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Luchemos Hasta morir.
Tú y yo, ¿Qué?
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Uzumaki Naruto en su extraña vida de ninja, había logrado experimentar muchas cosas realmente excitantes y nuevas. Aquellas con las que poco a poco había aprendido a madurar.
¡Era el ninja numero uno en dar sorpresas!
¡Era el ninja que había hecho equipo con el afamado sobreviviente del Clan Uchiha!
¡Era el joven que había heredado la voluntad del fuego de Konoha!, pero sobre todo: ¡Era el Jinchuuriki de la bestia más temida!
¡El Kyuubi!
Naruto no comprendía del todo, como era que el destino le hubiese llevado hasta ese punto; y aun entendía menos, como era que había terminado en esa situación. Cosa del destino. Situación de la vida, o era que… sin saber… ambos estaban predestinado a estar uno a lado del otro. Naruto no podía dar una explicación al hecho de tenerle enfrente de él en ese preciso momento, frente a frente con la única persona que deseaba que le reconociera… Uchiha Sasuke.
—Parece que tendremos que acabar con todo esto, ¿No es así?, Naruto –expreso con voz cansada el moreno.
El rubio sin saber, se concentro en el tenue ruido del agua al caer que la cascada adyacente realizaba, sus fosas nasales se empaparon de aquel viento fresco y placentero que cubría todo el terreno.
“Es solo un sueño”, pensó por un momento.
Qué toda aquella sangre que emanaba de su cuerpo y del cuerpo de su contrincante, era producto de una desagradable pesadilla, que todo aquella destrucción que sobresalía en la parte contraria a la cascada, no era más que producto de algún ninjutsu, que todas aquellas emociones revueltas que sentía, no era más que la conjugación de una alucinación… Si, una miserable alucinación que le producía una angustia hasta los huesos…
“Nada de esto es real”, se reafirmo así mismo.
—Eso parece –contesto el rubio con voz tranquila.- Al final puede que se cumpla tu deseo
— ¿De verdad? –Inquirió el otro con una ceja levantada-, llegarías a sacrificar tu vida, ¿por mí? –Pregunto con cierto desdén.
Un indescifrable silencio inundo por unos minutos aquel paisaje. El sonido del viento, hacia parecer que aquellos dos hombre, tenían un lazo invisiblemente los unía sin saber. Ellos a pesar de ser completamente distintos, habían compartido un camino lleno de tristeza, frialdad, pero sobre todas la cosas, ambos habían estados… solos.
¿Qué fue lo que nos ha separado, Sasuke?, quiso preguntarle el rubio.
Naruto había elegido de alguna forma ser admitido como un ninja normal, sin llevar consigo el mote de “bestia”; en cambio Sasuke había elegido abandonarlos para obtener el poder, la fuerza y olvidar la humanidad que sentía su corazón.
El rubio dio un hondo suspiro, y con voz tranquila y segura, respondió:
—Y, ¿Quien dijo que yo era el que debía morir?
—Supongo, que al final de este recorrido, todo esto tenia que pasar. O te mato. O me matas.-dijo el moreno.
Sasuke le encaro, con aquellos ojos rojos que le distinguían, saco a Kusanagi de su espalda. Naruto se posiciono para dar un gran salto. El sonido de una roca cayendo hizo una pequeña bulla en el lugar…
— ¡Luchemos hasta morir! –Exclamaron al mismo tiempo.
La filosa cuchilla de la espada fue tomada por el rubio. Naruto no evito dejar salir una pequeña mueca de dolor, al sentir como se clava con saña en su mano.
—Parece que al final en realidad quieres contar nuestros lazos, ¿verdad? –Pregunto con tristeza y melancolía-. Eso es lo mejor –dejo escapar en un susurro.
Naruto propino un golpe en la cara del moreno. Sasuke rodo unos cuantos metros, el rubio brinco a una distancia prudente, debía admitir que, por más que consideraba a Sasuke su amigo, muy en el fondo de su corazón sabía que era el obstáculo que no le permitía superarse.
¿Acaso era malo querer demostrarle a él que era superior? ¿Acaso no se le permitía ser un poco egoísta? ¿Acaso el querer terminar esa lucha que llevaban ambos entre años, era pedir demasiado? Estaba cansado, muy cansado de vivir persiguiendo el recuerdo de un amigo que solo era eso… Un triste recuerdo.
Naruto movió con agilidad sus manos. Sasuke realizo lo mismo al mismo tiempo.
— ¡Naruto! ¡Sasuke! –se escucho el grito de una mujer por aquel lugar. Y luego, el sonido de una gran explosión.
Una inmensa luz inundo el lugar.
La sensación de estar girando sin control, y una gran ráfaga de viento fue lo último que alcanzo a notar el rubio, antes de cerrar sus ojos y caer en una completa e incierta oscuridad.
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— ¿Te encuentras bien? –escucho que le pregunto una voz femenina.
Sasuke se levanto un poco aturdido con la vista borrosa, torpemente se llevo una de sus manos a su cabeza que no coordinaba del todo bien en ese momento, con lentitud alzo su mirada, para observa a la persona que le había hablado.
— ¿Quién eres? –Pregunto con desinterés.
La joven le sonrió de forma sarcástica, haciendo pensar a Sasuke que ya la había visto en algún lugar. “Pero, ¿en donde?”, pensó. Ella era una unos cuatro o cinco años menor, quiso suponer por la manera de vestir. Sus cabellos eran rubios, sus ojos eran completamente azules. De ese azul que solamente había logrado ver en Naruto. Chasqueo la lengua con enfado al recordarlo. “Maldito, usuratonkachi”.
—Vamos viejo, será mejor regresar a casa –dijo la joven-. Allá trataremos de darte una buena explicación.
— ¿Viejo? –Repitió el moreno.
“Le había llamada viejo a él. ¿¡Pero de que coño iba esa mocosa!?”, pensó con enojo.
—Lárgate –ordeno con apatía-. No necesito ayuda de mocosas…
La joven dejo escapar un bufido de fastidio, cruzo los brazos de manera fastidiosa, y le miro a los ojos.
—En verdad… No has cambiado mucho, creo… que inclusive eres mucho más amargado… -comento ella con burla. Sasuke le vio negar la cabeza de forma negativa-, En serio… ¿Qué fue lo que te ha visto? –pregunto para si misma la chica.
Sasuke se puso de pie, y con rapidez se acerco a ella.
—No tendré compasión solo por que seas un mujer –dejo escapar con desprecio.
—No la estaba esperando… viejo –respondió con el mismo acento.
Sasuke le propino un golpe en el estomago, haciendo que rodara unos cuantos metros. La joven se puso de pie, para esquivar con facilidad los golpes que Sasuke trataba de darle con Kusanagi. Él la volvió a patear, lanzándola a los arbustos.
—Hace años que no recibía un golpe así –dijo ella al tiempo de limpiarse el hilito de sangre que salía de su boca-. Bueno, el problema de todo esto viejo, es… o te llevo por las buenas o te llevo por las malas –informo con aburrición. Sasuke se quedo sin habla al observar como aquellos ojos azules se tornaban de un color rojizo.
—… Sharinga –Susurro con sorpresa. ¿Qué demonios estaba pasando?, se pregunto a si mismo con asombro.
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Camino por un pasillo aledaño a la casa que sobresalía por aquel bosque lleno de frescos y verdes arboles. Miro con ensoñación el gran patio cubierto de varios tipos de flores y observo la pequeña cascada que caía libremente, dándole un matiz de alegría y calidez al lugar.
Naruto siguió con paso lento a los dos jóvenes. El mayor de ellos tendría unos quince años, sus cabellos negros, sus ojos ébanos, y aquella forma tal educada y sincera de ser, le hicieron preguntarse si es que no estaba muerto, o en algún mundo hecho por ninjutsu al comprender que no podía existir un Sasuke tan “lindo”, o ¿sí?
Se sonrojo ante su extraño pensamiento de creer que Sasuke podría llegar a ser lindo.
El joven corrió la puerta, y con elegancia le dio ademan de bienvenida, Naruto sintió como la pequeña le tomaba de la mano y lo hacia sentarse en la gran mesa. El joven se perdido a lo que parecer era la cocina. La chica se sentó frente del rubio y sonrió con calidez, una calidez que se le hizo vagamente familiar.
La chica tendría no más de unos doce años. Sus ojos negros, y cabellos ébanos le hacían suponer que tendrían alguna relación también con Sasuke-idiota. A la mejor, pensó el rubio, que probablemente el Uchiha había estado con una mujer y le había dejado preñada…Tocio sofocado por su singular respuesta.
“¡El idiota de Sasuke ya es padre!”, gritó alterado para si mimo. “Y ni siquiera lo sabe”, pensó horrorizado.
—Mi hermano hace el mejor ramen. –Informó vivazmente la chica, cortando los pensamientos del rubio-. Ya veras, como te gusta mucho -Naruto se rasco la mejilla y sonrió con torpeza- ¿Quieres tomar un té o agua fresca?
—Agua, creo que necesitó un vaso de agua –dijo el rubio-
—Voy por el, no tardo madre.
Naruto observo como la pequeña morena salía corriendo por donde se había perdido el primer joven. “Que le pasa a esta niña ¿Por que me demonios le decía madre? ¿Qué… que acaso no veía que era hombre? ¿Qué acaso no sabía la diferencia?”, se dijo a si mismo antes de tomarse los cabellos con desesperación, empezó a respirar entrecortadamente al no tener la más mínima idea de donde se encontraba. “¿¡Donde demonios me encuentro!?”, pensó con temor. Entonces él no evito perderse en sus recuerdos de hace unas horas.
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—Oyes, ¿de verdad es él? –Se escucho una voz risueña por aquellos alrededores.
—Calla un poco, lo vamos a despertar de golpe –ordeno una voz al parecer masculina.
—Pero, ¿¡De verdad es él hermano!? –exclamo con excitación.
—Eso suponemos, nuestra hermana nunca se equivoca –agrego con seguridad.
— ¡Ya se! –Grito con emoción la chica-. Y si le picamos con esta varita la nariz –sugirió contenta.
-¡A mi me meterán nada por la nariz´ttebayo! –Exclamo con enojo el rubio, quien con tanto ruido había tenido tiempo para recobrar la conciencia. Los dos jóvenes que en es momento le miraban con sorpresa, le sonrieron al mismo tiempo.
—Lo siento, pero… –la chica guardo silencio-, pero…
— ¿Te encuentras bien? –Pregunto el chico.
— ¡Sasuke! –Susurro con sorpresa Naruto- ¡Qué demonios! –exclamo alterado.
—Eh, veras...yo… yo no –respondió nervioso el “supuesto” Sasuke.
Naruto tomo con fuerza y rapidez al joven, saco de su bolsa un kunai para ponerlo en la garganta del joven.
— ¡Madre para con esto! –Exclamo con fuerza la niña-
— ¿¡Madre!? –Repitió Naruto con desconcierto el rubio- ¿¡Estas demente!?
—Yo se que esto será complicado para ti –explico con voz calmada el joven con parecido a Sasuke-. Y se que me parezco demasiado al viejo –explico al tiempo de dejar salir un suspiro de cansancio-, pero créeme que yo no soy él. Ahora, serias tan amable de quitarme el kunai –pidió con nervios-
Naruto miro los suplicantes ojos de la pequeña, que le miraba con esos ojos negros tan inocentes, el rubio se dio cuenta que ella también se parecía mucho al desgraciado de Sasuke, miro con detenimiento al “supuesto” Sasuke.
¿¡Por qué todo mundo se parecía a Sasuke!? ¿¡Que demonios estaba pasando!? ¿¡En que miserable mundo se encontraba!?
Naruto se fue separando poco a poco, guardo el kunai sin quitar aquella mirada de desconfianza en esas dos personas.
—Quien iba a pensar que fueras tan desconfiado. –Replico el joven- Me pregunto si ¿Quieres comer Ramen con nosotros?
Y por extraño que pareciera, Uzumaki Naruto afirmo con su cabeza aceptando esa invitación. “Si que ama el ramen” pensaron sus acompañantes.
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El rubio suspiro con frustración, dejándose caer sobre la mesa por el cansancio de la pelea que sostuvo antes. “Donde demonios se metió el bastardo de Sasuke” era la pregunta que le rondaba ahora. Volvió a suspirar. Se llevo sus manos a la cara e inesperadamente, unas lágrimas rodaron por su rostro, al recordar que hace unas cuantas horas él quería matarlo con sus propias manos.
“Regresa, Regresa a Konoha” era lo que deseaba gritar, pero inevitablemente su cuerpo no le había respondido. “Odio todo esto” pensó.
Cerró los ojos esperando encontrar respuesta en todo aquel ajitamiento interno que le estremecía en ese momento, quería por un momento olvidar que era un ninja, quería atreverse a pensar por unos momento que el sentimiento de querer matar a Sasuke, era solamente la culpa y frustración que hablaban, quería sentirse humano, simplemente era un humano, un humano normal
Sintió como algo lo jalaba. Alzo la vista, y con sorpresa vio a un pequeño de por lo menos 3 años de edad, el pequeño le miro con perspicacia, por unos instantes los ojos azules de ambos se encontraron.
El pequeño gimoteo, al mismo tiempo que pequeñas lágrimas caían por sus mejillas sonrosadas. Naruto sintió una extraña necesidad de poder estrechar al pequeño entre sus brazos y reconfortarlo. El niño alzo sus manitas para que lo tomara entre sus brazos, Naruto lo cargo con ternura y sin pesarlo puso su frente encima de la del pequeño.
— ¿Extrañas a tu madre? –pregunto con dulzura. El pequeño se llevo uno de sus dedos a su boca-. ¿Dónde esta tu madre? –cuestiono.
— Mami –dijo el pequeño mientras se aferraba a su cuello- ¡Mami! –Exclamo con alegría- Mami tengo hambre –volvió a decir mientras se restregaba mas al rubio.
—Veras –trato de decirle el rubio- Yo no soy tu…
— ¡Sayure chan!, ¡Siempre haces lo mismo! –exclamo con enojo un niño un poco mas grande que el que tenia en brazos Naruto- Siempre andas hostigando a madre…
—No le grites a Sayure chan, hermano –exclamo otro niño parecido al primero-, él es apenas un pequeño de tres años –explico con mas calma de los pequeños.
—No me digas lo que tengo que hacer, Fugaku –dijo altaneramente el otro.
— ¡Minato idiota! –exclamo con pequeñas lagrimas prominentes a salir.
El chico de nombre Minato se encogió de hombro mientras le daba la espalda con ademan de ofendido. Naruto se les quedo mirando detenidamente. Para ser un par de gemelos, ambos tenían era muy parecidos y distintos a la vez.
El que respondía al nombre de Minato era de cabello negro, y ojos ébanos como los dos primeros hermanos que había conocido Naruto, el chico de nombre Fugaku era completamente rubio, de ojos azules, parecido a él mismo en cierto modo.
Naruto rio nervioso.
—Ustedes dos dejen de pelar –ordeno el mayor de todos morenos. Naruto miro con una gotita la escena un poco conocida para él-, Perdona el comportamiento de mis hermanos –dijo el a modo de disculpa. Naruto solo sonrió forzadamente. “Valla familia con la que se había topado” pensó.
—El ramen esta listo, solo falta que lleguen y empezaremos a comer
— ¿Quién va a llegar? –Pregunto curioso Naruto.
—En un momento lo sabrás.
El joven con parecido a Sasuke sonrió mientras tomaba al pequeño del regazo del rubio. Naruto se sonrojo en el acto. Los pequeños gemelos se sentaron en una de las sillas e inevitablemente un silencio se produjo. Un silencio que fue roto por un grito:
— ¡Maldita sea viejo! ¿¡Por que demonios tienes que ser tan agresivo!? –exclamaba una voz femenina a todo pulmón- ¡Eres demasiado amargado!¡No se que demonios te vio!
—Siempre tan escandalosa –dijo el moreno mayor mientras calmaba al pequeño que había empezado a llorar por tremendo ruido-. Vaya hermana que tengo –susurro con pena.
Naruto solo miro con sorpresa como una gran bola de polvo se avecinaba hacia ellos. Luego por extraño que pareciera sintió que algo duro había chocado con él. Abrió los ojos con pesadez, se froto la cabeza y con lentitud miro con asombro unos ojos tan azules como el mar.
— ¡Maldita sea!–Exclamo con enojo la mujer que se ponía de pie de forma irritada.
—No puedes entrar sin armar un alboroto, Hikaru –dijeron al unisonó los gemelos desde sus sillas.
—No fue mi culpa –se excuso con lagrimones en los ojos-. El viejo que es un desconfiado y amargado, no soporta ni una broma
Naruto miro a Sasuke con sorpresa. Sasuke miro a Naruto de la misma forma.
— ¿¡Que demonios haces aquí Sasuke!? –Pregunto alterado el rubio.
—Lo mismo puedo decir –respondió escuetamente el mencionado.
Naruto se paro con rapidez, Sasuke se abalanzo contra él, este le detuvo con un kunai-. ¿Vienes a matarme? –pregunto el Uzumaki ante el rostro estoico del moreno. Naruto le miro con determinación, y antes de que ambos se lanzaran de nuevo, una voz les interrumpió.
— ¿¡QUE DEMONIOS LES PASA A USTEDES DOS!? –Grito con enojo una joven que bajaba por las escaleras.
Sasuke y Naruto le miraron con sorpresa. Aquella joven en definitiva era la viva imagen de Naruto, pero aquellos ojos rojos, ambos sabían que solo podían pertenecer a un Uchiha.
— ¡MALDITA SEA, ustedes dos no parecen ser unos padres responsables! –dijo ella con enojo- Miren con han dejado la casa, y han espantado a Kushina chan –exclamo con una vena la chica- Calma, calma –le dijo la chica a una pequeña de cabellos negros- Ellos solo juegan, ¿verdad? –pregunto con una venita en su frente.
— ¿Padres? –Pregunto con desconcierto el rubio.
—Si, padres, no veo a otros adultos mas que a ustedes –dijo la chica que en ese momento le daba pequeñas palmaditas en la cabeza a la pequeña.
— Qui…Quieres decir… que yo…
Naruto trajo saliva.
No. No. No, eso debía ser una gran broma, al decir padres, se refería a ¿Sasuke y a él?
— Madre, Padre –exclamo con inocencia la pequeña- No peleen, no me gusta –termino de decir, antes de lanzarse a los brazos de Sasuke-, No me gusta que Padre pelee con mamá…
Un pequeño aire corrió por el gran agujero que había hecho Sasuke. Y sin mucho que hacer o decir Naruto sintió de nueva cuenta como el mundo empezaba a girar, girar y girar. Y sin saber todo su mundo se volvió de color negro.
Continuara…