoyó en su antebrazo, mientras lo silenciaba, pues sólo se había activado la alarma, cuando una descarga de ansiedad se apoderó de todo su cuerpo, al percibir el aroma en toda la habitación del humo de un cigarrillo.

 

-¿Qué está sucediendo?- Sintió su corazón latiendo rápidamente, cuando vislumbró sobre la mesita de noche del lado donde dormía el escritor, un cenicero con los restos de un tabaco recién apagado, por lo que sin perder tiempo, dio un salto para comprobar que no estaba equivocado -¿Yuki estuvo aquí?- Confusión, sólo eso reflejaba su rostro.

 

Sin embargo, después de buscarle en todo el departamento y no encontrarle regresó a su alcoba en donde tomó su celular para marcar el número del de enigmáticas pupilas doradas, quedando completamente desconcertado cuando escuchó la grabación, en repetidos intentos, de que ese numero no existía, sintiendo un leve mareo ante esa fatídica impresión.

-¿Qué es esto?- Entonces tomó una pequeña hoja negra, que había estado junto al cenicero, para abrirla lentamente -Te espero en la fiesta de está noche en NG Records- No tenía dudas, había leído esa nota, reconociendo en ella, la inconfundible letra del rubio novelista.

 

Quedó en silencio, tomó su móvil para llamarle al guitarrista, pero algo lo distrajo, pues al revisar los archivos del móvil, no estaban ninguna de las fotografías digitales que ahí guardaba al lado del escritor. Su mente ya no podía ni si quiera pensar correctamente, sólo un pensamiento subsistía, debía ir a ese encuentro, si quería saber qué es lo que realmente estaba sucediendo.

 

El camino le pareció eterno, hasta que por fin llegó al edificio de la disquera, bajó del auto, llevando consigo una capa y un sombrero, pues la entrada no se le permitiría, sino asistía de riguroso disfraz para la ocasión. Pues esa noche se celebraba, "El día de Muertos". Llegó a la entrada principal del salón de la reunión, entregó la invitación y se adentró con pasos inciertos.

 

-Kumagoro na no da!!- El vocalista de NG, había salido a su paso cuando le vio llegar, causándole un sobresalto -¿Te asusté Shu-chan?-

 

-Sakuma-san... ¿No has visto a Yuki en algún lugar?- Pregunto, entrecortadamente pues un sudor frío comenzaba a apoderarse de él, bajo los efectos de la ansiedad y adrenalina, recorriendo su cuerpo.

 

-Yuki...Yuki... ¿nieve?- Lo observaba con ojos tiernos, pero al verle con más detenimiento una sería mirada apreció en las pupilas azules -¿Qué te ocurre Shuichi?- Inquirió preocupado

 

-Nada Sakuma-san de verdad nada, es sólo que me ha gustado mucho tu disfraz de caballero de la mesa redonda- Trató de parecer tranquilo, mientras observaba a la distancia en busca del rubio ojiambar. -La armadura es genial y también la de Kuma-chan-

 

-Arigato... Shu-chan...- Se llevó una mano de tras de la nuca -Demo... sólo he visto a Tatsu-chan... está disfrazado de un malvado pirata- Esbozó una tierna sonrisa

 

-Gracias- Le hizo una reverencia a modo de disculpa, antes de retirarse a buscar al menor de los Uesugui, pues sabía que con él podría encontrar respuestas.

 

Caminó algunos pasos en busca del pelinegro, en ese ambiente lúgubre que se había dispuesto para la celebración, neblina, efectos de sonido, visuales, sencillamente era una magnifica decoración. Entonces lo halló en una de las esquinas recargado y de brazos cruzados.

 

-¿Tatsuha?...- Preguntó temeroso de confundirlo, obteniendo un asentimiento como respuesta -Me dijo Sakuma-san que tu disfraz era de un pirata-

 

-Pues se equivoco- Ya que él vestía un elegante traje negro, con un pequeño moño rojo alrededor de su cuello, unos muy bien colocados dientes afilados, que salían seductoramente debajo de su labio superior, una larga capa negra y un elegante sombrero que cubría su cabello, complementaba el atuendo -¿Cómo estas tú? Ya me han contado- Inquirió preocupado.

 

-Tienes que decirme en ¿Dónde está Yuki?- En ese momento palideció al ver fugazmente, con un reflejo de una de las luces un destello dorado en su mirada -Tienes que decirme qué está ocurriendo...en dónde está él-

 

-No lo sé Shuichi... pero, es día de muertos, ¿esperabas verle aquí?- Se dibujó una sonrisa en sus labios -¿Te gustaría bailar conmigo, en lo que seguimos platicando?

 

El pelirosa tomó su mano, mientras se movía casi por inercia bajo ese estado emocional, llegaron a la pista de baile, en donde comenzó a escucharse una lenta melodía; que le permitió al elegante vampiro tomar de la cintura al moreno, quien se sorprendió ante esa actitud. 

 

-¿Qué diría Eiri si te viera en ese estado?- Preguntó divertidamente para continuar -Por cierto de ¿Qué es tu disfraz? se ve muy pobre-

 

-Se suponía que está noche sería especial, se suponía que Yuki me acompañaría y bailaría conmigo- Musitaba entrecortadamente, mientras un par de lágrimas recorrían sus mejillas -Quería sorprenderlo con un disfraz de un elegante príncipe...

 

-Y ¿Qué salió mal?- Inquirió el elegante personaje  

 

-Yo... no lo sé...- Lentamente comenzó a detener sus pasos -Yo no quiero creer en lo que todos me han dicho hoy... tengo miedo de creer que eso sea cierto y tengo miedo, de jamás volver a ver a Eiri- Sus ojos se enrojecieron, al imaginar una vida en la que no estaba más el rubio escritor -Yo... yo, solo sé que lo amo más de lo que él se puede imaginar-

 

-Y yo a ti Shuichi- Susurró suavemente al acercarse a su oído

 

En ese momento el pelirosa, sintió como una ola de adrenalina recorría intempestivamente todo su cuerpo, instante en el que a su lado llegó el menor de los Uesugui disfrazado de un malvado pirata. Entonces, giró su rostro mientras pasaba saliva difícilmente por su garganta, para observar como lentamente el personaje, con el que hasta esos momentos había estado hablando, se quitaba el elegante sombrero, con ese falso cabello negro, para dejar al descubierto su rubio cabello, revelándose con la luz esas doradas pupilas que lo observaban atentamente en espera de una reacción. 

 

-Todo fue una broma Shuichi- Le dijo lentamente el rubio escritor -Yo estoy bien, y todos me ayudaron en está broma que planee sólo para ti- Una sonrisa victoriosa se dibujó en sus labios, al ver que había triunfado.

 

Sin embargo, el de ojos amatista observaba en silencio, mientras su llanto comenzaba a escapar de sus ojos sin control, instante en el que sus conmocionados sentimientos lo hicieron colapsar, bajo la incrédula mirada dorada, que en un rápido movimiento lo había tomado entre sus brazos para evitar que se desplomara al suelo.

 

-Te dije que tu broma era demasiado para el pobre de Shuichi- Le dijo el pelinegro a su hermano mayor, al inclinarse hasta su altura para ayudarle a sostener, el abatido cuerpo del moreno.

 

Entonces, el ojiverde que había estado observando la escena desde la distancia, le indicó al médico que había ordenado estuviese allí, para cualquier imprevisto atendiera urgentemente el estado de salud del vocalista de BL. Llegando hasta él para proporcionarle con oportunidad la atención medica que requería. Mientras era observado por los ojos cristalizados del rubio, al verle en ese estado, sabiendo que había sido su culpa...

 

Ahora, después de haber sido trasladado a uno de los hospitales de Tokio, el de cabellos rosados, se encontraba recostado en una de las camas, con un suero conectado a su brazo, con diferentes medicamentos, con algunos otros más cables en su pecho, para monitorear sus signos vitales. Mientras ese sonido era el único que se escuchaba en esa blanca habitación.  

 

-Perdóname Shuichi no creí, que sería demasiado para ti...- El rubio tomó su mano entre las suyas para sujetarla con fuerza, mientras lo observaba tendido sobre esa cama.

 

Sin embargo, el vocalista de BL no abría sus ojos, pues aún estaba bajo los efectos de algunos sedantes que se le suministraron para hacerlo descansar, instante en el que un suspiro salió de esos pálidos labios, para después apoyar su frente sobre sus manos y dejarse invadir por el cansancio, pues su único deseo era permanecer esa noche a su lado. 

No obstante, a la mañana siguiente el medico que lo había atendido desde su llegada, ese día le hacía una revisión para corroborar que se encontrara bien, tratando de no hacer ruido, pues aún los dos amantes estaban dormidos. Entonces, las pupilas amatista se abrieron lentamente, para observar cuidadosamente en donde se encontraba, siendo brevemente deslumbrado por las intensas luces.

 

-¿Cómo se siente Shindou-san?- Preguntó mientras con una de sus manos elevaba los parpados del pelirosa para observar sus pupilas   

 

-Sólo me duele un poco la cabeza- Susurró

 

-Eso se debe a los momentos de tensión, bajo los que estuvo el día de ayer- Afirmó, mientras hacia unas anotaciones en unas hojas

 

-¿Y Yuki, en dónde está él?- Preguntó alarmado

 

-Se refiere al rubio que duerme a su lado, no se ha movido de aquí desde que lo ingresaron-

  

El moreno lo observó por algunos momentos, hasta que el médico le anunció que se retiraba, instante en el que un amargo llanto se apodero de él, sollozos que despertaron al novelista, quien con una expresión abatida se incorporó para tomar asiento en la orilla de la cama y envolverlo con sus brazos, tratando de reconfortarlo, acariciando suavemente su espalda.

 

-Perdóname Shuichi, mi broma se salió de control- Entonces, lo abrazó con más fuerza.

 

-Eres un tonto...- Se alejó de él para continuar con sus reclamos, pero al ver un par de lágrimas en el blanco rostro del novelista, con sus ojos enrojecidos, no pudo musitar palabras -Creí que me volvería loco sin ti- Tiernamente elevó su mano para tratar de borrar su llanto con uno de sus dedos.

 

Se observaron en silencio por algunos instantes, hasta que el rubio ojiambar sacó una pequeña cajita de su bolsillo, pero antes de que  pudiera abrirla, se escuchó el sonido de la puerta al ser abierta por varias de las visitas que se adentraron, cuando supieron que el moreno había despertado.

 

-Hiroshi Nakano te juró que te mato, fuiste parte de esto- Le reclamó al guitarrista cuando le vio entrar.

 

-Si creo que K utilizó sus sutiles métodos para involucrarme- Dejo escapar un suspiro de sus pulmones -Yo  cambie el móvil cuando tire el casco, para que tú tuvieras que levantarlo, por el que no tenía tus preciadas fotos-

 

-Yo ayude a Eiri-san con la mudanza para que sacaran en una noche todas sus cosas del departamento- Confesó el ojiverde -Pero cuado te vi en mi oficina, ordene te supervisara en todo momento un médico- Alegó en su defensa, con su habitual sonrisa en los labios.

 

-A mi no me dijeron nada Shu-chan... soy inocente y Kumagoro también- Dijo al borde del llanto, mordiendo una de las orejitas del conejo rosado.

 

-Y se escuchaba interesante que hubiese dos Tatsuhas, además no me decía entre el disfraz de pirata o el de un elegante vampiro- Dijo divertido el menor de los Uesugui -Pero fue agradable verme de las dos formas y en la misma noche- Sonrió

 

-Well, well, creo que es mi turno- Se cruzó de brazos con una intensa mirada en sus pupilas azules -Yo invente esa brillante idea de un " bloqueo mental" y la muerte de Mr Yuki para complementar su broma, además... sincronice los tiempos para llamarle a Tohma cuando llegaras a su oficina, también para que vieras a Mr Yuki en el ascensor y le pague a un sujeto para que te esperará en la entrada de NG... - Comenzó a reír escandalosamente al recordar, que todas sus misiones tuvieron éxito -Y lo mejor... me hubiese encantado ver tu cara Shuichi, cuando creíste que el numero celular de Mr Yuki no existía- 

 

En ese momento el pelirosa se dejó caer agobiado sobre la almohada después de escuchar, como es que todos se habían unido para llevar acabo ese elaborado plan, para hacerlo creer hasta esos extremos que estaba volviéndose loco, entonces recordó que aún le faltaba escuchar, la confesión de cierto rubio ojiambar, autor intelectual de esa inusual broma.     

 

-Y bien Yuki, a ti no te he escuchado- Una seria mirada apreció en esas pupilas amatista, en espera de sus palabras.

 

-Bueno Shu, recuerdas ¿qué hace una semanas vimos una película de terror y tú afirmaste que a ti nada te asustaría hasta el limite de tus emociones?- Una mirada cínica apareció en esos ojos dorados.  

 

-¿Y tenias qué comprobarme que estaba en un error?- Preguntó el moreno

 

-Bueno yo le platique a Tohma, y él coordinó a todos- Explicó, para proseguir -Yo te di un sedante en esa taza con café que te ofrecí, además fui yo quien te llevó a la recamara cuando te sedaron en el departamento, en donde tu amigo me reclamó tu estado de salud-

 

-Hiroooo...- Le sonrió tiernamente el pelirrojo

 

-Puse la alarma del celular para que te despertara, cuando todavía pudieras percibir el aroma del cigarrillo que fume, mientras yo te había observado dormir- Continuó explicando, esbozando una sonrisa en sus labios al recodar esos momento -Deje la nota aún lado del cenicero y salí de allí, para esperarte en esa fiesta- 

 

Entonces, el moreno quedó en silencio algunos momentos, para después echarse a reír bajo la atónita mirada de todos, pues en ese momento creyeron que el daño mental era irreversible -Ahora todo tiene sentido- Decía aún entre risas -Pero me las van a pagar- Sentenció

 

-Don't worry- Habló el rubio americano -En todo momento la broma estuvo bajo control-

 

Sin embargo, algunos momentos más pasaron en los que todos recordaban las reacciones del pelirosa y como lo habían conducido hasta el limite extremo de sus emociones, pero después de que una de las enfermeras les solicitó que se retiraran pues eran muchas visitas en una sola habitación, y sus risas se escuchaban en todo el piso; cada uno de ellos se despidió del moreno para dejarlo en compañía del rubio. En ese momento, el novelista tomó suavemente del mentón; al vocalista de BL para hacer que lo mirara, instante en el que él apretó la pequeña cajita entre sus manos, en espera de alguna explicación de lo que se encontraba allí dentro.

 

-Cuando la abras, te darás cuenta; que con ese regalo quiero que sepas lo que significas en mi vida- Le indicó que debía abrirla

 

El ojivioleta, lentamente retiró el fino hilo que la envolvía para poder ver lo que había en su interior, momento en el que sintió como sus pupilas se cristalizaron, cuando descubrió un par de anillos, en oro blanco. Los cuales simbolizaban sus vidas, juntos y el hecho de que el escritor formalizara de algún modo su relación con él, pues eso significaba que después de tanto tiempo, él sabía que quería a Su Shuichi a su lado.

 

-Gracias Eiri...- Las lágrimas brotaban de sus ojos incontenibles, entonces el rubio se inclinó sobre sus rosados labios para unirlos con los suyos, en un beso demandante que decía todo lo que sentía por el pelirosa.

 

-Ai shiteru Shu- Momento en el que una sonrisa se dibujó en sus labios al darse cuenta que había podido decirle, esas tan esperadas palabras por su amante, sintiendo un agradable sentimiento, cuando también las escuchó de los labios del ojivioleta. 

 

 

~ Fin ~

 

Notas finales:

 

 

Notas de las autoras:

Ñiaaaa u_u que broma tan pesada le juega Yuki a Shu y todos le ayudan, hasta hiro jajaja... Por cierto aunque sabemos que en Japón no se celebra tal cual el "día de muertos" en estas fechas, en México si, por eso quisimos hacer un fic de terror (y vaya que sentimos terror al pensar que nosotras podíamos ser las victimas jajaja) y en este fic la victima fue el pobre de Shu, pero creemos que al final Yuki se gana muy bien su perdón, además de que llora para disculparse... ñiaaaa que bien jaja XDDD ojala les haya gustado este fic y su fue así déjennos un review con sus comentarios, aceptamos de todo XDDD jane hasta el prox fic... "FELICES FIESTAS...BUU?


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