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Hola... por Alt3moTions

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Notas del fanfic:

Bien, otra contribucion mia para invadir con Twincest Kaulitz (espero y pronto haya mas que lo hagan o_O) espero les guste. Ya saben.... TWINCEST LAW!

Notas del capitulo: Bill saluda por incercia a su gemelo, ya es una costumbre suya, pero al pensarlo detenidamente, se da cuenta que, en cada "Hola" dirigido a su hermano, se esconde mas de una evasiva a sus sentimientos.

-Hola—Saludó Bill a su hermano que pasaba frente a su habitación, había dejado la puerta abierta, como el iba rumbo a la cocina, fue un impulso el saludarle... fue mas mecánico que otra cosa.

 

-Hola—Respondió su gemelo, dándole una mirada rápida para seguir su camino a un bocadillo nocturno. Bill tenía en su boca mordiendo un bolígrafo, recogió su cabello en una coleta, acostado boca abajo, apoyándose en sus codos, sin apartar la mirada, más que cuando paso su hermano, de la libreta. No se le ocurría que escribir y tenia que empezar desde ahora para el nuevo disco.

 

-¿Aun no se te ocurre algo?—Era la voz de Tom, el menor alzo la cabeza para confirmarlo, no se había dado cuenta de su presencia por andar pensando tanto en sobre que escribir

 

 –Aun no, pero llegara algo—Tom dio unos pasos hacia adentro hasta llegar a la cama del pelinegro, se sentó junto a el, mirando la libreta

 

 –Se nota que no andas nada inspirado—Bill bufo por enojo

 

–¿Por qué no intentas ayudar, en vez de molestarme?—

 

-Es más divertido molestarte jaja—

 

-JA JA que divertido, vamos ayúdame—Tom tenia una paleta de hielo en su boca, estaba jugando un poco con ella, mientras pensaba.

 

-Quizás deberías salir con chicas, los enamorados son los que tienen mas ideas—

 

-Lo dudo—Contesto el menor a Tom –Eso ya lo he comprobado—Tom al escuchar eso, miro a su hermano sorprendido

 

–De… ¿de quien te has enamorado?—

 

-Ja, es que viéndote a ti que sales con tantas chicas, nada mas no te ha funcionado—Tom le dio un golpe en la cabeza a su hermanito

 

–Tonto, pero igual una de esas veces me llego a enamorar ¿no?—

 

-No lo se--- El silencio se formo entre ambos hasta que Tom se levanto

 

–No te presiones tanto Bill, las letras llegaran solas, piensa que es divertido, como antes. No solo por trabajo—Salio de la habitación agitando la mano en modo de despedida, Bill igual lo hizo, y otra vez puso su atención en la libreta.

 

El si estaba enamorado… eso creía, pero ese amor jamás seria correspondido. Suspiro. Podría tener a cualquier persona en el mundo, a cualquier chica bonita, o chico… si el quisiera, pero… no podía tener a quien, para el, era la persona mas importante en su vida, desde…quizás, siempre.

 

Hace apenas unas semanas confirmo esa duda que tenia en el. Se había enojado por cualquier estupidez. Eso no era propio de el, tal vez solo molestarse, pero enojarse realmente… no.

 

-Te veo pasar… siempre frente a mi puerta…--- Entonces… dejo de presionarse, y empezó a escribir las cosas que sentía, tal vez no la terminaría hoy.

 

-¡AH BILL!—Era de nuevo Tom, por el grito asusto tan sorpresivamente a Bill que hasta dio un pequeño salto, puso sus manos junto a su pecho, intentando calmar su corazón

 

–Estupido! ¿¡Tenias que gritarme!?—

 

Tom solo se reía -¡Perdón! Solo quería decirte que mañana voy a salir con una chica que conocí en un bar—

 

-¿Otra vez? ¿No te cansas?---

 

-Eh, no, bueno, hasta mañana hermanito, que descanses—

 

-Igual tu…Tom—Bill se levanto de su cama con cansancio, cerrando la puerta, por si Tom volviera a entrar, el sonido de la puerta le advertiría. Se sentó teniendo la libreta con algunas palabras escritas. –¿No soy yo… a quien tu buscas? Aun así pasas… para saludarme, hola otra vez… ¿ahora soy yo a quien buscas?—

 

¡Oh! Por primera vez en la vida Tom tenia toda la razón, era cosa de dejarse llevar y la canción se daba sola, después le buscaría el titulo. Cerró la libreta negra y la guardo en uno de los cajones que estaban en el mueble junto a su cama. Respiro ya mas aliviado, sin tanta presión sobre el, tenia la solución frente a el, y la ignoro para complicarse las cosas.

 

Apago la luz, dejando solo la lámpara encendida, para encaminarse a su cama. Se recostó, cerrando sus parpados para que los sueños empezaran a fluir en sus ojos, ya mañana seria otro día para seguir la canción.

    

Se levanto bruscamente, sentado de golpe y con la cara más roja que una manzana madura. Miro alrededor convenciéndose de que era un sueño, para su suerte o… quizás para su desgracia.

 

–Fue un sueño—Se afirmo a si mismo, con sus manos comenzó a tallarse los ojos, y se recostó otro momento en su cama mirando el techo.

 

Aun recostado, con su mano saco la libreta del mueble junto con el bolígrafo. –Te he besado mas de mil veces, y aun sigues saludándome—La tinta ya no salía, se había ido hacia abajo al estar escribiendo de esa forma, hizo un sonido de fastidio y se levanto al fin.

 

-Hola Bill, por fin despiertas— Era la voz de su hermano otra vez, en el umbral de la puerta, con su cabello revuelto, con un short bastante grande  y una camiseta

 

–Vamos a desayunar, sino se enfriara lo que pedimos—

 

-Si, en seguida voy—Guardo la libreta otra vez en el cajón de siempre, y fue hacia la cocina

 

-¿Dormiste bien?—Pregunto Gustav que devoraba unos huevos fritos con tocino

 

–Eh…. Si claro, ¿y tu?—

 

-El siempre duerme bien, ¡no dejo de escuchar como ronca!—Se quejo Georg, recibiendo un panaso en la cara

 

-Jajaja—Empezó una pelea de comida, y lo único que parecía ser lo que era desde un principio fue el pan, así que fue lo único que comieron. Los cuatro se arreglaron rápido porque tenían una entrevista justo a las dos.

 

La entrevista hasta eso fue rápida, comparada con otras en donde cometían un montón de errores y los querían maquillar cada 30 segundos. Tom era el que mas se quejaba con eso, que el prefería andar al natural a sentirse como un payaso con montones de químicos sobre su cara.

 

Así era su hermano siempre, quería mostrarse como el quería, pero no todas las veces sacaba como era realmente. Eso le molestaba un poco a Bill, pero a la vez le sacaba una sonrisa de su boca, porque el era de los pocos que conocían… totalmente a Tom, no, mas bien, era el único que lo conocía demasiado bien.

 

Cada año que pasaba ellos iban alejándose. Un poco más cada vez, Tom parecía encontrar más interés en los placeres de la vida, que en disfrutar el momento con todos. Ya los gemelos habían discutido sobre eso, pero no llegaban a nada, se enojaban y cada quien se encerraba en su habitación.

 

¿Quién se había alejado primero? Se preguntaba Bill observando por la ventana el paisaje tardiuno de la ciudad. ¿Había sido el? ¿En que momento?

 

Quizás ese día, cuando comenzaron lo de la idea de la banda. Cuando Gustav y Georg se unieron a ellos. Devilish ese era el nombre que había escogido Bill, claro estando de acuerdo con los demás, Gustav y Georg no tenían problema con cualquiera que fuera el nombre, pero Tom si que los tenía con cada proposición que escribía Bill en aquella pizarra.

 

-Ese nombre no me gusta para nada—Era la oración mas repetitiva que escuchaba Bill de parte de Tom, borraba y borraba y borraba, hasta que se harto

 

–¿Y se podría saber porque no te gusta?—Le tiro el borrador en la cabeza a Tom… este puso una cara como si fuera a explotar de ira… pero en segundos estaba riéndose a carcajadas, los demás empezaron a reírse también mirando a Tom lleno de polvo blanco en su cara, este se lo lanzo a Bill y el quedo de la misma manera. Siempre que los dos empezaban algo, los cuatro salían pagando lo que los gemelos hicieren.

 

Eso había sido primero, buscar en vano el liderazgo de la banda, cuando después de madurar mas, ambos entendieron que era cosa de todos los integrantes mantenerla, no de uno solo mangoneando a los demás.

 

Tom pensó que siempre tendría que cuidarlo, de todo y de todos, y Bill al alejarse para que no fuera así mas, Tom se había vuelto algo indiferente con respecto a lo que sentía el pelinegro. Bill se quedo ahí en la pequeña sala, mientras que Gustav salía por ahí a quien sabe donde, y Georg se quedaba como de costumbre con la asistente.

 

Tom se había marchado a su cita desde que salieron de la entrevista. Se recostó en el piso, así su espalda dejaría de dolerle.

 

–Hola de nuevo, quisiera preguntarte tantas cosas—Escribía el pelinegro, otra vez la tinta se había ido hacia abajo. Se recostó ahora boja abajo. –Te sientes en el abismo de la soledad, ¿así como yo?—

 

Bill cerro sus ojos, y la única figura que se formaba en la penumbra debajo de sus parpados era el rostro de su hermano –Será que ya tienes a alguien que te ame—

 

Lentamente sus ojos volvieron a encontrarse con los colores de aquellas paredes, la tristeza empezó a torturar su corazón, con el solo hecho de pensar que esa persona a quien tanto quería, tuviera ya a alguien ocupando cada  pedazo de su pecho

 

–Quiero tener el valor de preguntártelo, esta vez que me digas hola, te lo diré-- 

 

Sonrió el pelinegro, y siguió escribiendo –Saber lo que tu corazón se niega a contarme, saber la forma en la que puedo entregarme a ti, y que sepas …cuanta importancia tienes para mi---

 

“Si se lo dijera, ¿que pasaría?” Se preguntaba a si mismo el pelinegro observando el texto escrito en las hojas de aquella libreta, tomo aire y prosiguió su escritura.

 

–Pero no puedo comenzar de la nada diciéndote estas miles de cosas, que sin el inicio, seria como algo difuso al aire. Debería empezar con dos palabras…--- El pelinegro se detuvo, no podía escribir esas palabras, tal vez eran demasiado… pasionales para el

 

 –Hola, me respondes el saludo, ¿esta vez soy yo a quien buscas? Tantas veces te he tocado, y tu sin imaginarlo siquiera, tantas y tantas veces. ¿Te sientes solo? ¿Hay alguien ya a tu lado? Quisiera saber la forma y el momento adecuado, para decirte… te amo. Hola… otra vez solo esa palabra puedo pronunciar, hola de nuevo, estoy aquí… para ti, aunque tu no lo sepas, o no quieras saberlo.—Había terminado el texto, ahora era cosa de acomodarlo adecuadamente para darle un ritmo, se tiro boca arriba mirando aquel foco.

 

-Y ¿que les diré cuando la ensayemos? ¿Que tengo un amor secreto? Jaja y con quien… ¿con el conserje?—Decía en la soledad de aquel lugar el pelinegro

 

-Pues en serio que estas desesperado para estar con ese tipo—El pelinegro se sorprendió, y se incorporo sentándose, mirando atrás de si. Era Tom.

 

-¿Qué haces aquí?—Pregunto algo sonrojado Bill

 

-Escuchando tus confesiones amorosas jaja—

 

-Solo estaba divagando—

 

-Pero Bill, ¿a que te referías eso de cuando ensayemos? Ya tienes la canción, déjame verla—Pronuncio el mayor, acercándose a la libreta junto a Bill, pero este tomo mucho antes la libreta, haciendo que Tom se cayera en el piso.

 

-¡NO! Aun no esta lista… faltan algunos detalles— Bill intento buscar algunas excusas para no enseñarle la canción a su hermano.

 

-¿Entonces tienes un amor secreto? Espero que no, me darían celos jajaja— Bill se sonrojo por el comentario, pero solo serian tonterías nada más

 

-Jamás imagine que estuvieras enamorado del conserje— Comento Tom

 

-¡AJA! ¡Confiesas que es tu amor secreto!— Grito Bill

 

-¿Y tu que? ¡Es el tuyo también!—Tom se quedo cayado, y ambos empezaron a reírnos de lo que habíamos dicho. Se recargargaron en sus espaldas, uno en la del otro.

 

-¿Me la mostraras cuando la termines?— Pregunto Tom

 

-Mmm… no lo se, ¿que me darás a cambio?--- Dijo Bill, buscando alguna buena razón que le diera animo a hacerlo.

 

-Di lo que quieras, yo aceptare— Dijo Tom

 

-Solo di, ¡si lo haré! Y te la muestro— Hablo Bill, esperando que su hermano dijera que si.

 

-¿Pero que haré?—Pregunto Tom, no muy seguro de mantener la promesa de hacer cualquier cosa que le pidiera su hermano

 

-Tu di que lo harás y te muestro la canción— Bill le anuncio seguro.

 

-De acuerdo, lo haré—El silencio estaba entre ambos. Bill puso una de sus manos sobre su rodilla y otra a su costado, la que puso a su costado, rozo con la de Tom  y la alejo de pronto

 

-¿Qué pasa? Te note tenso—Comento Tom al notar un movimiento brusco en el cuerpo de su hermano

 

-No… no es nada—Bill lentamente puso su mano en donde estaba, rozando la de Tom, y  este ultimo la acerco un poco mas

 

-Como… ¿como te fue en tu cita?—Pregunto ya nervioso Bill para romper aquella tensión

 

-Pésimo, la vieja no quiso aflojar—Dijo ya un poco enojado Tom

 

-¿Te pego?— Pregunto Bill

 

-¡Adivinaste Billy! La perra solo porque le dije que estaba buena y quería con ella, ya sabes yo siempre tan sincero— Menciono Tom enojado

 

-Cuando te conviene—Dijo Bill haciendo que Tom hiciera un sonido de molestia

 

-¡Como sea! Le dije y ya, y la muy creída me da una cachetada, si ella fue en primera la que se me insinuó— Se excuso Tom

 

-Las chicas con algo…complicadas—Dijo con una risita Bill al imaginarse a Tom con cara de asombro debido al golpe

 

-En eso estoy de acuerdo contigo…ojala y hubiera una chica que me entendiera como tu… ¿existirá Bill?—A Bill se le encogió su corazón al escuchar ese comentario de su hermano, no se imaginaba a alguien que entendiera como el a su hermano, y no quería ni imaginárselo. Era algo único y especial entre ellos.

 

-¿Bill? ¿Otra vez en la luna?— Dijo Tom, mirando a su hermano.

 

-Lo siento Tom, es que ando algo distraído— Nervioso le contesto Bill

 

-¿Por tu amor secreto?—Pregunto Tom haciéndole burlas

 

-“En realidad… estoy cansado, voy a tomar una pequeña siesta—Bill se levanto a pesar de las quejas de su hermano mayor, agarro la libreta y se metió a su habitación, cerrando con seguro.

 

-¿¿Tu también?? ¡Aaah! Como quieras, voy a pasearme por ahí—Fue lo ultimo que escucho Bill antes del puertazo. Miro otra vez el texto y se decidió en acomodarlo al fin.

   

“Hola,

Pasas cerca de mi puerta

Me devuelves amablemente el saludo

¿Soy yo a quien buscas en este mundo?

No, aun no lo soy. Y se va tu silueta.

 

Otro día mas, ¡Hola!

El saludo que nos intercambiamos

Hoy soñé que en la eternidad nos besábamos

Tu sin saberlo, y yo sin poderlo decir

Pero tengo miedo a que me odies, tengo que mentir.

 

¡Hola!

En mi interior te pregunto

¿Sientes la soledad a tu alrededor?

O será que tu corazón ya encontró el amor

¡Salgan palabras! es inútil, me quedo como tonto.

 

Esta vez, no diré Hola

Quiero saber los secretos de tu alma

Encontrar ahí, la manera de a ti entregarme

La importancia que tienes, el como me brindas calma

Dame la duda, de que quizás, puedas amarme.

 

Debo comenzar con dos palabras

Para que entiendas lo demás que brotara

De la herida de mi cara

Que ya no adivines nada, y certeramente lo sabrás

 

El inicio… debo comenzar, dar el paso

La búsqueda del valor antes de otro ocaso

Estas por pasar cerca de la entrada

Me quedo en shock al sentir mas cerca tu llegada.

 

¡Hola!

Mi saludo, con tu sonrisa contestas

¿Soy yo el que buscas? En silencio pregunta mi amor

Te alejas, dándome un no como respuesta

Anhelo roto, otra vez por mi estupido temor.

 

¡Hola!...

Te amo…solo esas palabras logran escapar

Del interior de mis pulmones con dificultad

Cierro mis ojos, para el impacto de tu frialdad

¿Debí resignarme a que nunca me ibas a amar?

 

Mi corazón esta en mi mano,

Estoy aquí… para ti, estático

Aunque tú no lo sepas

O tal vez no quieras

Estar contigo amándote, sueño triste romántico.”

 

-Termine… ahora el nombre…mm…jaja fácil, Hola, no creo que Tom acepte esto pero... me arriesgare--- La noche llego sin tener conciencia del todo el pelinegro, salio de la habitación para encontrarse a Gustav y Georg jugando videojuegos, Tom estando con ellos criticando cada movimiento que hacían, según el, que estaba mal.

 

-Tom… podrías venir—Dijo Bill con una voz algo extraña, a lo que los tres voltearon, haciendo que Georg y Gustav chocaran en el videojuego

 

–¡MALDICION!—Dijeron los dos al unísono

 

-Claro Bill, enseguida voy—Bill se metió nuevamente a su habitación, parado junto a la puerta de su cuarto, Tom penetro la habitación, y Bill cerro la puerta.

 

-Puedes leer mi canción… luego me preguntas lo que quieras, y después… lo que prometiste—Dijo Bill sentándose en la cama, tomando una de sus almohadas y abrazándola.

 

-Y ¿me vas a decir la verdad de lo que sea que te pregunte?—Bill asintió, no viendo a su hermano a los ojos,  y cubriéndose la mitad de la cara con la almohada, el pelinegro no quería que su hermano mayor se diera cuenta de… algo que le estaba pasando.

 

Hubo un lapso de silencio en lo que Tom pasaba los ojos por las letras de la canción compuesta por su hermano, había pequeñas reacciones en su cara, en las que Bill se fijo muy bien, pero no sabía su significado.

 

-Mm… vaya, empecemos con el interrogatorio… ¡¿TU FUISTE EL QUE CAMBIO MI PUDIN POR LODO CUANDO ESTABA ENFERMO DE GRIPE?!— Le grito Tom

 

-¡¡Tom!! Dije preguntas sobre la canción, no sobre pequeñas cosas sin importancia del pasado—Dijo riéndose al recordar la cara de ansiedad que tenia su hermano al comer esa bola de chocolate que solo empalagaba al pelinegro, siempre que su madre les preparaba eso, Bill solo comía un poco, Tom se comía la mayoría, y después perseguía a Bill por toda la casa para darle sus besitos de chocolate. Así que un día que Tom se enfermo mucho de Gripe que no podía ni respirar por su nariz, cambio el pudín por lodo, Tom tenia hasta estrellitas en sus ojos al ver ese “manjar” frente a el, y un segundo después que ya estaba en su boca lo escupió por todos lados, Bill se reía a carcajadas, y Tom corrió al bebedero para enjuagarse su boca.

 

-¿¿¿Sin importancia??? ¡Fue un cruel trauma!—Siguieron riéndose un rato, hasta que Tom pregunto –Y… a quien va dedicada la canción… ¿conozco a esa persona?— Cuestiono el mayor

 

-Podría decirse que si— Contesto el pelinegro

 

-¿Como que podría?—Pregunto Tom –“¿Si o no?”—

 

-Bueno, si— Respondió Bill, sintiendo que su corazón latía mas fuerte.

 

-Ah… es todo lo que quería saber— Acabo de decir Tom

 

-¿No te da curiosidad saber el nombre de esa persona Tom?—Tom negó con la cabeza

 

-Es tu vida… esta bien, mientras que esa persona no te haga sufrir, además… no quiero saberlo por otras razones mas— Le menciono él

 

-¿Por que?— Cuestiono el menor de los gemelos

 

-¿Quieres que cambiemos tu premio por un cuestionario sin limites?—Pregunto el mayor a Bill, para Bill eso sonó tentador, pero… tal vez ni siquiera obtendría eso que tanto soñaba

 

-No…— Dijo Bill

 

-Pues dime, ¿que quieres que haga?— Pregunto al fin Tom

 

-No quiero que pongas resistencia— Le dijo Bill

 

-¿A que?—Pregunto Tom confuso, su hermano ya estaba actuando muy raro y misterioso.

 

-Lo que sea que haga, tu no te resistas, es todo lo que te pido— Sin decirle mas, le contesto su hermano.

 

-Jaja, de acuerdo, quieres grabarme en una pelea contigo en la que tu ganes, ¿para que se los presumas a nuestros amigos?—Bill negó con la cabeza

 

-Es solo algo entre los dos— Le respondío su gemelo

 

-Mm… esta bien— Acepto Tom

 

Bill saco una mascada de su cajón, una de color negro con algunas estrellas blancas. Se la puso alrededor de sus ojos a su hermano mayor.

 

-¿Que haces Bill?— Cuestiono Tom

 

-Ahora te enteraras, no te impacientes—Tom guardo silencio, eso se volvía interesante, fuera lo que fuera a hacer su hermano.

 

Bill se levanto y apago las luces, se sentó frente a su hermano, observando el rostro de su hermano, y acercando sus dedos a la boca de su hermano pero sin tocarla siquiera.

 

-Piensas dejarme así todo el rato ¿o que?— Tom no se sentía del todo cómodo con la situación.

 

-¿Tu solo quédate así quieres?—Tom guardo silencio, torciendo un poco su boca. Empezó a jugar con su percing moviéndolo con su lengua.

 

Admirando cada gesto, cada movimiento, estaba Bill, dudoso ya en ese momento de hacer lo que tenia planeando desde que la oportunidad se presento. Bill puso su mano totalmente sobre la mejilla de su hermano, Tom no dijo ni una sola palabra, solo tuvo una pequeña reacción debido a la sorpresa del contacto.

 

La voz de Bill se escuchaba levemente, como si estuviera tarareando una canción. Quizás el ritmo de la canción que había compuesto.

 

Pego su frente con la de Tom. Ya estaban respirando del mismo aire. Bill tomo de las muñecas a Tom, y las acerco al borde de su playera negra, tocando un poco de la piel que estaba debajo. Tom trago un poco de saliva.

 

Con las manos de Tom, Bill subió su playera dejando que las manos de su hermano tocaran su vientre, su pecho, toda la piel que cubría su playera. Tom quería hacer algo, pero no podía romper la promesa que había hecho a su hermano…

 

Bill hacia pequeños ruidos, se acerco mas al cuerpo de Tom, dejo sus manos un rato para quitarse completamente la playera. De eso ya estaba enterado Tom, que al no poder ver, su oído se agudizaba mas, y el perfume que tenia la piel de Bill se hacia mas presente en la atmósfera. El quería tanto moverse… pero no tenía opción, tenia que soportar un poco más.

 

-Siéntate un poco más hacia mi—Dijo Bill al oído de su hermano, pero Tom no dijo nada

 

-¡Tom!...aah… esta bien—Se escucharon los resortes del colchón cuando el cuerpo de Bill se paro, y Tom sintió de sorpresa un empujón haciendo que cayera de espaldas a la cama.

 

Escucho claramente los pasos de los pies descalzos en la alfombra que daba Bill, justo al lado opuesto de donde estaba, un jalón en ambos brazos fue lo que sintió, después….nada, por un minuto no escucho nada, sentía que Bill lo había dejado abandonado, pero aspiro el aire de aquella habitación…aun estaba el olor que solo Bill poseía.

 

-Se que estas ahí Bill. ¿Qué andas parado sin hacer nada?—Bill  no respondió nada, mitad era verdad, estaba parado, pero si estaba haciendo algo, estaba quitándose el pantalón e imaginando el cuerpo de su hermano bajo la ropa, no tenia que imaginarlo en realidad, solo… lo recordaba.

 

Tom escucho otra vez los resortes del colchón ahora contraerse, seguro que el cuerpo de Bill estaría junto a el, sintió como se acercaba… ahora algo de peso estaba encima de su cuerpo.

 

-¿Bill?—No obtuvo respuesta, pero sintió el calor subir en todo su cuerpo cuando Bill metió sus manos debajo de la ropa de este. Después de recorrerla un rato con sus manos, subió la gran playera roja. A Tom le dio un pequeño escalofrió cuando sintió en su piel la húmeda lengua de Bill delineando su vientre.

 

-Ah….—Tom no pudo reprimir ese gemido cuando Bill ya estaba un poco debajo de su ombligo. Bill se detuvo al escuchar ese sonido, estaba entre las piernas de su hermano, puso sus brazos a los lados, evitando el contacto entre sus cuerpos, ese sonido lo había excitado bastante. Si seguía… no iba a parar, al menos a su hermano le estaba gustando, quito rápidamente la playera de su hermano para juntar sus pechos desnudos, era un calor que quemaba… pero de deseo.

 

El menor tomo las manos de su hermano nuevamente, poniéndolas justo sobre sus piernas, subiendo poco a poco hasta llegar a su…

 

-¡Bill!...tu estas…—Dijo sin poderlo retener, al sentir la erección que ya tenia Bill

 

-Silencio hermano—Ordeno Bill, besando a Tom en su cuello, mordiéndolo, raspando un poco su piel con sus colmillos.

 

Tom ya no pudo resistirse más, y puso sus piernas alrededor del cuerpo de Bill, acercando sus caderas a su cuerpo.

 

-Tu… prometiste que—Decía Bill lo mas sonrojado posible

 

“Ya no puedo resistirme Bill, quiero sentirte también—Tom se quito la mascada, agarrando la cabeza de su hermano, atrayéndolo hacia el y besándolo desesperado, Bill le correspondió de la misma manera. Separándose después de un rato por la falta de aire, rozaban sus cuerpos con cada vez más rapidez y más fuerza. Bill se acerco al oído de Tom, mordiéndolo y lamiéndolo, entre jadeos le dijo

 

–Tom…ah, ¿sabes para quien es la canción?— Le menciono su hermano menor

 

-Eso no me importa ahora…— Decía Tom

 

-Es para ti…—Tom paro en seco las caricias que brindaba a su gemelo al decir esto…

 

-Tu… ¿me amas Bill?— Pregunto sorprendido Tom.

 

-Si…si no lo sospechabas ¿por que me correspondes todo lo que te hago?— Le dijo preguntándose hasta el mismo, el motivo que tendría su hermano.

 

Tom se quedo en silencio… tenia que ser sincero de la misma manera que lo fue Bill

 

El pelinegro cerro sus ojos, temeroso al igual que la canción de lo que podría pasar, de que la bofetada que le diera la realidad, no pudiera resistirla su corazón, que se rompería tanto que se haría polvo. Al estar con tantas chicas, Tom le había roto el corazón muchísimas veces, pero la esperanza seguía en el…

 

-Sea como sea…estoy para ti Tom, siempre—Pronuncio el pelinegro aun con los ojos cerrados, fuera lo que fuera que dijera su hermano, mas allá de lo que fuera esto que había pasado… el seguiría amando a su gemelo, porque aunque intentara…jamás podría odiarlo. Lo amaba demasiado. No podría decirle un Hola, como de costumbre, dolería… pero había hecho algo, y de eso no se arrepentía… ¡Hola Tom! ¿Podría decirle eso la mañana siguiente sin que el lo mirara de una forma fría?...

 

Habla ya, pensaba el pelinegro. Porque en ese instante su relación cambiaria pero… los sentimientos de Bill no. Porque era ese amor lo que le hacia sentirse vivo, aunque matara un poco cada día el no saberse correspondido, lo soportaría… si podía ayudar a Tom. “No quiero decirte adiós” Pensaba Bill, “Solo déjame repartirte un hola, como cada mañana”

 

El menor se paro de aquella cama, encendiendo la luz –Vete… no me digas ya nada mas Tom—

 

-Pero…Bill— Trataba de decir Tom

 

Su hermano menor sonrió sinceramente –Prométeme que me dirás hola por la mañana, al pasar por mi puerta abierta—

 

-¿Qué?—Tom se sentó en la cama, observando el rostro sonriente de su hermano

 

-Por favor… solo hazlo, y… perdóname— Acabo de decir Bill

 

-ES QUE…BILL— El mayor intentaba terminar su oración

 

-¡Tom!...Ve a dormir...—Eso lo dijo mas en tono de suplica que de orden, el ya triste y resignado de Bill, Tom agarro su playera del piso y se dispuso a salir. Bill cerró rápidamente la puerta, respirando lentamente y convenciéndose a si mismo que lo que había hecho estaba bien. “Somos hermanos, y de ahí no cruzara mi corazón jamás…aunque sea lo que  mas quiera” fue el pensamiento de Bill, antes de acostarse y dejar su mente en divagaciones sin sentido. Soñando con el saludo de cada mañana de su hermano gemelo.

                      
Notas finales: ¿Sera el final?... obvio que no :P

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