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Cerca del paraíso por chibi kitsune chan1

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Notas del fanfic:

 

 

Fic basado en la novela del mismo nombre, de Diana Palmer.

 

Notas del capitulo:

HOLA!

 

Akí ando nuevamente molestando, espero k no se hayan olvidado de mi tan pronto n.n

 

Bien, no sé si alguien haya leído ya esta novela. El libro llegó a mis manos un día por medio de una amiga. La leí y me gustó para hacerla en un fic. Como el fic está basado en esta novela, kise conservar algunos detalles de la misma para k no se pierda el fondo de la historia, así k si alguien la leyó ya y nota detalles k coinciden es para no cambiar demasiado el asunto.

 

 

ADVERTENCIAS: UA, Mpreg, OOC, y tal vez lemon (k conste k ya les advertí)

 

PAREJA: Seto/Joey

 

Esta historia está basada en la novela del mismo nombre, de su autora Diana Palmer.

 

Todos los personajes de Yugi Oh! pertenecen a Takahashi Kazuki

 

 

 

Comencemos pues!

 

 

CERCA DEL PARAÍSO

Chibi-kitsune chan

Capitulo 1

 

Era una tarde bulliciosa y emocionante en los salones de exposición de la torre de la corporación Kaiba. El dueño y CEO de la corporación, se encontraba en el último piso, contemplando el cielo azul a través del enorme ventanal de su oficina.

 

Hacía varios años había sido un hombre frío, de sucios negocios en la mafia con contactos bastante peligrosos y la peor de las reputaciones. Ahora, seguía siendo un hombre frío, pero se había alejado de los malos negocios, dedicándose a lo que en verdad le gustaba, esperando que su reputación cambiara gracias a eso.

 

Actualmente era el dueño de la única corporación en todo Japón especializada en el famoso Duelo de Monstruos. La corporación Kaiba, que no sólo se dedicaba a vender una gran variedad de cartas, sino que además creaba los diferentes diseños, hacía juegos virtuales y vendía todo tipo de mercancía basada en el Duelo de Monstruos.

 

Kaiba era considerado el hombre más rico de Japón; pero a pesar de que todos sus negocios eran legales desde que dejó el mundo mafioso, aún tenía que conservar su reputación de mafioso durante un tiempo más, pero no podía hablar de eso con nadie, a menos que fuera su hombre de confianza y custodio: Roland.

 

Se llevó una mano a los ojos cansado; había estado planeando una exposición de cartas desde hacía semanas y ahora veía los frutos de su trabajo, pues en los tres primeros pisos de su edificio se llevaba a cabo en ese momento una de las exposiciones tan impresionantes que su compañía siempre realizaba.

 

A veces se sentía como si llevara una doble vida y un enorme peso sobre sus hombros, pero cuando pensaba en el resultado que obtendría, no se arrepentía. Su hermano menor, Mokuba había muerto dos años antes, a los 22 años, víctima en un supuesto “accidente” en auto. Sabía quien lo había asesinado, su hermano había muerto por el dinero que un banquero estaba blanqueando al ayudar a un mafioso a comprar pequeños negocios en ciudad Domino. Pero se iba a encargar de ellos y vengaría la muerte de su hermano.

 

Siguió contemplando el cielo, le fascinaba mirar las nubes y encontrarles forma. Era un hobbie que tenía desde pequeño. Contaba con 27 años de edad, era alto, esbelto y bastante elegante. Siempre vestía ropa negra con gabardina de diferente color, casi siempre blanca o azul. Su piel era clara, su cabello castaño y poseía un par de zafiros profundos e intimidantes.

 

La vida para él y su familia no había sido nada fácil. Su hermano Mokuba y él habían quedado huérfanos desde muy pequeños. Perdieron a sus padres en un asalto y fueron llevados a un orfanato. Pero Seto pronto se dio cuenta que en ese lugar adoptarían a uno de los dos y acabarían separándolos. En ese entonces él contaba con 10 años y su hermano 5, pero no les costó nada escapar del lugar y refugiarse en una bodega abandonada.

 

Comenzaron a trabajar, a pesar de su corta edad, en lo que pudieran, pero ganaban apenas para comer una pieza de pan al día. Desgraciadamente, un día, Mokuba enfermó gravemente y Seto creyó que lo perdería; no tenía dinero para un médico ni mucho menos para medicinas. Estaba desesperado.

 

La suerte quiso que justo ese día se topara con el jefe de la mafia, Gozaburo Kaiba, cuando salía de un hotel. A pesar de que había escuchado rumores sobre ese hombre, estaba tan necesitado de dinero que no le importó, y esquivando ágilmente a un par de custodios llegó hasta él. Al mafioso le pareció un niño ingenioso y le dio puesto de repartidor de comida entre los miembros del grupo. Seto le pidió la paga por adelantado explicándole la situación. Al hombre le dio lástima y ordenó a su médico atender al niño. Mokuba se recuperó rápido y Seto quedó agradecido de por vida al jefe de la mafia, aunque también atado a él.

 

Cuando cumplió 15 años, el castaño ya formaba parte del grupo de mafiosos y cada día conseguía más y más dinero. Metió a Mokuba en un colegio para que estudiara y fuera un hombre de bien, no como él.

 

- estudiemos juntos, Seto- había insistido el menor

 

- no Moki- dijo el castaño como cariñosamente llamaba a su hermano –ya es tarde para mí, pero tú aún puedes lograrlo-

 

A pesar de eso, por las noches leía los libros del colegio de su hermano y aprendía todo lo que contenían. Seto era muy inteligente y no le costó nada aprender en poco tiempo lo que ningún joven de su edad. De esto se dio cuenta Gozaburo, quien a escondidas de sus subordinados, enseñó todo lo que sabía de negocios a Seto, y antes de morir, dejó instrucciones a su mano derecha, Roland, para que lo instara a cambiar su apellido y heredara todo lo que él tenía, incluyendo su poder.

 

Por esos días Seto había dado por accidente con los hombres que mataron a sus padres, y la última voluntad de Gozaburo le cayó “como anillo al dedo”, pues de esa manera se vengaría fácilmente de esos hombres que los habían dejado huérfanos a su hermano y a él. Se juró a sí mismo que nadie lo iba a pisotear jamás.

 

Ya convertido en un Kaiba y en su cargo de jefe de la mafia, Seto se encargó de que esos asesinos no volvieran a ver la luz del día. Fue en ese momento que se dio cuenta que la venganza tenía un sabor bastante agradable.

 

El tiempo fue pasando, se hizo de gran fama y fortuna, y pronto llegó el día en que su hermano menor, ya todo un hombre de bien, se comprometió con su novia de la universidad. A pesar de que se sintió tan feliz al saber que su hermano iba a formar la familia que tanta falta les había hecho a ambos, él no quiso hacer lo mismo. Pensaba que no estaba hecho para el matrimonio y mucho menos para tener una familia; su forma de vida no le daría la oportunidad de darse ese lujo, sobre todo no quería enamorarse. Se permitió hacerlo una vez y no estaba dispuesto a cometer el mismo error.

 

Se había enamorado de una joven hermosa, heredera de una gran fortuna, pero ésta lo único que quería era más dinero y presumir ante la sociedad que era pareja de Seto Kaiba, pero no se llevaba bien con su hermano ni le agradaba su “estúpido pasatiempo con cartitas” como llamaba al otro hobbie de Seto. Un día Kaiba le mencionó que le gustaría formar una familia y tener hijos, May Valentine, como se llamaba la mujer, se rió en su cara y le dijo que no estaba preparada para tenerlos, pues quería disfrutar su juventud, viajar y divertirse, no atarse a algo tan fastidioso como son los hijos. En ese momento Seto se planteó la idea de dejarla, pero no fue si no hasta que fue a buscarla personalmente a su hotel y la encontró saliendo de su habitación besándose con otro que lo hizo. Fue el final de su relación, la miró con desprecio y dándole la espalda se marchó. No volvió a saber de ella, pero a partir de ese momento perdió el interés en las mujeres y el amor, y se dedicó a lo que realmente le gustaba: el duelo de monstruos, juego que por esos tiempos comenzaba a adquirir gran fama.

 

Se interesó tanto en las cartas y en aprender todo tipo de estrategias que muy pronto se convirtió en el mejor y no había quien pudiera sostener un duelo contra él por más de cinco minutos sin ser derrotado. Fue por esos tiempos cuando conoció a Maximillian Pegasus, un hombre mucho mayor que él, que siendo dueño en ese entonces de la única fábrica de cartas, le propuso aliarse. Se hicieron socios, y con el tiempo, buenos amigos. Pegasus creaba todo tipo de diseños de cartas y Seto las promocionaba y vendía junto con toda clase de artículos relacionados con el duelo de monstruos. Así, cuando Pegasus se retiró, Seto fundó su propia corporación que pronto adquirió fama mundial.

 

Comenzó a salir con hombres y mujeres, pero nunca más entregó su corazón. A pesar de que la gente lo veía como un mafioso, pues siempre andaba en limosina y Roland no se separaba de él, quiso limpiar su imagen. Por eso había tomado la decisión de retirarse del mundo de la mafia, aunque aún no podía hablar con nadie de eso. Justamente esa tarde estaba esperando a un hombre con el que tenía que reunirse, pero ya estaba oscureciendo y no se había pasado por la exposición.

 

Se levantó de su asiento y decidió ir a la sala de vigilancia a ver como se desarrollaba su famosa exposición de cartas. Momentos antes le habían informado que iba viento en popa, los tres primeros pisos de su corporación estaban a reventar de niños, jóvenes y adultos que se interesaban por todo lo que tuviera que ver con el juego de cartas; pero aún así, él era la cabeza de todo aquello y no podía dejar de echar un vistazo.

 

Entró en el cuarto de vigilancia y se encontró con Roland, ahora su hombre de confianza, que estaba sentado frente a varias pantallas.

 

- señor Kaiba, será mejor que vea esto- le dijo el custodio haciéndose a un lado.

 

Kaiba se acercó a una de las pantallas y en ella vio a un joven rubio forcejeando con un hombre alto y corpulento. El hombre levantó un poco el rostro y Kaiba pudo ver de quien se trataba; se puso furioso.

 

- señor- dijo Roland con una sonrisa –no se preocupe, yo me ocuparé de él-

 

- no, está bien, necesito ajustar cuentas con esa rata-

 

Ambos se dirigieron al ascensor particular del CEO y bajaron.

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Joseph Wheeler, o Joey como lo llamaban sus amigos, se encontraba luchando con todas sus fuerzas para alejar a ese hombre de su cuerpo, pero el tener apenas 18 años y ser de complexión delgada no le ayudaba en nada. Intentó golpearlo pero el hombre tomó fuertemente sus manos mientras acercaba la boca a su cuello.

 

Comenzó a desesperarse y arrepentirse de haber salido con ese hombre. Se lo había presentado su mejor amigo junto con su esposo. Estaba pasando una temporada en casa de ellos para estar acompañado un rato, pues su padre había muerto días antes y no quería estar solo. Pero no la estaba pasando nada bien, sobre todo en ese momento.

 

- me fascinan los niños rebeldes- jadeó el hombre cerca de su oído mientras una mano áspera intentaba colarse debajo de la chaqueta del joven.

 

- y yo odio a los aprovechados, déjame!!- respondió Joseph comenzando a cansarse de forcejear. Ahora se arrepentía de no haber desayunado ni comido nada en todo el día.

 

Al ver su esfuerzo, el hombre se burló y lo empujó hacia la pared. Iba a comenzar a pedir ayuda cuando la boca del hombre se unió a la de él mientras se restregaba contra su cuerpo. Joey apretó sus labios y se sintió frustrado. Cómo le estaba pasando eso!!?? A él?!! Que ni siquiera había querido salir con ese banquero desde el principio, pero Yami, el esposo de su amigo, había insistido en que salieran para distraerse. A su amigo, Yugi, tampoco le había gustado ese hombre; pero Yami estaba seguro de que Tristán Taylor era sobre todo un caballero. Él de todas maneras iba a la exposición de cartas, y aprovechó a llevarlo para que se distrajera.

 

Mientras caminaban hacia el lugar de la exposición, Tristán no le había despegado los ojos de encima, y Joseph se dio cuenta que en cualquier oportunidad aprovechaba para verle el trasero y la parte entre sus piernas. Pero justo antes de llegar al edificio Kaiba, Taylor lo empujó hacia un callejón y comenzó a atacarlo.

 

Joseph seguía resistiéndose y le mordió el labio, esto enfureció a Tristán y lo abofeteó fuertemente lanzándolo al suelo. La fuerza del golpe lo dejó aturdido y sin esperanzas de poder salvarse. En ese momento una sombra se acercó a Tristán, lo giró y lo tiró al suelo de un golpe en el rostro.

 

Un hombre alto y de porte recio se acercó a él.

 

- te encuentras bien?- preguntó alguien mientras lo levantaba del suelo

 

- INFELIZ! - gritó Tristán poniéndose de pie – te mataré!!-

 

- inténtalo- lo retó viéndolo con desprecio

 

Joey dio un paso hacia delante antes de que su salvador hiciera algún movimiento y le dio un puñetazo en el rostro con todas sus fuerzas.

 

- aarghh!!!- exclamó Taylor

 

- eso estuvo bastante bien- le dijo Seto admirando el buen derechazo que le había propinado al otro.

 

Tristán los miró con ira y dio un paso hacia Seto, levantó el puño pero el castaño fue más rápido y lo noqueó con un golpe en el estómago.

 

- gracias- le dijo el rubio

 

- qué hacías con este tipo?-

 

- el esposo de mi mejor amigo me lo ofreció como acompañante- dijo mirando a Taylor con asco –cuando le diga a Yugi lo que me hizo va a darle una patada a su esposo por insistir que saliera con este miserable-

 

- quién es Yugi?-

 

- es mi mejor amigo, Yugi Motou, está casado con Yami Atemu; él es propietario de una tienda de juegos aquí en la ciudad-

 

Seto lo miró sorprendido por unos instantes pero después le sonrió amablemente. Joseph lo miró fascinado.

 

- te agradezco que me salvaras, sé defenderme bien, pero…- su estómago rezongó haciéndolo sonreír apenado –siempre que no como me va mal- se frotó la mejilla con un gesto de dolor

 

- te golpeó?- preguntó Kaiba molesto –no vi cuando lo hizo-

 

- fue antes de que llegaras, no importa-

 

Aún con el ceño fruncido, Seto sacó su celular y marcó un número.

 

- Roland, necesito que te lleves una rata de aquí, si la prensa se da cuenta estaremos en problemas-

 

Colgó la llamada y miró al joven con curiosidad. Estaba gateando buscando en el suelo, cuando se levantó vio que sostenía algo en sus manos. Al ver mejor, distinguió una carta.

 

- el dragón negro de ojos rojos- murmuró

 

El joven rubio lo miró con felicidad.

 

- te gusta el duelo de monstruos?- preguntó emocionado

 

Kaiba asintió.

 

- genial!- le mostró su carta - esta es mi favorita, pero…parece que ya no sirve-

 

Seto lo miró intrigado y Joey le mostró mejor la carta. Al parecer se había roto por el forcejeo y ensuciado al caer en un charco de lodo. El ojiazul contempló el semblante triste del joven y algo se removió en su pecho.

 

- necesitas comer- le dijo –no te preocupes por tu carta, puede arreglarse-

 

- en verdad? Cómo?-

 

- ven conmigo-

 

El chico lo miró con fascinación. Era el hombre más apuesto que había visto. Alto, de porte elegante, voz varonil y dos brillantes mares por ojos. Aunque se veía serio y de expresión fría, capturó su atención desde el primer momento.

 

Seto también lo miró con detenimiento. Era un poco más bajo que él, delgado, de abundante cabello rubio alborotado, que caía descuidadamente sobre sus ojos y se veía bastante suave al tacto, piel blanca, y lo mejor…unos ojos miel preciosos, que aunque inocentes, poseían cierto aire de rebeldía. Estaba impresionado.

 

Caminaron hasta una puerta, entraron, y después de un par de pasos por un corredor llegaron frente a un ascensor. La puerta se abrió y apareció Roland arrastrando el cuerpo de Taylor.

 

- dónde lo dejo, señor?- preguntó

 

Kaiba miró al rubio interrogándolo con la mirada.

 

- mi amigo Yugi vive en las afueras, cerca del muelle…-

 

- déjalo cerca del muelle, y que se las arregle para llegar- interrumpió el castaño mirando con desprecio a Tristán.

 

En ese momento, Taylor levantó el rostro y lo miró con odio, pero pareció darse cuenta de quien era, pues su expresión cambió a una de sorpresa.

 

- Kai…?- preguntó exaltado

 

- que sorpresa…- lo interrumpió el castaño -verdad Taylor?-

 

- eh…pues sí- respondió con miedo - vine para hablar contigo-

 

- pues vuelve cuando las ganas que tengo de matarte hallan desaparecido-

 

- sí, como tú ordenes, pero te digo que si estás enojado por lo que este niño y yo estábamos haciendo allá afuera te aclaro que él fue el que se me insinuó primero-

 

- eso no es cierto!!- exclamó el rubio sujetándolo por la camisa, pero el castaño lo sujetó por el hombro haciendo que lo soltara.

 

- no tienes que mentir Taylor, todo está grabado en las cámaras, si quieres puedo decirle a Roland que te las muestre- le dijo con voz amenazante.

 

Tristán tembló.

 

- n-no e-está bien a-así, des-des-pués de todo somos como-como de la familia-

 

Kaiba frunció el ceño y tuvo que tragarse sus palabras para no estropear su plan.

 

- si lo molestas otra vez…- advirtió refiriéndose al rubio – necesitarás una familia pero para que pague tu funeral, te quedó claro?-

 

- sí, sí, por supuesto, no volverá a pasar, pero…-

 

- te llamaré después-

 

El castaño le hizo una seña a Roland para que lo retirara de su vista, después se volvió a mirar al rubio suavizando la mirada y la voz.

 

- vamos a arreglar tu carta y a que comas algo-

 

El ojimiel lo miró dudoso. Tristán lo conocía y hasta le hablaba con respeto y parecía tenerle miedo. En dónde se había ido a meter?

 

- me-mejor me voy, no quiero molestar-

 

El rubio se dio la vuelta para alejarse pero Kaiba alcanzó a sujetarlo del brazo.

 

- espera, qué pasa?-

 

- es que…no se quien eres-

 

El castaño lo miró sonriendo levemente.

 

- primero arreglemos tu carta, después nos presentaremos como se debe, no temas, conmigo nada malo va a pasarte-

 

Wheeler suspiró.

 

- eso fue lo que Yami me dijo de Tristán y mira como me fue-

 

- sí, pero no es mi costumbre forzar a jovencitos en oscuros callejones- sonrió

 

El rubio se sintió hechizado por esa sonrisa.

 

- está bien- cedió y comenzaron a caminar por un pasillo – creo que tengo mala suerte con los hombres, es la segunda vez que un tipo insoportable comienza a toquetearme, y recuerdo otro día que salí a pasear y un hombre me siguió por horas diciéndome cuanto piropo se le ocurría-

 

- es por tu expresión inocente…pareces un ángel-

 

El rubio bajó el rostro para evitar evidenciar el sonrojo que apareció en ese momento en sus mejillas.

 

- lo dices en serio?-

 

Kaiba ya no le respondió pues en ese momento llegaron a una puerta donde había un sujeto vestido de negro y con lentes oscuros que les abrió. Ellos se adentraron y Joseph se vio en una amplia y elegante habitación. Todo el suelo estaba alfombrado y había una salita con una mesa de centro. Al frente se encontraban muchas televisiones que mostraban cada una de las partes de la corporación y se veían otros aparatos de alta tecnología.

 

- wow!- exclamó el rubio - parece como si fueras un detective o un espía-

 

Kaiba rió.

 

- me han dicho que lo parezco- caminó hacia un lado - mira, allá hay un baño, puedes quitarte tu ropa mientras yo arreglo tu carta, la mandaré a lavar y la tendrás lista en un momento-

 

El ojimiel lo vio extraño pero después miró su chaqueta y sus pantalones, no se había dado cuenta que estaba lleno de lodo, seguramente gracias al empujón que Taylor le había dado, no podía regresar a casa de Yugi así.

 

- pero…- lo miró dudoso

 

- no te preocupes, no voy a hacerte nada, como te habrás dado cuenta, hay cámaras por todos lados, el jefe vigila todo-

 

- cuál jefe? Te refieres al dueño de la corporación?-

 

Kaiba levantó la ceja un momento. En verdad ese chico no sabía quién era él? Pero al ver la sinceridad en los ojos miel simplemente asintió a la pregunta aguantando las ganas de reír.

 

- no entiendo? Entonces tú eres uno de sus guardias de seguridad?-

 

- puede decirse que sí- le respondió el ojiazul – pero cámbiate, detrás de la puerta hay un bata que puedes usar, además traerán la cena en un momento-

 

- está bien- dijo el rubio con más confianza – muchas gracias- se iba a retirar

 

- espera, no me has dado tu carta-

 

El ojimiel se volvió dándose un golpecito en la cabeza.

 

- ah, es verdad- dijo entregándole su carta de duelo, después se fue hacia el baño bajo la atenta mirada del castaño.

 

El rubio cerró la puerta del baño y procedió a quitarse la ropa. Se quedó solamente con su ropa interior y se colocó la bata. Dobló con cuidado su ropa y antes de salir se miró al espejo, preguntándose si estaba bien que confiara en ese hombre que recién había conocido. Aunque si era del equipo de seguridad como le había dicho, seguramente era el jefe porque le había dado órdenes al otro hombre llamado Roland. A pesar de todo eso, algo en el ojiazul lo hacia sentir increíblemente seguro.

 

Se ciñó bien la bata a su cuerpo que le quedaba un poco grande y salió del baño. Al hacerlo buscó con la mirada a su salvador y lo encontró sentado frente a una mesa con la lámpara encendida muy cerca de él. Estaba inclinado con un extraño aparato conectado a la electricidad que parecía una pequeña pistola con una punta muy fina de la cual salía lentamente un líquido transparente. El rubio se aproximó y al hacerlo vio que al parecer el castaño estaba arreglando su carta, que ya estaba limpia.

 

- no me digas que sabes arreglar cartas?-

 

- sí, me fascina todo lo relacionado al duelo de monstruos y son escasas las personas que arreglan cartas, por eso tuve que aprender-

 

- vaya! ojalá supiera hacerlo para ayudar a mis alumnos-

 

- alumnos? Acaso das clases?-

 

- claro- sonrió el rubio - en Hokkaido doy clases de duelo de monstruos a niños interesados, y algunos son muy traviesos y a veces rompen sus cartas y no hay manera de arreglarlas-

 

El ojiazul levantó las cejas sorprendido.

 

- vaya! entonces, ese es tu trabajo?-

 

El ojimiel asintió.

 

- no creas que soy un excelente duelista, pero me sé algunas estrategias, y aunque no gano mucho me gusta lo que hago-

 

- me parece muy bien que pienses de esa forma-

 

- sí, no necesito mucho dinero ni cosas caras ni ostentosas para ser feliz, a veces tienes mucho dinero pero no eres feliz, el dinero no vale tanto la pena, afortunadamente a mí no me hace falta nada-

 

Kaiba lo miró embelesado haciendo que el rubio se apenara.

 

- pareces muy maduro pero te ves tan joven, debes tener un poco más de veinte años-

 

- eso te parece?- preguntó el rubio riendo pensando si sacarlo del error o no.

 

 

Continuará…

Notas finales:

K tal les ha parecido? Si les gustó pueden decírmelo dejándome un review para saber y así me apuro a escribir el siguiente capítulo.

 

Cualkier duda k tengan pueden preguntar con confianza n.n

 

Espero sus comentarios y desde ya, gracias x su apoyo.

 

Hasta la próxima!!


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